Partida Rol por web

¡La madre que me ha parido...! ¡¡Oro!! -gritaba llevándose las manos a la cabeza.

¡Pardiez, si el oro no movía más libras que el honor y la lealtad!

-¡Oro que puede ser nuestro si acabamos con laFleur! -le digo a Phillip agarrándole amablemente por el hombro-, sólo te pido una cosa: ¡Quiero a ese hideputa vivo! ¡Vamos a por él!

A estas alturas, los remos ya estaban en los escálamos -el chico era más espabilado de lo que parecía-, y remamos hasta estar a tiro de esputo de La Sauvage. Sólo entonces Ricardo, que todavía asía su sable -el de acero ^^- saltó hacia el boquete. El estruendo podría haber sido oído por cualquiera, así que había que ir preparado...

Juan le deja pasar sin poner resistencia, y justo cuando pasa le ataca por la espalda cual pirata traidor y sin decir esta boca es mia.

-Coge el cofre que está entero, e intenta encontrar algo donde meter el oro del que ha reventado. Yo esperaré aquí para cuidar del falucho, no sea que a los de arriba se les ocurra una mala idea.

Lucía le dijo eso a Ricardo, pero señalandole con la mirada hacia Phillip sin que el artillero lo viera. Si el miedo podía a las ansias del oro, alguien podía tener la mala idea de marcharse con el falucho y dejarlos allí. Ricardo podía necesitar ayuda, pero era mejor que alguien se quedase a cuidar del falucho.

Intentando al mismo tiempo vigilar si entraba alguien en el camarote de las especias, Lucía empezó a cargar el cañón de nuevo, para tenerlo preparado si fuera necesario.

Juan vs. LaFleur (duelo de espadas)

1d20 + Atributo FUE + Armas de Filo (FUE) vs. 1d20 +Atributo FUE + Armas Filo (FUE):

34 vs 1+12+12: 34 vs 25 Juan ganó el lance.

Impresionante. Pese a aquella historia narrada por Phillip acerca de cómo un día, cuando el Capitán aún apreciaba a sus marinos o eso les hacía creer, en la que salvó a toda su tripulación a un duelo a espadas contra un capitán que le retó, el osado Juan se encaramó a la huída de LaFleur y le retó. Éste por cortesía, sacó su espadín y comenzaron a luchar. La hoja curva de cimitarra de Juan entrechocaba hábilmente contra la hoja de LaFleur, tanto, que, para sorpresa de ambos, el malvado capitán no rechazaba del todo todas las embestidas del pirata;

En uno de los actos, Juan avanzaba pasos hacia su oponente, mientras el barco se ladeaba por las olas; en uno de los lances, en el que parecía estar gobernando la lucha el jóven Acuña, éste entrechocó su filo contra el de LaFleur, hizo un movimiento magistral de muñeca y ¡¡BZZZZZZ....!! ¡¡¡TTTCHHHIIINNNN!!!! Impulsó el espadín de LaFleur hacia arriba, sacándolo de su mano y haciéndolo caer por la borda, desarmando al malnacido y llenándolo de temor interno... para más sorpresa para uno y deseperación para otro, el capitán tropezó mientras daba unos pasos hacia atras**... craso error...

...

...

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... ahora Juan estaba delante de "El Francés", con una mano en su cintura y el otro brazo algo elevado, en línea con su cimitarra firme y bien sujeta, cuya punta rozaba ahora el cuello del derrotado. LaFleur miraba hacia arriba, con el rostro desencajadado, medio tumbado en cubierta, tragando saliva, y pensando que bien podría ser ese su último aliento...

En esos momentos, Ricardo, ahora si (casi afirmado) parecía estar cegado por una avaricia algo sobrenatural. Sin embargo, dicho sentimiento le hizo dar un gran salto hasta el boquete e internarse en la sala de almacén ¿Valdría la pena la victoria sin gloria? ¿Haber sobrevivido a latigazos, trabajos sucios y denigrantes en cubierta, posibles enfermedades en una selva y los ataques de salvajes nativos sin obtener aquel tesoro maravilloso...? Al aterrizar, el jóven gaditano se resbaló un poco, pues casi pierde el equilibrio al mojar sus suelas con los condimentos y los líquidos derramados. Algunas monedas más caían al agua. Lucía por su parte, animaba a Ricardo a continuar, cargar todo. Sin embargo, sólo ella se dio cuenta de la cara de preocupación de Phillip...

Además, arriba, Juan había perdido de vista al Doctor.

¿Coger a LaFleur vivo? -gritaba una vez haber saltado Maraña al boquete...- No... n...no lo... No hay... No hay... -parecía algo nervoso, y su voz temblaba- ¡No lo entendéis! ¡Ni vivo... ni muerto! ¡No hay... ti...ti.... tiempo! ¡Este bar... este bar...!

El noble Phillip fue interrumpido. Un sonido cortante y algo chirriante, como varazos de caña al aire, inundó la dramática situación. Y en un segundo... ¡¡PINGGG!!... Una espada se clavó en la cubierta de la chalupa, que debió caer de cubierta, y quedó bien incrustada y vibrando una vez clavada, sin herir a nadie.

Phillip arqueó sus cejas... e intentó continuar su frase...

¡Mira Phillip! ¡Mira! -decía el niño señalando la espada con una voz totalmente aguda y ridícula.

¡¡Este barco va... este barco va...!! -su voz se nubló y su vista quedó ahogada por la impresión de la escena...

¿Qué pasaba con el barco que ponía tan nervioso al marinero? ¿Es que el pánico había impulsado a Phillip a hacer algo estúpido?¿Habría pensado el artillero organizar la explosión de la pólvora a bordo?

-¡Salid del barco!¡Salid del barco ahora mismo!-Gritó Lucía, en la esperanza de que sus compañeros la oyesen e hicieran caso de su aviso. Se dio la vuelta y se enfrentó al artillero, que no hacía más que balbucear sin decir acabar de decir nada, cogiéndolo por la camisa y sacudiéndolo-¡Habla, Phillip, por tu madre! ¿Qué pasa con el barco?

Tenia a merced a ese cabron, que nos habia dado la oportunidad y las visiones de gloria para trasformarlas en selva, flechas, zombis y cañonazos, el nos habia utilizado y seria la ultima vez, a Juan no le gustaba la magia y menos cuando la veia de tan cerca, asi que dijo:

- Adios cabron! y le hundio la cimitarra sin mas, sin dar tiempo a decir nada....

Ricardo golpea con el revés de la mano en la cara de Phillip, hasta que reaccione. Las bofetadas restallan mientras Ricardo le grita:

-¡Reacciona, menguado! ¡Ayúdame a coger el cofre de una maldita vez! ¿qué le pasa al barco? ¿por qué lo sabes?

Ricardo, un inciso, ¿Y cómo golpeas a Phillip si está en la chalupa? Si te fijas, tu has saltado de la chalupa colgando al butrón en el lateral del barco... es decir, hay cierto vacio, y ambos, aunque no demasiado alejados, no estáis al lado. Rectifica lo del golpe si quieres.

Si Phillip no te dijo nada ni yo lo narré (véase cómo Phillip y yo somos distintas personas XDD), es porque Phillip no hizo nada. Si supusiste que saltaría ahí no puedo hacer nada. De momento estás en la sala de especias, y la chalupa al lado, recolgando aún..., pero con Phillip en su interior. Seguiremos así porque no voy a deshacer toda la acción :D

saludos.

No hubo grito de agonía. Simplemente cuando el acero de Juan viajaba por la garganta de su presa, el capitán Merc LaFleur, abrió sus ojos y dispuso en su rostro una mueca terrorífica, llena de dolor. Ni los galeones españoles cargados de oro ni tan siquiera el más fiero convoy de a seis contra uno hubo de darle justo destino. Sino que fue Acuña quien le dio muerte bajo su bandera roja, ondeante. LaFleur es historia.

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Ricardo volvió a saltar ante la situación de desconcierto que sucedía mientras le gritaba a Phillip:

-¡Reacciona, menguado! ¡Ayúdame a coger el cofre de una maldita vez! ¿qué le pasa al barco? ¿por qué lo sabes?

Lucía miraba el barco intentando comprender qué ocurría, porqué decía aquello Phillip, pero, a priori, no notó nada raro (a excepcion de piratas zombis en cubierta, claro...).  Phillip tragaba saliva, mirando todo el lateral del barco, el barco en su totalidad...

¡¡ Este barco VA   A     E  S  T  A  L  L  A  A  A  A  R  !! -gritaba el marino tras recibir dos "sopapos" cerca del gaznate. En esos momentos, sacó su espada y miró a Lucía con cara de deseperación.

Échale un ojo, hazme ese favor -le dijo mientras daba un pequeño empujoncito al niño en la direccion de la mujer.

Phillip levantó su espada para cortar los amarres que sujetaban la chalupa. Su plan era hacer descender "por la fuerza" la barcaza, cortando las cuerdas, haciendo caída libre y golpeando directamente al mar... ¿Tan desesperada era la situación como para que el bueno de Phillip hiciera tal temeridad? ¿¡Cómo que "iba a estallar"!?

Ricardo salta presto hasta una mesa de guarnición cercana de La Sauvage -aprovechando que aún no había cortado las cuerdas Phillip-, agarrándose a una de las vigotas. Después se alza un poco por la jarcia, apoyando los pies en los flechastes y asiendo con fuerza los obenques, lo justo para ver por encima de la regala y evitar ser observado desde cubierta. Entonces, busca a Juan con la mirada, y una vez localizado le grita, en español:

-¡Juan, vámonos, el barco va a estallar!¡Yaa!-En realidad, Ricardo no tiene nada claro que el barco vaya a estallar... ¿por qué carajo iba a estallar?, pero es lo que decía Phillip y no podía arriesgarse, y menos aún dejando a su amigo ahí, a su suerte...