Partida Rol por web

Con el grito de Blirk parece que las voces se callan. Mientras Eglath se encarama al balcón sin mucha dificultad, los seres del otro lado de la puerta preguntan en común: ¿Quiénes sois?

-Deberíamos no hacer ruído, siempre sería mejor pillarlos por sorpresa- dice cuando ve al bárbaro con intenciones de echar la puerta abajo. -Puedo intentar abrir la cerradura si fuese necesario- dice mientras saca su pequeño juego de herramientas. -Además podría intentar subir al balcón- dice estudiando la posibilidad - y echar un vistazo, a ver si puedo encontrar algo-

Silencio!!! Hagan silencio!!! les "grita" a sus compañeros mientras se acerca a la puerta...

Venimos a hablar con vuestro jefe. Traemos esclavos para vender. Abran la puerta o su jefe se enojará cuando se entere que nos están haciendo perder el tiempo!

Luego, mientras espera la respuesta de los del otro lado de la puerta, mira a sus compañeros. Garra, tu llevas como prisionero a Treble, Lanfear, tu vienes conmigo... Blirk, eres mi guardaespaldas... Por úlitmo lo mira a Eglath y le dice con un gesto que se esconda.

Se escucha cómo las voces hablan entre ellos y luego la voz de antes vuelve a preguntar: ¿Qué traéis a los Asaltantes Sangrientos?

Eglath se agazapa como puede en el balcón, aunque su tamaño sea un impedimento importante para no ser visto, a no ser que le confundan con una gran roca, claro...

Terble suelta un bufido de resignacion (siempre me toca a mi... no se como me las arreglo) y le entrega sus armas y sus posesiones a garra y coloca sus manos a la espalda como si estubiera maniatado

Que más!? Traemos esclavos!... responde Fraxtra fingiendo estar enojado, mientras mira a sus compañeros con una sonrisa picarona.

Notáis que el goblin duda un poco: ¿Cuántos sois?

Cita:

Lanfear no puede evitarlo y comenta en susurros a Faxtra - vaya que te parece, pero si hasta parece que van a saber contar

Somos 3 y traemos 2 esclavos. contesta Fraxtra, indignado con la demora...

Miro al goblin, con el hacha en la mano y enseñando los dientes, cual perro rabioso. No nos dejaremos intimidar por alguien que es de mi tamaño, aunque mucho más feo y menos carismático, claro está.

Si lo que quiere es intimidarnos, creo que mejor que vaya a hacerlo a los conejillos que rumian hiervajos en el campo. Se ha equivocado de grupo...

Se escucha un ruido en la puerta, parece que los goblins están a punto de abrir cuando preguntan de nuevo: Entonces conocéis a Krand ¿os está esperando?

SI!!!, son necesarias tantas preguntas para vender unos patéticos esclavos!?

El grito de Faxtra hace parar el sonido de la puerta y con un tono un poco desconfiado el goblin contesta: Claro que sí, los Asaltantes Sangrientos no tratan con cualquiera.

¡O nos abrís la puerta, o decimos a nuestros exclavos que lo hagan!. ¡Mejor aún, o abres ahora mismo, o la tiro yo mismo abajo! -grito con mi voz de pito al goblin del otro lado de la puerta, aunque mi sueno totalmente enfadado o lleno de rabia. Algo así como una madre enfadada, solo que midiendo medio menos y con un hacha enorme en mis manos.

Garra, obsesionado aún con el balcón, decide cambiar de táctica y apoyar a Elgath para ver si pueden entrar por arriba, viendo que el truco está funcionando y los demás posiblemente entrarán. Garra entrega las armas de Faxtra a otro de los que se quedan abajo -Voy a apoyar a Elgath, si no podemos  entrar desde arriba os seguiremos, si no, atacaremos también dentro, por la retaguardia si se da el caso-

Las puertas se abren a un pasillo de 10' de ancho. A la izquierda, una abertura lleva a otra habitación, y a la derecha hay una puerta cerrada. Al final del pasillo hay una puerta de doble hoja de piedra, en la que hay símbolos grabados. Dos goblin montan guardia en el pasillo.

Al momento el goblin que abre la puerta se da cuenta de que ha sido engañado. ¡Gosamar!, grita en un idioma que desconocéis.