Partida Rol por web

Fedgard responde en inglés como puede, esto es, despacio, errores varios y fuerte acento alemán. Con mucho esfuerzo, consigue confirmaros que así es, Von Strassen es el único cementerio, porque el viejo, ahora mismo en obras, lo están desmantelando. Lo señala en la zona cercana a las vías del tren.

A simple vista, se trata de una joven compañía canadiense que intenta darse a conocer al mundo en materia de ordenadores y electrónica.

- No parece nada sospechoso - comentó extrañado - es una empresa tecnológica canadiense que está empezando a abrise al mundo... No sé muy bien qué pinta en un pueblo en medio de los alpes, pero igual no es nada - añadió encogiéndose de hombros.

Pancho escucha la conversación mientras enciende de nuevo el vehículo. 

-Será mejor que vayamos allí cuanto antes, puede que sea tarde. 

El mexicano creía que estaban perdiendo el tiempo discutiendo sobre las causas allí parados, habría tiempo de hacerlo en el coche, de camino a las grúas. No tenía tan claro que alguien hubiera montado todo eso por un simple tumba, pero los ricos son demasiado extraños como para entenderlos. 

-Sí, parece la mejor idea. De un modo u otro debemos acceder a esa zona vieja antes de que continúen desmantelando las tumbas -asintió a las palabras de Pancho. -Además es demasiada casualidad que una empresa canadiense trabaje en un pueblo perdido de la mano de Dios como este, ¿podemos averiguar quién es el propietario? -preguntó a su vez a Jason, también apoyando su teoría. Cabía la posibilidad de que la tal Quebec Tech estuviera controlada por un conglomerado, o que fuera un grupo de accionistas, o una empresa pantalla con sede en vete tú a saber qué país, de tal modo que rastrear su origen les podría obligar a investigar decenas de otras empresas menores y consultar registros a los que no tenían acceso, quizá ni a través de internet. Pero quién sabe, igual tenían suerte y no se habían tomado la molestia de ocultar su origen...

Miraba sorprendido como Jason sacaba datos continuamente de aquel cacharro. No se acostumbraba a usar aquellas máquinas ampliamente. Estaba de acuerdo con Pancho era hora de ponerse en marcha, pero era bueno saber donde se metían.

— Jason, ¿puedes comprobar si el Sr. Hanz Göering tiene alguna relación con esa empresa? Los demás tendríamos que ponernos en marcha.

Empezó a recoger sus cosas en el coche y prepararse para introducirse en aquellas obras.

Sin vacilar demasiado, acudís a la zona de obras.

Las obras que la compañía está realizando en las afueras de la ciudad son muy amplias y abarcan distintas parcelas de terreno a ambos lados de la vía del tren. Enormes cartelones muestran imágenes de cómo quedará la zona una vez finalizadas las obras. Una de las imágenes muestra un enorme edificio de acero y cristal que forma un espectacular arco sobre las vías del tren, uniendo ambos lados con más de veinte pisos de altura. Por supuesto todo rodeado de magníficos jardines y familias paseando.
La forma más segura de cruzar las vías es a través de la estación, que está siendo sometida a intensas reformas a la vez que mantiene el tráfico habitual de trenes y pasajeros, con lo que el lugar se encuentra en un estado algo caótico. Muchas de estas reformas están siendo costeadas también por Quebec Tech. El paso consiste en un puente peatonal que cruza sobre las vías para poder acceder a los andenes del otro lado. Dicho puente cuenta con presencia policíal armada con subfusiles y pidiendo documentación a todo aquel que les parece sospechoso. Otro camino son las vallas protectoras que impiden que alguien caiga a la vía por accidente y luego subir por el muro del otro lado.

Si lograis cruzar, podréis acceder al perímetro de la obra, protegido con una valla metálica de un par de metros con una lona interior para evitar miradas curiosas.

Las sugerencias de Janet y Arthur te parecen buenas, pero desgraciadamente, no consigues encontrar nada más de información referente a la compañía.

- No hay nada, lo cual no deja de ser extraño a su manera - dijo Jason - Yo iría con cuidado, que no se sepa lo que buscamos.

Asintió quedamente a las palabras de Jason. Si Quebec Tech tenía algo que ver, estaba claro que su rastro estaba bien oculto, al menos a primera vista. Y no disponían del tiempo ni la motivación como para indagar más en algo que podía no llevarles a ninguna parte. Lo importante era el ahora, y poder acceder al interior de las obras

-Esos policías no nos dejarán pasar, no tenemos acreditación ni motivo aparente para entrar -comentó, señalándoles con un gesto de la caebza. Por tanto su única opción, tal y como ella lo veía, sería saltar la valla como pudieran y entrar sin que se dieran cuenta. Dos metros de valla no era una altura excesiva...
-¿Probamos la entrada trasera? -preguntó, al tiempo que sonreía y señalaba con un dedo hacia arriba. Si Pancho y Arthur los ayudaban a todos a subir podían hacerlo en un santiamén, y después trepar ellos mismos. Ignoraba qué encontrarían dentro, pero al menos dispondrían de tiempo para investigar y comprobarlos por ellos mismos. Aquella obra no era sospechosa de por sí, pero sí lo era la cantidad de seguridad adicional, y eso hacía resonar todas las alarmas

- Podemos trepar o podemos - dijo Jason rebuscando ruidosamente en la bolsa de deporte - usar uno de estos - terminó mientras sonreía y les enseñaba unos alicates para cortar alambre.

Pancho se quedó mirando a la seguridad del puente y tras eso a las obras de la estación, era tan estúpido que podría funcionar. 

-¿Y si robamos unos uniformes en de las obras y nos hacemos pasar por trabajadores? No creo que así haya problemas de documentos. 

Había pasado unos minutos observando a la seguridad, y no perdían el tiempo con gente de uniforme. De todas formas era mejor que te descubrieran disfrazado de obrero que saltando una valla. 

-A mí me valen las dos opciones. Pero podríamos probar con los alicates, parece un método más rápido -dijo, sin demasiada intención de moverse de momento a menos que el grupo decidiera que mejor disfrazarse. Total, podían probar un modo y si no salía intentar el otro

Las opciones lanzadas por los aventureros se convierten en una especie de balbuceos cuando comprueban que existen dos controles. Un primero donde los propios guardias de la compañía cachean al personal al entrar y al salir, rastreándolos con un detector de metales, y un segundo control electrónico donde hay que ingresar un código en una pantalla táctil tras ingresar una tarjeta de identificación en la ranura correspondiente.

Sobre el papel, saltar la valla a plena luz del día es un acto suicida, pues a pesar del tamaño del recinto, se encuentra bastante despejado de obstáculos y cualquiera que saltase las barreras sería fácilmente identificable.

Ahora mismo, con la tarde avanzando, algunos grupos de operarios comienzan a salir de sus puestos. Una pareja de guardias de seguridad camina perimetralmente por el lugar, armados.

- Y...¿y si esperamos a que sea de noche? - preguntó Jason
- Podemos dedicar el día a prepararnos, a buscar algo de información del sitio y quizá echar un ojo al otro cementerio - añadió.

No parecía el típico sitio al que deberías entrar sin preparación. Además, una vigilancia tan fuerte en la entrada no apuntaba a que fuese a ser nada fácil en el interior.

Arrugó el ceño mientras comprobaba que lo dicho por Jason era más que lógico. Intentar traspasar la valla en aquel momento sería absurdo, podrían verles con facilidad e incluso si no era así por azares del destino aún tendrían que evitar a esos guardias armados. -Estoy de acuerdo. Y la seguridad interna es demasiado elevada como para intentar otro plan -dijo, al tiempo que señalaba el protocolo de código y demás que parecía desplegarse ante ellos ahora que algunos trabajadores entraban y salían

-¿Tanta seguridad para una obra como esta? -preguntó, casi de manera retórica, girándose hacia sus amigos. Ya tenía dudas de que aquella empresa fuera un entramado para desviar el origen de su propietario, o que por algún casual tuviera algo que ver con todo lo que ellos mismos estaban haciendo, pero las casualidades a ese nivel no solían darse. No sabía exactamente el qué, pero algo allí no encajaba. Posiblemente no lo supieran con certeza hasta que investigaran en su interior, y aun así quizá no encontrasen nada relevante, pero había gato encerrado. Podía sentirlo, y esa intuición rara vez fallaba

Pancho continuaba creyendo que la mejor forma de pasar era por delante de sus narices. Quizá alguien podría hacerse con alguna identificación en el bar donde fueran tras trabajar, pero parecía que el plan de saltar la vaya ganaba fuerza. No le quedó más que resignarse y seguir observando la ruta de los guardias de Seguridad en esa monótona y rutinaria patrulla de vigilancia. 

-Totalmente de acuerdo, si va a ser por la valla mejor que sea con poca luz. Lo demás sería un suicidio. Aunque creo que habría una posibilidad de colarse como un trabajador. Pero si queréis seguir juntos sería mejor la valla