Un fuerte rugido de Jonas activa a Melk, este entiende que su objetivo esta en frente de él, debido a ello se lanza en ataque directo a Tanek, con mucha energía fue el ataque de este, logrando apresar fuertemente la pierna de Tanek, un movimiento de Melk hacia atrás intentando llevarlo al suelo tambien se hizo presente.

La armadura protegio bien a Tanek permitiendo a este reducir el daño de la mordida pero al menos esta fue efectiva.

Todo pasó a un ritmo frenético, más de cinco segundos en los que Aldo tardó en darse cuenta que lo que ocurría no era su imaginación. ¿Cómo era posible que una situación completamente controlada, con la honorable palabra de Yenian en medio y la rendición del enemigo como un hecho, a una situación de caos total? La sangre de amigos y enemigos empezaba a adornar la pequeña estancia de aquella herrería. Habían conseguido un premio muy gordo, no solo tenían a un mercader que quizá extorsionaban para abastecer de suministros las filas de quien fueran los enemigos, sino que también tenían a empleados directos del enemigo..... Y dispuestos a colaborar!

Mientras Aldo hablaba con Tanek, a su cabeza llegaron varios escenarios de una negociación que nunca llegaría, aún no le cabía en la cabeza la falta de sentido común del Elfo que por creerse un héroe terminó las negociaciones y arriesgó el propósito por el que habían recorrido tantas millas hasta ese lugar montañoso. Pero las recriminaciones vendrían más tarde, por ahora era momento de reaccionar.

Sus ojos miraban a un lado y a otro sin creer lo que veía; Nü combatía en un mano a mano con un Tanek Malherido pero dispuesto a seguir luchando, aún cuando el lobo de Jonas se abalanzó y mordió su carne.
Observó hacia otro lado y estaban la figura de Zhaelín y Yenian combatiendo contra un temeroso compañero de Tanek, intentando sobrevivir por todos sus medios.
A tan solo unos pasos a su izquierda, Grasp ayudaba como podía a su amigo Elfo con un corte que lo arrojó cerca de la muerte, no podía creer aún que Al hubiera estado tan cerca de la muerte solo por una decisión estúpida!.

Apretó su puño derecho y se percató que aún tenía enfundado su látigo. Como si de una erupción de un volcán se tratara, una idea se explotó en su cabeza.

Avanzó con paso decidido acercándose un poco más a Tanek. -Grasp, vigila que Polter no salga huyendo -Le dijo  su amigo mientras pasaba junto a él. blandió su látigo y apuntó a los pies del Enemigo, pero los rápidos movimientos propios de un combate, hicieron que la punta de su látigo golpeara fuertemente contra el piso, generando un sonido fuerte que retumbó por toda la habitación. -SSSPPPASSHHHH.

Los muchachos seguían asediando a sus enemigos sin prácticamente dejarlos respirar.  Si no era una estocada podía ser tanto una flecha como un puño o un látigo, eso sin contar con los mordiscos de los lobos. ¿Aguantarían mucho más tiempo en esa situación? Klater lo tenía claro, había que salir de allí como fuese o morir en el intento. Cuando la mujer elfa lanzo su ataque Klater no lo tuvo difícil para esquivarlo y utilizarlo a su favor. Pese a las heridas, los movimientos del soldado no eran tan lentos como podría esperarse de una persona en su situación, por lo que, aprovechando la inercia de su atacante, dejó que se colocase entre él y el lobo para atacar a la bestia desde un ángulo en que le resultaría imposible ver la trayectoria del golpe hasta que fuese demasiado tarde. Como era esperable, la espada de Klater se clavó en la parte superior de los cuartos delanteros de Jonas. Aunque no se hundió lo suficiente en la carne para causarle daños severos, sí que fue suficiente para que los aventureros supiesen que un mal movimiento podía llevarlos directamente a la tumba.

Vamos Tan, por tus muertos, salgamos de aquí... - Indicó entre dientes a su compañero mientras buscaba la estanterías cercanas. Tanek hubiese querido seguirle pero el acoso del otro lobo y del monje rapado le había imposible salir de su posición. Además por si fuese poco, uno de sus enemigos portaba un látigo y lanzaba ataques desde el otro lado de la mesa, lo que hacía imposible la huida.

TURNO 3

Nü, flexiona las piernas y salta dando una voltereta en el aire. En su recorrida propina un rodillazo en la cabeza a Tanek que lo deja frito. Según posa el pie derecho, lo gira intenta dar una patada, pero su rival yace en el suelo y su pierna barre el aire.
Luego mira al guardaespaldas y dice:
Ríndete... no hay más opciones!

La elfa trató de dar un golpe seco a su ya desgastado contrincante para dejarlo inconsciente pero no había manera. Era un experimentado guardaespaldas, de eso no cabía duda. Aún así, tenía esperanzas en que todo aquello acabase sin más muertes o derramamiento de sangre.

- No tienes nada que hacer. Arderás en el infiernos si sigues luchando.- Dijo con fuego en la mirada. Su hermano parecía habérselas resuelto bien a pesar de todo. Ahora lo que temía más era la ira de los que eran sus nuevos compañeros.

Yenian se ayudó de su estrepitoso fallo anterior para coger de nuevo impulso con la espada. Agarró su espadón con fuerza y haciendo un giro sobre sí mismo lanzó un nuevo ataque sobre el guardaespaldas a la altura de su cabeza.

En esta ocasión el golpe del paladín fue certero, el filo de la espada fue directamente al cuello de su rival haciendo saltar por los aires su cabeza mientras atrás dejaba un chorro de sangre de como si un volcán en erupción se tratase. El cuerpo decapitado del guardaescaldas cayó al suelo de rodillas a la vez que su cabeza… dejando un sangriento escenario a su alrededor.

El joven clérigo apenas si daba crédito a lo que estaba viendo. Lo que podía haber acabado como una sencilla discusión o una negociación, casi le había costado la cabeza al mago elfo. Y todo por la cabezonería del monje.

Tras unos instantes de estupor, el clérigo se acercó al elfo y colocó las manos sobre él.

-Poderoso Grumbar, sana las heridas de este mago, te lo suplico.-Dijo mientras su mano se iluminaba y las heridas del elfo se cerraban.

-Tranquilo, Al.-Dijo a continuación.-Estoy aquí, amigo.

Ambos cuerpos se estrellaron el suelo casi al unísono con un golpe seco quedando despatarrados boca arriba. La única diferencia entre ellos era que mientras que Tanek Tresfuegos yacía inconsciente con un hilo de sangre manando de su nariz y boca pero con respiración regular, Klater, su guardaespaldas, o más bien, el que había sido su guardaespaldas hasta ese día, descansaba sumido en el sueño eterno con la cabeza a varias pulgadas de distancia de su malogrado cuerpo. El silencio se hizo en la habitación sólo roto por las respiraciones aceleradas de algunos de los compañeros y del obeso mercader que contemplaba a los soldados del Colmillo Oeste sin poder retirar sus ojos de la cabeza cercenada. Podría haberse esperado que lo primero que habría salido de la boca de Basrim Polter fuese un agradecimiento pero el hombre, una vez despertó de su ensimismamiento, comenzó a negar con la cabeza intensamente mientras intentaba levantarse. No, no, no...¿Qué habéis hecho maldita sea!? ¿QUÉ HABÉIS HECHO!? - Preguntaba visiblemente alterado mientras avanzaba de rodillas por la habitación puesto que no había conseguido levantarse. ¿Sabéis quién es esa gente? ¿LO SABÉIS? Habéis traído la ruina a mi casa!! ¿Quienes sois? ¿QUIENES SOIS!!? - Sus preguntas cesaron para dar paso a unos lloriqueos lastimeros. Oh dioses...oh dioses.

Una vez se restablecida la calma, aunque fuese de manera momentánea, los ocho amigos se miraron unos a otros para comprobar que todo el mundo estaba a salvo. Exceptuando una fea herida en el lomo peludo de Jonas, aún transformado en lobo, la situación estaba controlada. Grasp intercedió ante el poderoso Grumbar para cerrar la mortal herida de su amigo Al-Baridel, quien reposaba contra la pared empapado en sangre pero sin peligro para su vida. De sus heridas obtendría, aparte de una enorme cicatriz, varias enseñanzas que le ayudarían en su futuro. Por ahora ese futuro y el de sus compañeros se perfilaba más claro en el horizonte. En sus manos tenían a dos esbirros del Colmillo Oeste aún con vida y al mercader que hacía de contacto en la capital de Valle Alto, con lo que la información acerca de su destino sería ahora de mucha más calidad.

Todo había acabado y había acabado bien, a pesar de los lloriqueos del gordo tendero. La elfa se giró hacia el mago Al-Baridel y le sonrió dulcemente.

- ¿Estás bien?- Después, mientras su respiración se tranquilizaba de nuevo, comenzó a registrar el cuerpo destrozado del guardaespaldas.  Una cierta sensación de desazón agarrotaba la boca de su estómago. Podía haber vivido si no hubiera sido tan orgulloso. El orgullo de los hombres...se lamentaba mientras negaba con la cabeza. Se volvió a incorporar y se encaminó hacia la salida.

- Voy a por nuestro amigo de fuera.- Lazó una fugaz mirada a Nü. Algo le decía que iba a tener problemas.- ¿Alguien me ayuda?- Podía hacerlo sola pero cuanto más rápidamente metieran al hombre dentro mejor. El muy cerdo era el que mejor suerte había corrido.

Nü se puso en una posición de concentración después de su certero rodillazo. Iba a contestar al gordo y fardar un poco de sus rápidos movimientos, cuando una fugaz mirada de Zhaelín, le hizo recapacitar. Su rostro se ruborizó un poco ante la idea de una posible bronca de su hermana.
S-si, yo voy. dijo tímidamente con la voz seca. El monje para nada era consciente de la bronca que le esperaba por parte del reto del grupo...

Una vez avanzaban al exterior, Nü seguía los pasos de Zhaelín, con la mirada clavada en el suelo y el rubor disipándose
Zhaelín, lo siento... la vida de aquel hombre estaba amenazada. Ese tipo no iba a soltar el cuchillo dijo con gran convicción. El monje sabía perfectamente que no había llegado a tiempo, pese a ganar unos segundos cuando Yenian se puso delante, si no llega a estar Al... Por eso le sonrío? Qué significaba aquella sonrisa?

Para sorpresa de Nü, Zahelín no parecía furiosa sino decepcionada.

- Yo vigilaré en la calle. Tú puedes con él solo, ¿no?- Le señaló dónde estaba el hombre inconsciente y atado para que Nú lo cargara sobre sus hombros y lo metiera en la tienda disimuladamente. La elfa estaba cansada pero de alguna manera tenía que encontrar fuerzas para proteger a su hermano. Su estúpido voto de no violencia complicaba su misión enormemente. Eso implicaba que ella tendría que convertirse en una infalible máquina de matar y no estaba segura de poder hacerlo.Finalmente se dirigió a su hermano.- Este grupo me gusta, Nü. ¿Por qué te empeñas en fastiadiarlo? Sólo te pido que pases más desapercibido, que no te expongas tanto...- Su hermano, su carácter indomable, era como una luz en medio de la noche para las polillas y no podía ser así. Era el primero en el combate, el primero en replicar las decisiones...Tenían que pasar desapercibidos como les había enseñado su madre.- Casi mueres, Nü...¿no te das cuenta?- Aún recordaba la angustia de ver cómo a su hermano se le escapaba la vida delante de sus narices y cómo no había podido evitarlo.-¿Tú quieres protegerme?Si te comportas así sólo me dejas una opción...- Era la hermana mayor y había hecho un juramento de por vida. Si era necesario daría su vida pro la de su hermano.

Nü aún con manchas de color en el rostro cogió la pesada cagra Hmpf y se la subió al hombro... mientras lo hacía escuchaba a su hermana. Incansable, por reprochar la actitud del monje, parecía que no conocía a su hermano. La bondad y el sentido de la justicia eran casi utópicos. Se creía todo lo que había leído en los libros, no he había tocado ser el responsable, el realista. Le había tocado ser el que disfrutaba, el que leía mientras noches y noches de lluvia Zhaelín buscaba alimentos o se las ingeniaba buscando un sitio para resguarecerse de la lluvia o simplemente remendar una camisa rota.

Ahora con el grupo había encontrado su carga más aliviada y parecía que Nü se empeñaba en seguir viviendo en sus libros y creerse uno de los héroes de los libros. "El Quinto Tigre"... Zhaelín... ese hombre me necesitaba... y justo tras esa réplica vino el recuerdo de las flechas en su pecho. Nü dejó con sumo cuidado al preso en el suelo, de espaldas a su hermana. Exploró con sus dedos las cicatrices y en sus cuencas había más de una lágrima esperando rebosar y recorrer la cara en busca del frío suelo. No le daba miedo perder la vida, le daba pena y angustia el dolor que ocasionaba a su hermana. Y pensar en "No estaré aquí para protegerla". Y es que el monje seguía convencido de que era él quien protegía a su hermana. Quizás por que Zhaelín le había dejado que se creyese esto para mantenerle a su lado, pero la realidad nuevamente era muy diferente. Fue ella quien había protegido tantos años a su hermano y era ella quien ahora se sentía mal por casi fallar en su misión. Simplemente el monje no pudo contestar a su hermana.

El ultimatum de Zhaelín sonaba más real que nunca. Mil veces había escuchado esa frase, pero su voz seca y rota no mostraban atisbo de duda. Parecía que estaba dispuesta a todo por no ver sufrir a Nü una vez más. Despacio se levantó y se giró. Sus ojos cyan parecían ahogarse en lágrimas. Un espejo que bailaba refleja una imagen distorsionada de su hermana. Y-yo... sus manos no podían estarse quietas y sus dedos tenían que contraerse en un puño cerrado por no temblar en el aire. Parecía que Nü veía su estupidez y su rostro volvía a ruborizarse al ser consciente de ello. Se rascó la cabeza intentando borrar esas ideas, pero Zhaelín seguía allí... con esa mirada de reproche y los colores volvieron a Nü. L-lo siento dijo con una voz rota. No volveré a hacerlo y lo decía en serio, pues había notado que no era tan bueno como se había imaginado. Si se comparaba con Yenian o Grasp, el monje parecía una simple bailarina de teatro.
El Quinto Tigre parecía un gato presumido y esa no es el camino del guerrero.

Su rostro volvió a mirar al suelo con toda la pena que sus hombros podían cargar y sus manos palmas se abrieron en señal de derrota.

Zahelín quería creer a su hermano, de veras, pero cuántas veces había oído lo mismo....La elfa había tomado una decisión y, cuando lo hacía, no se volvía atrás. Así había sido educada y no podía evitarlo. Haría entender a su hermano lo que ella sentía cada vez que le veía arriesgar su vida, como si no valiera nada, sobrevalorando sus capacidades. Zahelín tenía muy claro que pronto su hermano sería muy superior a ella y que, por lo tanto, necesitaría ayuda para protegerlo. Nü era bueno combatiendo, mucho mejor que ella, pero le faltaba experiencia y aquel grupo en el que él se empeñaba por destacar podía proporcionársela. 

Miró a su hermano a los ojos y vio las lágrimas a punto de derramarse por sus mejillas. Le hervía la sangre cuando él desobedecía sus órdenes pero verlo así, le producía un terrible dolor y una insoportable angustia. Ella no había podido darse nunca un respiro y, pensar que él era feliz, desconocedor de la carga que soportaba, era reconfortante de alguna manera. Implicaba que su sacrificio no era en vano.

- Nü...- Se acercó a el cuando dejó el cuerpo en el suelo y le dio un fuerte abrazo.- Yo también te necesito.

El abrazo de Zhaelín fue reconfortante, la elfa pudo sentir una lágrima acariciar su mejilla casi como si fuese suya. Por un momento había sentido que la ira de su hermana se hacía con la estancia y tan pronto como vio a Nü, toda esa ira se disipó para fundirse en un abrazo. Nü apoyó su cabeza sobre los hombros de su hermana, la abrazó bien fuerte y escuchó sus palabras. Está bien... susurró Dejaré de intentar siempre el mejor Y aunque en aquel momento las palabras de Nü sonaron puras y verdad, en realidad escondían una mera trampa dialéctica. No siempre será el mejor, pero alguna vez... El travieso elfo tendría que enseñar de lo que era capaz. Pero le asustaba que su hermana se hubiese dado cuenta de que no era tan bueno como él fingía ser. Necesitaba muchísimo entrenamiento y cada día parecía que se retrasaba respecto a sus compañeros. Esa aflicción le invadía y podía ser peligrosa.
Sentir que ya no eres útil... Las palabras de Aldo eran más poderosas que las suyas y era un debilucho comparado con Nü. La agilidad de Sally era mucho mejor que la suya, Jonas era mejor que Nü en el bosque y Al tenía una magia poderosa que el monje no podía invocar. Y si hablamos de compate cuerpo a cuerpo la altagarra de Grasp era demoledora, al igual que la espada de Yenian. Nü sólo tenía sus puños...
La impotencia se apoderaba del monje Ojalá fuese más poderos! Ojalá fuese fuerte y no un debilucho... Daría cualquier cosa
La rabia despertó dentro de si. En una lengua desconocida para el monje dijo:
Te prometo que algún día seré fuerte! Seré tan fuerte que no podrás temer por mí. Tan fuerte que no sufrirás... Acabaré con el mal que aflige esta tierra. LO JURO!* una voz casi gutural y tan poderosa salió del gaznate de Nü, tan grave que el pecho de Zhaelín se contraía y vibraba con las erres, su piel ardía y casi podía sentir un aura que parecía que emanaba del cuerpo del monje. Sus músculos estaban contraídos y parecían rocas. tan pronto vino, se fue. En la cabeza del monje un nombre se hizo presente Loraed, el mago del Miyeritar y entonces el monje no se había dado cuenta, pero dijo Sí y con esa afirmación se firmaba un pacto. Sin darse cuenta el monje vinculaba su alma a otra...

Nü reconfortado por el abrazó y la charla, sonrió a su hermana, la cogió de la mano y junto a ella entró con el resto de compañeros.

Cuando el Elfo rapado pasó por su lado al traer al guardaespaldas inconsciente que hab'ian dejado fuera, la furia en los ojos de Aldo era notoria, su cejas se arquearon y su respiración se agudizó al punto de casi jadear.

Levantó sus manos enguantadas y cogió con rabia la ropa del monje, a la altura de su pecho. Su brazo derecho se deslizó y su manó se apretó en un puño cerrado, estaba furioso, estaba decidido a lanzarle un puñetazo a la cara a aquel moreno que casi hace que mataran a su igual.

En un momento cargado de tensión, Aldo recapacitó, afortunadamente él no era explosivo y pensaba antes de actuar, aún así, la rabia seguía invadiéndole cada parte de su cuerpo. -PERO QUE HAS HECHO IDIOTA! -Le gritó con una voz que empezó siendo un fino hilo y terminó siendo un rugido -Te parece divertido jugar a tener las bolas más grandes que un Ettin?, te parece divertido arriesgar vidas y acabar con otras?

Su mano derecha se había abierto y ya no se apretaba en un puño y su izquierda ya no apretujaba la desgastada ropa del monje, pero todo su cuerpo temblaba de ira, intentó decir algo más, insultarlo más fuertemente, su boca se abría, pero sus palabras no salían, hasta que un susurro casi inaudible salió despedido de su ser -Te parece gracioso jugar con la vida de mi hermana?

Respiró hondo y miró Zahelín, quien miraba atenta lo que ocurría, era obvio que no iba a permitir que nada malo le sucediera a su hermano, y Aldo no iba a ser quien iniciara una pelea interna que generaría discordia y debilitaría al grupo y fortalecería al enemigo. -No somos asesinos Elfo ni personas bélicas, no atacamos sin antes hablar y arreglar las cosas de otra manera, agradezco la ayuda altruista que nos brindan, pero no pueden convertirse en un traspié en este propósito que no es otro que salvar a mi hermana. Si puedes acomodarte a eso, sabes que eres bienvenido, si no...... búscate otro lugar para arriesgar tu pellejo!

Volvió a respirar hondo, un poco más tranquilo, el problemón que había ocasionado Nü se veía atenuado porque aún el líder de los enemigos permanecía con vida, al igual que aquel mercader de vasijas, -Ve ahora con tu hermana -Le dijo al monje, haciendo a la vez un gesto afirmativo a Zhaelín para que se lo llevara a un lateral de la habitaci'on y se mantuviese al margen del interrogatorio.

Dio media vuelta y decidió expulsar otro poco de su ira con aquel insípido gordinflón que ahora se quejaba.

-Me importa una mierda de grifo tu casa y tu vida pedazo de moco de Troll! -Dijo realmente indignado -Y mejor cállate esa boca si no es para responder las preguntas que te hacemos, si no quieres terminar como aquel guardaespaldas que pensó que era sensato enfrentarse con nosotros. Tenemos muchas preguntas por hacer y poco tiempo, así que decide si colaboras por las buenas o por las malas!

Al ver que ya el peligro había pasado Jonas se des-transforma, aún algo adolorido del golpe recibido se dedica a sobar un poco la zona que aun sangraba levemente. Llama a Melk y saca de su mochila una poción para sanar sus heridas. 

A medida que tomaba la poción sentía como la herida se cerraba hasta no dejar sino una leve cicatriz.

Mira a su compañero Melk y al darse cuenta que todo esta bien con él se tranquiliza, luego ve la reacción de Aldo, ciertamente no es costumbre verlo tan tenso, prefirió limitarse, una vez que pensó todo en frió se da cuenta que tiene razón, nos dejamos llevar por nuestras emociones y eso no beneficia al grupo y de seguro si estuviera en su posición no sería tan calmado como Aldo.

Haciendo eso a un lado saca su cimitarra de su cinto y la coloca al cuello de Basrim y le dice - Espero sinceramente que prefieras colaborar por las malas 

Zahelín ayudó a Nü a dejar el cuerpo inconsciente del matón de afuera cuando Aldo, como ya había esperado la elfa, tomó a su hermano de la pechera. Inmediatamente, el bardo pudo sentir cómo el aire se calentaba en torno a su brazo a la par que un brillo dorado protegía al monje. No era una amenaza. Era un acto involuntario, el instinto de protección hacia la sangre de su sangre.

- Por favor, Aldo...- Suplicó la elfa. Deseaba con todas sus fuerzas seguir en el grupo y, si podían, ayudar a rescatar a la hermana de Aldo. No quería volver a vagar por el mundo a solas. Los ojos de Zahelín casi estallaban en lágrimas. Se recompuso al ver que el bardo bajaba el tono y lograba controlarse. - Mi hermano sólo quería ayudar. Lo siento mucho. Al final todo ha salido bien.- Trató de disculparse por los dos.-Sólo...sólo tiene que aprender a trabajar en equipo. Llevamos mucho tiempo a solas.- La mirada de la elfa se desvió hacia Jonás quien amenazaba al gordo tendero con la cimitarra. Cogió a su hermano por el musculoso brazo y tiró de él para arrastrarlo lejos de la escena. El rostro de la elfa estaba pálido y desencajado. Las últimas palabras que le había dirigido su hermano rebotaban una y otra vez en su cabeza. Cuando ese día llegara ella tendría que tenerlo todo preparado. Se sentó con la espalda contra la pared, la capucha ocultando su cabello y proyectando sombras en su rostro.

El mercader pestañeó repetidamente ante la amenaza de Aldo y la posterior confirmación Jonas sobre lo que podrían ser sus actos en caso de no cooperar. Por un momento Basrim se había dejado llevar,no había sido consciente sobre su situación, pero para eso estaba el cadáver que mencionaba el muchacho de la perilla, para recordarle lo que podía pasar. 

Lo...lo siento. - Respondió desde el suelo mientras apoyaba sus manos y tomaba aliento repetidamente como si no hubiese suficiente aire en la habitación para llenar sus enorme pecho. Contempló silencioso cuando depositaron frente a él a Níster, aún cegado por el hechizo de Al-Baridel, y visiblemente desorientado. ¿Quienes sois y qué puedo hacer por vosotros? - Preguntó ahora en un tono mucho más bajo y comedido.