Partida Rol por web

El Regente de Jade I: El Legado de Muro de Salmuera.

Regente de Jade: 1- Regreso al Pantano de Tocón de Salmuera.

Cargando editor
06/07/2017, 12:58
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CAMINO AL SEGUNDO NAUFRAGIO.

POR LA TARDE.

Estaba hecho. La superioridad numérica del grupo había surtido efecto. El último y solitario esqueleto fue abatido sin mayores problemas cuando aprovechando que estaba con su atención centrada en Kromdal, Sandru lo hizo trastabillar con una certera zancadilla. Antes de que pudiera hacer más que sacar el cráneo del barro, el varisio aprovechó para aporrearle el mismo con la recia pieza de madera, haciéndolo pedazos.

Ondeó un par de veces la garrota en el aire para librarla de los restos de barro y huesos. Tras ello, la volvió a mirar apreciativamente mientras asentía satisfecho. Luego señaló con ella a su sobrino.

- ¡Tú! Muy bien hecho Giorgio, seguiste el plan y has cubierto a tu primo. Si hubiera surgido otro de esos engendros a sus pies hubiera tenido problemas. - Después se dirige a todos.

- Buen trabajo chicos, nos hemos compenetrado muy bien. Yo puedo hacer de cebo al adelantarme y traer a enemigos que no tengan sesera para que caigáis sobre ellos con fuerza. Ahora sigamos explorando. -

El alegre mercader vuelve a adelantarse con el propósito de encontrar algún tesoro, enemigos, pistas o rastros que les indiquen dónde pueda esta el tesoro que buscan.

Cargando editor
06/07/2017, 16:47
Vankor Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CAMINO AL SEGUNDO NAUFRAGIO.

POR LA TARDE.

Se sentía inútil. Nuevos enemigos y no había logrado hacer nada. Aunque también era cierto que parte de la culpa de ello la tenía Bevelek. ¿Por qué su hermano, que siempre decía que no le gustaba la aventura y la lucha, se empecinaba en asaetear a todo bicho viviente que se le podía delante? Delante, pero lejos claro. Aún se mordía la lengua por haber entorpecido su carga. Una carga perfecta si hubiera podido llevarla a cabo de comienzo a término. Pero no, Bevelek, como siempre en su vida se había tenido que poner en medio y sospechaba que no había sido casual. No, lo había hecho a posta, para impedirle pelear, para que se sintiera como se estaba sintiendo, un inútil con ganas de regresar a casa. Pero no, no iba a conseguirlo. Y nada mejor que ir preparado para cuanto tuviera que ocurrir. Se puso la armadura y ya con ella, todo rastro de inutilidad se esfumó.

Bufó bien alto, pasó junto a su hermano, sin dedicarle una sola mirada y siguió a Sandru, prestando atención a cuanto pudiera ser relevante, fuera pista o enemigo.

Cargando editor
06/07/2017, 18:35
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CAMINO AL SEGUNDO NAUFRAGIO.

POR LA TARDE.

Giorgino se irguió orgulloso ante las palabras de su tío, en realidad no había tenido que hacer nada difícil, tan solo mantenerse al lado de Bevelek, pero eso había sido suficiente para su tío.

Esto es más fácil de lo que yo pensaba.

Miró a su alrededor y no vio ningún peligro a la vista, así que se relajó, pero decidió mantener su pasmina en la mano por si acaso, mientras tanto la hacía girar como un remolino para practicar su destreza con ella.

-¡Gracias Tito! No te preocupes, Bevelek estará seguro conmigo. ¿A que sí primo? No dejaré que te pase nada malo.

Era extraño, lo normal era que fueran sus primos quienes se preocuparan por él, pero tener esa responsabilidad sobre uno de ellos le hacía sentirse importante, como si gracias a su imponente y temida figura ningún esqueleto se hubiera materializado allí para atacar a su primo. Pero ya no había más, aquello era casi como un paseo.

-Bueno, hagámonos con los tesoros y volvamos, esto está siendo tan fácil que vamos a tener que exagerarlo un poco a la vuelta, claro que no hay esqueleto, goblin o rata que nos pueda superar.

Cargando editor
06/07/2017, 21:19
CALENDARIO.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL "KAIJITSU FLORECIENTE".

MEDIA LA TARDE.

- Bevelek y Giorgino montan guardia, mientras primero Sandru, y luego Serveris y Kromdal registran todo el lugar.

- Vankor se pone entretanto su armadura tachonada.

- Resulta obvio que este barco fue el más grande y el más importante de los dos buques de la familia Kaijitsu que naufragaron en la Costa Perdida hace veinticuatro años. Sería un buen lugar para encontrar el tesoro, pero desde luego no está aquí. Además, el hecho de que sólo se hayan encontrado tres esqueletos resulta revelador, pues un buque como este podría haber alojado sin dificultad a veinte personas al menos.

- Sandru deduce que puede que el tesoro estuviese aquí, cuando los tripulantes y guardias de la familia estaban todavía vivos, pero después debió ser trasladado a otro lugar. Tal vez a algún lugar que sirviera de refugio, ya que el buque partido ofrecía bien poco y seguramente debió estando arreciando una tremenda tormenta en aquel momento, convirtiendo el ya de por sí inhóspito pantano en una trampa letal sin salida.

Cargando editor
06/07/2017, 22:12
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL "KAIJITSU FLORECIENTE".

MEDIA LA TARDE.

Sandru Viskhi se limpió las manos en las perneras mientras escupía hacia un lado con un aire algo decepcionado. La búsqueda de los dos naufragios había sido infructuosa por completo y ahora sólo había un sitio al que podían asomar la nariz...

- Bueno muchachos aquí estamos, con dos barcos podridos y hechos pedazos, unos huesos viejos y unas armas oxidadas. Parece que no nos va muy bien en el recuento. - Una mueca y un suspiro.

- Lo único que se me ocurre e ir a esas cuevas que parece que nadie se ha atrevido a hollar desde hace mucho tiempo. Si es que tenemos el valor para hacerlo, claro. Me gustaría escuchar qué opináis al respecto.

Si decidimos no ir, pues vuelta a Punta Arena pasando por la casa de Buentocón para pasar la noche allí.

Aunque si vamos a las cuevas habrá que decidir que camino seguimos. Se me ocurren dos rutas. Por una parte podríamos desandar lo andado y salir del Pantano por este camino lateral que muestra el mapa y llegar a las cuevas desde el exterior.

Por otro lado puede que sea más rápido el usar el bote para remontar las aguas que parecen llevar directamente a las cuevas.

En ambos casos contamos con que nos alcance la oscuridad, pero así tenemos la situación. Debemos elegir con rapidez y ponernos en marcha ya, sea en la dirección que sea. -

El varisio toma una de las oxidadas armas que blandían los amenazantes esqueletos, observando lo arruinado de la hoja, y el devastado trabajo de filigrana que tenía la empuñadura. Esta gente llegó aquí hace años, y algo les pasó. El qué, era algo que le gustaría determinar. Una revuelta, población hostil autóctona en forma de goblins u otras criaturas, o quizás otra razón se abatió sobre estas gentes, algo que impuso una maldición sobre estos huesos.

Esperaba poder llevar algo más que tesoros a su buena amiga Ameiko, quizás la historia de cómo sus antepasados llegaron a estas tierras y cuál fue su sino aquí.

Cargando editor
06/07/2017, 23:41
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL "KAIJITSU FLORECIENTE".

MEDIA LA TARDE.

Me paseo por la zona, mirando los detalles e intentando entender qué fue lo sucedido. Busco junto con mis compañeros pero no hay resto alguno de algo de valor, ni siquiera algo útil, entre los restos. Es como que la limpieza se hubiese hecho a conciencia y no como un proceso de reciclaje hecho por terceros. Miro a los esqueletos y creo entender qué fue lo sucedido.

Cuando Sandru habla para el grupo, le contesto lo que creo:

 - "Tengo una teoría de lo que ocurrió acá, si me dejan explicarlo."

Me pongo al lado de los esqueletos y recojo uno de los wakizashis para mostrarlo al grupo:

 - "Esto es un wakizashi, un arma samurai. Sirve para defenderse pero su principal razón de ser es que representa el hecho de ser miembro de la casta samurai. Eso me indica que nadie que matase a otros con un wakizashi lo abandonaría en su enemigo muerto, ni siquiera un goblin pues son bellos y ornamentados, como este." -Digo mientras muestro mi propio wakizashi en el cinto antes de continuar hablando- "Lo que me lleva a creer que estos hombres muertos aquí hicieron un ritual llamado seppuku."

Me acerco al barco mientras continúo:

 - "Los samurai, guerreros honorables de Minkai, creen que el honor perdido siempre debe recuperarse y, cuando no es posible hacer eso por cualquier motivo, solo la muerte es capaz de expiar y regresar el honor a la familia y señor. Estoy hombres quizás se sintieron culpables por el naufragio o terminaron tan heridos que eran más un estorbo que una ayuda y decidieron acabar con su vida, para no serlo más y recuperar su honor, acto que se realiza con el propio wakizashi."

Pateo sin fuerza el madero del barco antes de proseguir:

 - "Cuando este barco naufragó, debe haber sido una gran tormenta. El mar agitado, las olas poderosas, un viento gélido y una lluvia digna de ahogar. Poco refugio ofrecía esta carcasa y los sobrevivientes deben haber migrado con todo lo que pudieron rescatar. Eso explicaría que aquí no haya absolutamente nada de valor y solo tres cuerpos."

Me acerco a Sandru a ver el mapa y termino:

 - "Si ese fuera el caso, si hubiese alrededor de diecisiete sobrevivientes, con todo lo que tienen de valor en sus manos y con necesidad de refugiarse, habrían ido al único lugar que podría ofrecerles algo de cobijo."

Termino de decir mientras punto mi dedo sobre las dichosas cuevas. Claramente es el lugar al que debemos dirigirnos pues es donde se deben ocultar los recuerdos de lo sucedido hace todos esos años y que es finalmente nuestra misión. No volveré a Punta Arena sin haberlas registrado de pies a cabeza.

Cargando editor
07/07/2017, 00:35
Kromdal.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CAMINO AL SEGUNDO NAUFRAGIO.

POR LA TARDE.


Tras su fallo en el primer ataque (había llegado descompensado tras correr hacia los esqueletos) Propiedad Transitiva se había quedado considerablemente más satisfecho tras eliminar a uno de los esqueletos, aunque luego no le había dado tiempo a realizar un nuevo ataque.

- Peleas bien, Sandru. Jefe- reconoció Propiedad Transitiva tras tardar apenas unos diez segundos en recuperar el aliento y quitarse el sudor de la frente, volviendo a envainar su arma- Odio a los no muertos. ¿Por qué mierdas no se quedan muertos? Es desagradable. Los matas y ni siquiera reaccionan. Ni miedo, ni asco, ni rabia. Es como pegar a un muro que de tanto en tanto te ataca y que da escalofríos. Horrible.

Luego escuchó las palabras de Severis y asintió.

- Hay veces que la vida es una putada y hay que matarse. Lo entiendo- aunque la frase no mostraba ningún desagrado, ni se había dicho con malicia, era evidente que la interpretación de Propiedad Transitiva no tenía nada que ver con la explicación que Severis había dado.

Cargando editor
07/07/2017, 01:52
Vankor Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CAMINO AL SEGUNDO NAUFRAGIO.

POR LA TARDE

-Desandar lo andado o ir en barca, lo cual implicará dos viajes, uno de ellos probablemente en la oscuridad. ¿No tendría más sentido, dada la hora que es, hacer noche aquí? Podríamos buscar un lugar más o menos protegido, hacer guardias, y mañana, al alba, partir. No tenemos tanta prisa como para aventurarnos en la oscuridad, más sabiendo que es muy probable que nos encontremos con nuevos enemigos. Además, en la oscuridad, estaremos en desventaja -dijo Vankor-. Y a una malas, volvemos donde Buentocón, pasamos la noche y al despertar partimos hacia las cuevas, habiendo preparado previamente unas buenas antorchas que nos iluminen. O a la casa de la bruja, esa que queríais destruir.

Los miró de uno a uno. Su planteamiento le parecía de lo más lógico. Necesitaban refugio para pasar la noche antes de lanzarse, cansados y hambrientos, a un destino incierto.

Había escuchado a Serveris, pero la mayor parte de lo que decía carecía de sentido y de significado para él. Hablaba de un modo extraño, demasiado rebuscado y fino para ser el hijo de un granjero. Sin duda, debía ser herencia de su madre.

-Serveris, lo siento, pero sinceramente no entiendo nada de lo que dices. A ver, si hubo una tormenta y los barcos naufragaron, ¿por qué la tripulación se sintió responsable de ello? Si no hubieran hecho todo lo posible para salvar los barcos porque no sentían lealtad alguna hacia sus patrones, una vez en tierra se hubieran marchado sin mirar atrás. Si hicieron cuanto pudieron y consiguieron pese a todo que los barcos llegaran a tierra, aunque en malas condiciones, no entiendo que su honor estuviera en entredicho -dijo Vankor con absoluto convencimiento-. Y si estaban heridos, ¿cómo que eran un estorbo y decidieron acabar con sus vidas? ¿Por qué alguien puede pensar que si resultas herido has perdido tu honor y que suicidándote lo recuperas? Estás muerto y en la muerte no hay honor. ¿O me quieres decir que esos esqueletos actuaban de modo honorable? ¿Acaso entonces al... -dudó un instante acerca de qué expresión emplear-... darles descanso definitivo hemos eliminado a soldados honorables? No tiene sentido. Ninguno. De todo esto, lo único que me queda claro es que si sobrevivieron diecisiete, y no tengo ni puñetera idea de cómo sabes eso, Serveris, y que aquí tenemos los huesos de tres de ellos, al menos quedan catorce más. Y no sé si se puede restar algún otro. ¿Alguien recuerda haber visto huesos como estos en el campamento goblin? Porque eliminar a estos no ha costado demasiado y me imagino que los goblins, por torpes que fueran, a alguno se cepillaron. Que aún recuerdo como me ensartaron y desde ya digo que no perdí honor alguno en ello, aunque me sintiera pelín avergonzado o torpe por ello.

Con los brazos en jarras y la mirada seria, parecía retar a cualquiera de los presentes a decirle que carecía de honor y que debía quitarse la vida. El que se atreviera se iba a ganar un buen mamporro.

Cargando editor
07/07/2017, 02:38
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CAMINO AL SEGUNDO NAUFRAGIO.

POR LA TARDE

Vankor responde con dudas a lo que digo, pues su cultura es muy lejana a la mía. No entiende los edictos de un samurai ni lo que este cree, pero no es su culpa pues nació varisio y no ha conocido nada que no lo sea. Le explico con calma y voz suave a él y a todos:

 - "Mi madre me explicó todo lo que sabía de nuestra cultura ancestral. Los samurai no son guerreros como los de otras culturas. La palabra samurai significa "Servir" y tanto su espada como su vida existen para servir a su señor. Para el samurai, fracasar es una deshonra, así como ser una carga y no poder servir adecuadamente. Por más que la tormenta haya sido capaz de derrotar al más experto de los marineros, si un samurai tenía la misión de superarla y no lo logra, es un fracaso y un deshonor. Para un samurai no existe nada que no pueda hacer por su señor y todo fracaso es su culpa, por hacer o no hacer, así como tampoco existen los fracasos a medias. Si terminaron tan heridos que representan una carga, ellos mismos pueden haberle pedido a su señor acabar con sus vidas para protegerle como su último acto, liberando a su señor del trabajo de tener que cuidarle. Negarle ese honor a un samurai es la más grande de las ofensas a la que se le puede someter. No espero que lo entiendan, mis antepasados provenían de una cultura muy distinta a la varisiana y parece ser un mundo completamente diferente."

Luego le muestro a Vankor el tamaño de aquel barco y le respondo el otro detalle:

 - "Calculo que en un barco de este tamaño deben haber viajado como veinte personas. Menos los tres que murieron aquí, deben haber quedado diecisiete."

Finalmente pienso en los cadáveres que se levantaron como no-muertos y respondo encogiéndome de hombros:

 - "No sé nada de no-muertos ni de qué puede levantarlos así pero, o la culpa no les dejó encontrar el descanso y lo que acabamos de hacer fue liberar sus almas atormentadas, o juraron proteger este lugar incluso después de muertos. Sea como sea, hay que honrarlos por lo que fueron en vida, no por lo que eran ahora."

A pesar de que he elegido seguir el camino del samurai y abrazar la cultura de mis antepasados, aún me cuesta entender completamente tal nivel de devoción de un hombre hacia otro. La lealtad absoluta en la que se es capaz de morir solo por el nombre de la familia y el señor, es algo que jamás se vería en muchas otras culturas. Es una cosa estremecedora y, a la vez, muy extraña incluso para mí.

Cargando editor
07/07/2017, 08:37
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL "KAIJITSU FLORECIENTE".

MEDIA LA TARDE.

El varisio palmeó con camaradería la espalda de Kromdal mientras se recuperaba de sus esfuerzos. El kellido no tenía mucha técnica, pero lo suplía ampliamente con unos brazos del grosor de un árbol joven que blandían esa pesada hacha de combate como si de un palito se tratara.

- Es el juego de piernas Kromdal, una vez te acostumbras a llevarlo sin pensar, consigues maravillas. -

Sandru dedica una sonrisa y un guiño al enorme bárbaro mientras escucha con la oreja puesta la explicación de Serveris, la respuesta de Vankor y la postrera vuelta al tema del medio Tien.

Tenía nociones de la cultura Tien gracias a las historias de la buena de Ameiko, pero desde luego parecía que Serveris había sido aleccionado profundamente en sus costumbres y ritos. El caso es que aquellos tipos quedaron aquí con sus armas en las costillas, y fuera por lo que decía Serveris u otro motivo, poco importaba ahora. Descansaban ahora y Sandru esperaba que para siempre. Esperaba que las cifras que manejaba el chico fueran correctas, ya que si se agrandaran podrían estar en un aprieto. Necesitarían una buena táctica para afrontar un grupo ya tan numeroso de no muertos en todo caso, si bien el ambiente estrecho de una cueva favorecería su menor número frente a un contingente mayor.

- Siéntete libre de honrarlos con unas palabras si lo deseas Serveris, eso no nos retrasará. - El varisio mira en la dirección que supone que deban estar las cuevas, curso de agua arriba.

- Lo que propone Vankor no es descabellado. Hacer noche bien aquí, o bien en el cobertizo que dejamos atrás y afrontar las cuevas con la luz de un nuevo día es una opción válida.  Mi idea pasa por que con o sin crepúsculo, en las cuevas tendremos la misma intensidad de luz: La de las antorchas que portemos. Así que tenemos otra elección que tomar a ese respecto. ¿Qué pensáis que sea lo mejor? -

A pesar de que el mercader quiere acabar lo antes posible con esta expedición, comprende que puede que durante el día el mal pueda estar más aletargado. Es una decisión que deja en manos de los capaces hombres que le acompañan.

Cargando editor
07/07/2017, 09:57
Vankor Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL "KAIJITSU FLORECIENTE".

MEDIA LA TARDE.

La cara de escepticismo de Vankor dejaba claro lo que opinaba de cuanto decía Serveris.

-Ya hablaremos luego de eso -le dijo-. A la luz de una buena fogata -añadió sonriendo-. Voto por hacer noche -dijo alzando la mano.

Cargando editor
07/07/2017, 10:52
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL "KAIJITSU FLORECIENTE".

MEDIA LA TARDE.

Aquello de vigilar era extremadamente aburrido, él hubiera preferido que le dejaran buscar entre los restos del naufragio, sería muy emocionante encontrar los tesoros perdidos de los antepasados de Ameiko y Serveris. En cualquier caso parecía que allí no había nada y eso era muy decepcionante. Escuchó las opciones de su tío con atención antes de pronunciarse.

¡La cueva! Sí, seguro que llevaron allí todos los tesoros.

Serveris expuso su teoría de porqué había allí tres cadáveres y por lo que parecía se habían clavado un cuchillo a ellos mismos.

-Pues que queréis que os diga... Yo prefiero ser varisio, lo siento Serveris, y espero que a ti no te de por clavarte un cuchillo si haces algo mal. Si yo tuviera que hacer eso cada vez que meto la pata... Sería un colador ya. Pero si quieres puedo ayudarte a enterrarlos ¿O no enterráis a vuestros muertos?

Los Tien le parecían una cultura muy extraña, por fortuna tanto Ameiko como Serveris se habían adaptado muy bien a las costumbres varisias y no creía que se mataran con ningún cuchillo.

-Yo voto por quedarnos a dormir aquí, así si Serveris quiere le ayudaré a enterrar los huesos de los guerreros y es un buen sitio para pasar la noche.

Ya que no podía navegar, al menos podría pasar la noche dentro de un barco, eso era un pequeño avance y una gran historia que contar a la vuelta a Punta Arena, además podría decir que era un barco encantado y con fantasmas, al fin y al cabo habían sigo atacados por unos esqueletos allí.

-Creo que podemos dormir a pierna suelta, desayunar algo y después nos vamos a la cueva. ¿Creéis que hay un monstruo? Yo creo que son historias del pantano, pero si hay uno le mataremos y nos haremos con el tesoro de los Tien. Tito, ¿Y que pasa si el tesoro no está allí? ¿Donde pueden habérselo llevado?

Cargando editor
07/07/2017, 12:56
Bevelek Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL "KAIJITSU FLORECIENTE".

MEDIA LA TARDE.

El carretero no entendía demasiado de tradiciones y todo lo que Severis explicaba no era nada que él pudiera asimilar en la situación que se encontraban, así que se centró en las pequeñas cuestiones que él era capaz de responder y comprender. Quiso buscar soluciones a los problemas que tenían en aquel momento.

Mi hermano tiene razón, adentrarnos en mitad de la noche en este pantano donde hay goblins, ratas enormes, brujas y esqueletos que vuelven a la vida para matarnos no es una gran idea. Creo que lo mejor que podemos hacer es intentar pasar la noche aquí, creo que con los restos del barco podemos preparar algo que nos ayude a pasar la noche. No encendería hogueras, no quiero que nos venga a visitar nada más y encender una hoguera sería decir a gritos que estamos aquí. Cuanto más desapercibidos pasemos, mejor. Mañana por la mañana podemos ir a esas cuevas y salir de dudas.

Carraspeó después de eso y cayó en la cuenta de un detalle en las palabras del joven Serveris, frunció el ceño pensativo antes de volver a hablar.

¿Creéis que diecisiete personas que huyeron del barco y puede que estén en las cuevas, no han sido capaces de salir del pantano? Nosotros somos muchos menos y nos hemos podido mover con relativa facilidad, con algún encontronazo, pero sin nada malo. ¿Por qué no habrían salido ellos?

Cargando editor
10/07/2017, 12:45
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL "KAIJITSU FLORECIENTE".

MEDIA LA TARDE.

El concepto "dormir a pierna suelta" no es el que Sandru hubiera empleado. Así podría dormir en su carromato, o en el mismo camino si es que el tiempo acompañara. Pero en un lugar húmedo donde la leña no prende, los insectos son del tamaño de una mano, ratas invisibles en la oscuridad buscan un trozo de carne que llevarse a la boca, y otras cosas que el varisio prefiere no pensar rondan por ahí, no cree que el descanso sea apacible. Quizás Koya hubiera podido invocar la protección de Desna pero en esta ocasión estaban solos.

El mercader espera a que se encienda la hoguera, tras lo cual enciende su pipa con una brasa, aspirando de manera corta y continuada. Exhala una nube de humo azulado con un suspiro mientras observa los alrededores buscando algo que le ayude a descansar mejor. No encontrando nada que lo parezca, se sienta al lado del fuego fumando su pipa por unos minutos. Después de la sabrosa cena hace un gesto de despedida y con cara de resignación se hace un ovillo al lado del fuego, usando su mochila como improvisada almohada.

Cargando editor
10/07/2017, 12:59
Kromdal.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL "KAIJITSU FLORECIENTE".

DURANTE LA NOCHE. PREPARACIÓN DEL FUEGO DE CAMPAMENTO.


El bárbaro asintió. Realmente no era mala idea, y tanto las provisiones, como su manta, y su saco de dormir asegurarían que no pasaría mala noche.

- Nos toca hacer la guardia juntos, Vankor. Perfecto, pero mientras, si os parece, trato de preparar con las viandas algo de comer. Supongo que vosotros, pobre nómadas varisios, no estáis acostumbrados a una buena comida de verdad, como sólo saben hacerla los guardianes de los acantilados.- una sonrisa divertida y hasta cierto punto intranquilizadora aparece en su rostro y, antes que podáis evitarlo, va tomando las provisiones de unos y otros para, con ayuda del fuego de campamento preparar unas pitanzas totalmente improvisadas y a "la manera shoanti"... que curiosamente resultan estar deliciosas. Una suma de piezas preparadas a la brasa, tanto de verduras como de carne, aderezadas en su propio jugo, y que realmente están ricas.

- Bueno, seguro que no sabíais que se hacer algo además de cortar cabezas, ¿eh?- da una carcajada mientras toma un buen trago de su odre de agua- Ah, esto es lo peor. Ojalá hubiéramos traido a unas mozas de buen ver y ligeras de cascos y una buena frasca de buen alcohol. Pero en fin... ¿por donde iba? Ah, sí. Que no os equivoquéis, que sí, que sólo sé cortar cabezas. Esto es nada más que un plus- comenta de buen humor ante la ausencia de bajas y heridos graves y la buena comida, el buen fuego y las razonables posibilidades de una noche tranquila.

Cargando editor
10/07/2017, 14:19
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL "KAIJITSU FLORECIENTE".

MEDIA LA TARDE -NOCHE.

Giorgino comenzó a ayudar en la preparación del campamento improvisado, le hacía especial ilusión poder dormir al aire libre, aunque aquel pantano no fuera un lugar muy ideal para ello. Sacó de su mochila el saco de dormir y una manta y las colocó en un lugar cerca del fuego que su primo Vankor había encendido. Miró a su tio para ver como lo hacía él, quizás pudiera aprender un par de trucos, y se sorprendió cuando vio que no llevaba ni saco ni manta.

Probablemente pensaría que no nos haría falta dormir en el pantano.

Fuera como fuera no iba a permitir que su tío durmiera así a la intemperie mientras él tenía ropa de sobra. Cogió la manta y se la acercó.

-Toma tito, usa mi manta, yo ya tengo el saco de dormir, no creo que sea buena idea pasar la noche sin taparse un poco, la temperatura está bajando.

Antes de dormir se sentaron alrededor del fuego y comentaron las anécdotas del día, como el ataque del monstruo del pantano a Bevelek, las ratas de la casa de la bruja y la cosa extraña que habían matado después, sin dejar de lado los esqueletos y las teorías de donde podía estar el tesoro. Cuando Kromdal se puso a cocinar lo miró con curiosidad, aunque cuando probó la comida y comprobó lo buena que estaba solo pudo reconocerle su buen hacer.

-¡Esto está muy bueno Kromdal! Si te soy sincero no pensaba que cocinaras tan bien, me has sorprendido amigo, creo que si te aburres de cortar cabezas puedes pedirle trabajo a la señorita Ameiko en el Dragón Oxidado jajaja.

Cargando editor
11/07/2017, 00:09
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL "KAIJITSU FLORECIENTE".

MEDIA LA TARDE -NOCHE.

Sandru se medio incorpora cuando su sobrino se dirige a él y le ofrece una manta. Le señala con una sonrisa bonachona y le guiña un ojo mientras sonríe.

- Ahhhh, ya sabía yo que no dejarías morir de frío a tu viejo tío, Giorgio. De paso evitaremos que las alimañas me coman por los pies. Haré un capullo como el de una larva para evitar que los bichos se abran paso. ¡Taparé cabeza y todo! Gracias sobrino, te la devolveré lavada, jo, jo. -

Con un saludo a la concurrencia algo más animado, el mercader procede a envolverse en la manta de pies a cabeza en posición fetal, de tal manera que se resguarda del frío y de las incursiones de posibles insectos y criaturillas en búsqueda de la blanda carne. Posa la parte de la manta donde estaría su cabeza en la mochila de nuevo y se escucha un apagado:

- ¡Hasta mañana amigos! - Luego unos leves ronquidos comienzan sonar de modo acompasado debajo del tejido.

Cargando editor
11/07/2017, 12:12
Vankor Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL "KAIJITSU FLORECIENTE".

MEDIA LA TARDE -NOCHE.

Visto lo visto, pasar la noche no iba a ser una experiencia ni sencilla ni agradable pero demostraba que haber seguido avanzando, hubiera sido bastante peor. Sacó los útiles que tenía y a sabiendas de que disponía de una manta y de que no le importaba dormir sentado contra un tocón o lo que fuera a tener a mano, aquello parecía más una aventura de las de verdad que otra cosa.

-Huele estupendamente -respondió al bárbaro mientras aspiraba ruidosamente los efluvios de lo que fuera que estaba asando en el fuego que convenientemente mantebnía Vankor-. Bastante mejor que lo cenamos anoche. Y como varisio no sabré cocinar como tú, pero sí que sabré apreciarlo mientras me lo coma -rió mientras se palmeaba el estómago que rugió ruidosamente-. Ya ves, ni un león lo haría tan bien ante una prometedora pitanza -las carcajadas regresaron una vez más.

Miró las evoluciones de unos y otros, especialmente las de su hermano al que vio colocar algunas trampas. Su carácter prevenido era más que bienvenido en aquella ocasión. Sonrió a Bevelek cuando se acercó al fuego.

-Buen trabajo, hermano mayor. Ten por seguro que estaré pendiente de ellas durante mi guardia. Y ahora sé sincero. ¿A qué estás disfrutando de esto?

Cargando editor
11/07/2017, 21:41
Caravana.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, INMEDIACIONES DEL NAUFRAGIO DEL "KAIJITSU FLORECIENTE".

NOCHE DE ACAMPADA EN EL PANTANO.

La copiosa y calórica, y muy sabrosa, cena que prepara Propiedad Transitiva hace maravillas para alegrar el campamento, junto con la fogata de campamento inicialmente encendida por el bárbaro y en la que todo el mundo colabora buscando leña.

Bevelek se entretiene durante por lo menos una hora completa en preparar una cuerda en la parte Este del campamento (al Oeste está el mar, y el Norte y el Sur parecen algo más impracticables), a la que ata una gran cantidad de virotes de ballesta y otros objetos. El viento los hace tintinear de un modo que os pone algo nerviosos.

La teoría que expone el corpulento varisio es que si algo más alto que un zorro intenta acercarse al campamento por esa dirección, tiene muchas posibilidades de tropezar y hacer un tintineo mucho mayor que el que provoca ahora mismo el viento.

La noche es tremendamente oscura, sin luna que la ilumine, y todos agradecéis la fogata, aunque en el caso de los que monten guardia en todo momento dispondrán de alguna fuente de luz adicional, por si acaso.

Sandru establece tres turnos de guardia. En la Prima, una vez os vayáis todos a dormir, vigilarán Giorgino y Serveris. En la Media, el turno más duro, pues parte el sueño en dos, montarán guardia Kromdal y Vankor. Y el Alba, que se considera el turno más benévolo desde la madrugada hasta el amancer, vigilarán el propio Sandru en compañía de su primo-sobrino Bevelek.

Tras la más que agradable cena, a la que todos han contribuido con raciones menos Giorgino, que no llevaba ninguna (Serveris ha puesto su parte), todos menos los de la Prima se disponen a acostarse. Pronto se hace evidente que nadie tiene el equipo de acampada completo, al menos no a nivel profesional.

Bevelek va moderadamente bien equipado para pasar la noche al raso. De madrugada sopla una impresionante brisa gélida procedente del mar embravecido al Oeste. Bevelek resiste con unas cuantas tiritonas, aunque en su turno de guardia está rígido y camina como un sonámbulo.

Giorgino es de los peor equipados para soportar este tiempo húmedo y tan frío e inclemente, por suerte el guiso de Kromdal (y el haber repetido varias veces del mismo) le ayudan a soportar la durísima noche, por los pelos, eso sí.

Kromdal usa su pala para preparar un agujero para el fuego y luego para alisar el terreno para colocar su saco. Sandru le observa y toma buena nota de su técnica, pues parece algo que sería bueno imitar a futuros. El recio bárbaro se ha criado en los acantilados próximos a Magnimar, por lo que una fresca brisa como esta para él es incluso agradable, como un recuerdo de una infancia dura, pero que los años han dulcificado en la memoria.

Sandru tiene un poco de brandy para calentarse el cuerpo, lo cual resulta ser uno de los mejores útiles de supervivencia disponibles de todo el grupo. Sin embargo, está algo mayor para acampar en condiciones tan precarias, acostumbrado a dormir en su carro o en su tienda y en zonas de interior a resguardo del viento y la humedad. Tose durante la noche y en su turno de guardia no para de sonarse los mocos.

Serveris es el mejor equipado con mucha diferencia, a falta tan sólo de una pala y de un poco de brandy para tener el equipamiento completo. Sin embargo, durante la noche mientras duerme tras su turno de vigilancia en la primera guardia, el agua del pantano se va filtrando por el suelo de la tienda sin que él se dé cuenta, arrebujado en su saco y manta, por lo que no es consciente de que se cala hasta los huesos, contrayendo una gripe severa, que podría complicarse si no es tratada adecuadamente en los próximos días.

Vankor echa mucho de menos haber traído un saco de dormir, y con seguridad también una cantimplora y una tienda de campaña. El agua del pantano se puede beber si se hierve, pero incluso en las mejores circunstancias tiene un tremendo mal sabor (a vegetación putrefacta).

Cargando editor
11/07/2017, 22:16
Tradición Ancestral.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

MADRUGADA DEL DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO; AL DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, INMEDIACIONES DEL NAUFRAGIO DEL "KAIJITSU FLORECIENTE".

PRIMER TURNO DE GUARDIA.

Giorgino está muy nervioso durante todo su turno de guardia. Primero de todo porque Serveris está como sonámbulo y a puntísimo está de apagar la debilitada por el viento fogata de campamentos en no menos de una docena de ocasiones.

Giorgino querría charlotear, como siempre que se pone nervioso, pero Serveris no es muy buen conversador, y más en el estado de fatiga en el que se encuentra. Además, tampoco quiere despertar a su tío y a los demás, que duermen junto al fuego mientras él y el aprendiz de Yojimbo patrullan alrededor con las antorchas mágicas de Sandru. Lo malo de esas antorchas es que alumbran, pero no dan ni pizca de calor.

Por último, Giorgino no puede soportarlo más, y echa a Serveris de la zona inmediata del fuego, para que se centre en vigilar, mientras él se concentra en exclusiva en salvar la fogata. Justo ahora está soplando una brisa gélida asesina cargada de gotas de agua, o más bien de escarcha, porque casi cristaliza en cuanto se posa en cualquier superficie. El fuego está atacado y en franco retroceso, y a Giorgino le cuesta horrores mantenerlo encendido para que los demás puedan disfrutar de un sueño mínimamente confortable.

La vigilancia de Serveris, entretanto, parece todo menos eficaz, pues se queda obnubilado escuchando el oleaje, el tintineo de la trampa de Bevelek, y pensando en el legado de su madre y del abuelo al que no conoció, el Yojimbo Tsutamu.

Por suerte, no se produce ningún ataque durante estas horas, ni siquiera por parte de las pequeñas alimañas de las que el pantano parece estar lleno. Seguramente, tan cerca de la costa sea el punto más inhóspito de todo el pantano, donde sobrevivir es más difícil, y los animales menudos prefieren permanecer más al interior del pantano de Tocón de Salmuera.

Cuando llega la hora, es con enorme alivio que Giorgino despierta a Kromdal y a Vankor para su turno de guardia, que es francamente el peor.

Giorgino se arrebuja dentro de su saco, echando por un momento de menos la manta que le ha dejado a su tío, aunque enseguida piensa que el pobre lo estará pasando peor, pues una manta sola no es ni por asomo suficiente para pasar la noche en un lugar como este.

Serveris se mete en silencio, como un autómata, en su tienda de campaña, y Giorgino repara por un momento en que la tienda está rodeada de barro muy húmedo. Piensa en decirle algo a Serveris, pero entonces le avasalla la fatiga y se queda dormido.