Partida Rol por web

Le guiño un ojo a Parlan y cargo contra la criatura en silencio, sin previo aviso. Me temo que quizá lleguemos algo tarde para ayudar a nuestro compañero, pero al menos vengaremos su suerte y quizás este aun con vida.

Golpeo a la criatura, aunque doy un grito de ataque un segundo antes.

 Viendo el volumnioso minotauro que se lanza a la carga, Parlan se desliza hacía la derecha, pegado a la pare de la galaría y dispara raudo un par de flechas.

 Justo antes de que el minotaure se avalance contra la enorme criatura.

Golpeo en mitad de la espalda de la criatura, mientras siento como las flechas que lanza Parlan pasan junto a mi e impactan contra la criatura.

Espero que al menos apartemos su atención del caído monje...

herido de gravedad, me lanzo otra vez contra ella, es mi unica opción, pus me encuentro al borde del desfallecimiento. pero el terrible dolor me hace errar en mi golpe, solo me queda rezar a los dioses que se apiaden de mi.

Al fallar en tu golpe, puedes ver una gran sombra por detrás del gigantesco insecto, jurarías que es un minotauro portando una enorme hacha, casi sin lugar a dudas, es Karnak. La bestia emite un silbante sonido estridente, pero te vuelve a atacar, aún de pie como está, aunque falla justo justo.

Tras vuestros impactos la bestia pega un silbido estridente, pero veis que hace el gesto de atacar a lo que tiene delante ( el minotauro ahora puede ver a Aldruh envuelto en un mar de sangre, muy pero que muy malherido ).

Miro el cuerpo ensangrentado del monje y frunzo el ceño...Esto no pinta bien...parece a punto de morir y la bestia se ceba en el, como si temiera que su proxima comida le fuese arrebatada.

Me muevo a un costado para darle mayor blanco al arco de Parlan y le grito.

¡¡Vamos Parlan...solo tendremos una oportunidad...no podemos fallar.!!

Gruño al ver que mi ultimo ataque no parece haber tenido efecto en mi búsqueda de apartarle del monje, y golpeo con ánimos renovados y toda la fuerza que puedo reunir en mis músculos.

 Deslizándose un paso hacia la pared de la galería para tener ángulo de visión, Parlan dispara dos flechas a una gran velocidad. Pero la acorazada piel d ela criatura desvia los flechazos, resultando inútiles contra la bestia.

Aldruh, aunque envuelto en un mar de sangre, parece no darse por vencido y ataca de nuevo a la criatura, pero su estado no le permite moverme correctamente y falla en el intento.

El enorme insecto, aunque soltando un líquidillo viscoso, debido a las heridas producirdas por la certera hacha del minotauro y alguna felcha del bardo, parece no darse por vencido con lo que cree que puede ser su festín, pero no está muy acertada y rasga la piedra del suelo haciendo que rechine al pasar su afilada extremidad por la superficie.

Alentado por los signos de vida que aun presenta el monje, redoblo mis esfuerzos por matar a la horrenda bestia antes de que sea demasiado tarde. Aun así, me espanta en cierta forma ver lo resistente y tenaz que es la criatura, que esta a puesto de costarnos la vida de un compañero en los primeros momentos de la misión.

 Apremiado por la situacón urgente que padece nuestro compañero y viendo la dureza de la bestia el joven Paran dispara dos flechas más hacia la quitinosa bestia.

El impacto de Karnak deja a la bestia sangrando muichísimo, no creéis que aguante mucho más, aunque la sangre que salpica ha dejado el hacha del minotauro toda pringosa.

Parlan, tarta de volver a impactar con una flecha en la criatura, pero no lo consigue.

A su vez, el monje, aún más muerto que vivo, da un tremendo salto y de una patada en el aire, derriba a la criatura, que cruge y todo tras el daño infligido por este.

 Parlan mira maravillado como Aldruh revive como una ave fenix de sus cenizas, esta en pié, sangrando de feas heridas. Pero vivo al fin y al cabo.

 - Ven, déjame ver esas heridas.

 Se acerca a él y aplicando la manos en las herida empieza a emanar cierta claidez, que restaña parte de las heridas del monje.

Apreciáis como tras los conjuros del bardo, las heridas del monje comienzan a curarse, aunque mientras se están cerrando, algo extraño pasa. Un líquido negro comienza a brotar de ellas y el monje cae el suelo. Su piel, comienza a volverse oscura, como si alguna clase de sustancia estuviera recorriendo sus venas.
Aldruh, levanta las manos, como queriendo cogeros mientras su mirada muestra pánico. Lleva sus manos al cuello, como pareciendo que no puede respirar, hasta que veis que sus ojos se vuelven también negros y sus manos dejan de agarrarse, quedando flácidas.. Ha muerto.