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El Regente de Jade I: El Legado de Muro de Salmuera.

Regente de Jade: 2- Bosquecillo de Muro de Salmuera.

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28/07/2018, 10:11
Koya Mvashti.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Koya dejó que Vankor ayudara a Serveris y encabezó el camino hacia su carromato. Abrió la puerta y ayudó a Vankor a introducir al desgraciado Serveris. Aquel valiente joven acorazado la había protegido, cual escudo, de todos los enemigos, que no eran pocos, que se les habían presentado en el castillo maldito.

- Todo va a salir bien.- Mintió y seguramente Vankor sería el único que  pudiera apreciar que la vieja no estaba segura de lo que decía. Habían pasado mucho tiempo juntos, sobre todo últimamente, durante el viaje, en el que ella había accedido a trasmitirle sus conocimientos y prácticas como pitonisa. - Ayúdame a desvestirlo.- Pidió a su ayudante y su mirada firme y severa mostraba a Serveris que, por muy púdico que fuera por su herencia tien, Koya no iba a aceptar reticencia alguna a su forma de proceder. Sobre la piel desnuda del joven examino la terrible herida por la cual, según le había explicado el ronin, se le escapaba la vida.- Muchos no muertos producen con sus garras estos perniciosos efectos.-  Gotas de sudor perlaban los arrugados labios de la anciana. La curación estaba fuera de su alcance. Afortunadamente Desna apretaba pero no ahogaba y el grupo de aventureros, inspirados de alguna manera por Ella, habían encontrado unos pergaminos que podrían serle de utilidad. En cuanto lo vio lo reconoció y su rostro se iluminó con la expresión del alivio.- Esto podría servir, creo que sí. Pero necesitaré la ayuda de todos.-Poco después la anciana salió al exterior y explicó la situación a los demás. Por muy débil fuera su fe en Desna, cualquier ayuda sería bien recibida. La anciana dirigió el complejo ritual organizándolo todo. Sus órdenes eran precisas y no albergaba dudas respecto al proceder. Tan concentrada estaba que de pronto parecía rejuvenecer, como si canalizar el poder de Desna la retrotajera a su juventud, cuando estaba llena de vida.

Al acabar de leer el pergamino Serveris volvió a recuperar su aspecto de siempre y Koya volvió a ser el viejo pellejo de siempre. 

- Necesito sentarme. Vankor hijo, sé tan amable de ayudarme.- Se apoyó en el fuerte brazo del joven para tomar algo de resuello. Su mirada estaba perdida en el infinito y, cuando por fin volvió en sí, se vista cansada se clavó en su pupilo.- Creo que va siendo hora de que me ocupe de ti también. Estoy orgullosa de cómo lo has hecho.- De la boca del joven no salía nunca queja alguna. No hizo falta tanta parafernalia. Símplemente un pequeño gesto, el brillo del colgante de Desna que pendía de su cuello, y un beso extra que aplicó con dulzura en la suave mejilla del atractivo joven, peligrosamente cerca de la comisura de sus labios.

- Necesito prestarme algo de atención a mí misma. Mi bigote empieza a hacer cosquillas. -Bromeó con los finos pelillos que adornaban el espacio entre su labio superior y la nariz.-No he tenido mucho tiempo para mí últimamente. Aprovecharé para enseñar a Giorgino a afeitarse a ver si así esa bárbara le presta algo más de atención de la que ha conseguido.

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28/07/2018, 15:07
Viejo Hattori.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Después de los saludos y las celebraciones al ver a Ameiko restaurada, Sandru y Hattori se quedaron un rato a solas examinando las cerraduras de los cofres. Estaban centrados en la tarea cuando Hattori habló, como haciendo un comentario sin importancia.

Kikonu tenía un arma un tanto exótica, una Kusarigama, un arma usada por ninjas con una hoja para cortar en un extremos, una bola usada como arma contundente en el otro extremo y una cadena que se puede usar para desarmar, hacer barridos o agarrar al rival. Con tu permiso guardaré dicho arma entre mis pertenencias aunque preferiría no mencionar el tema a los demás. No creo que hayan reparado en la Kusarigama y en caso de que alguie pregunte por ella, podemos decir que la echamos a la pira junto a Kikonu. Prefiero contar esta pequeña mentira a decir que la he cogido para mí ya que en Puntarena podrían decir que soy ninja o algo así y bueno, hay que cuidar las apariencias. Es la mejor forma de proteger a Amatatsu Ameiko a la que seguiré llamando Ameiko Kaijitsu por el mismo motivo.

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29/07/2018, 23:26
Kromdal.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.


No es que Propiedad Transitiva estuviera enfadado. Pero era cierto que desde que había terminado la expedición al castillo de Salmuera el bárbaro shoanti había mantenido un silencio reconcentrado y molesto. Había cargado con los tesoros y con buena parte de los bienes que habían obtenido del castillo y de los sucesivos combates, y había sonreido, ligeramente, cuando Sandru le había hablado. 

Era cierto: el gran tesoro obtenido era un placer para el bárbaro, y deseaba, fervientemente, poder tomar ese dinero y gastarlo en putas y en comilonas. ¿No era ese el fin del dinero, después de todo? Sin embargo lo cierto era que estaba preocupado por Serveris. Y por Ameiko. Pero no eran esas sus preocupaciones fundamentales. Kromdal se sentía... molesto. Molesto por la presencia de la puñetera bárbara ulfen. Vale: no iba a dejarla tirada. Pero tampoco era necesario sacarla tan rápido de aquella celda ni tratarla como si fuera una jodida compañera.

No lo era. Era una capturada por los enemigos a la que habían rescatado. Y lo menos era que mostrara un poco de gratitud. Pero bueno, gratitud, lo que era gratitud... o simplemente reconocimiento... De eso no es que hubiera mucho.

Menos Sandru. Sandru era un líder, y era con quién él había tratado. Así que se forzó a asentir.

- Es bueno tener oro. Joder, vaya si es bueno. Matamos a ese maldito Kinonu, ¿no es verdad?

Tras esas palabras Kromdal acompañó al resto del grupo y ayudó a desempaquetar las cosas, y a realizar el ritual. O al menos a ver los rituales, y a sentir una íntima satisfacción cuando tanto Ameiko como Serveris se recuperaron tras los mismos. Luego, sencillamente, sonrió ante las palabras de Koya y meneó la cabeza, sin decir nada más.

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05/08/2018, 22:32
Sandru Vhiski.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.
 
DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.
 
PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.
 

Sandru se había puesto manos a la obra con el Viejo Hattori a la tarea de hacer saltar las cerraduras de los cofres de madera oscura. Les estaba costando tiempo y a que la prodigiosa calidad de los mecanismos hacía que fueran casi impenetrables. Por suerte, con tiempo, buenas herramientas y unas manos habilidosas casi todo en este mundo se podía llegar a abrir

Y bien habilidosas eran las encallecidas manos del anciano sirviente, que trabajaba los mecanismos con una habilidad envidiable. Apenas habían hablado mientras trabajaban durante largos minutos, hasta que Hattori le hizo la petición. Poco sabía el varisio sobre temas tien, pero había visto los grabados de las figuras vestidas con trajes y mascaras oscuras y las armas que blandían, algunas como la que habían arrebatado a Kikonu. La intención de Sandru había sido entregársela a Hattori en un principio, pero todo se había ido precipitando y no había encontrado el momento para hacerlo. Ahora se daba cuenta de que quizás había estado inconscientemente aguantando el arma en la saca para forzar al sirviente a mostrar si no sus cartas, una apuesta con la que entrever su juego. Y vaya si había lanzado una mano potente.

Con una media sonrisa el varisio cesó en sus esfuerzos mientras se enjuagaba el sudor con un pañuelo. Miró al hombre maduro con picardía mientras el eco de sus aparentemente casuales palabras se iba apagando.

- Pues tenida en cuanta la cantidad de cosas que se pueden hacer con ese arma, lo informado que estas sobre sus usos y que no queremos que nadie vaya llamando ninja a nadie ni en Punta Arena, ni en este modesto campamento, ni en ninguna otra parte, será mejor que guardes ese arma, sí. Hay que proteger a Ameiko Kaijitsu, y todos los medios para hacerlo son pocos considerando todas las cosas tremendas que hemos visto en la visión que nos mostró el Sello. -

Aprovechando la pausa, Sandru saca un fardo de su cercana bandolera y con un tintineo metálico como el que haría una cadena al moverse se lo tiende al Hattori al que dedica un guiño final, antes de volver al trabajo de abrir los cofres sin comentar nada a mayores.
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06/08/2018, 00:34
Sandru Vhiski.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Las palabras habían tomado un cariz más serio mientras se iban pronunciando en el pequeño claro, por lo que Sandru se apresuró a alejar a el personal varisio asalariado, así como a asignar a la nueva guardia de la caravana un puesto de vigilancia.

De esta manera la conversación pudo continuar en privado sin importar qué derroteros tomara. Era el momento de sopesar la situación y la decisión de cada uno podía marcar el futuro de otros aparte del propio. Sandru se aclaró la garganta tomando la palabra.

– Amigos, compañeros de armas y de viaje. Hemos sido testigos de una revelación que sólo suele darse en los cuentos e historias que se relatan en el camino a la luz de las hogueras. Viajamos con alguien con un Linaje Real. –

Dejó que rumiaran sus palabras durante unos segundos antes de continuar su discurso.

– Lo que todos habéis visto en vuestra mente abre dos caminos posibles a esta caravana. Hablo de la caravana, entendiendo que cada uno es libre de ir y venir a su antojo, desde luego.

Una vez Ameiko se haya recuperado de su reciente convalecencia podrá tomar la decisión de reclamar su legado en un viaje que rivaliza con cualquier ruta conocida, o bien volver a Punta Arena donde pasar una tranquila existencia. Sea cual sea su elección, sí os puedo asegurar que viajará en la caravana de Sandru Vhiski. Ameiko me ha demostrado su valor y su amistad a lo largo de los años y no le fallaré sea cual sea su decisión.

Si su abuelo Rokuro perdió hace años la espada familiar, no dudo que nuestro primer paso deba ser dirigir nuestros carromatos hacia el lugar donde eso acaeció. Si esa espada es del Linaje Real, será una baza que Ameiko necesitará en su andadura. En ese viaje espero nos sea útil la ulfen Kelda Destripabueyes, ya que entramos directamente en sus tierras. –

La mirada del varisio pasó por todos los presentes, tratando de evaluar su disposición y estado de ánimo antes de continuar su alocución.

– Desde este momento os exhorto a que expreséis vuestras opiniones a este respecto, ya que contar con vuestro valor y vuestra compañía al lado son sin dudas garantías de éxito para tan sin duda peligrosa misión. –

Mientras hablaba el maestro de caravana sentía un hormigueo que amenazaba con crecer hasta una corriente eléctrica por los dedos de pies y manos. Era la sensación que tenía cuando emprendía un viaje, y este era el abuelo de todos ellos. Nunca una caravana había acometido una ruta tal, y excepto el varisio de la leyenda que buscaba a su amada la Luna, no tenía constancia de viajeros del pueblo varisio en las tierras del lejano Minkai. Era un recodo del camino que Sandru no podía dejar pasar. Sólo una leve mirada de preocupación dirigida a Koya deslució su ánimo apenas un parpadeo, y desapareció tan rápido como vino. Después de todo sería la voluntad de Desna.

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08/08/2018, 01:15
Serveris.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Sandru nos reúne a todos los miembros de la caravana, excepto a los empleados por salario. Miro disimuladamente a Kromdal, quien se ha definido como uno varias veces pues parece ser que no se decide si solo cobrar o involucrarse realmente con el resto.

"Creo que en el fondo nos ha tomado cariño y le ha comenzado a importar todo lo que nos suceda pero nunca lo admitirá para mantener su fachada de tipo duro."

Me encojo de hombros, pues sé que hay gente que es así y prefiero empezar a tratarlo como familia aunque jamás nos digamos algo que simplemente verlo partir. Yo también le he tomado cariño.

Pero Sandru comienza a hablar y lo que dice es mucho de lo que todos pensamos: Ameiko es una heredera real y está en su derecho de intentar reclamar lo que es suyo. Que seguramente será arriesgado es algo que a nadie le queda duda después de haber visto esas imágenes con un ejército de demonios. Lo importante es creer que es posible y, viendo lo que conseguimos en este castillo, de seguro que está en nuestras posibilidades.

"No podemos luchar una guerra como esa y ganarla, somos solo unos caravaneros, pero sí podemos vencer en otros campos de batalla."

La estrategia y saber cuando luchar y cuando hablar puede ser la llave de conseguir nuestro objetivo.

Las opciones son volver a Punta Arena o seguir hacia el norte. No conozco el norte y la idea de viajar me emociona. Esa frase que Sandru menciona, "...en un viaje que rivaliza con cualquier ruta conocida" hace que la sangre varisia en mi interior hierva de ansias por recorrer esa ruta y conocer lo que ningún otro varisio ha visto. Por otro lado, la sangre tien en mi interior, añora conocer de donde proviene. No hay duda en mí.

Doy un paso al frente antes de hablar:

 - "Yo acompañaré a Ameiko a donde desee ir. Quiero viajar con ella y dar todo de mí para ayudarle a recuperar lo que por derecho es suyo. Quiero viajar por todas esas tierras y ver las maravillas que el mundo lejano tiene, por lo que iré con ella sin dudarlo si eso decide hacer. Por otro lado, si decide volver a Punta Arena y quedarse ahí, de poco servirá viajar pues son suyos los derechos y de nadie más."

Me giro hacia Ameiko y le declaro frente a todos:

 - "Te seguiré hasta el fin del mundo si eso deseas."

Pongo mi puño derecho sobre mi pecho pues lo que estoy diciendo es de todo corazón. La palabra de un samurai es su ley y, aunque disto mucho de ser uno, yo decido cuales son mis creencias y he adaptado esa a mi forma de vida. Ameiko me dijo en persona que no la llamase más con títulos de respeto, pero ahora mismo no sé si seguir hablándole como ella desea o referirme a ella con el respeto que merece ahora que sabemos que, si todo sale bien, algún día será emperatriz.

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11/08/2018, 18:15
Vankor Dalmuvian.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Vankor había asistido al ritual de Severis y había estado observando todo el tiempo a Koya, pendiente de ella, consciente de su creciente palidez de la que sólo él parecía ser consciente. Y cuando concluyó, no fueron necesarias las palabras de la pitonisa para que el joven luchador pareciera materializarse a su lado, ayudándola a sentarse. 

Escuchó paciente y silenciosamente lo que esta le decía, sonrojándose levemente ante sus primeras palabras y su beso.

-Tan solo he hecho lo que me correspondía y me temo que no ha sido suficiente. Afortunadamente hay guerreros poderosos entre los nuestros, Koya -dijo con franqueza y no en un falso ejercicio de humildad-. En cuanto a tu nieto, alguien capaz de matar a un enemigo es capaz de afeitarse el bigote él solo y ha demostrado cuanto tenía que demostrar. Y si la bárbara no le presta atención, no será por su bigote sino porque no le dice lo que le tiene que decir. Así que deja que los demás te cuidemos por una vez. Has hecho ya demasiado. Es nuestro turno. Por lo menos el mío -la tomó de una mano invitándola a ponerse en pie y cuando así lo hizo con un gesto cansado, la cogió en brazos y la llevó a su carromato. A su espalda y de una patada, la puerta se cerró.

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11/08/2018, 19:43
Kelsier Deznad.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

La llegada al campamento, aunque feliz, resultó sobria. Apenas pudo saludar con la cabeza a Bevelek con un gesto de cabeza o de mirar con ojos alegres a su madre. La grave situación de Serveris y principalmente de Ameiko centraban la atención y tensión del momento. Koya se encargó de restablecer al guerrero tian con el pergamino que hallaran en la fortaleza. La situación comatosa de la Srta. Kaijutsu era harina de otro costal.

Miradas tensas se cruzaban entre los presentes y finalmente convergían en la decorada caja que portaba Hattori y  que finalmente abrió ante la inconsciente posadera.

Repentinamente una potente luz blanca cegó al joven. Cuando recuperó la vista pudo contemplar diversas visiones sobre demonios atacando poblaciones, gigantes de jade asesinando a gente poderosa, nobles vendiendo espadas a bárbaros y finalmente a Ameiko, majestuosa, sobre un trono de piedra verde. Y tras unos momentos de desconcierto, recibió el conocimiento y significado de todo aquello.

El muchacho parpadeó y miró a su alrededor confuso. Encontró rostros aturdidos y desorientados como el suyo por doquier e intuyó que aquellas visiones podrían haber sido vistas por todos, como finalmente así fue.

Poco a poco, como por ciencia infusa, fue creciendo en el joven semielfo la consciencia de las repercusiones de todo aquello. Como si un alma del pasado le transmitiera recuerdos, conocimientos, sensaciones y tesituras. El explorador no pudo por menos que asombrarse al comprender que todo aquello se lo había transmitido la figurilla de la caja, un poderoso artefacto. E iba a tener consecuencias. La primera: Ameiko Kaijutsu, ahora Amatatsu Ameiko, heredera del trono de Minkai, recobraba el conocimiento para alivio y júbilo de los presentes. La siguiente era que quedaban todos vinculados entre sí por algo más que la amistad o la camaradería. El artefacto trazaba un destino en común a la mayor parte de los presentes, al servicio de la causa de Amatatsu Ameiko.

Aquella última sensación no agradó al muchacho. Se sintió como forzado a aceptar algo, sin posibilidad de decisión real. El joven siempre había pensado, y le habían enseñado, que buena parte del destino se lo labraba uno mismo. Aquel artefacto resultaba toda una contradicción a esa asunción. Y aunque podía aceptar y asumir su repentino y nuevo destino... sintió cómo su amada libertad, la de un chico de los bosques, la libertad de elegir y vivir por sí mismo, le era negada en cierta manera.

Pocos minutos después, apartados de los empleados de la caravana y de Bevelek, el grupo de aventureros se reunió. Todos parecían pensativos y meditabundos ante las implicaciones de lo acontecido. Con Sandru dirigiendo a los congregados, pidió opiniones sobre lo sucedido y dio la suya propia. Poco a poco, los presentes se fueron pronunciando al respecto y el joven semielfo no fue menos.

- Yo no lo veo así, Sr. Vish... Sandru - se corrigió negando con la cabeza. Ante todo lo que el jefe de la caravana había dicho el joven tuvo que explicarse en qué no coincidía -. No creo que seamos libres. Nunca más - dijo con cierto pesar agachando la cabeza -. No después de lo que hemos visto y sentido. No después de lo que nos ha sido revelado. Es... - el muchacho chasqueó la lengua y sacudió la cabeza tratando de encontrar las palabras adecuadas para describir lo que sentía-. Es como si el alma hubiera sido tocada. Como si formásemos ahora parte de todo eso. O así lo sentí yo - confesó al resto -. A pesar de que podamos elegir en un sentido u otro... la elección será capciosa. Por un lado nos quedará la duda sobre si actuamos movidos por la amistad o por el evidente vínculo sobrenatural que la figurilla nos ha creado para con la Srta. Kaijutsu... o la princesa Amatatsu Ameiko. Por el otro... creo que si rechazáramos la llamada... - dubitativo se llevó la mano derecha a su pecho izquierdo -... siento que el vínculo haría que viviéramos eternamente con la duda o culpabilidad de no haber hecho lo correcto - opinó tal y como él joven lo sentía. Para él ya no había elección buena. El sentido de libertad élfica corría fuerte por sus venas.

Se hizo un momento de silencio en el que el muchacho trató de pensar qué hubiera hecho de no saber nada sobre todo aquello. Minkai, los demonios, la princesa Ameiko...

¿Qué harías si no supieras ni sintieras nada sobre todo esto y te pidieran que viajaras al norte con ellos?, trató de preguntarse. El problema era, evidentemente, que ya lo sabía y el ejercicio de ignorarlo no era sencillo. No obstante recordó el aprecio por Ameiko, el respeto por Sandru, la gratitud hacia Koya, la amistad hacia Giorgino y Vankor, la camaradería con Serveris y Kromdal, y la admiración por el viejo Hattori. Si varios de ellos decidieran continuar, sin duda eso lo empujaría en ese sentido.

También recordó el tormentoso amor hacia su madre, a pesar de que esta no pareciera corresponderle. Si su madre se embarcase en aquella gesta, sin duda la seguiría. Aunque ella no diera su consentimiento.

Finalmente recordó sus enormes ansias de viajar y conocer mundo, algo que ya había proclamado en diversas ocasiones. Siempre pensó hacerlo en libertad y aunque este no fuera el caso, sí que era una oportunidad para abrir el hasta ahora pequeño horizonte del semielfo. Volvió a tomar la palabra.

- Pero aun así elijo ir - añadió con cierta convicción y una naciente sonrisa en su boca -. Si Ameiko... la princesa Amatatsu y otros compañeros aquí presentes necesitan de mis habilidades, será un placer poder ayudarles. Ya sea en Minkai o ya sea en Punta Arena.

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17/08/2018, 11:57
Bevelek Dalmuvian.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Algo sucedió que envolvió a todos sus compañeros, a todos menos a él. Bevelek miró a un lado y a otro ansioso, esperando encontrar alguna pista, por pequeña que fuera, que le permitiera entender lo que sucedió a su alrededor. Sin embargo, y sin ningún tipo de sorpresa, no encontró nada que pudiera aclararle lo que había sucedido. Silencioso y cabizbajo esperó a que el resto de sus compañeros, especialmente al Jefe Sandru.

Las opciones que aparecieron frente a él, no le hicieron ilusión pero tampoco tenía demasiada capacidad de decisión. Así que pensando en su puesto de trabajo y las decisiones que a éste le correspondían, habló.

Soy un trabajador de la caravana del Jefe Sandru y donde vaya la caravana iré yo y cumpliré con mi trabajo.

¿Princesa Ameiko? Le resultaba difícil de creer como poco. Siempre la había conocido en la posada y aunque se notaba que no era alguien normal, Bevelek jamás hubiera apostado por una princesa. Pese a la sorpresa por la revelación, intentó comportarse con profesionalidad y no mostrarse demasiado alucinado. Optando por adoptar un férreo estoicismo frente a lo nuevo que estaba por llegar.

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17/08/2018, 18:17
Kromdal.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.


Propiedad Transitiva guardó silencio durante unos instantes. Luego miró, uno por uno, a los miembros de la caravana, como si realizara sus cálculos. En realidad le caían bastante bien. Incluso el elfo. Aunque le jorobaba bastante que nadie le hubiera felicitado por matar al monstruo hijo de puta que controlaba todo el maldito castillo.

Siempre era igual, de todas formas, nadie agradecía al bárbaro su trabajo. Joder, si... 

Había cobrado bien. Al menos en objetos. Y Sandru le caía bien.

- Yo trabajo para Sandru. Por ahora nuestro acuerdo va bien (aunque ya hablaremos de las monedas que los objetos van bien, pero con ellos no se pagan ni las comidas ni las putas)- dijo dando una carcajada y saludando a Sandru con un gesto en la sién- Está bien poder matar a seres como estos, y me ha gustado que la maldición de los muertos en el castillo y la que afligía a Ameiko desaparezca. Estar maldito es una putada, bien lo se. ¿Así que una princesa?- mira a Ameiko con curiosidad- Creo que es la primera princesa que conozco. Y me cae mejor de lo esperado. Supongo que cuando alguien es princesa y necesita ayuda para sus "asuntos de princesa" agradecerá a los amigos que le hayan ayudado, ¿no? Pues si Sandru sigue queriendo mi compañía, y sigue nuestro acuerdo, y la princesa me da la razón a mi pregunta, podéis contar con mi ayuda, mi hacha, y esas cosas.

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23/08/2018, 16:12
Viejo Hattori.

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MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Hattori escuchaba echado a un lado, más allá del círculo de personas que decidían su destino y el de la caravana. Hattori había hecho sus elección mucho tiempo atrás, cuando era un joven inberbe. Mientras pudiese aportarle algo, seguiría a Ameiko allá donde fuese.

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01/09/2018, 11:27
Ameiko Kaijitsu.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Ameiko pestañeó confusa. Había pasado de una pesadilla a otra en la que estaba rodeada de todos sus amigos, pero algo en aquella nueva realidad era distinto. Todo era más nítido, más perfilado. Captó el olor de los suyos, oyó sus voces y supo que algo había cambiado. Dentro de ella algo había cambiado.

Se incorporó un tanto y miró a todos y cada uno de los presentes. Abrió la boca para decir algo con un gesto de verdadera urgencia.

-Agua, por favor.

Entonces, terminó de incorporarse, sentándose en su lecho y volvió a mirarlos, captando sus miradas de preocupación y el maltrecho estado de algunos. 

-¿Qué... qué ha ocurrido?

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01/09/2018, 11:35
Kromdal.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.


- Vaya, la princesa despierta- dijo Kromdal con un suspiro de alivio, guiñando el ojo a Giorgino, y sacando su odre, para entregárselo a Ameiko- Nada. Había una especie de demonio de mierda con un montón de medio humanos medio cuervos, y ogros y bichos de ese tipo. Parece ser que tu espíritu había sido... como atrapado o algo así, y por eso caíste inconsciente. ¿Hace un par de días no? Así que entramos y matamos a todos; yo mismo me cargué al que funcionaba de jefe de la horda de monstruos. Y trajimos cosas que han servido para que despiertes. Y para que todos sepamos que eres una princesa. O una emperatriz. La verdad, no me queda del todo claro. Pero, vamos, todo bien ahora que has despertado.

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04/09/2018, 19:33
Koya Mvashti.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

- ¡Apartaos, apartaos, mentecatos, que necesita aire!- Koya meneaba las manos en el aire como espantando moscas al ver que por fin Ameiko abría los ojos. Le tendió el agua que solicitaba cuidando de que bebiera poco a poco, primero humedeciéndole los labios.- Así, mi niña, ya ha pasado todo.- Pero no era cierto. Aquel viaje que Koya había emprendido como el último de su larga vida era sólo el comienzo. Pero, ¿para quién? La lucha contra el malvado Kikonu le había quitado las ganas de viajar más, al menos por una temporada.

¡Volver a Punta Arena, por supuesto! Leer las cartas por puro placer de hacerlo junto al candor del brasero mientras Vankor me peina la melena, atento siempre a mis lecciones.

Sandru había pedido que expresaran sus opiniones acerca de lo que habían descubierto, pero Koya se había sentido incapaz. Cada miembro del grupo que hablaba le hacía sentir más vergüenza de sí misma.

Pero yo soy vieja ya. Tengo esa excusa.- El ímpetu y el coraje de la juventud se iba perdiendo a medida que ésta se desvanecía. Sandru aún era joven, comparado con ella. No le dolían aún los huesos, ni le parecía pesada la carga de llevar al grupo bajo su mando. Koya no podía decir lo mismo.

Y luego esta Ameiko...- ¿No les quedaba aquello grande? Se habían metido en un asunto farragoso, tan peligroso como caminar por los desconocidos pantanos. ¿No acabarían con el fango hasta el cuello, incapaces de salir del embrollo en el que se habían metido por los azares del Destino? La adivina agachó la cabeza, temerosa de que Desna la fulminara con un rayo por lo que ahora mismo pasaba por su cabeza. No podía ser casualidad, su Diosa tenía que ver algo con todo aquello.

Sus cansados y vidriosos ojos se posaron en Ameiko y sus preocupaciones se desvanecieron un poco. Le daba igual que fuera una princesa o una tabernera. Era su amiga. La conocía bien y no habían compartido pocos momentos juntas, charlando amigablemente en el desván. Era una buena chica y muy capaz.

Siempre dije que estaba desaprovechada allí, pero allá cada cual con su vida.- Tocaba darle las explicaciones convenientes antes de que Kromdal volviera a tomar la palabra simplificándolo todo de aquella manera suya. Tomó la mano de Ameiko mientras dirigía una miranda implorante a su hijo Sandru.

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05/09/2018, 11:16
Sandru Vhiski.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Con movimientos veloces pero suaves, Sandru se hace con un pequeño bol que llena de agua fresca, el cual aproxima con delicadeza a los labios de Ameiko, sin llegar a darle de beber, evaluando el grado de reacción que mostraba la joven princesa. Mientras tomaba el líquido, Kromdal acometió el relato de lo ocurrido, sirviéndose Sandru de intervenir en alguna ocasión.

Tras eso habló brevemente relatando la visión que habían tenido, preguntándose si la mujer habría sido partícipe de ella. Algo le decía que así era, pero creyó que hablar de ello de manera pausada y con palabras propias ayudaría a situarse a Ameiko de nuevo en el mundo real, ahora que había abandonado al fin ese tenebroso sueño por el que había pasado. Como conclusión reiteró la pregunta que bailaba en las cabezas de todos.

- Y bien Princesa, ¿cuál será el camino que quieres tomar? -

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05/09/2018, 13:16
Kelsier Deznad.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERA HORA DE LA TARDE.

El joven Kelsier aun se sentía aturdido e impactado tras visualizar la revelación. Mientras miraba confuso a sus compañeros, preguntándose si ellos también habían visto las visiones que se habían manifestado tras abrirse la caja de jade, los rostros perplejos y desorientados similares al suyo de sus amigos, también dirigiendo miradas de confirmación ante lo experimentado, daba a entender que, en efecto, la experiencia había sido comunal.

En ese momento despertó la Srta. Kaijutsu... o princesa Amatatsu, haciendo que todos despertaran de una ensoñación y se dirigieran hacia ella, preguntando e interesándose por su estado de salud. Ameiko parecía milagrosamente recuperada. La alegría cundió entre los presentes, así como la excitación de cierta anciana.

Resultó casi gracioso el ver cómo Koya los despedía a todos para que no agobiaran a la recién despertada mientras, ella misma, la abrumaba con todo tipo de cuidados. Como si fuera de porcelana de Minkai y se fuera a romper en cualquier momento.

Kromdal, de manera somera, resumió lo acontecido. Sandru, de improviso, le preguntó que dirección tomar.

- Tal vez... deberíamos dejarle un tiempo para que lo asimile todo y medite cual va a ser su decisión - comentó el medioelfo con voz suave y dubitativa -. Y que también lo haga el resto - concluyó.

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05/09/2018, 21:43
Ameiko Kaijitsu.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Ante la verborrea del bárbaro, Ameiko pestañeó confusa. Luego llegaron las explicaciones complementarias de Sandru, que si bien clarificaban lo acaecido, oscurecían su futuro. Palideció levemente y aceptó el bol de agua con manos ligeramente temblorosas. No terminaba de entender todo aquello o quizá lo entendía demasiado bien pero fuera como fuera, no le agradaba.

Miró a Koya, a la que sonrió débilmente cuando intentó apartar a todos de su lado, pero lo dicho dicho estaba y por más que la pitonisa quisiera aliviarla de aquella salva de información, nada más lejos de la realidad que el contendido de sus palabras. No solo no había pasado, sino que todo comenzaba en aquel momento.

Y entonces se giró hacia Sandru, arqueando sus cejas.

-¿Princesa? -aquel trato deferente fue como una bofetada, como si la Ameiko de Puntarena hubiera muerto y desaparecido, sustitutida por aquella nueva figura que se encarnaba en su yo presente. El sueño del Kami había engullido a Ameiko en una crisálida y el pasado moría cediendo paso a un presente no deseado-. Gracias, Kelsier. Sí, necesito tiempo. Y aire, como dice Koya.

Se puso en pie e hizo un mudo gesto con su mano diestra indicando que no necesitaba ayuda e imponiendo cierta distancia al resto del grupo.

-Quiero dar un paseo y pensar en todo esto.

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05/09/2018, 22:32
Viejo Hattori.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

El viejo sirviente salió del círculo de caravaneros con su habitual discrección. No trató de seguir a Ameiko Kaijitsu-sama, era comprensible que se sintiese ahogada por la inesperada responsabilidad y no era su intención interrumpirla en su búsqueda de aire y de soledad. Lo que hizo fue dirigirse hacia su caravana y se puso a limpiar. Ella sabía donde encontrarlo y él estaría accesible si ella le necesitaba. Siempre.

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06/09/2018, 03:17
Serveris.

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MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

Ameiko no parece muy segura después de aquel sueño y aquellas visiones. De seguro que debe ser un golpe sumamente importante para ella el enterarse de golpe de toda esa verdad. No es algo fácil de digerir pero, según parece, para ella es más difícil que para el resto de nosotros, por lo menos que para mí.

"Debe ser que ella siempre representó una figura de admiración para mí. No se me hace complicado el pensar en seguirla, ya sea como Ameiko Kaijitsu o como la Princesa Amatatsu. De cualquier manera, sigue siendo la misma persona y lo que siento por ella no cambia."

Kromdal le explica todo lo sucedido en el Castillo del Muro de Salmuera, lo que le debe facilitar hacerse una idea de todo lo que el resto vivió mientras ella estaba inconsciente, pero finalmente decide tomar un paseo para pensar en qué decisión tomar y probablemente asimilar todo el asunto. Guardo silencio pues es algo que está bien y nadie puede reprocharle. Me concentro en la armadura que el grupo me ha cedido, aquella armadura oriental que estaba en los cofres y que parece ser de mucha honra. Es fina, una manufactura exquisita y con una increíble dureza. El Yelmo Dragón por otro lado, es una pieza normal pero se supone que significa que su portador es alguien muy importante.

"No sé si soy digno de tan preciados objetos. Es todo lo que quisiera ser y representar pero entre desear y merecer existe un gran trecho que no creo haber sorteado aún."

Me pongo de pie cuando Ameiko va a pasear y me acerco a Roiyaru para acariciarlo y encargarme de él mientras ella piensa. Ya me reuniré con ella y el resto cuando esté lista, hasta ese momento, mi compañero necesita atención y cuidados que pienso dárselos como es apropiado.

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06/09/2018, 07:31
Kromdal.

BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA, CARAVANA DE SANDRU VHISKI:

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.


Tal vez no fuera una princesa... pero ha preferido beber de un bol que le ponían bajo los labios, como un pajarito asustado, que tomar el odre y dar ella misma un trago. Ah, bueno, tampoco es tan importante. Después de todo, levantarse y encontrarse con este marrón debe ser jodido.

Los pensamientos sobre Ameiko estaban suavizados por una oleada de simpatía. Para el bárbaro haber salvado la vida de la joven (sí, para sus adentros, aunque no dejaba de reconocer que todo había sido un trabajo en equipo, no tenía duda alguna que sin su presencia la joven princesa estaría muerta, o algo peor, y el resto del grupo hubiera tenido que abandonar con bajas ese lugar) hacía que la vida de ésta le resultara algo casi propio. Eso, por un instante, le hizo sonreír. Pero la sonrisa se le congeló en los labios cuando los perversos recuerdos le llevaron a la mente lo que había hecho con otra vida que había sentido como "algo propio"

Es mi oportunidad de redimirme. Y de ganar buen dinero. Pensó para sí como un método de exortizar los demonios y, al ver como Ameiko se alejaba, se acercó a Serveris, y palmeó su hombro.

- Has luchado bien ahí dentro, Serveris. Es un placer poder contar contigo. Si hubieras nacido en mi tribu, seguro, serías un gran guerrero. Casi como yo- dio una risotada- E incluso ahora no lo haces nada mal.