Partida Rol por web

Después de varias horas  montados en el tren llegasteis a la estación de Silver City. Éste era el paso previo para poder llegar a la población Castronegro, que por lo visto era a donde os estaban llevando vuestras pesquisas, puesto que de ningún otro lugar salía ningún medio de transporte que os pudiese llevar allí.

El sol seguía calentando bastante aunque la tarde se os estuviese echando encima. Quizá deberíais ir en busca de un lugar para pasar la noche.

-Caballeros, deberíamos dejar comprados los pasajes para mañana. Así sabemos cuánto tiempo tenemos para terminar con nuestras pesquisas en este lugar. -Entonces tomó de su equipaje y lo alzó unos centímetros del suelo. -No creo que lleven a ningún lado pero no estaría de más confirmarlo.

Allan, cargando con su pequeña maleta asintió.

-Muy cierto señor Hammond, aunque mejor no comprar nada aún. Imagínese que encontramos algo que nos lleve más tiempo de lo que pensamos. Además no creo que encontrar asiento en un tren para Castronegro sea complicado. Lo que si deberíamos mirar es donde pasaremos la noche hoy y así poder dejar el equipaje-hizo un gesto con el brazo como si pesase la maleta- no me apetece cargar con la ropa por toda la ciudad.

Coincido con el señor Parker, en la poca prisa que yo me daria en comprar los billetes. Priorizaria sin duda el alojamiento.

-¡Que así sea entonces!

Al fin decidísteis que sería mejor buscar algún lugar en el que quedaros a dormir esta noche y, así, tener un tiempo para ir en busca de eso que el señor Hammond había dicho sobre buscar no se qué.

Encontrásteis un hotel cerca de la estación de ferrocarril. No era el Palace pero para una noche no sería necesario una mansión. Tras hacer los necesarios papeleos y el pago* convenisteis en quedar en el café del hotel en veinte minutos y accedisteis a vuestras habitaciones para dejar los enseres que no fueran necesarios.

Allan dejó las cosas en la habitación y se sentó un segundo en la rígida cama para revisar sus notas. Al cabo de unos minutos se estiró. Aquella debía ser la noticia del siglo, si, pero no estaba dando sus frutos como esperaba. Aquel caso estaba siendo más complicado de lo que parecía en un principio aunque con suerte pronto encontrarían una pista que seguir. 
Se guardó la libreta  en el bolsillo junto con la plumilla y bajó al café a esperar a sus compañeros.

-Bueno, parece que ya estamos listos-les dijo levantandose cuando aparecieron- ¿A donde nos dirigimos?

-Deberíamos investigar acerca de donde vivía un tal David Lane… También está desaparecido y según me informó ayer la policía prestaba alojamiento a nuestro amigo cuando pasaba por aquí. -Aclaró. -No creo que sea gran cosa pero deberíamos descartar que si hay una señora Lane, sepa algo.

-No sé si tenían pensado hacer algo más por aquí...

Decidisteis pues ir en busca de ese tal David Lane. Según el señor Hammond, había desaparecido más o menos al mismo tiempo que el profesor Gofrey y se os ocurrió que sería buena idea acercaros por su casa. Desgraciadamente, ninguno de vosotros tenía la menor idea de dónde podría vivir. Uno de vosotros supuso que quizá la policía os podría dar su dirección y además alguna información. Ya que si estaba desaparecido ellos estarían investigando.

Después de preguntar en recepción cómo llegar a la comisaría, pusisteis rumbo a ella. No era mucha la distancia y el trayecto se convirtió en un agradable paseo por la nueva ciudad.

Al llegar a la comisaría os recibe un policía que está haciendo guardia en la puerta. Os hace el saludo reglamentario y al escuchar que preguntáis por David Lane pone un gesto de extrañeza. – Por favor, pasen al hall y esperen un momento. Voy a avisar al comisario. – Os dice y se marcha en su busca.

Unos minutos después, vuelva a aparecer y os pide que le sigáis. Os conduce hasta un despacho en el que se encuantra el que debe ser el comisario atendiendo a otra persona. - Estas son las personas que le comentaba, señor comisario. - Anuncia el policia antes de salir de nuevo y dejaros allí.

El comisario esboza una sonrisa y va a contestarte en el momento que alguien pica a la puerta.  

- Pase. – Contesta el comisario y por la puerta entra el mismo policía que habías visto en la entrada.

- Señor comisario. En la puerta hay otras tres personas que preguntan por el señor Lane. – Anuncia y te echa una mirada escrutadora. - ¿Les hago pasar o les digo que esperen? No parecen investigadores y no sé si sabrán algo importante para la investigación. – Sugiere el policía.

El comisario te mira un momento y contesta al policía diciéndole que les haga pasar. El policía se va en su busca y momentos después entran en el despacho tres personas que no habías visto en tu vida. - Estas son las personas que le comentaba, señor comisario. - Anuncia el policia antes de salir de nuevo y dejaros allí.

-Agente, disculpe agente. -Insistió. -Sólo queríamos hablar con su esposa... -Fueron llevados a lo largo de un par de pasillos sin dar pie a muchas explicaciones. Para cuando quiso darse cuenta se encontraba en algún tipo de encerrona en el despacho del comisario. Dedicó una mirada de incredulidad a sus compañeros antes de hablar:

-Disculpe señor comisario. No quería importunaros, ni a vuestra visita.

Lew levanta las cejas estupefacto cuando uno de los policías acude diciendo que tres personas más quieren información de David. Era algo que Lew no se esperaba pero que quizás diera algo de luz a toda esta investigación que se le estaba enquistando.

Así espero con gusto que pasaran los tres aludidos. Al llegar se levantó y dejando hablar a uno de ellos se presentó.

-Soy Lew Harper, detective privado -dijo sonriendo a los tres mientras les estrechaba la mano para saludarles. Quería saber como reaccionaba cada uno de ellos ante el apretón.

Luego se echó a un lado y dejó que los tres contaran por qué estaban ahí.

-Encantado detective Harper. –Contestó Theodore estrechando su mano. –Soy Theodore Hammond, profesor de antropología y colega del Profesor Gofrey en la universidad. Estos son los señores Allan Parker y Matthew Caster.

Tras ello permaneció en silencio esperando algún tipo de palabra del Comisario. A la vista estaba que sabía qué hacían allí, de él dependería que su estancia en Silver City fuese más duradera o simplemente una breve parada a Castronegro.

Allan estrechó la mano del detective. ¡Un detective! ¡Y parecía competente! quizás arrojase un poco de luz al caso.

-Encantado de conocerle señor Harper-le dijo- Estamos... preocupados por la desaparición de un colega del profesor Hammond y quizás tenga relación con el tal David Lane. Quizás pudieramos ayudarnos mutuamente para esclarecer todo este asunto.

Mmmmm, así que hay otro desaparecido, amigo o colega de David, esto se pone interesante. Quizás haya un vínculo entre ambas personas que deba investigar. Quién sabe si puede haber una relación entre ambos casos.

La mente de Lew comenzó a rodar, intentando relacionar ambos casos.

-No sabe cómo me gustaría que encontrásemos algo que arrojase luz a nuestros "desaparecidos"...de hecho en eso estamos- dijo mirando al jefe de policía para que siguiera la intervención, o mejor que empezara y les contara lo que sabía de David.

-A eso habíamos venido. A esclarecer las circunstancias en las que había desaparecido el señor Lane. -Contestó rápidamente. -Precisamente supe que mi colega, el profesor Gofrey cuando venía por Silver City, en ocasiones se alojaba en casa del susodicho. Queríamos saber las circunstancias en la que podría haber ocurrido su desaparición, únicamente eso. -Aclaró, alguno podía ver si orgullo herido si alguien se inmiscuyese en su investigación.

El comisario escuchaba atentamente el dialogo que se estaba manteniendo delante de él y, a la vez examinaba a los tres recién llegados. En especial a Matthew que no había abierto la boca en ningún momento. Al escuchar que el señor Hammond nombra al doctor Gofrey asiente con la cabeza. – Efectivamente, hay constancia de que el doctor Gofrey pasaba temporadas aquí, en Silver City, en compañía de David Lane. Pero no sabemos más, a parte de las huellas que le comenté a usted. – Manifestó mirando al detective Harper.

En ese momento, abre la puerta y vuelve a interrumpir el mismo policía que os había hecho pasar minutos antes. – Comisario. Le recuerdo que tiene que estar en el ayuntamiento dentro de diez minutos. – Recuerda al comisario. – Cierto. – Le contesta el comisario mirando su reloj.

- Señores.  – Os dice el comisario levantándose de su silla. – Si me disculpan. He de atender otros asuntos. - Os despide señalando a la puerta.

-Caballeros, parece que es tiempo perdido el que pasaremos aquí, en Silver City. -Lamentó el profesor Hammond dirigiéndose a sus colegas ignorando en su frase al detective con el que a priori no parecía tener nada en común. -Lamento haberos obligado a este desvío. -Lo mejor será que adquiramos los billetes para partir con las primeras luces tal y como era nuestro plan original.

-No se lamente señor Hammond-le respondió Allan, quien esperaba aquel desenlace en Silver City- al menos ya sabemos que no nos dejamos ningún cabo suelto en este lugar y podemos dirigirnos a Castronegro sin dividir nuestros pensamientos-después se dirigió hacia el detective hablando en voz baja mientras salía del despacho- Señor Harper si quiere acompañarnos a la salida y quizás a tomar un café podríamos contarle lo que hemos averiguado...

Lew se levantó y se despidió del jefe de policía. No le había resuelto gran cosa, pero por lo menos alguna pista le había dado. luego miró a los que había llegado y asintió a su proposición.

-Sí, vayamos a tomar un café. Es posible que entre todos podamos encontrar algo que nos sirva a unos y a otros.

Tras entrar en el primer café que encontraron, se sentaron y Lew les comenzó a contar.

-Caballeros, creo que nos podemos ayudar mutuamente. Si bien ustedes buscan a su colega, el Profesor Gofrey, quizás lo que hacía aquí David o con quién se relacionaba pueda serles de ayuda. De hecho hay ciertos asuntos en los que seguramente tengan más mano que yo para reunir información...por su profesión.

-No se si disponen de algo de tiempo....Yo estaría encantado de contarles todo lo que sé y de llevarles de un sitio a otro.

-Pero antes, me gustaría saber qué saben de todo este asunto.