Partida Rol por web

Akbar esperaba nervioso en la taberna. Apuraba su cerveza, pagada por su amo. Hubiera preferido tomar vino pero es un lujo que no se puede permitir un simple mushkenu. Bel-Shaanar no se hizo esperar, el sirviente hizo un gesto con la mano para que le viera y el comerciante se aproximó a la mesa donde el exclavo esperaba.

Ibraam miró alrededor.  Les había pedido que trajeran a gente de su confianza, aunque fueran de otras razas.  Eso lo debería poner nervioso, finalmente esto era una conspiración, y les podía costar la vida, pero sus visiones decían que no podía ser una liberación de los wardus solos.   Tenía que haber gente de todas las razas para triunfar. 

Bueno, no había muchos.  Emerkar que trajo a su awilú, el que decían había sido abandonado por su familia.  Aquel otro de cuerno roto que trajo a su patrona, la matriarca de las tabletas.  Un par que trajeron a mushenkus; no los conocía.  Varilya, que trajo a los dos jóvenes chacales, ¿Urdiminu? que adoptó.

Ahora es tiempo de salir y averiguar hermanos.  Levanten las orejas a los rumores de quién y donde esconden la sangre de Enlil.  Averigüen sobre ruinas que se parezcan a las que de mis sueños describí.   El tiempo apremia y las lunas rojas deben ser transitadas con guía.

Vayamos.

Saludo a Bel Shanaar con una inclinación de cabeza. Todo parece estar en orden.

—¿Estáis dispuesto, entonces? Mi señor llegará en breve, yo solo me he adelantado un poco para asegurarme de que no le conducía a una mesa vacía.

Hay más gente de lo habitual en la taberna, de hecho, algunos individuos que no recuerdo haber visto antes. Tampoco es que sea algo infrecuente, pero aun así mantengo los ojos bien abiertos.

—Disculpadme. Iré a esperar a la entrada de la calle, pues Burna Buriash no frecuenta estos lugares y podría equivocarse de sitio. La cerveza no es lo mejor, pero el vino es más que aceptable en «El Cuerno de marfil», si podéis pagarlo —. Sonrío una vez más al erudito y me levanto discretamente.

Mientras camino hacia la puerta, no dejo de mirar de soslayo a los recién llegados.

¿que hacen wardus en este lugar? No suele darse el caso, ellos prefieren sitios un poco más amplios para mover con libertad su inmensa anatomía. Pero a veces se da el caso de algún guardián que prefiere estar un rato apartado de los de su propia raza.

No los miro a los ojos cuando paso al lado de ellos, no vayan a creer que me he fijado en ellos. Mientras camino hacia la entrada, le pido mudas explicaciones al posadero, que se encoge de hombros. Aparentemente, el hombre está satisfecho con la clientela, y tiene buen ojo para detectar problemas. Ojalá no se equivoque esta vez, pues me inquieta especialmente el aspecto del de pelaje blanco.

Antes de ir al encuentro le comento a mi fiel Akbar que iré con ropa de viajero , y le pido que el vaya también con esa indumentaria,  utilizando  un lenguaje de igual a igual para que no sepan ni que yo soy noble ni que él es mi sirviente.

El hecho de ir a una taberna que no esté en el distrito noble , vistiendo yo de noble puede suponer cotilleos y murmuraciones hacia mi persona. Lejos debemos de estar de todo esto, por ello te pido encarecidamente que pasemos lo más desapercibido posible tanto en la indumentaria como en el lenguaje y trato para que todo aquel que nos vea , solo perciba dos viajeros amigos y camaradas. Son tiempos difíciles y debemos actuar con precaución.- Estas palabras se las dirijo a mi fiel sirviente antes de partir.

Paseo por las callejuelas antes de llegar a dicha taberna , no levanto sospecha alegrándome de haber tenido esta idea, al acercarme al lugar de encuentro veo a mi sirviente en la entrada, ¿todo bien compañero?  

En cuanto me reúno con mi señor comienzo a seguirle el juego, que servirá para despistar a todos aquellos que no me conozcan de vista. Los que frecuenten el local, pensarán que hemos salido de viaje, y los que no sean de por aquí, espero que no nos miren dos veces.

—Todo bien, mi señ...amigo mío. Entremos, nuestro contacto nos espera.

Entramos pues y nos dirigimos a la mesa donde aguarda Bel Shanaar. Quizá se muestre sorprendido por nuestras vestimentas, de hecho todos parecemos de un mismo gremio, diría yo. sin más preámbulos hago las presentaciones con suma discreción, ocultando evidencias de la naturaleza noble de mi amo, y nos sentamos a la vera del erudito extranjero. Hago señas al tabernero para que nos sirva bebidas.

—En fin, hay bastante movimiento por aquí— digo, en alusión a algunos personajes recién llegados. —Espero que el bullicio no os moleste en vuestra conversación.

Quedo a la expectativa, intrigado y ansioso por saber más.

Entro con Akbar a la taberna , mientras veo lo que se estaba organizando ahí . Un temible wardu está allí junto con una camaradilla hablando de extraños mensajes pero dijo algo que me inquietó . Sigo a Akbar hacia la mesa donde me esperaba Bel- Shanaar , tomo asiento y le susurro a Akbar algo al oído. 

Susurro en el oído de Akbar: sigue al wardu de pelaje blanco averigua dónde vive.

Saludos Bel - Shanaar pongo mi mano en mi frente y la alejo a modo de saludo, esperando la respuesta del hombre que quería conversar conmigo.

Te encuentras en la taberna de los bulliciosos arrabales. Prefieres moverte por lugares donde los nobles acceden. Has congregado algunos wardus para tu causa, entonces un movimiento capta tu atención, acaban de entrar un par de mushkenus, uno de ellos es Akbar. El desconocido repara en ti y ambos se dirigen a una mesa donde espera un noble que, a juzgar por sus vestimentas, debe de ser comerciante del gremio de Assur.

El mushenku no lo conozco, pero lo vi en un sueño.  Su perfil en un bajorelieve.  Me le acerco. 

Te vi en un sueño, mushenku.  Eras primero un lince, luego una cigüeña, luego tu, luego un chacal siguiendo la sangre de un toro herido.  Un Asirio te tenía por una cadena que le amarraba su propio cuello a la vez.

Quizá tengas lo que yo necesito.   ¿Quien eres, si puedo preguntar? -la mirada de Ibraam estaba un poco perdida al hablarle.

Veis como el wardu albino repara en vosotros y se os acerca a la mesa. Os dirige la atención y os habla con una voz extraña y inusualmente pausada y equilibrada. Sus ojos denotan una inteligencia enigmática, algo místico parece.

Ante el saludo de Burna-Buriash, me levanto y le hago un saludo formal, se cual es mi lugar, soy un extranjero ante un señor, por mucho que mi rango en mi ciudad me abra puertas:- Que la fortuna te sonria Burna-Buriah, por favor sientese y me haga participe de su compañía.- Observo al Wardu, que parece desear hablar a Akbar, su pelaje blanco y su forma de hablar le delatan y no puedo más que afirmar:-Bienaventurado Ibraam, parece que nuestros destinos vuelven a unirse, dime que quieres de nuestro buen Akbar, porque me temo que necesitamos su amo y yo de su presencia.- Aunque me gusta volver a encontrarme con el, ha sido en el momento más inoportuno. 

Mientras los dos eruditos, mi señor y Bal Shanaar se saludan formalmente, observo con inquietud al wardu misterioso, que se aproxima. No parece un guerrero como otros que he visto, y su mirada...

Ibraam: Te vi en un sueño, mushenku. Eras primero un lince, luego una cigüeña, luego tu, luego un chacal siguiendo la sangre de un toro herido. Un Asirio te tenía por una cadena que le amarraba su propio cuello a la vez.

Me quedo mudo de asombro. ¿Realmente se dirige a mí? ¿Es una burla, o acaso dice la verdad? Pienso por un momento en lo descrito en el sueño...creo que volveré a pensar en ello en la oscuridad de mi celda.

—Espero que vuestros sueños signifiquen algo bueno para nosotros—le sonrío, pero mis ojos permanecen fríos— mis propios sueños me suelen parecer confusos cuando despierto cada mañana. Soy Akbar, hemos venido a saciar la sed y conversar tranquilamente, y no veo que podría tener yo que podáis necesitar.

Para mi sorpresa, Bel Shanaar le conoce. Es un alivio que él tome las riendas por el momento, así que tomo un sorbo y aguardo en silencio. Creo que ha llegado la hora de los eruditos y quizá de los místicos.

Ibraam sitiéntese con nosotros , yo soy el hombre que busca , sitiéntese y le contaré mi sueño. Acto seguido le hago un gesto con la mano para que se siente cerca mía.

Sueño de Burna_ Buriash en boca del propio Pj:
...Mi cuerpo parece flotar con el viento. Unas ruinas pueden divisarse en medio del desierto, azotada por la tormenta de arena. Las ruinas parecen tener vida, las antorchas en lo alto del zigurat permanecen encendidas y desafían al viento, sus llamas no parecen extinguirse. Poco a poco la tormenta amaina.
Ahora vuelo a gran velocidad, puedo ver los detalles de las ruinas desde arriba, me siento atraído hacia el zigurat y me precipito hacia el ruinoso edificio para adentrarme con celeridad hacia su interior como si atravesara el muro. Todo es oscuridad repentina.
Después de unos angustiosos segundos de vacío, me encuentro tumbado en una cámara iluminada por cuencos enormes de tea ardiendo. Dos gruesas losas verticales de piedra oscura sustentan una tercera en horizontal, esa estructura conforma lo que podría ser una especie de altar desnudo. Una sangre oscura rebosa de lo alto del mencionado altar y resbala cayendo al suelo, formando un montón de fluido vital. No obstante, ese fluido que parece ser sangre es demasiado oscura. Entonces una sombra irrumpe en la cámara y puedo oír una voz atronadora de ignota procedencia, posee un tono reverberante que me produce escalofríos, su estructura armónica es inusual y su cadencia extraña. Unas palabras flotan en el lugar y sentencia: Bienvenido Bruna-Buriash, te estaba esperando

El sol está bastante bajo mientras avanzas por la calle en dirección a la taberna donde te ha citado Akbar, el sirviente de Burna_Buriash, tu mente está sumido en los pensamientos, pensamientos que se centran en ese enigmático wardu albino. Abandonas la bulliciosa calle de los arrabales para introducirte en una calle perpendicular, accediendo a la misma tras un arco. La calle es estrecha y se abre entre los abigarrados edificios que la flanquea. Puedes oír el rítmico golpeteo de tus cascos sobre los cantos rodados, recuerdas lo pesado que resulta caminar por los empedrados de aquel barrio donde reside la chusma. Entonces un sentimiento de alerta dispara tu cerebro. Te detienes de súbito, ¿es tu imaginación o te están siguiendo?

Ando un poco más lento para intentar escuchar si es verdad que alguien me está siguiendo. Cambio de ritmo para intentar pillar por sorpresa al perseguidor, parando de golpe tras haber avanzado un poco más deprisa a ver si se oyen sus pasos. A la vez desenvaino una de mis armas pequeñas, un hacha de batalla o una espada por si fuese necesario. Y busco unas sombras donde poder ocultarme como en mis días de sicario asesino.

Me siento junto a los dos humanos de tan distintas clases.  Como pares, así debería ser el devenir futuro.  Sentados en la misma mesa de la vida.  

Lo escucho atentamente relatar su sueño.  Ruinas, sangre.  Es algo en común con el mío.  El ziggurat, ¿lo reconozco?  Las flamas lo llaman, lo guían.

La sangre es oscura, ¿se parece a la de Enlil?  ¿Trae vida, florece, o es de muerte?

El lugar está lejos, pues tuviste que volar hasta él.   Lejos en distancia o en saltos de pensamiento.

La voz, ¿me recuerda la de algún dios antiguo o nuevo?  No parece ser Ishtar, le falta fecundidad y deseo.

¿Como era la noche en que tuviste el sueño Burna-Buriash?  -al pronunciar el nombre del hombre suena como viento la última sílaba.  ¿Llovía, había tormenta de arena, la luna tenía coro de estrellas?