Partida Rol por web

Una hora y unas ocho millas despues tras un tranquilo viaje veis a cierta distancia lo que parece un garita a un lado del camino y como los guardias de frontera comienzan a levantarse de donde estaban tumbados, quitandose el polvo de sus sucios uniformes y desgastados uniformes.

- ¡Alto en nombre del baron Von Hendriks! - grita el que parece el sargento mientras se situa en medio del camino esperando que vuestros carromatos lleguen hasta el.

Otro control.....esto parece un estado sitiado.....seguro que serán tan bribones que por unas monedas nos dejaran pasar....

Se queda esperando que sean sus compañeros los que tomen la palabra,ya que por su apariencia no seria bueno ser el encargado de las negociaciones,la gente tiende a no tomarse muy enserio al chico.....aunque sea un error para ellos y en momentos determinados una ventaja para el.....

Gustarion habia estado callado y malhumorado. Necesitaba esa daga. Sabia defenderse con ella si fuera necesario en caso de que los enemigos llegaran a mi alcance, cosa que no sería muy difícil si se tiene en cuenta la pésima estrategia que veniamos desarrollando hasta el momento. Y el enano tenia armas mas efectivas y poderosas que una simple daga, que probablemente jamás necesitara usar. Sin embargo incluso yo podría intentar arrojarla en la distancia. Pero no habia querido enfrentarse al enano. Sabia que, como siempre, nadie le apoyaría. Era lo que pasaba cuando no caias bien a nadie.  Se limitó a ponerse la capucha inmediatamente subió al carromato y la llevó puesta todo el camino mientras leia en plan autista algún viejo tratado de magia que llevaba en su bolsa mientras a veces simulaba dibujar extraños diagramas en el aire, sin hablar con nadie.

Poco después nos dan el alto. Sabiendo que su aspecto era muy llamativo y que si su descripción había llegado hasta los guardias de la baronia les seria facil identificarle, Gustarion decidió mantenerse con la capucha sobre su rostro y mirar fijamente con sus rojizos ojos al guardia. El carromato se detiene y Gustarion espera, silencioso y paciente, a que el guardia se comunique primero.

Alexei mira hacia el frente y con un encogmiento como de frio se ata mejor el jubon que le cubre la cota de mallas y despues sigue guiando a los bueyes hasta detenerlos ante el hombre que os ha dado el alto.

- Bueno, bueno ¿que tenemos aqui? - dice el hombre inspeccionandoos y dando una vuelta alrededor de los carros se para ante un saco que abre y del que saca una zanahoria que comienza a mordisquear. A continuación sigue caminado y les grita a los seis soldados que se encuentran a los lados del camino - ¡muchachos me parece que tenemos aqui a unos mercaderes de nabos! - frase que es reida a coro por los otros guardias. A comtinuacion se planta ante Alexei - Sois un buen numero solo para transportar unos cuantas verduras, y entre vosotros tenemos nada menos que a un enano y a un elfo. ¡Parece esto un tanto peculiar! -

Alexei agacha la cabeza y habla con voz baja - Mi Capitan bien sabeis que los caminos son peligrosos y los bandidos incluso atacan a los pequeños mercaderes como nostros, que no tenemos más que lo que plantamos en nuestros pequeños terrenos y que nos cuesta gran esfuerzo y sudor. Asi que una vez que tenemos bastante mercancia la juntamos entre todos y hacemos el viaje juntos para ahuyentar a los bandidos que puedan aparecer por el camino -

El sargento se rasca la barba mirando hacia Alexei y a continuación asiente - Cierto, cierto. Los caminos no son seguros y no estaria bien que os robaran y no pudierais llegara hasta aqui con vuestro mercancias, si no quie npagaria los impuestos. Y hablando de eso son 6 monedas de oro por carro. Supongo que los tendreis si no no podreis continuar vuestro camino.... o quizas si pero sin parte de vuestras mercancias. - dice mientras una sonrisa aviesa cruza su rostro.

- Claro, claro capitan 6 monedas por carro - dice Alexei con voz apresumbrada - quizas podamos reunirlas entre todos pero no se si seremos capaces de vender estas mercancias y sacar benefecio. ¡La vida del agricultor es tan fatigosa! - y saca 8 monedas de oro de su bolsa y despues os pide uans pocas al resto para completar las que faltan.

Extiendo mi mano hacía Alexei cuando se acerca al carro al que yo iba manejando y le entrego 8 monedas plateadas, -Es todo lo que tengo digo en tono seco y apático, no me sentía cómodo con la presencia de esos guardianes de la frontera, y mucho menos estaba de acuerdo en pagar un peaje que seguramente era ilegal y abusivo, pero desde un principio habíamos trazado un plan y no tenía intención de incumplirlo en la primera oportunidad de demostrar una "falsa Moral".

Espero que los demás pongan su parte y me hecho la capucha de la capa de viaje sobre mi cabeza, no quería que me volvieran a identificar tan fácilmente, era claro que esto podría llegar a llamar mucho la atención en estas tierras.
Los pensamientos y el nerviosismo empezaban a invadir mi cabeza, porque una cosa era luchar en un entorno neutral, pero otra muy diferente era luchar en un terreno hostil, donde ni la guardia local estaría dispuesta a echarte una mano, debiamos actuar con cautela y precaución.

Rebusco monedas sin especial interés ni seriedad esperando que otro las encuentre antes que yo.

¿Tengo monedas, de hecho? si es asi no las apunte creo

Añado las monedas que faltan para asi poder avanzar y entrar en la ciudad sin mas impedimentos,cuanto antes estemos dentro mejor para todos,y ahora que nos hacen pagar un carisimo impuesto por entrar,espero que no sean tan escrupulosos y dejen en paz a una par de carros y unos honrados granjeros que tan solo desean vender sus magras pertenencias en la ciudad.....

Entre todos reunis el abusivo precio solicitado por el codicioso sargento el cual tras contar el dinero con avidez os permite seguir

- ¡Adelante, tomad este documento que confirma que habeis pagado el peaje y espero volver a veros a la vuelta! - os dice con alegria al tener las monedas en sus manos y tras entregaros un pergamino os permite continuar.

A continuación seguis con vuentro camino y os adentrais en la Baronia siguiendo el camino mal asfaltado que se dirige hacia Fuerte Condenación. Casi no veis viajeros y lso pocos que hay son silenciosos y no miran hacia el testo de la gente, simplemente saludan con la cabeza y prosiguen con lo suyo. Los campos parecen mal arados y bastante pobres y lso campesinos que veis estan mal vestidos y parecen bastante desnutridos. Especialmente contrariado se muestra Alexei cuando a vuestra derecha os encontrais con cuatro niños pequeños muy delgados y descalzos que miran hacia vosotros y hacia vuestro cargamento.

- ¡ No entiendo como el Duke Stefan permite esto, deberia entrar con las tropas en la Baronia y acabar con esta situación de una vez! -

Si esto lo hiciera un enano, se me caería la cara de vergüenza por mi raza y juraría no detenerme hasta parar semejante atrocidad. ¿Cómo podéis hacer algo como esto a vuestra gente? dice, casi rezongando, murmurando entre dientes. A continuación, se acerca a Alexei, y susurrando le dice Quizá podríamos darles algo de la carga que llevamos, con cuidado de que no se vieran las... ¿no te parece, Alexei? señalando con la cabeza a los niños levemente.

- Me parece una gran idea, total nadie se va dar cuenta de si llevamos un par de bolsas de verduras mas o menos - dice Alexei mientras se baja de un salto del carromato y coje una saca que acerca a los temerosos niños. Los cuales aunque en principio se alejan un poco pronto se aproximan para cojerla y tras mirar para los lados para asegurarse de que no hay ningun guardia cerca se alejan corriendo, pero no antes de darle un gran abrazo a las piernas del guerrero el cual vuelve a montar con una pequeña lagrima en el ojo - Sigamos - dice con voz contenida y suelta las riendas para que los bueyes continuen andando.

Me daba cuenta del noble gesto de la carreta de adelante, veia como alexei se bajaba y daba a los niños un bulto de comida, de repente llegaban a mi cabeza recuerdos de mi infancia que creía se habían borrado de mi cabeza, recuerdos de viajes que realizaba a la ciudad elfica de calarii junto a mi padre a negociar e intercambiar mercancías y viveres, recuerdo como mi padre en ocaciones reunía a los huérfanos y niños de la calle en la plaza principal y empezaba a contar historias lejanas y heróicas de elfos matando dragones y orcos, rescatando doncellas y liberando reinos de malvadas tiranías, las contaba como si fueran historias propias, pero luego me confesaba -con una sonrisa y un guiño- que eran historias que se inventaba y se imaginaba.

Los pensamientos de recuerdos lejanos hacían que mi mirada se perdiera en la nada y que en el rostro se me dibujara una expresión clara de nostálgia y tristeza, preguntas se me pasaban por mi cabeza, preguntas del pasado que hubieran podido cambiar el presente ....Que hubiera pasado su no hubiera huido de mi hogar?, cambiaría mi vida actual por una vida con una familia y trabajando de sol a sol para el sustento?....

Cuando Alexei vuelve a la carreta, le miro intensamente a los ojos, y asiento con la cabeza, antes de volver a concentrarme en lo que tenemos de frente. Ese barón es un mal que debería ser erradicado, si permite cosas como estas, con su propia gente, su propia raza. Si fuera enano... pero no lo es. Lo corta que es la vida de un humano, y cuan grandes y terribles cosas son capaces de hacer. Mi mente vaga por esos pensamientos, y otras aún más siniestros, mientras la carreta sigue su curso. De pronto, despierto de mi ensoñación. No estamos en una zona como para perder de vista la carretera, si los niños están así, los adultos perfectamente se habrán convertido en bandidos, robando lo que puedan para alimentar a sus familias. Borak lo haría. Centro mi atención en la carretera, buscando emboscadas.

Con un golpe ocasionado por un bache de la carretera, Hadrael se despertó e incorporándose miró a todos lados. - Supongo que ya hemos llegado, ¿no es así? Se ve que me he quedado dormido aquí detrás. ¿Ha habido algún problema a la hora de entrar o todo ha ido según lo previsto?

Y rebuscando en otro saco, cogió otra verdura y le pegó un buen mordisco.