Partida Rol por web

¡Y ahí venía! ¡Sabía que no debían tocarlo y mucho menos destrozarlo! Pero no... ¡Brooke tenía que hacer el bruto! 

Colocando los brazos en cruz ante su cara y cerrando los ojos, bloqueando el ataque venía directamente hacia él. No quería esquivar porque eso le alejaría más de Brooke. ¡Y debía llegar hasta ella! 

- ¡Brooke!- estaba muy cerca del cristal. ¡Fijo que le daba de lleno!- ¡BROOKE!

Solo podía pensar en Brooke mientras su musculoso y enorme cuerpo paraba aquella fuente de energía. Si tan solo hubiera estado más cerca de ella... 

Te habría protegido.

Ella, al contrario que todos, podía ver su puño dirigiéndose hacia el cristal. De hecho, sentía como si lo que se hubiera ralentizado fuera todo su entorno en lugar de lo contrario. Podía verlo, escuchar el grito de Nate e incluso podía permitirse el pensamiento de que aquella no era la mejor solución. Pero había tenido la sensación de que no hacerlo hubiera sido incluso peor.

Era ya demasiado tarde para pararse a reflexionar, incluso para sopesar la opción de decidirlo entre todos; su puño ya estaba lanzado. Y desde el mismo momento que impactó contra el cristal notó la energía que aún había en su interior. Apartó la mano con la misma velocidad que la había acercado pero era lo único de su cuerpo que tenía aquella velocidad de modo que no pudo evitar recibir en primera línea aquella explosión, a pesar de que tuvo la entereza como para saltar hacia atrás, lo que posiblemente salvó a sus órganos de licuarse a causa de la explosión. Aún así, su cuerpo fue impulsado hacia atrás en pleno salto hasta dar contra la pared.

Aquello no evitó que su cara se llenara de tantos cortes que resultaba casi imposible encontrar un trozo sin sangre, aunque el único realmente alarmante estaba en la barbilla, sumado al corte en la ceja que ya tenía de antes. Seguramente el hecho de tener la piel endurecida por la píldora la salvó de que aquello fuera algo serio de verdad. Pero lo peor fue el golpe contra la pared. Fue una suerte que su cabeza no golpeara contra la misma porque sino lo más posible es que estuviera muerta. Eso sí, la espalda le dolía horrores, quizás dejando a su paso alguna vértebra fracturada, aunque podía ser que se debiera simplemente al impacto. Por lo menos sabía que no se había quedado paralítica porque notaba el dolor en todo su cuerpo y, especialmente, en el brazo izquierdo, que caía inerte a un lado de su torso tras golpearse también contra la pared. También sentía un dolor punzante en el pecho, como si tuviera alguna costilla rota o fracturada.

En realidad, si hacía un recuento de daños, podía darse por afortunada porque vista la explosión y lo cerca que ella había estado, podría haber sido mucho peor. Además, todo parecía tener cura y las cicatrices no le importaban demasiado. Quizás lo más preocupante era el sonoro pitido que ahogaba cualquier ruido externo y que esperaba que fuera sólo algo temporal.

Se quedó un momento callada, intentando decidirse a hablar mientras se palpaba las costillas con cuidado. Ah, joder...de todos modos estaba para el arrastre y cabía decir que en aquellos momentos lo único que deseaba era una cama, a poder ser la de un hospital, y un cigarro. Empezó a palparse con la mano buena, buscando el lugar en el que había dejado el paquete de cigarros pero cuando lo sacó, éstos estaban aplastados y llenos de cristales. Lo lanzó con disgusto, sin darse cuenta de que no estaba en un buen momento como para fumar.

- Y... - vale, hablar era bastante doloroso. Apretó los dientes antes de volver a articular con lentitud y esforzándose por contener el aliento -...ahora...¿cómo salimos?

Y salió volando. Había podido presenciar, aún desde la distancia, cómo Brooke había salido volando varios metros hasta estrellarse contra la pared, dejando grietas en ella y todo. Nate se quedó momentáneamente sin respiración. Había recibido aquel estallido a escasos centímetros y desde luego la sacudida había sido muy violenta. Por ello, asustado y preocupado, con alguna que otra herida sin importancia, corrió hasta su amiga, agachándose a su lado.

- ¡Brooke! ¡Oh, por favor, Brooke!

Tenía un aspecto terrible. La cara estaba ensangretada y su cuerpo molido. Uno de sus brazos parecía haberse salido de su sitio, pero respiraba, estaba viva e incluso consciente. Nate no pudo más que sonreír con alivio al comprobar lo dura que era.

- Uf. Sí que eres dura, tía.- le dijo. Buscó con la mirada su mochila. Ahí tenía botiquines de primeros auxilios.- No te muevas. Te... te curaré cuanto pueda y te sacaré de aquí.*

Su tono no instaba a réplica alguna. Y de todas maneras, no podría moverse en exceso por mucho que quisiera.

En su mochila, Nate tenía algunos desinfectantes, esparadrapos y vendas, por lo que podría realizarle unos primeros auxilios que evitaría que las heridas de Brooke se infectasen, podría usar las vendas para improvisar un entablillamiento con los escombros del lugar en su brazo izquierdo y podría tapar el resto de las heridas.

Por otro lado, Eli se incorporó mientras tosía algo de sangre. Había perdido la visión en su ojo izquierdo y le dolía todo el cuerpo. Arrastrándose como pudo, se acercó a Lee y a Michael y pudo ver que aunque Michael a pesar de las heridas estaba consciente, Lee estaba inconsciente y su pulso estaba muy bajo.

- Ayúdame - le dijo a Michael, como si fuese una orden, y entre ambos colocaron boca arriba y ligeramente incorporado a Lee. Quizá su relación con casi cualquiera del lugar había sido casi nula pero, tenían que ayudarse entre ellos por lo que buscó en su bolsillo y sacó cinco píldoras, metiéndole la primera en la boca a Lee. Michael se sorprendió pues Lee casi se atragante pero, tras toser dolorosamente y tragarse a duras penas la píldora, lentamente su respiración comenzó a estabilizarse y sus heridas se fueron cerrando poco a poco.

Tras asegurar el estado de Lee, se metió él una en la boca y ofreció sin decir nada otra a Michael, que aceptó sin dudarlo. Fue entonces cuando se incorporó al sentir más aliviado sus dolores, se acercó a Brooke y Nataly y les ofreció las dos que le quedaban en la mano.

- Tengo alguna más a parte de esta, pero necesitamos tener todos gran parte de nuestras fuerzas por si la cosa no hubiese acabado aquí. No recuperareis vuestras fuerzas pero si se cerrarán las heridas, se regenerará parte de la sangre perdida y se irá gran parte de los dolores.

Mientras se reponían de sus heridas, el polvo levantado durante el combate se había ido disipando y pudieron ver que la explosión había hecho un agujero de tamaño considerable en el suelo que daba al piso inferior y otro agujero algo más pequeño en este piso que daba al que estaba aún más abajo. Por ahí podrían bajar, aunque la falta de luz les impedía ver a donde estaban bajando o que había en aquellos pisos.

Miró a Nate mientras éste se acercaba a ella, sin su habitual sonrisa socarrona, aunque ésto podía deberse a que estaba demasiado tocada como para tirar de su sentido del humor.

- Estoy cabreada contigo. Pero supongo que éste no es el momento de ponerse pejigueras. Pero quería que lo supieras igualmente.

Se hubiera encogido de hombros pero al iniciar el gesto un ramalazo de dolor en el brazo izquierdo le advirtió de que no sería buena idea, de modo que simplemente se quedó quieta mientras Nate le limpiaba los cortes de la cara y la quemadura que tenía en el cuello. Justo cuando empezaba a entablillarle el brazo se acercó Eli con una píldora de efectos milagrosos.

- Suena a pastillita de la felicidad - comentó sin más antes de cogerla con la mano buena y tragársela sin dudar.

Curación. Curación. Mientras le realizaba toda clase de curas posibles, Brooke le habló. Nate le miró, serio. Entendía su punto de vista. Probablemente se sintiera mangoneada por ella. Habían compartido momentos en el club de Maze y además aquella conversación en el hotel. Pero también tenía que comprender que no podía ir diciendo por ahí que era Nataly y Nate al mismo tiempo y desde luego Nate también necesitaba hacer amistades.

- Lo entiendo.- dijo. Quizás si le hubiera pasado a ella también se habría sentido traicionada o dolida- Pero quiero que sepas que nunca he pretendido reírme de ti. Solo ayudarte.- Terminó con el brazo y la miró. Hasta destrozada Brooke tenía algo muy atractivo. Tenía que admitir que le gustaba. ¿Cuánto y de qué manera? No lo sabía. También estaba Sandra- Todo es demasiado complicado pero... me importas. Me importas mucho. Y solo pretendía...- que no te sintieras sola.

Por suerte o por desgracia, Eli llegó para ofrecerles esas píldoras. Cogió la suya pero la sostuvo entre sus dedos unos segundos, pero no se la tragó. Extendió la palma de su mano y se la ofreció a Brooke.

- Yo no la necesito. Y a ti te necesito yo.

Estaba muy serio. ¡Hablaba muy en serio! Quería que estuviera bien y que, llegado el momento, hablaran.

- Tómala, por favor. Luego podrás pegarme e insultarme lo que quieras.

Dicho aquello, esperó a que la chica cogiera o no la píldora para cogerla en volandas.

Por una vez en su vida le/la miró con absoluta seriedad, sin comentario mordaz que valga mientras se tragaba todas las palabras que pugnaban por salir. La verdad era que quería decirle con pelos y señales el motivo de su cabreo pero la verdad era que en aquellas circunstancias su enfado palidecía. No era el momento ni estaba en las condiciones de dar un buen espectáculo así que se limitó a escucharle sin decir nada al respecto. 

Salvo cuando decidió ofrecerle la segunda píldora. La verdad era que nunca le habían emocionado aquel tipo de heroicidades pero no dijo nada, total, seguramente mejor para ella. Además, con un poco de suerte el sumar otra píldora a la dosis realmente aumentaría su nivel de dopamina o algo así y tendría una bonita sonrisa de idiota en la cara. A veces echaba de menos aquel efecto de las drogas.

- Si tú lo dices - soltó sin más antes de tomarse la otra píldora que le ofrecía y ponerse en pie con cierta dificultad. La espalda protestó de lo lindo -. ¿Vamos?

Eli observó parte de la conversación de Brooke y de Nate, pero rápidamente notó que sobraba, por lo que los dejó hablar entre ellos y se fue con Michael a ayudarle a cargar a Lee que, aunque se había estabilizado, estaba inconsciente.

Por otro lado, Brooke decidió tomarse la segunda píldora. Combinar dos píldoras no era raro, al contrario, era algo muy común, muchos combinaban píldoras distintas para obtener habilidades más poderosas y únicas. Pero había algo distinto en lo que había hecho Brooke pues, las dos píldoras que se había tomado eran del mismo tipo, ¿Qué pasa al hacer aquello?

Brooke lo comprobó, ciertamente sus heridas comenzaron a curarse lentamente al tomarse la primera píldora, pero cuando segundos después ingirió la segunda… las heridas comenzaron a cerrarse más rápido, quizá demasiado. Un crujido del brazo izquierdo de brooke  anunció que su brazo volvería a estar bien, pero tan bruscamente que se astillaron los palos que había usado Nate. Varios sonidos similares en las costillas anunciaron que estas volvían a su sitio y así en poco tiempo volvía a tener el cuerpo como nuevo aunque se veía cansada y durante todo el tiempo que duró aquella cura, una mueca de dolor se reflejó en su rostro todo el tiempo.

¡Bien! Brooke parecía mejorar a pasos agigantados. Incluso vio que se levantaba. Nate sonrió agradecido. La verdad es que todo el tiempo pasado con la chica- con o sin apuestas- había terminado por afianzar un cariño que Nataly creía inexistente. La verdad es que Brooke le interesaba. Le gustaba y se sentiría fatal si le pasara algo malo. 

Se puso en pie y la cogió con rapidez en volandas, desde atrás. Se estaba recuperando pero era mejor que reservara fuerzas. Y para él no era ningún lastre.

- Será mejor que ahorres energías.

Y comenzó a caminar hacia fuera de aquella sala. Solo esperaba que las cosas fuera de allí no fueran incluso peores.

Cuando menos se lo esperaba las dos píldoras empezaron a hacer efecto de forma brusca, tanto que al principio pensó que algo iba mal. Soltó un pequeño grito, producto de la sorpresa y el dolor, a la par que se doblaba por la mitad mientras las costillas se le volvían a poner en su lugar con un sonoro crujido.

- Ag...joder... - se sorprendió al notar que ya no le dolía al respirar y al hablar, de modo que algo bueno debería estar haciendo, aunque le preocupaba un poco que las fracturas no se soldaran correctamente de modo que hubiera que volver a romper el hueso para corregirlo.

Nate aprovechó aquel momento de pasmo para cogerla en volandas, lo cuál, muy a su pesar, tuvo que reconocer como proeza admirable: él estaba herido y ella con la armadura puesta no debía ser precisamente lo que se considera un peso ligero. Claro que no estaba precisamente como para deshacerse en piropos cuando abrió la boca.

- Joder, macho, suéltame - su voz tenía un matiz peligroso -. Se me está curando. En menos de un minuto estaré mucho mejor que tú. Y paso de ir entre tus brazos como una princesita que no soy. Suéltame - repitió de forma tajante.

- No. Claro que no .- comentó mirándola de cerca, sin soltarla. Tendría un par de segundos hasta que Brooke recuperara todas sus fuerzas y le arreara sin dudarlo.- Porque la princesita soy yo. ¿Recuerdas?- comentó con divertimento. 

Se la quedó mirando, con una sonrisa que pronto desapareció de su rostro. Era raro verla tan enfadada con ella. Y sus labios estaban cerca de los de Nate. Bastante cerca. Se le vino a la cabeza el momento en que se besaron y terminaron encima de la cama, tiradas. Pero entonces la bajó.

- Perdona. Solo quería ayudarte.- Debería volver a su forma de Nataly. Si se encontraban con Maze Storm sería más sencillo actuar como chica que como Nate. Volverían a preguntarse qué hacía ahí y quizás pensaran que era una amenaza.

Mierda. Mierda, mierda, mierda, mierda. Joder. El comentario de la princesita había hecho que tuviera que apretar los labios con fuerza para no sonreír, compensándolo al fruncir más el ceño al tratar de que no se notara. Pero si ella estaba cabreada, la había manipulado, incluso le había dicho que odiaba que la gente tratara de manipularla. Y ahí había estado, tratando de engatusarla con una de sus dos personalidades para que le contara lo que le pasaba. Su buena intención, en aquel momento, le importaba más bien poco.

- Ahora mismo eres más rana que princesa, N...coño - masculló de mal talante. Había estado a punto de llamarle Nate, pero sentía que eso era parte de la mentira. Le sucedía algo similar que con el pequeño pollo. Ya no podía llamarle Roxy y no quería llamarle Rose así que se había inventado un apodo -. Mira, me da más bien igual si tienes polla, coño o todo a la vez - ...que fina era cuando quería... -. Pero no juegues conmigo. Y no me refiero a lo de tontear. Tan simple como eso - ahora que sí que podía fumar y que se moría de ganas...en lugar de ello, empezó a jugar con el piercing de su nariz, dándole vueltas al arito mientras se acercaba al agujero, poniendo algo de distancia entre Nate y ella -. Podríamos atar una de las cuerdas a algún lado y así bajaríamos a los que están más jodidos.

Jugar. Eso es lo que había estado haciendo Nataly con sus dos formas desde que controlara el poder. Siempre la había parecido divertido enterarse de cosas que siendo la otra persona no sabía y todo lo acababa escribiendo en su blog. Su blog que hacía mucho que no llenaba. Pero daba igual. Porque Brooke había dado en el clavo y sin embargo, en la ocasión en que había querido hacer que Brooke le contara qué le pasaba, no había sido por divertimento. De hecho, había sido un error por su parte, tan concentrada como estaba en lo que acababa de pasar con Sandra.

- Yo...- ¿qué podía decir? Ya se lo había dicho. Le importaba. Terminó por suspirar antes se asomarse al hueco. Si hubiera estado en plenas facultades habría cogido a Lee, que era el que estaba inconsciente, y lo habría bajado él mismo. Pero no lo estaba. Tenía heridas y se encontraba agotado.- Vale.- accedió a la idea de Brooke. Volvió a mirarla en silencio unos segundos, dubitativo ante qué hacer. Finalmente se acercó a ella, pues se había alejado de él, y le susurró de manera que nadie más se enterara de sus problemas.- Nunca jugaría contigo. Ya hablaremos cuando acabe esto.

Y era cierto. Después de conocer el poder de Brooke, de verla sufrir y de ver que en su mundo nada era de color de rosa, Nate/Nataly había querido protegerla, apoyarla y estar a su lado. Después se alejó nuevamente. No quería importunarla más. Debían salir de ahí cuanto antes. No era momento de hablar más de ello. Ahora debían sobrevivir.

Nate se asomó por el agujero. Lo que se veía por él era silencio y oscuridad y con las linternas podían ver poco más que escombros y el polvo que se había levantado. Tras atar una de las cuerdas bajaron uno de los pisos y vieron que se encontraban en medio de una de esas salas de pruebas. Ninguno de ellos la reconocía y ambas puertas estaban cerradas, por lo que otra persona tuvo que haber pasado por allí cuando estaba todo bien y lograrlo a tiempo.

Bajaron entonces al siguiente piso y esta bajada si fue más grande, como si el techo estuviese más alto, por lo que todos agradecieron la cuerda, menos Brooke, que podía bajar sin problemas con su armadura desde aquella altura.

No tuvieron tiempo para analizar la habitación pues mientras acababan de bajar, el edificio tembló de nuevo durante varios segundos mientras sonaban unos fuertes estruendos, que hicieron que Michael cayese al suelo al soltarse la cuerda. Aquellos estruendos hicieron caer varios trozos de techo llenando todo de polvo y escombros.

Un parpadeo anunció la vuelta de la luz, que tras parpadear varias veces se encendió, permitiéndoles ver donde estaban. Se trataba de una de las tiendas del piso comercial que estaba vacía, pues aunque la mayoría de las tiendas tenían cosa, otras no tenían nada o funcionaban de almacén.

La única señal que dio de haber escuchado al hermafrodita fue un apenas perceptible encogimiento de hombros. Como quisiera. La verdad sea dicha era que en aquellos momentos no tenía demasiadas ganas de escucharle, pero por lo menos ahora que ya le había soltado lo que pensaba del asunto podía pasar bastante del tema. Era mucho más fácil seguir adelante que darle vueltas a esa estupidez.

Siguieron avanzando. Ella, por su parte, y ya en plenas condiciones, podía bajar perfectamente de un salto, lo que, dicho sea de paso, la hacía sentir satisfactoriamente fanfarrona. O por lo menos así fue hasta que empezaron los temblores y tuvo que recordarse que aquello todavía no había pasado.

No tuvieron que avanzar mucho más para darse cuenta de que estaban en el piso comercial, de modo que ya habían dejado atrás el examen. Brooke empezó a caminar, dispuesta casi a dejar atrás a los demás para ir a buscar al pequeño pollo - por quien sentía cierta preocupación, al fin y al cabo, a pesar de creerla capaz de valerse por sí misma - cuando recapacitó. Hasta donde sabía, estaban siendo atacados.

- Quizás lo mejor sería dejar a los heridos aquí con alguien que se haga cargo de ellos por si acaso hasta que nos aseguremos de cómo de chunga está la cosa ahí fuera.

Terminaron por bajar hasta allí, con algo de dificultad para Nate. Por suerte estaban en el centro comercial, algo que relajó bastante al chico. Si bien, permaneció atento a cualquier movimiento. No parecía haber nadie allí y no sabía si era bueno o malo.

- Vale.- accedió a la idea de Brooke. Los heridos solo les ralentizarían.- Deberíamos ir a las habitaciones. Rose estaba allí- Y era posible que Sandra también. Lo que le recordaba... cogió su walkie y lo activó- Sandra, Sandra, soy Nat, ¿dónde estás? ¿Estás bien? Responde.

¿Estaría Sandra bien? Si algo le pasara... Siguió caminando. Cogería de las tiendas cosas útiles que encontraría. Y quizás lo primero una camiseta para no ir por ahí a lo pecho lobo.

Nada más llegar, Eli salió casi corriendo en dirección al piso de habitaciones, en busca de Kyle, ya que al estar Kyle inconsciente cada segundo contaba pues si una bestia lo encontraba primero… seria su fin.

Por otro lado, Michael se quedó retrasado con respecto a Nate y Brooke, que se adelantaban a las habitaciones, en vez de quejarse decidió seguirles el paso como pudo y salir ya de allí, no quería quedarse ni un segundo más de lo necesario y ponerse a discutir no ayudaría en nada.

Mientras, Sandra se encontraba bajando por unas escaleras auxiliares cuando la voz de Nate sonó por el comunicador - Estoy bien, o al menos entera - se escuchaba su respiración algo agitada debido a que corría por las escaleras - he encontrado unas escaleras de emergencia y ahora estoy bajando así que espero llegar a los primeros pisos en breves.

En pocos minutos estaban en los pasillos del piso de habitaciones y había restos de sangre y de una o quizá dos bestias… había una buena cantidad de trozos pequeños y era difícil adivinarlo y alguien sentado en el suelo con la espalda apoyada en la pared y abrazándose las piernas.

Al verlas venir giró su cara… con aquellos ojos rojos que parecían ver hasta lo más profundo del alma de una persona con tan solo un vistazo.

- No os vais a creer lo que ha pasado… - dijo con una voz que a las chicas les resultaba familiar - Es difícil de explicar pero… ¿Cómo están las cosas fuera? ¿Es cierto lo del dragón? Todo esto es muy extraño…

Cada cuál decidió hacer lo que le dio la gana así que Brooke hizo otro tanto mientras avanzaba hacia las habitaciones en busca del pequeño pollo, que lo más probable era que se hubiera escondido. Dudaba que le hubiera pasado nada, al fin y al cabo, tenía una parte de Roxy, ¿no?

Por lo menos, mientras avanzaba junto a Nate, pudo comprobar que la situación no era tan dramática como cabía esperar, es más, había restos de escaramuza y por la sangre una podía deducir que las víctimas habían sido los invasores. Sin embargo, el hecho de que estuvieran por la zona de las habitaciones la tenía intranquila de modo que apretó el paso, sin preocuparse demasiado de si Nate podía seguirle el ritmo, hasta que frenó en seco al ver a una figura allí, sentada entre los restos de alguna bestia, abrazándose las rodillas.

- ...¿pequeño pollo? - preguntó con estupefacción. Parecía ella pero no estaba segura. ¿Qué edad tenía ahora? Sólo habían estado alejadas unas horas, ¿cómo había crecido tanto en ese rato? Y sus ojos...esos ojos rojos... -. ¿Qué coño ha pasado aquí? Nosotras venimos del examen, ni idea de lo demás - dijo, inconsciente de que acababa de utilizar un pronombre femenino cuando iba, claramente, con un chico.

Simpática. Brooke era de lo más simpática. Acababa de referirse a él como una chica delante de Rose. No supo si lo había hecho a propósito o no, pero aquello demostraba que por eso mantenía su secreto alejado del resto de personas a excepción de Sandra. La gente solía confundirse con facilidad.

- Nosotros.- puntualizó el chico.

¿Y aquella era Rose? Parecía más adulta, más alta, más... ¿qué le pasaba en los ojos? Nate entrecerró los suyos, preocupado. ¿Y si también era enemiga?

- ¿Por qué tienes los ojos rojos, Rose?

Ellos dos parecían saber poco más que ella y tener más interés sobre preguntar acerca de lo sucedido allí y a ella que a contarle algo que le pudiese ayudar a entender la situación… situación que parecía muy mala para estar preocupados por un par de bestias muertas y su cambio corporal.

- Esto… es difícil de explicar - tampoco es que ella supiese con exactitud qué había pasado o hubiese alguien para explicárselo - Como Lisa poseía poderes vampíricos, y probablemente debido a la situación de vida o muerte cuando han llegado las bestias, se ha activado y he podido volver a un cuerpo adulto y con esta habilidad.

Aquello resumía más o menos todo… y aunque sonase simple, había sido algo más complejo y doloroso que lo que sus palabras decían. Por su parte, Nate y Brooke cada vez que Rose, que alternaba el mirar a uno y al otro para hablar, sentían esos ojos rojos sobre ellos, tenían la sensación de que pudiese verles el alma… de una presa que es mirada por su depredador… solo esa mirada aceleraba sus pulsaciones de forma instintiva.