Partida Rol por web

Prologo

Tomás está leyendo a la luz de las velas en la biblioteca de la Alianza. Una tormenta ruge en el exterior y, en noches como esta, se siente impulsado a volver una vez más a las divagaciones apenas coherentes del mago Deritus. Está repasando su tratado titulado "De la Naturaleza y Peligros de las Pasiones Oscuras dell Alma" y en la biblioteca también esta Prisila estudiando sus tomos de magia

Es mitad de la noche y una tormenta está sacudiendo toda la Alianza. Estas en una pequeña sala afilando tu hacha. Un tramo de escaleras más arriba se halla el baluarte donde dos Grogs están de guardia.

Esta noche le tocaba estar de guardia a Jeremé y Lorine, a modo de castigo por estar peleandose como siempre

Caeron había estado levantado hasta tarde preparando una maloliente poción que dará a los árboles conciencia y habla. Una terrible tormenta sacude la torre de piedra de Mistridge y rompe su concentración constantemente

Phoe se encontraba también alli, había ido para intentar repasar sus libros de magia, para así perfecionar sus capacidades, pero le costaba mucho concentrarse con la maloliente poción que estaba haciendo Caerun, ni abriendo las ventanas se iba aquel olor. Para colmo una tormenta  hacia que el viento golpeaba los postigos de la ventana. Hoy no parecía un buen día para estudiar

Jeremé y Lorine, estáis de guardia en lo alto de la torre. Torlen os envió como castigo por haber tenido una pelea en los barracones. Son más o menos las cuatro de la madrugada y todo lo que hay a vuestro alrededor en la oscuridad son los últimos vestigios de una gran tormenta. En ocasiones, toda la torre se ha estremecido y el viento ha soplado entre vosotros. Estáis agazapados sobre la trampilla que hay entre las almenas y la extraña choza de madera de Vulcris, la hechicera. Afortunadamente, esta noche no está. Ha sido una noche horible, estáis de mal humor, calados hasta los huesos y tenéis frío

Removiendo con una cuchara de madera un pequeño caldero metálico bajo el fuego, donde una sustancia verde emite pompitas cada pocos segundos Caeron murmura para sí mismo los pasos a seguir, pero cada vez que golpean las ventanas se encoge de hombros del susto, no puede evitar sobresaltarse a pesar de saber que son golpes que se repiten cada muy pocos segundos.

Afortunadamente para él, Caeron era muy poco exquisito con los olores, pero no así su compañera a la que se la veía a todas luces molesta con él constantemente, para Caeron era parte de esa competición que se traían entre manos y de la que siempre se daba ganador.

En uno de sus últimos sobresaltos no puede evitar exclamar - ¡Maldita tormenta!

Cierra el libro, con estruendo, y se levanta. Esa poción apestosa es, en gran parte, el motivo por el cual no puede concentrarse... la tormenta también ayuda a ese hecho, pero en menos importancia.

-Maldita poción! Deja de jugar a "se lo que me hago" y no mezcles potingues apestosos! También estoy yo aquí!

Le gustaría encontrar un rincón solitario donde leer y dejar a su mente recorrer y grabar las palabras como a fuego en su memoria y entender el mensaje de la teoría escrita. Pero con ese mago de pacotilla haciendo potingues inservibles no podrá hacer mucho.

Visiblemente molesto contesta:

- Esta poción es asunto mío y ya discutimos que tus asuntos eran tus asuntos y mis asuntos eran MIS asuntos. Nos prometimos que no interferiríamos en los asuntos del otro, sino no hay modo alguno de sobrellevar esto. Ya sabes que tengo tantas ganas de perderte de vista como tú a mí. Así que chitón!. Mira su libro de magia con sorna, - No sé por qué estudias, sino pasas de lanzar lucecitas para asustar a las viejas jah! -  aunque no quiere reconocer la verdad, que hoy por hoy, es mejor maga que él y si nada lo remedia, será así siempre.

Los vientos resoplan con esplendor después de aquella tormenta que furiosa refregó las arboleadas contiguas a la alianza. La compañía forzada de Lorine no es del todo placentera después de aquella discusión, pero.. como hacer entender a una mujer las motivaciones que un hombre al ir de cazeria.
Definitivamente no es un hobby para ellas. Por otro lado, Torlen no parece haber actuado con justicia enviándonos a hacer guardia con este clima.

 siempre me ha gustado leer en las noches lluviosas como esta me resulta gratamente relajante, el olor a hojas viejas que se siente en esta biblioteca es algo delicioso, el danzar de las sombras guiadas por las velas de las salas es bastante inquietante y el sonido de las gotas de lluvia al caer  complementan un cuadro que si bien cuando era una niña me atemorizaba hoy en día me parece simplemente delicioso para aumentar mis conocimientos en las artes.

un trueno particularmente fuerte me saca de mis pensamientos, es cuando le doy un vistazo a la instancia y me percato que hay alguien mas acá, de hecho parece que está muy concentrado en sus asuntos y no sería bueno molestarlo tal como no me gustaría que lo hicieran con migo, sin embargo, no tengo muchos conocidos acá...

Me levanto de mi puesto y me acerco al hombre, buena noche tenga usted, veo que los designios del destino nos han hecho compartir una noche de lectura ligera, me llamo Prisila, encantada en conocerle caballero.

 El sonido de la lluvia, junto con el sonido que manaba de la hoja de mi hacha mientras era afilada, hacian que mis musculos se relajaran hasta limites insospechados.

De vez en cuando y ante la monotonia del ir y venir de la piedra afilando mi arma, mis ojos se cerraban durante unos segundos haciendo que estuviera a punto de dormirme en varias ocasiones.

Un estrepitoso trueno me saco de mis pensamientos, haciendo que volviera al presente. Carraspee un poco, pues habia entrado en un estado de tranquilidad que hacia tiempo que no conseguia.

Empece a afilar mi hacha con mas energia que antes. Mientras, la mirada se me desvio hacia las escaleras que daban paso al baluarte, viendo al final de estas a los dos Grog haciendo guardia.

No pude reprimir esbozar una socarrona sonrisa.

Leer... eso es lo que le falta al mago de pacotilla que tiene delante. Y encima se atreve a decir que solo lanza lucecitas.

-Sabes? Leer es bueno para comprender la magia, cosa que tu no haces y lo único que consigues es hacer potingues asqurosos que no darían vida ni al más vivo de los seres vivos.

Quiere salir de allí inmediatamente... prefiere, antes, estar bajo una tormenta, que en la misma habitación que ese...

-Y lo de lanzar lucecitas a viejas es lo que menos te debería preocupar... no solo hago eso.

Sonríe con malicia

- Leer es bueno siempre y cuando entiendas lo que leas querida. - Se mofa de ella - Lástima que no sea tu caso - a todo esto sigue removiendo y removiendo y removiendo el potingüe.

Lorine resopla y masculla entre dientes una retahíla de imprecaciones mientras Jeremé camina por allí con trancos pequeños. La muchacha se fuerza en ignorar su presencia y se dedica a sacarle brillo a su espada. Por su culpa, Torlen los castigó y maldita sea la noche que eligió. Calada hasta los huesos y aterida de frío, frota con energía cada detalle de la empuñadura de aquella vieja espada. Demasiado grande, demasiado pesada para ella, pero nadie logró convencerla de que la sustituyera por otra. ¿Cómo podría? Es la espada de su padre, la misma que empuñaba cuando murió protegiendo a Lucienne del Jinete de la Tormenta…

La muchacha suspira y observa hacia fuera los últimos retazos del vendaval que azotó esas tierras. Lorine comprime los labios y una mueca amarga asoma en sus labios. El jinete de la tormenta… Entrecierra los ojos y oprime la espada contra su pecho. Dame la fuerza, dame el valor, padre…

 Tomás estaba concentrado en la lectura de su tratado cuando una dulce voz le interrumpe. Perdone? Ah, sí! -dijo levantando la vista. Entonces descubrió una bella joven de cabello rubio y ojos verdes. Buenas noches ! -dijo. Que pena que esa belleza se marchite tan rápidamente! -pensó. 

Aunque sería una suerte si nuestra noche de lectura no se ve interrumpida por un rayo, penetrando por la ventana e incendiando nuestros estimados libros. -añadió solemnemente.

Al escuchar el comentario de los libros adquiero un semblante serio.

Por la providencia espero que algo así no suceda, aunque creo que seriamos bastante deficientes en nuestra protección a la alianza si permitiéramos que semejante destino le fuese asignado a uno de sus tesoros.

Cambio rápidamente mi actitud, aunque admito que sería un evento bastante interesante, sobre todo a la hora de ser documentado.

 Uf! No pretendía alarmarla señorita Prisila! -dijo con un poco más de ánimo en su rostro. Discúlpeme pero estoy tan acostumbrado a tratar con mis libros y tan poco a hacerlo con las personas, que a veces puedo llegar a apesadumbrar a mis contertulios . Mi nombre es Tomás! - espetó levantándose y efectuando una leve inclinación.

Y por sus palabras percibo que su curiosidad no la ha abandonado. Eso es imprescindible para superarse. "Ad Augusta per Angusta"! -añadió

Jereme había estado bebiendo gran parte de la noche, por más que intentaba dejarlo no podía. Lorine había tenído que aguantar su olor y su borrachera durante toda la noche. Prácticamente todo el trabajo lo estaba haciendo ella mientras él se dedicaba a beber

Cita:Tomas

Hace unos días ya me había prometido a mi mismo dejar de beber, no me estaba haciendo nada de bien. Ademas empeoraba cada vez más la visión que Torlen tenia hacia mi. Seria mi prueba de fuerza de voluntad, el sobrio Jereme seria, caminando con el pecho inflado por los confines de la alianza siendo el objetivo de las miradas de los demas Grogs y mejor aun, de los magos. 

No paso ni un día y ya estoy con la botella alzada. A quien quiero engañar, no soy nada sin esta bebida. Lorine me observa con desazón, y no me importa..

-Hey.. Mujer.. -Hips- Que me estais mirando ¡EH!, ¿acaso quieres venir a hacerme compañia?-

Las palabras saltaban de mi boca, sin quererlo decía estupideces de las cuales me arrepentiria más tarde. Lorine es una excelente mujer, pero mi adicción y mi ego no me permitian mostrarle mi verdadera personalidad.