Partida Rol por web

Peter se encuentra luchando cuando oye la voz del teniente....no te metas niño....ahora no....mientras los pensamientos de Peter impiden que pueda dar una estocada limpia a la bestia que se zafa del ataque por su falta de concentracion...Poneos a salvo, nosotros 3 os seguiremos...

La reacción en la Manada en cuanto el Prisionero desaparece es inmediata.

El líder lanza un rápido y grave rugido, y al instante, varios de los lobos-troll de lo alto del barranco desaparecen de vuestra vista.

El resto, cinco de ellos en total, comienzan a descender el barranco, siguiendo el camino trazado por el monstruo al que ahora os enfrentáis…

Ni la flecha clavada en plena la boca ni la caída desde ocho metros parecen hacer mella en el lobo-troll, que ruge de rabia demostrando que aún tiene pensado darnos algo de guerra.

El frío y el cansancio hacen que mis músculos se nieguen a responder tan bien como de costumbre, haciendo mis movimientos más lentos y menos poderosos. Pese a ello, sin dejar tiempo a la criatura para reaccionar, aún soy capaz de descargar un potente golpe con el espadón contra sus cuartos traseros, para después continuar acosándola sin descanso.

Las ordenes del teniente Derlan resuenan claras en el fondo del barranco, pero tanto Petrer como Orlant ya se encuentran inmersos en un peligroso combate cuerpo a cuerpo con el monstruo. No es tan sencillo detener una lucha una vez que ha comenzado, sobre todo con una bestia que nada sabe del honor ni de las reglas de la guerra.

Orlant es un combatiente veterano, y Petrer también parece serlo, a juzgar por la manera en la que se maneja con la espada. Y ambos no dejan de acosar al lobo-troll, atacando desde distintos lados, sabiendo que si retroceden, si le dejan siquiera un resquicio, se lanzará contra ellos.

El golpe de espadón del sargento abre un tajo rojo en los cuartos traseros de su enemigo, del que surge abundante sangre oscura. Como reacción, el monstruo le lanza una dentellada feroz, pero Orlant es perro viejo, y ya esperándola, retrocede lo suficiente como para evitar los peligrosos colmillos.

Los caballeros saben que tienen ventaja, pero miran por el rabillo del ojo los otros lobos-troll que comienzan a descender por la pared del barranco.

Las tornas se cambiarán en cuanto lleguen abajo...

Estaba seguro de haberle dado un buen golpe, si hasta había visto clavarse profundamente la flecha en sus fauces.

Y aun así.

La bestia lejos de estar vencida, se debatía ahora con furia bajo el ataque combinado del viejo y el cocinero.

Ataque.

Esta era una manera amable de llamar a lo que fuera que Orlant y …. Zeleter, Veter o como diablos se llamase hacían ahora.

Me daba ganas de gritarles “Idiotas, deben darle con la parte filosa del arma ya dejen de jugar”, pero no había tiempo para ello.

Mas lobostroll se unían a su compañero y pronto las cosas serian aun mas difíciles si seguíamos allí.

Ignorando el llamado del idiota de Derlan y los gritos del prisionero que empujado por el teniente caía hacia un incierto destino, cerré nuevamente uno de mis ojos y elevando una silenciosa plegaria a los dioses Salvajes.

Lance otra flecha hacia la bestia.

…

Y nuevamente acerté.

La piel del monstruo es gruesa y el proyectil del explorador apenas penetra en su lomo, donde queda clavada firmemente, pero aun así parece no afectar a la bestia que quizás por el dolor de otras heridas, por la adrenalina o por la sed de sangre no le hace el menor caso.

Sertois reniega de nuevo. Está claro que no basta con acertar, para acabar con estos seres tendrá que afinar la puntería…

Derlan se adelantó a donde estaba el hábil arquero. Mas les valía obedecer la orden antes de que le prisionero se escapara, de nada valía el orgullo si perecían a manos de esa monstruosidad y el prisionero no llegaba a su destino.

-Rápido Sertois, bajad tras el prisionero y aseguraos que no escapa. ¡Iremos detrás vuestro!-dijo mientras corría hacia la criatura para dar algo de margen a sus hombres para que pudiesen abandonar la lucha.

-¡Retirada!¡Es una orden!

No entendía porqué pero el teniente Derlan tenía ganas de hacerse el heroe en lugar de hacer lo más lógico y continuar con la misión mientras nosotros nos sacrificabamos.

Además le estaba dando unos segundos demasiado preciosos al prisionero, unos segundos que esperaba no tener que lamentar luego.

El frío ralentizaba mis movimientos, convirtiéndolos en lentos, tan lentos que hasta un anciano habría reaccionado antes que yo.

Si ninguno de los otros tres que actuan antes se lanza tobogán abajo lo haré yo mismo. El prisionero no debe escapar.

Derlan se lanzó contra la criatura dando un tajo vertical con su espada, intentando dirigir el corte contra el rostro de la bestia.

-¡Ahora, retroceded!-dijo mientras descargaba su arma contra el lobo-troll.

Peter estaba cansado y mojado y para colmo ese joven teniente hacia lo que no debia...tenia que estar dando cobertura al prisionero, el sargento y yo, nos valiamos para acabar con esa criatura y poner pies en polvorosa....pero en vez de eso, ahi estaba.... aun asi esta vez, Peter se concentro en atacar de un modo certero y contundente a la maldita bestia que no daba tregua.