Partida Rol por web

A mis oídos llega el sonido de la tormenta, el silbido del viento pasando entre las casas, colándose en su interior por cada rendija. Sonido que es destruido cuando Sven se gira para ver quien está tras él y ver como cuatro nudillos viajan hacia su rostro.

El vigoroso Sven no se inmuta si quiera y en un abrir y cerrar de ojos su brazo se estira para enganchar mi cuello con una de sus manos.

Abro los ojos. Sigue todo oscuro. Ignoro su tremenda fuerza y mis dos manos intentan deshacerse del brazo que me sujeta. Fuera sigue el frío, aquí y allá. Los cristales de la ventana de la habitación de al lado se estremecen, resistiéndose a quebrarse. Creo escuchar ruidos arriba, de un lado a otro de la casa, como si algo se moviese apresuradamente. Se me eriza el vello al saber que una de esas cosas viscosas van a por Nat. y Susan.

Busco con la mirada algún objeto contundente para golpear a Sven, pero todo me queda demasiado lejos. Lo único que tengo a mano es mi psitola, que queda guardada en el borde de mi pantalón. Entre dientes le digo a Sven que me suelte al mismo tiempo que veo como Ayira está a punto de presentarse con algún objeto entre sus manos, tiempo que gasto en varios intentos para alcanzar mi pistola sin éxito. La mano libre intenta deshacerse del apretón del cuello, notando como la nuez queda encogida en la prisión de su mano, lo que me obliga a utilizar las dos manos para deshacerme de su brazo y mantener un duro forcejeo.

Leon desencadena finalmente una acción frenética, ya que tras su puñetazo todos los demás empiezan a moverse y actuar en consecuencia, como si hiciera rato que sencillamente esperaban un "detonante".
El ladrón de guante blanco intenta zafarse inútilmente del fuerte agarre de su adversario, quizá sin darse cuenta de que sus intentos de coger el arma y a la ver intentar liberarse no resultan buena idea, probablemente por ello al final decide centrar toda su atención y fuerzas en la mano que oprime su garganta.

Por su parte, Ayira no se queda de brazos cruzados y aunque intuye que algo dentro de la cabeza de Sven no acaba de estar claro tampoco puede dejar que acabe con Leon, así que le golpea con dureza en las piernas consiguiendo que apoye una rodilla en el suelo con un gruñido mezcla de dolor y de furia.
Se gira entonces hacia la cirujana e intenta lanzarle encima al propio Leon, que a fin de cuentas no deja de ser un peso bastante contundente, pero por suerte para ambos la posición en la que se encuentra consigue que Leon tan sólo dé un torpe traspiés quedando así liberado del peligroso agarre de Sven.

Es entonces cuando la puerta cercana a la posición de vuestro oponente chirria más de lo debido y todos podéis ver a Natalie con Susan cogida firmemente en brazos. Al parecer pretendía pasar desapercibida entre tanta acción por la única salida viable pero desgraciadamente la jugada no le ha salido demasiado bien.

Sven se incorpora entonces con expresión dura y extiende el brazo y la mano hacia la detective. El gesto puede llevar a equívoco pero su cara deja claro que no está sintiendo el más mínimo sentimiento por el reencuentro con la que en un pasado fue su amada.
-Devuélveme a la niña- pide en tono exigente mientras arriba estalla estridentemente algún cristal.

Parece que hacen lo que pueden para pararle pero, nada es suficiente, aun recuerdo el dia que me salvo de aquellos hombres cuando me devolvia a casa, creo que aun tengo el vestido en algun lugar con los zapatos.

Al menos estan bien, cierro los ojos para no ver mas cuando la puerta hace mas ruido del que me esperaba y...nos ha descubierto. Inexpresivos, no son sus ojos, arriba estallan los cristales, acaba de entrar esa cosa por la ventana cerrada, me imagino que ahora intentara llegar hasta donde estoy. Apreito mas a Susan contra mi y niego mientras mi mirada muestra determinacion.

No es lo unico que digo mientras me mantengo seria, mientras miro de reojo a la puerta de la salida, se que no tengo oportunidad pero deberia intentarlo.

No se por que tengo que entregartela, no eres la persona que dices que eres. Ryan tenia razon, le han lavado el cerebro, no es él.No tengo un arma, pero tengo mis puños para protegerla. ¿Que elegiras Nat?¿ el hombre que amas o la niña que es una inocente y que esta entre tus brazos? creo que no tengo que responder, la eleccion ya esta echa

Apartate y dejame salir Espalda recta sin dejar de sujetarla amorosamente Una vez alguien me dijo que llevaba una coraza demasiado grande y oxidada para mi, creo que no es asi. Por fin es la armadura de una valkyria. Apartate y dejame salir vuelvo a decir con contundencia sin mirar ni su mano extendida

Leon lucha por su vida contra el tal Sven. Le tiene agarrado por el cuello y amenaza con privarle de toda molécula de oxígeno que ose entrar en su organismo. Veo como Ayira recoge un objeto de alrededor y se acerca a Sven golpenándole y hace que su intento por lanzar a Leon contra ella quede solo en la intención. Leon consigue soltarse y Sven clava la rodilla en el suelo. No me gusta el cariz que está tomando la situación, pero al menos nadie está cerca de la muerte ahora mismo.

Nadie hasta que Natalie abre la puerta por la que un tiempo antes había desaparecido. Viene con la niña y ambas corren peligro al estar tan cerca del asaltante. -¿Qué debo hacer? ¿debo esperar? ¿debo intervenir? ¿separarles? ¿dejar que se maten? ¿salir corriendo y aprovechar la oportunidad de que están entretenidos? No, me encontrarían de nuevo. Hay que solucionar esto, sea lo que sea.

-Hey, basta ya. -Con un par de bemoles intento distraer su atención hacia mi persona -Lárgate por donde has venido. No se quien eres y poco me importa, pero estoy seguro de que tienes otras formas de recuperarla en vez de entrar rompiéndolo todo y amenazando a los demás. Así que sal sin hacer más ruido. -El corazón me va a mil por hora y trata de salir de mi pecho atravesando mis costillas. Puedo sentir como me retumban las sienes mientras trato de calmarme. Espero que mi intento de ser un tipo duro no haya quedado algo descafeinado.

-Espero haberme puesto del lado del bando correcto. -Me acerco un poco más hacia él mientras el bisturí sigue oculto en mi manga. No es un arma que sirva para causar graves daños salvo que se clave en algún lugar muy exacto, así que podría servir para ahuyentar, pero confío más en mis manos que en el pequeño instrumental médico. Tengo que tratar de interponerme entre la pequeña y el intruso.

Su mirada sólo se dirige hacia delante, buscando caminos por los que seguir huyendo en busca de Susan. La herida en la mano aún me quema, produciéndome el agudo dolor de un pinchazo en cada movimiento. Mi respiración, jadeante, busca aire en el asfixiante ambiente en el que me encuentro. El sudor empapa mi frente por el esfuerzo que debo de hacer por soltarme de las garras de Sven. Por fortuna, la cirujana sabe encontrar puntos débiles más facilmente debido al estudio del cuerpo humano y Sven aterriza con una rodilla clavada en el suelo mientras sigue sujetándome el cuello, esta vez con menos fuerza. El propio Sven decide usarme como arma arrojadora e intenta lanzarme contra Ayira, de nuevo la suerte ha jugado en su contra y solo doy un pequeño traspiés.

Finalmente consigo pararme gracias al cuerpo de la cirujana. Necesito que se me aclare la garganta para poder darle las gracias, pero tampoco sería un momento muy oportuno. -Quizá sea nuestra oportunidad de librarnos de...- La puerta cede por completo y aparecen Nat. y Susan cojida en brazos, acompañado de un romper de cristales.

Mi pies me conducen, inconscientemente, al lugar que del estruendo sonido de decenas de cristales caer al suelo. Resbalo varias veces por el piso de la consulta en mi frenética carrera hacia el piso de arriba, la causa debe ser por culpa de la suela de mis botas que aún permanecen húmedas por la nieve, pero no me importa, esos tentáculos negros van a bajar con el objetivo en mente que le haya ordenado Sven, y seguro que no es otro que facilitarle el trabajo para que se quede con Susan.

De camino hacia allí me saco la pistola, mientras se escucha, ya a mis espaldas la voz del novato que intenta poner las cosas más complicadas al que ha perdido los sentimientos. -Sven-

Había intentado golpearle de forma más que consciente, no había sido un gesto de defensa automático, sino una acción premeditaba que buscaba que su rodilla terminase en el suelo. Quizás fue el éxito inesperado de mi acción lo que me dejó algo sorprendida, siempre había pensado que simplemente la barra se doblaría en contacto con su pierna y que eso le enfurecería más. Lo que no podía negar era que le había enfurecido en eso no me había equivocado. Pero también había liberado a Leon se su temible presa, aunque me lo lanzó como si de un fardo se tratase este trastabilló hasta que se agarró a mis brazos y yo intenté tirar de él para no irnos los dos a parar al suelo.

Nat estaba a mi espalda, su aparición no era lo que me habría esperado en estos momentos y la situación se complicaba por momentos, por fortuna crucé la mirada unos segundos con los ojos de Susan como para saber que no todo iba a terminar mal y que estábamos haciendo lo correcto. Ella era una niña pequeña e inocente que había tenido que soportar más de lo que se le puede exigir a muchos adultos y estaba dispuesta a sacrificar mi vida por evitarla más situaciones como aquellas.

Necesitaba que alguien placase a Sven lo suficiente como para que este se sintiese algo indefenso. Estaba convencida de que así podría penetrar en su mente y llegar al problema de raíz. Ryan seguí tendido en la camilla y aunque me hubiese encantado que estuviese consciente ahora era una preocupación más de la que hacerse cargo. Mark estaba tratando de hacerlo lo mejor posible pero no creía que aplacase a Sven con esas palabras. Mark ten cuidado, es más peligroso de lo que crees.

Con disposición agarré con fuerza la barra y me preparé para descargarla sobre él si fuese necesario en cualquier momento.

Leon desaparece escaleras arriba, corriendo como una exhalación, abandonado el quirófano ya suficientemente atestado de gente y tensión, aunque esta vez y por unos segundos la acción se ha detenido dando paso a miradas atentas y algunas frases importantes.
Sven frunce el ceño y aprieta los labios tras las palabras de Natalie, claramente descontento por ellas como era de esperar.

-Apenas la conocéis, sobretodo tú- dice en referencia a Mark, mirándole de reojo mientras baja el brazo -Yo la he criado, es mi hija, más de lo que será nunca tuya- espeta con dureza esta vez a Natalie, la cuál puede notar las pequeñas manos de Susan aferrándose a su chaqueta mientras la niña mira a Sven y a su "tía" alternativamente y con lágrimas en los ojos. No entiende muy bien lo que está sucediendo y porque de repente ambos se tratan como si fueran enemigos, por ese mismo motivo es incapaz de elegir si preferiría estar con uno o con otro.

Sven aprecia esa duda, en realidad todos lo hacéis, y entonces suaviza su expresión alcanzando a sonreir levemente, sólo para la pequeña.
-Vamos cariño, sabes que no te haré nada, siempre te he cuidado bien...- emplea un tono mucho más cariñoso que parecía imposible de escuchar dado su actual estado, pero según parece hay ciertas cosas que no consiguieron borrar de su mente por mucho que se esmerasen.

Susan emite un hipido para ahogar un sollozo y empieza a soltarse de la ropa de su querida tía, momento en el que la mira.
-Quiero ir con él- le pide con relativa tranquilidad, pero sobretodo inocencia, ante la sonrisa complacida y triunfal de Sven.

Las conversaciones del quirófano quedan atrás, a fin de cuentas la palabrería no ha sido nunca lo que más te ha motivado.
Desenfundas tu pistola cuyo cargador empieza a aproximarse a la mitad y subes rápidamente las escaleras dirigiéndote a la zona donde crees que esa "cosa" habrá hehco acto de presencia.

Efectivamente la encuentras en la habitación de la propia Ayira, donde escasos minutos antes se encontraban Natalie y Susan. Al parecer tus disparos no consiguieron descomponerla del todo cómo creías y esta vez es más consciente que nunca de tu presencia, ya que la especie de líquido viscoso empieza a erguirse como si de una serpiente se tratara y antes de que te des cuenta ya se ha lanzado sobre ti con la rapidez de una víbora.

NIego mientras miro a Susan, se que terminare perdiendo esta pelea pero no voy a dejar que se la lleve asi como asi. MI respiracion esta acelerada, como si no hubiera nada mas en el mundo.

Puede que no sea mi hija, pero yo soy mas madre que tu has sido padre en este tiempo la acaricio con suavidad el pelo y la beso en la frente mirandola a los ojos acariciandola la mejilla y arrodillandome en el suelo.

Leon esta arriba, me imagino que va por esa sombra. Susan, no puedes irte con él. Aunque sea tu tio, hay cosas que no se pueden explicar. Sabes que llevo esperando mucho para que vuelva con las dos, pero no es el Sven que conocemos, ha cambiado.

Se van a acabar las tortitas, salir de compras, llevarte a ver esas peliculas que tanto te gustan o que me ayudes a elegir la ropa del trabajo.

Le miro desde donde estoy, niego mientras me concentro en hayar la manera de que sea el mismo, que no...no te engañes, no es él, si lo fuera ahora me daria lo que fuera.

Algo pasa, algo que no se que puede ser. Lo noto, en mis huesos, en mi....Dicen que los angeles, tenian una coraza que les puede servir de proteccion, que tenian la luz divina que purgaba el mal. Me gustaria en este momento tener esa coraza, su espada llameante y su luz para dejar que la oscuridad se purgara. Una plegaria silenciosa a Dios pidiendo que por favor, me de algo...

Todo está en penumbra, ennegrecido por la escasa luz que entra, esto no es que sea un aliciente para recorrer el camino hasta el piso de arriba. Aún así, no quiero perder mi costumbre. Las voces queda ya en voz queda a mi espalda.

Intento visualizar en la oscuridad del ambiente a ese ser hecho de completa oscuridad y que solo obedece a las ordenes de Sven. Sólo avanzo unos pasos. Mis ojos pueden ser capaces de vislumbrar con más facilidad cualquier movimiento en este estado. A mi mente vienen palabras para mantenerme concentrado y dejar de lado el miedo que a otros les puede consumir. -Ya no es mi problema, él está aquí para llevarse a Susan, ha venido a buscarla ¿pero por qué?. Un Angel...-

El último peldaño me queda a un suspiro, lo subo con la pistola armada y de pronto me veo a esa criatura. Espero, espero hasta el último instante para ver cuales son sus reacciones. Me lanzo por el suelo, de modo que la espalda toque el suelo y pueda deslizarme por el para alejarme del cambiaformas. -Llora solo por la gente que lloraría por ti- Aprovechando que tengo la pistola en mis manos lanzo una rápida ráfaga de disparos mientras mi espalda se desliza por el suelo, susurrando unas palabras que viajan el mismo tiempo que los proyectiles de bala.

El tipo engominado me acusa de no conocer a los presentes y ciertamente tiene razón. Parece ser un viejo amigo del grupo, aunque en estos momentos no parece ser muy amigable. Al menos me entero de su parentesco y es que es el tío de la pequeña. Nunca me han gustado las riñas familiares, pero esto es el colmo. Los sucesos sobrenaturales escapan ya a toda guerra legal por una custodia.

Contra todo pronóstico y a pesar de la insistencia de Natalie, la niña decide irse con su tío. No se si ha empleado algún truco mental, lo cual no me extrañaría viendo a la gente que me rodea, e incluso yo mismo. Me miro las manos pensando en qué sería capaz de hacer conscientemente. Ya había empleado "mi poder" un par de veces y aún no me hago a la idea de ser capaz de repetirlo cuando me haga falta.

Miro a Ayira, no se qué hacer, no se como acabará esto. -Tendré cuidado.

Las únicas personas que en estos momentos pueden dirigirse a Susan ya han jugado sus cartas. Los dos han empleado un tono cariñoso con la pequeña, los dos son personas que se han jugado algo más que su vida por protegerla en más de una ocasión, y los dos se han enfrentado el uno al otro como si fuesen perros rabiosos. La aspereza de sus voces, sus palabras hirientes, la complicidad de los insultos que se espetan el uno al otro dejan claro que su relación era muy profunda. No debo inmiscuirme entre ellos, pero no quiero que ella se vaya con él, no como se ha presentado aquí.

Mi corazón late apresuradamente, las pulsación retumban en mis oídos, casi no puedo pensar cuando los dedos de la niña se sueltan de la chaqueta de Nat para comenzar a decantarse por Sven. ¡No! Mis ojos actúan como un espejo, el grito que ha muerto en mi garganta comienza a fluir por mis pupilas, la tristeza y la impotencia se apoderan de mi mirada. Los nudillos blanquecinos que sujetaban la barra de metal comienzan a relajarse poco a poco sobre el arma improvisada. Ella ha decidido y yo no puedo hacer nada que cambie su opinión. Ni siquiera un ataque abierto como el que Sven ha representado hace unos segundos ante ella hacen que reflexione. Susan piensa por favor...

Dejo la barra del gotero a mi lado, ya no merece la pena que siga amenazándole, casi ha conseguido su objetivo y no creo que consiga nada golpeándole. Las constantes de Ryan eran normales la ultima vez que le tomé el pulso y no era el momento más indicado como para volver a comprobarlo ahora. Quizás si revertiese la anestesia él podría hacer algo. Negué para mi misma cuando el cuerpo tendido de Garras respiró tranquila y profundamente sobre la camilla, no podía despertarlo para algo tan egoísta, no podía decirle que me sentía perdida y no sabía que hacer, que él siempre había sabido guiarnos y protegernos que le necesitábamos más que nunca. Maldiciéndome a mi misma por mis acuciantes temores y dudas preferí quedarme justo donde estaba antes que adelantarme y estropearlo todo.

Mi cerebro seguía revolviendo en su interior en busca de una respuesta, poco a poco un plan se fue perfilando, era arriesgado y no estaba segura de ello, pero al menos serían las únicas bazas que podría jugar y para ello necesitaba que lo que más temía en este momento se cumpliese. Susan tenía que alcanzar a Sven, eso me daría unos segundos, lo suficiente como para pillarlo con la defensa baja.

La pequeña "reunión" resulta tensa por momentos. Susan duda y es normal, demasiada responsabilidad para unos hombros tan pequeños a pesar de no ser la primera vez que se ve envuelta en problemas que la sobrepasan.
Da apenas medio paso hacia Sven, pero en cuánto Natalie empieza a hablarle cariñosamente y hacerle algún que otro mimo parece salir de su ensimismamiento, sacude un poco la cabeza y vuelve a girarse hacia su tía, quedándose junto a ella hasta abrazarse a su cuello.
-Me quedo con mamá- sentencia con mayor decisión, sin mirar a nadie más.

Cómo era de esperar, eso consigue que Sven emita un gruñido, entre frustado y furioso, da un golpe en la pared más cercana dejando una marca apenas perceptible y entonces resopla recobrando nuevamente la compostura.
-Eso ya lo veremos- espeta con frialdad antes de apoyar la mano nuevamente en el lugar golpeado, atravesando la pared cómo si sencillamente se introdujera en ella, formando una especie de mancha negruzca en ella que al cabo de poco se desliza hasta el suelo, fundiéndose con las sombras del entorno...

Os quedáis varios segundos dudando, incapaces de discernir su posición, sobresaltándoos con varios disparos provenientes del piso superior, momento que Sven parece aprovechar para hacerse más visible y patente, todavía en esa extraña forma de sombra negruzca, bajo los pies de Susan, la cuál empieza a hundirse lentamente cómo si de arenas movedizas se tratara.

Todos podéis apreciar, algunos con más detalle que otros sencillamente por la posición o vuestro grado de atención hacia la camilla, cómo Ryan parece estar empezando a reaccionar.
Al principio parece casi cómo si de una ilusión óptica se tratara, de hecho la razón de Ayira le repite varias veces que es imposible que se esté recuperando de la anestesia tan pronto... pero también es cierto que Ryan parece estar hecho todo un todoterreno capaz de soportar cualquier cosa; ya le habéis visto recuperarse de heridas que parecían mortales tantas veces...

Lo que parecía una sugestión producida por la necesidad se convierte en realidad cuando los dedos de sus manos empiezan a moverse con lentitud, hasta que finalmente abre los ojos y empieza a mirar alrededor completamente confuso y perdido, bastante normal si se tiene en cuenta que la última vez que estuvo consciente de verdad se encontraba en un motel de mala muerte a las afueras de la ciudad.

Para entonces, la sombra que resulta ser Sven ya ha empezado a "engullir" a Susan lentamente, y mientras vosotros decidís qué hacer al respecto Garras empieza a incorporarse con lentitud y el vientre todavía lleno de puntos de sutura y varias prótesis que los sujetan.

La masa oscura se mueve con relativa facilidad, así que consigues esquivarla a tiempo con la agilidad que te caracteriza, rodando por el suelo y quedando así bien apoyado para endosarle una buena ráfaga de balas que impactan de pleno en tu objetivo, produciendo un sonido extraño, como si reventará una pompa de jabón enorme, salpicando nuevamente toda la habitación de varios pequeños charcos de ese "ser", sea lo que sea.

Sin duda has ganado tiempo, es evidente que ahora se encuentra disperso, pero del mismo modo sabes que no es suficiente ni definitivo pues antes en el patio conseguiste un efecto similar y sin embargo aquí está.
Te quedas unos segundos a la expectativa y entonces aprecias cómo las distintas gotas y "manchas" se deslizan muy lentamente hacia la masa más grande que ha quedado de todas ellas, probablemente para unirse de nuevo y proseguir cómo si nada.

Un pequeño paso dubitativo y las palabras cariñosas de Natalie hacen que Susan recobre su libertad para elegir, en estos momentos Nat acaba de pasar de ser su tia a ser su madre por decisión propia. Si el marco en el que nos encontrásemos fuese un bonito parque lleno de flores, con los caminos perfectamente rastrillados y un sol envolvente, cálido recorriendo nuestros cuerpos me habría dicho a mi misma que la magia existe más allá de las películas. Pero el golpe de Sven es contundente y repentino. Un ligero sobresalto sacude mis hombros cuando estampa sus nudillos contra la pared de mi pequeño consultorio médico.

Las sombras, sus palabras, el miedo, la duda, todo hace que la magia de ese momento no sea más que un estúpido pensamiento romántico. Su cuerpo comienza a fundirse con las sombras del apartamento, maldigo para mi misma, mi plan se esta desintegrando poco a poco a medida que su cuerpo se transforma en esa esencia densa y profunda. Unos movimientos por el rabillo del ojo me hacen mirar concienzudamente la camilla unos segundos. No puede ser... Sus dedos se mueven, su respiración no es la de un anestesiado cualquiera, sino la de alguien que ha despertado, pero es demasiado pronto. Cuando se incorpora sobre si misma ya no queda duda alguna, ha conseguido superar una vez más a la muerte en la carrera de la vida. ¡Dios mio! Atontada durante unos segundos no se que hacer, mi plan es inutil si no consigo que Sven regrese a su cuerpo y Garras parece haber despertado al escuchar mis pensamientos.

Me acerco a la camilla y le pongo un dedo delante de los ojos y lo muevo hacia los lados para comprobar su atención y la modulación de las pupilas. Sigue el dedo un momento. Se que es absurdo pero todavía no puedo dar crédito a su pronta recuperación. Intento retenerlo con una mano apoyada en su hombro y empujando hacia la camilla poco a poco, no puedes levantarte, la herida es demasiado grave. Por su mirada se que se siente algo desorientado. Estas en mi casa, en la zona del quirófano, hace poco que te he operado, si te levantas se saltarán los puntos. Vuelvo el rostro hacía lo que sucede a mi espalda, Susan se hunde en un torbellino de sombras, sus rodillas ya han desaparecido de la sala y sus ojos nos miran desorbitados.

La presión que ejercía en el hombro de Ryan para impedir que se levantase se interrumpe de forma brusca, rápido dime que puedo hacer. Mis ojos han recuperado la desesperación anterior, pero ya no hay signo de tristeza en ellos, solo un pequeño rayo de determinación. El valor de los que no tienen nada que perder con el intento.

Dejo soltar el aire desde el suelo, aliviado por ver que ese ser ha dejado de existir para siempre. Con toda la intención de volver con los demás apoyo una de mis manos para levantarme del suelo y cuando todo indica a que voy a dar los primeros pasos para bajar las escaleras, algo se mueve, algo que hace que me de la vuelta lentamente.

Frunzo el ceño.

-¿Pero qué coño...- Mis pensamientos son destruidos al ver como esa cosa sigue con vida, manteniéndo una dura lucha por volver a formarse. Rápidamente intento buscar una solución, observando con detalle todo lo que hay en el cuarto de Ayira, me toqueteo los pantalones por la zona de los bolsillos hasta que doy con un objeto insignificante pero extraordinario al mismo tiempo: un encendedor. Quizá no sirva, pero lo que sería inútil del todo es volver atrás mientras dejo que esa viscosidad vuelva a unirse por si sola.

Con rápidez abro armarios, cajones, miro por encima de la mesita de noche hasta dar con algo que fuera inflamable, algo que arda con rápidez como un bote de laca o un insecticida. -Vamos vamos, tiene que tener algo por aquí..- Susurro mientras la masa viscosa sigue uniéndose a ritmo sin pausa.

Sonrio y abrazo y beso a Susan en la frente cuando decide quedarse a mi lado

gracias..has oido mi plegaria es lo unico que pienso  y me ha llamado mama, voy a dar ese paso cuando salgamos de aqui, la adoptare y oficialmente sera mi hija, no quiero que pierda el apellido de Sven pero ahora no es el.
El golpe me sobresalta y la escudo con mi cuerpo como si un golpe de no se donde exactamente callera sobre nosotros como la Ira de Dios. Cierro los ojos y solo escucho su voz, mas tenebrosa y oscura que siempre.

Alzo la mirada y le desafio con ella mientras la oscuridad le engulle, y se desliza hacia los pies de Susan que esta hundiendose.
no vas a llevartela maldito. No voy a dejar que te  la lleves

Ni me inmuto por que Ryan se este levantando, estoy mas centrada en lo que tengo delante en salvarla. La cojo por los brazos e intento sacarla de alli.
Susan no dejes de mirarme, no voy a dejar que te lleve. Vamos a salir a hacer un muñeco de nieve fuera y a tirarle las bolas a los demas como en una pelea. Sigo intentandolo mientras me pego mas a ella e intento que no siga bajando.

Sven por amor de Dios, no sigas. Solo nos dañaras a todos y mas a ella que a ningun otro
Ni me he dado cuenta pero una lagrima comienza a aflorar en mi ojo y se desliza por mi mejilla, mi barbilla para caer al suelo sobre esa sombra que intenta separarnos, hundiendose en ella, despues la sigue otra que hace lo mismo. Ahora es cuando te das cuenta que lo que habias pensado y lo que habias deseado no tiene cabida en este mundo, la magia murio, el amor ya no tiene cabida, solo hay miedo, odio y desesperanza, pero no me va a poder, siempre hay esperanza, es lo ultimo que se pierde por lo que dicen, pero en mi la llama sigue viva y no se apagara, seguira avivandose poco a poco.

Te quedas atónito apenas un instante al percatarte de que ese ser vuelve a recomponerse. Está claro que las balas no son la mejor arma, al menos contra criaturas sobrenaturales no, así que decides improvisar otra cosa... Te abalanzas sobre el tocador de Ayira y buscas por sus cajones hasta encontrar un bote de laca que ya acumula algo de polvo... la verdad es que su corte de pelo actual es demasiado corto para necesitarla pero te basta con que todavía funcione y no esté caducada.

Para cuando tienes el improvisado y pequeño lanzallamas preparado, la masa viscosa ya está casi regenerada, así que decides no darle tiempo a continuar con dicha tarea y presionas el aspersor, encendiéndolo con el mechero para quemar a la criatura, la cuál a pesar de no tener ningún tipo de rostro ni nada que se le parezca emite un sonido agudo lastimero y de lo más extraño, aparentemente "derritiéndose".

Así es, su cuerpo gelatinoso y viscoso se empieza a convertir en una masa mucho más acuosa y resbaladiza, así que para cuando terminas tan sólo queda un charco de lo que podría ser barro en medio de la habitación. Sin embargo ahí está, no ha desaparecido del todo.