Partida Rol por web

El libro de Shaire

Prólogo - Estación

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27/10/2011, 12:31
Director

Son las dos de la tarde y la estación de autobuses de Getafe es un hervidero.

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27/10/2011, 13:40
Antonio Mendoza

Me acerco a la máquina de chocolatinas, como si fuera a sacar algo para comer. Pero en vez de eso miro a las dos chicas que están frente a ella. La duda atenaza mi rostro. No sé qué hacer, pero mis labios se mueven. No tengo muchas opciones, tiene que ser...

¿A...A...Alicia Egeo? Mi cara denota una preocupación como pocas veces ambas mujeres habrán visto nunca. Temo que ninguna de ellas sea, de echo es probable que ninguna sea, pero... ¿qué opciones tengo? Desde que empezó todo esto, estoy con la misma historia, sin poder elegir casi nunca.

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27/10/2011, 13:46
Director

Pero.. Y este tipo que os acaba de abordar, ¿no es clavado a uno de los sujetos que custodiaban el libro?

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27/10/2011, 21:27
Alicia

MUSICA

Escuchaba las noticias sumida en una especie de trance. Torbellino había muerto por mi culpa, porque no había tenido el valor de apretar el gatillo de nuevo. O porque había intentando ayudar a alguien que ni siquiera sabía quién era. No era el único, los cuerpos retorcidos, reducidos a una masa ensangrentada de huesos y carne permanecían grabados en mi memoria.

Permanecía de pie en el andén, abrazándome el cuerpo y mirando con desconfianza los coches que iban y venían. Aunque no me mencionasen, sabía que me estaban buscando. No pude evitar pensar en que mentían, por más que aquel mutante fuera un asesino, no pude evitar recordar que llevaba un camisón de hospital. Había demasiadas cosas que no encajaban.

Apreté los labios, tenía que cambiar mi aspecto y desaparecer. Luego podría reunir recursos e intentar desaparecer. Después podría buscar a mi familia. Era una esperanza vana, pero era todo cuanto me quedaba.

Intenté no pensar en mi familia o Torbellino. Así que pensé en las otras noticias, todas de mutantes. No creía demasiado en las casualidades, así que pensé que merecería la pena investigarlo. Como también merecía la pena investigar al asesino de Taz. Sentí otra punzada de dolor, pero antes de que pudiera volver a torturarme recordando cada cosa que había ido mal y cada una de mis equivocaciones, sentí que alguien se chocaba conmigo.

Iba a mandar a la mierda a aquella chica. Incluso después de reconocerla pensé en mandarla a la mierda. ¿Hasta qué punto tenía sentido salvar un mundo que era una puta mierda? Pero no abrí la boca. Decir algo parecía de locos.

Apenas tuve tiempo a reaccionar, antes de eso, el otro tipo en la estación se dirige a mi por mi nombre. Entrecierro los ojos pero me esfuerzo en que mi sorpresa y desconfianza no se reflejen en mi expresión o en mi lenguaje corporal. Nota: Necesitaba un nuevo nombre. Luego le examiné.

- Eres el del Ave - declaré como si fuera lo más evidente del mundo - ¿Por qué te buscan?

No confirmé ni desmentí mi identidad, incluso preguntar cómo lo sabía habría sido una cagada en este momento. Luego miré de reojo a la chica mirando si estaba herida, empezaba a sospechar algo.

- ¿Te encuentras bien? - pregunté.

Aunque sólo por si acaso, me aseguré de colocarme de modo que pudiera huir si lo necesitaba. No me fiaba en absoluto de aquella gente. O de nadie, para ser sinceros. Miré a mi alrededor, buscando cosas que pudiera usar en mi huida llegado el caso. Mi... nuestro destino apestaba bastante. 

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27/10/2011, 23:12
Carla Vidal

Sentía los músculos más rígidos que un roca. Debía tranquilizarse o, tarde o temprano, cometería un error y llamaría demasiado la atención en aquella estación repleta de gente y, sobretodo, policías.
Pero su nerviosismo le jugó la mala pasada que tanto temía. Sin querer, chocó contra una chica cerca de la máquina expendedora. “Mierda!” pensó de inmediato Carla.
Se disponía a pedir disculpas a la chica cuando un flash la dejó congelada al instante. Carla conocía a aquella mujer, pero no recordaba exactamente de donde.
No sentía que la hubiera visto en la universidad, por la ciudad o en los lugares que, antes del accidente, había frecuentado. Era como si, la chica, fuera la respuesta a muchas de las preguntas que en los últimos días le habían rondado por la cabeza.
Mientras hacía acopio de memoria, se acercó un tipo preguntando el nombre de la misteriosa chica con la que había chocado. “Alícia Egeo?”, pensó Carla intentando hacer una conexión con sus recuerdos. Pero fue inútil, nunca había escuchado ese nombre.
Pero aquel hombre... también le era conocido. Coincidencia? No, solo que... Carla sintió un escalofrío por toda la espalda.

-Vosotros... vosotros estabais allí... sujetando el libro... conmigo...

Sus palabras salieron sin previo permiso. Carla vomitó su primer pensamiento al reconocer a dos de los miembros del grupo que habían aparecido en su “visión” hacía un par de días.
Era aquella la sensación que tuvo, al ver por primera ver a la muchacha y al chico: ellos podrían saber qué estaba sucediendo... qué le estaba sucediendo.

-Perdonad... sí, sí, me encuentro bien, gracias. - dijo Carla respondiendo la pregunta de la tal Alícia.- Puede sonar extraño pero... los dos aparecíais en una especie de sueño en el que... es difícil de explicar... hacíais cosas... “especiales”.

Carla miraba a los ojos del chico y la chica de forma alternativa. Buscaba una reacción en ellos que le diera una pista sobre cierta relación entre ellos. O puede que encontrar una fría mirada de indiferencia...

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27/10/2011, 23:51
Alicia

Otro esfuerzo para no dejar traslucir mis pensamientos. El sueño y el libro, aquí era donde se suponía que todos debíamos reconocer que habíamos tenido el mismo sueño y estabamos predestinados. Los cojones.

Lo más probable era que hubiera sido implantado por algún telépata. Eso lo explicaría. Y aún si era real, ¿por qué? ¿Por qué diablos yo y no Javi? ¡Él era el que tenía todos los poderes! Además, lo único que quería era recuperar a mi familia, tal vez machacar al cabrón que nos había atacado y poder estudiar un par de masters en el extrajero. ¿Era tanto pedir? Aparentemente si.

Parpadeé dos veces poniendo una fingida cara de circunstancias, esa que pones cuando no quieres decir algo por educación.

- No... no termino de entenderte - mentí - ¿especiales? ¿con un libro? - Seguí su mirada y vi a unos policías - Pareces... - miré al otro chico - parecéis algo nerviosos, ¿seguro que estáis bien?

En cierto modo sospechaba que mi intento por distanciarme sería inútil, si se creía en el destino, la única elección posible era la que planteaban los fatalistas. Pero va, que le dieran por culo al fatum. Luego miré hacia la carretera, si la gente con la que había quedado tardaba mucho, iba a tener que empezar a pensar en otras alternativas para salir de aquí...

MÚSICA

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28/10/2011, 04:38
Antonio Mendoza

Disculpadme por presentarme así ante vosotras dice Antonio, con un claro hacento Mexicano, mi situación es bastante desesperada. El nombre de Alicia Egeo... esperaba que alguna fuerais ella, ya veo que no me equivocaba. Creo que los tres deberíamos hablar, pero no me parece bien hacerlo en un sitio donde cualquiera pueda escucharnos, especialmente aquellos que me persiguen... o que os persiguen digo, haciendo referencia a las anteriores palabras de las tres. Sé que mi forma de abordaros os puede hacer sospechar algo de mi, por eso os ofrezco dirigirnos a la cafetería de las estación, a una mesa apartada, donde podamos hablar sin que la gente nos pueda prestar atención sin que nos demos cuenta de ello, pero donde estemos a la vista de todos, para aumentar nuestra seguridad. ¿Qué os parece? A la vista está que Antonio está intentando aparecer lo más cordial posible. No le queda otra opción, estas dos chicas son quizá la única opción que tiene... no puede dejar que se escapen, y antes que enfrentarse a quien no sabe qué puede hacer, prefiere intentar usar las buenas formas... sin contar que necesita colaborar con ellas, no que sean enemigos. Solo desea que su aspecto no las asuste... Antonio mira a los policías, pero eso no le preocupa... no demasiado, claro.

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29/10/2011, 13:18
Director

Aunque la cafetería está hasta los topes –es la hora en que los estómagos rugen, y la extraordinaria afluencia de pública está desbordando a los de la barra-, os la arreglaríais para encontrar un sitio donde poder departir e incluso tener ocasión de que os llegasen a servir.

La salida del bus que os ocupe está marcada como “retrasada indefinidamente”.

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29/10/2011, 21:28
Alicia

MUSICA

Era patético. Todo esto era patético. El único motivo por el que había aceptado entrar en aquella cafetería maloliente, grasienta y llena de gente a rebosar era porque no quería atraer las miradas. La gente se agolpaba en la barra y en las mesas sucias, llenas de platos sucios que nadie recogía. Y por si todo eso no fuera suficientemente horrible, la música era una mierda, al nivel de la jodida canción del verano. Sólo que hacía mucho que el verano había terminado.

Me senté sobre un taburete alto, con las manos rodeando un té que no había tocado y que probablemente no me bebería. Miré con suspicacia a los dos desconocidos, que los hubiera visto en el sueño no hacía absolutamente nada para tranquilizarme.

Mis ojos recorrieron la cafetería y la estación de autobuses. Tal vez no fuera necesario que me colase en un gimnasido, después de todo. Sería sencillo hacerme con algo de equipaje descontrolado. Volví a centrar mi atención en los dos desconocidos. Naturalmente me abstuve de decir gran cosa, quería zanjar la conversación lo antes posible para poder separarnos y desaparecer.

- Bien, ya podéis decir lo que queráis. - miré por la ventana, seguía sin aparecer ningún coche - Me temo que lo único que tengo que aportar es que, tal vez, deberíais conseguir ropa distinta, porque os están buscando. - luego miré a la chica - Y tal vez cortarte y teñirte el pelo. ¿Y bien? ¿De qué va todo esto?

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30/10/2011, 05:53
Antonio Mendoza

Antonio miraba el comportamiento de la chica que parecía ser esa tal Alicia. Se comportaba de forma bastante extraña. Y ella tenía que ayudarle? Ojala pudiera, pero...

Por fin, en la cafetería, se echa la capucha para atrás. Ambas mujeres ven un chico de unos 18 años, pelo rapado y varios tatuajes. Su piel es incluso más morena de lo normal para un Mexicano. Su expresión, sin embargo, deja translucir su preocupación.

Bueno, ya que os abordé yo, y soy el que os ha pedido ayuda, creo que lo mejor sería que empezara yo por contar mi historia, y luego vosotras, si queréis, claro, me narraseis las vuestras. Aquí me quedo pensando un rato. Me presento, soy Antonio Mendoza. La historia que os voy a contar quizá os parezca increíble, o incluso querais decir algo, pero os pido no me interrumpais hasta que acabe. Quizá entonces entendais mi urgencia por encontraros... o más bien por encontrarte a ti, Alicia, aunque ha sido un placer ver que estaba también en tu compañía, mirando a la otra chica.

Mi historia comienza allá, en México. Mi padre se casó con mi madre, cuando sucedió un accidente. Unos niños estuvieron a punto de morir electrocutados por un cable, pero mi padre salvó a los chicos... sufriendo él la descarga del cable. Aquello debería haberle matado, pero no lo hizo. Se convirtió en un mutante. Intentó hacer una vida normal con mi madre, a la que había embarazado de mi, pero no les dejaron. Así que nos vinomos a españa.

Durante un tiempo todo fue bien, pero hará como 2 años mi padre murió en extrañas circunstancias. Posteriormente he descubierto que fue asesinado, por un tal Lars, del que realmente no sé más que el nombre. Así pues, me tocó ponerme a trabajar.

Hace poco descubrí que estaba desarrollando los mismos poderes de mi padre. Me caí en unos cables, en mi trabajo, y no me pasó nada. Al revés, me sentí pletórico. Posteriormente unos matones intentaron atacarme. Llevaban un táser con ellos. No sólo no me hicieron nada, sino que contra más me disparaban con el táser más poderoso me sentía.

No sabía qué hacer, así que me puse a investigar en internet. Entonces me sobrevino una especie de ataque. Vi dos visiones. En la primera nos veía a mi, a vosotras y a más gente. Tanto yo como vosotras como algunos más de esas personas sosteníamos un libro en la mano, que ponía El libro de Shaire, y pude ver perfectamente vuestros rostros. Sin embargo, del resto no pude ver nada. Cuando desperté volví a casa y me fui directo a la cama.

Al día siguiente me levanté tarde, mi madre no me había llamado. La busqué por la casa y encontré una carta de mi padre, de donde extraje las cosas que os he contado de mi pasado. Posteriormente recibí una llamada del teléfono de mi madre. Respondí, no era ella. Era... no sé quien era, pero supongo que la lógica me impulsa a pensar que era Lars. Me decía que tenía un billete de Ave para venir a madrid y una maleta esperándome. Acudí donde me dijo, tiene secuestrada a mi madre. Cogí la maleta, realmente un maletín, y me monté en el tren.

Cuando estaba montado, la curiosidad pudo conmigo y abrí el maletín. El mecanismo era extremadamente complejo, pero conseguí hacerlo. Dentro había una bomba. Pero conseguí más... Cuando lo abrí tuve... alguna vez habeis tenido la sensacion de que suceden dos cosas a la vez, que teneis un flashback? eso tuve. En el vi el libro de Shaire, pero no solo lo vi, lo abrí. Contiene un guion, por así decirlo... pero un guión donde nosotros somos los protagonistas. Cuenta nuestras historias, pasado, presente... y futuro. O, al menos, el mio contaba la mia. Logicamente, lo primero que hice fue ver qué había escrito sobre mi madre... y se me quedó grabado a fuego:

“Victor Lars no tendrá clemencia, matará a la madre de Antonio Mendoza aunque este cumpla con su parte del plan. Es posible que ya la haya matado, con nuestro héroe en camino a Madrid. Pero existe la posibilidad de que el poder latente de Alicia Egeo –uno de los rostros percibidos en el “sueño profético”- pueda salvarla en un dramático desenlace –que sólo tendría lugar en la segunda escena: “Los hombres huecos”.

Al mismo tiempo, tuve la sensación que alguien me seguía, pero no había nadie... Estaba tratando con gente peligrosa, así que se me ocurrió intentar algo, por si alguien invisible me estaba siguiendo. Mantuve la compostura hasta antes de llegar a Madrid, pero al llegar a Madrid hice saltar la alarma de incendios del ave y cogi un extintor, rociando a mi alrededor. Me estaban siguiendo, un ser... no podría describirlo. Era como si estuviera mirando por un ventana. Pues bien, le tiré el maletín por la ventana y corrí. Sólo tenia tu nombre, Alicia, eras la única que sabía como te llamabas, y la única que según el libro me puede ayudar, puede salvar a mi madre. ¿Comprendes por qué te buscaba? ¿Comprendes mi desesperación? Que otra cosa puedo hacer, eres mi única esperanza.

Antonio mira a ambas mujeres. Sabíais que todos los que estában en mi visión eran mutantes... incluido vosotras? Teneis poderes, poderes especiales. Os pido encarecidamente que me ayudeis, a mi y a mi madre.¿Lo hareis? Sus ojos, cargados de esperanza, se clavan en ambas mujeres.

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30/10/2011, 16:09
Carla Vidal

Carla se sentía un poco incómoda en aquel lugar. No solo por la aglomeración de gente, ruido y la inquietante sensación de sentirse buscada en todo momento. También la compañía de aquella chica  y del muchacho, no le tranquilizaban lo más mínimo.
La tal Alícia, si era cierto que así se llamaba, parecía algo agresiva a toda compañía. Sus palabras secas y algo distantes, no favorecían a que Carla le tuviera mucha confianza. Era evidente que la chica quería acabar con aquel encuentro fortuito y perderles la pista cuanto antes mejor. Puede que ella también huyera de alguien y por ese motivo se comportaba con frialdad.
El caso del muchacho... era diferente. Realmente parecía preocupado y necesitado de que escucharan su historia.
Su nombre era Antonio, de origen mejicano, y con una inquietante historia por contar. Su padre, el accidente con la descarga eléctrica, la mutación , la huida familiar, la muerte de su padre, sus poderes... aquel tal Lars.
Pero lo que llamó la atención de Carla era la visión que Antonio había tenido. La situación de encontrarse junto a un grupo de personas sosteniendo un libro, el Libro de Shaire descubrió Carla, era calcada a la visión que ella había tenido.
La escena sobre el viaje a Madrid, el maletín bomba y demás, solo provocó terror en el interior de Carla. Por lo que parecía, aquel Victor Lars, quería acabar con la vida de Antonio. O puede que de todo tipo de mutante? En ese caso... ella también estaba en peligro!
No sabía qué responder. Ayudar a salvar a la madre de Antonio? Ella? Pero qué podía hacer una chica como ella que solo sabía... Aún no conocían su historia y, por lo tanto, no sabían su extraña y descontrolada “habilidad”.

-Antonio... no sé como puedo ayudarte... Solo puedo decirte que también tuve la “visión” del libro. En ella aparecíamos nosotros, junto a 3 personas más. Creo que es el mismo libro que has comentado antes: el Libro de Shaire.

Carla turnaba la mirada de Alícia a Antonio. Puede que por el nerviosismo, puede que por no sentir la mirada penetrante de ambos.

-Otra visión era que aparecíamos utilizando “habilidades” sobre-humanas. He intentado descubrir el donde y el porqué de esta visión. Lo único que he conseguido ha sido un nombre y el lugar de la costa donde utilizábamos nuestros “poderes”.  El nombre? Alguien llamado Bejar, que dice trabajar para el Ministerio de Sanidad y quiere saber de mi. Lugares? El Sanatorio de Marina , en los Molinos... y poca cosa más.

Y de repente, haciendo memoria de la búsqueda de información que había realizado, recordó el vídeo que había encontrado en la red, donde aparecía una chica con ciertos poderes con el fuego. Aquella chica era... Alícia!
Bajando un poco más la voz, miró con intensidad a la chica, buscando la complicidad que hasta el momento no había encontrado.

-Y estoy convencida que puedes tener respuestas, Alícia... tu sabes bien de poderes, verdad?

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30/10/2011, 17:06
Alicia

MUSICA

Escuché en silencio, sin interrumpir ni dejar traslucir ninguna reacción. Definitivamente estaban desesperados. Habría dicho locos, pero desesperados era una descripción mucho más exacta cuando se aferraban de ese modo a una esperanza tan frágil y casi seguro falsa. Agaché la cabeza y me masajeé las sienes, como si tuviese un dolor de cabeza incipiente.

Luego volví a mirarles, el chico me recordaba a mi hermano Javi, al menos en lo de confiar excesivamente en otros. A estas alturas debería saber que le estaban manipulando. Lo único que carecía de lógica era todo el interés en mi.

Mis ojos recorrieron la cafetería, desde mi posición era fácil ver si había gente prestándonos atención, pero por lo que parecía, la comida grasienta era mucho más interesante. Joder, estaban incluso más perdidos que yo.

- No. - Respondí, aunque sin saber exactamente a cuál de todas las preguntas. Tal vez a todas - Si tuviera respuestas no estaría aquí.

Volví a negar con la cabeza, todo esto era demencial. Por un segundo dejé la mirada perdida en el té que se iba quedando frío entre mis manos. Las imagenes de los muertos se agolpaban en mi cabeza y ni siquiera sabía porqué habían muerto ¿Respuestas? Ja, eso era irónico. Miré de reojo a la chica, tal vez sabía de mi familia y por eso hablaba de los poderes. Baje aún más la voz.

- Mis padres, mi hermano, ellos sí tenían capacidades mutantes. - luego negué con la cabeza - Yo no. La... la idea de que tenga alguna latente... - esbocé una sonrisa amarga, casi me reí - de ser así llega tarde. Pero si queréis un consejo, no se puede depender de poderes.

Imaginé que estarían desconcertados. Volví a comprobar que nadie nos prestaba atención y que el coche que esperaba no estuviera fuera. Luego continué.

- Hay quien sabe anularlos - Estuve a punto de añadir que aunque fueran incompetentes eran peligrosos, no convenía hacerles creer que tenían una oportunidad, porque sería un jodido suicidio. Respiré hondo - Pero yo no tengo. Nunca he tenido, así que conmigo no funcionó. Por eso pude escapar.

Recorrí la cafetería con la mirada, no podíamos permanecer ahí por mucho tiempo. No sin pedir más comida repugnante. Y, de todas formas, estaba segura de que vomitaría todo lo que comiese.

- Tal vez no sea lo que queréis oir, pero es la verdad - Continué - Dame un ordenador, internet, tal vez pueda ayudarte. Pero si la vida de tu madre depende de unos poderes que no tengo, me temo que estás jodido. - Me sentía algo mal por darles aquella dósis de realidad, pero ya había visto a dónde llevaba el tener esperanzas infundadas y no quería más muertos sobre mi conciencia. - Y eso asumiendo que todo el asunto del sueño no sea la manipulación de un telépata.

Incluso antes de decirlo supe que me arrepentiría de ello, pero dudaba que fuese a librarme de ellos y, de todos modos, tenía pocas alternativas.

- Esta bien, ayudaré a mi manera. Lo primero es salir de la circulación. Nos oculatermos a simple vista con gente antisistema. La poli te busca - le dije al chico - Y a ti también - hice ung esto hacia la chica - Necesitamos ropa, tinte y maquillaje para cubrir tus tatuajes, eres demasiado reconocible.

Examiné a los otros viajeros buscando quién podría ser el mejor objetivo para lo que estaba pensando. Lo ideal sería una chica que tuviera acné, esas eran las que tenían mejor maquillaje. claro que también necesitaríamos algo de ropa no sospechosa para él.

- Esto será lo que haremos. Cuando llegue el coche que espero, me acercaré para distraer a alguien y uno de vosotros pilla la maleta. Preferiblemente ella, que llama menos la atención. Luego nos montamos todos en el coche y nos piramos. Decid que sois del 15-M. - medité por un momento - Tampoco estaría de más que metieras los dedos en el enchufe y te cargases. Pero de forma discreta.

Imaginé que pensarían que estaba loca pero la verdad es que me importaba una puta mierda lo que pudieran pensar de mi en aquellos momentos.

- No me miréis así, nadie dijo que esto fuera a ser bonito.

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31/10/2011, 05:09
Antonio Mendoza

Hare lo que dices, no puede ser difícil recargarse aquí. Una visita al baño, si no hay gente, meter los dedos en el enchufe, si la hay, entrar en un urinario, romper una bombilla y coger el cable. Ambas cosas sencillas, aunque no sé si no armará algo... no debería. Pero he pensado algo. Dices que nos buscan, a tí supongo que también. Dices que anulan poderes, que tu no tienes y por eso escapaste. Pero, ¿y si no es exactamente que no tengas? ¿Y si los tienes, pero no pueden ser anulados? ¿Nunca lo pensaste?

El sueño donde todos estamos cogiendo el libro sí puede ser obra de un telépata, no lo niego. Pero el otro... acertaba en bastantes cosas, más bien en todo. No sé. Pero bueno, ahora vamos a intentar pasar más desapercibidos, como dices. Yo voy al baño.

Vuelvo a ponerme la capucha y hago lo que dije arriba. No lo hago de golpe, cuando veo que sale humo suelto un momento y vuelvo a recargarme. No quiero armar ninguna, ni llamar la atención.

Notas de juego

máster, tú dirás hasta qué fuerza puedo llegar asi, intentando ir poco a poco, sin llamar la atención.

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31/10/2011, 09:10
Alicia

Me contengo para no menear la cabeza como habría hecho con mi hermano. Luego con la mayor de las paciencias posible intento explicárselo.

- La... idea de ser... especiales, diferentes, puede ser... atractiva. Es habitual en adolescentes. Pero veo esa... hipótesis poco viable. Créeme, mi hermano podía levantar un coche con su telekinésis o prenderle fuego. O las dos cosas, yo jamás he podido hacer nada de eso. Lo único en lo que destaco es... - dude por un momento, decir los estudios también sería falso, porque siendo sinceros, mis padres jamás me habían dejado destacar demasiado - puede que tenga algo de asperger. Se me da bien la tecnología. 

Vi cómo se metía en el baño y volví a mirar hacia la ventana por si aparecía el coche. En una cosa tenía razón, me estarían buscando. Sobretodo ahora que me había llevado una muestra de su suero. Entrecerré los ojos, necesitaba un laboratorio y necesitaba buscar pistas. Tamborileé con los dedos en la mesa. Debería robarle la documentación a alguna erasmus borracha. O tal vez a otra estudiante. En la universidad tenía todos los recursos que necesitaba, incluso era posible que hubiese zonas no utilizadas donde poder escondernos. Y tampoco sería difícil convencer a algunos estudiantes para hacer una sentada. Pero eso sería sólo temporal. Volví a golpear con los dedos en la mesa. Si el coche tardaba mucho más tendría que pensar en conseguir uno por ahí, no quería llegar a eso, pero hacer un puente no era difícil...

 

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01/11/2011, 19:36
Director

Antonio se retiraba al baño y el bar había venido despejándose, aunque una veintena de personas permanecían, no tanto pendientes de la comida como de las noticias en el televisor, a un volumen mayor. Matías Prats está contando:

-El helicóptero de A3 sobrevuela la zona del catastrófico atentado. –El titular reza: “Atentado mutante-terrorista en la M-50”. Una de las calzadas de la autovía aparece marcada por un cráter cuasi lunar, y un poco más allá comienza un surco rectilíneo de al menos ciento cincuenta metros que se ha llevado por delante la mediana. El conjunto se asemeja al esbozo de una de esas señales en los sembrados, sólo que está salpicado de vehículos hechos puré y los restos de un helicóptero en llamas. Efectivos del orden y de la sanidad se esfuerzan en la zona como hormigas. –En esa zona de la izquierda se puede ver el espacio destinado a depositar los cadáveres. Son muchos, demasiados: sesenta hasta el momento.

Pasamos al otro escenario de lo que el gobierno ha tildado de “auténtica ofensiva mutante”. –El titular ha cambiado: “Los mutantes golpean el corazón de Madrid: decenas de heridos en Malasaña.” Cámaras a pie de calle filman los alrededores de la Plaza Dos de Mayo. –Aquí la situación está algo más controlada.

-¡Yo me cago en los muertos de un mutante! –estalla alguien en el bar. – ¡Cabrones, abominaciones, forrajes de la naturaleza!

-¡Habría que cortarles el cuello a todos! –le secundan.

-¡Pues en mi calle hay uno que echa las cartas! –comenta aún un tercero.

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01/11/2011, 19:39
Director

Aprovechas tu ocasión en los servicios. En una de las puertas de los reservados hay una pintada reciente: “¡¡Muerte a los mutantes!!” Te recargas con tiento y sólo al terminar, los fluorescentes comienzan a parpadear, la tensión eléctrica desciende. Estás a punto de quedarte a oscuras y entonces, todo vuelve a la normalidad.

Al salir, descubres en el breve pasillo, sin nadie a la vista, el maletín del tren.

Notas de juego

Recargas hasta 101.

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01/11/2011, 19:39
Director

La tensión eléctrica cae por unos instantes.

-¿Qué coño pasa ahora? –se asustan algunos.

Entonces, el televisor se estabiliza con un crujido y todo se normaliza. Un par de jóvenes se han desprendido de la clientela anónima y avanzan hacia vosotras. Uno está pasado de peso y luce una larga melena castaña y rizada; el otro es muy delgado, moreno y lleva gafas. Su aspecto es informal, algo descuidado. Sus edades deben rondar los veinticinco años.

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01/11/2011, 19:40
Director

Lo cual te lleva a identificarlos, rememorando fotos que tienen colgadas, como esos dos foreros activos y admiradores de tus hazañas como hacker: Nacimiento_26 (Javi) y Primer Orador (Marcos).

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01/11/2011, 19:41
Director

-Hola, Alicia –dice el chico de la melena. –Te hemos buscado un buen rato.

El reloj del bar marca las tres menos cuarto de la tarde.

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01/11/2011, 19:41
Director

Cuando regreses, encontrarás a dos jóvenes que acaban de presentarse ante Alicia y la otra chica de nombre desconocido. Uno está pasado de peso y luce una larga melena castaña y rizada; el otro es muy delgado, moreno y lleva gafas. Su aspecto es informal, algo descuidado. Sus edades deben rondar los veinticinco años.