Partida Rol por web

1 Enero  1700 T.E. 20:48. Despejado. -7ºC  y sin viento. Estribaciones Sur Oeste de las Montañas Grises. Cerca de la casa y mina de la familia Boggovir. Laderas montañosas. Bajando la temperatura tras caer la noche. Nubes a lo lejos, que amenazan tormenta.

No podías más. Tenías que salir de allí. Y eso hiciste.

Las lágrimas te corrían por los ojos. Habías asesinado a un "mayor" y con lo poco que conseguiste, escapaste a correr. A correr tanto que cuando te detuviste fue por un tropiezo. Casi arrancas una raíz del suelo. Corrías hacia el sur. La sacudida dolió lo justo, pero la nieve que cubría el suelo, que unos meses atrás eran pastos verdes. Ahora hacía frio. No era tanto como para ser molesto, pero frio y mojado ... era mala mezcla.

Tenías intención de escapar, ya que la única protección final que tenías era tu madre, y murió dos noches atrás. Un cruda enfermedad se la llevó. Te la robó. Ahora precisabas encontrar a tu otro progenitor. no tenías claro si era para saber de él, si era para asesinarlo por violar a tu sagrada madre o si en el momento oportuno se te ocurría otra cosa. Das un puñetazo de frustración al suelo, y la nieve amortigua bastante el golpe.

Tu olfato no era precisamente lo más fino, pero un olor característico, a hurón, te invade las fosas nasales. Era bichos que te encantaba, pero .. había uno que sentía algo especial por ti. Y tú por él. Era tu único verdadero amigo. Gorthog.

El hurón estaba unos metros delante de ti. Parecía esperarte.

Buenas!! Te lo pongo por aquí tmabién por si acaso. Te puse un mensaje el día 9 en el apartado de escena de personaje peguntandote que tenía que hacer? Si ya contestarte por aquí, esperar....

En estos comienzos si me pudieras ir guiando un poco cada vez que tenga que interactuar hasta que vaya cogiendo el hilo y la dinámica de esto te lo agredecería...

Por otro lado te comento que por lo general te contestaré en horario de tarde, yo trabajo por la mañana y de 7 a 16 me es imposible atender al foro...

No preocupes, tú postea, y lee, que siempre doy pistas (y pocas veces soy una sola).

Tenía que hacerlo, tenía que hacerlo.

Seco las lagrimas de mi cara y alzo la vista hacia la dirección que me indica mi olfato.

Menos mal que siempre me quedarás tú, pequeño bicho....

Golpeo el suelo de nuevo con rabia y decido levantarme, recojo a mi fiel amigo, lo acaricio con cariño.

Vamos, Gorthog, pequeño amigo, tenemos que proseguir el camino o lo próximo que encontraran de nosotros es un bonito y helado cadáver.

Guardo a Gorthog en la mochila junto con el poco equipo que pude reunir antes de escapar.

Tengo que encontrar un sitio para resguardarnos, pero aún debemos correr más, hay que correr más.  Hay que seguir hacia el Sur, alejarse de estas malditas montañas y encontrarle.

Noto un escalofrío que me recorre la espalda desde la nuca hasta mis posaderas. Agarro con fuerza el colgante de mi cuello e intento respirar profundo.

Antes de reemprender la marcha me gustaría saber si nuestros perseguidores están cerca, sino, decido poner rumbo al sur, siguiendo el curso del Anduin, pero lo más oculto posible de las zonas más visibles. Tendré que parar en algún momento, descansar y alimentarnos un poco o moriremos por culpa del agotamiento. (Si eran las 20:50 más o menos creo que podriamos continuar la marcha como unas 2 horas más).

Te giras y observas durante un rato hacia el lugar del que venías. Descubres tu cabeza y observas con atención. El amigo hurón, mientras observas, se ha metido al fondo de la mochila, y lo escuchas respirar. Se ha dormido profundamente, tras rascar un ratito. Ni pájaros. Con lo oscuro que está, la vida se ha tomado un respiro y sólo el viento era una fuente de ruidos.

Nadie os seguía, o si lo hacía, era un fantasma y se había escondido dentro de algún árbol.

Nos vamos, pequeño, es hora de seguir.

Suelto el colgante y vuelvo a cubrirme la cabeza, emprendo el camino hacia el sur.

Corro como si me fuera la vida...no espera, es que me va la vida en ello, así que intento poner toda mi atención en el camino que tengo delante de mis pies y me lanzo a correr

El Colgate ya no te dice nada. La última vez que te "habló", te hizo salir hacia el sur, pero ahora no "habla".

Sales corriendo en la misma dirección que ya tenían antes tus pasos, pero a la media hora, la nieve te está impidiendo y dificultando el paso. Además, el cansancio y la noche es un pesar ya en tu cuerpo.

Empiezo a sentir calambres que me recorren las piernas y comienzo a notar como mis tripas me hablan.

Quizás sea hora de parar o no voy a poder seguir más.

Miro a mi alrededor intentando descifrar el paisaje que me rodea y tratar de buscar un cobijo para pasar la noche y descansar un poco.

Todo son lomas y lomitas, nevadas, con un dispersos bosques de pinos, que no llegan ni a 100 unidades.

Entre bosquecillo y bosquecillos, habrá entre 3 y 5 km, y la zona está plagada de un sotobosque, en el cual la hierba no suele llegar más allá de un par de palmos. Algún arbusto algo más grande y poco más. Tras salir de la zona de las montañas grises, todo es así, hasta llegar a los valles del Anduín o el propio bosque negro. Aún tienes varios días de camino para llegar hasta allí.

Ufff...busco una loma que esté entre pinos, en la zona más densa que pueda atisbar sin tener que desplazarme una distancia muy grande.

Intento cortar o arrancar unas pocas ramas y cavo en algún talud que esté en la cara contraria a la que avanzo, un pequeño hueco que me permita cobijarme del viento (si sopla muy fuerte, que por la descripción del principio creo que no, el hueco intento cavarlo en la zona más oculta pero que me protega del viento que pueda encontrar), pero no muy grande para que no pueda quedar sepultado bajo él. Y lo suelo con las ramas.

Cuando lo tenga listo, saco una ración de comida para alimentarme y le doy un 20% aprox a Gortogh. Si todo va bien, intento descansar unas 4/5 horas pero intentando no quedarme totalmente dormido. A Gorthog, lo meto entre mi ropa para procurarnos calor mutuamente.

2 Enero  1700 T.E. 06:23. Encapotado. -8ºC  y sin viento. Lomas al Sudoeste de las estribaciones finales de las Montañas Grises.

Un tueno te despierta. Quisieras o no, tu refugio, ha sido una buena cobija. Quisieras o no, te has dormido. Te despiertas sobresaltado y el hurón sale disparado desde el interior de tus ropas a la mochila, que la considera más cómoda y segura. Aún no llueve, pero ya está amaneciendo, y no parece que fuera a tardar demasiado.

Habías descansado, pero no era lo mismo dormir en un refugio improvisado, que en tu cama, que por muy dura, tosca y espartana que fuera, ya estabas hecho a ella, y ella a ti.

Gorthog sale de su escondite, que se había dejado ayer la mitad de la cena que le diste, y se oculta en su escondite otra vez, con el tesoro, que sería su desayuno. Te ríes por lo ridículo que se le ve, cuando tiene miedo, pero parece que el hambre, en ocasiones, supera al miedo... Tú superaste el miedo, no por hambre, sino por desesperación. El acoso al que te sometieron los chicos, los otros enanos, había sido mucho más de lo que ellos hubieran superado. Culpabas a tu tío, el Maestro Minero, ya que no se había promulgado, ni había tomado medidas. Por eso ... tus medidas contra él fueron la expiación de todo el odio que habías ido acumulando durante años. La estirpe no estaba perdida. Tu otro tío tenía un hijo. Ellos sería el legado de tu familia. Los Boggovir. Tu tío superviviente tomaría el mando, y su hijo sería el heredero de la línea sucesoria en el mando del clan.

Por momentos me quedo ensimismado viendo a Gortogh apurando su desayuno en el fondo de la confortable mochila, y mis pensamientos comienzan a divagar...

Me pregunto que pensará mi primo, el heredero, de todo esto.- Una pequeña mueca de sonrisa se me escapa. Al fin y al cabo en unos años será el jefe del clan. Debería estarme agradecido el bastardo...Pero un asesinato es un asesinato, y acabar con un mayor solo tendría una respuesta por parte de todos ellos. Malditos seais!!

Por fin logro salir del limbo, y comienzo a preparar la puesta en camino, tapo los vestigios del improvisado refugio y aunque si me siguen, las pisadas me delatarán, es mejor no dar pistas del tiempo que he podido pasar aquí.

Cuando tengo todo preparado, oteo el horizonte en busca de algún movimiento y vuelvo a retomar la incierta ruta que debe llevarme hacia alguna respuesta.

7 Enero  1700 T.E. 10:55. Encapotado. -2ºC  y sin viento. Lindes del Gran Bosque Verde y los Valles del Anduín.

Tras una semana de camino, habías conseguido cambiar de páramo. Estabas en el borde norte del Bosque Negro y donde este se juntaban con la vega del Anduín. Empezaba la zona donde los Beornidas construían sus granjas. El bosque, esta parte al menos, estaba dominada por los elfos, y ni te gustaba un bosque tan denso ni los elfos. O por lo menos eso habías aprendido.

En la distancia una granja de uno de esos medio hombre, medio oso, y más animal que persona, había construido una mureta de piedras al rededor de una casa pequeña. Mas una chabola o un refugio grande y bastante permanente, que una casa. Animales de varios tipos pastan por fuera de la "fortaleza" y se escucha en la distancia el trabajar la tierra.

No me seduce la idea de tener que juntarme con esta especie de medio-hombes, medio-animales, pero necesito descansar un poco en algún sitio que no sea un hueco hecho en la nieve. Además debo andar ya escaso de comida y después de tantos días a la intemperie tengo el frío metido en los huesos.

Decido probar suerte y acercarme a la "choza" del beórnida, trato de acercarme con cautela, sé que son "gentes" un tanto especiales a las que no les entusiasma demasiado el bullicio. Cuando esté lo más próximo posible a la puerta de la granja, trato de chapurrear algún tipo de saludo en el viejo idioma de los beórnidas, para que note mi presencia.
 

Los animales enseguida te prestan atención. Un tiarrón rudo y grandote sale de allí.  Tenía más pelo bajo la cabeza que sobre esta, y además porta un azadón, que si bien, es una herramienta de labranza, podría ser un arma de guerra. (Por no decir de destrucción masiva). El tipo, un tanto tosco te contesta en la misma lengua que le has hablado: - ¿Qué deseas enano? su voz, poderosa, sonaba amenazante.

Estaba claro que las visitas no eran bien venidas, pero es que parece que el tipo es tosco y rudo por naturaleza. Los beornidas son muy suyos en sus granjas, pero este ... es un tanto "especialito". más arisco que los otros.

Buenos días señor, permitame que le diga que posee usted una granja digna de admiración. Permitame que me pesente, mi nombre es Gringel y mi buen amigo y yo-saco a Gorthog de la mochila y lo acaricio mientras continuo diciendo-estamos de viaje hacia Edoras, y después de unos cuantos dias sufriendo las inclemencias del invierno, me preguntaba si podríamos descansar aunque fuera un rato en algún rincón seco. No le causaremos ningún problema y Gortogh se lo agradacerá eternamente.

Intento mantenerme con los sentidos bien alerta por si tuviera que salir corriendo y escapar de semejante "animalito".

- Y yo Comar Grumal. Dice. TE había estado mirando raro, hasta que sacaste el hurón. El animalito era una bestia atractiva para estos hombres que tenían más de bestia que de persona. - Pasa, pasa.

La casa, una chabola de una gran habitación está repleta de trastos. Herramientas de labranza, otros animales, y recipientes donde guardar la cosecha. No te podías creer que alguien que fuera tan arisco, cambiara tan rápido de opinión. Te señala un rincón. No era un gran sitio, pero te podías tumbar en el en suelo sin pengas. - Allí puedes acostarte enano. Y te lanza un par de mantas.

Gracias por tu hospitalidad Comar Grumal. Si no te importa. Gorthog y yo, comeremos algo antes de descansar.

Me dirijo hacia el rincón proporcionado por el medio hombre, saco una ración de comida y repito el proceso de estos últimos dias, dandole a Gorthog parte de las viandas.

Una vez que nos hemos alimentado, intento escrudiñar el habitáculo en busca de alguna pista que me hable un poco más sobre Comar y su vida.

Ten cuidado Gringel, uno nunca sabe de quien puede fiarse. Este cambio de actitud puede ser peligroso.

El beornida, sin mediar palabra, y viendo que estás comiendo algo, y compartiéndolo con tu animal, sale de la casa.