Partida Rol por web

El rumbo de LaFleur

6. Encuentros en la mar

Cargando editor
09/02/2011, 23:51
Juan Acuña (7/40 Pv)

espero a que todo se disuelva y volvamos a estar juntos otra vez, y solos para hablar y les digo:

- a mi esto no me gusta un pelo, magia negra, un tesoro, y encima aquel que ha navegado desde siempre con el, no pone buena cara, a mi me suena a que va a hacer lo mismo con la tripulacion, que con esa gente que tiene bajo cubierta, no me gusta un pelo.

Cargando editor
10/02/2011, 21:56
Lucía Silva Gómez (18/24 Pv)

-No creas que yo estoy mucho más contenta. No me inscribí en la tripulación para jugar con magia y sortilegios. Y la verdad, tampoco me parece que al capitán le importe gran cosa si sus hombres viven o mueren. Pero al menos quiero saber detrás de qué vamos. Voy a ver si Phillip puede contarnos algo más.

Lucía se acercó al artillero, que tanto parecía admirar a LaFleur, al menos hasta el momento, y le dirigió una sonrisa preocupada.

-Ha sido mi primera batalla a bordo. Al menos, no ha habido muchos muertos, para lo que podía haber sido. ¿El niño está bien?

Cargando editor
11/02/2011, 00:49
Ricardo Maraña (24/24 Pv)

A Ricardo no le gustaba la hechicería. Siempre había sido un hombre devoto, de rosario y escapulario. Como su padre, su abuelo primero y toda su familia, allá en Barbate: un cristiano viejo probado y comprobado. Pero había olvidado muchos de todos estos preceptos cuando embarcó en el Sauvage: ¡Iba a ser pirata, pardiez! Haría lo que tuviera que hacer y vería lo que tuviera que ver. Y la Virgen del Rosario -patrona de Cádiz-, intercedería por él llegado el delicado momento. Le rezaba muy a menudo por si La Cierta le venía de imprevisto, que en un barco pirata la vida tenía menos valor que el dos de bastos de la desencuadernada.

Además de que toda suerte de herejes andaba por este barco tan a sus anchas como grajo por trigal o chinche por costura: adoradores de la despreciable secta de Mahoma, luteranos, ateos, e incluso adoradores del Demonio... todos tenían cabida en este navío. Y por eso mismo, para no acostumbrarte a ello y acabar viéndolo como algo normal, o peor, para no acabar como ellos, Ricardo solía aferrarse al escapulario que le entregara su abuela en el lecho de muerte. Toma, Ricardito, résale siempre a nuehtra virhen del Rosario. Será tu luh cuando sólo te rodeen sombrah. Y de momento le había servido. En las largas y tempestuosas noches de mar había sombras; en las guerras en las que se había batido gallardamente había sombras; y también -como no-, en el Sauvage había sombras. Y quizás más que en ningún otro sitio. Así que aferrándose fuerte al escapulario siseó entre dientes un pater noster, ahuyentando de momento los fantasmas que atormentaban su alma cristiana y acompañando a Lucía para ver qué podía contarles el bueno de Phillip.

Cargando editor
11/02/2011, 12:42
Phillip

A mi tampoco, Juan -dije apoyando sus palabras en contra de la magia negra. ¿Habéis visto como ese séquito que tiene comenzó a bailar? ¿y vísteis su pequeño brasero y cómo quemaba unas hojas secas en sus brasas? No sé, no sé... ¡esas nubes con rayos aparecieron al instante!

Luego miré a Lucía.

El chico está bien. Cuando el primer disparo de los españoles nos alertó, corrí a buscarle y disponerle en mi camarote, que está a estribor, para protegerle. Acabo de ir a verle y se ha quedado dormido, pese al susto y los zumbidos de las balas...

Cargando editor
11/02/2011, 12:45
Director

Haced los últimos post si queréis. En breve nueva escena.

Cargando editor
11/02/2011, 19:59
Lucía Silva Gómez (18/24 Pv)

-Un chico duro, por lo que parece. -Lucía sonrió. Si era capaz de irse a dormir incluso después de los cañonazos, era que no había que preocuparse por él.-¿Qué sabes del tesoro tras el que vamos? ¿Lo de Bartholomeu el Portugués?

Cargando editor
13/02/2011, 00:20
Tony Thorge (33/33 Pv)

 Estaba medio chocado. El BOOM de los cañones y los Puff de las balas que rebotaban en la madera me habían mandado a una especie de nube. 

No sabía lo que hacer. No podía salir fuera pero ano servía dentro.

Seguidamente, cuando paro todo, subí a la cubierta y vi a los muertos. Me acerque a ellos para asegurarme y mientras escuche a la gente hablar.. Era el capitán. Realmente me da igual lo que diga. Mi trabajo era que laspersonas no mueran,pero al parecer lo hacía muy mal...

La gente estaba algo mosca por todo lo que dijo el capitán, pero pensándolo mejor, el es el que tiene la experiencia. Espero que tenga razón.

Cargando editor
13/02/2011, 13:05
Director

Escena cerrada.