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El reinado de los Strigoi: Capítulo I

Capítulo 1: Lesbos

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17/10/2016, 12:04
Director

Ninguna respuesta en forma de palabra vino a ti o a tu cabeza, pero pudiste ver que en torno a la estatua había una pequeña aura. Una pálida que ahora no tenía más que un color azul pálido. Era apenas imperceptible, pues aquellas estatuas llevaban allí mucho tiempo, demasiado como para considerarlas algo vivo. Pero algunas de ellas os habían elegido y puede que las restantes estuvieran a la espera de algo o alguien más a quien traspasarse.

Estaban vivas, como lo habían estado antes las otras. Como lo habíais estado todos en ese largo letargo.

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17/10/2016, 12:08
Fred Merkel

-Fuera hay más...- dijo señalando el cuerpo de los strigoi caídos, lo cual aún le fascinaba. -Yo puedo navegar cualquier barco, pero... No puedo hacerme paso a través de esas cosas. Necesito alguien que me escolte, el resto podríais esperar aquí. Buscaremos el barco que los trajo en el puerto, lo cogeremos y vendremos para la salida de la cueva... ¿Os parece?

Puede que aquello fuera suficiente, dividirse. Unos protegerían a sus hermanos no despertados y el resto ayudaría a Fred a llegar al barco. La teniente estaba aun demasiado en shock como para hablar o decir nada, acababan de salvarla de la muerte, por segunda vez. Y sin embargo había visto como en un frenesí de sangre aquellos supuestos expertos se habían alimentado de sus soldados y los habían masacrado.

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17/10/2016, 19:19
Tobías Quinn

—De acuerdo, yo voy contigo —dijo Quinn a Merkel. 

—Pero podemos salir todos, matar a los que haya fuera y luego los que se queden, pueden volver a entrar. Así aunque nos dividamos acabaremos con la principal amenaza de Strigoi.

Tobías no era el mejor planeando ataques militares, ni siquiera planeando, pero lo último que quería era quedarse en la cueva con Collins y sus charlas. Mejor fuera luchando contra los Strigoi. 

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18/10/2016, 00:54
Syria Keogh

Parecía que se moldeaba un plan, mas a su gusto o menos, pero era un plan y no sería ella quien pusiera trabas. Además, Fred tenía razón. El Master. 

No dudó en poner una mano sobre el hombre de su mentor. Señal no verbal de que ella sería otra de sus escoltas. Estaría más tranquila velando por su seguridad de primera mano, que esperando en una cueva. Aquello era raro... Siempre había sido Fred el protector de aquel compendio padre-hija postizos. Se hacía raro que el papel ahora recayera en ella. 

No está mal pensado lo dice Quinn. Después te escoltamos a lo del barco - asintió a su mentor. 

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18/10/2016, 08:22
Richard Collins

Escuchó con preocupación las noticias del Señor Merkel, había más strigoi en la isla y eso no era bueno. A pesar de su reciente y rápida victoria aún estaba confundido con todo aquello y sin saber que capacidades tenían y hasta donde podrían llegar. ¿Cuantos strigois podían matar? ¿Era él capaz de matar a alguno?

-Creo que es una buena idea Señor Merkel. Yo me quedaré en la cueva, no creo que sea de utilidad luchando contra los strigoi.

Además no quería dejar solas las estatuas, sentía que su deber era protegerlas. Era una sensación extraña, seguía siendo él, Richard Collins un profesor universitario y arqueólogo de vocación, pero a la vez era alguien más, con más poder y más conocimientos. Sabía que estaban ahí en su interior junto a los recuerdos de un pasado que no había vivido pero no podía acceder a ellos. ¿Era capaz de luchar contra los strigoi? No estaba seguro, la prudencia del viejo Richard se imponía. Sopesó las palabras del Señor Quinn, secundadas por la Señorita Syria.

-Creo que no es mala idea, al menos para asegurarnos que no hay strigoi cerca de la cueva mientras os alejáis. "Ubi concordia, ibi victoria." -Sentenció serio mientras alzaba levemente su brazo derecho con el índice levantado.- Significa que si estamos unidos venceremos. -Explicó.- Estoy dispuesto a salir y luchar, aunque creo que no les seré de mucha utilidad. Cuando nos aseguremos que no hay enemigos cerca vigilaré la entrada de la cueva hasta que regreséis con el barco. Señorita Perez ¿Tiene usted fuerzas para moverse? Quizás sea mejor que usted se quede en el interior de la cueva vigilando las estatuas.

La muchacha parecía la más afectada por todo aquello y quizás no era buena idea exigirle más esfuerzos.

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18/10/2016, 10:27
Heikki Mäkelä

Heikki no respondió, se sintió aliviado porque vieran lo que él decía y, ante la posibilidad de salir de caza, se fue directo hacía la salida, pero esperando al resto y con la espada presta. Llevaba demasiado sin cazar y la anticipación a ello lo hizo tamborilear los dedos sobre su muslo derecho a un ritmo enfermizo... solo esperaba, haciendo acopio de su paciencia, que no tardaran mucho en decidirse a salir a despejar la zona de esos asquerosos abortos de la no vida. 

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18/10/2016, 13:23
Danica Dvorák

Una escueta sonrisa tiraba de la comisura derecha de los labios de Danica al contemplar la estatua con otros ojos. Ahora ya estaba segura, los que faltaban estaban ahí, vivos de alguna manera, esperando como ellos también habían esperado.

Al escuchar el plan que parecía estar decidiéndose a su espalda, se giró y su rostro recuperó la seriedad. No dijo nada, ni a favor ni en contra. Simplemente se limitó a desenfundar el machete y darle una vuelta girando la muñeca. Estaba lista para salir y pelear o para quedarse y proteger a las estatuas y a la teniente. Cualquiera de las dos cosas le parecía igual de bien.

Sin embargo, antes de hacer ningún movimiento más, sus ojos rastrearon el lugar, comprobando si había alguna entrada en la que no hubiesen reparado. No le gustaba la idea de marcharse todos sin asegurarse antes de que no estuvieran dejando algún otro camino libre para quien quisiera entrar.

- Tiradas (1)
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20/10/2016, 16:39
Damon Gates

Si había que llevarse a las estatuas, había que hacerlo bien. Ese era el mínimo exigible.

–Yo también saldré. Proteger la cueva no debería ser trabajo para más de uno o dos de nosotros. Sobre todo si los que salen hacen una buena limpieza. Empecemos por eso: salir, observar y destruir a todos los gusanos posibles.

Cogió el pertrecho que le correspondía. Con su nueva condición podía permitirse llevar más peso y aliviar el trabajo de gente como Merkel o la teniente. Ellos todavía tenían que respirar, suficiente tenían con eso. Caminó hasta entrar en el agua.

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09/11/2016, 15:07
Director

Dentro de la cueva quedó lo indispensable, seguramente fuera todo estaría más feo. Que hubieran pasado tantos strigoi a ese lado quería decir que al otro podía haber muchos más. Os sorprendisteis al pasar de vuelta y salir por el paso submarino. No solo no necesitabais respirar, sino que no sentíais el agua fría tampoco. Era extraño y maravilloso al mismo tiempo. Pensar en suspenderse en aquella oscuridad húmeda y silenciosa.

Fred, por el contrario, seguía siendo humano y no pensaba lo mismo. Se dio prisa por salir del agua en cuanto pudo, para encontraos con más de una docena de strigois frente a vosotros. Si había tantos, era seguro que el barco para traerlos era de una envergadura importante. Justo lo que necesitabais.

Merkel aguardó en la retaguardia, pero sacó un cuchillo para defenderse en caso de ser necesario. Él no era una cobarde, pero había visto de primera mano vuestros nuevos poderes y sabía que erais muy superiores a cualquier cosa que pudierais hacer.

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09/11/2016, 15:09
Director

Danica, el profesor y la teniente se habían quedado dentro de la cueva. La última por razones obvias, el shock y el haberse encontrado al borde de la muerte dos veces en menos de veinticuatro horas no ayudaban a que tuviera la mente clara. Fuera debían correr y conseguir el barco y dentro, bueno, tenían un cuello de botella por donde no podrían pasar muchos de ellos a la vez, si es que conseguían acceder a la cueva subterránea. Ni siquiera contestó a las palabras de Richard, sino que se hizo un ovillo tratando de asimilar todo lo vivido hasta ahora.

Indiferentemente de la situación de la humana, Danica había descubierto que dentro de aquellas estatuas había vida. O no-vida. Pero estaban sus hermanos. Comprobó con un rápido vistazo que no había más oberturas para acceder a la cueva, ninguna natural. La bóveda en la que se encontraban habría sido escavada hace años para guardar a aquellos padres.

¿Sería Danica la única que sentía algo así? ¿El resto sentirían también a sus hermanos? Puede que una opción fuera que otros humanos desfilaran delante de las estatuas, para ver si también eran elegidos, ¿no? Lo que estaba claro es que aquel poder no podía caer en manos del máster.

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09/11/2016, 18:42
Richard Collins

El profesor despidió a sus compañeros deseándoles buena suerte y que volvieran todos intactos tras cumplir su cometido.

-No se preocupen, todo saldrá bien.
-Intentó tranquilizarlas y así romper el silencio que había en la cueva.- No se preocupe Señorita Perez, nosotros guardaremos la entrada, usted puede descansar, ya ha hecho bastante esfuerzo por hoy.

Miró hacia el agua por donde estaba la única entrada de la cueva, ahora sus amigos estarían dando cuenta de cualquier strigoi que estuviera cerca, si es que había alguno, así que tendrían aún tiempo, el profesor calculaba que sería cuando ellos se alejaran a por el barco el momento más delicado para recibir un ataque. Se acercó de nuevo a las estatuas.

-Son realmente hermosas. ¿No es verdad? -Comentó con Danica, aunque se giró hacia la soldado.- ¿Las ha visto de cerca? Yo nunca me había encontrado con nada igual, era un arte que se escapaba a mis conocimientos, claro que ahora comprendo el porqué. A veces tenemos delante la solución de nuestros misterios y no somos capaces de verlos, es irónico, ¿No creen?

Paseó alrededor de las estatuas mientras las observaba y rozaba con las yemas de sus dedos disfrutando del suave tacto y de cada detalle que había quedado plasmado en la piedra.

-Señorita Danica, ¿Usted puede ver a la gente en colores? No se como pero yo puedo hacerlo, no se para que sirve pero es algo hermoso. Quizás debamos estudiar más profundamente el mundo de los vampiros para saber de que puede tratarse. Aunque si les soy sincero hay algo que me incomoda un poco, van a reírse de mi, se que es una estupidez, pero me siento como desnudo sin mis gafas. Ahora veo perfectamente y quien lo iba a decir, las echo de menos. Una tontería ¿Verdad?

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10/11/2016, 19:55
Tobías Quinn

Íbamos a dejar a Danica con Richard. Esperábamos encontrarles al volver... pero no apostaría por ello si el doctor volvía loco a Danica con su charla. Ya no éramos como antes, ya no estábamos sujetos a las mismas leyes o impulsos.

Al salir era como estar en otro mundo, el agua no nos molestaba, ni el frío... no teníamos que respirar. 

Pero allí estaban los Strigoi. Decidí intentar algo, decidí intentar probar mis poderes para que mis compañeros atacaran por sorpresa.

Me adelanté y los fasciné, sin armas, sólo con mi voz y mi mirada —Pequeños... venid conmigo... sólo yo puedo ayudaros...

Me moví hacia un lado, de forma que estuvieran fascinados conmigo y con mi voz, de forma que Merkel y el resto ya de mis hermanos vampiros pudieran avanzar y matarlos sin que estuvieran mirando. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Cuatro éxitos son veinte personas :))))

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11/11/2016, 13:17
Danica Dvorák

—Sí que lo son —respondió Danica en voz baja, todavía contemplando el rostro de Veddartha después de su análisis de la situación.

Dio un paso hacia atrás al tiempo que el machete daba una vuelta entera en su mano y sus ojos se apartaron de la estatua para contemplar a la teniente con una mirada algo desdeñosa. Tan fuerte le había parecido al conocerla como débil había resultado ser. No sólo por su fragilidad humana, sino por su debilidad de espíritu. Danica frunció el ceño con hosquedad y apartó los ojos del ovillo que era Elena. Le faltaba entereza, tal vez por eso ninguno de sus hermanos la había elegido como recipiente.

En el tiempo que duró esa mirada la cháchara del profesor resonaba en sus oídos como un sonido que aislaba e ignoraba pero que había terminado por considerar inconscientemente señal de que las cosas estaban tranquilas. Sin embargo, cuando Collins pronunció su nombre, empezó a escucharlo de nuevo sin mirarlo, con los ojos en el borde del agua por el que habían marchado los demás.

—¿A la gente? —preguntó, echando un rápido vistazo al hombre—. He visto cómo un hermoso azul claro rodeaba a Veddartha de forma muy tenue. Están vivos, Collins. Están ahí dentro, dormidos, como lo estábamos nosotros.

A lo de las gafas no le respondió nada más que un pequeño bufido entre dientes. ¿Quién podía extrañar unas gafas, estorbo y potencial causa de pérdidas, roturas...?

—Bueno, lo de estudiar es lo tuyo, ¿no es así? Si conseguimos llegar junto a Setrakian seguro que te dejarán meter la nariz en un montón de libros.

Sin embargo, la idea de ver algo en la gente la había dejado intrigada, así que sin decir nada, posó su mirada en la teniente y trató de ver más allá de lo que veía, como había hecho con la estatua.

- Tiradas (1)
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11/11/2016, 16:07
Richard Collins

Dejó que Danica hablara y se interesó por una estatua en particular a la que la chica parecía prestarle mayor atención.

-¿Veddartha? ¿Así se llama? No reconozco a ninguna, aunque todas me resultan familiares. Tengo recuerdos vagos, entremezclados con los míos propios, aunque ya no sabría decirle cuales son míos y cuales no, supongo que todos. -Se fijó en las estatuas y asintió.- Sí, estan vivas, solo tenemos que averiguar la manera de despertarlas y espero como usted dice que lleguemos a un lugar seguro para poder estudiar lo suficiente poder hacerlo, es algo importante, creo que todas las estatuas deberán volver a la vida.

No podía explicar aún muchas cosas, como por ejemplo porqué se habían despertado algunas y otras no o porqué no habían "poseído" a todos los de dentro de la cueva. La única teoría que le rondaba por la mente era que cada una de ellas buscara un espíritu afín, aunque no estaba seguro, por eso necesitaban investigar, ahora al menos ya sabían lo que buscaban y sería fácil enfocar la búsqueda.

-Sí, es como si a cada uno de ustedes les rodeara una especie de áurea de distinto color, pero sin embargo no distingo nada en la estatuas, quizás eso que distingue sea alguna de sus nuevas capacidades. Supongo que con algo de estudio y experiencia podremos ir descubriendo para que sirven.

La señorita Danica pareció fijarse en la Teniente Perez, acurrucada en el suelo sin decir nada, parecía sobrepasada por todo lo sucedido y a Richard le daba pena. Pensó en algunos de sus alumnos abatidos por las circunstancias personales o por las malas calificaciones e insistió en animarla. Quizás una buena historia hiciera que su mente se despejara un poco.

-¿Conocen la historia de Hodrum? En verdad es todo un misterio y se mezclan en ella elementos tan fantásticos que los expertos no se ponen de acuerdo si el personaje en cuestión existió en realidad o es producto de la tradición. Hodrum era un mago, en realidad tenía el aspecto de un mago típico. ¿Recuerdan a Gandalf del Señor de los Anillos? -Seguramente aquella referencia podría sonarles de algo a las chicas, quizás no por los libros, pero hacía años que habían hecho unas películas y quizás las habían visto.- Era parecido, pero también muy diferente. Hodrum era un hombre anciano de aspecto, aunque se decía que con el paso de los años nunca envejecía, pero a diferencia de otros magos este era bastante alegre, estaba lejos del cliché de mago serio o aburrido. Solo había que fijarse en su ropa. Imagínense una túnica azul celeste, con un gorro en punta a juego y todo ello salpicado de estrellas y lunas amarillas. Seguramente encajaría bien en algún cuento infantil ¿No les parece? El caso es que le encantaba gastar bromas a la gente y como era mago se ayudaba de sus encantamientos y hechizos. Un día transformó a una ciudad entera en copias de si mismo. ¿Se imaginan? Como comprenderán pronto todo fue un caos, la gente no entendía que pasaba y la broma acabó al final en pánico. Tanto es así que el bueno de Hodrum tuvo que salir huyendo, cosa que no le resultó difícil porque todos eran iguales y nadie podía distinguir al verdadero. Luego, por supuesto, se pasó el efecto del hechizo y todo volvió a la normalidad y el mago no volvió a aparecer por allí. ¿Que eso sucedió realmente? Pues no lo se, se me hace difícil imaginarlo, pero hay otras cosas que tampoco comprendemos y sucenden. ¿No es cierto?

Notas de juego

Feliz día de Hodrum!!

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12/11/2016, 19:34
Heikki Mäkelä

Heikki se mantuvo cerca de Tobías, el cual parecía tener más madera de líder que los demás. Iba totalmente predispuesto a abalanzarse sobre los strigoi, espada empuñada, lista para cercenar miembros y derramar su infecta sangre, pero la acción de Tobías lo hizo pararse en seco, esperando cual sería la reacción de aquellos despreciables infraseres. 

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14/11/2016, 20:02
Damon Gates

Como temían, afuera había gusanos. Había que encargarse de ellos. Para eso habían salido, para preparar el terreno para poder escapar con las tumbas.

Quinn hizo una de aquellas maravillas y pareció hipnotizar a los strigoi. Damon observó, satisfecho, y rodeó lentamente al grupo, intentando ponerse a la espalda de los strigoi. Tenía curiosidad por ver hasta qué punto estaban obnubilados antes de empezar la matanza.

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15/11/2016, 20:43
Danica Dvorák

Danica apartó la mirada del agua para mirar a Collins por un momento y asintió con sus primeras palabras. Lo que el profesor describía era más o menos lo mismo que le pasaba a ella. Aunque sí recordaba el nombre de aquel rostro que parecía esculpido en la estatua. Asintió de nuevo. Veddartha. Y asintió por tercera vez cuando Collins afirmó que debían volver todos. Eso era lo que Danica quería y esperaba. Lo que iban a luchar por conseguir.

—Yo he visto esa especie de aura, pero en la estatua. En ella —dijo, señalando a la teniente con la barbilla— no veo nada.

Y entonces Collins empezó a hablar y hablar y hablar una vez más. Y Danica se abstrajo de esa extraña historia de magos y anillos y cosas de las que ella no había oído hablar nunca. Mientras él contaba su historia, ella devolvió su mirada al agua y se mantuvo preparada, dispuesta para saltar sobre cualquiera que intentase invadir aquel lugar seguro.

Sin embargo, a pesar de que su atención y sus ojos seguían en el agua, su mente se evadió y no pudo evitar pensar en Jarek. Era extraño sentir ahora que las estatuas contenían a sus hermanos, cuando él había sido siempre su hermano. Lo echaba de menos con todo lo que estaba sucediendo pero, al mismo tiempo, temía encontrarlo. Temía lo que él podría pensar, temía su rechazo. Y recordaba a cada momento lo que él había hecho con sus padres cuando fueron infectados. ¿Querría hacerle lo mismo a ella? Tal vez podría fingir que seguía como siempre, que nada había cambiado en ella. Las marcas que podían haber quedado en su rostro, la palidez, todo eso... Tal vez podía disimularlo de algún modo.

Cuando el profesor terminó su absurdo cuento para niños con esa pregunta, le dedicó una mirada y se encogió de hombros como respuesta, porque no había escuchado ni la mitad. Danica lo miró con cierto asombro. Se preguntaba si a Collins nunca se le secaría la boca de tanto hablar. Era increíble, parecía sencillamente incansable.

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18/11/2016, 09:23
Elena Pérez

La cara de la teniente era un poema mientras escuchaba a Richard. Pese a que ahora era un ser inmortal y al mismo tiempo muerto, no paraba de hablar como antes. No se callaba y lo peor es que ahora no necesitaba hacer pausas para respirar, cosas de las que el profesor no se daba cuenta. Para Pérez oírle hablar tan de seguido era ya de por sí antinatural, pero es que las historias que contaba eran para causar dolor de cabeza.

¿De qué colores hablaba? ¿Quién era ese Hodrum? Todo era muy extraño. Dejó de mirarle a él y sus ojos pasaron a Danica, que ahora tenía un aspecto más intimidatorio si cabía. Antes era como mirar a una mujer salvaje, ahora era como asomarse a un abismo y mirar a los ojos de la misma muerte. Todos tenían ese aire perturbador, aunque parecieran los mismos. Eso y los colmillos. Ella había estado consciente durante aquella sed de sangre con la que habían despertado, ya no eran humanos, eran Bestias disfrazadas de ellos.

-¿Cómo se siente...?- murmuró a Danica, casi temía que el profesor escuchara la pregunta y le diera un análisis de su estado físico, mental y emocional.

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18/11/2016, 19:29
Dutch Velders

De una forma difícil de explicar, todos los strigoi levantaron la cabeza ante las palabras de Tobías. Sus ojos no podían fijarse más que en él y sus gargantas hacían unos gorjeos que ninguno había oído antes. Es como si estuvieran hipnotizados por quien les hablaba, como si no pudieran desobedecer su voluntad. Como si Tobías fuera el mismo Máster susurrándoles al oído.

Todos se apartaron al instante, mansos y sin motivos aparentes de atacaros ahora. 

-Hostia puta, eso ha sido bueno- comentó Dutch, mirando con cierta fascinación a Tobías. -Así podemos tomar el barco sin más, ¿no?- miró a ver qué opinaban el resto, pero no tardó en continuar el camino hasta el muelle. Al fin y al cabo no estaba lejos.

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18/11/2016, 20:30
Syria Keogh

Syria se mantuvo anexa a su mentor todo el camino. Syria o lo que fuera ahora, que permanecía fiel a lo que es para ella aun una figura de autoridad y afecto. Sabía que a él le costaría, tanto como le había costado a ella atravesar el paso de agua submarino, por eso se quedó a su lado, para poder ayudarle en el momento en que lo necesitara.

Lo que se encuentran al otro lado era algo esperado, por lo que la rubia se pone en guardia, dispuesta a hacer lo que sea necesario. A aplicar sobre aquellos gusanos los dones que se descubría. Sin embargo, Tobias hace un gran favor a todos y parece hiptonizar a las bestias de forma espectacular, facilitando el camino al resto.

No obstante, no era momento para admiraciones. Cogió a su mentor del brazo y tiró de él siguiendo a la rubia, que sin demorar más se dirigió hacia el muelle, tras tener el camino libre.