- No. Estoy bien, dijo escuetamente, nunca se le he habían dado bien las relaciones sociales, menos cuando era un dios el que tenía ante ella. Si a su padre le guardaba gran respeto y admiración, no era solo por ser su padre.
- Lo lamento, no me he presentado como es debido, dijo después mirando a Valeria y relajándose un poco, soy Konomichi Dai, dijo haciendo una referencia, hija de... tal vez era mejor dejarlo así. Es un honor conocerle y ser invitada a su hogar.
- Oh, si, yo tampoco me he presentado. Giacomo Fabrizzo, director ejecutivo de Solaris, aunque eso solo cuando me estoy haciendo pasar por mortal. Supongo que mi verdadera identidad ya la habrás intuido.
Se sirvió una copa de vino
- Conozco a tu padre; tendré que agradecerle en persona que te haya enviado.
Valeria comenzó a despertarse, y poco a poco se incorporó en el sofá
- Mmmmm... ¿donde estoy? -mira desorientada a su alrededor, hasta dar con Giacomo- ¿papá?
Giacomo dejó la copa de vino sobre la mesa y se acercó corriendo a Valeria para abrazarla
- ¡Valeria! ¿Estás bien?
Sin separarse del abrazo de su hija, te miró y se dirigió a ti
- ¿Podrías traerle un vaso de agua, por favor? La cocina está al fondo
La mujer asintió ante las palabras de Zeus, pero no dijo nada. Estaba orgullosa en parte de que conociese a su padre, y a la vez que le hablara de ella positivamente. Cuando iba a contestar, Valeria despertó.
Dai escuchó al hombre y le asintió, salió de la sala, en busca de la cocina, estaba contenta de ver que la joven había despertado.
Valeria aceptó el vaso de agua y bebió poco a poco
- Padre, che cossa e successo? -dijo en italiano
Giacomo acarició la cabeza de su hija y le besó en la frente
- Dopo spiego, cara mia. Parla inglese; abbiamo invitato
Giacomo te miró
- Esta mujer... te ha salavado la vida. Perdona, pero no me has dicho como te llamabas...
- Soy Dai Konomichi, dijo haciendo una reverencia, Ha sido un honor salvarla Señorita Fabrizzo. No quiso desvelar nada hasta que su padre le explicase bien todo. Estaba en peligro y es mi deber ayudar a los más débiles.
No tenía muy claro si era mejor dejarles a solas, así que esperó que le indicaran que se retirara cuando así lo consideraran.
- Oh, creo que la conozco. Saltó al escenario aquella noche en el Wynn, ¿verdad?
Se acercó a Dai y la abrazó
- ¡Muchas gracias! Con esta creo que ya es la segunda vez que me salva la vida, pero... no entiendo como hace para estar en el lugar adecuado en el momento oportuno
- Digamos que ha sido mucha suerte por su parte, Señorita Fabrizzo. De nada, le dijo sonriente. Tal vez debería contratarme, soy una buena guardaespaldas, comentó medio en serio, medio en broma, aunque su semblante más bien tranquilo no dejaba claro nada.
No sé muy bien si estoy siguiendo bien el tema o me he perdido... mucho. :(
- No sería una mala idea -comento Valeria con una sonrisa- Pero... Papá, aún no me has explicado que haces aquí. Pensaba que seguías en Roma
Valeria es la mujer a la que estuvieron a punto de sacrificar en la obra de teatro
- Si, tengo muchas cosas que explicarte, hija. Señorita Konomichi, le estoy muy agradecido por todo lo que ha hecho, pero me temo que esto es algo de caracter privado. Puede pedir un taxi para volver a la ciudad; yo correré con los gastos. Y agradezcale también a su padre a atención prestada de mi parte.
Dai hizo una reverencia ante el poderoso dios y después a su hija, como he dicho antes, ha sido un verdadero placer. Si necesitasen de mis servicios nuevamente, ya saben dónde encontrarme.
Tras despedirse de los dos y desearles buena vida, la joven partió en un taxi rumbo a su hotel, tenía la duda durante todo el camino si ir a casa de su padre a indicarle el fin de su misión o por el contrario no debía molestarle, y mejor se iba a su cuarto a tomar una buena ducha.
Finalmente indicó al taxista la dirección de su padre, creyó importante darle las gracias de Zeus y comentarle el incidente con aquel hombre que no había muerto tras la caída.
Sí sí, eso lo sabía, me refería a si tenía que quedarme más tiempo o no, pero ya me lo has dejado claro.
Después de media hora, vuelves al Palacio Imperial
Emmmmmmmmmmmm
¿falta algo o es solo eso?
¿El Palacio Imperial es donde vivo yo no?
¿Entonces no veo a mi padre?
El Palacio Imperial es el casino donde está alojado tu padre; simplemente saber si vas directa a la suite o lo buscas antes por las mesas de juego o el bar
Una vez de nuevo en el Palacio Imperial, decidió ir directamente a la suite de su padre, esperando encontrarle allí y poder hablar con él directamente. Aunque sabía que a veces eso no era nada fácil.
^^
Tras unos segundos, la puerta de la suite volvió a abrirse. La misma joven vestida de geisha te invitó a entrar, después de quitarte el calzado
Se alegró que su padre pudiese recibirla, y tras una reverencia se quitó el calzado rápidamente, gracias a años de práctica, y se situó junto a la joven para que le indicara que podía continuar.
La joven te acompañó hasta la misma mesa donde habías conversado con tu padre, y se acercó al dormitorio para avisar a Saito. A los pocos segundos, abrió la puerta corredera y salió, con el mismo elegante kimono blanco que llevaba en la primera reunión. Se acercó a la mesa, y tras una leve reverencia, se arrodilló en frente tuya.
- Bienvenida, hija. ¿Que noticias traes?