Partida Rol por web

Tras el combate no habias vuelto a sentir el calor procedente de aquel pequeño aro metálico, y ahora que lo estudias detenidamente no logras ver mas que lo que observaste cuando lo encontraste. Sigue con los mismos relieves extraños formando un simbolo que desconoces.

Al dejar el asunto del anillo de lado y tumbarte en la cama que te han proporcionado no tardas en dormirte. Algún ruido durante la noche consigue alertarte, despertandote, pero no llegan a ser mas que eso y, tras mantenerte atento un tiempo, sigues descansando.

En sueños rememoras la batalla, el anillo calcinandote una pierna y acabas cayendo de rodillas por el dolor. Un antihumano se acerca a ti, dispuesto a arrebatarte la vida, entonces todo explota en llamas.... Te despiertas, alterado. Pero, aun tras esa pesadilla, consigues volver a dormir un rato mas, hasta que el sonido de un gallo te informa del inicio de un nuevo dia.

A tu alrededor todo esta como lo dejaste y fuera empiezas a escuchar como las calles empiezan a cobrar vida.

Me aguanto las arcadas y continúo examinando el interior de la caravana por si hay algo que se pueda usar para llegar a identificar a los muertos, si veo algo que sea útil, intento recuperarlo, si no veo nada que pueda ayudarme, dejo caer la tela de la caravana y me alejo unos pasos de ella, procurando no pisar ni las marcas de arrastre ni la sangre.

Una vez que tenga a Julie a la vista, le hago un gesto con la mano, para tranquilizarla y después me giro hacia Iroc, para ver como sigue, le llamo en voz baja:

- Iroc, ¿todo bien? - Cuando me mire, señalo hacia Julie. - Parece nerviosa, es mejor mostrarse tranquilo, y mantener la cabeza fría, si nos ponemos nerviosos podemos cometer errores y quedar expuestos.

Intento ubicar la zona resguardada más cercana, donde podamos pasar la noche, de cara a saber si podremos llegar si nos paramos a enterrarlos, o si será mejor darles un funeral Vikingo. Por otra parte, me planteo la posibilidad de mover la caravana fuera del camino, a un lugar donde no moleste y si se podría quemar con cierta seguridad.

Si mientras estoy planteándome estos temas, Julie intenta acercarse, le haré un gesto para que mantenga la distancia y la vigilancia. Tampoco le quito el ojo a Iroc, para ver como reacciona y como sigue.

También me gustaría rastrear las huellas, y la sangre, para ver si se puede averiguar algo sobre los atacantes y su número, y hacia donde se fueron tras realizar la masacre.

Asintió sin replicar. Al menos estaba siendo útil en algo, eso era bueno.

Cuando el hombre se marchó, con esmero y cuidado se puso a armar lo mejor posible un campamento. Encender el fuego siempre había resultado tedioso para ella, pero sabía mas o menos como ingeniarselas usualmente. Aunque el hecho de que todo estuviera húmedo la verdad complicaba bastante las cosas...pensó primero en encender una huguera antes que nada, para secar un poco el entorno.

Sales al pasillo vacio. Al girar a la derecha, de donde provienen las voces, dejas una puerta a tu espalda y te encuentras otra delante semiabierta. Asegurarias que tras esta puerta se encuentra la pareja que conversa. Te acercas con cautela pero no parece que se alarmen por nada, o no te han oido o no pretenden obstaculizar tu camino.

Una vez en la puerta observas la amplia estancia del otro lado. En una de las paredes ves utensilios de cocina, un horno, un par de ollas y otro de palanganas con agua, en el centro hay una mesa donde estan sentados un hombre y una mujer, y en otra de las paredes hay un armario bastante grande, casi llega hasta el techo.

Cuando tu rostro se asoma ligeramente por la puerta la mujer se calla y te mira, silenciosa. Al poco el hombre también se gira hacia ti.

- Buenos dias -

Extiendo mi mano hacia un lado, ofreciendole asiento.

- ¿Quieres desayunar algo? -

- Tiene que ser él -

Murmuro.

avanzo silencioso y tomo asiento, sin dejar de mirar a ambos....buen dia, si me pudieran indicar...donde estoy y como he llegado hasta aqui? en mi ultimo recuerdo estaba en la taberna feliz por haber evitado una pelea....con mis compañeros... 

Montelius se despertó bastante más tarde del amanecer. No solía dormir mucho, ningún enano lo hacía pero aquellos dos días habían sido especialmente duros. Había tenido que caminar mucho y enfrentarse a un grupo de antihumanos y eso le había agotado en demasía. Además la noche anterior no había dormido bien con aquella maldita pesadilla. Se vistió y salió de la habitación. Se despidió de la familia a la que le aceptó un buen desayuno. Salió de la casa y comenzó a caminar siguiendo su rumbo. Aun le quedaba mucho camino y el tiempo apremiaba. Ahora se arrepentía de haber perdido tanto tiempo con aquel asunto de los humanos.

Cuando te sientas tus ojos caen rapidamente sobre la mesa. Allí hay; ademas de algo de pan, una jarra con leche, algo de carne, miel y poco mas; un papel donde hay una cara dibujada que se parece excesivamente a la tuya y al lado otro papel con la calavera en llamas que aparecia en tu pesadilla, esta ultima te recuerda el miedo que sentiste cuando parecia estar viendote desde el sueño.

Es el hombre quien habla.

- Mi hija te reconocio en la posada- cuando la miras con mas detenimiento te parece que es una con las que intentaron coquetear tus compañeros de guerra - y cuando me lo dijo fuimos a buscarte. Espero que perdones la forma en que te sacamos de allí pero es importante, ¿has tenido un sueño ultimamente? mas bien... una pesadilla, en ella aparecia él - señala la calavera en llamas.

La mujer se queda callada, observandote.

No consigues encontrar ramas lo suficientemente secas como para encender un fuego, y el suelo tampoco ayudaria demasiado.

Preparas un poco la zona y encuentras dos buenos huecos entre los arboles que parece que podrian llegar hasta a ser comodos para descansar. Con suerte la humedad no calaría vuestras mantas.

Al poco ves, a duras penas, que regresa Parmeno.

Llego al lugar que escogimos para descansar, de manera costosa por la falta de luz.

- He conseguido unas frutas, suponia que no conseguiriamos encender un fuego aquí -

Vuelco lo que he conseguido entre la mujer y yo.

- Un bosque muy fertil... -

Repeti al ver la variedad que había conseguido mientras me acomodo en el suelo. 

Tardo algo en responder pues no se como aquel hombre sabe todo eso, y a que se debe....veo que de algun modo me conoceis, y en eso estoy en cierta desventaja, pues sonandome la cara de vuestra hija, señor he de decir que nunca antes os vi a ninguno, aunque por lo visto me esperabais, y eso, debereis reconocer, es cuanto menos curioso, mas aun lo es que sepais que sueño, y cuando...luego titubeo un poco antes de proseguir pues el recuerdo de aquella imagen me hiela la sangre....no, no voy a jugar al gato y al raton, pues parece que teneis algunas respuestas a muchas de mis preguntas....asi que sin rodeos dire, si, vi esa espantosa imagen, y senti un dolor y un terror como nunca antes. Ahora decidme pues, quienes sois y que esperais de mi...? 

Julie espera, atenta a los alrededores por si alguien intentaba emboscarlos, pero todo seguia igual de tranquilo. El viento soplaba ligeramente, siendo casi el único sonido en los alrededores junto a algún pajaro que revoloteaba en las cercanias.

Skrunger no tiene demasiado exito en su busqueda de algo que sirva para reconocer los cuerpos, como mucho encontraras cicatrices en ellos, y no te da la impresión de que entrando en la caravana a inspeccionar mas a fondo vayas a tener mas suerte. Si había algo útil se lo llevaron los atacantes, las armaduras que quedan estan rotas y sucias.

Si os paráis a enterrar los cuerpos puede que tardéis bastante, pues tendriais que improvisar algún objeto a modo de pala. Aunque con respecto a encontrar lugar para descansar no crees que fuera a haber ningún problema, esta zona tiene bosques frondosos con buenos y escondidos lugares de acampada.

Las huellas no te indican de forma clara cuantos atacantes eran, no se ve combate cuerpo a cuerpo, parece que los acribillaron desde ambos lados del camino. Solo ves marcas de tres individuos que serían los encargados de saquear y guardar los cuerpos, parece que los montaron encima de una lona para luego arrastrarlos, eso explicaria que no haya rastros hasta la parte de atras de la caravana. Luego dirias que se retiraron hacia el norte, o eso indican las huellas. Cuando te fijas en una de las flechas identificas su manufactura, es cosa de elfos.

Se retira varios pasos hacia detrás.

- Joder... -

Se mantiene alejado mientras tu ojeas dentro de la tienda.

- Entendido- contesta a tus palabras y se asoma por el otro lado del carro para dedicar otro gesto tranquilizador a Julie. Aunque su cara refleja lo cerca que esta de echar el desayuno, la mujer no consigue interpretarla del todo bien desde la distancia.

Nada ocurría, salvo que ellos volvieron a aparecer en su campo visual, realizando diversos gestos tranquilizadores. Ver que, en principio, no pasaba nada, la calmó un poco, pero aún así... Algo debía haber pasado en esa caravana, algo muy grave, para que todo estuviera en ese estado y ellos no le estuvieran diciendo nada.

Incluso le pareció un poco... rara la expresión de Iroc, pero como estaba muy lejos, lo atribuyó a su imaginación.

Siguió dónde estaba, alerta, pues no parecía que Skrunger quisiera que se acercara y dejara su vigilancia.

- ¿Qué veís, chicos?

-Demasiada humedad, no podría conseguir una chispa aunque la vida me fuera en ello

Observó con curiosidad la fruta. Tenía buena pinta, y ninguna le caía mal.

-De verdad que si lo es, para ser silvestres se ven excelentes. No me importaría hacerme una casa por aqui contando que la comida esta asegurada de una forma tan natural.

No dividió las cosas, simplemente probó una de cada una en una cadena que se repitió, siendo en total dos peras, dos manzanas y dos higos (bueno, uno extra) lo que consumió. La fruta le había dejado la boca con un gusto dulce y agradable.

Comienzo a maldecir en voz baja, al identificar las flechas, y miro a Iroc.

- Han sido los putos elfos. - Continúo con las maldiciones un rato más. - Como si no tuviéramos bastante con los antihumanos, ahora van y aparecen estos.

Me giro hacia Iroc, y lo miro inquisitivamente antes de preguntarle:

- ¿Como lo ves para darles un mínimo funeral? Yo preferiría darles un descanso más apropiado, aunque sólo sea quemando sus restos - Señalo discretamente a Julie antes de preguntar. - ¿Cómo crees que se lo tomará ella? ¿Se lo decimos?

Mientras espero la respuesta de Iroc, busco con la mirada algún lugar cercano donde poder hacer un pequeño túmulo o donde poder incinerar la caravana con los restos, para darles descanso eterno.

Te ofrecen de lo poco que tienen lo que quieras coger, aun así te concedes un buen desayuno. Cuando te vas con tanta decisión ningún humano se atreve a decirte nada, aunque sabes que muchos se preguntan porque no te quedas a protegerlos. Ellos han visto aquella extraña luz que salio de ti...

Avanzas y avanzas en un dia que amenaza con llover y suelta unas escasas gotas, pero por suerte no va a mas. En los siguientes tres dias no pasa nada relevante. Te cruzas alguna caravana escoltada por un buen numero de mercenarios que te miran con recelo hasta que estas bastante lejos, por precaución mas que nada. Escuchas o ves antihumanos desde tu refugio nocturno, pero nunca suficiente cerca para que te vean...

Finalmente llegas a Dubno, un pueblo bastante importante situado en una encrucijada, lo que le da una muy buena posición para el comercio. Allí puedes permitirte descansar en una posada, notando de nuevo la diferencia entre dormir en una cama o en el suelo raso. Sales algo mas tarde de lo que te hubiera gustado del pueblo, en dirección hacia la capital como desde que saliste de tu hogar, allí en los limites de Karminoff. Ahora estas mas o menos a medio camino.

A media tarde del segundo dia desde Dubno ves desde lejos a una mujer en el camino, tiene el pelo blanco y tiene el arco preparado, parece estar vigilando. Mas alla de ella ves una caravana que parece abandonada, pues no tiene caballos ni mulas que tiren de ella. La mujer genera una sensación de calidez en tu interior, es algo que ya habias sentido con aquel humano que desaparecio en la batalla, es agradable y... inexplicable. Ella también te ve.

En tu vigilancia observas como un enano aparece por el mismo lado del camino por el que habiais llegado vosotros. Al verlo vuelves a sentir esa sensación de calidez, de confianza, un escalofrio... algo dificil de explicar. Es la misma sensación extraña que tuviste cuando conociste a Skrunger.

Él también te ve a ti.