Partida Rol por web

El elfo te mira sorprendido, al ver tus tatuajes una sonrisa recorre su cara.

Buenos días hermano, mi nombre es Thal, siempre es de agradecer ver a un elfo que no está atado a la servidumbre y que vuela libre. Ojalá pudiese ayudarte con tus menesteres, pero me temo que no te seré de gran ayuda. Sé que aquí en el mercado hay un puesto de material para aventureros, pero no hay ninguna tienda más por el lugar que venda lo que puedas estar buscando.

Quizá puedas buscar en la herrería algún tipo de arma, aunque te advierto que escasean. Desde que los engendros andas por la zona, quien más y quien menos se ha hecho con un arma y la gente procura no salir del pueblo.

¿Has venido por los engendros? Bueno, si quieres puedes acompañarme hasta la casa de mi amo. Acabo de terminar de hacer la compra y no me vendría mal algo de compañia por el camino.

 Asentí sonriente:

 - Será un placer, así tendré a alguien con quien hablar. ¿Podías decirme cuales son los lugares de interés de la zona, por favor?. También me gustaría conocer a las máximas autoridades de nuestra raza y donde podría encontrarlos...

El elfo para su caminar al oír tus palabras, te mira, sonríe y de repente una sonora carcajada sale de sus labios.

Jajajajajajajajajajajaja. Pero... ¿cuantos años hace que no pisas la civilización? jajajajajjajajajaja

Despierta amigo mío, los elfos de ciudad, somos lo más bajo que hay, jajajajjaa, autoridades.... jajajajajajaja

Recoge los cestos que había dejado en el suelo y emprende de nuevo la marcha.

Verás Lindel, los elfos de Stenhold somos en su gran mayoría esclavos y, casi todos del Arl. Yo mismo soy esclavo del Arl, destinado a la casa de un noble al que llamo Amo. Como mucho en todo Stenhol habrá dos o tres elfos que son, por así decirlo, "libres", en el sentido de que trabajan a cambio de dinero y gracias a ello pueden permitirse alquilar un granero o un cuartucho, en el que dormir y dejar sus escasas pertenencias. Sí, sí, seguro que tu has visto las por aquí soñadas el elferías pero creeme, lo más parecido a una elfería que encontrarás por aquí son las casuchas de paja que están cerca del castillo del Arl...

La verdad es que has debido paracerle muy gracioso puesto que su sonrisa permanece en su cara cuando continúa hablando.

En cuanto a los lugares de interés... no se que decirte amigo, todo dependerá de los "intereses" que tú tengas, por aquí no hay mucho que ver, y menos desde que los engendros rondan las cercanías del pueblo.

 - Con lo de autoridades me refería a elfos importantes en la comunidad local de nuestra raza, como un sabio al que pedir consejo, por ejemplo. - Aclaré con calma. - ¿Y donde dices que están esas casuchas de paja que mencionaste?.

 Luego añadí, sobre los lugares:

 - Me refería a algún sitio donde encontrar información, equipo de aventurero y armas, a ser posible sin que traten de estafarme.

Bueno Lindel, la verdad es que los elfos de ciudad no solemos tener sabios, cada uno procuramos ocuparnos de nuestros asuntos que bastante tenemos con ellos, la verdad. Pero quizá entre el séquito del Arl puedas encontrar al algún anciano con el que poder conversar.

Las "dependencias" de los elfos que sirven directamente al Arl, están justo al lado de su castillo. El elfo deja uno de los cestos en el suelo y señala hacia el norte donde puedes divisar una pequeña sima y justo encima de ella lo que crees distingir como un castillo, el día es demasiado desapacible como para que puedas verlo con claridad, las nubes y la lluvia sólo te permiten vislumbrar su contorno.

Justo encima de esa sima, está el castillo del Arl, un poco antes podrás encontrar las casas de paja que te he comentado.

El elfo continúa andando y en el cruce entre dos calles se detiene.

En cuanto al equipo de aventurero, ya te lo dije antes, el comerciante es el único que tiene material en el pueblo, prueba en la herrería, pero no creo que encuentres gran cosa.

El elfo deja los cestos con la compra en el suelo y apoya una de sus manos en tu hombro.

Bueno Lindel, ha sido todo un placer conocerte. Girando esa calle está la casa de mi amo y no quiero que me vea con  nadie, generalmente se enfada mucho si me entretengo en los recados. Si ve que llego con compañía pensará que he estado holgazaneando y seguramente me mande más tareas y bastante tengo con hacerle la comida....

Mira hacia el cielo y exclama

¡¡¡Ufff hablando de comida ya casi es hora de que me ponga a prepararla!!! Lo dicho Lindel, un placer.

Ves como el elfo recoge los cestos y gira apresuradamente la calle.

 - El placer ha sido mio. - Respondo al elfo, antes de que se aleje corriendo a casa de su amo. Luego miro la posición del sol en el cielo para comprobar la hora y, si queda poco para mediodía, regresar a la taberna, pero si me sobra tiempo, me acercaré a las chozas de paja, para conocer alguno de mis hermanos locales.

Miras hacia el cielo y por la posición del sol dirías que no queda más de una hora para que se empiecen a servir las comidas en la mayoría de los hogares y de las tabernas.

La lluvia sigue cayendo sobre tí y no sería mala idea volver a la posada y ver que tienen para comer...

 Decido finalmente volver a la posada, siempre puedo volver y visitar las chozas más adelante, si no me surge nada mejor que hacer...

Para cuando llegas a la posada descubres que tienes la capa y la capucha totalmente empapadas. A diferencia de ayer hoy la posada está más concurrida y ves, al menos, tres o cuatro mesas ocupadas.

¡¡¡Buenos días Señor Lindel!!!, te saluda el posadero.

¿Va a querer comer? Tenemos una sopa de verduras estupenda así como unas sardinas en salazón que nada tienen que envidiar a las sardinas de una ciudad con puerto.

 Asentí conforme:

 - Gracias, con mucho gusto las aceptaré...

 Esperé a que me trajera la comida antes de preguntarle, en susurros:

 - ¿Vuestra esposa averiguó algo que me pudiera interesar, por favor?.

El posadero se acerca a tu mesa con un cuenco humeante y que huele realmente bien. Lo pone en la mesa y descubres lo que su olor simplemente te insinuaba. Es una sopa de verduras, con brócoli, zanahoria, patata, aderezado todo con comino y perejil. Al cabo de unos segundos el posadero, mientras estabas absorto en el olor de la sopa, pone en tu mesa un plato lleno a rebosar de pescado en salazón.

Espero que tenga apetito Señor Lindel, que no se diga que en mi posada no se puede comer bien por 50 monedas de cobre. Hazto seguido y muy calmadamente te dice: Oh sí, no se preocupe, usted coma tranquilo dentro de no más de dos horas vendrá a la posada una persona muy cercana al Arl. Mi mujer se ha superado a sí misma, ya lo verá.

Sin más el posadero vuelve a la barra a seguir sirviendo comida y dejando espacio para que puedas comer tranquilo, en la intimidad.

 La cosa prometía, sin duda, comí con buen apetito, aunque saboreando la buena comida, preguntándome que trabajo sería ese que me ofrecerían, aunque sin perder de vista, con el rabillo del ojo, a todo lo que pasaba a mi alrededor...

 Finalmente, cuando terminé la sopa, me centré en el sabroso plato de pescado, que saboreé con deleite, hasta que finalmente lo acabe. Luego esperé a que viniera el posadero a recoger los platos para pagarle:

 - Por cierto, un mercader trató de estafarme.. - Le susurré, para a continuación darle una descripción del gordo humano. - ... No le gustó que le descubriera y trató de descalificarme ante los demás, usando mi raza como argumento, para que no me cryeran si le denunciase, ¿sabéis quien es?.

El posadero recoge los platos de comida y se guarda el dinero que le ofreces en su delantal. Con una grata sonrísa, comienza a hablar:

¿Que tal señor Lindel, ha quedado satisfecho con la comida?

Ante tus preguntas dirige una mano hacia su mentón y despues de reflexionar sobre unos segundos continúa hablando:

Ummmm, por su aspecto diría que es Jefta. Sin duda uno de los pocos comerciantes de la zona que trabaja con artículos de "lujo", ya sabe, armas, faroles, cuerdas, cosas difíciles de encontrar por estos lugares, salvo que sirvas al Arl, por supuesto.

Jefta tiene muy buena fama y se lo aseguro señor Lindel, sus precios son de lo más ajustados, nunca nadie se quejó de ellos. Me extraña que le quisiese estafar.

Dicho esto te vuelve a sonreír.

¿Quiere tomar algo más? No creo que su visita tarde mucho más en llegar...

 - No, gracias, esperaré aquí sentado, junto a la chimenea. - Le respondí con una sonrisa, antes de moverme, con una silla, enfrente de ella.

 Mientras espero, mis ojos, clavados en las ascuas, solo pueden ver imágenes de mi familia, mis amigos, todo lo que me habían arrebatado de un tirón. Puede que, si realmente se confirma la sospecha de que fueron los engendros tenebrosos los autores de la matanza, vaya a unirme a los Guardas Grises cuando termine aquí...

El movimiento de las llamas de la chimenea te tenía totalmente ensimismado, a través de su resplandor, sólo podías ver los retazos de tu vida pasada. Aquellos momentos felices en los que conociste a tu esposa o cuando cogiste por primera vez a tus hijos en brazos.

Estabas tan absorto en tus pensamientos que ni siquiera notaste que una mano se posaba en tu hombro, sólo cuando una cálida voz se anunció ante tí, pudiste salir de tu ensueño.

Una buena amiga me ha dicho que estás buscando trabajo....

Te giras y alzas la vista, buscando la imagen de los labios que pronuncian esas palabras. Ante tí encuentras a una mujer humana de mediana edad. Para lo que has visto en el pueblo va bastante bien vestida, sin que su ropa sea de una calidad excelente pero sí por encima de la media de lo que has visto con anterioridad. Sin embargo hay algo que te sorprende por encima de todo, en tu discurrir por el mundo has visto muchas cosas, pero algo que sí se te quedó grabado a fuego es el emblema del Círculo de Hechiceros. Emblema que porta la humana en forma de colgante.

 Mis ojos brillaron con intensidad antes de responder:

 - Es cierto, ¿puedo preguntar con quien estoy hablando?.

 Mientras hablo, le hago un gesto para que se siente en una silla próxima a mi.

La humana asiente con un gesto de su cabeza y toma asiento a tu lado.  Sus ojos negros te escrutan y te observan atentamente.

Elfo, mi nombre el Alenka y soy el ama de llaves del Arl Neruda. La mujer del posadero ha venido a buscarme porque tenías intención de solicitar un puesto al Arl y quizá, sólo quizá, pueda ayudarte.

La mujer del posadero dice que estarías dispuesto a prestar tus servicios como explorador y en este sentido, tus conocimientos y seguramente tu arco puedan serme útiles en una misión que me ha encargado el Arl.

Como podrás comprender no me está permitido revelar aún los motivos de la misión. Sólo puedo decirte que tengo encomendado buscar un pequeño grupo para realizarla. ¿Estarías interesado?

La mujer deja descansar sus manos en el regazo de sus piernas y te mira, esperando una respuesta...

 Miré a la mujer con los dedos cruzados antes de responder con una sonrisa:

 - En primer lugar, encantado de conoceros, Alenka, yo soy Lindel Winbow, un placer. Por supuesto que me interesaría, pero comprender que sería una locura aceptar sin conocer los detalles, ¿cuando comenzaría el trabajo y que podías decirme sobre él?.

La mujer te sonríe y se levanta de la silla. Pone su cálida mano en tu hombro y te dice:

Bueno Lindel, creo que no me has prestado demasiada atención... No puedo hablar de la misión, órdenes del Arl. Si estás interesado prensentate mañana por la mañana, justo después del desayuno, en el patio de armas del Castillo de Stenhold. Lo encontrarás fácilmente ya que es el Castillo que esta situado en loma que hay al lado del pueblo y que a buen seguro ya has visto.

Ahora tengo que irme, tengo otras visitas que realizar.

Observas como la mujer sale de la taberna no sin antes despedirse del posadero y su mujer.

 Después de que la mujer se fuera, me acerqué al posadero y le pregunté, cauteloso:

 - ¿Que me puedes decir de esa mujer?. ¿Es de fiar?.