Partida Rol por web

Septimus no tardó en internarse también, ante la carencia de una orden contraria, tras la primera escuadra, el hermano tecnomarine y lady Leah. El apotecario tenía el bolter presto, aunque lo cierto es que dejaba bastante que desear como tirador para los estándares de los astartes, e iba atento a cualquier signo de peligro que pudiese aparecer de cualquier lugar.

"Venga... El Emperador protege, pero no a vosotros, malditas bestias..."

Aquellos hombres estaban deseosos de exterminar xenos y eso alegró al navegante.

Quizá no estén todos perdidos...

Siguiendo al grupo se internó en Mons Zilos no sin antes observar un instante aquella vista, el planeta, la plataforma... no volvería a verla hasta completar la misión, quizá no fueran conscientes algunos de los presentes pero en aquella puerta comenzaba la reconquista del sistema, aunque no sería recordada.

Jamás crucé puerta para la que no estuviese preparado... el Emperador protege.

Phalanax analizó la situación y mantuvo la escuadra organizada, al encargarse la tercera de la retaguardia dió la orden de avanzar hasta el interior de la forja:

- Escuadra, avanzad hacia el interior, tened los ojos bien abiertos - No conseguía ver nada fuera de lo normal pero eso no le gustaba, demasiada actividad en otras zonas como para que ellos estuvieran tan tranquilos, había que entrar en la forja para estar menos expuestos, pero advirtió a sus hermanos de batalla por si era una emboscada - Una vez en el interior hay que asegurar la posición y el avance de los hermanos de la tercera escuadra, cuidado, puede que nos esten esperando - Acto seguido escuchó las palabras del hermano Nathaniel y asintió - A mí tampoco me gusta, las distracciones de los titanes y la escuadra de asalto tenían que quitarnos muchos enemigos de encima, pero esperaba resistencia, parece una emboscada, así que mantened todos los sentidos alerta - Ordenaba mientras entraban.

Durante la marcha, retransmitió por el comunicador al resto de unidades: Cuarta escuadra entrando en el interior de la forja, esperando informe de la situación, por aquí abajo todo parece despejado, posibles emboscadas en el interior - Y acto seguido se comunicó con el líder de la tercera escuadra: - Cubrimos el camino, podeis avanzar - Una vez estuvo asegurado el recorrido.

La puerta de la planta superior daba a un pasillo oscuro y grande, por el que podría pasar un par de Dreadnought hombro con hombro. Los sensores de las servoarmaduras activaron los sistemas de visión nocturna para poder dar una panorámica y, en el momento que la forja detectó la presencia de los astartes, en la parte superior derecha del campo de visión de estos apareció un pequeño mapa de la zona.

Nivel 8: Acceso a zona superior.

75 metros acceso a elevador.

Y así fue. En frente se podía ver una puerta grande, tan ancha como el pasillo, con el símbolo del Omnissiah en el interior. Lo que sería el ojo de la parte mecánica titilaba en un color verde. Los sistemas de comunicación se activaron, y la runa que marcaba a Phalanax, jefe de la cuarta escuadra parpadeó y se escuchó su voz.

-Cuarta escuadra entrando en el interior de la forja, esperando informe de la situación, por aquí abajo todo parece despejado, posibles emboscadas en el interior

Lo que molestaba era la ligera humareda, como si hubiera vapor por algún tipo de circustancia, aunque los sensores de las armaduras no marcaban ningún tipo de fuente de calor en la Forja. Las pisadas eran sonoras y levantaban un ligero eco por el pasillo, aunque de vez en cuando ese eco parecía desaparecer.

En uno de esos momentos en los que el eco es amortiguado, parece haber una silueta de un astartes en una de las paredes. Es un astartes, sentado y apoyado en la pared. Los detectores de la servoarmadura parpadean e intentan procesar la información del caído y la muestran alrededor de la silueta remarcada de un color rojo.

Astartes: Hemano Xifión.

Capítulo: Los Llameantes

Estado: Baja.

Su armadura anaranjada parece antigua y descascarillada. Es un hermano del capítulo del que provienen los miembros del Alto Mando y de los que murieron por defender este sistema.

La puerta se abre y es una puerta enorme. Parecía que era la salida de algún tipo de vehículo pesado. Al abrirse entra la luz sesgada en un pasillo enorme, pero no se ve bien del todo, parece como si en el interior hubiera una ligera niebla o surgiera vapor de algún sitio. 

El pasillo es largo y se pierde de vista su final, pero notáis que esta en una ligera pendiente descendente. Los miemrbos de la Cuarta entran y toman posiciones de guardia mientras la Tercera hace lo mismo detrás de ellos. Al entrar todos, Verticorda, uno de los dos tecnomarines, cierra la puerta- Para que no nos ataquen por detrás, señor -dice mientras vuelve a tomar su posición en la formación.

Los sensores de las servoarmaduras activaron los sistemas de visión nocturna para poder dar una panorámica y, en el momento que la forja detectó la presencia de los astartes, en la parte superior derecha del campo de visión de estos apareció un pequeño mapa de la zona.

Nivel 0-1: Acceso a nivel 0 desde los hangares del nivel -1

Hangares a 120 metros de distancia. Curva de 180º

Septimus se detuvo brevemente al observar aquello, y automáticamente abrió contacto para comunicar su descubrimiento. 

-Aquí Septimus, he encontrado un hermano caído. El hermano Xifión, del capítulo de Los Llameantes. Es el capítulo originario. Espero instrucciones.

En opinión del apotecario, no podía quedarse simplemente allí. Sólo su semilla genética ya podía ser un preciado recurso que recuperar. 

¿Posibles? Son tiránidos lo que supondrá emboscadas aseguradas Hermano Phalanax... la única cuestión a dilucidar es cual de los distintos especímenes atacará primero...

El navegante iba en una posición intermedia, pendiente de cuanto requería su atención y así percató de la parada, cierto que observaba al frente mas siempre tuvo una intuición para estos y otros asuntos, cosa de navegantes decían algunos - ¿Qué ocurre apotecario? - volviendo sobre sus pasos hasta quedar frente a la escena

Un hermano caído de Los Llameantes... interesante...

Jean se quedó un rato mirando el mapa y el extraño vapor que había en el ambiente. Al poco, el jefe de escuadra Phalanx le sorprendió. No había ningún tipo de actividad en el piso inferior, así que posiblemente estarían esperando a emboscarlos.

Activó el comunicador- Recibido, jefe de escuadra Phalanx. Vuestro objetivo es la torre de defensa. Avancen con cautela.- dijo mientras se acercaba a Diomedes. Les habían aconsejado tomar las torres de defensa para tener un mayor apoyo. Si podían alcanzarla sin problemas, podrían estar contentos. Desde ahí, su posición sería mucho más firme.

Tras unos segundos, Jean miró al hermano caído.

- Motivo de la muerte?- preguntó al hermano Diomedes. Esperaba y suponía que era por causa Xenos, pero quería asegurarlo. Tras escucharla Jean Storm asintió con la cabeza- Proceda con la extracción.

Jean no esperó a que el hermano apotecario acabase con la extracción. Se dirigió al hermano Luciel.

-Hermano Luciel, avancen hasta el ascensor en formación. Controlad los orificios - Dijo pensando en orificios de ventilación o agujeros en las paredes.

Tenían ahora mismo a 20 hermanos de batalla y 2 inquisidores. Era una buena fuerza de combate, pero sin duda, deberían separarse en estos túneles inmensos.

Nathaniel observo el lugar, el sonido del cierre de la puerta por parte del Tecnomarine Verticorda le saco de su ensimismamiento. Barrió la zona con sus sensores de tiro esperando esa emboscada que tan clara era de manual. Pero los segundos pasaban y allí no sucedía nada.

Mientras cavilaba, su radio crepito y la actualización del mapa se coloco en su visor. Era muy extraño no haber recibido ya la visita de los defensores.

- Sargento, esto es muy extraño. Se que aunque sean Xenos algo de coordinación poseen. ¿Cómo es que aun no hemos recibido ningún ataque? – Pregunto por la radio a Phalanax. – Es de manual. – Termino diciendo por lo bajo.

Phalanax asintió ante las palabras de Verticorda e hizo avanzar a su unidad con cuidado por la gran estancia mientras la tercera escuadra cubría la retaguardia.

Sin embargo luego escuchó las palabras de Nathaniel. Tanto la tranquilidad como el no recibir respuesta por la radio de las otras escuadras no le gustaba nada. Hizo detenerse a su unidad en formación defensiva. Acto seguido disparó contra uno de los conductos de ventilación que podía ver con la visión de su casco, y al instante esperó en silencio y alerta a ver qué pasaba. Había alertado a su escuadra y a la tercera de lo que iba a hacer segundos antes:

Si los estaban acechando, podría forzar la emboscada para que los enemigos no tuvieran tanta ventaja, sino, no pasaría nada, o llamaría la atención de algunos alienígenas que estuvieran cerca, lo cual solo le quitaría trabajo a las unidades de los pisos superiores, que tendrían así más facilidad del control de la forja.

Leah dedicó una breve mirada al apotecario mientras se dedicaba a la extracción y avanzó pasando junto a Blitz mientras éste daba las órdenes pertinentes. Sus ojos vagaban por la pantalla del casco, leyendo los datos que en ella aparecían como si bebiera de ellos, queriendo controlarlo todo. Su propio don se extendió de nuevo atravesando las cortinas de vapor que entorpecían su visión y cuya procedencia le escamaba por la falta de una fuente cuya temperatura fuera propicia para generarlo.

-Hay algo que no va bien-dijo pausada, considerando que era evidente para todos ese extraño suceso y que no solo ella había reparado en ello.

Lucien asintió e hizo unos gestos, gracias a los que toda la Segunda escuadra tomó posiciones. Había pocos respiraderos, y todos a distancias regulares por lo que todos se prepararon entre ellos y apuntando a los de enfrente. Confiaban en las capacidades de los demás. Junto al ascensor estaba el hermano Cyphas con su lanzallamas, preparado por si de ese lugar salía algún xeno.

Los demás se quedaron algo sorprendidos, pues ahí había un héroe caído. Ellos lucharon hasta la muerte sabiendo que no harían mucho, pero que era su deber. Y gracias a eso consiguieron subsistir y, años después, lanzar un contraataque. No se lo podía dejar allí.

Algo no está bien. Hay una fuerte presencia psíquica que proviene de los pisos inferiores. Pulsa, late como si fuera un corazón emitiendo sangre a diferentes lugares, como si extendiera sus energías por las venas y estas estuvieran enlazadas a la Forja.

Proviene de abajo, pero no de abajo del todo. Más o menos, podrías determinar que está cerca.

Un siseo y un chasquido dio a entender que las comunicaciones tenían ciertas dificultades- Recibido, jefe de escuadra Phalanx. Vuestro objetivo es la torre de defensa. Avancen con cautela -la voz del Hermano Tecnomarine Jean Storm se escuchó por el intercomunicador, puede que hubiera tardado en responder o puede que hubiera algún tipo de desfase por la causa que fuere.

Los sensores mostraban cada una de las aberturas posibles enmarcándolas en un color azul claro, para diferenciarlas de las líneas de los hermanos de batalla y de los enemigos. El suelo hacía una ligera pendiente hacia abajo, pues parecía que el punto de acceso llevaba hacia los niveles inferiores. Si quisieran subir tendrían que buscar algún tipo de ascensor o acceso a las torres.

El apotecario se arrodilló al lado del hermano Xifión, sin duda un héroe entre los suyos, que había caído defendiendo aquella forja de la amenaza tiránida. No había tenido éxito, pero había dado hasta su último aliento en su misión. 

-Volverás a vivir entre nosotros, hermano...

Entonces, levantó de manera respetuosa la cabeza del marine, mientras el taladro del narthecium empezaba a girar. Con un movimiento suave y fluido, introdujo la herramienta en la garganta del caído, en busca de la primera de las glándulas progenoides. Cuando consiguió extraerla, retiró delicadamente el artefacto para depositar al marine en el suelo.

Ésta vez el taladro se dirigió a las placas de armadura, traspasando con relativa rapidez la ceramita en el punto indicado, para extraer unos minutos después la segunda glándula. 

Una sonrisa apareció en el rostro de Septimus, aunque naturalmente no era visible, ya que el casco ocultaba cualquier gesto. Se alzó, y tras realizar las comprobaciones de rigor, dijo:

-La semilla genética del hermano Xifión de Los Llameantes ha sido recolectada con éxito. 

Blitz se giró hacia la inquisidora. Evidentemente sus poderes escapaban la imaginación de Blitz, peró era mejor confiar en aquellos que buscaban la destrucción de esos bichos tanto como él.

-Que nota, Lady Beryl?

Jean esperó a que el apotecario acabara su faena.

- Perfecto, el Emperador está de nuestro lado.- dijo tranquilo al ver que las cosas empezaban bien.

Sin embargo, aquél humo les daba mala espina a todos. Pero debían seguir y llegar rápido a los mandos.

- Hermano Sharaq, avancemos en formación.

Dijo levantando la Bolter.  Preparado para avanzar hasta el ascensor.

Leah frunció el ceño y se volvió hacia Blitz, apoyando en su pecho una de las manos.
-Necesito ir a los pisos inferiores-no le estaba pidiendo permiso, le estaba informando de que algo no iba bien, algo que ella notaba pero no terminaba de tomar forma en su mente. Retiró la mano del pecho del tecnomarine y la llevó a la empuñadura de la espada, sacándola con facilidad y así, pistola bolter en una mano, espada en la otra, avanzó un par de pasos, dispuesta a terminar con lo que fuera que esperara bajo ellos.

Después de comprobar que sus disparos no llamaban la atención de ningún ser de la forja, Phalanax temió lo peor, y no porque no hubiera enemigos alrededor, que los habría, sino porque pudieran controlarse lo suficiente o saber a ciencia cierta que había sido un disparo sin un blanco claro. Podrían ser mucho más listos y estar más preparados de lo que pensaban.

Aun así no podían quedarse parados, tenían una misión, y su objetivo era la torre.

- Formación de marcha, nuestro objetivo es la torre de defensa - Ordenó mientras consultaba el mapa en su visor para tener claro por dónde avanzar. A partir de eso, iniciaría la marcha de forma cautelosa, cuidando cada ángulo muerto que pudiera resultar en una emboscada, e informando a los hombres de que tuvieran cuidado.