Partida Rol por web

FLASHBACK

Pamplona, año de Nuestro Señor 1328

Abraham jugaba con sus hermanos en la puerta de su casa, en el mismo centro de la judería de Pamplona. Los últimos días habían sido un poco raros, sus padres les habían dicho a todos que no podían cruzar las puertas de la judería, ni hablar con ningún desconocido. Todos parecían un poco nerviosos, sobretodo desde que unos hombres con lanzas y ropas de cuero se llevaron a la fuerza al padre de su vecino y amigo Simón. Y aunque parecía que las cosas no iban muy bien, Abraham no estaba preocupado, en su mente de niño de diez años, sabía que su Dios no permitiría que les pasase nada malo ni a él ni a su familia.

Las puertas y ventanas de la calle empezaron a cerrarse. Un grupo de cinco hombres armados con lanzas, como los que se llevaron a su vecino, avanzaba a buena marcha por la calle en dirección a su casa. Su hermano Noé entró corriendo pero Abraham se quedó allí, en mitad de la calle, entre paralizado y confiado.

Los hombres se pararon a su lado y uno bastante alto y delgado que iba tras ellos, vestido con una especie de túnica negra de buena calidad (a ojos del hijo de un comerciante de telas), se paró al lado de Abraham y le preguntó si su padre estaba dentro. El niño, al que en ese momento finalmente le entró el miedo, respondió afirmativamente con la cabeza, se puso a llorar e intentó salir corriendo hacia la protección de su casa.

El hombre alto le detuvo con el brazo y le aconsejó que no entrase. Luego, con un gesto, mandó a los soldados adentro. Tras unos momentos en los que se escucharon gritos y lloros en su casa, los hombres sacaron a su padre a empujones y con las manos atadas a una cuerda. Su buen padre se giró hacia Abraham y le pidió que no llorase, que fuese un hombre. Los soldados se lo llevaron en la misma dirección por donde habían venido y el hombre alto les siguió, serio, pero con cara de satisfacción.

Nunca más volvieron a verle. Su madre lloró durante años su ausencia y, tras la recepción de una carta en la que se comunicaba su muerte en una carcel de Toledo, no fue capaz de remontar el vuelo y le acabó costando la poca salud que le quedaba.

Abraham aún soñaba a veces con ese hombre.

Y ahora acababa de verle cruzar delante de él y entrar en la biblioteca.

Eres un poco cabroncete, ¿no?

¿Quién dijo nada de trama? Si yo era feliz con mi mula herida y de espectador de las que liaban éstos...

Cambiamos de escena a la 01.

Has ido a visitar a Bernarda, quien estaba durmiendo aparentemente tranquila en el establo, con las cataplasmas de Hicham bien colocadas y, al parecer, funcionando sin problemas. Las telas siguen también a buen recaudo en el lugar donde las dejasteis, aunque tomas la precaución de echar una lona sobre ellas por si se pusiese a llover.

Luego te has acercado al salón y te has reunido allí con el resto de huéspedes.

¿A llover?

¿mi celda no tiene techo?

Sólo las telas más valiosas están en tu celda (que evidentemente sí tiene techo), el resto de rollos sigue a buen recaudo en el carro de la baronesa y es ahí donde has echado la lona para evitar salpicaduras de lluvia (el carro también va cubierto).

OK, te perdono...

Pero porque estamos en un monasterio que inspira valores cristianos, que si no...

Parece que no ha quedado claro.

El tipo del recuerdo más terrible de tu niñez es el monje estirado y delgado que ha entrado antes en la biblioteca y se puso a vociferar, echando a todos los monjes de allí.

Sí, es monje y parece tener buen rango en el monasterio. Y no, le perdiste de vista en la biblioteca, así que no está con vosotros, de hecho, probablemente ni siquiera se diese cuenta de vuestra presencia.

¿Qué pasó con la escena anterior desapareció?

Ummm, la he cerrado para que no posteaseis en ella, ¿no puedes verla?

NOP.

¿Al cerrarla nos habrás quitado como destinatarios o no nos habrás puesto?

Solo veo los míos...

¿8 páginas? No recordaba que fuera tanto...

Pero creo que Chuspi empezó antes que yo y los primeros mensajes son míos...

Yo tengo 17 páginas, así que haciendo una regla de tres rápida podemos decir que tú apareces en la mitad de los mensajes :)

Entonces, ¿damos por solucionado el tema de la escena perdida?

Señor, sí, señor...

Ok, muchas gracias. La verdad es que hubiese sido un poco putada que no pudierais ver la otra escena, porque nunca se sabe cuando va a hacer falta consultar datos clave para que no acabéis todos muertos en el fondo del pozo del monasterio.

Es coña, claro. XD

Respecto a la comida, no sientes nada en tu interior más allá de algo de nervios, así que, o tu comida no tenía nada, o no te ha afectado, o es aún pronto para saberlo.

No, no... Si a mi personaje lo que le jode es no poder fiarse de la comida :P

Ahora cuando os sirvan la cena, que será aún más suculenta que la comida, veremos cómo haces para resistirte a hincarle el diente...

No me interesa tanto saber que hora es como cuanto dura una misa, si es toda la noche no me interesa pero hasta una hora sería capaz de aguantar para ver que se cuece...