Partida Rol por web

Leila escucha atentamente al bardo, medio estirada en su asiento. Pega un pequeño sorbo a la jarra que le habían traído.

-Magos, magia, dragones, hechizos… cuentos de  niños…- pensaba para sí misma a la vez que pega una pequeña carcajada- si, si... muy bonito… pero que tesoros podemos llegar a encontrar allí? –pregunta echándose un poco hacia adelante. A ella solo le importaba eso, los peligros…ni se había parado a pensar en ello.

-Thseodo se sorprende con creces ante la pregunta, pero evidentemente no todos los motivos son tan nobles como los del Caballero. –Ja ja ja! Al parecer sois tan pequeña que no hay ni espacio para el miedo- Comenta divertido- ¿Quién sabe? Supongo que los que vivirían ahí en sus últimos días hicieron acopio de aquello  que tuviese más valor antes de sellarlo. Sin embargo, no podrían llevárselo todo así que podéis esperaros cualquier cosa, ¿Oro? Los magos no eran para nada pobres, ¿Grimorios y manuscritos? Todos los que queráis, las bibliotecas no podrían desaparecer...creo. Armas, artefactos arcanos... ¿cómo podría saberlo?-.

Tose para hacer más significativa una breve pausa

-Esperad. Si que se algo más concreto, que hay un libro...unos textos. Un clérigo llamado Justin regreso al liceo para registrar el pasaje sagrado completo y las enseñanzas que surgieron de este. Almaceno este conocimiento en un objeto maravilloso conocido como El Icono de Verdad-.

Se os queda mirando fijamente

-Es un manuscrito muy famoso, casi toda la información que se tiene sobre ese templo, y por extensión, la que puedo daros, proviene de escritos copiados de copias de copias de ese original. Por eso lo conozco-.

-Si por casualidad os encontraseis  tal reliquia no paséis de largo, ese es un verdadero tesoro y, aunque yo no podría comprároslo nunca, supongo que a la Alta Hechizeria seguramente les gustaría recuperarlo. Por mi parte temo que se haya perdido o destruido y mientras pueda echarle un vistazo ya seré feliz. Todo...suponiendo que exista claro-.

El caballero mira sorprendido a Leila cuando ésta hace su intervención. Los ojos se le abren como platos y le mira sorprendido. Abre la boca: Pero... vuelve a cerrarla, traga saliva y termina su frase...pero no me puedo creer que hayáis decidido acompañarme sólo por conseguir información sobre unos cuantos objetos. ¿Eso es lo único que os interesa del lugar?. El caballero no daba crédito a lo que oía y miró a Thseodo esperando una respuesta por su parte que le hiciese comprender la situación, aunque sabía que nunca llegaría, pues aunque seguramente el bardo entendería perfectamente a la chica, seguramente no dijese nada.

Volvió a mirar a la chica. Sabéis que para salir con todo aquello que esperáis encontrar primeramente debéis superar los desafios del lugar, ¿no? No puedo creer que vuestra máxima preocupación sea salir con tres objetos sin reparar en la posibilidad de perder la vida en ello. Tres míseros objetos para seguir sobreviviendo en este mundo no merecen la vida de ninguna persona, muchacha. El caballero mira reprobatoriamente a la chica. Si habéis venido únicamente a conseguir información sobre los posibles tesoros del interior del lugar, he puesto demasiadas esperanzas en vuestra confianza. No creo que me ayudéis cómo esperaba. Una vez conseguida la información que deseáis será mejor que os reunáis con nuestros compañeros y me dejéis terminar de conversar con maese Thseodo.

El caballero se recuesta sobre el respaldo de la silla y guarda silencio en esperas de que la muchacha consiga lo que quiere y poder después continuar con la conversación.

La cara del caballero es recia y seria, no muestra sensación alguna aunque internamente es un torbellino de sensaciones. En verdad no esperaba que sus motivos fuesen los mismos que los del caballero ni mucho menos, pero esperaba algo de sensatez. Una vez más el caballero probó la amargura de encontrarse sólo. Pero bueno, poco a poco lo comenzaba a digerir de forma normal.

Esperó pacientemente sin interrumpir y se sintió decepcionado consigo mismo más que con la muchacha. Volvía a cometer los mismos fallos que cuando era un simple recluta y le frustaba mucho aquella sensación, sin embargo se resignó y esperó.

Leila lo mira de reojo con una ceja arqueada- tan mal te parece?- pregunta con los brazos cruzados- cada uno tendrá sus motivos…soy consciente de los peligros, de allí que quiera que vayamos todos juntos…- hace una pequeña pausa- así todos acabaremos consiguiendo lo que deseamos…

Mira al bardo con una amplia sonrisa- interesante….- dice en un leve susurro- sigue explicando… la información es poder, cuanto más sepa del lugar más precavidos iremos.

Se dirige de nuevo al caballero- si me permites, me quedo… espero que tu también consigas lo que buscas.

Leinard no se sobresalta, pues un brutal crujir de madera delatava que alguien se acercava. Se incorporo y acerco a la puerta. Al abrirla vio a el inmenso minotauro.

-Dime Kuroth, ¿que ocurre? Aun no es la hora del encuentro...-

El semielfo lo mira con un rostro curioso.

Piensa bien lo que vas a decirle. Recuerda que tiene que haber un proposito.

El caballero asiente con su pétreo semblante, ante las palabras de Leila. En verdad el caballero se siente decepcionado con él y con el mundo, no con Leila. Si fuese algo más inteligente, se habría dado cuenta antes que no todo el mundo tenía los mismos propósitos. Sin embargo si que le había molestado que fuese tan directa y al menos no hubiese disimulado sus intenciones. Pero no era culpa de Leila, era suya.

El caballero simplemente dice: Continuad Thseodo.

-En eso tiene razón la jovencita. Aunque sería más adecuado decir que “Cuanto más precavidos seáis más sabréis del lugar*.” Como he dicho, ignoro que amenazas os esperan en el interior. Podria ser cualquier cosa.  

Después de repasar mentalmente sus conocimientos concluye que de poco más os puede servir. –Creo que esto es todo lo que conozco en cuanto concierne al Liceo. Mayormente, lo que he revelado proviene del saber popular, tanto en leyendas antiguas como los chismorreos de esta mañana. No por eso os guardéis preguntas.  Puede que queráis formular alguna cuestión más concreta o hasta oír alguna canción...No puedo interpretárosla puesto que están reparando mi instrumento pero si recitarla con una preciosa voz aterciopelada.

Así que nuestra esperanza reside en que Laurana sea capaz de desentrañar la magia de su interior y nuestra labor protegerla en el interior para que pueda hacerlo. El guerrero parecía recapacitar en voz alta y su rostro mostraba el disgusto que le provococaba la situación. Enfrentarse a tanta magia sería nuevo para él y su habitual seguridad en sus posibilidades comenzaba a flaquear precisamente por su culpa.

Pareció sumirse en sus pensamientos durante unos segundos, tras lo cual recuperó la compostura y separando la espalda del respaldo y acercándose a la mesa comentó: Por lo que decís, maese Thseodo, la magia que habita el interior del Liceo puede ser tanto residual de sus antiguos dueños como la magia negra de los túnicas negra. Y parece ser que toda la magia que envuelve el lugar es de origen arcano y no divino. Es así o ¿me equivoco?

Imagino que la mayoría será magia de protección del lugar. Si fue utilizada por las distintas túnicas de la magia, no deberían ser todas dañinas, o eso espero. Cada vez estoy más convencido de que la asistencia de Mishakal habría sido un tesoro en el interior del lugar.

¿Queé podría implicar la localización del enclave? ¿Su influjo de las tres lunas? ¿Podría ello potenciar la magia de su interior?...¿Qué dicen las leyendas o las viejas historias al respecto?

El caballero sabe que está realizando muchas preguntas, pero seguía vivo aún por su persistencia en la obtención de información antes de la actuación. Disculpadme si os abrumo con tanta pregunta Thseodo, pero es necesario conocer la magnitud del lugar al que pretendemos internarnos.

Vuelve a recostarse sobre la silla: No vendría mal conocer hisotrias sobre algún otro intento de internamiento en el lugar.

Leila escucha atentamente la conversación del bardo y del caballero- no será nada fácil…-piensa a la vez que pega un suspiro- aunque eso significa que los tesoros allí serán incalculables…- una sonrisa picara sale en sus rostro. Quizás estaba vendiendo la piel del oso antes de cazarlo.

-Sigue por favor…- dice en un susurro sin perder atención en ningún momento- Quizás hubiera estado bien que hubiese venido tambien la maga a esta pequeña reunión...

Una sonrisa maliciosa revela la mueca mas picara que hay en el bardo, al parecer, provocada por la sorpresa de conocer que ya contáis con un mago en el grupo.

-Sin duda sois hombre de grandes recursos. Os digo que esa sacerdotisa sabrá más que yo sobre magia, si os acompaña en tan importante misión, bien podríais pedirle que os lo explicase de forma comprensible.

La magia que antaño protegía el lugar fue obra de los magos de la torre y por tanto de origen arcano como vos decís.  Pero no os engañéis, antaño un mago podría traspasar fácilmente tales barreras mientras que para un incauto podrían suponer un grave desenlace.

Quien sabe porque lo mandarían construir ahí. Sin duda tendrían sus propósitos. Sé que su magia está directamente relacionada con las fases lunares... ¿pero hasta que punto os lo he de hacer creer? Tal vez solo sea un simple convencionalismo cultural, muchas tribus orientan sus templos u objetos de culto en posiciones y lugares determinados por la posición de los astros-. Su expresión pensativa induce a creer que medita para si las preguntas, como si de mucho estudiarlo pudiera encontrar la respuesta en el fondo de su conocimiento popular, finalmente, desiste con un desaire y prosigue con las respuestas-Como dije, eso deberíais preguntárselo a la otra dama que os acompaña.-

 -Como ya os revelé también, canciones y cuentos narran una anterior incursión al templo realizada por unos hermanos hace muchos muchos años. Si alguien más se aventuró en el Liceo, su hazaña no es más conocida que la que tuvo lugar en la Noche de los Hados-. Hace una pausa para evaluar si le estáis siguiendo -¿Sabeis de lo que hablo, verdad? ¿Conocéis los acontecimientos de aquel entonces? Pensad que os hablo de los últimos días de La Era del Poder. Un año antes del Cataclismo, cuando El Príncipe de los Sacerdotes completa los preparativos para su ascensión a la divinidad.

No me refiero al aureo general, maese Thseodo. Simple coincidencia. No dispongo de tanta influencia ni de tanto favor para que me honrase con su compañía.

El caballero desearía que así fuese pero sabe su posición, influencia y deber.

Sería un placer y un honor escuchar de vuestra boca la historia que nos comentáis. Estaría bien conocer dicha proeza.

-Durante la Noche de los hados, Un joven llamado Nicholas y su hermana Nikol, juntamente con ellos también su amigo llamado Michael se enfrentaron a la villanía de Akar, un poderoso mago de Túnica negra que pretendía usar un puente hecho de estrellas para abrir una conexión entre nuestro mundo y el mismísimo Abismo. Con ese pasaje, podrían volver todos los clérigos y esbirros de Takhisis.

Al parecer el Liceo ara algo parecido a “la puerta” de ese puente.

Su hazaña culminó con éxito al impedir que Akar llevara a cabo ese ritual y derramara sangre inocente en el puente. No obstante, el precio fueron los poderes divinos de Michael y la vida de Nicholas.

Tomando la decisión de aliviar el sufrimiento de Nicholas en vez de aceptar la invitación de Mishakal, Michael observó como su amigo se marchaba en su lugar antes que el poder de los dioses lo retiraran de este mundo-.

A continuación repite emfáticamente unas palabras que ya os son conocidas de antes. Al parecer todas las historias culminan en ese punto por lo que ya da a entender que preguntar algo posterior a esta información no es, al menos, conocida por este bardo trotamundos.

“Tiempo después, el clérigo Justin, el único de entre los fieles, volvería al Liceo para registrar el pasaje sagrado y las enseñanzas que surgieron de este en un objeto maravilloso conocido como el icono de la verdad”

El caballero asiente ante las palabras del bardo Muchas gracias maese Thseodo. Parece ser que todo lo que sabeis nos lleva a lo mismo, que tendré que confiar en un mago más de lo que desearía.

Obviamente nuestros motivos son muy distintos que los de aquellos héroes...pero...espero que al igual que ellos consiguieron su objetivo, nosotros conigamos el nuestro.

El caballero mira a Leila. Si tenéis alguna pregunta más para el caballero, hacedla ahora, Leila. Por mi parte creo que más información no podrá otorgarnos maese Thseodo.

Os agradezco el tiempo que nos habéis dedicado y os deseo ventura en vuestros cometidos. Espero que os vaya bien, y si tenemos la suerte de vernos tras nuestro internamiento, espero poder disfrutar con vos del dulce licor de esta taberna. Que los dioses os protejan. Dice levantándose de la mesa dispuesto a compartir su información con los demás compañeros.

En cuando el caballero la nombra Leila se sobresalta, estaba atenta en las historias del bardo- si, podemos marchar…-comenta a la vez que pega el último sorbo de su jarra y se levanta- gracias por toda la información…-dice con una amplia sonrisa- espero que podamos contarle nuevas aventuras cuando regresemos…-añade.

-Me encantará oírlas. Espero que halléis lo que busquéis y que mis palabras os ayuden a resolver el misterio que encierra el templo-.

Thseodo permanece pensativo, pero ya no hay más que decir.

-Que los dioses os protejan-

El caballero se despidió con una leve inclinación de cabeza y se acercó al tabernero para pagar la cuenta. Seguidamente recogió sus pertenencis y salió a la calle de nuevo. Elevó la mirada al cielo, en un intento por conocer el tiempo que podía haberles llevado la conversación con el bardo. Tenía experiencia en guiarse por la posición del sol, tras años de campañas que parecían interminables.

Volviendo a bajar la vista hacia la ciudad, giró la cabeza y comprobó que Leila se encontraba a su lado. Con un gesto de cabeza le indicó que era momento de volver a buscar a sus compañeros.

Su serio semblante y silencio se mantuvo durante todo el camino de vuelta. La cabeza del caballero no dejaba de darle vueltas a la única idea que le había quedado muy clara tras la conversación con Thseodo. Bien... pensaba ...al menos sabemos cómo hemos de actuar en el interior del lugar. Los dioses quieran otorgarnos su protección.

-Queria hablar contigo antes de eso...- dice kuroth mientras entra en la habitacion

-Dime que piensas acerca de nuestros nuevos compañeros?-se dirige a la ventana i se queda mirando el exterior mientras prosigue con su conversacion

-O quiza no es demasiada casualidad que en un sitio como el liceo  , tan temido que no demasiada gente se atreveria a aventurarse ,  nos encontremos a tres individuos que tienen intereses en el  , el mismo dia y en el mismo lugar?- frunce el ceño preocupado

-Sobretodo el caballero me extraña con sus "asuntos" entremanos-

depues de soltar todo lo que le angustiava esta mañana ahora posa su mirada sobre leinard

-Dime que opinas sobre mis cabalas?confias realmente en alguno de ellos?-

- Creo que el azar existe... Pero estoy deacuerdo con tigo en que los aprentes motivos de nuestros compañeros no son muy... nobles.- Admite algo cabizbajo.- Pero precisamente el Solamnico creo que es mas de fiar. Tal vez no por la impresion que me ha causado, sin embargo es un solamnico. Cierto que son algo tercos y corto de miras con su forma de ver el mundo, pero son legales y nobles. Me preocupan mas las feminas. En cuanto a la maga, no sabria que decirte, pero la chica que acompaña al Solamnico... me da la impresion que si peligrase nuestras vidas nos avandonaria por unas pocas monedas.- Leinard se acerca al minotauro y posa una mano en su hombro en gesto de confianza. - En fin, creo que de momento lo mejor sera que respaldemos nuestras espaldas una con la otra.-

Dicho esto hace ademan de coger sus pocos objetos para iniciar la incursion al piso de abajo.

Semielfo y minotauro descendéis las escaleras.

El ajetreo que se percibe desde la cocina solo puede indicar que se están realizando los preparativos para el almuerzo y, al cabo de una larga espera, aparecen Tyriael y Leila puntuales a la cita acordada ahora que ya, prácticamente, es mediodía.