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El reinado de los Strigoi: Capítulo I

Capítulo 1: Lesbos

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27/02/2018, 22:31
Damon Gates

Estaban recién transformados y, aunque su consciencia seguía siendo humana, parecía que poco a poco todos empezaban a usar sus nuevas habilidades. Con sospechosa naturalidad. Como si un nuevo instinto habitara en ellos y se expresara sin pedir permiso ni dar explicaciones. Porque, cuando llegara el sosiego y tuvieran tiempo de pensar en sus actos, seguramente se sorprenderían de sí mismos y se sumergirían en sus propios fantasmas y horror. O quizá no.

Damon sabía que dentro tenía algo latiendo de un poder inimaginable. Pero hizo una contención y no deseo profundizar en ello ni permitió que la bestia brotara por instinto. En vez de eso, eligió seguir degollando con el cuchillo que le había lanzado la eficaz Danika. Matarían a aquellos gusanos y se irían de allí. Ya tendría tiempo de detenerse a pensar en sus posibilidades y su nueva realidad.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Me chuto cinco de sangre para tener más Destreza.

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03/03/2018, 12:03
Nissiku

Bien. No tenía ni idea de si todo iba bien o nada lo iba. Creía ni siquiera tener claro que era "bien". Pero si había algo que templaba sus nervios y calmaba la irritación de su vacío aquello era su estrella. La misma que había vuelto ¿por ella?

Asintió firme sin siquiera mirarla, con la espalda cuadrada e inmóvil y la seriedad suplicante de su rostro esperando la palabra de la más pequeña y probablemente viva de las estatuas de ese lugar.

Observó de soslayo los movimientos de la morena aprendiendo de ellos con el ansia de pintar el banco y cuando debió moverse lo hizo hacía la estatua que quedaba en la gruta primero con toda intensión de cargarla para entregársela a la mujer que acababa de conocer pero podría asegurar que conocía de toda la vida.

Notas de juego

4fuerza +7 puntos de sangre + 1 potencia.

¿Esta bien?

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03/03/2018, 19:50
Director

Notas de juego

Justo así, puedes cargarla.

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03/03/2018, 22:02
Nissiku

La determinación del único camino dibujado para ella hizo que su cuerpo hinchara los músculos más de lo que jamás habían conocido. Por instinto sus dientes se apretaron, sus dedos se aferaron a los relieves de la figura y sus rodillas elevaron el trabajo a los brazos y a la espalda.

No hubo sorpresa. Era lo poco que ya había visto y no desconfiaba de sus ojos.

Siguió a la mujer.

¿Quién eres? —espetó pisando su pasos— ¿Sabes quién soy?

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03/03/2018, 22:15
Richard Collins

El profesor había permanecido en silencio desde que Danica había convertido a la teniente. Estaba pensativo, ponderando… cualquiera habría dicho que estaba analizando toda la situación. Eso, y librándose de cargar con las estatuas. Se había quedado en silencio incluso cuando la muchacha le había preguntado por su propio nombre… o más bien le había ordenado que se lo dijese.

Finalmente, Danica le había preguntado si estaba “Todo bien”. Eso pareció sacarlo de su trance. Se quitó las gafas, y se puso a limpiarlas distraídamente, mientras se acercaba a la bolsa de las armas, que recogió tras volver a ajustarse las ahora innecesarias lentes.  

- No sé si consideraría nada de esta situación como “bien”, desde luego… Pero creo que has cometido un error cuando convertiste a la teniente – Hablaba con un trono neutro, algo curioso. No estaba acusando a Danica de nada – Algo falla en ella. Me ha preguntado por su propio nombre, por lo que debe tener un caso de amnesia, algo que no parece haber afectado al resto de nosotros. Otra opción a la pérdida de memoria sería el carácter más traumático de su… abrazo – Esta última palabra la dice casi sorprendiéndose a sí mismo. No le parecía la más adecuada para el acto de matar a alguien y convertirlo en un ser chupasangres, pero algo en su interior le decía que era la palabra correcta – Lo cual es una bendición, para ella… pero una responsabilidad para nosotros. Bueno, al menos para ti. Te recomendaría que dejases a Damon hablar con ella, quizás él pueda sacar algo en claro.

Dejando el tema ahí, siguió a las mujeres mientras estas transportaban las estatuas.

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03/03/2018, 22:19
Danica Dvorák

A la exploradora sin duda le sorprendió ver que la teniente era capaz de levantar también una estatua. Una pequeña sonrisa revoloteó en la comisura derecha de sus labios y asintió con aprobación mientras empezaba a dirigirse hacia el agua. 

Sin embargo, sus preguntas la confundieron. La miró sin soltar su propia estatua y entrecerró los ojos, buscando falsedad o segundas intenciones en su mirada. La voz del profesor se dejó oír y a pesar de sus palabras, Danica sintió cierta calma en medio de la prisa y la tensión. Collins explicaba con sus frases largas la confusión de la mujer. ¿Podía ser que hubiese hecho algo mal? Bueno, ni siquiera estaba muy segura de por qué había hecho lo que había hecho o por qué lo había hecho de esa forma, pero no se arrepentía, de eso sí estaba completamente convencida. Se quedó callada algunos segundos, pero finalmente se decidió a responder a la teniente.  

Soy Danica«¿Seguro?». Y tú eres... «Elena. La teniente» Nissiku. 

Todo parecía encajar en su cabeza de una forma extraña, demente podría pensar alguien que no comprendiese el modo en que el mundo funcionaba. Pero al pronunciar ese nombre que nunca había oído, algo en el interior de Danica sintió que esa pieza del puzzle se colocaba exactamente donde debía. Más tarde quizá buscaría explicación en su cabeza o en su sangre. Pero en ese momento, tan sólo se giró y siguió caminando. 

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03/03/2018, 23:08
Richard Collins
Sólo para el director

Había tratado de detener a Danica, cuando pensaba que lo único que buscaba era asesinar a la teniente. Ahora estaba tratando de dilucidar  si siquiera se hubiese movido para evitarlo si hubiese sabido las verdaderas intenciones de la exploradora desde un principio.  Le asustó descubrir una parte de sí que aplaudía a Danica y al castigo que le había infligido a la mujer. Pudo silenciar esa nueva parte de sí mismo (o al menos esperaba que fuese nueva), pero le había dejado mal sabor de boca. Tendría que luchar contra ese tipo de pensamientos durante la eternidad que se le avecinaba?

Pero lo hecho, hecho estaba. Aunque estaba seguro de que podría haber convencido a la teniente de que ellos no eran el enemigo (para ser sinceros, ya lo estaba consiguiendo) al menos su hostilidad había sido por completo eliminada. No era la manera correcta de hacerlo, eso sí. Bastaba con hablar, y de eso él sabía mucho. Solo faltaba que comenzasen a escuchar.

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02/03/2018, 23:37
Tobías Quinn

Tobías casi perdió la concentración necesaria para mantener a los Strigoi quietecitos cuando vió el horrible monstruo en el que se había convertido Dutch. 

Espero que pueda entrar y salir en esa forma, si no, menudo horror de poder. Algo le decía que sería así, pero por otro lado le asaltó otro pensamiento. ¿No deberíamos mantener la forma con la que fuimos creados por Dios... y triunfar o caer en ella?

Se reafirmó a su vez en sus pensamientos. No, estamos aquí, nos hemos transformado en monstruos para que la humanidad pueda volver a ser libre. Libre de elegir, justo lo contrario que han sufrido estos pobres Strigoi. Esos eran los suyos. Seguro. 

Danica se volvió a por otra estatua, no había mucho tiempo, Heikki continuó machacándo sanguijuelas, incluso Damon comenzó a trabajar con ese cuchillo suyo. 

—Acabad con los últimos y vayámonos —dijo Tobías acercándose al barco. Los Strigoi le siguieron, concentrándose y haciendo que la matanza fuera más rápida. 

En el fondo, os estamos liberando del horror. 

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04/03/2018, 19:28
Fred Merkel

Poco a poco Heikki y Damon acabaron con el resto de sanguijuelas. Para el resto de sus compañeros quizás era incomprensible que no usaran sus nuevas disciplinas para acabar con ellos, pero quizás aún se estaban haciendo a sus nuevos dones.

De dentro de la cueva salieron los que quedaban, Danica con otra estatua, el profesor Collins con la bolsa de armas y, para sorpresa de algunos, la teniente cargando otra estatua. Por alguna razón podía ella sola con la misma. No tardaron mucho en fijarse que se debía a que ahora era también un vampiro, pero no era uno de ellos como tal. No era uno de los Primeros y lo sentían los demás.

Con aquella fuerza sobrehumana, todos recorrieron la distancia que quedaba hasta el barco y colocaron en su bodega las estatuas. Tras dejarlas ahí no quedaba demasiado espacio, pero todos sabían que tendrían que bajar ahí abajo escondidos mientras Fred maniobraba por el mar con el barco.

-Si estáis podemos volver…- dijo sin saber bien qué decir respecto a Elena. En cierto modo aquellos eruditos y expertos que había traído hacía unos días en barco habían dejado de ser ellos mismos. Incluso algo en sus entrañas le decía que no estaba bien, que quedaba poco de sus yo humanos, pero no iba a ser nadie para contradecirles y menos al profesor Setrakian. Él juzgaría si lo que habían conseguido era lo que buscaban. Desde luego eran efectivos contra los strigoi y eso no podía discutirse.

Su marcha llamó la atención, tras ellos dejaban un reguero de cadáveres de strigoi y varios humanos que salían a las calles para saber qué había pasado, fuera del toque de queda. A sus ojos unos humanos habían acabado con todos aquellos bichos y, en apariencia, sin sufrir daños ningunos. Un atisbo de revolución afloraba en la mente de los habitantes de Lesbos con aquel gesto.

Cuando se hubieran acomodado todos, en cubierta o en las bodegas, Merkel puso en movimiento aquel barco, que tenía pinta de ser un pequeño pesquero. Quizás tendrían que parar por el camino a repostar, pero con suerte llegarían hasta donde tomaron el primer barco para venir, en el Mar Negro, en Odesa. Allí tenían aliados. La brisa marina era suave y olía a cambios.

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08/03/2018, 14:27
Tobías Quinn

Por fin habían conseguido matar a todos. No habían tardado mucho en realidad, pero los segundos se habían hecho eternos. Cada vez iban siendo más poderosos. ¿Seríamos suficientemente fuertes y capaces para matar al maestro? Eso esperaba. Habría que hacerlo. Devolveríamos a los humanos la ilusión por vivir. 

Pudimos montarnos en el barco y marcharnos. Miré de reojo a la teniente. La habían transformado. ¿Habríamos cambiado una tiranía de seres horrendos por una de seres bellos y con mente? Quizá. De todas formas sería una mejora, si no los dominábamos. 

—¿Que ha ocurrido, teniente? La veo cambiada —dije de forma amable al meterme con el resto en el barco. Pronto tendríamos que bajar a la bodega. No creía que la luz del sol nos viniera bien. El no poder ver al astro rey nunca más me provocaba una sensación extraña... pero todos los que habían muerto por los humanos antes tampoco lo podían ver. Mi sacrificio era pequeño. 

Ahora podríamos hablar entre todos. Habíamos cumplido nuestra misión de forma peculiar. 

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09/03/2018, 22:49
Syria Keogh

No hay preocupación, ni miedo... Su ausencia en la mente contenida en aquella cabecita rubia, que se hacía llamar Syria, es bastante evidente en cada gesto y palabra. Había actuado sin vacilar, sabedora de que los strigoi no eran enemigos reales. Ni siquiera su Master. Lo sabía. Lo sentía grabado a fuego en cada milímetro de su piel, de sus células ahora muertas, del aliento que nunca más volvería a experimentar. La certeza estaba ahí, innata. Primigenia.

No se paró a meditar y reflexionar, pero mientras transportaba la estatua hasta la bodega, algo de entro de ella se encontraba y chocaba. Se podría asemejar a la intrusión de una especie exótica que coloniza un territorio extranjero, comiendo, matando, eliminando la especie autóctona. Eso mismo estaba pasando en sus adentros. El alma de Syria, con todas sus virtudes y defectos, estaba siendo fagocitada por un ente mayor. Los recuerdos de la niña se lanzaban al rincón del olvido, para dar paso a memorias de otro longevo ser. Uno que se mostraba bastante fastidiado por los sentimientos remanentes que quedaban en su recipiente, respecto a Merkel. ¿Acaso eso no es una evidente debilidad? ¿Un talón de Aquiles? No era bueno.

Siguió a aquel mortal con la mirada, hasta que se perdía en la cabina de mandos y ponía en marcha aquel artilugio que les sacaría de allí. Talón de Aquiles. Trató de mantener la atención en los suyos. En lo importante.

La Teniente ha pasado a mejor vida - acaba diciendo, no sin cierto humor. Pero la proximidad de la luz del sol le removía cosas por dentro. Pensar en sol ahora se había convertido en algo que le generaba cierta reacción adversa, y lo único que sentía era aversión pura y visceral. Miró inquieta hacia el cielo oscuro que se alzaba sobre ellos - Pero mejor lo hablamos abajo... Pronto comenzará a salir el sol.

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10/03/2018, 16:46
Richard Collins

Collins salió al exterior, andando entre los cadáveres strigoi, mirándolos con cara de aprensión.

Iba cargando solo con la bolsa de armas, pero aun así se las arreglaba para parecer al límite de sus fuerzas. Mirando a su alrededor, se fijó en los curiosos que observaban el dantesco espectáculo. Parándose en la pasarela que le llevaba al barco, se giró hacia el público, y levantó el puño izquierdo. Se quedó un instante así, clavando su mirada en los ojos con los de cada humano que se atreviese a mirar.

Una vez dentro del barco, se unió a la conversación sobre la teniente.

Al parecer no solo ha pasado a mejor vida, como dice Syria; también ha olvidado su anterior vida. Amnesia. – Collins se rascó el mentón, pensativo, y pronto sonrió para sí mismo – Han escuchado hablar de Agatha Christie? Una escritora de principios del siglo 20, increíblemente popular alrededor del mundo por sus novelas de género policiaco, de misterio.  Durante los años 20, la señora Christie desapareció sin dejar un rastro obvio para la tecnología de la época, fomentando con ello numerosos rumores que iban desde que había sido asesinada por su infiel marido, a que era todo una manera de buscar publicidad para sus novelas. Incluso otros reputados novelistas del mismo género como Arthur Conan Doyle o Dorothy Sayers fueron atraídos por el caso y trataron de resolverlo o se inspiraron en el para sus novelas. Al final, la señora Christie reapareció 11 días después, en un Spa cercano en el que se había registrado con un nombre diferente desde el día después de su desaparición, con una severa pérdida de memoria que incluso la llevo a recibir tratamiento psiquiátrico.  – Se encogió de hombros tras la perorata. Desde luego no tener que respirar le ayudaba a mantener el ritmo. – Bueno, hay algunas teorías sobre porque Agatha Christie sufrió ese episodio de amnesia, del que se recuperó, algunas directamente niegan que la amnesia fuese real y se limitase a una especie de castigo a su infiel marido, y otras hablan de un shock depresivo o una crisis nerviosa por el estrés. En el caso de Nissiku - Dice señalando a la teniente y lanzando una mirada significativa a Danica - Es probable que fuese el shock de los últimos instantes de su vida, o algún tipo de fallo en la breve ceremonia que es el abrazo

Una vez Collins parecía haberse desfogado, dejo que el resto de compañeros continuasen hablando.

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11/03/2018, 00:50
Richard Collins
Sólo para el director

Cuando Richard observó  los cadáveres no supo que sentir. La noche anterior le habría aterrado la presencia de esos monstruos, vivos o muertos… bueno, muertos o aún más muertos. También hubiese sentido pena y rabia por las personas que habían sido convertidas en esos repugnantes seres… Y también respeto y curiosidad por una forma de vida tan extraña, superior a su violenta y desagradable manera. Ahora lo primero que sintió fue asco. Desprecio de que esos seres ejerciesen su repugnante poder sobre la raza humana. No era su lugar. Su lugar era algún agujero bajo tierra o ser directamente exterminados. Y era su destino, no solo lo que merecían; también lo que iban a sufrir, ahora que volvía a caminar por el mundo junto a sus hermanos.

Ese último pensamiento le hizo estremecerse, a él, a Richard Collins, tanto de miedo por entregar parte de el a ese ser que se había fundido en su cuerpo, como de anticipación por lo que estaba por venir.

Echo una mirada a Danica y a… Nissiku, la había llamado ella, y él no iba a quitarle ese derecho refiriéndose a la chiquilla con cualquier otro nombre. Se estaba dando cuenta de que había ganado un nuevo aprecio por la exploradora desde la noche anterior, y no era por haber manoseado su tanga. Pero pese a mirarla con mejores ojos y respetarla, sabía que a la larga él haría mejor las cosas para la humanidad, y Nissiku era prueba de ello. En un arrebato por una ofensa menor, la mujer se había lanzado a convertir a la que ahora era su chiquilla. Y que aportaría Nissiku a la causa? Musculo? Y una vez finalizado el conflicto, que? Más valía que Danica la moldease aprovechando esa Amnesia.

Se fijó en los humanos, y el propio hecho de que pensar en ellos como humanos creaba una separación entre él y ellos en su mente le hizo detenerse en mitad de la pasarela. Si, ahora eran diferentes, pero aunque no pudiese pensar como uno de ellos, aunque no pudiese ni debiese actuar como lo hacía cuando aún vivía, sabía que mientras le fuese posible actuaria pensando en ellos. Él se había unido a la resistencia para buscar la liberación de la humanidad del yugo strigoi y mientras pudiese mover aunque fuese un simple musculo, lo haría con ese objetivo en mente. Por eso levanto el puño, para inspirar a esos humanos.

Que los humanos se grabasen su imagen imponente rodeado de strigois, como un general vencedor en el campo de batalla, era secundario. Que cuando en Lesbos comenzasen a circular rumores sobre el grupo de humanos que masacro a los strigois las habladurías se centrasen en su desafiante figura, inspiradora con el puño en alto, era simplemente un pequeño placer del que ya tendría tiempo de sentirse culpable. Era solo para ayudarles, para inspirarles. Toda revolución necesita líderes carismáticos, tanto como generales.

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11/03/2018, 01:22
Dutch Velders

Joder, ya empezamos —bufó Dutch al escuchar a Collins relacionar a Agatha Christie con lo que fuera que le había pasado a Danica.

Debía de ser el único hombre sobre la faz de la tierra capaz de relacionar a la teniente con una escritora de hace siglos sólo por una amnesia. Más aún, estaba segura de que era el único hombre sobre la faz de la tierra capaz de concentrarse en sus discursos sin alterar el ángulo de visión mientras ella se encontraba semidesnuda delante de él.

La informática había logrado recuperar su forma humana una vez había pisado de nuevo la cubierta del barco. Pero sus ropas no se habían ajustado a su monstruoso cuerpo ni a sus alas, ni siquiera las asas de la mochila o sus queridas botas habían salido intactas después de que le diera por experimentar con sus nuevos dones. Aún así esa pérdida le importaba una soberana mierda tras descubrir de lo que era capaz.

Miles de ideas habían cruzado por su cabeza tras saber las formas en las que podría moldear su cuerpo. Los recuerdos adquiridos la avasallaban con vivencias que amenazaban con destrozar su identidad, pero mostrándole también capacidades que consideraba imposibles y absurdas. Aún teniendo en cuenta lo estúpidas que podían ser las películas sobre vampiros. ¿De qué maneras podría moldear su cuerpo? ¿Qué podría hacer con la potente sangre que corría por sus venas?

Estaba claro que ya no era humana, y aunque seguía queriendo aniquilar a esos strigoi que no valían ni como monstruos —algo que ya había comprobado al convertirse ella misma en uno de verdad— esa parte de sí misma que la inundaba con antiguos recuerdos de vidas que no había experimentado se preguntaba qué objetivos tendría ahora. Recordaba las palabras que Verddatha había dicho en su visión: «Gobernar sobre los hombres». No salvarlos, gobernarlos. Y esa naturaleza en Dutch cada vez se hacía mayor mientras su nueva identidad aplastaba la anterior e iba asumiendo lo que era. Ella había querido luchar contra los strigoi, pero porque era humana. Era el egoísta sentimiento de sobrevivir, de no querer ser la especie inferior. Pero ya no era la especie inferior.

No sabía si quería gobernar como había dicho ese tío tan sexy en su visión, pero sí tenía claro que sus motivos ya no serían los mismos. Aunque tanto para salvar a la humanidad como para gobernarla tenían que seguir el mismo camino: la destrucción de esas repulsivas criaturas.

Hubiera sido más útil que nos ilustraras sobre lo sucedido —replicó Dutch—. Pero la rubia número dos tiene razón, es mejor que vayamos abajo antes de que salga el sol. —Definitivamente no quería poner a prueba esa sensación de autoconservación que había tenido al escuchar las palabras de Syria. Igual que no tenía intención de separarse nunca de la tierra que había recuperado de la cueva, ahora más valiosa para ella que su portátil—. Y así de paso tal vez encuentre algo con lo que taparme. Aunque a ti te ponga más cachondo Agatha Christie.

Si algo no había cambiado en Dutch era su descaro y su lengua afilada, algo que el grupo llevaba sufriendo desde el principio. Pero ya que no podía recuperar sus ropas y tampoco hacer demasiado para tapar las partes de su cuerpo que habían quedado al descubierto sin parecer una niña pudorosa, lo mejor que podía hacer era tomárselo con humor.

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11/03/2018, 13:34
Danica Dvorák

Una pequeña sonrisa cosquilleó en la comisura de los labios de Danica al escuchar la respuesta de Syria sobre la teniente. Ese placer al escuchar una ironía finamente hilada no le había pertenecido a ella, venía de esa otra parte de sí misma que se deslizaba por sus venas cada vez con más fuerza.

No dijo nada, se limitó a dejar la estatua que cargaba en la bodega y dar una vuelta por el reducido espacio que quedaría para ellos. Sus ojos estudiaban las paredes y el techo, en busca de grietas que pudieran convertirse en un problema cuando llegase el día —ese concepto que antes había sido tan sólo un evento natural y ahora le erizaba el vello de la nuca—. Mientras, ignoraba el soniquete de fondo que era la charla de Collins.

Se había acostumbrado a considerar al profesor ruido ambiente, como los sonidos propios del bosque, más sencilla de notar su ausencia que su presencia, pero había algo más que aún no se sentía capaz de describir. Se giró al sentir su mirada significativa y en respuesta, se encogió de hombros con una mueca algo hosca en los labios. No había ni una pizca de arrepentimiento en Danica. 

Cuando consideró que el sitio era suficientemente seguro se deslizó hacia el suelo, apoyando la espalda en la pared, y desde ahí contempló a sus compañeros de viaje. No iba a intervenir sobre el nuevo estado de la teniente a no ser que le preguntasen de forma directa a ella o viese a la que ahora consideraba su responsabilidad amenazada de algún modo. 

No has perdido mi cuchillo, ¿verdad? —dijo, cuando su mirada cayó sobre Gates.

Después, volvió a quedarse en silencio, escuchando lo que pudieran decir unos u otros.  

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11/03/2018, 19:47
Director

Los últimos en bajar en la bodega pudieron ver a Richard levantando el puño, un gesto que los humanos recordarían como un símbolo de lucha y desafío. El profesor podría estar hablándoles todo el viaje sobre cómo la izquierda se había adueñado de aquel gesto, que en realidad provenía de la antigua Asiria como símbolo de resistencia. Pero en su lugar prefirió hablar de la amnesia, que la teniente parecía sufrir.

Mucho se hablaría días y semanas después sobre esa gesta. Investigaciones tratarían de averiguar qué había pasado en Lesbos pero, con las estatuas en su poder, sería complicado saber el origen exacto de la amenaza.

Mientras Dutch, que había vuelvo a su forma original, había comprobado que la ropa no se ajustaba a su nuevo yo del todo. Ahora podía moldear su cuerpo a placer, pero no sus ropas. Por otra parte el pudor había dejado de ser un problema del todo real. No se sentía mal desnuda de sus semejantes, si es que alguna vez había llegado a experimentar ese sentimiento en vida.

El barco era un barco pesquero y la bodega no parecía muy preparada con camarotes para cargar gente. Sin embargo había sitio para acomodar las estatuas, que era de agradecer, así como la falta de ventanas. También había algún saco que otro con ropas viejas, de los marineros que debían usarlo antes de ser confiscado. O a saber que habrían hecho con los trabajadores de aquel mercante.

El barco de repente se puso en marcha, haciendo que quien estuviera de pie notara más el movimiento que aquel que hubiera optado por sentarse. Merkel les llevaría de vuelta donde estaba el profesor y luego... Bueno, luego verían cómo proceder, pero seguramente ya tuvieran alguna idea de qué querían hacer con su nueva condición.

Notas de juego

Otro turno de charla y cambiamos de capítulo :)

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11/03/2018, 20:58
Tobías Quinn

Collins había vuelto a aparecer y aún seguía negándolo todo. Bajamos a la bodega del barco, íbamos a quedarnos ahí durante el día. Dutch había podido recuperar su forma y bajaba desnuda, Syria no parecía temer ahora lo que temía antes... si era la misma, Danica parecía más preocupada por su cuchillo que por cualquier otra cosa y Gates ni hablaba. 

Tobías se sentó en una esquina y res... y no respiró. Ya no le hacía falta. 

Pero si tenían que hablar de algo. —Deberíamos hablar sobre donde ir y cómo proceder. Nuestros nuevos poderes son enormes, pero el Maestro no habrá vivido tanto tiempo siendo estúpido. ¿Todos estáis conmigo en que nuestra primera misión es matarle? 

Si acababan con él, se acababa la amenaza Strigoi, los humanos podrían volver a ser libres. Libres para hacer el bien o el mal, pero libres. Por alguna razón, para él, era lo importante. 

Y ahora también estaban algo limitados por el día. Ahora comprobaría cuanto. 

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13/03/2018, 21:26
Richard Collins

Collins pareció sobresaltarse un poco cuando Dutch comenzó a recriminarle el no haber aportado nada realmente relevante, como de costumbre. Era algo habitual. No era tan habitual ver a Dutch hacerlo semidesnuda, y eso fue lo que pillo desprevenido a Richard. El profesor aprovechó para echarle una buena y nada disimulada mirada. Cuando le soltó eso sobre Agatha Christie, se quitó las gafas y comenzó a limpiarlas distraídamente.

Tranquila, Dutch… de entre todas las mujeres muertas que conozco eres sin duda la que mejor se conserva.

Bajo junto al resto a la bodega, que resultaría segura, y se sentó entre dos estatuas, intentando encontrar un punto donde pudiese ver al resto de los tripulantes. En cuanto Tobías habló, asintió visiblemente.

A grandes rasgos, si, esa debe de ser nuestra primera misión, al menos como equipo. Pero antes hay que encontrarlo.

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14/03/2018, 17:02
Nissiku

La mujer parmsneció pegada a la morena que ahora tenía nombre: Danica. Y a pesar de reunirse con otras personas similares y aún así muy, muy diferentes a su estrella, no se molestó en saludar, no sintió ninguna necesidad de ello pero les observó como podrían observar los ojos de la estatua que había rescatado para Danica.

Su cabeza giró hacia ambos lados de sí cuando un hombre preguntó por la teniente y su curiosidad por esa tal Teniente creció cuando descubrió que era musa de un largo discurso por el tipo que no le había dado ni una palabra a ella y por un amargo sabor torció el gesto en respuesta.

Cuadró la espalda al escuchar su nombre: Nissiku y sus ojos corrieron a la mujer faro esperando algún gesto suyo que guiara su próximo paso. Al verla apoyarse, se acoclilló a su lado y observó al mismo tipo al que la morena se dirigía.

El movimiento del barco la sobresaltó e hizo que acabara con las posaderas y ambas manos al suelo. No comprendía qué pasaba exactamente o por qué pero sí que se desplazan y que lo hacían para matar. Y aquella idea no encontró ningún significado en ella.

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15/03/2018, 21:06
Danica Dvorák

Desde su posición en el suelo Danica observó a Nissiku acercarse a ella y, cuando el barco la hizo caer de culo, emitió una risa breve y espontánea. Se la quedó mirando durante algunos segundos, sintiendo cierta curiosidad por ese sentimiento de protección que despertaba en ella. Ya no tenía tan claro si quería castigarla o ayudarla y no estaba acostumbrada a sentirse insegura de sí misma. 

La pregunta de Tobías le hizo llevar la mirada hacia él y medio asintió con la cabeza. 

Vinimos a buscar una herramienta para acabar con él y es justo lo que encontramos —dijo, con un gesto de ojos que los abarcaba a ellos mismos—. Pero antes vamos a ver a Setrakian, ¿no? 

No era una oposición a lo que proponía el médico, sino una duda genuina sobre el orden en que planteaba actuar. Ninguna de las dos partes que intentaban amoldarse en el interior de la exploradora tenía deseo alguno de llevar la voz cantante en las decisiones. Desde el inicio de aquella misión había preferido dejar eso para los cerebritos de la expedición y, por el momento, se sentía cómoda con ello.