Partida Rol por web

Todo empezó con el The Gotham Times del 14 de mayo...

Los delincuentes solían usar la sección de contactos del periódico para poner mensajes. Esa tarde el Sombrerero Loco robó una morsa del Zoo de Gotham. Al caer la noche se vio a Luciérnaga huyendo del lugar de un incendio acompañado por una figura no discernible.

Dos días después, Batman frustró el intento de asesintato del embajador ruso por parte de Enigma.

El día 17 la dulce Rose usó las tijeras sobre un ejemplar del periódico del día 14 y lo puso en su álbum de recortes. El Día Internacional de la Fascinación por las Plantas era mañana, y el anuncio citaba a los interesados en el muelle 7 de Gotham. Solo podía ser cosa de su admirada doctora Isley, defensora de la Naturaleza y salvadora de la Tierra, apodada cruelmente por los medios como Hiedra Venenosa. Desde que Rose entró en la carrera de biología de la Universidad de Gotham, había seguido los papers de la doctora Isley sobre botánica y microbiología hasta el punto de convertirse en su mayor fan.

Llegó el día 18. Rose guardó su álbum de recortes en su mochila y fue al puerto de Gotham a conocer a su ídolo. No tenía muy claro a qué hora haría su aparición, pero el Día Internacional de la Fascinación de las Plantas se instauró en el año 2012. ¿El año 12 quería decir que estaban citadas para las 12:00 am?

Mediodía. Nada. Esperó. ¿La Doctora Isley ya se habría ido? Tal vez debió de plantarse en el puerto al amanecer. Antes no, porque el puerto era peligroso para una chica como Rose.

La voz de Alfred sonó por el auricular, disimulado como un discman que colgaba en la cadera de Bárbara Gordon.

¿He de presentar mis reticencias a hacer misiones de incógnito una vez más? Llevar máscara a plena luz del día puede llamar la atención, pero sigue siendo la manera más efectiva de mantener el anonimato.

En fin... Por el anuncio del periódico creemos que Hiedra Venenosa no se dejará de ver hasta la última hora de la tarde, apurando las últimas horas de sol para alimentar a sus plantas. Recuerde, señorita... Esta es solo una misión de exploración para reconocer el muelle 7 antes de la ineludible pelea. Solo ver y escuchar. Un lindo paseo.

En ese momento, las miradas de las dos pelirrojas en el muelle se cruzaron.

A mí tampoco me hacía gracia ir sin la máscara puesta, pero de día no pegaba demasiado e ir en el metro vestida de Bargirl daría mucho el cantazo. Además, me había quedado sin batmoto unos días después de dejarla averiada en el callejón aquel, antes del encuentor con el Joker y su loca amiga.

Suspiré ante las palabras de Alfred. Aquello iba a ser verdaderamente aburrido... ir a ver y oír hablar de plantas. Pero que Hiedra Venenosa estuviese allí era una clara posibilidad y alguien tenía que ser los ojos y los oídos del Señor de la Noche. - Cuando me levantará el castigo... al menos entretuve a la pareja de maniacos hasta que les cogieron... aunque me llevé buenos golpes.

Quería responder a Alfred y miré a mi alrededor por si acaso alguien me miraba y en ese momento mi mirada se cruzó con la de otra pelirroja. Eso me hizo guardar silencio y mirar hacia otro lado pensando si la conocía o no, porque... lo dudaba.

- Quizás de... a saber... - Me cruzaba con tanta gente a lo largo del día y por las noches que a veces me preguntaba como no me explotaba la cabeza. Como lo último que quería era llamar la atención de nadie, di unos pasos hacia atrás y me pegué a la pared, buscando algo de intimidad para poder responder al mayordomo de Wayne.

- Sí, ya sé... un paseo y a casa... a seguir limpiando... -Respondí disimuladamente quejándome por mi mala suerte.

La Doctora Isley esperaba impaciente en el muelle, su gran plan estaba en marcha y esperaba poder realizarlo con éxito, claro que la respuesta a su anuncio no parecía haber suscitado tanto interés como ella habría deseado.

¿Qué podía esperar en una ciudad como Gotham?

Incluso la gente comenzaba a contaminarse de ese sucio y pesado ambiente que se cernía sobre la urbe. Podía ser también que su mensaje fuera demasiado críptico pero después del apodo que le habían puesto era mejor dejarlo solo para lectores inteligentes y desde luego en el departamento de policía de Gotham no había de esos. El pensamiento le sacó una sonrisa. Miró al cielo instintivamente, no había ninguna señal y no se veía ningún murciélago, eso la tranquilizó también, por fortuna no había aparecido. Unos pasos la sacaron de su ensimismamiento y pudo ver la silueta de una chica acercarse, la miró de arriba a abajo y sonrió, esperando que su aspecto o su fama inmerecida no la echaran para atrás. Por un momento pensó que se retiraría cuando la perdió en las sombras que proyectaba una pared, pero aquella misión era demasiado importante para andarse con remilgos.

-¿Hola? Acércate, no seas tímida, este es el lugar correcto.

¿Se había ido? Esperaba que no.

Aquella mañana estaba aburrida, tanto que habia cogido el periodico y visto en la seccion de contactos un mensaje que en seguida me impacto y activo a Thorn, en seguida sabia que se trataba de Hiedra Venenosa y que debia ir a capturarla pues de ella nunca se esperaba nada bueno.

Pero era completamente de dia y en el autobus Rose era la personalidad mas adecuada que se debia mantener aunque no sabia durante cuanto tiempo seria capaz de mantenerla y tal fue asi que cuando llegue al muelle y la vi...

No soy para nada timida dije mientras contoneaba mis caderas dirigiendome hacia ella espero que esto valga la pena porque me encanta la diversion y seria una pena estropear este magnifico dia rei mientras uno de mis dedos se colocaba en mis labios y recordaba a la pelirroja que me habia encontrado en el autobus; su sangre seguramente seria deliciosa.

Ya en el muelle vi que estaba bastante vacío, tanto como para que la única mujer que había allí me viese. Al hablarme, retrocedí unos pasos. - Vaya, las pelirrojas estamos de moda. - Y mientras pensaba si acercarme o no, pues sabía quien andaría por allí, apareció la pelirroja con la que crucé mi mirada minutos antes en el transporte público.

Di un paso más atrás al ver que era ella quien respondía a las palabras de quien debía ser la doctora y miré donde colocarme para que Alfred pudiese escuchar la conversación de ambas mujeres sin meterme en aquella charla. Las instrucciones de Batman fueron claras y si no hacía caso, nada de patrullar la ciudad durante un mes más como poco.

- Alfred, cuando las oígas avísame y me detengo. - Le susurré al mayordomo de la mansión Wayne. - Solo estamos tres aquí, una chica de mi edad, la doctora y yo. - Le informé antes de empezar a acercarme con cautela.

Otra silueta llamó su atención. ¿O era la misma chica de antes que se había movido? No podía estar segura, aunque daba igual, lo importante es que alguien había acudido a su anuncio, así que puso una gran sonrisa al escuchar la respuesta.

-¡Estupendo querida! Acércate. Soy la Doctora Isley, aunque tampoco hace falta que me llames así, demasiado formal ¿No te parece? -Tampoco quería ser como esas profesoras de universidad estiradas ni iba a dar ningún simposio.- Pam estará bien, seguro que seremos buenas amigas. ¿Y tu eres...? -Dejó que la chica contestara antes de reírse y continuar hablando.- ¡No te preocupes! ¡Te aseguro que merecerá la pena! -Dijo con gran entusiasmo.- ¡Es el día Internacional de la Fascinación por las Plantas! ¿Te gustan las plantas querida? ¡Claro! ¡Por eso estás aquí! Te aseguro entonces que tu magnífico día solo acaba de empezar.

Sin embargo aún no podían comenzar con el plan, debían esperar a ver si más gente acudía al anuncio, para lo que tenía pensado era mejor ir acompañada, le hacía sentir bien que más gente ayudaba a las plantas, quizás Gotham no estuviera del todo perdido si había gente así, aunque quedaba un largo camino por delante. Aquella noche darían un buen primer paso.

Las plantas? Aquella mujer me estaba hablando de plantas?? que le haces a tu cutis querida que estas tan verde?? le pregunte mientras sentia como era observada Asi que... doctora?? debiste estudiar una buena carrera, deja que te pregunte porque quieres ser amiga de una completa desconocida?? no sabes los peligros que corren hoy en dia por el mundo??

Me acerque a ella tranquilamente y la mire de arriba a abajo las jovenes de hoy en dia no valeis para nada, deberias comer mas!! no ves que estas en los huesos?? hay que ver... si yo fuera tu madre me encargaria de que comieras mas

Mire en direccion a donde sentia que alguien me observaba pero no le di importancia, la que realmente me importaba era la mujer que tenia delante acaso eres vegetariana?? deberias comer mas proteinas.. y ese pelo!! Ains debemos hacer algo contigo ya!!

Sonrió a la recién llegada, parecía simpática.

-¿Te gusta? -Dijo mirándose la pigmentación verde de su brazo mientras pasaba los dedos de una mano sobre el.- Es un don que me ha sido concedido para ayudar a las plantas. ¿No es genial? -Estaba orgullosa de su tonalidad y de todo lo que podía hacer con sus poderes, sin ellos no sería capaz de ayudar al mundo vegetal.- Soy Botánica, me fascina todo lo que tenga que ver con las plantas, por eso hoy es un día tan especial para mí. ¡Un día de fiesta! 

Estuvo a punto de soltar una gran carcajada cuando la chica temió que le pudiera pasar algo o que se estuviera poniendo en peligro, seguramente el único peligro que había allí era ella misma, al menos para los que no les gustaran las plantas, claro que esos no habían sido invitados y esperaba que no apareciera ninguno. Pero de repente su tono pareció cambiar y eso sorprendió a la doctora que abrió un poco más de lo normal los ojos mientras seguía mirando a la chica pelirroja.

-Una joven como yo debe cuidar su figura. -Dijo orgullosa. Al fin y al cabo le encantaban los juegos de seducción.- Pero si te preocupa tanto mi dieta podríamos quedar a comer algo un día, pero no esta noche querida, esta noche tenemos trabajo que hacer, por las plantas. -No tenía muchas amigas, o casi ninguna a decir verdad, pero estaba abierta a nuevas posibilidades. Se llevó una mano a los cabellos y comenzó a enroscar un mechón con su dedo.- ¿Mi pelo? ¿Qué le pasa a mi pelo? -Preguntó confundida. Solía aplicarse una loción especial de plantas que se lo dejaba brillante y sedoso, no creía que le pasara nada malo.

No sabía como me había visto, pero así había sido... quizás por la escasez de público por ser solamente dos las que estábamos allí plantadas. - Alfred, es ella... tengo que acercarme, me ha visto. - Susurré mirando hacia atrás para que no me viesen mover los labios y lentamente y con fingida timidez, me acerqué a ambas mujeres... porque por la forma de hablar, la chica parecía mucho más mayor que yo.

Parecía un enfretamiento o el inicio del mismo en lugar de una charla. Sin quitarme los cascos, miré a la doctora y aparté la mirada como si la timidez me consumiese. Con un hilillo de voz me presente. - Ho... hola... soy... Rachel... y sí... me... me gustan mucho las... plantas. - Mantenía las manos bajas, sujetas una a la otra, haciendo fuerza entre ellas y movía un pie como si estuviese nerviosa.

Siempre había pensado que todo esto eran chorradas, el aprender a ser de otra manera. Pero al final Wayne tenía razón... siempre tenía razón.

La charla que llevaban no era precisamente la que espera, aunque la doctora iba soltando poco a poco retazos de lo que iba a pasar, o de sus ideas... la otra no la dejaba hablar. Así que en mi papel de chica tímida y asustadiza, me quedé a un lado, dando incluso un paso atrás cuando noté alterada a la chica con la que me crucé. Hiedra Venenosa parecía disfrutar más bien de la charla, pero ella...

No sabía a cual más temer de las dos siendo Bárbara y estaba demasiado expuesta. Debía encontrar una excusa para largarme de allí cuanto antes. Sabiendo que era Hiedra Venenosa realmente y que tenía algo preparado para esa misma noche, debía ser suficiente, pero... ¿como alejarme de lo que ahora mismo ya me parecían dos piradas?

Plantas?? AAAhhh siiii!!! son lo mejor para relajarse, los arreglos florares

Y mientras hablaba la chica que habia visto en el autobus, que habia bajado en la misma parada y que, por decirlo de una manera sencilla, me habia seguido timidamente hacia alli y se habia escondido por fin salio a la luz.

Hola Rachel le dije timidamente respondiendo a su saludo Eres.. timida?? yo soy Rose le pregunte intentando hacer que se sintiera mas comoda tranquila, esta mujer parece que quiere que la ayudemos en un jardin botanico, no es hermoso??, sonrei timidamente mientras esperaba que nuestra compañera se acomodara Te gustan las flores??

Bárbara, y solo bárbara, pudo escuchar la respuesta de Alfred por los auriculares del walkman.

Señorita... "Rachel"... Limítese a seguirle el juego. Infiltrarse y conseguir la información sobre los planes de "Ella". Lo importante es mantener la tapadera y ganarse su confianz... Bzzz... Bzzzz... Bzzz-zzbzzz...

¿Interferencias? ¿Desde cuando Hiedra Venenosa contaba con un equipo electrónico tan avanzado como un bloqueador de señales?

Jujuju... ¿Puedo interrumpirlas, señoritas? Vengo por lo del anuncio...

En el muelle, sobre una caja de madera de dos metros de alto, la silueta de Batman casi hace que a Hiedra Venenosa se le parara el corazón. Pero visto con más atención, no se trataba de Batman en cuclillas acechando, sino que era un friki gordo y bajito con un cosplay barato.

Mi nombre es... ¡DOCTOR SUPREMO! Hacker informático a tiempo parcial, justiciero a tiempo completo.

El Doctor Supremo tomó impulso para saltar de la caja, pero se pisó la capa cayendo de bruces.

El estruendo del poco elegante aterrizaje del Doctor Supremo sirvió de distracción para que una joven policía se acercara sin ser vista.

Vamos, Nancy... Puedes hacerlo.

¡Alto, policía!-dijo, apuntándoles con una pistola.

Raquel se dio la vuelta de manera abrupta, dándole la espalda a la agente de la ley. Bárbara la conocía: era Nancy Strode. Habían coincidido alguna vez en la comisaría, cuando Babs llevaba el almuerzo a su padre, o se colaba de civil para robar alguna prueba que analizar en la Batcueva. Parecía que Nancy se centraba en la llamativa pelirroja de color verde. Gracias a eso, no había destapado su tapadera, pero Bárbara tendría que evitar que Nancy saliera mal parada y a la vez evitar ser reconocida.

¿Crees que puedes pasear por el puerto de Gotham como si la gente no se fuera a fijar en el color de tu piel, Hiedra Venenosa?

Glups... Trata de mostrar seguridad. Solo tienes que avisar a los refuerzos y esperar.

Nancy se llevó el walkie talkie a la boca para dar parte.

Central, aquí Strode. Necesito...

Bzzzz... Bzzzz... Bzzz-zzbzzz...

De nuevo las interferencias.

Jujuju...-dijo el friki, poniéndose en pie-. No podrás hablar con nadie. Mi dispositivo anti-comunicador supremo impide que la policía pueda avisar a... a más policías. Eso. Has elegido un mal momento para enfrentarte con el... ¡DOCTOR SUPREMO!

¡Pero también impedía a Bárbara hablar con Alfred! Haciendo una retirada táctica, el friki de los cojones se escondió detrás de la caja y les dejó el marrón a las tres chicas. Nancy apuntó a Hiedra Venenosa.

Otra chica salió de entre las sombras y la doctora sonrió, parecía que su anuncio había llamado la atención, en este caso se trataba de una joven tímida, pero amante de las plantas, con eso era suficiente para ser bienvenida

-Hola Rachel, bienvenida. Si te gustan las plantas estás en el lugar correcto. Como puedes ver aquí todas somos amantes de las plantas, será una gran noche.

Mientras tanto Rose seguía llamando su atención, de vez en cuando su tono de voz cambiaba, lo que resultaba gracioso, al menos para ella. En cualquier caso con dos amantes de las plantas allí no podía quejarse, iba a decir algo cuando Batman apareció para estropearles la fiesta. De inmediato se puso tensa y en guardia, al menos hasta que comprobó que no se trataba del murciélago humano si no de otro tipo de justiciero, uno bastante torpe y no muy valiente. La llegada de la mujer policía le preocupó, pero al menos ese tal Doctor Supremo había conseguido aislar sus comunicaciones y no vendría refuerzos, un buen motivo para no matar a ese hombre. En todo caso la intromisión la puso de mal humor.

-¡Bien hecho Doctor Supremo! -Dijo mientras centraba su atención en la policía, no tendría apoyo de momento pero seguía apuntándola con una pistola. Dio unos pasos al frente y les hizo un gesto a sus nuevas amigas para que se apartaran, no quería que salieran heridas. Se ocuparía lo antes posible de aquella mujer y continuarían con su misión, eso era lo importante.- Agente Strode ¿Es que acaso es delito pasear por el puerto? No hace falta que me apunte con su arma, podemos hablar y llegar a un acuerdo ¿Verdad? No tienes nada que demostrar a ningún hombre y entre nosotras podemos ser más razonables, sin que nadie salga lastimado. ¿Porqué no se va y nos deja en paz? Tan solo es una pacífica reunión de amigas amantes de las plantas.

Calculó sus posibilidades. No podía acercarse lo suficiente para usar sus poderes de seducción, pero quizás podía inmovilizarla para impedir que se moviera e incluso que disparase. No tenía nada en particular contra aquella mujer, a no ser que siguiera interfiriendo en su plan, entonces se la quitaría de en medio sin miramientos, nada ni nadie era más importante que sus plantas.

La bienvenida de Hiedra solo fue interrumpida por Alfred dándome instrucciones... hasta que la transmisión se cortó. - Que me infiltre... y yo que me quería ir... - Y un chalado apareció de la nada y di un paso atrás, alejándome de él y tuve que relajar mis movimientos porque podrían descubrirme como alguien que al menos sabía pelear y no quería eso.

No pasó ni un minuto cuando apareció un coche patrulla y vi a la agente. Si me descubría estaba perdida. La hija del comisario de policía junto a Hiedra Venenosa... o pagaba por un lado o por otro. Aprovechando que la mujer verde dio un paso al frente y se puso en modo protector, me oculté tras ella. Pero vi que sus intenciones eran enfrentarse a Nancy y no quería que la pasara nada. Debía hacer algo... y además aquel tipo era el que nos cortaba la comunicación a Alfred y a mí.

Miré a mi alrededor y encontré una lata vacía que lanzarle al bravo ¿héroe? porque ese nombre sonaba más a villano. Daba igual, la idea era darle y que saliese de su escondite y lancé la lata contra el tipo. Sin salir de detrás de Hiedra, le señalé con el dedo. - ¡E-ese! ¡Llévese a-a e-ese! - Exclame alterando algo la voz para que no me reconociese y siguiendo mi fingido papel de chica tímida. - ¡Con él a-aquí no ti-tiene radio! ¡N-no, no ten-tendrá refuerzos! - Grité tratando de hacer que Nancy se llevase a aquel tipo con ella.

- En... encuanto se lo... lleve... nos iremos... de aquí... -  Dije a Hiedra Venenosa con el tono de voz de niña tímida y nerviosa.

Mientras hablabamos tranquilamente alguien que parecia batman salio de entre las sombras lo cual hizo que automaticamente mi personalidad maligna se activara

Tu patetica escoria!! le dije pero viendo como este tropezaba no pude mas que sorprenderme y hecharme a reir, asi que alli estabamos, de momento 3 mujeres y el que podia ser perfectamente un segundo del joker

Pero otra mujer aparecio de las sombras y apunto a hiedra venenosa con su arma
yo de ti cariño tendria cuidado!!!le dije con preocupacion una jovencita como tu puede hacerse daño con ese arma, es que hay que ver las jovenes de hoy en dia como os gusta el peligro, y encima vienes sola?? Sin ninguna proteccion??

No has pensado que aqui hay mas gente y puedes hacernos daño?? le dije atemorizada viendo como sostenia la pistola y hiedra venenosa se acercaba a ella

Ni se te ocurra hacerle daño grite amenazante

La lata pateada por Rachel tenía una historia. Era una flash-cola que se había bebido el Doctor Supremo a la velocidad del rayo mientras esperaba que Hiedra Venenosa hiciera aparición. Si el Doctor Supremo hubiera tenido sentido cívico, habría echado la lata a un contenedor de reciclaje y no tendría que sufrir las consecuencias: la lata tomó efecto, rodeó la caja tras la que se ocultaba e impactó en la frente del Doctor Supremo.

¡Auch!

Listo. La herida no había causado más que un pequeño chichón, pero había sido suficiente para delatar la presencia del causante de las interferencias.