Partida Rol por web

El Oddissey: Terror en la nieve

Alex y Walter: La Isla de Hielo y Fuego

Cargando editor
20/07/2011, 03:23
Alex Arnold

Al llegar a la planta alta, Jack se encontraba allí, esperando la llegada de Alex, provisto de mantas para ayudarla a entrar en calor. Amablemente la ayudó a abrigarse y la acompañó hasta el interior de su habitación, hasta alcanzar el hogar, para evitar que la hipotermia provocara algo grave en ella. Sin embargo, en vez de sentirse cómoda y contenida, la muchacha no pudo más que incomodarse. Ese hombre era muy cortés, muy educado. Sin embargo aquella postura no parecía real. ¿Qué hacía él allí? ¿Por qué había irrumpido en su habitación sin ningún tipo de permiso?

Agradecida de tener algo caliente entre las manos y con una excusa para hacer tiempo antes de hablar, la chica Arnold aceptó la taza con un amago de sonrisa. La tomó con las dos manos, aceptando su calor, reconfortándose poco a poco mientras el frío iba desapareciendo. Con cuidado, la llevó a sus labios y apenas tomó un sorbo, para no dar a conocer al hombre que tenía enfrente que no confiaba en él ni por un segundo.

-Pues... no sé bien que pasó- dijo, mientras su cerebro buscaba armar una historia que resultara coherente. No quería contarle la verdadera razón de su excursión. -Mientras tomaba un baño, me pareció escuchar un grito afuera. Salí apurada, pues parecía algo urgente. Sin embargo, al llegar al jardín no había nadie. Encontré ese osito de peluche y nada más- dijo señalando el muñeco que descansaba junto a la bandeja desde que había tomado la taza. -No vi huellas, pero supongo que la nevada habrá cubierto los pasos del niño o la niña que perdió su juguete. No sé, supongo que es por el cansancio- una sonrisa amplia, que no llegaba a sus ojos, ocupó su rostro. La taza, aún humeante seguía en sus manos, pero no había vuelto a llevarla hasta su boca. -Jack... ¿ha sabido algo de Walter? Ya hace bastante que se fue y se hace tarde. ¿Podría llamar a las oficinas de la empresa para ver si sigue allí?- ella ya no quería permanecer un instante más sola en aquel lugar. Necesitaba contarle a su esposo todo lo que allí estaba ocurriendo.

Cargando editor
21/07/2011, 19:01
Jack

Alrededor de la chimenena, colgados de las paredes se veían numerosos cuadros; la mayoría de personajes de historia, como Cristobal Colón, el primer Presidente de los E.E.U.U, o incluso un retrato de Adolf Hitler. El guardián del hotel parecía una persona que amaba el arte, la música clásica y la buena cocina.

Dió un sorbo y levantó el vaso como dando a entender que era una bebida de reyes. Enseguida captó toda la atención en la muchacha.

El hombre no gestículaba demasiado, pero sin duda sus ojos delataron su asombro al ver el oso de peluche. Apuró el té, dejando que avanzara la conversación mientras la historia no cogía forma por ningún lado ¿Una niña ahí afuera con ese temporal? Sin duda, en un principio había dado por sentado que se trataba de alguna especie de alucinación por culpa del cansancio de sus huéspedes. Pero en seguida comprendió que alguien podía estar muriendo en los alrededores de su propio Hotel y asientió.

-Eh... eso quería comentarle Srta. Arnold. Me pareció escuchar el teléfono del hotel, pero no llegué a tiempo a descolgarlo. Ya habían colgado... Fuí a buscarla a su habitación y me asusté al no obtener respuesta. Fue entonces cuando la vi allá afuera...

Quizá era su marido, el del teléfono...

Perdone si insisto pero... Añadió señalando con la cabeza al osito. Por aquí solo se acercan coyotes a media noche... Es extraño que alguien deje abandonado su juguete favorito, especialmente un niño. No soy el tipo de personas que le gusta que le oculten algo...

Me mantendré despierto toda la noche si eso le hace estar más segura. Debería ir a descansar.-

Parecía algo molesto, por que en cierto modo, tus gestos delataron algo que él descubrió, pero no quiso entrar en detalles. Quedaba claro que no era una persona estúpida. Sin más, hizo ademán de levantarse.

Notas de juego

Por si hubo alguna duda; con el conserje no fusite a tu habitación, si no, bajaste la escalera hacia la planta noble y te instalaste al lado de la chimenea. Allí te sirvió la taza.

Es que me ha parecido que creías que te conducía hasta tu habitación :p

Cargando editor
22/07/2011, 01:56
Walter Ross

Sabía que el informe no contaba toda la verdad, pero no se esperaba que mintiera tanto. No habían sido los tiburones ni el agua los que mataron a ese hombre, se trataba de algo peor y sin duda menos fortuito. Y menos después de saber que alguien intentaba cubrirlo. ¿Para eso le habían contratado? Walter no pensaba tapar nada, al menos sin conocer la verdad.

-Pero este hombre ha sido devorado y golpeado, y no tiene agua en los pulmones, sin duda ya estaba muerto antes de caer al mar- dijo sin preámbulos al forense- ¿como ha dejado la policía escapar ésto? Ese barco no debió abandonar nunca este puerto... ¿la VCI le dijo algo al respecto para que ocultara la verdadera causa de la muerte?

Cargando editor
22/07/2011, 17:15
Doctor

El doctor se frota las manos, y se sube el cuello de la bata debido al frío que azota en la cámara de cadáveres. La verdad que el hombre es desagradable en todos los aspectos, incluso su voz y el aliento que suelta tira para atrás. No obstante parece saber mantener una conversación adecuadamente.

Tras la pausa pone interés en tu interrogatorio, pero se lamenta. -Lo siento, no puedo despejarle sus dudas. Siempre tengo la obligación de registrar al difunto, pero en esta ocasión se me olvidó... Deja en el aire una frase incompleta, pero que de ningún modo detectas que te está mintiendo.

Lleva una de sus manos a uno de los bolsillos delanteros de la bata  donde saca un paquete de winston. Y, antes de encenderse uno te ofrece un pitillo con gran habilidad. Te apetezca o no, después se encenderá el suyo y te ofrecerá fuego.

¿Sabe una cosa? Esta mañana vinieron un par de tipos. Desconozco sus nombres, pero me dijeron que eran de la WCI... Me hicieron preguntas parecidas a las tuyas, y cogieron los objetos personales del difunto. Lanza una bocanada de humo hacia arrriba.

No se porque demonios esos de la WCI han de mandar a cuatro personas a investigar tal cadáver. ¿No sabrá Vd. algo?- Pregunta, tratando de abrir algo de conversación. Aunque sin duda el dato que te acaba de detallar el doctor da que pensar.

Cargando editor
22/07/2011, 18:47
Alex Arnold

Alex no quería confiar en ese hombre, no le apetecía contarle lo vivido. Sin embargo, la sola mención de que la niña podría estar ahí afuera muriendo de frío la hizo reaccionar. Ella había decidido volver sobre sus pasos en busca de ayuda y ahora que se la estaban ofreciendo, la rechazaba infantilmente. Luchando consigo misma, se dispuso a relatar parcialmente sus vivencias. Contaría sólo lo suficiente para convencer al conserje de que había que hacer algo por esa muchachita que había visto desde la ventana, pero otras cosas las guardaría para Walter... él era el único a quien realmente podría contarle todo.

-Gracias Jack, en un momento iré a dormir un poco. Pero creo que debemos buscar a esa niña. Verá... me resulta un tanto vergonzoso contarle esto. Cuando escuché a la niña, me dio toda la impresión de que su voz provenía del fondo del pasillo. Salí a ver si se encontraba por ahí, pero no había nadie. Me pareció notar que la última puerta estaba entreabierta y me dirigí hacia allí para ver si la niña se encontraba en esa habitación pues me pareció que tenía problemas. Al llegar al lugar me di cuenta que esa estancia hacía mucho que no se usaba. Realmente hasta ahí creí, al igual que usted, que el cansancio me jugaba una mala pasada. Ya volvía sobre mis pasos cuando pude ver una figura en el jardín. Me acerqué a la ventana y distinguí a una niña de unos doce años que llevaba este osito en sus manos y que iba en busca de un lugar donde guarecerse. Sin pensarlo dos veces, salí a la carrera a la nieve con el abrigo que encontré a mi paso- señaló la prenda que llevaba al tiempo que lo comentaba. -Pero al llegar allí, ya no había nadie. Sólo estaba este osito... y el uniforme que la niña vestía momentos antes.

Suspiró y bebió oro sorbo de la infusión. Era agradable el calor que transmitía a su cuerpo y poco a poco sus recelos iban cayendo. -Si no le conté nada de esto antes, fue porque aún no logro creer que haya sucedido. Tengo este oso en mis manos que prueba que fue real, pero así y todo, temía que me creyera loca. Lo siento Jack, no quiero que esa niña muera, tiene que ayudarla. Llamar a la policía, o reclutar algunos vecinos para hallarla. Este frío la matará.

Presa del cansancio y con los músculos que empezaban a acusar el esfuerzo que había hecho todo el tiempo anterior en medio del frío totalmente desabrigada, Alex bostezó. Quería saber que había sido de Walter. Seguramente era él quién había llamado, para explicar sobre su retraso, pero Jack no había alcanzado a coger la llamada. -Por favor Jack, ¿podrá ocuparse de la niña? Yo ya iré a la cama, pero antes quisiera llamar a Erik. Seguramente él podrá pasarme un número de teléfono de la compañía para ver que ha sido de mi esposo. Ah, y nuevamente, gracias por el té y las mantas.- Haciendo un pequeño esfuerzo sonrió. Estaba cansada y seguía desconfiando de Jack, pero ahora se sentía en paz. Por fin estaba pidiendo ayuda para la extraña niña de la nieve.

Notas de juego

XDDDD Sí, pensé que estaba en mi habitación (me quedó esa idea dps de la llamada desde la ventana :D) Ok, ahora estoy nuevamente ubicada!

Cargando editor
25/07/2011, 11:47
Jack

Jack frunció el ceño a medida que tu historia iba cogiendo forma. No parecía muy contento de que hubieras pululado por su hotel sin previo aviso. Sin duda sabía que no le estabas mintiendo en ningún momento, de hecho sabía lo de la habitación del final, aquel salón de baile.

-No debería haber visitado esa sala sin mi consentimiento. Con descaro, el hombre acercó una de sus manos al bolsillo trasero del mono de trabajo y sacó su cuchillo, simplemente para dejarlo apoyado sobre la bandeja de plata. Era un acto más bien psicólogico, pues no sabías si en cualquier momento cogería el arma para clavartela, o simplemente quería desarmarse para que en cierto modo tu confianza creciera a paso lento. ¿Así que me está diciendo qué ha visto un fantasma Srta? Esbozó una sonrisa de lado, como si eso fuera un pensamiento de una quinceañera. No se preocupe, me ocuparé de llamar a la polícia en cuanto me asegure de que la niña no está por los alrededores del hotel. Puede quedarse aquí si lo desea y localizar a Erik, o acompañarme... y no hay de qué. Mientras tanto iré a buscar mis viejas cosas. Deme dos minutos...-

Levantó dos de sus dedos indicando el numero dos y el hombre giró sobre si mismo para alcanzar su pequeña habitación que quedaba muy cerca del mostrador de recepción.

Te quedaste sóla al lado de la chimenea, sintiendo como el calor del té te purificaba a buen grado mientras tu rostro se veía reflejado en el filo del cuchillo. No dejabas de preocuparte por Walter, pero de seguro que estaría bien. Inevitablemente volviste a pensar en aventurarte de nuevo allá afuera con el conserje. Aunque si así decidías hacerlo, era acosnejable que cogieras algo de ropa aquella vez. Y dos minutos era tiempo suficiente para que subieras a tu cuarto y te prepararas.

Cargando editor
26/07/2011, 02:03
Walter Ross

Cada palabra que oía de los habitantes de aquel país le decía que los contrataron le ocultaran cosas. Tantas, que cada vez se tornaba más absurdo y se llegaba a plantear qué hacía allí y cual era la razón real de que lo contrataran.

-¿Cuatro investigadores? Es la primera vez que oigo así- dijo Walter extrañado- Realmente no sabía nada.

Así que había más gente que trabajaba o decía trabajar para WCI. Pero decidió seguir investigando, y si obtenía algún dato o ventaja sobre ellos, mejor.

-¿Ellos también dijeron algo sobre el estado del cuerpo que me acaba de enseñar? ¿se acuerda de cuales eran los efectos personales del difunto?

Cargando editor
26/07/2011, 14:51
Alex Arnold

A pesar de haber llevado el osito como prueba, el conserje la miró como si ella hubiera estado alucinando todo aquel tiempo. Claro que ni Alex misma podía asimilar todo lo que le había ocurrido aquella tarde, si la situación hubiese sido a la inversa, ella también hubiera levantado una ceja en señal de incredulidad. Sin embargo, ella sabía que, aunque  inexplicable, todo aquello había ocurrido en realidad.

-Lo... siento Jack, sé que curioseé más de lo debido... pero la voz provenía de allí, no fue mi intención meterme donde no me invitan. No se preocupe, no tengo intenciones de volver a ese lugar.- Al ver como el encargado sacaba su cuchillo y lo dejaba sobre la mesa, la chica tragó con dificultad. ¿Era una amenaza velada o se trataba de una manera de ganar su confianza? Alex no tenía modo de comprobarlo. El tipo seguía sin inspirarle confianza y el tono empleado de reprimenda sólo la hacía sentirse más insegura aún. 

-Muy bien Jack, aguardaré.

Sin embargo, apenas el encargado se levantó para ir en busca de sus cosas, una disyuntiva se le presentó. ¿Se quedaría allí, sola, intentando localizar a Walter? ¿O iría con ese conserje en el cual no podía confiar para asegurarse de que cumpliera con lo prometido? Su reflejo en el cuchillo la hizo reaccionar. Debía ir con él. Walter seguramente estaba con el papeleo del contrato y cosas burocráticas del estilo y por eso se estaba retrasando. Mientras tanto, cada minuto que la niña pasaba en el exterior, era una posibilidad más de que falleciera por congelamiento.

Debo ir por ella. Ella me buscó, estoy segura... ella me llamó, no puedo abandonarla.

Velozmente subió las escaleras hasta su habitación. Dos minutos era tiempo más que suficiente para que pudiera ponerse unos tejanos, una camiseta abrigada y uno de sus tantos pulloveres gruesos de cuello alto que tanto le gustaban usar.

Se calzó dos pares de medias y tomó unas botas altas. Hubiera preferido llevar zapatillas, pero estas se mojarían muy rápido con la nieve y no quería exponerse al frío más de lo que lo había hecho ya. Tomó su chaqueta y se apresuró a volver hasta el hogar, pero al llegar a la puerta se detuvo. ¡El cuchillo! Debo ir protegida.

Volvió sobre sus pasos y tomó una de sus maletas. Allí llevaba su batería de cuchillos, sin los que nunca se movía cuando iba de viaje. Tomó uno pequeño, de los que usaba para deshuesar presas, para poder esconderlo entre la ropa, pero sabiendo que contaba con filo suficiente para penetrar hondo si debía clavarlo en el cuerpo de algún agresor.

A la carrera, salió de la habitación y llegó al sitio donde se encontraba antes justo a tiempo para ver a Jack listo para ir al exterior, en busca de la niña.

-Voy con usted. Tenemos que hallarla.

Notas de juego

Cargando editor
26/07/2011, 17:33
Jack

El conserje como si ya te hubiera leído la mente ya te esperaba en el enorme hall de entrada, preparado para la acción. Llevaba un shapka (gorro ruso) sobre la cabeza, una escopeta antigua de su época y un reflector donde tuvo que darle un par de golpes para que la luz respondiera. Saltastéis al exterior y la tormenta azotó vuestros cuerpos con furia. La ventisca seguía sin mejorar, de hecho parecía haber empeorado considerablemente. El viento parecía casi un huracán y hacía que fuera difícil mantenerse en pie. A la lluvia y a la nieve se habían añadido un grueso granizo que fustigaba desde todas direcciones.

La visibilidad era prácticamente nula, alcanzando tan solo unos cuatro o cinco pasos. A vuestras espaldas quedaba la parte delantera del hotel. Hacia el norte no se distinguía nada que no fuera oscuridad plena. En la nieve se habían creado pequeñas marcas en las que aún no había decidido instalarse el temporal, haciendo que fuera algo más cómodo el camino por aquella zona.

De pronto os pareció ver una pequeña sombra, del tamaño de un niño, cruzando los innumerables setos por el fondo a toda velocidad. ¿Un animal? Las ramas de los árboles murmuraban a impulso de la nerviosa brisa. El conserje te incitó a correr, adentrándote de lleno en aquel bosque.

-No me pierdan de vista. ¡¿Me oye?! Se detuvo y señaló más hacia el norte. A pocos metros queda una casa. ¡Pero hace tiempo que nadie vive allí! Gritó por culpa del temporal. Iremos a dar un vistazo...- Asintió y esperó a que aceptaras adentrarte hacia el corazón de aquel siniestro bosque mientras revisaba la munición del arma.

Cargando editor
26/07/2011, 17:49
Doctor

-Acompañemé por favor. Sigamé. Te hizo un gesto con la mano, y cuando ambos cruzásteis el umbral cerró la puerta de la cámara.

Tomó asiento en su silla, frente a la mesa. Hizo algunos apuntes y señaló con la punta del bolígrafo hacia dónde quedaba el cadáver. Carraspeó. Pensé qué serían ellos los que debieron de encargarse del cuerpo, pero parece que alguien se ha metido por medio sin previo aviso... Lo que resulta extraño. Vaya con los ojos bien abiertos...

Bien, me temo que me tendré que quedar una noche más despierto. Pueden confiar en mí... Trataré de seguir investigando el cuerpo. Tiene ciertos orificios en la muñeca de los que aún no he podido sacar nada concreto, en tal caso le informaré de cualquier detalle en cuanto haya descubierto algo Sr. Walter. ¿Pueden facilitarme algún número?-

Cargando editor
30/07/2011, 00:21
Walter Ross

-Gracias por el consejo- respondió cuando le dijo que abriera los ojos- Hágame saber cuanto antes si descubre algo anómalo en las muñecas o cualquier otra parte del cuerpo.

Le dio el número de su hotel y le miró con una expresión que indicaba que prefería que no le dijera nada al resto de "investigadores de la WCI". Claro, que no le dijo nada más porque supuso que al final el viejo haría lo que le apeteciera.

-Llame a ese número y pregunte expresamente por Walter Ross. Y ahora creo que me iré ahora mismo al hotel, aunque el clima no me ayude demasiado. Estaré esperando su llamada.

Se dispuso a irse del lugar y cruzó los dedos para que el tiempo no le jugara malas pasadas. ¿Sería mucho pedir?

 

Cargando editor
31/07/2011, 22:47
Alex Arnold

La tormenta, en lugar de amainar, parecía volverse a cada minuto más intensa. A pesar de que Alex iba bien abrigada esta vez, aquellos lugares de su cuerpo que la ropa no alcanzaba a cubrir estaban sufriendo el azote del frío polar que parecía envolverlos. Arrebujándose en su chaqueta y subiendo el cuello del sweater avanzó tras Jack con bastante dificultad.

A los pocos minutos de haber salido, ya casi no podía distinguirse mucho alrededor. La ventisca y la nieve dejaban ver muy poco y la oscuridad reinante favorecía que apenas pudieran distinguir qué estaba ocurriendo unos pasos por delante de ellos.

Hasta que una sombra pequeña y escurridiza se cruzó en su campo de visión. Enseguida el conserje puso rumbo en esa dirección. Ella, sin más alternativas, lo siguió. Ya era tarde para volver atrás.

-¡Muy bien Jack!- respondió Alex ante la insistencia de que no lo perdiera de vista. -¡No se preocupe que yo voy por detrás apenas unos pasos!- la tormenta hacía que ella debiera gritar también para hacerse oír a través del viento.

Una casa abandonada... bien puede ser el refugio de una niña sin familia... Niña, espero que estés bien y que lleguemos a tiempo para ayudarte.

Cargando editor
01/08/2011, 17:49
Director

Abandonaste el depósito con ciertas dudas y piezas sin encajar. Lo que quedaba bastante claro era que en aquel barco ocurrió algo fuera de lo normal, o al menos la muerte del marinero así lo indicaba con ciertos síntomas que no encajaban con la versión del capitán. En cualquier caso el encargado de mantener al difunto, a pesar de su mugriento aspecto, parecía estar por la labor de ayudarte y mantenerte informado para poder acercarte a la verdad. De nuevo la forguneta fué un buen refugio para la tormenta, que a pesar de que había decidido detenerse un poco, seguía azotando un frío impropio.

El motor parecía entrar en calor rápidamente y el aire de la calefacción desempañó los cristales. Tras las ventanillas se apreciaba una ciudad mojada, y solitaria. La mayoría de establecimientos permanecían cerrados y muy poca gente había decidido aventurarse con aquel tiempo.

A tu espalda, habías dejado ya las oficinas portuarias y el resto de la ciudad con algo de información nueva. Hacia el norte no se distinguía nada hasta donde la visibilidad te alcanzaba, salvo la fachada de aquel Hotel. La mayoría de caminos quedaban cortados debido al tiempo y nadie podía cruzarlos, por lo que los habitantes de las montañas debían esperar casi todo el invierno recluidos y aislados.

Por la pendiente que subía hacia el Royal Weird percibiste unas marcas de ruedas grabadas sobre el terreno, haciendo algo más cómodo la conducción por la zona. Antes de bajar de la camioneta, viste un par de coches oscuros aparcados frente al hotel, uno parecia el de Erik, otro era un todoterreno oscuro desconocido.

En seguida, dos siluetas bajaron del coche más grande y te apuntaron con sus armas. Los disparos golpearon contra la luna de la furgoneta, obligándote a encoger y a esconder tu cuerpo.

Notas de juego

Los del WCI te dieron una sencilla glock de 9mm. -aunque en aquella época eran bastante caras y de lo mejor que había en el mercado-

Cargando editor
01/08/2011, 17:54
Director

Varios metros en dirección norte y desde allí se divisaba ya en toda su grandeza la Mansión, un edificio imponente y regio, que algún día ha debido brillar en toda su gloria, pero que ahora sólo lucía apagado en el resplandor mortecino de la nieve. Y se vislumbraba también lo que debía haber sido un frondoso jardín. Ahora los cipreses y los cedros vencían sus ramas por el peso de la nieve acumulada, y a un lado, más lejos, las ramas de unos sauces llorones se inclinaban. Algunas esqueléticas, despojadas de las hojas, rozando con sus huesos la superficie helada de un pequeño estanque; una fuente de piedra rota.

Más lejos, en un rincón se encontraba una estatua. Una mujer, pálida la piedra, quizá mármol. Y, tras ella, adivinándose apenas, las cruces y lápidas como si formaran parte de un cementerio.

Desde el jardín las escaleras llevaban hasta un rellano ancho, con la puerta principal, de madera noble, y unos grandes adornos en forma de cabezas de león. A un lado se hallaba un tirador de hierro forjado que debía accionar una campana en el interior. Sobre la puerta el escudo de la familia, en piedra. Pero tan desgastado que no se acertaba a ver qué representaba.

Una primera ojeada visual no os rebeló si la puerta se encontraba abierta o cerrada. El conserje se arriesgó a subir los escalones y a probar con la culata del arma... la puerta cedió con un suave click y se entornó un poco crujiendo. El interior de la casa os devolvió el eco del quejido.

Intentaste ver algo por la rendija que había quedado, pero tus ojos quedaronn tan acostumbrados al albedo de la nieve y la penumbra que apenas podías distinguir el suelo a medio metro de la puerta.

De pronto te pareció ver una pequeña sombra similar a la de varios metros atrás, del tamaño de un niño, cruzando la habitación por el fondo.

Cargando editor
03/08/2011, 15:11
Alex Arnold

-¡Allí! ¡Allí he visto algo!- en un susurro apresurado Alex señaló al conserje el fondo de la habitación. Había creído ver algo, otra vez aquella escurridiza y pequeña sombra que los había conducido hasta aquel lugar.

La mansión era enorme, majestuosa, pero al igual que el salón de baile, había sufrido malamente el paso del tiempo. Estaba abandonada, como un monumento decadente de épocas mejores. La casa, su jardín, el cementerio familiar... todo transmitía una poderosa sensación de tristeza en la joven.

Sin embargo, esa emoción habían quedado relegada por la ansiedad. Volvían a tener una pista, algo tras lo que correr.-

-Vamos Jack, no perdamos tiempo. He visto la sombra de la niña allá en el fondo, tal vez esté asustada. Debemos ayudarla o este frío la matará.

Apurada pero sin llegar a empujar a Jack, lo urgió para que siguieran adelante. Al parecer, la búsqueda estaba llegando a su fin.

Cargando editor
03/08/2011, 17:38
Director

Jack asintió y tomó la iniciativa con el arma por delante...

Un pequeño recibidor con paredes y suelo de mármol de color azabache os dió la bienvenida. A ambos lados unas pequeñas salas donde se rezaba a alguna entidad, ahora probablemente olvidada. Delante, un pasillo con dos arcos a los lados que conducían al mismo sitio. No obstante, el de la izquierda en concreto, quedaba obstruido por una recia enredadera que parecía que iba a resistir cualquier intento de destruirla o pasar. Todo parecía indicar que se trataba de un viejo santuario, o algo similar.

Antes de deteneros a visualizar la zona con más ímpetu, escuchaste un grito casi inhumano procedente del conserje mientras señalaba hacia unas viejas escaleras que bajaban hacia la izquierda. Sólo habían sido unos segundos, pero cuando giraste la cabeza alertada por el grito, viste a un hombre clavado en una de las columnas que estaban sobre el pasamanos del rellano intermedio. La columna estaba rematada por un pequeño obelisco cuya punta ahora sobresalía por el abdomen del hombre con parte de sus entrañas enredadas en ella. Yacía cara arriba, con las extremidades cayendo flojas y la cabeza caída hacia atrás, los ojos llenos de terror y la boca abierta en un mudo grito. Por la columna corría la sangre del infortunado para deslizarse por una acanaladura del pasamanos y formar una pequeña cascada al llegar al final de la escalera.

Jack, el conserje por su parte se mantiene apuntando con la escopeta en esa misma dirección. -No sé que es lo que está pasando aquí... Pero señorita, más vale que nos demos prisa en salir de aquí si no quiere que le pase lo mismo.-

Al poco tiempo, y aún sin digirir la situación, percibiste de nuevo a la niña tras aquel pasillo con dos arcos a los lados. La zona de la derecha, a diferencia de la de la izquierda sí quedaba libre para continuar. La niña se mantenía quieta, cómo si quisiera mostrarle algo...

Cargando editor
11/08/2011, 18:14
Walter Ross

Si las pistas todavía sin sentido sobre el caso que investigaba le sorprendieron, lo de los hombres que le disparaban terminó por confundirle aún más. ¿Quienes eran? Habían disparado sin provocación, por lo que la opción de salir diplomáticamente de la situación estaba descartada.

Abrazó la pistola y se maldijo a sí mismo por no haber dedicado más tiempo a aprender a usarla. Estaba agazapado en la furgoneta para que no le diera ningún disparo e intentó echarse hacia atrás y salir por una de las puertas traseras. Si notaba que no recibía ningún disparo por ese lado saldría rápidamente para apoyar su espalda contra la parte trasera del vehículo y disparar mejor desde esa posición. Así que empezó por abrir lentamente la puerta trasera de la parte más alejada de los disparos. Y si ninguno de estos se acercaban a esa zona, probaría a salir rápidamente para ocultarse en el culo del automóvil.

Cargando editor
16/08/2011, 12:46
Director

La luna de la camioneta había quedado completamente agrietada por culpa de los disparos, por suerte ninguno te había alcanzado y te había dado tiempo a refugiarte, notando como las pequeñas esquirlas de cristal te caían encima. Poco profesional con las armas trataste de controlar que tus movimientos no te traicionaran, pero por alguna razón tu reglamentaria resbaló de tus manos cuando te encontrabas en la parte trasera del vehículo.

La visibilidad había quedado mermada por culpa del temporal, y por si fuera poco la carretera se encontraba demasiado mojada como para realizar una huída desesperada con el vehículo. Abriste la puerta despacio y te colocaste pegado a la camioneta, con arma en mano.

Nuevos disparos impactaron en la camioneta, el primero sobre una de las ruedas delanteras provocando un evidente pinchazo y haciendo inútil una posible huída. Al poco tiempo otro disparo sobre los focos de luz. Quedándo todo en una aterradora penumbra. Al instante, un rayo cayó a pocos metros frente al lugar dónde viste por última vez a los hombres, iluminando todo alrededor. La tormenta arreciaba, acompañada de pequeñas piedras de granizo que aumentaban poco a poco su tamaño.

Las luces de unas linteras te anunciaron que, probablemente los dos agresores, se acercaban de nuevo a tu posición;

-¿Crrees que les hemos dado? No puede haberr ido muy lejos... Prronto vendrrá la policía. Ha de serr rrápido y lo más silencioso posible...- Dos hombres hablaban entre ellos en idioma común, pero su acento alemán era evidente. Eso te indica que ni Erik ni el conserje podían ser aliados o incluso los propios autores de los disparos. Quizá ellos también se encontraban en peligro. Y Alex.

Cargando editor
18/08/2011, 20:52
Alex Arnold

Alex dio sus primeros pasos en el recinto siguiendo de cerca a Jack, con temor reverencial. El silencio propio del abandono se sentía opresivo y el eco de los pasos en aquel lugar se oía fuerte y claro, acentuando la sensación de soledad.

Sus ojos se acostumbraron pronto a la semipenumbra generada por la escasa luz que derramaba la linterna del conserje. A pesar de la mala iluminación pudo distinguir la fastuosidad del sitio y lo hermoso de su arquitectura. En su apogeo, aquel lugar habría sido digno de alguien de la realeza.

Sin embargo, toda la admiración y deslumbre se vieron bruscamente interrumpidos. De una columna, casi un pilar, pendía atravesado de lado a lado un hombre. Sus vísceras quedaban a la vista, su sangre teñía el fuste y formaba un espeso charco en el piso. La visión era escalofriante.

La muchacha se giró bruscamente para apartar la vista de allí al tiempo que sentía como se mareaba y su cuerpo comenzaba a generar arcadas. Un poco de bilis y saliva fue todo lo que pudo descargar. Hacía horas que no ingería nada, aunque después de semejante espectáculo no creía que pudiera volver a comer en mucho tiempo.

Jack habló. Quería abandonar el lugar cuanto antes. Medio entre brumas, ella iba a aceptar, pero al enfocar la vista, distinguió el objetivo de su búsqueda.

Allí, en medio del pasillo se encontraba la niña, muda, impasible. Con sus ojos invitaba a seguirla, a no dejarla sola en aquel lugar. Sin pensar en lo que hacía, nuevamente actuando en forma irracional como cuando la había visto a través de la ventana, Alex se lanzó a correr en dirección a ella. Esa niña no podía permanecer allí, no en un lugar donde un hombre había muerto de forma tan espantosa.

Notas de juego

Ya estoy aquí, lo siento por la demora :( Hasta ahora no pude volver a pensar como Alex.

Cargando editor
22/08/2011, 02:09
Walter Ross

Seguía sin saber quienes eran aquellos hombres pero tampoco tenía demasiado interés por averiguarlo. No dudaban en disparar e iban completamente en serio. Y Walter no era un hombre de acción... lo lógico era huir, sin duda. Sin embargo, no podía hacerlo, no con Alex en el hotel. Si se alejaba del lugar, ¿quién le garantizaba que no irían a por ella?

Decidió darlo todo por salvarla, en otras palabras, actuaría como un completo imbécil. Intentó obtener una visual de los tipos que le dispararon. Para responderles con su propia medicina. Con suerte, demasiada suerte, daría a alguno de ellos y si no al menos atraería su atención. Quizá si se fijaban en él podía correr hacia la oscuridad y alejarse del lugar. Por supuesto, podía ser su sentencia de muerte, pero intentaría aprovechar las linternas para delatar su posición.

Notas de juego

No sé exactamente qué tiradas debo hacer. Básicamente lo que intenta es disparar y salir por patas si puede. Si solo puede hacer una acción dispara y que los Dioses nórdicos se apiaden de él xD