Aldo desenfundó su látigo, era muy incómodo utilizar su lanza larga en un techo tan bajo y la espada larga no era una opción viendo a sus compañeros abalanzarse contra el pobre guardaespaldas como bestias trémulas sobre carroña.

Avanzó unos pasos con su arma ya en la mano y gritó a los que aún quedaban atrás.

-Señores, no deseamos hacerles daño, por favor suelten sus armas, los superamos en número y en fuerza, por favor!

Era claro que el combate no era su fuerte, pero cuando se trataba de negociar, Aldo era tocado por los mismisimos dioses.

Incluso Nü se paró en seco al escuchar a Aldo, parecía tan convincente...¿Porqué iban a seguir luchando? Estaba claro que iban a perder. Ni se esforzó en correr a auxiliar a Polter, Las palabras de Aldo ya lo habían salvado.

TURNO 1

La contundente aparición del grupo de amigos, quienes dejaron fuera de combate en un parpadeo al guardaespaldas, pilló desprevenido tanto a los hombres que amenazaban a Basrim Polter como a él mismo. La puerta, que se había abierto con un portazo golpeó la pared y cuando quiso volver a su posición original el cadáver con el cráneo humeante se lo impidió. Tanek y su escolta echaron mano de las espadas instintivamente pero las palabras del bardo actuaron como el mejor de los adhesivos ya que ambos detuvieron el desenfundado de estas de manera automática. Desde luego las frases de Aldo no eran para nada equivocadas. Puede que hace un par de semanas esas mismas palabras hubiesen sido vana prepotencia y fanfarronería pero, después de los combates que habían afrontado juntos como grupo, los ocho muchachos habían demostrado que eran una fuerza a tener en cuenta. Una eficaz maquinaria diseñada por los mejores inventores gnomos que después de cada uso funcionaba mejor y más eficientemente al ser engrasada con la sangre de las víctimas que dejaban a su paso.

Las palabras de Aldo parecieron sembrar la duda al menos entre sus enemigos. 

Sally no desperdició la ocasión y con velocidad pasó entre sus compañeros, sobre el cadáver aún caliente del guardaespaldas caído, y se situó en una de las esquinas de la sala.

Quizás tengan apego por su vida y se rindan antes de derramar sangre.

Yenian hizo entrada en la habitación una vez derrotaron fugazmente al guardaespaldas que apareció tras la puerta. Las palabras de Aldo parecieron hacer un gran efecto sobre los otros dos individuos que amenazaban a Polter, todo apuntaba que no iba a ser necesario un nuevo derramamiento de sangre.

- Soltad a Polter, dejad vuestras armas en el suelo y apartaos hacia esa esquina, no hay necesidad de provocar una pelea absurda, ordenó el paladín con firmeza mientras hacia un gesto al resto de compañeros para que fueran entrando también en la habitación.

El monje entró dando unos pasos dentro de la habitación y miró fijamente a sus adversario, mientras Yenian ordenaba deponer las armas. El monje se quedó observando muy concentrado a la vez que esperaba que obedeciesen las órdenes dadas. Démosles una oportunidad- penso inocentemente.

Asombrado por cómo habían cambiado las circunstancias en un momento Tanek desenfundó su arma y retrocedió un par de pasos para colocar a Polter entre los muchachos y su persona. ¿De dónde demonios ha salido tanta gente? - Desde luego, por lo que podía atisbar desde el interior de la habitación, había varias personas más en la habitación contigua con lo que el chaval no mentía con respecto a que se encontraban en clara desventaja. Por un momento la figura de Nister se le pasó por la cabeza pero automáticamente la desechó cuando vio al otro guardaespaldas caído en el suelo frente a él con la cabeza abierta como un melón. Debe estar muerto también. Podrá ser un idiota pero no es un cobarde... - Tanek valoró la situación durante unos instantes. Más de una vez había combatido contra varios adversarios, pero allí había un mago al menos y puede que alguno de los demás también pudiese lanzar magia. En otro momento Tanek Tresfuegos se hubiera lanzado sin pensarlo sobre aquellos insensatos pero mucho había cambiado su persona desde entonces. Con las mejillas hundidas hacia adentro debido a el racionamiento de comida y cuerpo a juego con ello, no se encontraba en el mismo estado físico que en aquellos días; y su compañero tampoco estaba a la altura.

El soldado agarró el pelo del obeso mercader y lo echó su cabeza hacia atrás con un brusco tirón para mostrar su garganta a los aventureros. ¿Te has traído amigos sucia rata? ¿Así es como pensabas traicionarnos? ¿Con unos niños? No me hagas reír... - Susurró pegando la mejilla contra la de Basrim. 

¿QUIEN COÑO SOIS VOSOTROS Y QUE HACÉIS AQUÍ DENTRO? ¿Es que no sabéis llamar a la puerta? - Preguntó enojado y con sus ojos danzando de uno a otro de los recién llegados. 

Zahelín se escabulló rápidamente pasando por encima del cadáver sanguinolento del matón hasta colocarse a la vera de su hermano. Desde ahí extendía su manto de protección hasta el mercader cuyo cuello estaba siendo amenazado y permitía, tanto a Sally como a Nü, poder actuar con rapidez amparados en su cobertura. Ambos eran muy rápidos, ella lo sabía, pero instintivamente prefería que fuera su compañera la que actuara. Una situación así de tensa podía desencadenarse en cualquier momento. La tensión se apoderó del cuerpo de la elfa cuyos nudillos se quedaron blancos por la falta de circulación, tal era la fuerza con la que agarraba la maza. Clavó su mirada en el compinche del hombre que parecía el jefe allí.

- No tenéis salida. Tenemos un poderoso sanador entre nosotros. Si le corta el cuello logrará curarlo y serás tú el que permanezca en el suelo con el cráneo hecho migas como el de tu compañero.-No se le daba bien mentir y, aunque Grasp estaba con ellos, permanecía fuera de la tienda. ¿Le daría tiempo al clérigo a salvar la vida del comerciante si éste era agraciado con una nueva sonrisa de oreja a oreja? La duda apagó un instante el fuego que la elfa tenia en la mirada.

Detrás de todos sus compañeros Jonas empieza a hacer unos gestos que solo pueden ver claramente Aldo y Al, cubriendose a si mismo de energía de color verde su tamaño empieza disminuir, unos sutiles rugidos empiezan a salir de el, al mismo tiempo que gran cantidad de un pelaje negro empieza a salir de su cuerpo, la transformación culmina en un aullido que puede hacer temblar la más fuerte de las voluntades, Jonas y Melk ahora compartiendo la misma apariencia física entran en la habitación pasando por detrás de sus compañeros y culminando a los lados de Tanek Tresfuegos, ambos mostrando sus colmillos y en posición de ataque.!

Tras haber maniatado a su "paciente" y haberlo dejado en el callejón escondido detrás de unas cajas y con un grueso calcetín metido en la boca, el clérigo emprendió la carrera hacia el interior en busca de sus compañeros.

Nada más entrar, echó un vistazo a la situación y, con su fiel atarraga en la mano, avanzó hacia el grupo.

-¿Me añorabais?-Preguntó mirando a Nü.-Bueno, ya estoy de vuelta. ¿Se rinden o hay que matarlos?

En lo que Jonas escucha la expresión de Grasp, ruge una vez más y esta vez todo su pelo al igual que el de Melk está erizado.!

Al sacó un pergamino mientras avanzaba hasta la puerta de la habitación contigua, allí se quedó, con la mirada fija clavada en el hombre que tenía al que parecía ser Balsrim como rehén y escudo humano, esperando hasta el mas mínimo movimiento que pudiese poner en riesgo la vida de aquel que podía tener más información acerca del Colmillo del Oeste y más pistas acerca del posible paradero de la hermana de Aldo. Su corazón palpitaba de emoción y de incertidumbre, quizás había ocultado demasiado tiempo su secreto y estaba decidido a contárselo a Aldo en cuanto tuvieran un tiempo de descanso.

Nu se volvió con una sonrisa al ver a Grasp. Luego volvió a poner cara de tío duro miró a Tresfuegos. Aquí las preguntas las hacemos nosotros. Apártate y suelta las armas. Dijo sosegadamente.

-Calma, Calma todos. -Dijo el bardo con voz firme, casi dando una orden a sus compañeros, casi le había aprendido a Yenian a ser autoritario y algunos de sus gestos se le estaban pegando a Aldo.

El mundo pareció detenerse, como si el mismisimo Elminster hubiera lanzado ese conjuro en Aldo. Con sumo cuidado de no realizar ningún movimiento agresivo avanzó un par de pasos hasta llegar a la barra. Apoyó su mano derecha y ejerció fuerza para levantar su cuerpo mientras sus piernas pasaban por encima.

-Aquí solo queremos hablar con este hombre, no lo conocemos, pero queremos hacerlo!

Siguió avanzando paso a paso hasta ponerse cerca de la espalda del moreno rapado. -De verdad, confía en mi, mírame a los ojos y verás que no miento, por favor, suficiente tuvimos con una muerte, tu otro compañero está en el callejón inconsciente, pero aún vive. 

Aldo sabía casi con certeza que ese sujeto trabajaba con los infames que habían secuestrado a su hermana, y que cuando menos tendrían información más precisa que el mismo Polter. Suficiente sangre había sido derramada y prefería resolver las cosas de buena manera. Alzó las manos y las movió suavemente de arriba a abajo, como si estuviera pidiendo calma a su víctima, pero lo que en realidad estaba haciendo era conjurar para jugar con su mente.

Convenciéndolo de que era su amigo y que podía confiar en él, podría sacarle toda la información que requería sin levantar una espada. Habían venido por Polter, pero quizá hubieran hallado algo mucho más útil!

-Confía en mi. -Volvió a decir con su suave voz, mientras los pensamientos de su receptor empezaban a fundirse en medio de sus palabras...

Tanek observaba en silencio cómo el muchacho esbelto se acercaba con paso tranquilo pero decidido. Su voz pausada y carente de altibajos amansaría a un dragón en pleno ataque pero el soldado, haciendo un uso extremo de su fuerza de voluntad, consiguió apartar la mirada hacia aquel que mantenía cautivo. Aquello, sin saberlo, le sirvió para romper el hilo mágico que se solidificaba entre Aldo y él permitiendo que escapase del conjuro. Sin embargo, ajeno a haber sido víctima de un intento mágico de doblegar su voluntad, el soldado replicó a los aventureros que en mayor número se iban congregando en el interior de la habitación. 

Atrás! - Amenazó a los allí presentes sin perder de vista las fauces de los dos lobos que los flanqueaban. La punta de su espada se afianzó en el lateral del cuello de Basrim, quien no podía hacer otra cosa más que parpadear de manera nerviosa y tragar saliva constantemente. ¿Queréis hablar? Está bien, hablemos. Pero no deis un paso más o no será este gordo tripón el único que lo lamente. ¿Me habéis oído? Vamos joder, atrás! - Gritaba visiblemente nervioso y al borde de perder los nervios mientras una perla de sudor se escurría silenciosa por su sien izquierda camino de la mejilla.

Su compinche, siendo consciente de la situación desventajosa en la que se encontraban, no pudo evitar el retroceder un par de pasos sujetando la espada en la mano de forma temblorosa. 

¿Qué queréis de él?  ¿Quién os manda? - Inquirió de nuevo Tresfuegos intentando ganar tiempo y obligando a su cerebro a funcionar a marchas forzadas en ese momento de tensión. El comentario de la chica elfa y la aparición del otro muchacho que portaba él símbolo de Grumbar le constató que no mentían acerca de que poseían un curandero entre ellos. Eso en parte lo incomodaba, porque sabía que en su posición no sería capaz degollar lo suficientemente rápido al mercader para evitar así su curación, pero por otra parte lo tranquilizaba. El hecho de que contasen entre sus filas con un clérigo de Grumbar y un caballero le valió para saber que no podían estar trabajando para su enemigo, o por lo menos no de manera directa.

Podemos buscar una solución ventajosa para todos. ¿No es verdad? ¿Qué queréis, dinero?  ¿Joyas? ¿Tierras?- Las preguntas se sucedían con una sonrisa nerviosa dibujada en su rostro sin afeitar de varios días. Mi señor es sumamente rico y podrá pagaros con creces por vuestros servicios...

Sally sonrió como sólo sabe hacerlo una mujer que sabe que tiene la situación controlada.

Ohhh, mirad que encantador, todavía no se ha dado cuenta que ya no necesitamos al gordo mercader teniéndole a él. Yo voto por matarlos a los tres y que el mago les saque la información a sus cadáveres, así nos aseguraremos que ninguno nos miente.

Sally levantó su estoque y apuntó directamente al guardaespaldas que iba con el que hablaba. Dicen que después de eso tu espíritu nunca podrá descansar tranquilo.

Yenian continuó mirando amenazante a Tarek que seguía empeñado en utilizar al mercader como escudo humano. Tras resoplar por tener la paciencia al límite viendo que la situación no avanzaba y la vida de Polter pendía de un hilo, el paladín decidió tomar la palabra.

- Hablaremos… claro que hablaremos, contestó a Tarek, pero no hasta que dejes de amenazar la vida de ese pobre hombre. Haremos una cosa, prosiguió mientras enfundaba su espada y extendía sus brazos en señal de paz, suéltale y conversemos…

El paladín fue aproximándose lentamente frente a Tarek y se colocó entre él y Polter.

- Como puedes ver estáis en inferioridad numérica y rodeados, dijo mientras hacía referencia al resto de sus compañeros de la habitación. Tanto tu vida como la de tu compañero depende de lo que decidas hacer en este momento, pero una cosa te puedo decir con seguridad, si sueltas a Polter y colaboras con nosotros tienes mi palabra de que nadie de esta sala te hará daño, tienes mi palabra... Tú elijes tu destino, pero se acabaron los rodeos, ¡debes decidir ya!, concluyó dejando los brazos extendidos y clavando su mirada en el rostro de Tarek.

-Como clérigo te puedo asegurar que no es preciso matarlos y sacarle la información a sus cadáveres.-Dijo Grasp con una sonrisa de oreja a oreja y mostrando el símbolo sagrado de su atarraga y su armadura. Puede que cualquier clérigo pudiera llevar una armadura como la suya, pero el arma era de tan fina y especial factura que sería raro verla en manos de un novicio... en otras circunstancias.-Suele ser más rápido y barato matarlos, resucitarlos, matarlos de nuevo, resucitarlos... puede ser hasta un entrenamiento. Y lo mejor es que ni siquiera necesito que esté entero para resucitarlo. Y si matas al gordo también puedo alzarlo, así que no tienes nada.

Hizo una pausa y miró a los dos tipos. Su aspecto le recordaba al de Thekz Xakaz, pero algo le decía que era menos honorable que su reciente amigo.

Aunque claro, estamos precipitando acontecimientos. ¿Hablarás por las buenas? Mira, se que no quieres morir... creeme, he estado en esta situación antes y pocos son los que se juegan el cuello en lance desigual por una bolsa de oro. Solo dinos lo que queremos saber, suelta al tipo y puede que lleguemos a un acuerdo. Después de todo necesito combatientes capaces.