Partida Rol por web

El silvano miraba desde arriba los golpes de su caballo, se había ganado a base de bien un tratamiento de lujo, para reponerse lo mejor posible. Alborotó un poco sus crines como señal de orgullo, y observó como el Noldo volvía en si.

No queriendo herir el orgullo de un elfo como él, quitó hierro a la forja de bienvenidas que se sucedían - Dejarle respirar, ¿no sabéis que los elfos no dormimos? Seguro que ha estado atento a todo para ver si podemos sobrevivir sin él, y que en más de una ocasión le han dado ganas de abrir los ojos y darnos una reprimenda - sonrió ligeramente - ya lo has visto amigo, tu ayuda aunque no es estrictamente necesaria, es útil y se echa en falta si no esta donde debe.

 Tirlindë echó un vistazo a la carta, pero en realidad su conocimiento de la lengua negra no le permitía hacer una traducción directa y completa del texto.

 Sí pudo entender que la carta iba dirigida a un tal Ar Gular. A este se le agradecía que hubiese enviado dinero al que escribía la carta y se le preguntaba si habia sabido algo más del grupo de "Dunedains" (esta palabra estaba clara en el original) al que vigilaba o controlaba o algo parecido. Lo cierto es que el texto hacia constantes referencias al hecho de que el receptor del mensaje trabajaba y debía lealtad al emisor del texto.

 Pero lo que más sorprendió al noldo fue que estuviera firmada con el sello de la "Casa Real" de Minas Morgul. ¿Acaso el Rey Brujo tenía un descendiente que ocupase su trono? ¿Era un usurpador de su identidad o sencillamente, una broma? O, la peor opción de todas... ¿Quizá Eärnur no consiguió acabar con él tras perserguirlo en las Landas de Etten?

2 Hithui
16:00 - 18:00

El grupo continuo avanzando a pesar de las continuas discusiones sobre lo que pudo ser y no fue.

 Aún no podían ver la posada, pero ya se oía el sonido del río y si uno entornaba los ojos, podía ver una columna de humo a lo lejos. Puil y Leddon confirmaron que estaban cerca. Ellos habían jugado de críos en aquellos campos.

Con la visión del fuego del hogar en mente, las preocupaciones abandonaron mis pensamientos por unos instantes.

El camino parecía tranquilo y mi vista se perdía en los margenes del bosque circundante, estimulada por el trinar de los pájaros y el vaiven de los animales del bosque.

Por fin estaban por llegar, el silvano quería ver la cara de la familia que incrédula les había despedido pensando que no volverían.

Esa cara de sorpresa inesperada, sería suficiente pago para Elendorn.

El enano estaba ensimismado en sus pensamientos mientras conducía su caballo por el sendero. Pronto llegarían a la posada y podrían descansar de esté pesado viaje.

Una cerveza y reposo, eso era lo que necesitaba el grupo para encaminarse a su siguiente misión.

Se acercaban. Buenas noticias. El hobbit se mostraba cada vez más animado, como sus tripas, que ya cantaban alegremente el son de los estómagos vacíos y anhelantes. Ya se las pintaban felices...

El noldo saludó a todos sus compañeros conforme le iban interpelando, mostrando alguna que otra media sonrisa y respondiendo al falso halago de Elendorn con su característico tono avinagrado:

-No te equivoques moriquendi, no hay ser más valioso que un noldo, pero no por ello debemos encargarnos de todo... - dijo al sentir parte de su orgullo insultado, para luego continuar exponiendo en un tono más serio y preocupado- pero volviendo a temas importantes, he de hablaros de la carta, porta un mensaje bastante aciago y si es cierto, es posible que la propia sombra del mal vuelva a extenderse a estas tierras... -termino exponiendo en tono críptico.

Por lo que aclarándose la garganta y clavando sus profundos ojos grises en todos los miembros del grupo con intensidad se dispuso a narrar todo lo que había podido entender, aunque por su conocimiento de la Lengua Negra tampoco pudo entenderlo completamente, así que manteniendo un tono funesto dijo:

-Iba dirigida a un tal Ar Gular, que supongo que se tratará de nuestro asaltante, el cual había enviado dinero al emisor del mensaje, al que al parecer debía obediencia, lealtad o algo similar; también se le preguntaba al semiorco, si sabía algo más de un grupo de Dúnedain a los cuales parece que vigilaba -dijo esto último mirando a su amada esperando que ella pudiera aclararle algo en este punto- pero lo más preocupante era el sello de la carta... -expuso para hacer una pausa dramática antes de pronunciar aquellas palabras que ya de por sí helaban la sangre- proviene de la "Casa Real" de Minas Morgul, del mismísimo Rey Brujo, pero eso es imposible, cayó hace mucho tras la caída de Angmar... -dijo para realizar otra pausa y culminar exponiendo- el mal se vuelve a cernir sobre la Tierra Media...

Y tras sus funestas palabras dio un tiempo a los demás miembros del grupo para que asimilaran todo aquello mientras el no paraba de pensar "¿Cómo pudo el hechicero sobrevivir? Se supone que el gran Rey Eärnur acabó con él y todas sus huestes con la ayuda de Gil-Galad... ¿Acaso son ciertas las leyendas de que ningún hombre puede matarle? este mensaje debe llegar a oídos poderosos, quizás con la ayuda de Elrond o la Dama Galadriel se pueda acabar con el peligro antes de que sea demasiado tarde..." reflexionaba el mago durante el trayecto pero sin perder ni un detalle a su alrededor, pues la intranquilidad que sentía le hacía permanecer bastante alerta incluso allí tan cerca de la posada.

No obstante, no perdió la oportunidad de recordarle al silvano porque un noldo siempre está por encima de las demás razas, así que en tono pretencioso y mirando con una media sonrisa al "trepa-árboles" le dijo:

-"Estimado" -mencionó en un tono remarcadamente forzado- Elendorn, quizás debáis replantearos el significado de necesario...

Tras oír el contenido de la carta, el silvano pensó que si regresaba aquel temido rey brujo, solo tendrían que acabar de nuevo con el, pero sería demasiado bonito su fuera tan fácil.

Luego llegaron las palabras que pretendían insultar su buena fe, su comentario que buscaba sin malicia animar al Noldor con algo diferente, y sin aportar otra frase de "uy por fin has vuelto sin ti no seríamos nada", no, el silvano no se sentía inferior en absoluto, el no era nadie para juzgar sus motivos para haberse quedado en el bosque, y un pensamiento pasó por su mente y no quiso acallarlo - tranquilo, he vivido mucho sin necesidad de noldos, nadie es imprescindible en tierra media, ni tu, ni yo, si murieramos hoy otro tomaría nuestro relevo y muy pocos llorarían nuestras muertes.

 Mientras trotais con los caballos veis un bulto grande a la derecha del camino. El bulto mide como dos metros y parece un saco, o algo envuelto en una tela. No se ve muy bien, por que queda entre la calzada del Camino y un arbusto de gengíbre, semi oculto a la sombra de la tarde.

 Al acercaros más, observáis que el bulto es en realidad un hombre. Parece mal herido o puede que incluso muerto, envuelto en su capa de viaje. No observáis que lleve armas, aunque os da la sensación de que sí lleva una armadura. Parece un norteño, aunque es difícil de precisar.

 Tu extraordinària visión élfica te permite reconocer a un miembro de la guardia que patrulla el camino de Bree a Cameth Brinn cuando lo ves. El uniforme del reino de Arethain es reconocible por su característica capa parda con la que se tapa el soldado mal herido.

 Esperas que no esté muerto.

 No lo creo. interrumpió Leddon sobre su montura.

 El castillo. El lugar que mencionó Grimburg... él lo llamo "no sé qué argular"... no creo que sea una coincidéncia.

 ¿Era posible que aquel lugar tuviese algo que ver con la carta y el misterioso jinete?

Cuando pude discernir al Norteño que yacia envuelto en su capa de viaje, hice una seña al hechicero, que tambien lo habia visto, para que avisará al resto y cubriese los flancos y la retaguardia al otro lado del sendero previniendo otra posible emboscada.

Entonces, azucé levemente a mi caballo y me puse a la altura del forastero. Desenvainé mi lanza y a una distancia prudencial, cuando vi que mis compañeros estuvieron situados y cubriendo todos los flancos, interpelé al norteño.

¡¡AH DEL CAMINO!! ¿QUIEN VA?

El gran camino del Este parecía muy transitado aquellos dias, y pocas de las personas que lo frecuentaban resultaban ser amistosas.
En las ultimas horas habia terminado asumiendo un permanente estado de alerta que resultaba tremendamente agotador.

Esperaba simceramente no tener que derramar más sangre hasta llegar a la Posada.

Sin esperar de más, Elendorn bajó de su caballo y tomó una posición cubierta por un árbol mientras cargaba su arco, no se alejó de sus compañeros, solo se cubrió con el árbol más cercano. Ya iban muchas flechas que habían silvado cerca de su rostro ese día, y no quería seguir tentando a la suerte. Si resultaba ser una falsa alarma, mejor que mejor, pero a esas alturas el cansancio de un viaje que no acababa, fue suficiente para que esta vez se preparara para cualquier cosa.

Ar Gular, Rey brujo, el mal se cierne sobre la tierra... ufff, este mago era muy mago. Vale, se suponía que estaba leyendo una carta en un idioma desconocido para el hobbit, pero así como leía se le ponían los pelos de punta al pequeño guerrero.

-Emmmm, malas noticias... -tanteó un tanto despistado Rudigar.

El tema le venía grande, apenas si era capaz de asumir la vida de aventurero, los grandes acontecimientos del mundo quedaban todavía muy por encima de su capacidad de asimilar información. Tal vez más adelante, quien sabe si demasiado pronto.

La voz de alerta de Ragnar sí que trajo una reacción rápida en el mediano: un aviso así significaba que debía coger su ballesta y cargarla con una saeta sin dilación...

El enano permanecía pensativo. Cuando hablaron del rey brujo a él solo le parecieron historias de vieja que no llevaban a ninguna parte. Pero todo parecía muy real ahora, "quizá una nueva aventura nos espera" pensó mientras guiaba a su caballo por el camino.

De repente, el beornida pareció ver a alguien en el linde del bosque y se dirigió hacia él mientras daba instrucciones. Le pareció un riesgo innecesario, pero le hizo caso y permaneció detrás suya. Tendría que actuar rápido si de nuevo eran asaltantes, así que estaría preparado para ello.

Tirlindë miró con incredulidad como sus compañeros empezaban a prepararse ante un posible combate cuando lo que debían hacer es ayudar "¿Pero que hacen? ¿están ciegos? su estrechez de miras acabará con ellos algún día..." pensaba el noldo para sí mientras volvía a sentirse rodeado por la insensatez, por lo que dijo en tono autoritario:

-¿Pero qué hacéis? ¿no veis que es un miembro de la guardia que patrulla el camino de Bree a Cameth Brinn? Lleva el uniforme del Reino de Arthedain y está muy mal herido, ¡dejad vuestra beligerancia y ayudadle! -dijo de forma apremiante en un tono que no admitía discusión.

Acto seguido le dijo a Puil y a Leddon que empezarán a hervir el agua para preparar algunas hierbas mientras el se acercaba al hombre herido y tratándolo con cuidado para examinarlo le dijo en adunaico:

-¿Podéis oírme señor? ¿estáis herido? no os preocupéis pues estáis entre amigos, ¿puedo echar un vistazo? -preguntó en tono serio, pero un tanto preocupado, pues si era un dúnedain del Reino de Arthedain puede que estuviera relacionado con el grupo de dúnadan que se mencionaba en la carta.

El silvano hizo caso omiso al Noldor, no era aquel hombre lo que más le preocupaba, si no en la posibilidad de (1) que sea una actuación para tomar desprevenido al enemigo y (2) que fuera un inocente colocado a modo de señuelo. En seguida fue mirando por todos sitios por tal de asegurar que no había peligro.

 El lugar del camino parecía tranquilo. Nadie se acercaba desde los campos que os circundaban, ni desde los lados de la calzada. No había nada que pareciese sospechoso.

 Aunque también podrían estar usando magia...