Partida Rol por web

El Teatro de los Muertos

Capítulo I: Obertura

Cargando editor
14/09/2015, 02:53
Angie Doyle

Camino detrás de Jonathan, esforzándome por seguirle el paso con mi caminar pesado y mis ojos cargados de tristeza. Ni siquiera me molesto en responder a las palabras de ánimo de Elie, sencillamente me he resignado a mi suerte y he agotado mis ganas de pelear. 

Mi mirada va fija en el suelo, contemplando mis propios pies. Un paso y detrás otro y otro más. La tormenta suena en lo alto de forma constante. No creo que nunca pueda acostumbrarme a ese sonido y me pregunto si cesará en algún momento o si habrá algún lugar desde donde no se escuche. Pero no lo pregunto en voz alta. No quiero hablar con mis captores por nada del mundo.

Cuando Jonathan me anuncia que hemos llegado a nuestro destino, levanto los ojos para contemplarlo sin demasiado interés. Al menos hasta que veo el nombre. Futurist. 

-  Pues mira que el nombre quizás le quede bien, mi querida Nina. - Su voz, la voz de Josh resuena en mi mente con aquellas palabras. Parece que hayan pasado siglos desde esa conversación en lugar de algunas horas. Pensar en cómo ha cambiado todo desde entonces hace que mi pecho se anudase de una forma casi dolorosa y mis ojos se humedezcan de nuevo. - Se llama The Futurist. 

Sorbo por la nariz intentando controlar el llanto para que no llegue a producirse y al darme cuenta de que se queda atrás, dedico una última mirada al cobarde de Lee al seguir avanzando tras Jonathan. Giro la cabeza para mirarlo, con los ojos tristes y vocalizo sólo algunas palabras sin voz: "Sálvame, por favor."

El tirón de la cadena me hace llevar la vista de nuevo al suelo para vigilar por dónde piso y trato de no poner mis esperanzas en Lee mientras voy esquivando los escombros del suelo. El sonido de la aldaba repiquetea en mis oídos y no puedo evitar un pequeño estremecimiento de temor. No sé qué me espera ahí dentro, pero difícilmente será peor que lo que ya he vivido, ¿no? ¿No? 

Insegura, cambio el peso de una pierna a la otra, intentando no hacer caso de la última advertencia del psicópata que me ha secuestrado. - Respetuosa. Haría cualquier cosa para librarme de ti, asqueroso. - No puedo evitar pensar mientras entrecierro los ojos con odio, mirando al suelo. Pero no digo nada en voz alta. Demasiado intimidada para hablar, tan sólo me quedo quieta, esperando que lo que tenga que pasar, pase de una vez. Y si con ello consigo librarme de Jonathan, bienvenido será.

Cargando editor
17/09/2015, 21:53
Elie Godnay

En el tiempo de trayecto que restaba reinó el silencio fuera de la cabeza de Angie, y también lo hizo dentro. En un primer momento aquella presencia constante había pensado en tratar de animar a la chica, y luego estuvo a punto de tararearle alguna canción que sirviera al menos de distracción. Pero no dejaba de sentir que aquel no era el momento. Ambas tenían que asumir el problema en el que estaban, y evadirse no iba a ser la solución. Además, quería que Angie permaneciera atenta a cualquiera oportunidad que hubiera de escapar. La pregunta muda sobre la tormenta obtiene como única respuesta el reflejo sobre la misma pregunta, como si aquella duda fuera compartida y aquella presencia estuviera a punto de pensar lo mismo.

Luego, cuando los recuerdos se agolpan en la mente de Angie, aquella que se había presentado como Elie continúa guardando silencio. La sensación de un intento de consuelo vuelve a manar del lugar en el que reside, pero abrazarla o no es sólo decisión de Angie.

A través de los ojos de ella observa aquel edificio, y de poder verla cualquiera se daría cuenta de la mueca mezcla de impresión y asco que se formaría en su rostro. Aún así esas mismas sensaciones se extienden hasta llegar a Angie, haciéndose entender. Aquella parte de asco no tarda, sin embargo, en crecer. Justo cuando Angie dedica esa última mirada a Lee, mezcladas con algunas punzadas de ira.

- Es un buen intento, y cualquier caería rendido ante esa mirada. - Le dice entonces a su compañera, mientras enfoca al oriental y centra en él toda su rabia. - Pero le faltan huevos para hacer algo. - Expone antes de hacer una pausa. - Pero no dependemos de él, ni de nadie. Nos salvaremos nosotras, Angie. Nos salvarás. - Asegura.

Después de aquello, cuando comienzan a atravesar una puerta y luego otra, Elie permanece atenta. Quizá la oportunidad llegue ahora. Después de todo, ya sólo está aquel enfermo medio psicópata de Jonathan. Escucha las palabras de él, pero no es hasta que Angie las responde mentalmente que reacciona. - Tienes que prometerme una cosa, Angie. - Dice entonces, cargada de seguridad. - Tienes que prometerme que cuando consigamos escapar nos vengaremos de ese asqueroso si tenemos oportunidad. Podría admitir que venda y no sé qué mierdas a los zombies, pero no a ti. Tú estabas cuerda, joder. Y bien. Muerta, pero bien. - Enuncia. - Tu sitio no es como esclava, ni encadenada. Tu sitio es con Josh, joder. Con Josh y en un escenario. - Asegura mientras espera a que alguien responda al otro lado de aquella puerta. - Y él no es más que tú. - Dice luego, como si recordar aquello fuera importante. - Sólo ha muerto antes.

Cargando editor
18/09/2015, 03:52
Narración

Lee te devuelve la mirada. En sus ojos hay cierta angustia, cierta congestión culpable que parece a punto de brotar a gruesos borbotones. Su silencio pesa sobre ti y de repente su boca se abre y su mano se extiende levemente hacia Jonathan, como si quisiera decir algo. Como si estuviese arrepintiéndose de su constante mutismo ante la decisión de su compañero de traerte... hasta allí.

Sin embargo, su gesto es abruptamente interrumpido por la aparición de un par de ojos tras la abertura de la puerta de metal. Lee guarda su mano y observa el par de ojos oscuros que parecen fijarse en Jonathan de manera silenciosa, como si esperaran algo.

- Somos Jonathan Borough y Lee Harper...- finalmente es Jonathan quien con voz firme (demasiado firme, como si estuviese forzando cierto tono grueso) rompe el silencio. -... y traemos mercancía especial para Lord Chamberlain- dice mirándote de manera lasciva, como si no fueses más que un objeto de gran valor que esté llevando a exhibición en el mercado negro. Jala la cadena para que te muevas un poco y los ojos te detallan con una frialdad mecánica y ausente, que te hacen pensar por un breve instante que aquello no es más que una estática pintura tras el agujero rectangular de la puerta.

Sin embargo, aquella mirada desapareció sumergiéndose en la oscuridad durante algunos minutos, dejando tras de sí un pesado silencio. Ocasionalmente, ecos metálicos y sonidos indistinguibles similares a susurros apagados y lejanos parecían filtrarse por el único agujero. Lee evita tu mirada, concentrándola en el suelo.

Tras unos minutos, se escuchan unos golpes secos que vibran sobre el metal y el chillido grave de los goznes de la puerta metálica. El portón se abrió por la mitad, revelando un interior oscurecido y apenas distinguible. Jonathan sonríe triunfal y es el primero en ingresar, jalando la cadena para que le sigas. Lo primero que notas es que parado frente a la puerta abierta hay un hombre. Es un hombre de aspecto pálido, con una expresión hueca y una mirada que crees reconocer como la de la abertura. No tiene barba y su rostro parece una porcelana blanca. Está vestido con un traje rojo oscuro que evoca la elegancia artificial de un uniforme: en el centro del abrigo, botones gruesos y dorados descienden por una franja vertical del mismo color. Jonathan pasa junto a él sin saludar y te obliga a hacer lo mismo a través de la tensión de la cadena. Detrás de ti, Lee entra silencioso tratando de mantener el paso.

El lugar está sumido en las tinieblas: pequeñas porciones de sombras tenues dejan ver siluetas geométricas. Jonathan se detiene y espera un poco. Una gradual claridad que proviene del techo va lentamente iluminando el sitio, revelando una alfombra roja bajo tus pies y arriba una lámpara de araña de un hermoso color bronce que exhibe un increíblemente intrincado motivo de espirales retorcidas sobre cada brazo, desembocando cada uno en una afilada punta en donde se agita una tenue llama azulada que te recuerda a las historias de fuegos fatuos en algunas obras y leyendas.

De repente, una sombra colosal se mueve desde el frente, una silueta enorme de la que surge una gruesa, aunque elegante voz.

Cargando editor
18/09/2015, 04:31
Lord Chamberlain

-¡Jonathan! ¡Lee! mis esclavistas favoritos- anuncia una voz con perfecto acento británico mientras la figura de aquel hombre se acerca a la luz del candelabro. Notas que es un personaje de talla inusualmente grande, mide más de dos metros de estatura, y se extiende de manera desproporcionada sobre unas dimensiones obesas y exageradamente infladas. Aquella persona parecía tener la talla de dos , tres e incluso más hombres. 

Toda su figura está cubierta con una túnica de un color azul brillante con encajes de un dorado iluminado: motivos en espirales también y otros agrupados en forma de alas circulares que parecen revolotear a medida que la tela ondea lentamente, mientras pequeñas motas rojas sobre el patrón lanzan pálidos destellos a medida que la luz se fija sobre ellas. Una capucha corona la cabeza de aquel hombre, cuyas robustas facciones parecen regarse desordenadamente sobre su rostro, como si éste hubiese sido inflado caóticamente por partes. Su nariz es caída y redonda, su boca es pequeña y está rodeada de unos labios rechonchos e inflados y sus ojos... sus ojos claros son pequeños, redondos y vivaces, con un brillo astuto que se ve a través de los dorados irises que reflejan la luz de la lámpara del techo. Sus cejas están más bien separadas y parecen apenas delineadas sobre la piel de aquel hombre.

-Por favor, no os quedéis ahí. Seguidme, seguidme... siempre me emociona recibir nueva mercancía.- dice aquel personaje, quien es sin duda Lord Chamberlain. No se ha fijado en ti ni por un instante, y su mirada sólo ha ido de Jonathan a Lee,y te ha ignorado a ti y a los esclavos de Lee, quienes parecen insensibles a todo lo que ocurre a su alrededor..

A medida que la luz toma fuerza, puedes notar que aquel cuarto parece la antesala de un cinema con mucha elegancia. Hay una extraña mezcla de olores, un perfume incómodo y agradable que parece mezclar el tufo a humedad y vejez con débiles fragancias florales. Las visiones ruinosas del lugar se superponen borrosamente sobre la elegante alfombra, las paredes decoradas en algunas partes con ondeantes cortinas de tonos rojizos y en otras con pósters con el nombre de obras de teatro. "Hamlet" dice uno, mostrando a un hombre delgado cuyo rostro es una calavera, y en la parte inferior, "John Doe". "Edipo Rey" dice otro, también con "John Doe", pero que muestra a un joven con una espada enfrentándose a una esfinge en el fondo. "El fantasma de la Ópera" dice un tercero, pero el nombre esta vez es "Maybelline Roux" y el dibujo parece una muy realista máscara de un hombre de facciones femeninas gritando. Otro más allá reza "Tio Vania", también de "Maybelline Roux" y presenta a un hombre con una larga barba. Hay otros afiches hacia los pasillos laterales, pero están demasiado oscurecidos como para leer lo que dicen.

Pronto, pasas como parte de la comitiva de Jonathan y Lee por el sitio en dónde se pediría el boleto para ingresar a la sala principal del cine y en donde se encuentra una mujer arreglada con el mismo uniforme del sujeto de la entrada, también con la misma expresión muda y vacía en su rostro perfecto. Os dirigís hacia una pequeña sala con dos cómodos y amplios sofás, iluminados por una lámpara de gas sobre una mesa pequeña y sólida. El sitio está más tenuemente iluminado allí y las tinieblas ocultan el pasillo interior hacia las salas de cine del lugar, apenas lanzando gigantezcas y puntiagudas sombras sobre las paredes. En uno de los sofás se sienta Lord Chamberlain, ocupando más de la mitad del espacio y observa a sus invitados, esperando pacientemente a que se acomoden en el que está frente a él, del otro lado de la mesa.

-Bien. Decidme... ¿qué tenéis esta vez para mí?- pregunta el hombre y su voz, refinada y con impecable pronunciación, parece resonar con un eco por todo el lugar.

Cargando editor
18/09/2015, 04:59
Jonathan

-Milord, tenemos algo muy especial para usted. Estoy seguro de que le encantará nuestra más reciente mercancía- dice Jonathan sentándose con cierta prudencia y acomodándose con un respeto artificial. Luego jala un poco la cadena para que te acerques y te pares junto a la mesa de centro. Lee le sigue y se acomoda a su lado, mirándote rápidamente. Sus esclavos se acomodan frente a ti. Sobre la pequeña mesita y junto a la lámpara pasan entonces tres líneas de eslabones metálicos.

-Venimos de segar a esta infante. No lleva más de una hora haber fallecido...- continúa Jonathan. El anfitrión parece poco impresionado. -...que resulta ser una actriz...- y de repente los ojos del hombre se abrieron lentamente con algo más de curiosidad. -... nada más y nada menos que de teatro. ¿Qué le parece?- dice Jonathan, bastante confiado en el efecto que ha logrado con su pequeña introducción.

Cargando editor
18/09/2015, 05:07
Lord Chamberlain

Lord Chamberlain no dice nada. Sus ojos se fijan por primera vez en ti con un destello de curiosidad. Te examina con su mirada brillante, observándote con cuidado. Tienes la impresión de que te está tasando a partir de lo que puede ver, como un joyero que intenta determinar si un diamante es verdadero o una simple imitación sin ningún valor real.

-¿Bromeáis, verdad? ¿Esta chica es actriz de teatro?- dice con aire escéptico, tratando de fingir cierta decepción, pero sin ser capaz de ocultar cierto interés. -¿Me estáis tomando del pelo acaso?- pregunta a sus "invitados", mirándote de reojo todavía.

Cargando editor
18/09/2015, 05:10
Jonathan

-No, milord. Se trata de una genuina actriz de teatro. Algo joven quizás, pero talentosa- dice el chico esbozando una gentil (e hipócrita) sonrisa. -Lee estuvo en algunas de sus obras cuando todavía vivía y puede dar fe de su gran habilidad. No la hubiésemos traído de no pensar que podría interesarle- dice diplomáticamente Jonathan.

A su lado, su compañero se retuerce algo incómodo. No parece contento con su mención en la conversación, pero ni Jonathan ni Lord Chamberlain parecen haberse dado cuenta de ellos. Ambos te observan, aunque con una expresión diferente en su rostro. Jonathan parece reflejar la codicia con que desea completar la transacción y el otro... el otro parece tratar de decidir si creerle o no a Jonathan.

Cargando editor
18/09/2015, 05:13
Lord Chamberlain

-¿Es eso verdad?- dice el Lord dirigiéndose a Lee. Éste asiente tímidamente y luego el hombre te vuelve a mirar intensamente. Guarda silencio unos instantes y luego se dirige por primera vez a ti.

-Muy bien joven, dime, ¿Cuál es tu nombre y a qué te dedicabas antes de morir?- pregunta con un tono amable, hablando despacio y mirándote intensamente a los ojos, como si estuviese evaluando la respuesta que puedas darle. Jonathan te observa y esboza una falsa sonrisa, mientras su mirada parece querer empujarte a que respondas y a que lo hagas de una manera satisfactoria.

Cargando editor
19/09/2015, 04:09
Angie Doyle

- Nos salvaremos nosotras -repito mentalmente las palabras de Elie, emulando su determinación a pesar de que cada vez me siento más intranquila -. Te lo prometo -añado tras unos segundos, posando los ojos en la espalda de Jonathan con rencor.

Doy un respingo cuando la abertura de la puerta aparece y me quedo mirando esos ojos que parecen vacíos, demasiado estáticos como para estar vivos. Doy un pequeño paso hacia Jonathan cuando tira de la cadena, con la mirada todavía prendida de la abertura de la puerta. - Me cago en la puta. -Blasfemo mentalmente, ya que en voz alta no me atrevo y espero hasta que desaparece.

Entonces estoy a punto de suspirar de alivio, pero los sonidos que empiezan a llegar desde el otro lado me ponen los pelos de punta y cuando la puerta por fin se abre cierro los ojos con fuerza durante un instante, como un acto reflejo.

Los primeros pasos los doy a ciegas, pero no tardo en abrirlos de nuevo. Sólo me faltaría caerme y que el puto Jonathan me arrastrase de las malditas cadenas. 

Mis ojos van recorriendo el lugar, contemplando cada detalle con una curiosidad que me hace sentir culpable. No debería llamarme tanto la atención, debería estar tratando de escapar, pero... Lo cierto es que me resulta inevitable revisar esos carteles, dedicar una mirada temerosa de reojo al tipo que ha abierto la puerta, y mis labios se entreabren al ver la lámpara con las luces azuladas. - Joder. Es una pasada. - Pienso a mi pesar.

La voz del tipo enorme me provoca otro respingo sobresaltado y lo miro de inmediato. Su voz elegante y grave me hace pensar de inmediato en el tipo al que me quieren vender. Lord noséqué. Hago memoria algunos segundos hasta recordar su nombre. - Camembert... Chairblade... Chambelán... Chamberlain? Sí, eso era. Chamberlain. - Lo memorizo fijándolo a mi memoria, probablemente me hará falta pronto. Observo al hombre impresionada por su tamaño y su presencia y sigo a mis captores en silencio, tratando de pasar desapercibida. 

Me siento donde me indican y me tengo que obligar a mí misma a apartar la mirada del dueño del teatro para fijarla en el suelo. - Respetuosa. Respetuosa o una paliza. - Dedico una mirada torva de soslayo a Jonathan al recordar su amenaza. - Mirarlo fijamente sería impertinente. 

Su escepticismo ante mis capacidades me molesta y emociones encontradas se encienden en mi pecho. Por un lado vergüenza porque ni siquiera me considere a la altura tan sólo por mi aspecto. Por otro un orgullo herido que me incita a envarar un poco mi postura, a recuperar mi dignidad.

No puedo evitar que me agrade la respuesta de Jonathan. A ver... Sé que sólo lo dice para que el otro me compre y sacarse una pasta y todo eso. Pero suena tan absolutamente genial. - Una genuina actriz de teatro. - En cualquier otra circunstancia me hincharía como un pavo con esa definición. Pero las cadenas siguen siendo un peso demasiado grande en mis muñecas como para que pueda sentirme cómoda.

Cuando se dirige directamente a mí mi postura se encorva un poco. El tipo me intimida, aunque no tanto como la paliza que me han prometido si no me porto como debo. Tomo aire despacio y me doy cuenta de que me tiemblan las manos así que me sujeto una con la otra para disimularlo en un truco que aprendí hace tiempo en la escuela de teatro. Me concentro mucho, tengo que sonar convincente. Y respetuosa. No puede temblarme la voz.

- Me llamo Angie. - Y sin embargo, sí que tiembla un poco. Lo justo para que me odie por ello.- Iba al instituto. Tengo... Tenía diecisiete años, ¿sabe? Estaba en último grado y el año que viene pensaba estudiar Arte Dramático. - Pestañeo, estoy tan nerviosa que ni siquiera estoy segura de lo que he dicho. Miro a Jonathan de reojo y añado algo más recordando sus amenazas. Debo ser respetuosa. - Milord.

Cargando editor
21/09/2015, 19:38
Elie Godnay

La respuesta de Angie provoca un asentimiento mudo en la presencia que habita en su cabeza. Aquello es todo lo que necesita oír. Acto seguido permanece en silencio, atenta, decidida a no captar la atención de la chica para que ambas puedan estar pendientes de los detalles. Sin embargo una suave risa llena el espacio un instante después, cuando ella blasfema.

Unos instantes más tarde, cuando al fin entran, Elie va observándolo todo enmudecida. Nada es como lo había imaginado, y se nota. - Puede que esto no esté tan mal. - Concede sin dejar todavía de lado el escepticismo. - Desde luego puede ser mejor que lo de ser esclava sexual del puto enfermo ese. - Añade después, leyendo todos y cada uno de los cuadros. A punto está de empezar a hablar como soñando en voz alta, valorando ya algunas posibilidades para el futuro, pero se detiene a tiempo. - Pero no te confíes. - Dice entonces. - Este tío no deja de ser un comprador de esclavos. - Le recuerda.

Apenas un instante más tarde, cuando siente a Angie haciendo un esfuerzo por recordar el nombre de su anfitrión, un susurro cálido, que intenta ser reconfortante y transmitir seguridad. - Lord Chamberlain. - Le dice al mismo tiempo que ella da con el nombre en su memoria.

El resto del tiempo Elie se lo pasa observando. Aquel hombre tan voluminoso es imponente, y le dedica un pensamiento claro, que se extiende por la mente de Angie para hacerla consciente de él. Al menos este muestra su monstruosidad por fuera. Con cuidado va escuchando toda la conversación entre él y el enfermo, sorprendida de que Lee se encuentre con ellos. Desde un rato atrás había dado por hecho que él se quedaría fuera. Las ganas de encontrar algo que Angie pueda decir para provocar una pelea entre los dos esclavistas que la habían secuestrado delante del comprador no hacen más que crecer, y sin embargo no llega a dar con nada por lo que merezca la pena arriesgarse.

La presentación que Jonathan hace de Angie provoca en Elie un chasquido de disgusto. - Desgraciado. - Menciona antes de dirigirse a ella. - No tiene el suficiente ojo como para pensarlo de verdad. Pero el muy bobo no sabe que eres mucho más que eso. He visto genuinas actrices de teatro - Dice citándolo. - a las que darías mil vueltas con lo de antes. Pero él ni siquiera se da cuenta. Mequetrefe asqueroso. - Lo insulta antes de dejar que ella se presente. Y entonces una risa que empieza como nerviosa, pero que acaba reverberando y extendiéndose hasta convertirse en una carcajada nace desde lo más profundo del lugar.

- Angie, eres la ostia. - Le dice sin dejar de reír, casi conteniendo el llanto. - Eso ha sido genial, de verdad. Que se joda Jonathan, joder. Vamos a dejarle el precio por los suelos, a hacerle quedar mal para siempre. - Propone con ganas de más. - Suéltale alguna otra, venga. Pero no mientas, sólo déjale en ridículo. Y no te devalúes tanto como para que no te quiera.

Cargando editor
21/09/2015, 21:46
Lord Chamberlain

El obeso Wraith te puso atención. Sus ojos, fijos en ti con ese brillo indescifrable, parecían leer cada gesto que acompañaba cada palabra. Era como si te estuviese evaluando. Cuando acabaste, Lord Chamberlain exclama con su potente y profunda voz. -!Una auténtica actriz de teatro habéis dicho!- dice levantando la voz mirando a Lee y Jonathan. Pero no parece molesto, más bien parece... profundamente divertido. El eco de sus palabras se extiende de manera inquietante por las dimensiones de aquel cinema abandonado sumido en la oscuridad, reverberando con inflexiones que se parecían a lejanas y burlonas risas ocultas en las sílabas de aquella frase.

Los eslabones de tu cadena se mueven, respondiendo a un movimiento nervioso de las manos de Jonathan... augurando un jalón. La sonrisa se borró del rostro del joven pálido, y su mirada furibunda parecía ocultar una muy directa amenaza hacia ti. Sin embargo, su primera reacción es responder al anfitrión. "Milord, yo..." comienza a decir, pero las palabras se detienen en su boca en cuanto el masivo personaje hace un movimiento circular con su mano en el aire para extenderle la palma a Jonathan y pedirle que se detenga. Sus manos, al igual que todo él, son de un gran tamaño: tan grandes como tu propia cabeza. Su palma es rechoncha y abombada, y sus dedos regordetes que ostentan algunos anillos en tonos negruzcos. 

-Por favor Jonathan. No me interrumpas- exclama con un gesto de disgusto algo exagerado por el movimiento de sus inflados mofletes en el rostro. Los astutos ojos del Lord se vuelven a posar sobre ti, y tras unos segundos de un pesado silencio en el que podías sentir la mirada furiosa del mismo Jonathan sobre ti, Lord Chamberlain vuelve a hablar.

-Angie. Te he preguntado por tu nombre. ¿Es ese tu nombre completo?- pregunta Chamberlain con aire autoritario.  -¿Has oído lo que ha dicho Jonathan de ti, verdad?- inquirió con un tono más suave. -¿Qué tienes que decir al respecto?- preguntó sin apartar la vista de ti.

Notas de juego

Depende de lo que quieras lograr, necesitarás una tirada social apropiada.

Cargando editor
21/09/2015, 22:54
Elie Godnay

La presencia que se encontraba en el interior de Angie observó la reacción de aquella enorme mole con diversión. Jonathan sólo estaba empezando a pagar, y no se hacía una idea de la enemiga que se había buscado al hacerle aquello a Angie. Al escuchar cómo le preguntaba por su nombre completo algo se tensó en aquel ente sin forma que vivía en la cabeza de ella: ya antes había usado su nombre en lugar del propio, y por un momento se preguntó si volvería a hacerlo.

- Sé educada. - Sugirió a la chica entonces, recordándole algo que parecía sumamente importante. - Dile si quieres algo como que te encantaría llegar a eso, pero que para eso antes tienes que acabar el instituto, o algo así. - Propuso, encantada con la situación. - Pero aclárale que sí has actuado, no vaya a pensarse que no sirves. Cuando nos libremos de estos ya le demostraremos lo que vales. Pero ahora que sufran por cada amenaza y cada tirón. Por empujarte antes al suelo. Que se acojonen. Se merecen todo lo que les pase.

Cargando editor
24/09/2015, 02:27
Angie Doyle

Los elogios de Elie hacen que me crezca y yerga mis hombros. Por otra parte escuchar a Jonathan temeroso, deseando dañarme pero sin atreverse a hacerlo delante del Lord me provoca una curiosa satisfacción. - Ahora soy yo quien tiene las cadenas por el mango, asqueroso de mierda. ¿Te gusta, eh? - Pienso, mientras le dedico una mirada inocente, como si no tuviera ni idea de qué es lo que le parece mal. 

Me vuelvo enseguida hacia el hombre grande, que merece toda mi atención, decidida a seguir las indicaciones de Elie. Al fin y al cabo es la única amiga que tengo ahora mismo. 

- Disculpe. - Hago una pausa, buscando las palabras, pero me corrijo de inmediato. Trato de imaginar que estoy haciendo una impro sobre nobles del siglo de Oro para adaptar mi lenguaje. - Disculpe, milord. - Mucho, mejor. - Me digo a mí misma, esperando que a Elie le haya agradado también. - Mi nombre completo es Angelina. Angelina Doyle. Aunque también puede llamarme Elie. 

Después dedico una mirada breve a Jonathan antes de responder a sus otras preguntas. - Verá, a mí me encantaría ser una actriz de teatro profesional, ¿sabe? Iba a serlo. Pero para eso antes tenía que terminar el instituto. Para poder ir a la escuela de Arte Dramático y eso, claro. Mis padres no querían que fuese, pero me daba igual. - Me detengo, dándome cuenta de que quizá esté hablando demasiado y tomo aire despacio antes de seguir explicándome. - He actuado muchas veces, iba a clases de teatro desde pequeña y el último año empecé a actuar en el sitio donde toca mi novio, en El Libertino. Al principio no venía casi nadie, pero bueno, luego empezaron a venir y ayer vino bastante gente. No sé, si quiere le puedo hacer después una demostración -ofrezco finalmente, esperando que el después sea cuando ya Jonathan y Lee se hayan marchado con un canto en los dientes-.

- Tiradas (1)

Motivo: Carisma+Etiqueta

Tirada: 5d10

Dificultad: 7+

Resultado: 10, 1, 8, 7, 6 (Suma: 32)

Exitos: 3

Notas de juego

No sé si tengo que tirar algo, ya me dirás qué en caso de que sí ^^.

Cargando editor
06/10/2015, 01:39
Lord Chamberlain

Cuando hablas, procuras hacerlo con un tono moderado y cuidando la entonación. Tus manos van hacia adelante y tu mirada parece ir y venir en una muestra de sumisión y respeto. De dónde sacaste la idea de aquellas fórmulas de cortesía y etiqueta, era difícil saberlo, pero lo cierto es que cada palabra salía con delicadeza y ésto lo notó ciertamente Lord Chamberlain.

Cuando acabaste, pudiste ver como el masivo personaje sonreía con cierto de deleite y cómo sus ojos brillaban clavándose fijamente sobre ti. -Una amateur. !Ja!- pronunció en un tono sarcástico que iba acompañado de una nueva mirada a Jonathan, quien parecía esforzarse por mantener su falsa sonrisa. El hombre aplaudió un momento en el aire con sus hinchadas palmas, produciendo un sonido suave pero firme con un eco que hizo reaccionar a uno de los sirvientes que se había mantenido a distancia. Como un autómata, el uniformado criado desapareció en la oscuridad en dirección a algún pasillo más allá de donde iluminaba la lámpara.

-Sin embargo, debo decir que estoy gratamente impresionado, Angelina- dice el lord volviendo a fijar su mirada sobre ti. -Y además posees un nombre artístico. Muy profesional de tu parte- dice ligeramente burlón. La sonrisa del hombre deja ver una hilera de dientecillos pequeños, menudos y descoloridos, apenas perceptibles a través de los regordetes labios. -Bien Angelina, ¿Cómo prefieres que me refiera a ti?- pregunta con algo de sorna en su voz.

-Verás...- continúa el hombre con su voz gruesa y resonante -...mi buen amigo Jonathan está tratando de venderte como una nueva integrante para mi muy exclusiva troupe de théâtre- explica con acento implecable. -Y sin embargo, me temo que podría haber exagerado tus cualidades para sacar más ventaja en su venta. Sin embargo, me has caído en gracia y por eso creo que mereces una oportunidad para demostrarme tu talento... si es que lo posees- diciendo esto estira la mano en el aire al lado de su cabeza, al tiempo que de las sombras reaparece el sirviente de hace unos minutos y deposita un libro sobre la mano del noble. -Ejem... Así que te otorgaré la oportunidad que me pides para una demostración- finaliza interpretando a su voluntad tus palabras estira el libro hacia ti para que lo tomes.

El libro en sí es de una portada marrón oscurecida y rayada, completamente ilegible. Sus páginas amarillentas tienen los bordes chamuscados, como si hubiesen sido expuestas al fuego, y el material de sus hojas es rugoso y seco, e intenta doblarse suavemente hacia adentro en pliegues molestos. Las páginas están escrito a mano con una caligrafía cuidadosa y en un entintado tan perfecto, que parece una muy detallada impresión. El libro huele a humo y a polvo, pero su valor parece venir de su contenido y su antigüedad.

-Es La Trágica Historia del Doctor Fausto*- explicó Lord Chamberlain -El libro perteneció al mismísimo Christopher Marlowe y fue destruído en el gran incendio de Londres. Es una de mis obras favoritas- añadió con orgullo. Sus ojos se fijaron en ti con cierta expectativa. -Elige un pasaje que consideres apropiado, Angelina, e interprétalo para tu nosotros. Esta noche Jonathan, Lee y yo seremos tu público y si nos logras impresionar, este teatro será... tu futuro- explica modulando su voz hasta generar cierto tono misterioso y atractivo.

Notas de juego

* La trágica historia del doctor Fausto

La obra está en Isabelino, así que debes lanzar Inteligencia+Inglés a dif 7 si quieres ser cuidadosa con la pronunciación y el acento adecuado. Con 2 éxitos o más, reduces en 1 la dificultad de la siguiente tirada. Con un fallo aumentas en uno la dificultad y con una pifia... bueno... ya veremos.

Para interpretar haz una tirada de Carisma+Interpretación a dif. 7 (era originalmente 8, pero dado que causaste una buena impresión, la rebajé en uno). Puedes usar tu especialidad sin problema.

Cargando editor
08/10/2015, 00:30
Elie Godnay

El lugar dentro de la mente de Angie en el que aquella presencia se arremolina con una cohesión que no se caracteriza por su fortaleza deja escapar un sonido grave y que rebota en todas las paredes del cráneo de la chica, y lo hace en el momento en que ella le dedica aquella mirada a Jonathan. Tan evidentemente superior. Tan poniéndole contra las cuerdas.

Y acto seguido, cuando Angie comienza a hablar, esa misma presencia se mantiene expectante, escuchando cada palabra y dejando a la chica hacer una vez más el papel de damisela educada y correcta con un punto de ingenuidad. - Es increíble cómo lo bordas. - Le dice una vez ella ha terminado. - Qué envidia, ojalá yo fuera tan buena. - Comenta después, dándole unos ánimos que la chica quizá ni siquiera necesite.

Acto seguido, cuando aquel enorme hombre da su respuesta, la que dijo llamarse Elie vuelve a prestar atención, y aunque se puede notar cómo vibra de emoción ante la idea de que Angie se presente con su nombre, no dice nada al respecto, simplemente aguarda. Las siguientes palabras de su anfitrión, sin embargo, no caen en saco roto. Es evidente que aquel hombre no es idiota y que de inmediato se ha percatado del negocio que Jonathan quería traerse entre manos, y Elie se toma un momento para ver cómo enfocar aquello.

- No es justo. - Asegura entonces. - Tú eres la que tienes el talento, y tú eres la que has muerto. El puto friki ese ni siquiera te ha visto actuar. Y cuando le hagas la jodida demostración van a darle una pasta por ti. - Expone, dejando claros los hechos. - El gordo este tendría que darte a ti la diferencia, no a él. ¿Qué ha hecho él para ganárselo? ¿Amenazarte? ¿Maltratarte? Joder, si por él fuera serías su puta esclava sexual. - Concluye, antes de volver una vez más al inicio. - No es justo.

Sin embargo pasa sólo un instante antes de que el que parece que será el nuevo dueño de Angie exponga las condiciones de la prueba: su casa, sus normas. Elie a punto está de protestar, pero en cuanto Angie pone un ojo sobre el libro su tono cambia de nuevo a uno de optimismo.

- Joder, el Fausto... - Comenta. - No sé ni las veces que me lo habré leído, creo que podría recitarlo de memoria. - Enuncia antes de hacer una pausa. Casi pueden sentirse en sus palabras las ganas de comenzar aquella representación. Ignora por el momento la información sobre la autenticidad y originalidad del volumen, centrándose en su posible contenido. - Oh, dios mío, que esté en Isabelino, que esté en Isabelino... - Enuncia, aunque dada la aparente antigüedad del libro es evidente que debe ser así. - Joder, lo vamos a petar, Angie. - Asegura, aparentemente pletórica. - Vete a la escena XIV, monólogo final. Seguro que si ve que sabes a lo que vas ganas puntos. - Sin embargo detiene sus palabras en seco, al darse cuenta de algo. - Espera, Angie, tengo una idea. - Dice después. - Échale un vistazo al libro, alábalo, y dile que no puedes representar en condiciones algo así con las cadenas puestas. - Propone. - Pídele que te las quiten para hacerlo en condiciones. Y calienta un poco la voz, como las profesionales. Que vea que vales. Esto es mil veces mejor que volver con esos desgraciados.

Notas de juego

La sombra ofrece su ayuda para esto. :) Cinco dados a repartir entre las dos cosas.

Aunque si con la excusa de las cadenas y/o calentar o cualquier otra cosa lo hacemos en dos turnos distintos, cinco dados para cada cosa. ^^

Cargando editor
08/10/2015, 03:58
Angie Doyle

Los elogios de Elie me hacen sentir más segura de mis acciones y palabras y, aunque el apelativo amateur pronunciado de esa manera me hace fruncir el ceño con molestia, escuchar después que el lord está impresionado conmigo, hace que esa molestia se disuelva y mi espalda se yerga un poco más, alimentando mi seguridad en mí misma con sus halagos. 

- Oh... Puede llamarme como quiera, milord -respondo suavemente a su pregunta, con una tenue sonrisa y sin querer prestar atención a la sorna que parece ir implícita en ella-. 

Escucho después su explicación de la situación. - Como si no me hubiera dado cuenta de sobra- Y termino dedicando una mirada a Jonathan-. No engañas a nadie. Eres un puto inútil y algún día seré yo la que tire de tus cadenas.- Prometo en mis pensamientos antes de asentir y volver a mirar a Lord Chamberlain. - Le agradezco sobremanera la oportunidad, milord. - Espero no estar pasándome de repipi. 

Cuando me tiende el libro lo cojo con reverencia. Es evidente que es un tomo valioso para él y al escuchar el título de sus labios gordezuelos antes incluso de leerlo yo misma, sonrío interiormente. Lo conozco, vaya si lo conozco. No lo he representado antes en público, pero lo he leído varias veces. Y el Isabelino me encanta, con todos esos matices... Con el libro en las manos dedico una mirada al tipo gordo. Me pregunto si ha elegido esta obra por algo concreto, si me está mandando un mensaje con su elección o ha sido al azar. Aunque tampoco es que tenga muchas opciones. 

El entusiasmo de Elie me hace crecerme. - Claro que sí, lo voy a dejar todo pasmado, ya verás. - Apoyo el libro en mis piernas y empiezo a pasar sus páginas, ojeándolo mientras empiezo a dirigirme con rapidez al pasaje al que se refiere Elie. Es el mejor monólogo de toda la obra. Entonces escucho la idea de las cadenas y me encanta. - Lo voy a intentar.- No sólo por librarme de ellas y del dolor que me causan en las muñecas cada vez que me muevo. También porque sería un pequeño triunfo sobre Jonathan si consigo que el gordo le obligue a quitármelas.

- Es un ejemplar magnífico, milord. - Levanto la mirada y le sonrío con admiración. Entonces dejo que las cadenas tintineen al pasar una página más y frunzo la nariz, con desazón. - Aunque será más complicado interpretar con las cadenas puestas... - Miro a Jonathan y luego a Lord Chamberlain, ignorando deliberadamente a Lee que no ha hecho nada por ayudarme. - ¿Sería posible que me las quitase unos minutos para hacer la demostración? - Mi pregunta va cargada de humildad y dirigida directamente al lord, como si diera por hecho que él es el único en ese lugar para decidir sobre algo así.

- Tiradas (2)

Motivo: Inteligencia+Inglés+dados Elie

Tirada: 11d10

Dificultad: 7+

Resultado: 6, 2, 9, 7, 7, 9, 9, 4, 1, 7, 7 (Suma: 68)

Exitos: 7

Tirada oculta

Motivo: Percep+Subterf

Tirada: 4d10

Dificultad: 5+

Resultado: 2, 10, 4, 5 (Suma: 21)

Exitos: 2

Notas de juego

NdT: Dado que sacaste más de 5 éxitos, la siguiente tirada hazla a dif. 5

Cargando editor
09/10/2015, 20:29
Voz desconocida

El silencio se hace la cabeza de Angie durante un instante mientras tanto ella como Elie examinan aquel libro. Es un silencio grave y solemne. Un silencio que es interrumpido abruptamente por una voz que es más como un graznido suena en todos los rincones del cerebro de Angie. Una voz que parece exudar una sensación oscura, densa e intangible, como el humo del carbón respirado profundamente. Esa sensación es intensa, como si hasta el momento hubiera sido contenida para no llamar la atención.

- ¡Sois un rooooollo! - Dice aquella voz con un chillido. - Tooodo el tiempo igual. ¿Me quiere Josh? ¿Actúo bien? ¿Estaré guapa, ahora que estoy muerta? ¿Por qué Jonathan no me quiere? - Continúa, aparentemente molesta. - ¡Coooño, si está claro! ¡Es porque no tienes los santos cojones de tomas las riendas de tu puta muerte! - hay algo extraño, algo familiar en aquella entonación, en aquellas palabras. Resuena en su cabeza también, con inusual fuerza, y no puedes sacudirte esa sensación de que deberías poder reconocer aquella voz.

- ¿Sabes, Angie? - Pregunta sin esperar respuesta. - Que por una vez desde que la has palmado tienes la oportunidad de hacer algo memorable. De joder a todos los presentes. - Dice antes de reír por lo bajo con una risa que es casi un cacareo. - Corre con el libro, y que les jodan a todos. Verás cómo el gordo se carga a los flaquitos después de eso. - O mejor, ya de liarla líala de verdad. - Propone mientras aquel cacaereo se va contagiando a sus palabras, haciendo que tenga que parar en más de una ocasión para que se entienda lo que dice. - Pasa de hacer la prueba. Ni siquiera vas a pasarla. Arráncale algunas páginas, tíralo al suelo y pisotéalo. Y escúpele encima. Eso sí será glorioso. Ya puedo imaginar sus caras. -Hay algo perturbador en aquel reto, hay algo que se retuerce de forma siniestra en tu interior, como si las palabras pronunciadas por aquella voz tuvieran la capacidad de dañarte de alguna manera.

Cargando editor
10/10/2015, 21:11
Lord Chamberlain

El obeso lord se removió en su puesto de manera torpe, con un gesto de desagrado como reacción ante tu petición. Sus ojos claros parecen tornarse fríos y desdeñosos. Su tono esta vez es menos jovial que tras su última intervención. -Mi estimada Angelina. Me temo que tú sigues siendo una esclava, y ésta una simple transacción de compra y venta. Estoy gratamente impresionado, pero si vas a tomarme por un tonto- dice Lord Chamberlain, con una mueca de decepción en su rostro. Hay un silencio incómodo, en el que aquel imponente personaje se queda quieto en su lugar, como una gigantesca estatua de mármol bañada por las ominosas sombras del teatro.

Finalmente vuelve a hablar, con un tono suave y comprensivo -Creo que reconsideraré esta oportunidad que muy generosamente he decidido darte.- y levantando sus brazos gruesos, da dos palmadas en el aire. El mismo sirviente que había traído el libro se adelantó hacia Chamberlain, y cruzó una mirada con él. La cabeza gorda cubierta por la túnica asintió, y el hombre te miró fijamente y avanzó hacia ti, con la obvia intención de retirarte el libro que tenías en tus manos.

Cargando editor
10/10/2015, 21:34
Jonathan

Sin embargo Jonathan se interpone, levantándose con rapidez de su lugar, y observa al lord con una mirada que se te antoja de alguna manera suplicante.

-Milord, por favor. No hay necesidad de ser tan drásticos...- dice con una voz forzadamente amable, como si le costara encontrar el tono adecuado ante el desarrollo de los acontecimientos. -... Angie... Angelina seguramente sólo estaba bromeando.- dice apresuradamente, señalándote con su palma abierta. Lord Chamberlain le observa de manera taciturna, como si de nuevo estuviese pensando exactamente que decir.

Cargando editor
10/10/2015, 21:38
Lee

-Además, Angie ya nos ha recitado antes con cadenas, y lo ha hecho de maravilla- la intervención de Lee llegó de improvisto. Tanto, que todos se giraron a verle con cierta sorpresa. Y Lee tenía una expresión en su rostro que transmitía exactamente esa misma esa extrañeza de los allí reunidos.

Su reacción fue aún más curiosa. Llevó con rapidez sus manos para taparse la boca, mientras te mira fijamente con una expresión de verdadera angustia y arrepentimiento en su rostro. Casi al mismo tiempo una enorme sonrisa apareció en el rostro de Jonathan, quien se giró hacia Lord Chamberlain una vez más.