Partida Rol por web

Mientras Yelena y Opa se ponen de acuerdo le digo:

-Yelena, carga tu cosmos para hacer eso que tu sabes hacer por si hay problemas.-

-Nos ponemos en camino entonces. Estad todos preparados para cualquier cosa.-

Empiezo a caminar en una dirección aleatoria... hasta que me sobresalto.

-¡Uy, si yo no se por donde es!-

Intento echar un ojo a mi alrededor para ver si saco algo en claro.

-Bien, volvamos entonces- dije levantándome y comenzando a caminar.

- Igual deberíamos dedicar un par de minutos a asegurarnos que no nos dejemos nada. Quizá mirar dentro de la tienda, por si acaso hay algo parecido a la pieza de antes... - sugiero encogiéndome de hombros -. Opa, si no te resulta inconveniente, agradecería tu ayuda hasta que recupere un poco el aliento... - contesto ante su ofrecimiento. 

Sigo un poco fatigada. 

- Y sí, puedo usar el teletransporte una vez más. Pero es un hechizo que me consume mucho. Si estamos decididos a marcharnos, puedo llevarnos directamente al punto de encuentro. Ah, otra cosa que no he tenido tiempo de contaros... Mi espía ha sido destruído, pero me dio tiempo a enterarme de un par de cosas. La primera es que, como ya imaginábamos, el hombre de ojos dorados, el de antes, no es un caballero y que, además, ha traicionado a las trillizas, por alguna razón que se me escapa, y a ellas también. 

Despacio, me acerco al campamento del gigante. 

- Echaré un vistazo rápido... Sólo por si acaso. 

Sin fotos, es mejor atender a los detalles. 

Empiezas a echar un vistazo por el campamento del gigante...

A parte de llamarte la atención de que todo es de un tamaño mucho mayor a lo que estás acostumbrada, no hay nada interesante.

No tienen ningún tipo de arma ni armadura, además, lo que usa para guarecerse es bastante básico, por no llamarlo medieval. Tampoco tiene libros ni nada que se le parezca.

Después de que Yelena eche un vistazo al campamento, el grupo decide ponerse en marcha hacia el Santuario.

Les habían mandado para localizar la fuente de cosmos y eso había hecho, aunque no sabrían decir si las trillizas eliminaron la amenaza o no... De manera que con la duda en la mente, comienzan su caminata hasta el punto de recogida. 

Tardan bastante, ya que algunos integrantes se encuentran cansados por el combate y los acontecimientos, de manera que tienen que acampar en un pequeño claro para pasar la noche. Entre ellos se organizan para hacer las guardias y, esta vez, no ocurre nada en la oscuridad digno de mención.

Al día siguiente llegan al punto de rcogida donde les espera un transporte para llevarles al aeropuerto y, de allí, a Grecia.

De manera que en un par de horas logran llegar al Santuario.

Una vez allí buscan a Héctor, al cual encuentran en la arena entrenando a unos reclutas.

Alxander se paso el viaje pensativo con la mirada perdida en el rojo horizonte

Bueno, es el momento. 

Como creo que no es buen momento para interrumpir, espero sentada en las gradas de piedra y observo cómo entrenan los reclutas. Quizá hasta aprenda algo de utilidad. Miro momentáneamente a mis compañeros. 

- No me parece adecuado interrumpir. Hemos tardado dos días en volver, cinco minutos no marcarán la diferencia. 

Una vez que estuvimos en el santuario me quedé observando a nuestro maestro mientras entrenaba a los reclutas, pero al parecer solo lo observaba así que comencé a caminar hacía él, arrodillándome en cuanto llegué.

-Maestro, traemos el informe de la misión, creo que debería escucharlo- agregué, dando a entender que teníamos noticias inesperadas.

Héctor mira Artemias un momento, sonriéndole, para a continuación volver hacia los reclutas.

- ¡Vale chicos! ¡Descanso de cinco minutos!

Los reclutas os miran algo extrañados, aunque algunos sonríen y empiezan a susurrar entre ellos mientras os siguen mirando.

- Bien... - Dice volviendose hacia vosotros. - ¿Qué tal os fue?

Hector nos pregunta que tal nos fue y aunque es algo vergonzoso hay que decir la verdad...

Nos capturaron pero por lo demás bastante bien... Digo rascandome la cabeza algo avergonzado por eso. Parece que hay unos individuos bastante poderosos por la zona ademas de gigantes... y encontramos otra extraña pieza de metal... Digo haciendo un gesto para que se la enseñen.
 

-Espera Opa, vayamos partes, dijo el Santo de Capricornio* primero llegamos al lugar acordado, nos perdimos y el bosque nos debilitó más de lo normal, luego una mujer se presentó con máscara y dijo venir del santuario, Yelena recomendó descansar y así lo hicimos mientras ella montaba guardia, no se que pasó ahí pero al despertar estábamos en una mazmorra y un pelirrojo nos liberó sin dar razones. Al salir encontramos el lugar donde debíamos de investigar la extraña energía, pero antes de llegar allí nos atacó un gigante, gigante que fue teletransportado a la entrada de las mazmorras donde habíamos estado y que según nos enteramos era la guarida de "las trillizas" quienes fueron traicionadas por quien nos liberó. Cuándo el gigante desapareció dejó caer una daga, la cual al unirse con un fragmento que habíamos encontrado al morir varios cíclopes, causó una reacción extraña en Mira cuándo las acercó a su cloth, diciendo que dos ojos enormes la miraba- me quedé unos segundos en silencio, esperando que pudiera procesar toda la información en su cabeza- en fin, luego de eso encontramos el campamento del gigante y volvimos a reportar que fue él el causante de los destrozos, sugerí buscarlo y suprimirlo, pero algunos de mis compañeros estaban cansados y dijeron que esas no eran nuestras indicaciones...-

Vuestro "maestro" escucha atentamente a Artemias sin decir ni una sola palabra... 

Cuando termina, este guarda un momento de silencio mientras reflexiona.

- Vale... Parece que han surgido más problemas de los esperados... - Os mira a cada uno de vosotros y os sonríe. - Hagamos lo siguiente. Supongo que estaréis cansados por el viaje, de manera que dejaré las preguntas para mañana, así me podréis contar todo con más calma. Aunque, ahora la prioridad es esa daga. Yo no soy ningún experto en estas cosas, pero Celia sí. Ir a hablar con ella y enseñarle la daga.

El hombre os sonríe y se va a empezar a alejar cuando recuerda algo.

- ¡Ah! Se me olvidaba. Celia está en el templo de Cáncer... Intentar no molestarla... Después de verla, podéis ir a vuestras habitaciones a descansar.

Y tras esto, el hombre se vuelve a alejar llamando al resto de reclutas que habían ido a descansar.

Por lo que yo entiendo, se puede ser santo de más Dioses. Como sucede con Poseidon o con Argard.

- Además, puedo añadir que las trillizas mencionaron que ese hombre era... demasiado poderoso para tratarse de un santo - añado, ya que es algo que solo yo escuché a través del espía. 

Acto seguido, Hector se marcha para seguir con el entrenamiento. 

- Bueno, ¿vamos a la Casa de Cáncer? Yo no creo que pueda aportar demasiado, pero creo que es buena idea que vayamos como grupo. 

La verdad es que fue un poco desastre la misión... Pero estamos bien que es lo que importa.

-¿Nos vamos al templo de Cancer? Que guay! ¿Estará su caballero allí? ¿Por que está Celia allí? ¡A lo mejor es aprendiz del caballero! Uuuuuu.- Digo emocionada.

El viaje me ha dejado tiempo para descansar y relajarme, todo ha vuelto a la normalidad.

-A lo mejor es el caballero-respondí a Mira mientras comenzaba a caminar hacía la casa de Cáncer, despidiéndome de mi maestro con una reverencia.

Al escuchar el comentario de Artemias Mïra se pone toda rígida intentando disimular su emoción.

-JI... JI... JI... JU... JA.... JE... Ains que me da mal.- Digo en voz bajita sobresaltada.

A pesar de haber 12 casas zodiacales, más una más, hay varias escaleras que permite ir a las casas sin tener que atravesar todas.

De manera que, al poco de comenzar a caminar, llegáis a la Casa de Cáncer...