Partida Rol por web

El mundo oscuro.

Preludio.- Mala suerte

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28/06/2020, 21:47
Director

Preludio:

 

Mala suerte

Oíste hablar de un medico, una eminencia que llevaba investigando el virus desde su aparición. Todo lo que tenías eran rumores al respecto. Unos decían que estaba muerto, que se infecto y le pegaron un tiro en la cabeza, que un timador se hacía pasar por él para atraer incautos a una comunidad caníbal. Oíste cosas incluso peores, aunque también se decía que era quien más se había acercado a encontrar una cura.

Sin saber cuanto tiempo tenías tomaste camino en dirección norte. Sin un mapa o una dirección clara... y entonces comenzó a llover. El agua cayo día y noche, como si el cielo llorase sin descanso por las vidas de los difuntos o por cosas aun más terribles que estuvieran por suceder.

Tu salud empeoro. Pudo ser por la humedad, por las largas caminatas y los escasos alimentos, pero pasaste fiebre, fuertes calambres musculares, dolores de estomago, vómitos.... Algunas veces te sentias desorientada, oías risas de niños en la soledad del bosque, tus alucinaciones se hicieron tan fuertes que creíste ver un dragón sobrevolando tu cabeza, causando que terminaras de dudar de tu propia cordura... pero seguías adelante.

 La fiebre subió hasta que un día no aguanto más. Notaste la caida y casi agradeciste el agua del charco en tu frente antes de que todo diera vueltas arrastrando tu conciencia a un sueño oscuro, confuso y terrorífico.

Cuando pensabas que ya nunca despertarías escuchaste algo distinto a la lluvia.

Notaste calidez en tu piel, el calor de una manta suave. 

Abriste los ojos, aun agotada, como si hubieras pasado una larga enfermedad.

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29/06/2020, 09:32
May Morgan

Llegó un momento en que el sueño se convirtió en duermevela y la negrura más absoluta cobró un poco de claridad. Los estímulos externos comenzaron a ser percibidos pero más como parte de una pesadilla que como realidad. Solo después de un tiempo indeterminado, todos esos estímulos comenzaron a tomar forma, a materializarse en su mente conforme está salía del sueño y volvía a la vida y, el trino de los pájaros se hizo claro y vivo, alegre. Sintió calor y no frio y humedad y, lo que era más extraño, estaba tumbada en algo suave y cómodo que la abrazaba como hacía tiempo que no recordaba. Pero todo seguía oscuro.

Los recuerdos volvieron como un torrente de imágenes, independientes al principio pero que fueron tomando forma y temporalidad rápidamente, más de lo que le hubiese gustado. Esos recuerdos chocaron con lo que sentía y la dejaron sin respiración. ¿Había sido todo una tremenda pesadilla? Pero era tan real… Las imágenes del ataque la asaltaron, vio caer delante de ella a Thomas, se vio cubierta con su sangre. Se vio andar por el bosque, sola bajo la lluvia, se sintió caer de nuevo al suelo cubierto de agua.

Abrió los ojos de par en par, sudando a mares y respirando agitadamente. Creía que había gritado, o quizás solamente había sido su mente que había formado el grito, no estaba segura. Su mirada consiguió enfocar unas vigas de madera, limpias y bien cuidadas sobre ella. Después de unos instantes en los que sentía a su corazón saltar en su interior desbocado consiguió mirar alrededor. Descubrió que estaba en una habitación pulcra y coquetamente decorada, todo limpio y ordenado y estaba metida en una cama como Dios mandaba. Unas enormes ventanas le mostraban el exterior, verde y lleno de vida, donde un pájaro pequeño y con el pecho rojo cantaba en una de las ramas que podía ver desde allí.

Recordaba caer y después… nada. ¿Qué era aquel lugar? ¿Dónde estaba? Solo sentía en su interior un vacío enorme, una desubicación total y absoluta, y un cansancio como nunca había sentido. Pensó en levantarse, pero se le antojaba una misión enorme hacer el más mínimo movimiento. Allí se estaba tan a gusto que podía volver a cerrar los ojos y seguir durmiendo eternamente…

Y se acordó de su herida. ¿Cuándo tiempo llevaba allí? ¿Había perdido demasiado tiempo allí tumbada sin conocimiento? ¿Sería demasiado tarde? Y otro pensamiento más pasó por su mente como un relámpago. Sea que fuera quien la había llevado hasta allí, había visto la herida. ¿Por qué no la habían matado? ¿Por qué seguía viva?

Alarmada y conteniendo la respiración, levantó las sábanas para revisar su herida.

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29/06/2020, 19:51
Doctor Eduard Grant

Viste una gasa limpia pegada con esparadrapo sobre la herida. Alguien la había tratado y la piel alrededor se veía mejor, más sana, menos inflamada. 

Reparaste en que toda tu estabas limpia y desnuda bajo las sabanas. El desconcierto llenaba tu cabeza cuando una voz te sobresalto. 

Aleluya.- dijo un hombre desprovisto de toda emoción en la voz, siendo sarcástico hasta las cejas.- La bella durmiente ha despertado.

Avanzo en dirección a tu cama, dejando ver una profunda cojera que le obligaba a apoyarse en un bastón. Tenía aspecto de cansado, aburrido o deprimido, en cualquier caso no le hacía una especial ilusión tenerte por invitada. Su ropa era vieja, aunque estaba limpia, se notaba que ese traje era algo de lo que no quería desprenderse por muy incomodo que pudiera resultar ese tipo de ropa en una cabaña.

¿Hablas mi idioma? En caso afirmativo di que seras buena y te lo tragaras todo.

El tipo tenía un cuestionable sentido del humor. Dejo que pensaras cosas raras por un segundo antes de sacar un par de pastillas del bolsillo de su camisa, las cuales te ofreció añadiendo.- ¿Que? ¿Alguien te digo de pequeña que no cogieras caramelos a los extraños? Tranquila, no son dulces, son inofensivas drogas.

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30/06/2020, 09:07
May Morgan

Sus dedos recorrieron, sin tocar, la superficie de su piel que quedaba al descubierto rodeando a una gasa nueva y limpia que cubría su herida. Su mente intentaba procesar toda la información que aquello le transmitía: le parecía que la piel visible estaba mejor, ¿cuánto tiempo había estado allí dormida? ¿qué le habían dado o cómo habían tratado la herida para que mejorara? ¿quien lo había hecho en lugar de presuponer que se iba a convertir en una de aquellas cosas y no la había matado sin dudar antes de que fuera ella la que mordiera o matara? Su vista recorrió igualmente su cuerpo desnudo. Lo recordaba sucio y lleno de barro pero ahora estaba aseada, las ropas de la cama estaban limpias, ¿quien se había preocupado así por ella?

Como casi una respuesta a esa última pregunta una voz sonó, demasiado próxima a la suya. Sacó la cabeza de debajo de las sábanas, apretó estas contra su cuerpo mientras buscaba al dueño de aquella voz con su mirada. Le sorprendió lo que vio, pero más aún la frase que le soltó porque, iba a contestar que sí, que hablaba su idioma, pero la segunda parte la dejó sin habla, sin saber a qué atenerse. Aunque no pudo dejar de imaginarse por un instante el pago que se le reclamaría por haber despertado viva... eso si ya no... Se apretó aún más las sábanas contra su pecho mientras aquel hombre se acercaba hasta el borde de la cama.

Pero, para su sorpresa, cuando tendió la mano, fue para ofrecerle un par de pastillas. Las miró durante un instante, intentando cambiar sus pensamientos, antes de animarse a soltar las sábanas con su mano derecha y coger ambas pastillas de la mano del hombre, no sin cierto cuidado, como si fueran capaces de morderla. Levantó la mirada para volver a mirarlo a él. Tenía tantas preguntas que era difícil hacer una.

-¿Donde estoy? .... que... ¿cómo yo....? -se dio cuenta de que el cansancio tan enorme que sentía también le tenía embotada la cabeza y no podía hablar con soltura.

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30/06/2020, 21:32
Doctor Eduard Grant

El hombre torció el gesto y empezó a imitarte.- ¿Donde estoy?¿Como he llegado aquí?¿Donde esta mi ropita?.- resoplo negando con la cabeza.- Esperaba más originalidad en alguien con una sangre tan fascinante.- argumento encogiendo los hombros.

Se aparto de la cama unos pasos y con esfuerzo por la pierna por la cual cojeaba se agacho para abrir el cajón de debajo. Viste que guardaba su ropa allí. Toda limpia y bien plegada.

-En fin, no esperaba visita, tendrá que conformarse con esto de momento.- dijo dejando sobre la cama una de sus camisas y un pantalón de deporte que tenía pinta de no haber usado en mucho tiempo.- Lo siento, no tengo nada de la sección de lencería. Le dejaría un calzoncillo mio pero solo me queda el que llevo puesto y sanidad no lo aprobaría.

El tipo continuaba con ese tono burlón y sarcástico pero al menos parecía animado a darte respuestas. Se movió de nuevo para tomar asiento en el mueble que estaba a los pies de la cama, debajo de la ventana. Se daba cuenta de tus reacciones y te estaba dando algo de espacio.

- Veamos... ¿Que respondo primero?.- se pregunto a si mismo antes de chasquear la lengua y empezar a darte algo de información de la que tanto necesitabas.- Yo soy el Doctor Grant, Eduard Grant. En otro tiempo reputado medico, virologo, investigador y ya ni me acuerdo de que más... en fin.- aseguro descubriendo que era justo el hombre al que buscabas pero ni de broma lo imaginabas de este modo.- Se podría decir que esta en mi casa... vivo en ella desde hace ummm.... siete u ocho años. ¿Que más me queda? Oh si, el tema de como llego aqui.

Señalo a la ventana que tenía a su espalda. Te diste cuenta que alguien correteaba entre los arboles. Al enfocar mejor tu vista cansada descubriste un par de niños jugando.- Ellos la encontraron y como toda la mierda que encuentran por el bosque se la trajeron aquí. No se ofenda.- dijo como disculpa.-No es que no me alegre de llevar dos noches durmiendo en el sofá.

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01/07/2020, 21:20
May Morgan

May se quedó boquiabierta al escuchar el comentario.

...sangre fascinante...

Así que sí, aquel hombre tenía algo que ver con que su herida estuviera mejor. Pero, ¿cómo? Lo observó en silencio mientras rebuscaba bajo la cama y ponía sobre las sábanas dos prendas de ropa de él mismo, mientras hablaba con aquel tono tan sarcástico y agridulce, mientras andaba por la habitación y tomaba asiento mirándola respondiendo sus preguntas, aquellas que apenas había formulado pero que él había entendido tan bien que necesitaba conocer sus respuestas.

No se veía capaz de contestarle, casi le parecía que hablaba demasiado rápido para que ella pudiera seguirlo completamente, aunque creía que era solamente una sensación provocada por su cansancio porque lo veía hablar con tranquilidad.

Cuando él dijo su nombre, May se quedó sin respiración. Asimilando aquello. Solo logró desviar la mirada de la cara del médico cuando este le señaló la ventana y ella, de forma automática, siguió sus indicaciones y miró por esta viendo dos niños jugando en el exterior, una imagen que se le antojo, cuanto menos, extraña, al tener que imaginar al doctor cuidando a aquellos dos pequeños. Sí, se sentía como una mierda, no se lo iba a negar. Pero una mierda feliz. Y asustada al mismo tiempo. Por que, una vez encontrado su objetivo, tendría que asumir la verdadera realidad, la posibilidad o no de que aquel hombre pudiera, y quisiera, ayudarla.

Se dio cuenta entonces de que el silencio se había hecho en la habitación. Parpadeó viendo como el doctor la miraba, esperando.

-Mi nombre es May, May Morgan. Muchas gracias por cuidarme, por sacarme del bosque. Menos mal que esos chavales me consideraron una mierda digna de traer a casa, sino creo que no lo hubiera contado, hubiera muerto ahí fuera. Le debo una bastante grande.-le dijo con una pequeña sonrisa de gratitud-Yo...le estaba buscando a usted doctor. Creo que imagina por qué. Me dijeron que era la única persona que quizás podría ayudarme. Ya ha visto mi herida...-le dijo tentativamente, aunque se le antojo que hablar de aquello con un desconocido desnuda en su cama no era la mejor manera de empezar aquella conversación.

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02/07/2020, 00:27
Doctor Eduard Grant

-Desde luego señorita Morgan, su herida es lo que menos me ha gustado de todo lo que he visto.- solo dejando caer un pícaro doble sentido.

-Me gustaría decir que han sido mis conocimientos los que la han salvado pero solo he dado un empujoncito a su brutal sistema inmune. En honora buena, ya es usted inmune al virus.- te soltó de sopetón.

Se cruzo de brazos, ignorando tu incomodidad por estar desnuda.- Si me permite un consejo no se lo diga a nadie, a menos que quiera convertirse en un conejillo de indias o terminar devorada por algún grupo de supervivientes subnormales que piensen que así ellos también lo serán. Créame, no seria la primera.- aseguro dejando claro que hablaba en serio.- Aunque personalmente si me gustaría hacerle un historial clínico, más que nada por aburrimiento, ya sabe....

El doctor iba a decir algo mas cuando dos pequeños irrumpieron en el cuarto. 

 El primero en entrar, abriendo la puerta de sopetón y sin llamar, llevaba un conejo vivo sujeto por las orejas y parecía muy feliz por su captura.

Su ropa eran prendas adaptadas y mal remendadas, aunque limpias. El doctor se estaba ocupando de ellos lo mejor que podía, ya que estaba claro que no tenían ningún parecido familiar.

- ¡Mira, Alia-Gaia!.- le llamo el pequeño mostrando lo conseguido.- ¡Lo he cogido yo solo!.- dijo con orgullo.

La niña que le seguía tenía una edad similar y sus ropas eran del mismo estilo que las de su hermano. Te diste cuenta que ambos iban descalzos pero parecían cómodos así.

- ¿Nos lo podemos comer?.- pregunto la niña esperando que dijera que si.

El doctor resoplo antes de responder.

¿Donde están vuestros modales?¡Tenemos una invitada! Al menos llamar a la puerta, que se note que me esfuerzo por enseñaros algo de educación.

La niña se giro y golpeo la puerta con los nudillos un par de veces. Se giro para mirarte con sus grandes ojos azules y te saludo.- Hola, guerrera de Gaia, me alegro que estes mejor.

Sin dejarte responder añadió impaciente, mirando al doctor.- ¡¿Nos lo podemos comer ya?, !tengo hambre!.

El doctor se levanto.- No, antes tenemos que cocinarlo. Quedaros con guerr... la señorita Morgan os avisare cuando este.

La niña puso cara de fastidio pero el niño le dio su presa sin rechistar. Mientras el doctor salia, el niño salto sobre la cama para subir a tu lado.- ¿ya estas bien?

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02/07/2020, 18:09
May Morgan

May sintió como la calor subía a sus mejillas, bueno, por todo su cuerpo realmente, cuando el doctor hizo su comentario. Subió un poco más las sábanas discretamente, pero no podía dejar de sentir que, al estar sentada, tenía toda su espalda al descubierto lo que no dejaba que se sintiera más segura ni tapada.

Pero fueron las siguientes palabras del doctor las que hicieron ese efecto, haciendo que se olvidara por completo de las sábanas, su desnudez y todo lo demás –¿Qué soy…. qué?-preguntó, casi en un susurro, incrédula. ¿Así de fácil?. ¿Eso era todo?. ¿Tan fácil le había resultado?. Era todo un mundo para ella y, sólo despertar recibía aquella noticia como si fuera lo más normal del mundo. Escuchaba al doctor en medio de una nube, sin llegar a asimilar lo que le estaba diciendo, sin sujetar las sábanas que se deslizaron hacia abajo peligrosamente dejando ver más de lo que May hubiera permitido a un desconocido ver en condiciones normales-Si, claro. Es decir, sí a las dos cosas, claro. Lo entiendo, sí tendré cuidado, claro… yo… conoce entonces a más inmunes… conoce cómo funciona para protegernos de…

Y, en aquel momento, la puerta de la habitación se abrió de repente. May dio un respingo en la cama por la sorpresa y fue consciente de cuán abajo habían caído las sábanas. Se las subió rápido por un mero acto reflejo y, sorprendida, vio entrar a los niños que antes había visto jugar en el exterior. Fue testigo de la pequeña conversación entre ellos y el doctor, como una espectadora ajena a todo, deseando ser invisible, hasta que la atención recayó en ella como temía que fuera a pasar y, de repente, se encontró siendo el centro de atención de los dos pequeños. De hecho y para más vergüenza suya, el niño se subió a la cama directamente. En cuestión de unos segundos se encontró sola, desnuda en una cama y con dos pares de ojos infantiles mirándola curiosa. ¡Como quería a aquellas sábanas! Las iba a romper de tanto apretarlas.

-Vaya, que ¡buen recibimiento!-atinó a contestar cuando vio que se las tendría que componer ella sola con aquellos dos niños durante el rato que el conejo tardara en ser comestible-Sí, estoy mejor. Muchas gracias a los dos. El doc… Eduart me ha dicho que sois los responsable de traerme aquí y de que me cure, me descubristeis en el bosque. Sois unos valientes y ¡muy listos!-les dijo con una espléndida sonrisa-Ummm… ¿qué os parece si me visto y me enseñáis el jardín? Ese conejo ha debido ser difícil de cazar, yo no hubiera sido capaz, tenéis que enseñarme como lo hacéis… ¿Me esperáis fuera un segundo mientras me visto?-los miró con la expectación en su rostro y temiendo que se negaran a irse y tuviera que vestirse delante de ellos. No es que fuera a ser un problema, pero no sabía lo que el doctor les había enseñado y no quería ser la que generara preguntas sobre anatomía después de que los niños la vieran desnuda. Aunque, pensándolo bien, lo mismo ya la habían visto.

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02/07/2020, 19:04
Liam

- Alia-Gaia te ha dicho bien.- aseguro el pequeño con orgullo, cambiando los nombres propios como si hablaran su propio idioma.- Los espíritus nos dijeron que necesitabas ayuda, Guerrera, y te trajimos con la carretilla de la leña... Así que debes agradecerlo a ellos más que a nosotros. 

La niña resoplo y miro con hastió a su hermano, cansada de que estuviera todo el día hablando de lo mismo, o esa impresión te dio.

- Con el conejo también me ayudaron. Su espíritu entiende que el sacrificio de su cuerpo es necesario para alimentarnos y le parece bien volver a la rueda.- De algo infantil se estaba pasando a algo oscuro, casi sectario.

 

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02/07/2020, 19:13
Selene

- Jo, Liam, mira que eres tonto algunas veces.- murmuro la niña cruzando los brazos.- ¡La estas asustando! Ella no es... Ya sabes, como tú y yo... es más como Alia-Gaia.

El niño se bajo de la cama mansamente, dejando claro quien era el dominante de los dos.- Yo me llamo Selene. Disculpa a mi hermano, aun no se sabe la letanía.- dijo como si eso explicara algo comprensible para ti.- Si quieres que salgamos para que te vistas no hay problema, pero no deberías avergonzarte de tu cuerpo, es bonito.- dijo la niña mientras tomaba a su hermano del brazo para salir de la habitación y dejarte por fin sola.

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02/07/2020, 22:53
May Morgan

Alia-Gaia es el doctor, vale, pillo eso...¿Los espíritus? quizás su amigo invisible o algo parecido, está en la edad de tener uno, sí.

May intentaba quedarse con lo que el niño iba diciendo para después poder hablar con ellos. Era normal tener amigos invisibles y jugar a cambiarse el nombre, pero no le cuadró lo que dijo de como la habían traído hasta la casa. ¿Esos dos niños subiéndola a la carretilla de la leña y tirando de ella hasta la casa? No se consideraba que estuviese rellena, ni mucho menos gorda, pero aún así, su peso era demasiado para dos niños tan pequeños. Y, ahora que lo pensaba, cazar a un conejo no era nada fácil. No había reparado al principio, pero el animalillo estaba vivo y coger a un conejo aunque fuera de una trampa era dificil con los resbaladizos que eran. Pero no dijo nada, no quería que viesen que dudaba de aquellas explicaciones y, fuera como fuese, gracias a ellos dos estaba allí.

Pero la segunda frase de Liam fue más difícil de entender. Creía de verdad en lo que estaba diciendo pero, no fue su tono ni lo que dijo, sino las palabras que usó para decirlo. Demasiado adultas para un niño tan pequeño. La niña tuvo que captar algo en su expresión, porque calló a su hermano y pasó a hablar ella. May la escuchó en silencio, sin saber qué contestar a aquellos dos niños tan pequeños pero... pero... no encontraba las palabras para describir la sensación que le estaban causando los dos.

Aún no estoy bien, debe ser un efecto de la fiebre y de estos dos dias dormida. Quizás la falta de comida.

La última frase de la pequeña la hizo parpadear y, de repente, se sintió mal, por ellos. Los acababa de echar después de la ilusión con la que habían venido a saludarla cuando la habían visto despierta.

Y ya me han visto, que más da, si su padre les ha dejado no seré yo quien los eche de su casa por eso.

-Gracias, nadie me habia dicho nunca que tengo un cuerpo bonito-no sabía como tomarse aquel comentario viniendo de una niña, pero como era cierto, así se lo dijo a Selene-No hace falta que os vayais si no queréis, si ya me habéis visto no os asustaréis-les dijo bromeando para suavizar si les había sentado mal su propuesta- No hay nada que disculpar, Selene, al contrario, me ha gustado que vengais a saludarme y me digais vuestros nombres y cómo llamáis a Eduart. ¿Os han dicho que sois los dos muy guapos? Tenéis un color de ojos muy bonito los dos, por cierto-mientras hablaba cogió con una de sus manos la ropa que el doctor le había dejado sobre la cama y, aunque le parecía un poco extraño, se comenzó a poner aquellas prendas de espaldas a los dos hermanos mientras hablaba-Y esa letania que Liam tiene que aprenderse, ¿cual es? Quizás si la repasamos entre los tres, nos la aprendamos Liam y yo a la vez.

Se volvió, mirando a sus espaldas y buscando la mirada del pequeño al que guiñó un ojo, complice.

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03/07/2020, 00:53
Liam

- ¡Que bien, podemos quedarnos!.- dijo Liam girando en redondo para volver a saltar a la cama.- ¿Pensaste que nos asustaría verte la piel?.- te pregunto el pequeño intrigado.- ¡Nosotros solo nos ponemos ropa porque Alia-Gaia nos obliga!.- se quejo.- A ver, si no se nace con ropa es porque no hace falta para vivir.- argumento el pequeño.- No es como el corazón o los ojos ¿A que tengo razón? Además, yo también pienso que eres bonita... y seguro que Alia-Gaia opina igual.

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03/07/2020, 01:01
Selene

La niña se mostró molesta con su hermano y refunfuño entre dientes. No le gustaba que le desobedeciera, sin duda era una pequeña mandona de mucho cuidado.

- La letanía son las leyes de nuestro pueblo, son trece normas que te tienes que saber y cumplir... pero si no eres de nuestra raza pues no te las puedo contar, porque eso va contra una de las normas.... 

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03/07/2020, 01:04
Liam

El niño intervino.- Eso es verdad, pero Alia-Gaia se las sabe, se las contó mamá.

La niña lo miro mal, con una advertencia no verbal de "callate" pero el niño quería responderte y ser amable contigo de todos modos.- Vale, Alia-Gaia es una excepción, ya lo sé... 

El niño bufó y te miro.- No te preocupes, otra de las normas es que no podemos comer humanos, y esa no nos la saltamos nunca.

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03/07/2020, 17:00
May Morgan

Liam saltó en la cama y la hizo botar. Había acertado, por lo menos con el niño, porque la alegría era patente en su rostro.

-Asustaros no, pero quizás no os gustaría. No a toda la gente le gusta, o lo ve bien, pero ¿sabes? tienes razón, sin ropa se puede vivir perfectamente-le contestó con una sonrisa aunque para ella no era nada normal estar medio desnuda junto a un par de niños que acababa de conocer. Aunque no sabía por qué preocuparse más, si por gustarle a aquellos dos niños desnuda o al doctor.

Mejor no pensar. Me han salvado la vida.

A aquellas alturas, con Liam a su lado, consiguió levantarse y meterse los pantalones que Eduart le había dejado. Le venían enormes, pero servirían y estaban limpios. Cuando levantó la mirada vio como la habitación comenzaba a dar vueltas sobre si misma, así que se dejó caer en la cama, sentada, disimulando el mareo ante Liam y Selene mientras desdoblaba lentamente la camisa para ponérsela. Estaba cansada como nunca lo había estado, pero el parloteo de los dos hermanos la mantenía distraída y despierta. Realmente era entretenido escucharlos.

-Pues si las leyes de tu pueblo dicen que no se las debéis decir a nadie, es lo que hay que hacer. Las leyes son importantes y hay que respetarlas. Si vuestra madre se las contó a Eduart, es porque él debe saberlas. Las madres lo saben todo y siempre quieren lo mejor para sus niños. Así que no me contéis nada pero, Liam, tú tienes que aprendértelas, seguro que es importante que las conozcas, tienes que hacerle caso a tu hermana y a tu madre, seguro que a ella también le gustará ver cómo te las has aprendido-May entró al juego, le divertía formar parte de aquello en cierta forma. Era como ser tita y poder disfrutar de tus sobrinos una tarde de domingo. El mareo se pasó igual que había llegado, pero se puso la camisa lentamente intentando procesar lo que los hermanos iban diciendo mientras tanto, sin hacer movimientos bruscos. La última palabra de Liam coincidió con que ella terminó de abotonarse la prenda. Se volvió hacia él, sorprendida por sus palabras y se quedaron los dos mirándose a los ojos, a un palmo de distancia.

Esa norma no me la esperaba. ¡Ni que fueran caníbales!

-Y… ¿qué dicen esas normas sobre que las… guerreras-dijo usando el término con el que la habían llamado al principio-… se coman a los niños? ¿Lo prohíben?-levantó una ceja, seria e inquisitiva, intentando quedarse con el niño. Y, tras un segundo de silencio, lanzó rápidamente su mano hacia la barriga de Liam para hacerle cosquillas mientras que simulaba el ruido de darle un bocado y reía justo después.

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03/07/2020, 17:37
Selene

El niño se quedo algo desconcertado con tu pregunta, cuando le hiciste cosquillas empezó a reír a carcajadas pero a su hermana no le hizo mucha gracia. Resoplo y salio de la habitación murmurando.- ¡Jo, que crió eres.!

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03/07/2020, 17:42
Liam

Al salir su hermana Liam se animo a jugar y trato de hacerte cosquillas a ti.- Eres muy divertida.- dijo el niño entre risas.

Con el movimiento su flequillo se hizo a un lado y pudiste ver dos bultos, dos protuberancias en la frente del niño, como un cabritillo al que aun no le salieron los cuernos.

Al darse cuenta de que los viste rodó por la colcha hasta el suelo y se apresuro a colocarse el cabello de nuevo para taparlos, dando te la espalda, como si se avergonzara mucho de ello.

- ¿Vas a quedarte con nosotros?.- te pregunto cambiando de tema.- Tenemos sitió, arriba en el ático se puede poner otra cama... o podrías dormir con nosotros.- Propuso.

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03/07/2020, 23:42
May Morgan

No le dio lugar a detener a la pequeña a la que, no entendía por qué, le había sentado mal su gesto con Liam y la reacción de este.

Vaya, no era mi intención que se enfadara, justo lo contrario... pero es extraño de nuevo ese comentario. Si los dos son unos niños, ¿por qué se extraña de la reacción de su hermano ante mi broma? Si no se quien de los dos es más pequeño realmente.

Más y más interrogantes se acumulaban en la mente de May, pero decidió no pensar en ese momento en Selene, Liam estaba allí con ella, era el más abierto de los dos. Siguieron jugando unos instantes hasta que ella miró la frente despejada del niño y él se dio cuenta de que ella había visto aquellos bultos, aquellas protuberancias pequeñas. Sus manos dejaron de alcanzar al niño, que rodó alejándose y escondiéndose de ella. Estaba avergonzado y toda la magia se había roto en un instante. May miraba su pequeña espalda mientras calibraba cual sería la mejor reacción ante lo que acababa de pasar. No tenía mucha experiencia con niños. Pero fue Liam el que habló primero.

Quedarse allí, con ellos. Esa era la propuesta del pequeño. Otra propuesta sorprendente.

-No lo sé, Liam. Acabo de llegar. Venía buscando a Eduart para que me curase la herida que habéis visto que traía. Ahora el me ha dicho que estoy curada-le explicó. Pero a la vez que hablaba se daba cuenta de que no tenía ni idea sobre lo que hacer a continuación. Nunca hubiera pensado que las cosas se iban a desarrollar como habían pasado-Quizás me quede unos días, sí. Eduart me ha dicho que me quiere hacer un análisis y, como me ha curado, no le puedo decir que no. Después...después ya veremos qué pasa. No pensemos en eso ahora porque yo solo puedo pensar en algo que pataleaba cuando lo agarrabas de las orejas. ¿Cocina bien Eduart?

Seguía sentada en la cama mirando la espalda de Liam, May cogió aire. No sabía si atreverse o no a preguntar, porque podía perder la confianza del niño, pero no podía dejar de pensar en lo que había visto. Tentó a su equilibrio poniéndose de pie con cuidado. No se mareó pero notó como si pesara mil veces más que de normal, como si tuviera que arrastrar un pesado fardo tras ella. Ando lentamente y rodeó al pequeño, se acuclilló delante de él.

-Al final habéis visto mi piel y no os he asustado, incluso me habéis dicho que soy bonita. No te preocupes por la tuya, no me voy a asustar ¡lo prometo!-levantó una mano en señal de promesa-Pero no quiero verte triste, ni quiero que te escondas de mi. Y solo miraré si tu quieres, ¿vale?-esperó unos segundos para ver la reacción del niño pero no quiso forzarlo así que cambió de tema con otra pregunta, si no le enseñaba ahora lo que escondía el flequillo lo intentaría más tarde-Vayamos a buscar a ese dichoso conejo, me ruge el estómago de hambre y quizás Eduart necesite un poco de ayuda para cocinarlo. ¿Vamos a buscarlo y me explicas por el camino porque me llamáis guerrera? Y después te dejo que me preguntes algo que quieras saber de mi, ¿qué te parece?

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04/07/2020, 00:29
Liam

El niño te dejo que mirases. Se aparto el flequillo y viste aquellos bultos que era como si en cualquier momento unos cuernos fueran a salir de su cabeza. Solo fueron unos segundos, realmente se avergonzaba de ello.

- Es que la piel es normal.... y esto... no...- susurro el niño antes de volver a colocarse el pelo.

Volvió a sonreír cuando nombraste la comida. Tomo tu mano y te guió por la casa hasta la cocina.- Alia-Gaia cocina bien pero le pone verduras a todo. Dice que son sanas para nosotros, igual a ti no te obliga a comerlas.

Llegaste a la cocina. El olor era estupendo y abría el apetito de un muerto. Eduart cocinaba con esmero, con un delantal blanco de señora con volantes, un tanto ridículo pero que portaba con una gran dignidad.

La niña estaba justo en frente de la cocina, tirada en un sofá, mirando por la ventana.

 

 

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04/07/2020, 01:05
Doctor Eduard Grant

- Justo a tiempo.- dijo al veros aparecer, apartando el guiso del fuego. Olía estupendamente y como te anunció el niño, estaba salteado con verduras y pedacitos de patata cocida.

- Selene, ven a comer.- llamo a la pequeña que llego a la mesa en dos zancadas. Los niños tenían un sitió asignado que ocuparon de inmediato. La mesa ya estaba puesta, había cubiertos limpios y servilletas para todos.

El doctor sirvió los platos y los repartió.- Hay que comer todo, las verduras también.-aviso mirando a los niños de reojo. La idea no les gusto pero no protestaron.

 Después te miro a ti.- Supongo que tiene un millón de preguntas pero primero recupere fuerzas.- dijo con tono de orden.

Selene empezó a comer con la mano. Eduard la miro con seriedad y ella bufó cogiendo el tenedor de mala gana.

- Bueno, ¿que tal esta el mundo por ahí fuera?.- te pregunto por tener una conversación agradable en la comida.