Partida Rol por web

Con el tiempo me he acostumbrado a ésta penumbra malsana, ya que es lo único que mis ojos han contemplado en la mayor parte de mi vida. Tan solo con la ayuda de la ténue luz que entra a través la ventana, abro desordenadamente los cajones del cuarto de la cirujana, sin importarme demasiado lo que puedo dejar caer al suelo o lo que no, al fin doy con un bote de laca, justo lo que necesitaba.

Al darme la vuelta observo como la criatura ya casi ha llegado al cien por cien de su estado. Sería demasiado arriesgado si le brindara mas tiempo para que terminara su renovación y además añade el riesgo de que su cabreo aumente. Decidido a no aventurarme a saber que pasaría si eso ocurriera, echo mano al bote de laca y apunto con el aspersor a la masa gelatinosa. La ligera llama que escupe el bote de laca no es gran cosa pero al menos me sirve para comprobar si esta criatura es inmune al fuego. Veo que no. La intensa luz del fuego es reflejada en mi rostro, un rostro que no refleja nada en particular, no es muy agradable escuchar y ver como se retuerce algo que quiere matarte la verdad. Su nuevo estado es similar a un charco de barro. Y no dejo de preguntarme que coño es. -Qué diablos eres- Susurro al ponerme de nuevo de pie y ver lo que ha quedado de ella. Ayudandome con uno de mis pies expolso el barro por el piso para deshacer su composición y asegurarme de que esta vez le costará un poco más regenerarse.

Una mirada de nuevo hacia atrás antes de salir de la habitación y vuelvo a bajar las escaleras de nuevo, despacio y silencioso como es habitual en mis pasos. Mientras voy bajando agudizo mis oidos para ver si siguen con la conversación allá abajo. Muchas veces he soñado adquirir la facultad de los espectros o criaturas como esta que poblaban mis lecturas de distensión, deslizarme a través de los espacios intermoleculares, y dejar atrás mi sombra y los pavorosos recuerdos tras las paredes de mi resignada prisión. Pero no es momento de pensar eso, son solo sueños, ahora toda mi atención esta en deslizarme por la oscuridad de la consulta hasta fundirme con ella y yo decidiré cuando saldré a la luz.

-Eso ya lo veremos...

Me cuesta salir de mi asombro cuando Sven se desvanece atravesando la pared mientras Ayira va con el recién despertado Ryan. Susan parece haber elegido finalmente quedarse con Natalie, pero algo ocurre bajo sus pies y es que una sombra negra empieza a engullir sus pies.

Como si de un instinto se tratase salgo corriendo en dirección a su pequeño cuerpo y me lanzo por el suelo como un jugador de fútbol que intenta detener a un rival en su carrera. Me deslizo un par de metros y llego a alcanzar su cintura, la cual abrazo con mis propios brazos, como un borracho agarra una farola, con fuerza. Intento evitar que sea tragada por aquel agujero negro.

-Vamos, no te vayas, no te vayas -no se exactamente por qué no puedo dejar que se vaya, quizás el hecho sobrenatural de que desaparezca bajo el suelo es motivo suficiente para que mi mente crea oportuno pensar que no es buena idea. Si es necesario iré con ella, pero no la soltaré.

Natalie se esfuerza en conservar la atención de Susan, y la verdad es que no le cuesta demasiado, dejando claro el cariño que ha inspirado en la pequeña a pesar de no llevar demasiado tiempo juntas. La verdad es que Sue ha conseguido hacer cambiar a Nat en muchos aspectos y probablemente sienta que ya no sería lo mismo sin ella. Sencillamente se necesitan la una a la otra.

La magia que pudiera tener el momento se ve interrumpida por la reacción de Sven, el cuál al convertirse en sombra comienza a absorber los pies de Susan, quién sabe con qué propósitos exactamente... pero tampoco estáis demasiado dispuestos a comprobarlo.
Natalie no lo duda un segundo, enseguida la sujeta y tira con ella haciendo caso omiso de sus quejidos, pues ahora lo importante es sacarla de ahí.

Mark, a pesar de conoceros poco y haberse mostrado mayoritariamente dubitativo, ahora no necesita pensárselo ni un sólo segundo. Enseguida se lanza en plancha hasta llegar a la altura de Susan, y junto a Natalie tira de ella para liberarla, consiguiendo poco a poco sustraer sus delgadas piernas y finalmente los pies, a pesar de que carezcan de zapatillas.

En el último estirón, Natalie queda medio tumbada con Susan abrazada a ella algo más pálida y temblorosa, con continuos escalofríos y la zona de cintura para abajo realmente fría.

Por su parte, Ryan ya se ha quedado sentado sobre la dura camilla de quirófano en la que se encontraba tumbado, todavía con algunos cables pendiendo de su cuerpo que estira entre molesto e incómodo.
Cómo era de esperar se disponía a dejarse caer hasta el suelo, pero se detiene cuando Ayira acude hasta su lado atónita y alarmada a la vez, sea por su estado, por lo que sucede cerca de ellos o por ambas cosas a la vez.

-¿Que siga....?- se muestra un poco aturdido pero observa el pequeño dedo de la enfermera con detenimiento. Su percepción visual en cuanto a movimiento parece correcta, aunque sus pupilas tardan algo más de lo habitual en adaptarse a la distancia para enfocar. Eso no parece ser algo que le preocupe ya que pronto coge la mano de Ayira con la brusquedad que le caracteriza y la aparta de su cara para observar con mayor detenimiento la sombra en la que ahora se ha convertido Sven.

-Eres la única que puede hacerle dudar, ya sabes cómo hacerlo... Sencillamente hazlo- dirige una mirada segura y firme a la cirujana, dejando claro que confía en sus capacidades -Cuando lo consigas, Natalie podrá convencerle del todo- inspira aire sonoramente y finalmente se deja caer al suelo con los pies descalzos, ahogando un quejido mientras se lleva una mano a la herida y empieza a caminar con lentitud y cuidado. La redención de Sven no depende de él.

La soledad de una habitación se convierte en cálido refugio cuando fuera se escucha al viento, como si fuera un eterno viajero. La sala sigue en penumbra, regalándome momentos únicos y espera sentada, esperando que le susurre algo. Lo que se escucha es el esfuerzo por sacar a Susan de esa trampa oscura y abosorvente en la que se ha convertido Sven.

Imagino a mis amigos, al igual que yo, pensando con qué llenar algo tan vacío. No es fácil tomar decisiones dificiles cuando sabes que al día siguiente gente a la que conoces desde hace tiempo, o incluso parece que sea de toda la vida, va a criticar lo que hayas plasmado en el papel de lo que te caracteriza. Poco importa que el texto sea anónimo, o lo que vayas a decir en esos momentos. El miedo a la burla, incluso, o sobretodo, entre amigos, a las gracias fáciles, sin maldad, pero que hacen daño, o el temor a mostrarte como realmente eres es algo que pesa mucho. A pesar de ello, mis dedos comienzan a buscar el gatillo de la pistola, dispuestos a compartir juntos una decisión que dependen de un simple "clik".

La noche, silenciosa por momentos, se hace más larga de lo acostumbrado.

La cita es en un lugar nuevo - la consulta de la cirujana-, pero con los de siempre, excepto por ese novato que presiento que aún tiene mucho que hacer en este parte de la película. Todo parece igual, a diferencia de que cada uno lleva consigo una parte de si mismo, como si estuvieran ocultos en un papel doblado.

Yo sin embargo, he terminado mi capítulo, aquí no sirve de nada los disparos y los movimientos sigilosos. Salgo a la luz, dejandome ver para que Sven pueda ver como dejo la pistola en el suelo y la arrastro con un ligero movimiento del pie.

-Creo que eres tú el que tiene que elegir lo que quiere, Sven- Miro desafiante a esa sombra, con la única intención de que deje a un lado ese disfraz y vuelva en si. Uno de mis brazos empieza a coger un determinado destello, sin apartar la mirada de Sven.

Mi dedo trazaba trayectorias laterales y de acercamiento para comprobar sus pupilas antes de que un manotazo lo apartase de su trabajo. Sin importarme demasiado el gesto brusco de Ryan por se algo habitual en él, me convencí a mi misma de que para ser un hombre que había recibido un disparo a bocajarro en el estómago y haber sido operado hacía apenas unas horas su aspecto era inmejorable. Las dilatadas pupilas le daban un cierto aire ausente pero sus movimientos y sus palabras dejaban claro que era el de siempre.

Cita:

Sus palabras se repetían en mi mente como un molesto eco que quisiera acallar de alguna forma. El pequeño cuerpo de Susan había salido del pozo de negrura en el que se había transformado Sven, al final ocurría lo de siempre, Natalie y Mark se habían arriesgado poniendo su propia vida en peligro para poder salvar a los inocentes, se habían lanzado sin dudarlo hacia los brazos anhelantes de la niña para sacarla de allí, para socorrerla, habían mantenido su mirada aterrada y la habían consolado prometiéndola que no iban a dejarla caer... mientras tanto yo me había perdido en mis pensamientos, siempre pendiente de todas las acciones y sobretodo de sus repercusiones. Era incapaz de lanzarme a ese agujero y decirle a Sven que se detuviese, era victima de mis propios temores y mis dudas, siempre las dudas.

Yo misma me sentía perdida en aquellas situaciones, la acción siempre me sobrepasaba y lo único que podía hacer era socorrer a los que ya se habían lanzado a la acción, remendar sus cuerpos y sus heridas para verles partir de nuevo a su destino. La aparición de Leon entre nosotros me distrajo unos segundos de mis pensamientos negativos, había soltado su pistola y se presentaba desarmado para hacerle frente. Las palpitaciones de mi corazón atronaban en mis oídos, las palabras de Garras seguian repitiéndose en mi cabeza, me había convertido en una caverna de sonidos en la que rebotaban mis temores y mis sentimientos amplificándose cada vez más con cada repetición. Mis temblorosas manos arañaban en interior de mis bolsillos y mis ojos hacia tiempo que se habían quedado petrificados en el suelo. Me tocaba mover a mi y no me sentía capaz.

Tímidamente obligue a mi conciencia a volcarse en la victima de todo aquello, esa pobre niña se encontraba tirada en el suelo, temblorosa y desprotegida, su cuerpo había sido el campo de batalla de dos fuertes voluntades y ahora se encontraba herida. Natalie la cubría con su cuerpo, se había esforzado y había sacado fuerzas de donde no las tenia para arrancarla de aquellas garras de oscuridad, y Mark, aquel desconocido que nos acompañaba, también había formado parte de todo a pesar de su deseo de marcharse, abandonarnos a nuestra suerte, en este mundo de locos e intentar recoger los pedazos que quedaban de su vida anterior. Poco a poco fui cayendo al suelo mientras mi cuerpo se deslizaba por el lateral de la camilla y una de sus patas, al llegar al suelo no recibí ninguna sensación de daño debido a la lentitud de mi caída.

En mi sueño contemplé el mar una y otra vez. Sabía que estaba mirando por una ventana. Observé maravillada la escena y traté de contar las figuras que bailaban delante de mí antes de que desparecieran inevitablemente, asombrada de lo bien formadas que estaban por la espuma, del modo en que movían la cabeza y agitaban los brazos desesperadamente, antes de desplomarse como si el aire les hubies easestado un golpe mortal. Gentes de espuma, fantasmas del mar, eso fue lo que me parecieron, y a lo largo de la playa hasta donde alcanzaba a ver desde mi refugio seguro de la ventana, todas las olas hacían lo mismo: se rizaban verdes y brillantes, y luego rompían, convertidas en unas figuras suplicantes.

El cuarto de cirugía volvió ante mis ojos de repente, las uñas se me habían clavado en la palma de mi mano y mis temblores habían cesado. Yo vivía llena de dudas, de miedos e incertidumbres, pero todos allí conocían el miedo y el terror, todos lo superaban para poder seguir defendiéndose, para poder seguir con sus vidas. El agujero negro seguía retorciéndose sobre si mismo cuando me acerqué hasta él a gatas, obligándome a colocar una mano tras otra, dejando pequeñas gotas intermitentes de mi propia sangre en el suelo, y segura de que el miedo convivía con todos nosotros incluido Sven, que las dudas nos corroían a todos por dentro en algún momento y este era el momento en el que Sven debía dudar más de si mismo, de sus actos y de sus decisiones. Asombrada de mi misma mi voz salió de lo más profundo de mi garganta, como si me arrancasen las palabras, todas dirigidas hacia el remolino sobre el que permanecí inmóvil.

La que tiembla en brazos de aquella mujer es tu hija, una niña a la que tú mismo decidiste llamar hija, y los brazos que la rodean son de la mujer a la que amabas. Estas perdido, yo te comprendo, se lo que es eso, pero no puedes olvidar quien eres y lo que debes hacer, debes obligarte a recordar por qué esa niña es tu hija.

Susan, mi pequeña, temblorosa entre mis brazos, con el cuerpo semifrio mientras tiembla mientras la protego. Una mirada de agradecimiento a Mark por ayudarme, por conseguir que sus fuerzas se unieran a las mias para sacarla de ese pozo de oscuridad.

La acaricio el pelo, la beso en la frenteya paso mi amor, ahora estas a salvo realmente no se si sera verdad, pero dare mi vida para que ella no se vaya, para hacer que Sven olvide su locura.

Nada hay mas a mi alrededor, solo lo que hay entre mis brazos y el deseo de protegerlo por siempre hasta despues de muerta.
La respiracion y la voz de Ryan a mis espaldas no la escucho siquiera, solo el retumbar de mi corazon contra mis sienes mientras cierro los ojos y controlo mi respiracion para calmarla.

El sonido de la pistola de Leon hace que levante la mirada y que le vea alli de pie intentando que, no se realmente que intenta. Me pongo de rodillas con Susan entre mis brazos mirando a la sombra que fue Sven, no con odio, simplemente con  no se muy bien con que, creo que ni es pena tal vez misericordia y deseos de que no sea real cosas que mi mente ya sabe que si es.

Sven... casi murmuro mientras las lagrimas siguen saliendo poco a poco rodando por mis mejillas

Ryan observa las acciones de Leon con seriedad. Parece que pretende retar a Sven, que se centre en él y deje a los demás tranquilos. Es un gesto loable pero probablemente poco práctico, Sven no se dejaría convencer tan fácilmente cuando tiene un objetivo en mente... pero lo difícil es discernir precisamente eso, lo que pretende ahora mismo.
El ceño del Cazador más veterano se frunce entonces, momento en el que Ayira cae al suelo inesperadamente consiguiendo que Ryan se mueva como un resorte, cómo si de un simple acto instintivo se tratara, para intentar sujetarla o al menos ayudarla a levantarse.

Camina unos cuántos pasos, algo tambaleantes, pero al encontrarse a poca distancia de la cirujana ésta empieza a gatear. Se queda entonces quieto y bastante perplejo. Siempre se le han dado mal las mujeres, eso es cierto, pero probablemente a esta la entienda menos que a ninguna. Sencillamente son polos completamente opuestos. Aunque quizá sea por eso que consigue llamar su atención.

Poco a poco, Ayira llega hasta la posición de la sombra, y los músculos de Ryan se vuelven rígidos y tensos. ¿Qué demonios está haciendo? No era preciso correr tanto riesgo... o al menos eso es lo que él hubiera deseado. Vuelve a llevarse la mano a la herida en un intento bastante infructuoso de mantenerla cerrada y sigue acercándose más al lugar hasta que todos os encontráis relativamente cerca unos de otros.
La redentora pronuncia sus palabras, esperando hacer mella en la mente de Sven, o mejor dicho en su consciencia, y mientras tanto Garras se acuclillas para agarrarla con firmeza de un tobillo. Nunca se sabe cómo puede reaccionar alguien fuera de control y si ese alguien es Sven...

La expectación os domina a todos durante unos segundos que se antojan casi interminables... es entonces cuando la mancha del suelo, Sven, se prolonga hasta llegar a los brazos de Ayira y hundirlos en él.
La cirujana enseguida nota un frío abrasador, pero dura apenas un instante antes de que Ryan tire de ella con fuerza, desde las piernas, dejándola medio debajo de él mismo.

Entonces Sven empieza a adoptar otra forma, humanoide, pero sigue compuesto por esa sombra tan oscura y negra que no deja apreciar ninguno de sus rasgos, sin embargo sí podéis apreciar como se lleva las manos a la cabeza antes de saltar contra Ryan, el cuál extiende su brazo como si portara un escudo consiguiendo que unas chispas rojizas salpiquen el lugar, impidiendo que el ataque llegue a él o a Ayira.
-¡Novato!, ¡protégelas!- espeta haciendo referencia a Mark, el cuál no tarda en rodear a Natalie y Susanne con su propio cuerpo... Y hace bien, porque son el siguiente objetivo.

La sombra de Sven salta sobre ellos con resultados similares, sin embargo esta vez las chispas resultan ser azules, y después retrocede, sin embargo es difícil adivinar como puede sentirse al no distinguir nada en él... pero vuelve a llevarse las manos a la cabeza, y esta vez se retuerce sobre sí mismo y se tambalea de un lado a otro hasta caer de rodillas al suelo y apoyar las manos en él.
Es entonces cuando parece que empieza a "sangrar", por llamarlo de alguna manera, pues esa extraña oscuridad se empieza a descomponer goteando al principio sólo por su cara y después por todo su cuerpo, formando un charco en el suelo de agua turbia. Ninguno está muy convencido de lo que está ocurriendo.

Dicen que los árboles crecen despacio. Que la vida pasa rápido. Naces al alba de un nuevo día, y a lo largo de la mañana, quizás, te enamoras. Dicen también que envejeces sin remedio en un atardecer rojizo, perdiendo o siendo la pérdida. Al llegar la noche, a buen seguro, te has ido ya, como el día que ha acabado; Me desperté por la mañana deseoso de un café hirviendo como habitualmente hago todas las mañanas. Tras salir de la ducha y tener las ideas más claras decidí hacerme ese café en la cafetería de siempre, ojeando las últimas hojas de un periodico para ver que trabajos ofrecía la prensa. Nada nuevo. Pasaron demasiadas cosas esa mañana, cosas que si me pusieran a nombrarlas no terminaría nunca, pero lo curioso es que acabé encontrando un trabajo ordinario entre esas líneas.

El día aún no había terminado y ahora me encontraba en un situación, digamos, aislada. No podía hacer ningún movimiento en falso o todo los esfuerzos que han echo los demás por recuperar la consciencia de Sven se esfumarían. Mi mirada sólo se dirigía hacia delante, buscando caminos por los que entrar en la memoria más interna de Sven donde se suelen acomodar los sentimienos y la humildez. La herida en el costado izquierdo de mi mano me seguía quemando, produciéndome el agudo dolor de un pinchazo a cada segundo que pasaba.

Los caminos o opciones que tomar hacía tiempo que habían desaparecido de alrededor, sólo había una que escoger y parecía que se iba a librar en ese preciso momento. La decisión de Ayira estaba a punto de liberarse. Una decisión que hizo que sintiera un temor interior. Si alguien sabe lo que se siente cuando sabe que puede perder a un ser querido, sabrá lo que estaba sintiendo en esos momentos. Pero rápidamente alce la vista, y observé a Ryan dispuesto a protejerla como si le fuera la vida en ello. Momento precioso, y que gasté, para vigilar mis espaldas por si esa "sombra" con la que combatí en el cuarto de la cirujana se hubiera vuelto a polimorfar.

Garras se incorporó e hizo intención de ponerse en pie para vigilar de cerca al resto de cazadores. Los infinitos pinchazos por todo su cuerpo, deberían de ser una especie de burla a la herida que yo tenía. Sus heridas debían de cicatrizrse en tiempo récord, cosa que ya sabía de él, además estaban ayudadas por un ungüento aplicado a conciencia que le revilitaban las zonas. Cuando logró andar unos pasos se dirigió justo hasta lo sombra en la que se había convertido Sven, indicando al novato que protegiera a los dos mujeres. A partir de aquí todo fueron sensaciones que uno no puede decir con seguridad lo que se siente. Lo que si podía asegurar que sentí un miedo terrible cuando Ayira fué absorvida por ese charco oscuro. -¡¡NOO!!- Perdí tanto la concentración que el brillo de mi brazo se había difuminado y mis sentidos se habían apagado, lo que me encontraba completamente desprotegido en esos instantes. Hice un ademán de acercarme a ella para enfrentarme desde el interior de la sombra a Sven, pero fuí refrenado por la rápida sacudida de Ryan y el incontrolable estado en el que se encontraba Sven, retorciéndose sobre si mismo como si mantuviera una dura pelea pelea por liberarse de toda esa oscuridad.

Pasó un tiempo en silencio, aún tenía en mi mente la imagen de Sven retorciéndose sobre si mismo, no quiero ni imaginarme lo que ha debido de sufrir. En su lugar había un pequeño charco y mis pasos me obligaron a acercarme allí, sabiendo el riesgo que podría tener.

-¿Sven?- Me pregunté por obligación justo cuando estaba apunto de agacharme para verle mas de cerca.

Ayira va hacia Sven, casi ni la he echo caso, estoy mas preocupada por que vuelva a conseguir calor antes de salir de alli.
La voz de Ryan me hace salir de mi ensimismacion cuando noto una sombra sobre mi e instintivamente cubro con mi cuerpo a Susan para que no la pase nada pero un chisporroteo.

Levanto la mirada y veo unas chispas azules, me recuerdan a aquella noche cuando la rescastamos, cuando nos despedimos, cuando me dijo que me queria y volveria.

Ha caido de rodillas al suelo, la oscuridad gotea de él, es como la sangre, como si se quisiera librar de ella, como si quisiera ser el mismo, lucha por serlo.
Miro a Mark mientras me levanto y soltar a hija, si ahora es mi hija, siempre lo ha sido pero desde hoy lo ha sido mas.Susan quedate con Mark, voy a hacer algo Sonrio un segundo antes de dar  un paso alejandome de su aura protectora y quedandome cerca de donde esta él.

Sven... susurro mientras alargo la mano para tocarle casi titubeando al principio pero decidida hasta llegar a donde esta
ocurra lo que ocurra siempre te amare en estos meses solo he vivido para protegerla, ni una cita, nada de nada esperando que el volviera junto a los dos.

Tienes que volver, no siempre vamos a poder protegernos y aun te debo un beso
Me inclino hacia delante para darle un beso en los labios o donde creo que estan, ya solo puedo hacer eso esperar que reaccione.

El frío apresó mis brazos, los músculos se convirtieron en frías lazadas bajo mi piel, los tendones se congelaron en su posición y mis manos apretaron la yema de los dedos contra la madera en un intento fútil de arañar aquella superficie que tanto daño me estaba causando. La fuerza de mis mandíbulas me obligaba a apretar los dientes para contener los quejidos, pero el susto repentino del tirón me desbordó. Un gemido ahogado escapó de mi garganta ante la lucha de voluntades que estaba manteniendo. El dolor físico en mi cuerpo era apenas un reflejo de los numerosos alfileres que se clavaban en mi conciencia retándome, buscando alguna rendija en mi armadura, pero ahora no la iban a encontrar, estaba decidida a ayudar a Sven si con ello conseguía devolverle algo de felicidad a Susan y a Natalie.

Un movimiento opuesto al de succión me mantenía en el salón de mi casa, sentía la fuerte mano de Garras rodeando mi tobillo y tirando de mí hacía lo que podría considerarse el exterior. Me gustaría poder girarme y darle las gracias por todo aquello pero los segundos corrían rápido y los movimientos de Sven fueron impredecibles. Tras un fuerte empellón, caí hacia atrás y permanecí sentada en el suelo mientras la oscura silueta de su cuerpo se retorcía en un atroz combate interno. Sabía por lo que estaba pasando y sabia que no era agradable, todas las imágenes de sus recuerdos se sucedían en su mente como flashes en un anuncio publicitario. La dominación mental que habían ejercido sobre él estaba decidida a no abandonarle e intentaba clavar sus garras de forma profunda en su espíritu, pero por suerte para nosotros los momentos buenos parecían querer tomarse la revancha de estos meses.

Cuando es espeso liquido negro comenzó a gotear por su rostro fue Nat la primera en tomar contacto con él, físicamente. No sabia si aquello intentaría apoderarse de ella o dañarla de alguna forma, pero sus palabras y sus gestos eran los adecuados en aquel instante. Fue cuando tuve algo de tiempo para recomponerme y darle las gracias a quien se había preocupado de mí. Una sonrisa en un rostro cansado y una mano que se alargó hasta posarse en su mano, gracias. No necesitaba decir nada más ahora debía recuperar el control de la situación y volver a ocuparme de la salud de todos. ¿Te duele mucho la herida? No creo que tirar de mí haya sido una buena idea.

Leon también había aparecido y ya no retaba al enemigo sino que se había relajado para dejar espacio a la calma y la serenidad. Su cara parecía algo demacrada y él también había mantenido un combate en solitario en la parte superior de la vivienda. Debía saber si estaba herido o no. Déjales un tiempo, lo necesitan, nosotros nos quedaremos por aquí solo por si acaso, pero ahora es su momento. Miré a Natalie con cariño esperando que sus heridas pronto pudiesen cerrarse. Apoyándome en el suelo me levanté y me dirigí hacia la camilla para dejarles algo de intimidad.

El primer escalón suele ser siempre el más difícil. No por su altura, igual a la de los demás, ni por ningún otro aspecto físico. Más bien, por ser el primero. El inicio, el primer paso a dar. Muchos nunca han logrado superarlo. Tener las fuerzas suficientes para subirlo y mantenerse allí, y luego seguir subiendo; o las fuerzas necesarias para tras caer, levantarse y volver a afrontarlo.  Muchos ni tan sólo se atreven a intentarlo, pero Nat. saca fuerzas de flaqueza y corre el riesgo de abandonar a su pequeña para acercarse a lo que ha estado amando durante tiempo atrás, y por lo visto hasta hoy.

Cuando estoy a punto de ver el rostro de Sven, Nat. se acerca por mi espalda, susurrando su nombre al igual que yo. En silencio y sin estorbar el momento me reincorporo para dejarles solos, al menos un par de metros a la redonda si que tendran de intimidad. La detective parece que ha subido del primer escalón al tercero de golpe, cosa que indica que ha recuperado fuerzas e intenta proseguir para recuperar a su amor. Todo cuanto deseaba ella era llegar al final, superar cada escalón que podía hacerle tropezar.

Presto atención a las palabras de la cirujana.

-Vamos Mark. Hago un gesto con la cabeza para que coja a Susan y nos reunamos todos en la camilla. Todo ha terminado. Vamos-

De camino hacia allí cojo el colgante que cuelga de mi cuello y lo cuelo por el interior de la camisa. Los arriesgados movimientos que hice en el piso de arriba debieron de separar el colgante con el contacto de mi pecho, que es donde siempre llevo dicho amuleto. No todo en la vida son peldaños cuesta arriba, aunque hasta entonces así han sido los momentos que he logrado, en parte, dejar atrás.

Susan se muestra algo reacia a abandonar la compañía de su madre cuando ésta se lo pide, pero por suerte o por desgracia es una niña que ya ha vivido mucho a pesar de su corta edad, y cuando Mark la coge en brazos para alejarla del lugar opta por dejarse llevar sumisamente. Tampoco es que le queden demasiadas fuerzas para oponerse.

-Ha valido la pena- se limita a responder Ryan a Ayira cuando ésta se preocupa por su estado de salud, componiendo una sonrisa algo cansada antes de centrar su atención en el acercamiento de Natalie entorno a Sven. Sí, esa era su chica, si eso no conseguía convencer al propio infeliz pocas cosas más lo harían...
Poco a poco, los Cazadores se reúnen entorno a la camilla central del quirófano, dejando espacio a la pareja crucial y trágica de la escena.

Por su parte, Natalie no lo duda ni un instante, estira la mano hasta acariciar lo que anteriormente fue el rostro de Sven y enseguida nota un frío helador y de lo más incómodo, pero se esfuerza por mantenerse firme en su posición.
Pronto la sustancia negruzca que cubre el cuerpo de su amado empieza a extenderse también por el cuerpo de la temeraria Cazadora, provocando que sus músculos se agarroten de forma dolorosa... pero aún así no se rinde, pocas veces ha estado tan decidida.

Se inclina hasta besar a Sven, o al menos eso es lo que intenta, y mientras lo hace las sombras que luchaban por apoderarse de ella sencillamente no pueden adherirse, empezando a diluirse hasta desaparecer de su cuerpo. Es entonces cuando el propio Sven parece empezar a "contagiarse" de esa inmunidad, y su rostro queda finalmente libre de esa sustancia para lentamente esfumarse por completo del resto de su ser.

Lo cierto es que Natalie no ha acertado del todo, pero iba bien encaminada. Cuando el cuerpo de su amado vuelve a estar libre puede darse cuenta de que el beso ha tenido lugar en la comisura de los labios, aunque poco después él mismo se aparta para mirarla con ojos temblorosos y confusos, una expresión chocante y extraña en él pero que le hace parecer más humano. Todos dudamos alguna que otra vez.
-¿Qué he hecho...?- se pregunta a sí mismo todavía con voz algo ronca, mirándose las manos temblorosas para después observar el suelo mojado y sucio que rodea a ambos. La culpabilidad parece envolverle más en estos momentos que esa oscuridad hace unos segundos.

Titubeo un segundo antes de sentir la viscosa oscuridad que se acerca a mi que quiere absorverme en su interior, pero me mantengo firma. Fria , si tal vez, pero mas fria ha sido mi vida desde antes de aquella noche en que le conoci, y de esa noche en que la salvamos.

Despues de volver de la granja, mi vida ha sido Susan, mi hija ahora y rezaba cada noche para que el volviera, que un dia al abrir la puerta estuviera alli con su abrigo negro y su ceño impasible esperandonos para ser felices por fin.

Ahora esta alli de rodillas delante mio, luchando por sus sentimientos, por nosotras.

Mi luz, mi esperanza, intento que le llegue, que aparte esta oscuridad, que le llegue con mi beso, con mi caricia, con todo el amor que le profeso.

Solo ha sido en la  comisura, pero es él, de nuevo es él, asustado, preocupado.

Nada es mi unica respuesta arrodillandome frente a él, limpiandome las lagrimas con las manos temblorosas solo has vuelto hasta nosotras

Le abrado, esta vez mi beso si es en sus labios, mientras le susurro Te quiero...te he estado esperando ahora es tiempo de olvidar, de curar heridas y de recuperar el tiempo perdido

Existen lugares maravillosos, y mágicos. También momentos, claro. Lo difícil para mi es encontrarlos. Lograr ver, entre edificios o lugares de malos tiempos y marañas de nefastos acontecimientos, instantes llenos de belleza, y magia. Caminos que, aunque llenos de obstáculos en su inicio, nos guían hasta escenarios, y vivencias, dignos de un sueño. Lo difícil creo que es, una vez hallados, disfrutarlos plenamente.

Me apoyé sobre alguna encimera cercana a la camilla, observando una foto, que sujetaba como si de un tesoro se tratase. Aprecié la belleza de aquellos rostros que no había visto en mucho tiempo, y la guardé cuidadosamente en el fondo de mi cartera: Mi familia.

En su momento me dije que siempre la llevaría allí, cerca, y tan adentro como ellos están siempre dentro de mi. A lo lejos se escuchaba las frases en voz queda de Natalie y Sven parecía que todo había terminado y había salido bien.

-Me parece que la hora de las visitas se ha terminado Dra., al menos durante algún tiempo. Bromeé bajando de la encimera para tocar suelo, observando el desbarajuste que había a mi alrededor y la maleza que había echo, como romper la ventana o desvalijar su habitación. Me acerqué a la misma ventana y la intenté cerrar. Siento lo de la ventana, y lo de tu cuarto-Señalé hacia el piso de arriba y colé ambas manos en los bolsillos.

-Ahora que Sven ha sido liberado que pasará con la organización..- Me pregunté, mirándole unos instantes aún en tierra y terminé girándome en dirección a Ryan.

Sven observa a Natalie cuando ésta se deja caer frente a él, y a pesar de que su mirada sigue reflejando culpabilidad, consigue sonreirle débilmente, pero agradecido, tras la respuesta que ella le da.
Tanto el abrazo como el beso son correspondidos entonces, ajenos a lo que les rodea e incluso a lo que acaba de suceder hace escasos minutos. Sven acaricia ahora el pelo de Natalie con suavidad y cuidado.

-Ya he llegado... siento el retraso- esta vez su expresión es algo más tranquila y serena, momento que aprovecha la pequeña Sue para saltar de la camilla trastabillando en el suelo para después seguir corriendo hasta lanzarse sobre su nueva madre y el que siempre había sido su único padre, el cuál la recibe con un afectuoso abrazo del cuál la niña se queja... con una sonrisa de oreja a oreja.

Ryan observa la escena con cierta sonrisa de complicidad y satisfacción, probablemente parecida a la del resto de presentes. Su mano sigue sujetando su herida algo abierta pero por suerte no ha sido demasiado grave y a pesar de que sangra no lo hace con demasiada profundidad o cantidad.
-No estoy seguro de lo que harán pero sé que no se detendrán, son así. Se adaptarán y encontrarán a otro líder o cualquier forma de seguir adquiriendo poder y causar terror, así son ellos- responde de forma clara y directa a Leon para después darle unas palmadas amistosas en un hombro -Pero primero vamos a tomarnos unas vacaciones. Nos las hemos ganado, ¿no crees?- le suelta enseguida y eleva la vista hacia el techo con un hondo suspiro.

-Creo que me apetece algo caliente- declara con total normalidad y confianza con toda la intención de subir hasta la cocina. Él ya está muy convencido del control de la situación y se nota a la legua pero sabéis que el caos sigue ahí. Quizá no será mañana, ni la semana que viene, pero tarde o temprano volveréis a toparos con él.