Partida Rol por web

Escuchas esta voz que proviene del piso de abajo:

- ¡Que haceis en mi palacio, como osais entrar a esta mi casa sin mi permisooo!- Resuena esta voz atronadora

Al cabo de unos segundos, también proveniente de los pisos de abajo escuchas a Vasco que te grita para que lo oigas:

-¡Don Diego, es muy peligroso permanecer aquí! ¡Debemos salir et pensar algo mejor!

Una gran jarra medio rota sale derepente volando y se dirige velózmente volando (como si la hubieran lanzado), hacia Sixto.

Una silla sale volando y se dirige velózmente hacia Diego (como si la hubieran lanzado).
 

Viendo que el fantasma era reacio a razonar, subí otra vez por las escaleras para inspeccionar los cuartos que me faltaban, aunque eso sí estando precavido con mi escudo por si salían más cosas volando hacia mi persona.

Sixto no puede evitar el proyectil que le golpea .

Me salí rápidamente de la casa, justo antes de decir:

-¡Nos quiere matar a golpes! ¡Salid ya de la casa, insensatos!

La jarra impacta en la barriga de Sixto, pero gracias a su gambesón apenas nota el golpe.

Mu´tamid jamás había tenido experiencia similar, según vio volar cosas se meo en los pantalones, no era él hombre de acción, y aun no sabía por que demonios había entrado allí. Tan pronto como Vasco gritó que todo el mundo saliese, no lo dudo, salió corriendo de la casa gritando como un niño:

-Pirdón fantiasma, pirdón. Ya mi voi!! AHHHHHHH

Subes a las habitaciones que te quedan por inspeccionar, estás mirando atentamente en ellas cuando notas un aliento fétido en la cara cuando te dice al oido una voz chillona, demoniaca y risueña -¿Que haceis en esta casa, que buscais?- Te dice rápidamente.

Ves como tus compañeros salen corriendo de la casa.

Estais en el exterior de la casa, veis la puerta de entrada (por la que habeis salido) entreabierta, y vuestros compañeros aún no han salido. El día se va ocultando, veis como bandadas de pájaros vuelven a sus árboles para pasar la noche. Los sonidos nocturnos del buho y demás animales comienzan a aparecer.

Rápidamente, di una vuelta alrededor de la mansión, buscando otro lugar por el que pudiera entrar.

Salgo de la casa afuera con ellos, mientras me rasco el golpe en las tripas.

-Te daré la lámpara si antes me das algo dulce- Te responde la misma voz desde detrás tuya, puedes sentir todavía su aliento fétido y su saliba nauseabunda, que dispara cuando habla, en tu nuca.
 

Ves una ventana baja (llegas a ella de pie) cubierta de tablones medio podridos. Un poco más adelante hay una ventana alta sin entablar que está a unas 6 varas del suelo.

Veis como Vasco va a buscar otra entrada alrededor de la casa y Diego no ha salido aún de la casa. Vosotros dos estais fuera de la casa.

Me agaché depositando mi espada en el suelo, con ésa misma mano cogí la mochila atada a mi espalda y vi si entre las raciones del viaje tenía algo dulce, en el caso que no le ofrecí la avena de caballo.

Era una locura obedecer a aquella voz o sólo escucharla y atender a sus peticiones, así que poco a poco fui perdiendo la cordura que tanto me había acompañado hasta ahora.

Parece que el más cuerdo de todos los que rodeaban a Mu´tamid era don Vasco. Puede que no fuera el que mejor le caía de todos, pero estaba fuera de la casa, y no era el infectado con aires de asesino, así que el moro no lo dudó, salió detrás del noble:

-Siñor, siñor, ispereme, voy con ustied!

Corro hasta ponerme a la altura de Vasco, y le sigo( detras).

Mutamid y Sixto corren hasta que se encuentran con Vasco y ven lo mismo que está viendo él.

Una ventana baja (llegaIs a ella de pie) cubierta de tablones medio podridos. Un poco más adelante hay una ventana alta sin entablar que está a unas 6 varas del suelo.