Partida Rol por web

Os metéis en el rio ante la mirada atenta de los pescadores, que os animan y os aplauden como si fueseis a hacer algo espectacular y vistoso. Lo último que veis de la superficie es a los soldados alejando a los civiles del lugar, listos para despejar el perímetro y preparar ellos a su vez su magia. Sabéis que los templarios de Yelm dominan la magia ígnea, por lo que seguro estarán listos para actuar si lográis que ese enorme gorp se mueva.
Vuestras runas se iluminan con un destello azulado y aunque os cuesta dar el paso, en cuanto inhaláis el agua del rio, ésta parece ser totalmente respirable; del mismo modo, notáis com la corriente del río no os arrastra, lo cual os permite moveros con total libertad. La comunicación entre vosotros es otro cantar, ya que cuando intentáis hablar solo sale agua de vuestras bocas y no podéis emitir sonido alguno.

Por lo que veis, el enorme gorp está atascado en una estrechura del meandro, apresado por gruesas raices de árboles ribereños. El ácideo que desprende la enorme masa de caos está corroyendo esas raices, por lo que posiblemente si lo dejáis en paz acabará desprendiéndose y rodando rio abajo, pero eso no garantiza que dej de causar problemas.

Pero lo mas sorprendente es la reacción de vuestras runas en proximidad del gorp. Os da la sensación de que de ellas emergen unas finas hebras que tratan de alcanzar al gorp, y que estas se intensifican con la proximidad. Tales hebras, parecen extenderse sobre cualquier superficie que tocáis y de hecho, si aferrais vuestras armas, éstas se cubren en pocos instantes de esa materia mágica brillante.

Camino por el fondo, contento por una vez de que el peso de la armadura me ayude a fijarme al suelo. Noto como una extraña fuerza fluye de la marca de Armonía y recubre mi lanza, que intuyo que será el arma más útil bajo el agua ¿está recubriendo también mi escudo? Sé que esos monstruos son increíblemente corrosivos y no tiene mucho sentido intentar parar sus ataques con armas normales...

Hago un gesto con las cabezas a mis compañeros. Tal vez podamos molestar lo suficiente a ese bicho como para al menos desencajarlo o llevarlo a la superficie, donde la magia ígnea de los templarios pueda hacerles algo.

Mientras avanzo, pienso que tal vez deberíamos haber intentado imbuir el arpón de los templarios de una forma más decidida ¿o es que tal vez esta mierda sólo funciona cuando estás CERCA del Caos?

Pues estamos jodidos...

Sigo a Fiddler y me sitúo a su lado para acosar al bicho, la lanza nos dará una distancia de seguridad adecuada.
Se me pasa por la cabeza lanzarle una jabalina, teníamos que haber hecho pruebas de estas habilidades subacuáitcas.
Esto de respirar bajo el agua y moverme tan cómodo, me hace sentirme invencible.
Busco a Gornak e intento hacerle ver que acosemos al bicho los tres a la vez.

No está nada mal - Acostumbrándome a moverme por el agua por si hay que huir, aprovecho para observar la situación, al ver como mis compañeros se acercan al gorp con sus lanzas yo balanceo de un lado a otro mi martillo y me encojo de hombros, una arma más bien pobre para luchar en estos entornos...

Antes de abandonar el rio en busca de una lanza, decido acercarme más al gorg, mi idea es tocar las raices de los arboles a ver si mis zarzas magicas tambien pueden discurrir por ellas para dañar al Gorp.

Una vez bajo el agua y pese a la proximidad de la enorme masa de caos que es el gorp, podéis poner a prueba finalmente vuestras runas. Éstas no solo os permiten moveros con total libertad bajo las aguas y la proeza de respirar agua dulce com si se tratara de aire puro, si no que imbuyen a vuestras armas de una energía purificadora que parece ser efectiva contra el caos. Esa energia, en cambio, no parece funcionar con armas arrojadizas o a distáncia, como tampoco funciona con otros objetos, como las raices de los árboles.
Sin otra opción que el ataque cuerpo a cuerpo, preparais vuestras armas y las claváis en la enorme masa de caos ácido. Aunque las heridas que podais causarle son insignificantes, el poder de vuestras runas si penetra en la masa, alcanzando su centro y expandiendose hasta alcanzar un punto tan intenso que el caos se contrae sobre si mismo, se empequeñece y finalmente... explota.
La explosión del gorp os impulsa rio arriba y de pronto os veis sumidos en un caos de agua, barro, astillas y rocas que os ciegan y os impiden orientaros. Afortunadamente la asfixia no e suna opción y finalmente lográis alcanzar la superficie. Y donde una vez hubo un campamento, árboles y cabañas de pescadores, ahora solo queda una humeante llanura arrasada por la explosión ácida.
Una vez en tierra firme comprobais que estáis sanos y salvos, auqnue vuestras ropas están destozadas y vuestras armas se han derretido hasta la empuñadura. El agua del Zola Fel corre ahora libre hacia el mar y los rastros del gorp, mas allá de la explosión son meros pedazos que se disuelven lentamente.

Poco a poco van apareciendo pescadores y soldados que se habian resguardado. Cuando os ven, las alabanzas de las gentes del lugar se multiplican, loando vuestro espectacular milagro. Coriander, Alaya y los otros soldados os observan desde la distancia.

Me vuelvo a peinar y me reconforta la prueba de poder de estas runas. Ahora sí me convencen, me imagino que una vez que te gustan se irán, pero vamos a ver si se pueden aprovechar más.
Compruebo que mis compañeo están enteros y sin preocuparme mis vestimentas les digo
-Bueno, no os acostumbréis a hacerme caso que no siempre suele funcionar. Vamos a ver que nos dice la hermosa...
digo la capitana, o o que sea. Seguro que no le ha gustado nada nuestro acto.
Y empiezo a dirigirme hacia los soldados pausadamente. Si mis compañeros deciden pararse e ir a otro lado haré lo mismo, ya que la soldadesca me da mucha pereza.

Con un resultado espectacular me arrepiento de no haber atacado al monstruo, pero el problema está solucionado, que al fin y al cabo era nuestro objetivo.

Me levanto tambaleándome, mientras me quito todo el barro que puedo, miro a mis compañeros:

- Jajaja ¿esas son las pintas que tienen unos héroes? Somos más fuertes de lo que esperaba. –

Si los encuentro, recojo los cueros que había dejado en la orilla para tener algo que me cubra, saludo a los pescadores, pero me dirijo hacia los soldados para informar.

- Creo que hemos cumplido con nuestra misión, ha sido un honor para mi serviros.

Escupo un trozo de barro con medio junco torcido mientras blasfemo sobre la memoria de unos cuantos espíritus praxianos. Cuando la gente nos rodea bajo prudentemente la voz, pero continúo con expresión hosca ¿Héroes? ¿Nosotros? Mucha suerte es lo que hemos tenido. Pero la cara de Abdala de satisfacción me ablanda un poco.

- Bien pensado, chaval -le murmuro- Al final tenías razón y el ataque directo era la mejor opción.

Miro las marcas cubiertas de suciedad y humedad.

- Pero supongo que me falta algo de fe -suspiro.

A pesar de vuestro aspecto desaliñado y hecho trizas, Ayala os reune de nuevo en la tienda de la comandancia. esta vez su trato con vosotros no es tan severo e incluso los templarios que la acompañan parecen teneros cierto temor.
-Veo que las historias que contaban de vosotros los pescadores eran ciertas. Desde luego manejáis un extraño pero inmenso poder. Lo de ese gorp... Ha sido demasiado espectacular para mi gusto, pero sin duda efectivo. A partir de este punto, el Zola Fel está fuera de nuestra jurisdicción, pero eso no nos libra de recibir los males que lleguen de rio arriba, por lo que si es vuestra misión liberar el rio de su aflicción, tenéis todo nuestro apoyo pra con vuestra misión. Os equiparemos lo mejor que podamos y os entregaremos un salvoconducto para poder entrar en Pavis sin problemas con los lunares. Creo que es lo mínimo teniendo en cuenta vuestra ayuda.

Y así uno de los templarios os entrega, aparte de ropas limpias y enteras, armas adecuadas para cada uno de vosotros. Fiddler recibe una espada corta de excelente manufactura, así como un escudo de metal y un arco con flechas. Abdallah se hace con una lanza larga y un par de jabalinas. Gornak es obsequiado con un hacha perfectamente afilada y un escudo de metal, así como dos hachuelas arrojadizas.
Además, os entregan a cada uno una moneda de oro, similar a las famosas ruedas de oro pero de acuñación solar en las que se lee la frase "Al servicio de Yelm", las cuales sirven de salvoconductos. Además, se os ofrecen armaduras de metal por si deseais ir mejor protegidos.
Una vez equipados, Alaya se despide de vosotros, no sin antes comentaros algo.
-Me dijo Coriander que erais precisamente vosotros los que recuperásteis mi escudo. ¿NO es así? No es un objeto especialmente poderoso pero tiene un gran valor para mi, ya que fue un regalo de Lady Vega en persona. En compensación tomad esto.
Y os entrega una pequeña daga, de aspecto ornamental, pero que cuando se pronuncia la palabra "Yelmalio" brilla con un fulgor superior al de cualquier antorcha.

Cuando salís afuera después de la formal despedida, los pescadores os están esperando para invitaros a la gran fiesta que se va a celebrar en vuestro honor. Vuestro aspecto heróico todavía les entusiasama amas y no habrá nadie que pierda la oportunidad de acercarse a vosotros. El Abuelo, vuestro guia y barquero está junto al bote. Parece impaciente por seguir el viaje, pero como e shabitual en él, no se negará si decidís acudir a la fiesta.

Quizá deberíamos salir ya. Si nos quedamos en más fiesta engordaremos y no podamos usar estas maravillas de armas. Aunque puede que los pescadores nos den algún dato de interés... No, deberíamos de ir a enfrentarnos lo antes posible al peligro, antes que crezca como el Grop.
-Pues si os parece bien nos vamos a por lo que sea que haya río arriba.
Me dirijo a Alaya - Sería usted bienvenida en nuestra exploración y seguro que será una gran aventura. No sé que diablos digo, esta mujer me pone nervioso ni sé por qué me vuelvo a peinar.

Realizo un reverencia mientras recojo los regalos. - Muchas gracias, llevaré estas prendas con honot - Aunque de momento no me pondré la armadura, no me gustaria nadar con ella puesta.

- Espero que nuestros caminos se crucen más veces,  que Yelm nos guarde a todos. - Es un pena tener que marchar, era reconfortante recibir ordenes.

Con estos pensamiento sigo a la compañia hasta el bote mientras me acaricio el pendiente. Al escuchar a Abdala asiento - Aunque sea grato, no estamos aqui ni por las fstas ni por los halagos, y incluso para ellos sera mejor que remontemos el rio los más rápido posible. - Aprovecho para agradecerle al Abuelo lo que a hecho por nosotros desde que llegué yo, sin el, mi pequeña ya no estaria viva.

Acepto los regalos con alegría... lo que no pueda conservar siempre se puede vender a buen precio. Unos cuantos ladrillos más para el futuro rancho de Fiddler ¡sí, señor!

- Pues no sé, muchachos -les digo a mis compañeros cuando veo que tienen tanta prisa por partir- sea lo que sea lo que nos espere allá arriba seguro que puede esperar un poco más. Estamos cansados, acabamos de matar a un monstruo enorme y no creo que sea muy buena idea navegar de noche ¿no creéis? Además, podemos intentar sacar algo de información sobre nuestro destino a los pescadores o a los templarios...

Olisqueo con avidez las viandas cocinadas por los lugareños. Me podría acostumbrar a esto de ser un héroe.

- Así convences a cualquiera.
Si el viejo Fiddler necesita descanso, es porque lo necesitamos todos. Pero tengo tanta prisa por quitarme estas marcas...
- Venga disfrutemos un poco ce esa viandas.

En el último momento decidís aceptar la hospitalidad de los pescadores que se han unido para agasajaros con sus mejores comidas y hospitalidad. La idea de subir de nuevo en el bote y enfrentaros a otra larga travesía rio arriba os parece una tarea titánica que bien merece una pequeña parada de una noche. Pero quizás vuestra idea de "descanso" no se corresponde con la de los pescadores.
Una mesa repleta de pescado asado, verduras y algo de carne regada con abundante licor de arroz, cerveza y vino, decenas de damas peleando literalmente por atraer vuestra atención y arrastraros a algún lugar caliente y húmedo, pescadores borrachos dandoos palmadas en la espalda y pidiendoos una y otra (y otra y otra) vez que cantéis vuestras gestas... Desde luego las posibilidades de descanso son mínimas.

Cuando noto mi apetito y sed saciado y noto algo de cansancio, decido retirarme, como suelo hacer, como si buscara una presa de casa, busco algún rincón tranquilo, sin bajar la guardia. Incluso busco alguna mujer que busque la intimidad y unas simples carantoñas, para poder dormir más tranquilo y evitar más acoso, pero eso no es lo importante.
Antes de huir miro que miro que puedan estar bien mis compañeros, pero el sueño me gana, para buscar descanso.

Un poco frustrado por retrasar la marcha, me quedo aguantando el tipo entre los pescadores para conseguir algo de información que nos ayude a avanzar al dia siguiente.

En mis viejos buenos tiempos le hubiera enseñado un par de cosas a las chicas de la aldea o a beber a esos paletos, pero hace tiempo que pasaron. Así que me conformo con una buena cena y acompaño a Gornak en la conversación. 

¿Quién sabe? Tal vez averigüemos algo interesante sobre lo que nos espera río arriba.

Los pesacadores os habían preparado la mayor fiesta jamás celebrada a orillas del Zola Fel, pero vosotros parecéis más preocupados por el futuro que os espera mientras sigáis atados a esas runas y decidís no entregaros a la fiesta como ellos esperaban.
Algunos de los lugareños parecen decepcionados al no poder batirs een duelos de bebida con vosotros y muchas damas regresan a sus casas algo molestas por no haber recibido las atenciones que esperaban por parte d esus héroes, pero vuestra conducta os brinda otros obsequios.
Cuando la fiesta decae, Abdala se marcha disimuladamente como es habitual en él mientras Gornak y Fiddler charlan con los pescadores que quedan en buen estado. La comilona y el exceso de alcohol ha hecho que muchos se marcharan ya o quedaran tendidos de cualquier manera.

Y allí, en el pequeño rincón de confianza, uno de los pescadores cuenta cómo bajando desde Pavis vio algo extraño en la conocida como "Isla de los Ogros". según cuenta, en un omento indeterminado notó un temblor y luego una explosión a sus espaldas. Al girarse pudo ver una erupción de agua que surgía directamente del rio, como un gheiser. Asustado, aceleró el paso, pero fue alcanzado pronto por varias masas acuosas que golpearon su bote sin llegar a volcarlo. Más tarde, encontró el rastro de peces muertos, casi quemados.

Muchos de los presentes le tratan de loco, ya que esa ruta está muy transitada y alguien se habría percatado de tal fenomeno, pero él sigue afirmando lo que vió.

Enarco una ceja al escuchar la historia del pescador mientras saboreo la cerveza sin mucho entusiasmo.

- ¿Habéis dicho "masas acuosas"? -pregunto intrigado- ¿Y peces quemados? ¿Cómo eran esas masas acuosas? ¿Como esa criatura que hemos matado pero a pequeña escala?

Una "Isla de los Ogros" y un gorp gigante... demasiada casualidad ¿no? Tocará hacer otra vez de héroes... resignación.