Partida Rol por web

-Ardeyn... Me suena, dice Flot y trata de recordar alguna de las muchas clases que habían dado. Los estudios no era su fuerte, y ahora se lamentaba de no haber prestado más atención.

-Si quitamos uno de los tres cuadros, rompemos el paisaje dividido. Si los tres cuadros son partes de un mismo lugar... No sé, no lo entiendo. ¿Se supone que el portal está ahora abierto? ¿O se abre cuando ponemos un cuadro en el hueco?

Si es lo segundo, eso significa que Elroy Masterson podría no estar en el otro lado, sino aquí en la misma casa.

Mientras Flot habla estoy intentando concentrarme de nuevo en “Ardeyn”. Esa palabra me recuerda alguna cosa…, se que la he leído o escuchado, en alguna parte e intento recordarla ahora no cuando sea demasiado tarde.

Golpeándome la frente con la palmea de la mano. – Creo que ya comienzo a recordarme de alguna cosa sobre Ardeyn.

Sigue mirando los cuadros como si eso fuese a ayudar en algo, pero siente que su mente no está en lo que debería. Ni siquiera parece que se le ocurra nada más.

-Pues yo ni idea... La verdad. No sé que me pasa... Quizá esté cansada.

Tampoco tiene muy claro que puedan hacer mucho más ahí.

-Bueno... Ya sabemos que este hombre esta haciendo algo que no debería. 

-Sí, está siendo muy malo..., dice Flot y no puede evitar esbozar una sonrisa. Luego se pone más serio, y retoma su deducción anterior. -El portal en este momento está abierto. Estoy seguro de ello. Por lo tanto el sujeto se encuentra en ... el otro lado. Y si movemos uno de los cuadros seguramente le cerramos la ruta de regreso.

Flot se encoge de hombros. -¿Y ahora qué? Podemos quitar un cuadro y dejarle por allí. Ya tenemos pruebas de su actividad no autorizada. O podemos... salir a buscarle. Pero no sé si estamos autorizados para eso.

Cómo si eso me hubiera frenado alguna vez...
 

-Sí, a mí me parece que está abierto. Pero no podemos usarlo porque sí. Tenemos que esperar a que nos den el visto nuevo o nuevas instrucciones, ¿no?

Mira a Hug.

-¿Qué instrucciones nos da Ernest?

No puedo mas que asentir ante la razón de las palabras de Amber. – Tienes razón Amber. Una cosa así debemos comunicársela a Ernest para que él decida, sería ir más allá de la misión encomendada.

Saco el smartphone enviándole un nuevo mensaje a Ernest.

“– Ernest como no hemos encontrado al Stranger. ¿Debemos cruzar a buscarlo, o con haber comprobado de que ha incumplido viajando?

Como sabes es nuestra primera misión y no sabemos muy bien que hacer.”

Casi como si tu mente fuese uno de esos tantos discos duros que normalmente manejas, y hubieras encontrado la carpeta correcta, en tu mente los datos se suceden de forma lógica y ordenada, tal y como en algún momento los estudiaste y memorizaste:

¿Cómo se formó Ardeyn?

El Hacedor apresó a Lotan dentro de su propio cuerpo (que era del tamaño de un planeta) por los impensables pecados cometidos en un reino superior, y ordenó a las Encarnaciones custodiar la forma petrificada, que recibió el nombre de Ardeyn. Si uno pudiera alejarse de la superficie de Ardeyn lo suficiente como para tener una buena perspectiva, podría ver la silueta de la colosal y horripilante forma fetal de Lotan el Pecador. Si Lotan despertara y se sacudiese la tierra y vegetación de Ardeyn, la recursión quedaría completamente destruida. El nexo de la conciencia de Lotan, tal y como es, arde en el núcleo central.

Algunos inconscientes escogen venerar a este dios maligno con la esperanza de ganar poder a pesar del peligro que podría suponer despertarlo. Aquellos que lo hacen son perseguidos.

Durante años, Lotan estuvo preso de las Siete Reglas de Ardeyn: Comercio, Muerte, Deseo, Ley, Tradición, Silencio y Guerra. Las Siete Reglas tenían representaciones vivientes, las Siete Encarnaciones, que las supervisaban. Cada Encarnación, a su vez, tenía un grupo de sirvientes, los leales y angelicales qephilim. Juntos al Hacedor y los qephilim, las Encarnaciones vigilaban la forma apresada de Lotan. Durante ese tiempo todo era paz en Ardeyn.

Esa paz terminó cuando Lotan hizo un inesperado intento de escapar, usando dragones y sirvientes menores creados por él mismo: los humanos.

La guerra azotó Ardeyn durante un siglo hasta que un acontecimiento cambió las tornas: los humanos desarrollaron libre albedrío, se liberaron de Lotan y juraron lealtad al Hacedor. Los dragones y los agentes de Lotan fueron derrotados antes de que el ígneo corazón de Lotan pudiera romper sus cadenas, evitando así que pudiera reanimar su cuerpo original y destruir Ardeyn al hacerlo.

Los terremotos provocados por el cuerpo de Lotan fueron un cataclismo que arrasó la superficie de Ardeyn. Pero sucedió algo aún peor: se plantaron las semillas del resentimiento, y sus repercusiones duraron más de lo que nadie hubiera podido esperar. Estas semillas permanecieron inactivas durante cientos de años hasta que finalmente brotaron, dando lugar a la Era de la Inquietud.

O eso es lo que al menos, la mayoría cree...

Muy poca gente de Ardeyn, la Tierra u otra recursión sabe cómo comenzó realmente la existencia de Ardeyn. Al contrario que muchas recursiones alrededor de la Tierra, Ardeyn no es el resultado de una fuga de ficción. Es, en cambio, un constructo de la ingenuidad humana.

Un grupo de investigación de la Universidad de Washington descubrió The Strange mediante un chip informático cuántico experimental. Ese descubrimiento “entró en contacto” la red de energía oscura, y atrajo la atención de los voraces planetóvoros.

Si algún otro grupo de investigación hubiera perturbado The Strange, habría podido ser el fin del planeta. Pero este grupo de investigación estaba encabezado por un hombre llamado Carter Morrison. Y menos mal, porque la Tierra se salvó gracias al cerebro de Morrison. Cuando se dio cuenta de que sus ordenadores cuánticos experimentales crearon, de forma inesperada, una conexión a The Strange, vio el peligro que amenazaba al mundo. Y, lo que es más importante, también vio la solución: una serie de normas formalizadas con las que podía traer orden al caos y anular la conexión accidental que había provocado.

Morrison no tuvo mucho tiempo antes de que los planetóvoros que había atraído empezaran a acechar la Tierra. El único grupo de normas formalizadas que estaba a mano era un juego online multijugador llamado Ardeyn: La Tierra de la Maldición. Un juego que Morrison había programado antes de su investigación. Así que colgó todo el código de base de Ardeyn en el enmarañado enlace de la red primitiva.

Su táctica funcionó y nació la recursión de Ardeyn. Como la realidad de esta recursión lo exigía y el sistema computacional de la red de energía oscura de The Strange lo permitía, la historia se cristalizó cientos de años hacia el pasado, “de forma recursiva”. Morrison (y un puñado de sus amigos) crearon para sí roles prefabricados que se remontaban hasta la Era Mítica de Ardeyn.

Carter Morrison y sus amigos salvaron la Tierra y asumieron los roles de El Hacedor y algunas de las Siete Encarnaciones.

Jason Cole era uno de esos amigos. Adoptó el papel de la Encarnación de Guerra pero, desafortunadamente, quedó atrapado a raíz de la decisión de Morrison. Esta animosidad, combinada con la ira que sentía Guerra contra El Hacedor, se hizo palpable y Cole (como Guerra) traicionó a sus amigos y asesinó a Morrison (como El Hacedor).

De lo que Cole no se dio cuenta era que destruyendo al Hacedor también destruía a las Siete Encarnaciones. La mayoría del resto de Encarnaciones murieron o desaparecieron, despojando a Cole de casi todo el poder que tenía como Guerra.

Conocido ahora como El Traidor, Cole está vivo e intenta recuperar los poderes de la Encarnación de la Guerra, o quizás los de El Hacedor. El Traidor se mantiene como una entidad digna de temerse y muchos están más asustados de él que de Lotan, y con razón. Después de todo, Lotan permanece atado mientras que él es libre y se ha retirado a la fortaleza fronteriza de Megeddon, donde urde en las sombras un plan para conquistar la Tierra de una manera u otra.

Pocos segundos después de que Hug enviara el mensaje, entra una llamada en su móvil. En la pantalla se ve que es Ernest quien llama.

Flot mira con atención la reacción de Hug a las palabras de Ernest. -Es el jefe, haremos lo que nos diga, anuncia sin dirigirse a nadie en particular.

Por su mente pasan ideas confusas sobre Ardeyn. -Recuerdo algo de un Pecador. Un dios. Lotan creo que era. Y todo aquel mundo funciona según las leyes de la magia. Y hay strangers llamados kray que ponen a prueba las fronteras de Ardeyn y encuentran a veces brechas por las que entrar.

Tal vez lo que estamos viendo tenga que ver con los kray, pensó.

Me muestro de acuerdo con las palabras de Flot.

– Kray, esos deben ser los planetórovos que hay allí, no recordaba su nombre. También hay un tal Jason Cole al que llaman el Traidor…

En ese momento recibo la llamada de Ernest dejando la frase sin acabar al descolgar inmediatamente.

– Si Ernest, aguardamos tus instrucciones.

Todo ese asunto parece aun más preocupante y serio de lo que parecía en un primero momento. Esa brecha en la seguridad puede suponer un grave peligro para su mundo si algo más peligroso que un recursor como Elroy Masterson sale de ahí. Es más, no duda de que algo más ya haya salido de ese lugar y que pueda ponerles en peligro a todos.

Por suerte, Ernest llama rápido para hablar con ellos.

-Ponlo en altavoz, que lo escuchemos todos.

Tapo un instante el micrófono del smartphone mientras activo el altavoz. – Buena idea Amber, así lo oímos todos y si tenéis algo que decir os lo paso y habláis directamente.

Inmediatamente se lo comunico a Ernest. – He activado el altavoz para que mis compañeros te oigan y puedan consultarte alguna duda.

Flot se acerca con interés para escuchar lo que va a decir Ernest. La misión había pasado a ser algo más peligroso e importante de lo que habían pensado en un primer momento.

La voz de vuestro tutor no se hace esperar para salir a través del altavoz:

- Necesitamos pruebas concluyentes de que es Elroy quien ha cruzado al otro lado. También de qué es lo que hace allí... Y pararle los pies si es posible. Es... quizá es demasiado temprano. O quizá no. Personalmente creo que ya estáis preparados para llevar a cabo una misión fuera de la Tierra. Sí. Creo que es buena idea que vosotros mismos os transladéis a Ardeyn. Es un lugar relativamente seguro, pues poseemos dispositivos aliados allí. Vuestra misión será localizar a Elroy y traerle de vuelta.

Estoy a punto de decirle a Ernest que vamos hacía allí, cuando recuerdo que es una decisión que nos afecta a todos.

Vocalizo exageradamente para asegurarme que me leen los labios.

– Vamos ahora. O nos recuperamos de los golpes antes.

Flot mira a Hug y se encoge de hombros, pensativo. Es cierto que le duele el cuerpo, pero no considera que sea buena idea esperar. Mira el resto y hace un gesto con el pulgar para preguntar si se encuentran bien.

Mira al móvil y luego a los demás. ¿De verdad tienen que hacer eso ahora? Si algo sale mal, adiós muy buenas. Pero para eso han sido entrenados, ¿no?

-Bueno... si tenemos que ir... mejor hacerlo cuanto antes. Mejor pasar por esto rápido y volver antes que dilatarlo aun más. Si tenéis que hacer pis, el baño está arriba.

Sonríe.