Partida Rol por web

Francisco desesperado por la sobrehumana resistencia del lasombra al que le es tan dificil acertar decide acabar el combate de forma poco ortodoxa. Trata de morderle mientras lo sujeta

Francisco se abalanza sobre el cuello del Lasombra destrozándolo de un mordisco. Al perder este el control de sus facultades la cúpula se deshace.

Al levantarte, con la boca y parte delantera del chaleco llenos de sangre, observas que hay un superviviente, muy malherido por el fuego, que te mira con ojos desorbitados mientras balbucea:

-Va-va-vampiro...-

Francisco le sujeta la boca para hacerlo callar, y luego se la tapa con los restos de la ropa de un muerto. Entonces se limpia y carga con el herido tratando de alejarlo de la zona de combate.

Regresas al túnel por donde aparecistes...o esa era tu intención. A medio camino te encuentras con un grupo de unos 13 individuos, del mismo bando que tu. El oficial pregunta:

-¿Que ha pasado en la trinchera?¿Por qué no estás disparando?-

.- Señor. En esa trinchera todos estan muertos. Cuando la ofensiva del Sabbat acabó, solo quedabamos yo y mi compañero; y mi compañero no estaba ya en condiciones de luchar. Tuve suerte porque un vampiro se peleó con otro y lo mató de un mordisco. Estalló un tanque de lanzallamas, y mi arma se precipitó a las llamas quedando calcinada... Estando desarmado, con la necesidad de socorrer a mi compañero, me vi en la obligación de cargar con el hasta donde pudiese recibir ayuda-.

-De acuerdo, llévelo al pabellón médico.-

Acto seguido continua con su avance hacia la trinchera.

Cuando Francisco y el herido se quedan solos le susurra.-No se donde esta el pabellon medico, pero no voy a dejarte morir después de lo que hemos pasado juntos. Si puedes decirme donde esta te llevare, y si no puedes te dejo al primer peloton que encuentre, pero te pido por favor que no me traiciones después-. Francisco actua en consecuencia a sus palabras.

El herido te mira largamente a los ojos. Asiente y dice:

-La caverna con los barracones de corte militar, tiene una gran cruz roja encima.-

Francisco carga con el herido hacia los barracones y mientras le pregunta .-Oye ¿Sabes donde esta la Camarilla en esta ciudad?-.- Haber si consigo orientarme y llegar a algun lugar donde pueda reorganizar mis ideas-.

-No te delataré por que me estás salvando la vida, pero si te vuelvo a ver te mataré. Eso por supuesto quiere decir que no te diré nada.-

Dejas al soldado en el barracón médico. Justo cuando vas a salir de él una joven muchacha se te acerca y te dice:

-Ven conmigo, no tienes buen aspecto.-

.-Estoy perfectamente, no me hagas perder el tiempo con pruebas y chorradas de esas. Se me ha roto el rifle, y un oficial se ha enfadado conmigo por traer al enfermo. Imaginate como estoy ahora...-. añade.- Y por si no te has dado cuenta, he traido a ese enfermo en brazos, así que muy mal no puedo estar, y el frente es el mejor lugar para alguien como yo-.-Sería patetico que ahora me descubriese una enfermera-. Trata de marcharse de los barracones

La enfermera mira furtivamente a los lados, tras cerciorarse de que no la ve nadie te mira de nuevo mostrando sus colmillos, claramente no humanos.

-¡Que vengas gilipollas!-

.-¿Otra infiltrada? Es interesante, puede que incluso haya más. Espero que no sea una espia del Sabbat, porque tiene una boquita...-. Rapidamente asiente.-Voy-.

La enfermera te lleva a un cuarto apartado, tras asegurarse de que nadie la ha visto cierra la puerta y te mira.

-¿¡Qué haces aquí!? Tenías que venir a buscarme al casino mañana.-

eres un necio arriesgándote a que te descubran los soldados.

.-No me arriesgo más que tu, después de todo...-. Se lo dice con una sonrisa-Voy a seguirle la corriente para ver a donde lleva esto-.

Te mira enarcando una ceja.

-Yo no estoy aquí por gusto. Sigo órdenes. Hago de enfermera...de puta...de lo que mi jefe ordena. Por cierto...respecto a lo de mañana...verás ando algo corta de pasta. Quizás podría pagarte de otro modo...al menos parte del precio.- mientras dice esto se muerde el labio de forma sugerente la tiempo que pasa un dedo una y otra vez por tu pecho, con la otra mano sujeta la tuya y la lleva directa a uno de sus pechos. La situación no dura más de unos pocos segundos, pro no deja dudas respecto a lo que se ofrece.

-Ahora largo de aquí, y recuerda, mañana a las12 en el hotel del casino. La habitación de siempre.-

Se marcha de la habitación.

Francisco busca en el instrumental medico bolsas de sangre o algo que le pueda ser de utilidad, al salir se acerca a uno de los enfermos no aptos para seguir luchando de los que parece que les van a dar permiso por heridas. .-¿Estaria bien poder ir a jugar al casino verdad?-.

Te mira muy extrañado.

-¿Al casino? Bueno es tu cuello....como vean ese uniforme aparecer por allí...no sales.-

En tu búsqueda no encuentras nada que no esté vigilado.

.-No, hombre no. Nos quitamos los uniformes y nos corremos una buena fiesta. Es arriesgado, pero tiene sus ventajas, y más si te sabes el nombre de tal o cual crupier lejos de la vista, o tienes el privado de alguna camarera-. Le dice guiñandole un ojo.-Después de el combate me he quedado un poco desorientado, y tenia ganas de beber un poco -. Esto último lo susurra.-¿Comprendes? No se ni donde vivo ahora... Ja, ja, ja. Así que no se llegar yo solo, pero si me ayudases, podriamos pasarlo bien.-.