Partida Rol por web

Buenos días –Saludó de manera educada- Mi nombre es Theodore Hammond, soy doctor en antropología, eh… –Se presentó ceremonialmente hasta que se dio cuenta que su titulación no importaba en un lugar como aquel. –Disculpe, verá… He leído las noticias y estas afirman que uno de mis colegas ha fallecido, desde la universidad me han pedido que confirme el óbito. También me gustaría saber qué es lo que ha sucedido para comunicárselo a su familia.

Aunque le costó arrancar finalmente soltó la retahíla que había ensayado por el camino. Aquel no estaba resultando un tema agradable, no obstante era necesario. Por él, le hubiera gustado que lo hubieran hecho, si se hubiesen invertido los papeles.

Al llegar a la facultad Matt pregunta en secretaría por el Doctor o alguno de sus colegas para ver si podría charlar un rato con alguno de ellos.

En la universidad hay un constante ir y venir de estudiantes. Es normal, puesto que son los primeros días de un nuevo curso y muchos de los nuevos alumnos aún no están habituados a las instalaciones. La secretaría es un hervidero de jóvenes que ultiman sus papeleos. Tras esperar un tiempo, por fin os atienden. 

- ¿El doctor Gofrey? – Te pregunta una secretaria mirándoos por encima de la montura de sus gafas. – El doctor Gofrey está desaparecido. Era un hombre reservado. Quizá si hablan con sus compañeros les puedan decir algo más… - Y os indica cómo llegar a la sala de profesores.

La sala de profesores es una estancia presidida por una gran mesa de madera en el centro con sillones a su alrededor. Una gran ventana permite la entrada de luz y, a la vez ofrece una hermosa vista de los jardines de la universidad. Contra las paredes se encuentran varios archivadores y estanterías repletas de libros. Varios mapas cuelgan por encima de ellos. Un par de personas se encuentran sentados en la mesa charlando.

El hombre te mira con cierta curiosidad, se encoje de hombros y te pide que le sigas hasta el mostrador.

Se sienta en la silla y busca en un cajón el libro del registro. - ¿Y cómo dice que se llamaba el finado? – Te pregunta mientras pasa las páginas en busca de los últimos nombres.

-¿Finado? Esas no eran formas- Pensó mientras se rebullía en su interior, no obstante consideró que un coqueteo constante con la muerte podía hacer que la gente perdiera el tacto para con los vivos. -El hombre en cuestión es el profesor William Gofrey- Contestó finalmente.

Ves como el hombre pasa las páginas con cierta desidia y mueves el dedo índice por ellas buscando el nombre que le acabas de proporcionar.

Unos segundos después lleva la mano a su cabeza y se rasca la coronilla. - Pues no encuentro el nombre del señor Gofrey en ninguna de las entradas del registro, senor. ¿Está usted seguro que lo han traido aquí? - Te pregunta con cierta inquietud.

Aquella nueva información llegó arrojando un nuevo halo de esperanza a la situación, tal vez todo hubiese quedado en un error y el profesor permanecía oculto del mundo en lo profundo de alguna excavación. Ajeno a la situación que se estaba gestando en torno a su nombre.

-Sí, me enteré por los periódicos. Decían que el profesor William Goffrey junto con otros había fallecido. -Le tendió el recorte que guardaba en la parte interior de su chaqueta. -¿Me dice entonces que ha habido un error en los nombres de la noticia? -Preguntó sin abandonar el último tesoro de la Caja de Pandora, la esperanza.

El hombre te mira con cierto aire de preocupación y niega con la cabeza.

- No, no. Yo no he dicho que haya habido un error. Yo he dicho que en la lista no aparece ningún fallecido con ese nombre. – Contesta secamente y con cierta aspereza.

El profesor Hammond le miró con incredulidad, a su desidia estaba sumando su nefasta actitud. Él sólo quería confirmar si su colega había fallecido y tenía ante sí a un impresentable que no sabía estar de cara al público.

-Si no le importa caballero, yo le estoy tratando con respeto, agradecería que me dispense la misma actitud. –Le contestó- Aclarado este punto, podría por favor indicarme si hay más depósitos de cadáveres además de este. Si el finado en cuestión está siendo objeto de investigación policial, –volvió a enseñar el recorte para subrayar sus palabras- ¿Podría encontrarse en otro lugar?

Tus últimas palabras parecen ofender al responsable de la morgue que se levanta apoyando los puños en la mesa. – Mire señor. Hasta ahora le he tratado con respeto y he intentado ayudarle en la cuestión que parece haberle traído hasta aquí. Pero se acabó, Haga usted el favor de marcharse. Tengo mucho trabajo y me está haciendo perder el tiempo. Aquí no está ese hombre que dice buscar. Si está desaparecido le sugiero que le pregunte a la policía.

Allan miró un instante a los impasibles profesores que seguían charlando a pesar de su presencia y dio unos golpecitos con el nudillo en la puerta para atraer su atención.

-Disculpen caballeros, mi amigo y yo estábamos buscando al doctor Gofrey, nos gustaría hablar con él. ¿ Saben donde podemos encontrarlo?-les pregunto con la más agradable de sus sonrisas, fruto de su trabajo, con la esperanza de que supieran donde se encontraba.

-Creo haberle dicho que soy Doctor en Antropología así que conmigo no use esas formas caballero – Le contestó con un ya más que visible desprecio. -No sé por qué usted se siente ofendido cada vez que acuden a usted pidiéndole ayuda. No obstante me marcho, está claro que aquí no voy a encontrar nada.

Los dos profesores que charlaban animadamente vieron interrumpida su conversación y os miraron con extrañeza.

- ¿El doctor Gofrey? El doctor Gofrey ha desaparecido hace medio mes. No se sabe nada de él desde que desapareció. – Te contestó el más alto mientras el otro asentía a las palabras de su colega.

- ¿Quiénes son ustedes?

- Disculpen por no presentarnos antes. Mi nombre es Mathew Caster y comparto campo de estudio con el Doctor Gofrey. Que terrible noticia su desaparición. ¿Son ustedes colegas del Doctor?

Allan prefirió disimular y dejarse ver como uno más del gremio. Seguramente no les sentase muy bien tener a un periodista por alli. A nadie le sentaba bien, así que dejó que su compañero hiciera las preguntas. Con suerte entre colegas se ayudarían más y quizás sacasen algo en claro de aquel misterio.

El sol está en todo lo alto cuando sales de la morgue. La conversación con aquel tipo no dio resultado salvo por un detalle. En la morgue no estaba el cuerpo del doctor Gofrey… o al menos no estaba catalogado allí.  

Como no pasaba nadie por la calle tuviste que caminar un rato hasta que te encontraste con alguien. Resultó que la comisaria de policía no se encontraba lejos de donde tú estabas y tras agradecer a aquellos transeúntes las indicaciones te dirigiste hacia allí.