Partida Rol por web

El saco de Boom

Tambores y horcas (Escena 2)

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15/01/2015, 14:45
Perot Vilaplana i Llonch

Si pudiera guiñar su ojo hinchado, Perot se lo guiñaría al joven mochilero. Se lo agradece con un mudo gesto de cabeza. Hasta en el infierno puede uno encontrar amigos...

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15/01/2015, 17:05
Sigurd Hoffman

El sargento escuchó lo que allí se decía y con atención. Sabía que había llegado el momento de contar toda la verdad, y que alguien estaba dispuesto a escucharle.

-Fue el sargento Valcárcel el que me lo contó. Imagino que estaba presente cuando Ferreira fue a avisar al capitán de su intención para que Vélez fuera a informar al señor mariscal. No perdieron el tiempo en azuzarme. Creí... creí que huía. Eso es lo que me contaron. Caí en una trampa que yo mismo me tendí. Y ahora no debo si no disculparme. Todos estamos en ésta situación debido a mi impulsividad y a haber prejuzgado al señor Vélez.

Le miró con un gesto de afecto.

-Es un hombre de honor. Y ya no me cabe duda de ello.

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15/01/2015, 17:43
Director

El tesorero era un licenciado salmantino de excelente educación y buena planta. No era de la nobleza, por lo que no cabía esperar de él condescendencia hacia los que gozaban de ella. Su aspecto era pulcro y orgulloso, propio de un hombre de mediana edad que refleja su honra a través de las buenas maneras.

Leyó el poder comisarial que le tendió, y luego escuchó pacientemente todas y cada una de sus preguntas. Procuró responderlas de forma metódica gracias a su excelente memoria, casi sin tener que consultar documento alguno más que revisar alguna cifra.

-Grave es lo que me decís -dijo en francés- Sin embargo puede auxiliaros en vuestra búsqueda saber que no se especula con tulipanes en los Paises Bajos Españoles, por mandato del gobernador general ratificado por su católica majestad. Es un negocio exclusivamente holandés. Este bulbo que me mostráis, creo que es de una de las cepas más caras en el mercado de Ámsterdam, el famoso "semper augustus". Creo que su precio oscila en torno a 5.000 florines de oro, un equivalente a 3.000 doblones de a cuatro castellanos. No obstante, deben sacar esos bulbos de aquí, por medio de algún intermediario, que los venda en los mercados de Holanda. O sea, vuestros hombres posiblemente estén en tratos con personas particulares u oficiales que pertenecen al bando enemigo, por lo que el delito, comerciar en beneficio de enemigos del rey católico, podría costarles la cabeza.

Carraspeó y consultó unas notas. Entendió que la pregunta sobre los oficiales españoles tenía una finalidad clara: eran sospechosos.

-El conde de Fuenclara, según se sabe y consta, pagó al rey por levantar el tercio en lo tocante y armas y pertrechos de su propio bolsillo. Su majestad le dió, como es usual en éstos casos, unas patentes de capitán, algunas de ellas con suplencia de hoja de servicios, para que las vendiera a su criterio. Ciertos capitanes españoles que proceden de un trasfondo de terratenientes adinerados desean obtener éste rango de capitán, ya que apareja automáticamente la hidalguía a fuero de Castilla. O sea, estamos hablando de hombres para los que el dinero es un medio de ennoblecerse y obtener favores y prebendas de la corona. Así que no me extrañaría que se diera el caso de que se usaran esos tulipanes para adquirir fortunas personales aprovechando el servicio en el ejército del rey. Fortunas que, de regreso en España con una buena hoja de servicios en las que consten muchos combates y arrojo personal, supongan méritos como lagartos de santiago, cargos en la corte, alcaidías de castillos o compañías de las guardias viejas de Castilla.

Ya tenían el móvil, y casi la justificación del comportamiento de aquellos oficiales ansiosos de gloria y mérito. A diferencia de otros, que tenían los canutos llenos de recomendaciones y hojas de servicio de tercios reformados, aquellos petimetres debían demostrar que "valían tanto" como los otros.

-Si quieren mi opinión -añadió entrecruzando los dedos- Comiencen desde abajo. Los eslabones más débiles de la cadena serán aquellos que hagan tratos con el enemigo directamente. Si comienzan a caer esas piezas, los de arriba se apresurarán en rectificar su comportamiento. Todo quedará en una serie de castigos velados, cambios de destino o llamadas a éstos oficiales para rendir cuentas en el Consejo de Guerra de la corte del rey en Madrid. Si molestan directamente a hombres como el maestre Fuenclara, las consecuencias hacia sus personas pueden ser nefastas. Y ya ni hablar de que se tomen represalias a nivel de unidad y ésta decida amotinarse o cualquier otra cosa nociva para el éxito de ésta campaña.

Notas de juego

La próxima vez fíjate, cuando postees con Luciano puedes seleccionar que aparezca el post con ese avatar de personaje cambiándolo en el menú desplegable donde dice "mensaje de:"

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15/01/2015, 18:08
Armando de Foces

Sintieron el pisar de las botas y al girarse, vieron al hombre malencarado con su vara. Un oidor venido a menos, trocando la toga por la vara como si fuera un alguacil. Pero que alguacil... El hideputa se las gastaba con un humor de perros, y su rostro avinagrado se correspondía con unos modales hoscos y directos. La terquedad del maño y el alma negra como un tizón era los únicos sentimientos que parecían anidar en su pecho.

-Voto a Cristo -masculló- ¿Que demonios se cree que hace aquí, padre? Hay órdenes estrictas del capitán de que los prisioneros sean mantenidos en aislamiento, y que no se les de trato de favor alguno.

Se acercó entonces intentando arrebatarle las mantas que tenía Hans en la mano, de un manotazo.

-¡Largo de aquí, tunantes! O acabarán presos también por insubordinación.

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16/01/2015, 09:39
Hans Schneider

Con la llegada de Armando se me hiela el corazón en el pecho. hay algo de oscura malignidad en su persona. Su mirada aviesa y oscura, junto que el desdén que desprende toda su persona... Me encantaría que la soldadesca lo cosieran a cuchilladas...

Me arrebata las mantas, sin atreverme a hacer nada, pero es entonces cuando consigo reaccionar.

Disculpe su excelencia. El padre ha venido a escuchar en confesión a los reos. Eso no es trato de favor alguno. Es un deber cristiano... Y las mantas son... eran caridad cristiana. Es de buen cristiano ser caritativo y generoso con el caído... Y aquí todos somos buenos cristianos, excelencia. No nos lo niegue, se lo suplico.

Mi tono ha ido cambiando de la seguridad a la súplica a medida que he ido sintiendo esas pupilas frías y amenazantes puestas sobre mí.

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16/01/2015, 12:46
Don Gabriel Real de Azúa y Mendoza

Miro a aquel necio llegar y arrebatárnos las mantas. Todos parecen acongojados por su presencia, dándole el gusto, pero de mi no lo va  a recibir.

¿Tunantes dice vuestra merced? - le mantengo la mirada fría como el acero, y hablo en tono sereno- Como bien dice este soldado, no es trato de favor bendecir el don cristiano de la misericordia para con los cautivos, así como su derecho a una confesión para el alivio de su alma. Es lo que se hace con cualquier reo, en aislamiento o no, porque es la palabra de Dios. Las leyes y voluntad de Dios. Lo hago con todos desde que sirvo en este Tercio ¿Desde cuando eso es insubordinacion? Pues no me consta que lo sea...Es mi deber y estos soldados me asisten en ello, como buenos samaritanos católicos. ¿Que problema hay de la noche a la mañana de que haga mi trabajo? Pues siempre he creido tratar con católicos respetuosos de la palabra de Dios, no con bárbaros turcos...Quizá esa cuestión preocupe a su excelencia el capellán mayor...¿O vuestra merced que opina? ¿Se me va a dejar acabar con mi trabajo interrumpido? Pues algunos cautivos me habían pedido en confesión - sigo serenamente.

Este señor no cae en súplicas, así que yo no voy a suplicar. Solo eso faltaba. No le debo cuentas a él ni al capitán.

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17/01/2015, 17:03
Director

Notas de juego

Haz una tirada Difícil de Diplomacia

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17/01/2015, 17:23
Don Gabriel Real de Azúa y Mendoza
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Mierda...
 

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17/01/2015, 17:33
Armando de Foces

El preboste escuchó las razones del jesuita como quien oye llover. Sin embargo, le respondió de forma mesurada. Nunca sabes cuando vas a necesitar un sacerdote en un lugar como aquel.

-Conozco bien las ordenanzas del rey. Se permite a los reos escuchar confesión antes de que se ejecute la sentencia, una vez que se ha dictado. Especialmente cuando la condena es de destierro o muerte. Así que ese es el momento en que estos hombres se confesarán. Ni antes ni después.

Miró luego a Hans como si quisiera memorizar su rostro. Para mal, por supuesto.

-¡Guardias!

Acto seguido los corchetes de la puerta entraron en la tienda.

-Acompañen a éstos señores fuera. Pero dejen las mantas y la comida... -dijo, con una sonrisa falsa como la de Judas- Al fin y al cabo, somos buenos cristianos.

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18/01/2015, 17:47
Luciano della Rovere

Luciano escucho con atencion cada una de las palabras del tesorero y asintio reflexivo al final de la conversacion.

-Ha sido de gran ayuda excelencia,tomare en consideracion sus palabras que son sin lugar a dudas buenos consejos. le rogaria discreccion, como bien a intuido el asunto puede tener serias repercusiones y trastonar de forma notable los asuntos del rey. Si tiene algo mas que pueda ayudar en mi investigacion haga buscarme por favor.

Saludo cortesmente y salio de la habitacion.

Mientras salian Ezio sugirio ir a hablar con las busconas, lugar en donde se podian sacar buenos informes sobre cualquier hombre que pudiera llamarse tal, pareciendole buena idea alli se dirigieron.

Cuando llegaron al campamento en donde residian los acompañantes del ejercito se dirigio a la "daifa" mas veterana del lugar.

-Tengo para ti un doblon por que me hagas un servicio y para pagar tu silencio. Buscame a la mujer con la que suela pasar sus ratos de ocio el preboste del tercio español, un tal armando Foces y traemela discretamente, inventate un servicio o lo que te parezca mas conveniente. Ten en cuenta que quien me sirve fielmente es pagado en oro, pero quien traiciona mi confianza termina balanceandose de una rama.¡Date prisa!

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19/01/2015, 07:58
Hans Schneider

Me encojo bajo la mirada escrutadora de Armando, y no se me ocurre nada mejor que dedicarle una ligera sonrisa y ponerle ojitos. Cosas del miedo del momento, supongo.

Cuando llama a los guardias se me encoje el corazón, temiendo lo peor, pero a continuación mi miedo se torna en alivio primero, y en sorpresa al mentar lo de dejar las mantas y comida... Aunque la coletilla final hace temerme que hayamos hecho más mal que bien con nuestro gesto.

Le obsequio con un par de nerviosas reverencias antes de salir de la tienda.

una vez fuera espero al resto de mi comitiva, aunque no sé qué esperar de un capellán que no sé cuanto pinta en todo este embrollo y un zagal que poco puede hacer al margen de sorberse los mocos. Sabemos un nombre, pero faltará ver si hay los hígados para pasarle cuentas... O hacer cualquier otro plan adecuado.

Páter... Le agradezco mucho sus gestiones por mis compadres...

 

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19/01/2015, 17:58
Don Gabriel Real de Azúa y Mendoza

Mantengo la mirada serio al preboste mientras me dice aquello. Era necio, pero puesto en el tema, y ante aquellos argumentos insistir es dar lugar a un batir de aceros, o una detención, que solo empeorarían la situación más que mejorarla. Pero arrieritos somos.

- Así lo espero…- digo, ante lo último que dice de dejar comidas y mantas; y lo de que son buenos cristianos.

Hecho una última mirada a los presos, luego al preboste, y salgo. Antes de que me vaya aponer la mano encima algún corchete, o acabarán de tocarme los higadillos. Me aseguro de estar a cierta distancia prudencial de la tienda. No vaya a ser que el preboste tenga el oído puesto.

- No hay gracias que me deba dar, hijo. Es mi deber…- digo serio.

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20/01/2015, 12:53
Hans Schneider

Me encojo de hombros con naturalidad.

Es igual... Mi madre siempre me dijo que es de bien nacido ser agradecido... ¿Su ministerio acaba aquí? ¿O quizás su santidad querrá saber las razones del sargento para tal ofensa? Pues no es otra cosa que ofensa malmeter entre miembros de milicia para que lleguen a los aceros... O incluso traición pues después de tan bravía acción pasar de convertirse en héroes a villanos y ser cargados de hierro y tratados peor que a perros... Vamos, páter, quizás vos, que sois hombre de más verbo se os ocurre una palabra mejor, pero os aseguro que la soldadesca anda revuelta con tanta villanía y o alguien con su ministerio pone paz y arreglo a este asunto o es bien posible que esto acabe peor que el saco de Roma.

Le explico al páter, buscando su complicidad.

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20/01/2015, 23:51
Alessandra della Crocce

La acechona con la que había hablado el preboste se fue a preguntar por una compañera. Ambos hombres quedaron de pie allí durante unos minutos, contemplando a soldados que se embriagaban en las mesas y comenzaban a calentarse como una estufa, esperando su turno para pasar por la vicaría.

Al cabo de diez o doce minutos acudió recogiéndose la falda una damisela bien vestida, que además les sonaba. Era la famosa Alessandra, la tusona italiana con la que compartían cama algunos maestres de campo, capitanes y gentes de mucha calidad. Venía empuñando su gracioso parasol de estilo chinesco, con el que se protegía de los rayos del astro rey en aquella hora del mediodía.

-Bouna sera caviliere -le dijo en su propio idioma.

Le sonrió sin saber muy bien si lo que precisaba de ella era información u otra cosa. Pero con bachilleras de su oficio, se guardaban ciertas formas, no tan directas como en el caso de las cantoneras de medio real el servicio.

-Me han dicho que me buscábais. ¿En que puedo ser de ayuda?

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21/01/2015, 18:55
Don Gabriel Real de Azúa y Mendoza

Le hago un gesto de que me siga. Cuento con que el pequeño Martín va detrás de mí. A donde los guío es de vuelta a mi tienda, para plática mas discreta. No me fio del atajo de malandrines que pueden estan atentos a nosotros.

- Esto de lo que hablamos debe quedar entre nos - le digo, una vez en la tienda, si no hay inconveniente- Con las palabras de Hoffman, encuentro algo de más sentido al asunto - empiezo a decir en tono bajo, entre nos - Ferreira me comentó que había rumores de la promoción de Vélez a sargento. Y que éso generaba picazones. Que Valverde hace presión al Capitán para manchar la reputación del Cabo...Lo cual cuadra con la mentira que se inventó para que Hoffman pasara al ataque. Y bueno, el preboste...Si tiene ojeriza al catalán, le dará igual a cuantos inocentes se lleve por delante, si en el grupo está él...Todos temen la celada. La voz de todo esto se está extendiendo al Tercio...Es menester que ponga al tanto de la novedad a Ferreira. No sé que tanto sabe de la jugarreta de Valverde...

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22/01/2015, 16:08
Ezio Contarini

Ezio se quita el sombrero muy educado.

- Buona sera, bella ragazza.- saluda con su acento de Modena.- Yo buscaba una hermosa sonrisa, un rostro luminoso, un brillo de bellezza en esta terrible Troya, en la que somos como perdidos Odiseos. ¿Serías tú mi Penélope por unos momentos?

TRADUCIDO: Hablo como si quisiera un "servicio" , le haré preguntas discretamente en un reservado.

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22/01/2015, 16:27
Alessandra della Crocce

La daifa se contoneó graciosamente, con las manos en la cadera. Cadera que era como una plaza flamenca: había visto el paso de muchos ejércitos, y todavía vería el paso de muchos más.

-Nada me gustaría más. Pero no puedo encamarme con corchetes, amor mío. Mi caché bajaría.

Miró entonces al preboste. Con él no tendría problema de tener más que palabras en privado.

-Una debe hacerse valer.

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22/01/2015, 16:32
Director

Notas de juego

¿Váis directamente a hablar con Ferreira?

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22/01/2015, 17:19
Don Gabriel Real de Azúa y Mendoza

Notas de juego

Por mi parte si. Le dije a Ferreira que lo buscaría cuando supiera algo.

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22/01/2015, 18:10
Martín

- Si me disculpa su excelencia - dijo Martín y salió corriendo sin esperar respuesta del sacerdote ni del soldado, hacia la parte trasera de una de las tiendas. El muchacho lo había pasado francamente mal en la tienda, tanto al entrar, por culpa del corchete, como una vez dentro al tener que vérselas con Vélez, de quien esperaba un rapapolvo, una colleja o peor aún, desprecio. Cuando éste le pasó la mano por el pelo se había sentido mejor por un instante, hasta que apareció el malnacido del preboste y les echó de la tienda con malas palabras y con otras buenas que seguramente no lo fueran en absoluto.

El chaval no podía más y fue corriendo a vaciar la vejiga que a punto había de estado de hacérselo encima. Un minuto después volvió con el sacerdote y con Hans, mucho más aliviado, más tranquilo y con la clara determinación de sacar a los miembros de la escuadra lo antes posible de tal apuro.