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El reinado de los Strigoi: Capítulo I

Capítulo 1: Lesbos

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14/03/2016, 15:03
Richard Collins

Richard se dio media vuelta y buscó a Danica por la estancia, cuando la localizó entre las penumbras mirando algo sonrió y se acercó a ella interesándose por aquellos escudos que parecía haber encontrado. Ciertamente aquellos grabados parecían representar escudos heráldicos, aunque Richard no era capaz de identificar ninguno. Se ajustó las gafas de nuevo intentando que aquel simple gesto le ayudara a ver aquello desde un nuevo enfoque.

-Magnífico hallazgo Señorita Dvorák. Y creo que su suposición es correcta, probablemente cada estatua esté relacionada de alguna manera con uno de los escudos. Me inclino a pensar que estas estatuas representan algún tipo de deidades, el número doce siempre ha estado muy arraigado en su significado religioso e histórico: los doce dioses griegos, las doce tribus de Isrrael, los doce apóstoles, los doce signos del zodiaco. ¿Sabían que en la cultura judía las mujeres entraban en la vida adulta a los doce años? ¿O que en sánscrito el sol tiene doce nombres? -Podía citar muchísimas referencias a ese número pues estaba presente desde la antigüedad babilónica hasta la época moderna.- Y la paridad de seis figuras femeninas y seis masculinas también es muy interesante. Aunque los tronos también podrían representar que eran reyes o jefes importantes de ahí también las joyas y la ropa tan ornamentada.

Richard se deleitaba en cada detalle y pasaba la mano por las estatuas disfrutando del tacto y de cada detalle, hasta que escuchó a Tobías decir que no eran estatuas, entonces apartó la mano de inmediato y dio un paso atrás alejándose temeroso mientras miraba a Tobías y al resto de sus compañeros.

-¿No...? ¿No son estatuas? Señor Quinn, le ruego que no lo haga. -La idea de que podía tratarse de vampiros o algún otro tipo de criatura le dejó frío y despertarlos con un pinchazo no le parecía la mejor de las ideas, aunque todo aquello trajo a su mente algunas preguntas.- ¿Y que hacemos ahora? -En su trabajo se iban tras muchos misterios de la antigüedad, pero raramente se terminaba descubriendo alguno, aquello era inesperado para él.- ¿Señor Merkel? En el caso de que el señor Quinn tenga razón... Supongamos que son vampiros que han decidido descansar aquí... debemos ser muy cautelosos en despertarlos y luego estará el problema de que... -Era un pensamiento tan terrible que apenas se atrevía a pronunciarlo en voz alta.- Se despertarán hambrientos...

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15/03/2016, 22:44
Director

Notas de juego

Si podéis tirar 1d12 en tiradas genéricas y para el director.

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15/03/2016, 22:45
Danica Dvorák
- Tiradas (1)
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15/03/2016, 22:48
Syria Keogh
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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15/03/2016, 23:21
Heikki Mäkelä
- Tiradas (1)
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16/03/2016, 05:08
Richard Collins
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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16/03/2016, 08:26
Damon Gates
- Tiradas (1)
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16/03/2016, 18:15
Tobías Quinn
- Tiradas (1)
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24/03/2016, 12:13
Director

Era cierto que el hematólogo debía evitar hacer lo que iba a hacer, pero en cierto modo tener aquellos seres allí y no comprobar lo que eran, parecía una contrariedad. Liv le había dado el kit precisamente para eso, era algo experimental, pero reaccionaría ante cualquier contacto con sangre anómala.

La aguja atravesó la piel, con dificultad pese a lo fina que era. Perforó el músculo y una de aquellas venas que se veían al trasluz de la carne mortecina, tan pálida que hacía creer que tenían ante ellos estatuas. El resto pensaba que aquello era una mala idea, no iban desencaminados. Conforme salió la primera gota de sangre hacia el tubo de ensayo, carmesí, espesa y perezosa para llenar el tubo debido a su viscosidad, siete de las estatuas se levantaron, incluida la que había sido dañada.

Aquello era como una trampa, esas que salían en las películas egipcias antiguas. Los faraones se levantaban de sus tronos para castigar a los impuros. El sonido que hicieron al ponerse de pie al unísono, resonó por toda la caverna. Los militares sacaron sus armas asustados y apuntaron a aquellas estatuas vivientes. Hasta una bala perdida rebotó sobre uno de ellos. Pero las estatuas no pararon su avance. Cada una de ellas cogió a uno de los presentes que se encontraban dentro del círculo entre ellos y el monolito.

Fred y los tres militares quedaron fuera, por lo que ellos solo pudieron mirar impotentes qué pasaba. Las siete imponentes figuras tomaron a los siete entre sus brazos, abrieron una feroz boca y mordieron a sus víctimas. No hubo lugar a escape alguno de sus brazos, pues era como intentar mover una piedra.

Todos sintieron placer al notar como esos dientes atravesaban su piel, uno que no habrían sentido en sus vidas. El éxtasis se vio superpuesto con las imágenes, visiones y sensaciones que inundaban su cabeza. Aquellos seres eran mucho más antiguos que la edad media, databan de varios siglos antes de cristo y así es como se lo hicieron saber a los siete elegidos.

 

Aquellos seres estaban bebiendo de ellos al tiempo que nublaban su mente con el pasado que ellos habían vivido. Poco a poco notaron como perdían la fuerza de su cuerpo, dejando sujetarse por aquellos brazos férreos que les agarraban. Pronto su corazón lucho arrítmicamente para suplir la hipovolemia que estaban sufriendo sus organismos. La vida se escurría de sus cuerpos, poco a poco. Tanto que apenas notaron que perdían la inconsciencia y que todo se tornaba negro.

 

 

 

 

 

Despertaron tendidos sobre el suelo, manchados de sangre por todas partes y con parte de sus ropas rasgadas. Estaban cubiertos de polvo, casquillos de bala y solo quedaban cinco estatuas en aquel círculo macabro. Los militares eran despojos unos metros más allá, los cuerpos de los dos marines yacían sin vida. La mujer se retorcía entre dolores y quejidos, a su lado estaba Fred, haciendo presión sobre su cuello. Le susurraba unas palabras de calma, pero él no estaba mucho mejor conforme a heridas. Sin embargo, los siete no se sentían tan mal, de hecho no sentían frío, ni calor. Algo en sus cuellos les picaba y latía, unas marcas que no podían verse, pero que sentían que estaban allí.

- Tiradas (2)
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24/03/2016, 19:47
Richard Collins

Richard abrió los ojos y sintió el frío suelo de la cueva en su mejilla, estaba tirado en el suelo y las imágenes que veía estaban borrosas.

Creo que he perdido las gafas.

Con un gesto automático que había adquirido a lo largo de aquellos años se llevó la mano a la cara y para su sorpresa descubrió que las llevaba puestas.

Se me han vuelto a empañar o a ensuciar.

Se las quitó para limpiarlas y su sorpresa fue que al quitárselas veía todo bien. Se quedó un rato allí con los ojos bien abiertos observando todo a su alrededor e intentando comprender como era posible que viera sin sus gafas. Poco a poco fue dibujando la escena que tenía alrededor, el polvo sobre los cuerpos, múltiples casquillos de bala, ropas rotas y ensangrentadas. Intentó moverse y para su sorpresa lo hizo sin dificultad, ni siquiera le dolía nada ni sentía el frío de la cueva. A unos metros de él un malherido Fred intentaba salvar la vida de Perez, en otras partes había cuerpos de soldados destrozados y en los tronos... ¡Solo había cinco ocupados!

-¿Que...? ¿Que ha pasado? -Richard estaba ya en pie y dio un par de pasos hacia los heridos.- Fal... Faltan siete... -Dijo titubeando, aquello podía ser una buena explicación de lo que había pasado, habían despertado algo, pero ese algo ya no estaba allí.- ¿Se han ido? Da lo mismo, debemos ayudar a esa pobre chica. -Lamentablemente él no tenía ni idea de medicina o primeros auxilios, no creía que fuera de mucha ayuda.- ¿Donde está el Señor Quinn?

Algunos de sus compañeros todavía estaban en el suelo, tan ensangrentados y con las ropas rotas como las suyas, era difícil saber si seguían vivos o muertos.

Notas de juego

Si hay algo mal me avisáis XD.

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28/03/2016, 15:38
Syria Keogh

Syria se vio atrapada en un trampa que la sumió en el shock y la impotencia. No le dio tiempo a asimilar que aquellas estatuas (que resultaron ser lo que ella pensaba) tomaron vida y comenzaron a avanzar hacía ellos. Intentar recular era inútil y ella sintió auténtico terror, pues pensaba que le alzaban para tomar venganza por la afrenta del médico loco y sus ideas felices. 

Pronto, unos brazos pétreos la rodearon y sólo pude sentir éxtasis. Sabía algo de la mordedura vampirica, pero jamás hubiera imaginado algo algo así. Algo tan intenso. Perdió las fuerzas por aquel frenesí placentero y resistió cualquier intento de tratar de forcejear. A medida que le arrebataban la vida y su sangre manaba, vislumbró en su mente sucesos de tiempos pasados. Como si viera una película macabra, a medida que poco a poco su corazón se debilitaba y la mente se nublaba. Después, sólo oscuridad.

Despertó, sin recordar que había pasado. Contempló al arqueólogo en pie y al resto en el suelo. Mas atrás, Fred intentaba auxiliar los restos de Pérez. Syria estaba confundida. Se llevó las manos al cuello al modo de inercía, y sintió su piel fría. No fue consciente, de primeras, que no estaba respirando...Ni siquiera que ya no le latía el corazón. Se arrastró hacía donde estaba Fred a modo de auxilio, con sus ropas rasgadas.

¿Que ha pasado...? - dijo, con auténtico terror, mirádole y contemplado a la militar. También paseó la mirada por los tronos vacíos y luego sus ropas.

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29/03/2016, 12:56
Damon Gates

Despertó como si saliera de un sueño denso y pegajoso, repentinamente y como de un susto. Pataleó unos segundos como si peleara con algo o alguien y se quedó quieto, mirando a su alrededor con pasmo. Estaba cubierto de sangre y se palpó, alarmado, pero no sentía dolor ni parecía herido. Pero esa sangre había salido de alguna parte y se llevó la mano al cuello. Tardó unos segundos en concienciarse: quizá esa sangre no era suya. Y entonces se percató de que los demás estaban igualmente empapados y que ahí había habido una escabechina. Se levantó aterrorizado.

-¿Qué...? -se agolpaban las preguntas. Qué era toda esa sangre, qué había pasado, qué había pasado con esos hombres... qué coño había pasado con las estatuas que faltaban. Pero no supo acabar la frase. Solo vio los restos de una batalla y a Fred intentando salvarle la vida a la soldado.

No era estrictamente lo suyo, pero algo sabía de medicina. Intentó reaccionar y sobreponerse al terror, y acercarse a ayudar a Fred. Las explicaciones ya vendrían luego, ahora se iba una vida.

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29/03/2016, 20:41
Danica Dvorák

Sonidos lejanos trataban de penetrar en la consciencia de Danica. Atravesaban ese líquido denso y espeso como la melaza en el que parecía haberse convertido su cerebro. Podía escuchar voces, movimientos. Todo tras sus párpados cerrados era granate, de un tono profundo y suave, como el terciopelo. Podía escuchar todos esos sonidos, pero había algo que faltaba, aunque Danica, todavía en ese estado de semiinconsciencia no era capaz de saber qué era.

Notaba el tacto frío de la piedra bajo su rostro. Pero ella no tenía frío, ni calor. Sentía sus extremidades desmadejadas y la mano que debería empuñar el machete, vacía. Una sensación de peligro revoloteaba por el fondo de su cráneo, esquiva pero presente, como queriendo susurrarle al oído qué era lo que faltaba.

Un olor ferroso y salado invadía sus fosas nasales, penetrando invasivo hasta su mente, espoleando algo en su interior, una especie de ronroneo satisfecho. Y, sin embargo, había tanto silencio en su cabeza que creyó que incluso podría escuchar su corazón... Fue con ese pensamiento que la chica se hizo consciente de qué era esa carencia que la incomodaba y tal vez había sido la responsable de que despertase.

Tomó aire en una gran bocanada al incorporarse hasta quedar sentada en el suelo y en ese mismo instante se dio cuenta de que sus pulmones no necesitaban ese aire. Flashes de lo sucedido se sucedieron en sus retinas a toda velocidad. El señor Quinn y sus agujas, las estatuas que no eran tales, moviéndose, la sangre, sangre por todas partes, y el pasado, un pasado ajeno que se proyectaba directo en su mente.

Danica notó cómo le temblaba la mano y sus dedos palparon el suelo, buscando su espada corta como si al empuñarla todo tuviese que volver a la normalidad por la fuerza. Como si fuese una especie de talismán capaz de obligar al mundo a situarse en su lugar. O como si con ese gesto pudiese volver al pasado, recuperar el momento en que lo tuvo en su mano por última vez.

Las pupilas de la joven se dilataron cuando sus ojos recorrieron el lugar y las imágenes de muerte fueron impactando en su cerebro. Todo era sangre. Todo era muerte. La chica se levantó, medio agazapada, manteniéndose cerca del suelo en una posición defensiva que más podía recordar a la de un animal o un salvaje que a la que tomaría alguien perteneciente a cualquier lugar civilizado.

Localizó el machete, caído cerca del lugar donde se encontraba cuando aquella estatua la había alcanzado, demasiado veloz como para poder defenderse de ella, y se movió hacia él, todavía con esa misma postura, mirando en todas direcciones alerta, respingando ante cualquier pequeño sonido. Cuando lo tuvo en la mano... nada cambió. Todo seguía siendo rojo. Todo seguía siendo muerte. Y su boca seguía sabiendo a sangre.

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30/03/2016, 14:35
Tobías Quinn

Tobías había hecho lo que esperaba. Una jeringuilla hipodérmica no sacaba a nadie de su sueño, por eso se había lanzado. Quería tener información, y no esperaba lo más mínimo lo que iba a suceder. 

Se quedó paralizado cuando se levantaron como un resorte, todas de pié. Eran majestuosos, magníficos. Contra los Strigoi se podía mover, podía intentar luchar, aquí sólo quería mirarlos y adorarlos. 

Y el placer, el placer que sintió cuando le mordieron, cuando bebieron su sangre. Fue inenarrable, fue todo lo esperado y más. Los strigoi eran una enfermedad, ¿aquello era una bendición? Una que venía con información, venida directamente a su cabeza. 

—Estoy aquí, Collins —respondió al historiador, dispuesto a acudir a hacer lo posible por sus compañeros.  

Por alguna razón, se encontraba mejor que nunca. 

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30/03/2016, 15:59
Heikki Mäkelä

Aquello no tenía sentido. Para Heikki le pareció que vivía en primera persona una de esas historias de miedo que su padre le contaba bajo las estrellas al abrigo de una modesta hoguera donde se calentaban sus fríos cuerpos. No sabía como reaccionar, nunca se había preparado para lo que ocurrió y, sencillamente, se quedó paralizado. 

Cuando se despertó, apretó los dedos contra el suelo sintiendo el metal de los casquillos que tintinearon unos con otros al moverlos sin desearlo. Se incorporó con trabajo sin ser consciente de que no percibía la temperatura del lugar, no, lo que atrajo toda su atención fue la sensación pulsatil en el cuello donde llevó una de sus manos.

Tenía el ceño fruncido, no comprendía que había pasado. Se levantó con lentitud y observó como la mujer rubia de cuyo nombre no se acordaba, se debatía, en apariencia, entre la vida y la muerte. No supo que decir, algunos preguntaron al aire pero Heikki no entendía nada; la única mujer que merecía la pena de ese grupo estaba algo agitada y había recogido su machete. Él quedó mirando las estatuas y no le fue difícil darse cuenta de que faltaban dos...

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31/03/2016, 23:29
Fred Merkel

-¡No os acerquéis!- gritó Fred desde su posición. Su voz denotaba nerviosismo por la situación, pero también miedo. Ninguno tenía memorias de lo ocurrido, pero él debía haberlo visto todo. ¿Dónde estaban las estatuas? ¿Habían hecho ellas todo aquello? Esa sería la respuesta evidente si se examinaba el resultado. Pero cada uno de los presentes se sentía distinto, sabía que en su interior algo había cambiado. 

Algo en el cuello les molestaba, como una picadura de mosquito reciente. Por lo demás se sentían como nunca en la vida, mucho más poderosos. 

-Ni se os ocurra acercaros a menos de dos metros- recogió su cuchillo, que estaba tirado en el suelo, no muy lejos de él ,y lo interpuso entre él y el grupo. Ellos eran la amenaza, cómo era posible. -¿No recordáis nada? No os creo.

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03/04/2016, 15:07
Syria Keogh

Syria sintió pavor. El hecho de saber que algo había pasado, porque sí, algo había pasado, pero no recordar el qué...La sumía en un estado alterado y frustrado. Veía a su propio mentor interponer el filo de un acero entre él y ella...No sabía que coño hacer, estaba angustiada. Pero a la vez se sentía físicamente como nunca. Se llevó una mano al cuello, palpando, e intentó busca respuestas en aquel hombre que tenia como un padre, pero que ahora le amenazaba.

Fred, Fred...¿qué ha pasado? - pregunta de nuevo con nerviosismo y un nudo en la garganta- ¿qué coño nos ha pasado? ¿dónde han ido esos seres...? - había una súplica en su mirada, mientras se mantenía una distancia prudencial de Fred y alzaba levemente la manos, por inercia, en señal de "paz". No les creía, decia. - En en serio ¿!qué coño ha pasado!?

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03/04/2016, 16:02
Richard Collins

Seguía sin comprender muy bien lo que había pasado y no parecía que a sus compañeros estuvieran mejor, en el mejor de los casos todos estaban algo aturdidos tras lo que fuera que pasara, aunque a parte de los soldados muertos, Perez y Fred el resto parecía en buen estado. Cuando Tobías reportó donde estaba y se levantó el profesor le señaló a los heridos.

-Haga algo, parece que está muy grave.

Por el resto no se podía hacer nada, o eso le parecía, pero a la chica todavía le quedaba una posibilidad de sobrevivir a aquello, aunque él no era médico. Se sorprendió cuando Fred les gritó que no se acercaran. ¿Acaso no quería que ayudaran a la soldado? Richard no comprendía nada y seguía sintiendo aquella extraña sensación que no era capaz de catalogar pues nunca había sentido nada parecido. Se llevó la mano al cuello y se acarició una zona que no paraba de molestarle desde que se había levantado, aunque supuso que la picadura de algún mosquito o insecto ahora mismo no era la mayor de sus preocupaciones. Instintivamente dio un paso hacia atrás cuando el soldado agarró el cuchillo y comenzó a amenazarlos con el. Richard buscó la mirada del resto esperando que alguien pudiera explicarle lo que estaba pasando, pero todos parecían igual de sorprendidos.

Está en estado de shock por lo que fuera que haya pasado, será mejor que intentemos tranquilizarlo.

Miró los asientos vacios, algo que no paraba de inquietarle, tanto como la sensación que tenía o la reacción de Fred. El profesor elaboró una rápida teoría de lo que allí había pasado.

-Creo que se lo que pasó. De alguna manera hemos despertado algo, quizás vampiros, la verdad es que no pude ver nada. Nos atacaron, algunos hemos conseguido salir casi indemnes, otros... es una desgracia, una desgracia. -Como profesor de historia sabía que en cualquier conflicto siempre había la posibilidad de bajas, pero una cosa era eso y otra verlo allí mismo en persona. En cualquier caso se sorprendió de la entereza que estaba teniendo ante aquella visión tan macabra, quizás por la preocupación que tenía de donde estaban los dueños de los asientos.- Parece que se han ido, al menos de momento. Vamos a calmarnos. Señor Merkel, debe dejar al señor Quinn que atienda a la señorita Perez, él es médico y sabrá que hacer. Estamos en el mismo bando ¿Recuerda? Después pensaremos que hacer. ¿Usted...? ¿Usted pudo ver a las criaturas que nos atacaron?

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04/04/2016, 15:47
Tobías Quinn

Tobías se acercó a Fred. Hacía cinco minutos, una vida entera, el poderoso hombre con un cuchillo le daría un miedo terrible. Ahora no le daba el más mínimo. Se sentía poderoso, se sentía "el puto amo" si podía llamarlo así. 

A pesar de ello, se acercó de forma amable, pero sin cesar. Después de asentir a Richard miró a Fred mientras se acercaba a la mujer.

Richard tiene razón, no que que hostias ha pasado, pero no creo que ese cuchillo vaya a detenernos ahora... —avancé— quizá seamos vampiros o demonios o lo que sea, pero aparte de sentirme muy bien, quiero ayudar a la chica y tengo un equipo médico en la mochila. Por alguna razón siento que ese cuchillo no valdrá de nada, vamos a calmarnos y a tratar de buscar lógica a lo que acaba de pasar, mientras trato de que no muera más gente. 

—Mientras la sano, dinos que ha pasado, Fred, por favor. Yo tampoco recuerdo nada más que un dolor en el cuello y todo tipo de imágenes sobre ciudades antiguas y cosas así, como recuerdos nuevos. Tardaría un montón en revivirlos y ponerlos en orden, pero parecen grabados a fuego... y no es el momento, es el momento de intentar salvar a esa mujer. 

Notas de juego

¿Puedo tirar... nose carisma + empatía para convencerle? Así pifiaré y le matamos y todo felicidad...

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05/04/2016, 15:20
Heikki Mäkelä

Mientras los demás trataban de razonar con el nervioso Fred y su amigo el cuchillo, Heikki aprovechó la situación para comenzar a hostigar a Fred. Andaba con cautela, guardando las distancias pero dispuesto a saltar sobre él al más mínimo movimiento peligroso por su parte. El norteño no hablaba, pero si escuchaba y esta muy muy atento a todo a su al rededor. Olisqueó el aire como acostumbraba a hacer en los bosques que moraba pero quedó en eso, el olor a agua de mar anegaba sus fosas nasales.

Lo que dijo Tobias era realmente cierto, se sentía bien, excepcionalmente bien, pero entonces se dio cuenta de algo... no sentía ni frío ni calor; aquello lo sorprendió pero por ahora tenían una situación tensa que sortear.