Partida Rol por web

La maga actuó rápido antes de que se pudieran lamentar muertes a manos de Noma y Laver pues aquellos dos estaba segura que no diferenciaban de un inocente a un villano. Comenzó a conjurar rápidamente un conjuro de sueño, susurraba una breves palabras arcanas que producían confort y somnolencia y que tenían como foco los dos guardias. Tras realizar el conjuro no tendrían mucho tiempo para salir de allí mientras confiaban en que Panacea y Shem consiguieran lo que estaban buscando. Había que evitar un baño de sangre como fuera posible.

Una vez realizado el conjuro se giró para salir por la puerta oculta por la que habían llegado mientras esperaba que ambos guardias cayeran inconsciente - No los matéis. Les dijo como precaución a que su conjuro no hubiera funcionado y después miró al techo y le dijo a Panacea. - Ayuda a Shem y salid de aquí con cuidado. Mientras se movía buscaba a Gael con la vista pues el hombre había desaparecido por completo.

¡Poderosa maga que tenemos!  -pensó Panacea y se apuró a ver si esa por ahí estaba la bodega de alquímia, la que tendría las hierbas que necesitaban.   

Lo que dijeron estos guardias es suficiente para saber que son las fiestas el orígen del problema.  ¡Esos músicos!  Y bueno, la agresividad del capitán lo demostraba. 

Se acercó a la ventana superior con su olfato de gnoma para encontrar lo que buscaban.

Respiró tranquila al ver a los dos guardias caer dormidos e ilesos. Se giró hacia Laver y Noma y les instó a salir del lugar por dónde habían entrado. - Dejemos que Shem y Panacea consigan lo que necesitamos, nosotros debemos salir de aquí. Estos se despertaran en menos de un minuto y debemos desaparecer de aquí. Con suerte no entenderán lo ocurrido y no darán la voz de alarma. dijo mientras salía por la puerta secreta y esperaba que la siguieran.

¡No ibamos a matarlos! - susurro ofendido - No somos bárbaros... ¿Y si aprovechamos que están dormidos para ponernos sus uniformes? - sugiero, guardando la ballesta y sacando una cuerda larga - Eso nos haría pasar desapercibidos. Además, el de la armadura sigue ahí dentro - señalo la cocina - Si nos largamos le dejaríamos vendido.

Frunzo el ceño sorprendido por las palabras de Ylian.

- No se por quien nos tomas... Eramos mangantes, no asesinos.

Miro a Laver con complicidad.

- Sí, yo estoy con Laver, tampoco podemos dejarles ahí a su suerte. - Saco una cuerda de la mochila para hacer ver que les vamos a atar. - ¿Me ayudais a atarlos y moverlos antes de que se despierten?

Estaba claro que aquellos dos acabarían estropeando la misión. Se enojaban fácilmente ante sus palabras y sin embargo hasta ahora no les había visto actuar con propiedad ni aparente inteligencia y aquello no tenía visos de mejorar. Los guardias les habían visto y había echo todo lo que había podido para no estropear más la misión.

Se encomendó a que Gael supiera lo que estaba haciendo y a Shem y Panacea que estaban en el buen camino. Se dio la vuelta sin decirles lo disparatada que era su idea y se marchó a través de la puerta secreta volviéndola a cerrar.

Una vez fuera Ylian, tratando de olvidar lo poco eficaces que eran esos dos personajes y que hasta ahora no habían aportado nada al grupo, siguió el muro para estar alineada con la ventana. Sabía que el rango con el que podía adentrarse en los sentidos de Argolan era limitado y quería aprovecharlo al máximo. Una vez alineada se pegó al muró lo más pegada que pudo con la maleza que había sobre este y conjuró una nube de oscurecimiento que la ocultara a la vista de cualquiera que pudiera pasar por allí mientras sus sentidos estuvieran con el búho.

Una vez que no podía ver nada a través de la niebla puso su escudo pegado a su pecho para protegerse y se concentró en volver a fusionarse con los sentidos de Argolan y a pedirle que siguiera a Panacea y a Shem para ayudarlas. Durante el vuelo, echó un ojo a ver que hacían aquel par de individuos pero sin detenerse a más.

En su interior deseaba que Gael estuviera bien, pero se sentía un poco frustrada al haber desaparecido sin decirla nada cuando había puesto su cuerpo bajo su protección mientras acompañaba a las chicas.

Me encojo de hombros y hago un gesto con la cabeza a Noma para ir atando a los guardias, amordazarles, y arrastrarles a un punto en el que quedaran ocultos.

Entre que quieres esconderte, sientes una mirada sobre tu nuca. 

Una muchacha,  de tal vez 30 o 35 años está mirándote,  como decidiendo si hablarte o no. 

Luego de unos segundos y de vencer con algún miedo, se acerca a tu lado,  cerca por la puerta y extrayendo uno de los delantales de la ropa sucia,  te lo alcanza....

Sir Gael... nunca esperé ... es un lugar raro para encontrarse .. ante tu mirada de asombro sigue hablando..

si, se quien es usted... se que no lo ha hecho,  pero si me pregunta,  el duque fue excesivamente duro con usted,  después de lo que dicen fue un engaño.. No lo tome a mal,  yo le creo,  aunque los demás no...

Ayuda a cubrirte bien con la túnica y sigue hablando...

Este es un lugar peligroso para usted... y aún asi, le sugiero que mientras pueda, salga de acá,  no hemos escuchado de ninguna guardia adicional,  espere... déjeme preguntar a mis compañeras...- hace el ademan de preguntar a sus compañeras,  mientras,  con una sonrisa maliciosa y de forma desfachatada mete su mano en la bolsa de dinero que tienes escondida entre tus ropas...

Ups...- dice con la sonrisa aún en la boca, sin siquiera inmutarse... 

El caballero no tardó en ser descubierto, para su suerte aquella mujer no montó ningún espectáculo sino que hasta le daba palabras de ánimo.

- Bien, gracias, aquello que sucedió fue muy lamentable.

Dijo de un modo ambigüo, no queriendo traer a colación aquellos sucesos que sin duda le llenaban de malos recuerdos. Se preguntó si el Duque fue demasiado duro, él se equivocó mas nunca hubo mala intención.

La mujer entonces trató de alcanzar su bolsa, al notar el intento apartó la mano.

- Ya me marcho, suerte con esta noche tan ajetreada.

Tras mirarla se apartó, debía de mirar los progresos del resto. Le hubiera gustado que vinieran con él pero quizás era él el que se precipitó al adentrarse en la cocina. Al menos ahora le parecía que el lugar podía servirles si de verdad fueran a ser sorprendidos por la guardia.

Buscas y buscas,  se ve un montón de hierbas,  algunas en maceteros grandes,  otras colgando de extravagantes y lindos maceteros de cristal en el techo. 

Todo el cuarto es como un invernadero gigante,  tanto que quedas pasmada.

Que haces?

En bajito y con cuidado de no llamar más la atención les comento:

- ¿Ylian? ¿Nos ayudas o tenemos que hacer todo el trabajo nosotros? - Hago una pequeña mueca - Tranquila, que están dormidos mágicamente. Mientras no los abofeteemos o los sacudamos demasiado seguro que no se despiertan.

Miro a mi alrededor para buscar el mejor sitio donde esconderlos y donde, tal vez, poder quitarles la ropa.

Dejo que Noma hable con la maga. Noma sabe comunicarse mejor que yo. Mientras, me centro en atar a ambos guardias con el mayor cuidado posible y en completo silencio.

Varias cosas se suceden a la vez. 

Entre que están moviendo y atando a los 2 guardias,  Gael sale de la cocina,  mirando de soslayo hacia atrás,  cierra la puerta de la cocina,  mientras simultáneamente se escuchan algunos gritos dentro de las cocinas, unos ser entienden,  otros no...

INTRUSOS EN LA COCINA !! CUIDADO!! (Sonidos inentendibles)

Laver y Noma, desconcertados por la situación,  miran para todos lados,  y Laver suelta la mano de uno de los guardias,  se tropieza y pisa la mano del mismo,  quien suelta un grito de dolor,  y hace que Noma sin querer le pegue con el talón al segundo guardia en el piso. Ambos despiertan.