Partida Rol por web

El telar del destino (Parte 1)

1. Las tres hijas del Destino.

Cargando editor
09/09/2017, 01:20
Destino

Te encontrabas a punto de cruzar el paso de peatones en un punto de la intersección entre Taylor y California, cerca de donde se encontraba Merika y su cámara, cuando de pronto, una sensación de alarma, de pesado desasosiego, te invadió. 

Miraste alrededor, alarmado, y pudiste observar cómo una chica de pelo oscuro, vestida completamente de negro y con la expresión de un corderito asustado, saltaba del tranvía. A continuación, la clara percepción de que la Realidad vibraba, desdoblándose, a tu alrededor, se manifestaba, y justo antes de que pusieras un sólo pie en el asfalto, los semáforos, todos los semáforos de aquella intersección, cambiaban de color, poniéndose en verde para los vehículos. 

Una algarabía de motores y frenazos se sucedía entonces, al tiempo que los gritos de peatones y conductores se sucedían. Un Honda Civic, derrapaba cruzando la intersección en diagonal, con un hombre de unos 40-50 años al volante, tratando de recobrar el control del vehículo con expresión de absoluto pánico mientras se dirige cláramente hacia un coche de color blanco, evidentemente desvencijado, amenazando con empotrar a cualquier otro vehículo o viandante que se cruce por su camino. 

Una motocicleta, de hecho, se ve obligada a esquivar bruscamente, saliendo su conductor despedido hacia adelante al chocar contra el capó de un vehículo todoterreno. El sonido de su cuerpo al caer sobre el asfalto, bajo las ruedas que poblaban aquel atasco caótico, no presagiaba nada bueno. Otro coche a su lado, un turismo de color rojo, derrapa hacia la derecha. Hacia donde se encuentra otro hombre que debe rondar los cincuenta, de pie, con aspecto de indigente, en medio de la carretera. 

De manera instintiva, un ligero pinchazo en la parte posterior de tu cráneo te avisa de la presencia de un Despertado, tanto en el interior del coche blanco que está a punto de sufrir la embestida del Honda Civic, como en medio del cruce, persofinicándose en el indigente de barba entrecana. Otra presencia más, parece observar el incidente con asombro en la acera frente a la que te encuentras. Y una cuarta se encuentra justo a tu lado, sin que sepas decir si proviene de Merika o de su cámara.

En cualquier caso, no tienes tiempo de pensarlo demasiado, pues escuchas un grito, y lo siguiente de lo que eres consciente es de que un Chevrolet Impala se dirige totalmente falto de control directamente hacia donde te encuentras tú, y por tanto también hacia donde se encuentra Merika. 

Notas de juego

Destreza+ Esquivar dificultad 5. 

Cargando editor
09/09/2017, 01:36
Destino

Siguiendo el azaroso capricho del Destino te internaste en las calles de San Francisco. 

Te encontrabas a punto de cruzar el paso de peatones en un punto de la intersección entre Taylor y California, frente a donde se encontraba Merika y su cámara, cuando de pronto, una sensación de alarma, de pesado desasosiego, te invadió. 

Miraste alrededor, alarmado, y pudiste observar cómo una chica de pelo oscuro, vestida completamente de negro y con la expresión de un corderito asustado, saltaba del tranvía. A continuación, la clara percepción de que la Realidad vibraba, desdoblándose, a tu alrededor, se manifestaba, y justo antes de que pusieras un sólo pie en el asfalto, los semáforos, todos los semáforos de aquella intersección, cambiaban de color, poniéndose en verde para los vehículos, justo en el mismo instante, en una pasmosa sincronía, en una cadena de fallos que casi pudiste paladear en el fondo de tu garganta, como una obra de la manipulación del Tapiz a través de la Entropía. 

Una algarabía de motores y frenazos se sucedía entonces, al tiempo que los gritos de peatones y conductores se sucedían. Un Honda Civic, derrapaba cruzando la intersección en diagonal, con un hombre de unos 40-50 años al volante, tratando de recobrar el control del vehículo con expresión de absoluto pánico mientras se dirige cláramente hacia un coche de color blanco, evidentemente desvencijado, amenazando con empotrar a cualquier otro vehículo o viandante que se cruce por su camino. 

Una motocicleta, de hecho, se ve obligada a esquivar bruscamente, saliendo su conductor despedido hacia adelante al chocar contra el capó de un vehículo todoterreno. El sonido de su cuerpo al caer sobre el asfalto, bajo las ruedas que poblaban aquel atasco caótico, no presagiaba nada bueno. Otro coche a su lado, un turismo de color rojo, derrapa hacia la derecha. Hacia donde se encuentra otro hombre que debe rondar los cincuenta, de pie, con aspecto de indigente, en medio de la carretera. 

De manera instintiva, un ligero pinchazo en la parte posterior de tu cráneo te avisa de la presencia de un Despertado, tanto en el interior del coche blanco que está a punto de sufrir la embestida del Honda Civic, como en medio del cruce, persofinicándose en el indigente de barba entrecana. Otra presencia más, parece observar el incidente con asombro en la acera frente a la que te encuentras,  en forma de un hombre de mediana edad, que se encuentra de pie, cerca de la periodista. Y una cuarta se encuentra justo a su lado, sin que sepas decir si proviene de Merika o de su cámara.

En cualquier caso, no tienes tiempo de pensarlo demasiado, pues escuchas un grito, y lo siguiente de lo que eres consciente es de que un Chevrolet Impala se dirige totalmente falto de control directamente hacia donde se encuentra ese último hombre, y por tanto también hacia donde se encuentra Merika. 

Cargando editor
09/09/2017, 02:15
Cathbad

El caos era asfixiante. Cathbad lo sentía claramente, como si fuese una fuerza oleaginosa y corruptora que permeara su ropa, incluso su piel, para colmarlo de desasosiego. No sabía qué sucedía aquella víspera de Samhain, pero desde luego había algo extraño y angustioso. Se respiraba en el aire. A Cathbad casi le recordaba a la sensación que lo invadió hacía ya tantos años, cuando abandonó su Irlanda natal y cruzó el Atlántico para aterrizar en aquel castillo de naipes deslucido y a punto de derrumbarse que algunos llamaban Oakland. ¿Qué le pasaba a todo el mundo? Dementes que iban de acá para allá a toda velocidad sin estar realmente en el lugar en el que estaban físicamente. Voces de protesta ante ofensas rutinarias y sin importancia. Tensión, violencia. Y ruido. Sobre todo, ruido.

Tanta prisa tenía el vagabundo por llegar a su destino que ni siquiera acabó de fijarse en el semáforo. Habría jurado que estaba en verde. No obstante, el súbito y alarmante estrépito del tráfico lo alertó, sacándolo de un tirón de su irritado ensimismamiento. Cathbad se maldijo a sí mismo por su falta de templanza, pero ya era tarde. Ante sus ojos se desató el comienzo de lo que parecía iba a ser un accidente en cadena. Más rápido de lo que la vista podía seguir, un coche se salió de su carril, haciendo caer a un motociclista bajo las hambrientas ruedas de la marabunta que se había formado en un abrir y cerrar de ojos. Otro vehículo, de color rojo como la sangre, frenó bruscamente para evitar aquel desastre, derrapando por el asfalto. Los neumáticos relincharon  espantosamente mientras el coche derrapaba a toda velocidad.

Iba directo hacia él.

Sin pararse a pensar ni una décima de segundo, Cathbad rompió la dirección hacia la que estaba caminando y corrió un par de pasos hacia un lado, quitándose de enmedio justo a tiempo. La furia roja pasó como una exhalación, arañando el suelo y dejando un desagradable tufo a goma quemada a su paso. Tan cerca pasó que golpeó la gabardina del brujo, apartándola violentamente. La fuerza del aire pilló desprevenido al hombre, desequilibrándolo, y a punto estuvo de hacerlo caer. Tan rápido como pudo, Cathbad regresó a la acera. Sentía el corazón golpeando fuertemente en su cuello, así como un extraño hormigueo en los labios. Las gomas elásticas que lo mantenían todo en tensión se habían roto al fin. Anonadado, contempló el desenlace de aquel accidente que amenazaba con terminar en tragedia.

- Tiradas (1)

Motivo: Destreza + Esquivar

Dificultad: 8

Tirada (4 dados): 6, 10, 8, 6

Éxitos: 2

Notas de juego

¡Yuju! ¡Esquivo! A ver si rompo de una vez la racha de mala suerte. Aunque parezca mentira, en el mundo real tengo mucha suerte con los dados :).

Pues Cathbad se queda a ver qué pasa. Y según las circunstancias, podría plantearse ayudar a los heridos que pueda haber. Aunque si se reúne mucho gentío, ambulancias y tal, seguramente se escabulla y desaparezca.

Cargando editor
09/09/2017, 10:36
Ethan Miller
Sólo para el director

Con tiempo, tal vez pudiera haber recurrido a su magia. Tal vez. Pero, completamente desprevenido ante el repentino caos, los instintos de Ethan reaccionan mucho antes que su mente racional. Es cierto, aunque ha practicado deporte de forma esporádica, nunca ha sido realmente un atleta… pero la adrenalina es capaz de suplir muchas carencias. Con el corazón desbocado, el joven Mago grita -¡Cuidado!- mientras se gira hacia el grupo de Merika y su cámara y trata de agarrar a alguno de los dos (si llega, si no salta él sólo) mientras salta a un lado para esquivar el vehículo fuera de control.

Una vez en el suelo (si sigue consciente) trata de localizar a las presencias que ha sentido, y a la chica vestida de negro.

- Tiradas (1)

Motivo: Destreza + Esquivar

Dificultad: 5

Tirada (3 dados): 4, 4, 9

Éxitos: 1

Cargando editor
11/09/2017, 04:29
Steeve Hope
Sólo para el director

Había llegado hasta el otro extremo del parque, caminaba por la calle Cushman, cuando sintió que sus pies se detenían. A su lado había un claro, nadie caminaba por allí y lo siguió. Un ave pasó por su cabeza en dirección a la Cathedral y de repente se vio nuevamente parado en la esquina de Taylor y California. La reportera seguía hablando aún pero algo había cambiado, algo extraño estaba sucediendo y el tapiz lo ponía frente a eso, expectante de su reacción.

El caos que provino del la sincronicidad de los semáforos llevaba el sello de la Entropía, él mejor que muchos conocía ese tipo de influencias, y no tardó en comprender que la "casualidad" había reunido a cinco despiertos en la misma esquina, algo absolutamente improbable, y que otra "casualidad", o tal vez la misma, estaba dispuesta a acabar con la vida de cuatro de ellos en simultáneo. Él, sin embargo, había sido llevado allí por capricho del destino, y sus designios lo obligaban a responder, debía actuar en ese instante, rápido, no había tiempo pero debía reaccionar.

"XXX" estaba escrito en el gorro de uno de los adolescentes que viajaban en el autobús, "E=mc2" en la remera de otro, y pronto su cabeza se encendió, sus pensamientos se aceleraron y toda la información que sus agudos sentidos le suministraban fue procesada al unísono. La moneda en su mano giraba mientras observaba al Chevrolet Impala avanzando hacia la reportera, al Honda Civic yendo en dirección hacia el automóvil blanco y al Turismo rojo a punto de arroyar al mendigo. Tres vehículos fuera de control, en trayectorias tan directas, tan definidas, hacia blancos tan precisos. Pero eso que hacía tan predecible el descenlace era justamente su debilidad.

Cual sería la trayectoria del Chevrolet si el conductor, asustado por el grito, bajase un cambio en su palaca y eso desestabilizara cinco grados esa trayectoria? A dónde iría a parar el Turismo rojo si al pisar la botella de Coca Cola que salió despedida del autobús, ésta estallara y los vidrios atrarvesaran el neumático delantero, obligándolo a virar hacia la derecha? Y que sucedería con el Honda Civic si al clavar los frenos, dio tiempo a que el espejo de la motocicleta que salió despedio con el impacto diese de lleno en la llanta del vehículo y un trozo de metal quedase trabado en el disco de freno, haciendo que una de las ruedas patinase y el auto comenzara a girar? Steeve tensó de la cuerda con todas sus fuerzas, y el tapiz respondió.

Notas de juego

Bueno, voy a aprovechar que tenía los focos a mano (agrego las ecuaciones que empiezan a armarse) y la percepción aumentada de los sentidos de steeve, para hacer un efecto mágico que combine Entropía 2 para modificar los hilos del destino (otra "casualidad") con Correspondencia 1 (que afecte a los tres vehículos), con Mente 1 (movimientos muy precisos y puntuales, que predigan la trayectoria mas segura para que nadie salga herido de gravedad) y Tiempo 1 (en el momento justo).

Escucho tu opinión si esto es posible y como podemos hacer para llevarlo a cabo.

Cargando editor
11/09/2017, 23:01
Max Bennett.
Sólo para el director

¿Pero qué demonios? Max abrió los ojos como platos mientras giraba el volante a toda velocidad intentando que su viejo camaro respondiese a los controles. Toda su vida pasó por delante de sus ojos a toda velocidad mientras el corazón le latía acelerado y frenético.

Ahogó la respiración, conteniéndola como si de ello dependiera su vida. Si hacía caso a su maestro, aquello no era una casualidad... era el Destino.

Y que jodieran al Destino si iba a permitirle que le aplastaran ese día. No, aún tenía que ver a esa Madame Cleo. No había llegado su hora. 

Las persecuciones nocturnas a altas velocidades, las huidas de algunos maridos psicóticos e incluso el escapar de la policía para ponerse a cubierto en alguna investigación de dudosa legalidad... todo aquello había preparado a Max para ese momento, y para su propia sorpresa, sus reflejos respondieron, haciéndole maniobrar con gran pericia...

Aunque no sabía si sería suficiente para evitar la embestida de aquel otro vehículo. En el último instante, Max cerró los ojos y comenzó a rezar en silencio.

- Tiradas (1)

Motivo: Destreza+Conducir

Dificultad: 6

Tirada (4 dados): 5, 9, 7, 6

Éxitos: 3

Cargando editor
13/09/2017, 23:52
Destino
- Tiradas (1)

Motivo: Areté

Dificultad: 5

Tirada (3 dados): 6, 7, 9

Éxitos: 3

Notas de juego

Mmmm... Lo cierto es que el efecto que me propones es bastante complicado. Con correspondencia 1 no puedes afectar a los 3 coches, sólo percibir efectos de correspondencia, percibir el espacio de manera precisa y otras pequeñas cosas, y con mente 1 no puedes hacer una predicción. 

Dejémoslo en que afectas la probabilidad de que uno de los coches derrape hacia el lado en el que no se encuentra la gente, y lo aplicamos bajando la dificultad de la tirada del compañero implicado. Tiro areté por ti para no retrasar más el post. 

Cargando editor
14/09/2017, 00:07
Destino

El caos asciende en espiral en cuanto todos los semáforos colocados en cada sentido de la intersección entre Taylor y california cambian de color, permitiendo el paso a los vehículos, y favoreciendo el desastre inminente.

Un hombre con aspecto de mendigo (Cathbad) parece a punto de ser atropellado en medio de un paso de peatones por un turismo de color rojo, después de que una motocicleta chocase contra el capó de un coche, acabando su desconocido conductor bajo las ruedas de la maquinaria automovilística enloquecida, cayendo al asfalto, emitiendo con ello un sonido que no presagiaba nada positivo para él. 

El hombre sin embargo esquiva, al mismo tiempo que un Honda Civic derrapa, cruzando la intersección en diagonal, dirigiéndose peligrosamente hacia un coche desvencijado de color blanco. Su conductor (Max) parece reaccionar a tiempo de virar bruscamente con el volante, provocando que la colisión se produjese contra una de las farolas que se mantenían en pie, vigilantes, como testigos de aquella malparada distorsión de la realidad en 

Un chevrolet impala pierde también el control, y derrapa sin tiento hacia la esquina en la que el equipo de Merika Seth realiza emisión en directo. A su lado, otro viandante también situado en el lugar menos oportuno y en un momento completamente disfuncional(Ethan) reacciona con presteza, saltando hacia atrás, mientras alarga los brazos en un intento por agarrar a Merika o a su acompañante, consiguiendo agarrar el brazo del cámara, que cae hacia atrás, agarrando como puede su equipo de grabación mientras Merika queda a su suerte, en la mismísima trayectoria del vehículo.

La mujer se encoge en un gesto rápido, y cuando el chevrolet impala la alcanza, un sonido antinatural, como el de una chatarra metálica chocando contra un bloque de hormigón, resuena entre el rechinar de las ruedas y las colisiones que se desatan en cadena, y los gritos de varios de los viandantes atrapados en el caos, que corren alejándose del cruce o cruzan los dedos en el interior de sus vehículos, mientras otra figura (Steeve), en la acera que queda frente al equipo, parece contemplar con asombro lo acontecido, 

Y en medio de la algarabía, del caos, del desastre... Se eleva el grito horrorizado de una joven. Una figura femenina y delgada, de pelo oscuro, vestida completamente de negro, que yace de pie en el centro de todos aquellos eventos desgraciados, cerca de las vías del tranvía que abandonaba momentos antes Taylor Street. Su rostro, la expresión de un cordero asustado, se contrae, confuso, y niega, mientras retrocede sobre sus pasos, despacio, echando de pronto a correr como una perdiz espantada hacia la catedral mientras un silencio, extraño y ominoso, desciende sobre la intersección. 

Un silencio que no casa con la desgracia acaecida, y que acompaña a un evento todavía más extraño. Y es que la periodista, que a todas luces parecía haber sido golpeada de lleno por el chevrolet impala, se levanta, sacudiéndose la ropa, y en apariencia algo aturdida, pero entera. Sin un rasguño sobe la piel. 

Y un cruce de miradas, que parece producirse como por acuerdo tácito, representando lo que podría ser un oficio o una obra del Destino, tiene lugar entonces, entre aquellos que Ven. Entre aquellos que Saben. Una apreciación, quizá un reconocimiento mudo, entre Merika y aquellos cuatro hombres que al igual que ella habían estado a punto de comprobar cuán irónica podía ser la fortuna. Un momento, un instante de veracidad, fugaz, pero tremendamente revelador, que se rompe tan pronto como a aquel silencio parece aunársele la sensación de una vigilancia invisible, y una presión en el fondo de cada mente Despierta se instala, como el principio amenazador de una jaqueca aún en gestación. 

De nuevo, el sonido de motores a ralentí, suena a lo lejos, llegando lentamente al cruce. No proviene éste sin embargo de los coches, que se encuentran detenidos en medio de la colisión múltiple que termina por detener el tráfico de San Francisco, ya de por si embotellado y caótico en aquella fecha elegida por el sino. 

Notas de juego

Pueden postear para todos.

Recomendaría que cada uno hablase un poco de su aspecto general a modo de presentación.

Pueden hablar entre ustedes, e intentar alguna cosa que no requiera demasiado movimiento. El próximo post es una continuación de este y no resulta lógico que se vayan muy lejos antes de que les haga saber lo que deben saber después :-p

Cargando editor
14/09/2017, 00:43
Destino

Puedes ver cómo, en efecto, el chevrolet impala impacta contra Merika Seth. Pero no es ella quien sale malparada. Al contrario, es el coche, el que acaba recibiendo un impacto por su parte, resonando al empotrarse contra su cuerpo menudo y femenino, y quedando en su carrocería un hundimiento del tamaño aproximado de la periodista encogida. 

Cargando editor
14/09/2017, 06:18
Cathbad

La tarde preñada de augurios había decidido romper aguas sobre aquella encrucijada, y empezaba a derramar sobre la calle el rojo de su sangriento parto. Un hombre entre tantos contemplaba la caótica escena que se desenvolvía ante sus ojos como una sucesión de instantáneas fragmentadas, perspectivas parciales de un hecho que significaba mucho más que lo que parecía a simple vista. El accidente del que había logrado escapar milagrosamente, y que aún se estaba desarrollando, transcurría para él de manera entrecortada, como una cinta reproducida por un proyector antiguo, y los cortes entre imágenes eran los latidos de su propio corazón. Su aspecto era mundano, incluso vulgar, y no sería difícil confundirlo con cualquiera de los muchos hombres y mujeres sin techo ni esperanza que abarrotaban el centro de San Francisco. Su ropa vieja y oscura, sus gastados zapatos, su maltrecha y descolorida gabardina, su desaliñada barba gris… Todo le daba la apariencia de uno de aquellos cuya vida nadie desearía vivir.

Y sin embargo, algo no encajaba.

Algo imposible de nombrar contradecía toda su estampa, como si esta no fuese más que un disfraz bien escogido. Quizás fuese su postura corporal. No estaba encorvado ni parecía querer ser invisible, como la mayoría de los mendigos; muy al contrario, estaba bien erguido, con los hombros abiertos, y su porte exudaba cierto aire de provocación. De desafío. O tal vez fuesen sus ojos, brillantes, que observaban la catástrofe en ciernes como los de un cuervo escrutando un diamante. Su rostro ceñudo se mantenía imperturbable mientras miraba la escena con las manos metidas en los bolsillos. Nadie diría que había estado a punto de ser arrollado hacía tan solo unos instantes. Únicamente una arruga en su frente, provocada por una ceja ligeramente levantada, delataba su profundo desconcierto.

Entonces, como si de pronto se hubiese percatado de algo, el hombre apartó la vista de la intersección para mirar a su alrededor. Sus ojos se encontraron casi de inmediato con los de otras personas, cada una en un cuadrante distinto del cruce. Sus labios se entreabrieron, y pareció pronunciar lentamente una palabra, que resultó inaudible en mitad del estruendo del tráfico.

«Vosotros».

Era imposible determinar si se trataba de una afirmación o de una pregunta. A continuación, su rostro se volvió hacia la cercana catedral Grace. No se le había escapado la pequeña fugitiva que había huido al ver lo sucedido. Algo le decía que ella tenía algo que ver con todo aquello…

Notas de juego

Pues presentado queda mi PJ :). De momento no hago nada; espero a ver cómo actúan los demás.

Cargando editor
14/09/2017, 15:47
Ethan Miller

Junto al Chevrolet Impala con el frontal completamente deformado, Ethan se preparó para incorporarse. El golpe contra el suelo no había sido lo bastante fuerte como para aturdirlo, y su mente trabajaba a toda velocidad para tratar de analizar una situación completamente inesperada. Afortunadamente para él, su mente era rápida. A su lado, el cámara parecía aun ligeramente conmocionado por haber visto la muerte pasar a pocos centímetros de su cuerpo en forma de vehículo descontrolado. Eso era a todas luces algo bueno, y una baza que podía ser utilizada.

Ethan se levantó sin perder un momento, y se sacudió la ropa en un gesto reflejo. Su aspecto físico era completamente diferente al del Despertado al otro lado del cruce. Era relativamente alto, pero delgado, con la complexión física de aquellos que han pasado más tiempo entre libros que en el gimnasio. Delgado, pero sin llegar a ser atlético. Su pelo negro y corto aparecía ligeramente despeinado, de una forma deliberadamente estudiada. Unos vaqueros nuevos y una camisa a juego, rematada por una cazadora, no evocaban en absoluto la imagen típica de un hechicero. Y sin embargo, de igual modo que sucede con el mendigo, un “algo” indefinible rodeaba al joven y lo marcaba con el sello de los que son diferentes.

Tal vez se tratara del colgante de cristal de cuarzo que pendía de su cuello. Un colgante con aspecto artesanal, que desentonaba claramente con el resto de su aspecto, y que sin embargo parecía más suyo que el resto de sus pertenencias. O tal vez la calma que lo rodeaba, como la tranquilidad en mitad de un huracán, o la sensación de que se moviera en sintonía con el mundo.

En un rápido movimiento, los ojos azules del joven buscaron los de los otros tres Despertados hasta encontrarlos. En ese cruce de miradas todos ellos terminaron de reconocerse como lo que eran. Tan sólo un segundo fue suficiente después de ver lo sucedido.

Después, Ethan se puso rápidamente en movimiento, quitándose la chaqueta y cubriendo con ella a Merika. Cuantos menos testigos vieran su piel intacta, menos posibilidades tendría ella de crear una distorsión mayor en la realidad.

-Sería bueno que al menos fingieras estar un poco magullada. –Susurró cerca del oído de la presentadora mientras pasaba una mano por su espalda como si la ayudara a caminar. –O vas a convertirte tú en noticia.

Sin esperar la respuesta, se giró hacia la gente que estaba a su alrededor para tratar de alejar la atención de ellos.

-¡Vamos, no os quedéis ahí parados, ayudad a los heridos, yo me ocupo de ella, soy médico! –Gritó a la multitud con toda la autoridad que fue capaz de reunir. Después, tiró de Merika, tratando de alejarla del barullo en dirección a la catedral. Antes de hacerlo, se giró para lanzar una última mirada hacia el resto de Despertados, y su mano libre extrajo de su bolsillo un pequeño rectángulo de cartón negro, que sostuvo en alto unos segundos. Lo suficientemente poco para que nadie pudiera reparar en ella, pero lo suficiente para que cualquiera que la hubiera visto pudiera reconocerla.

Pues el joven estaba bien seguro de que todos esos hombres habían recibido una invitación idéntica de manos de la misteriosa vidente.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Carisma+Expresión

Dificultad: 6

Tirada (5 dados): 4, 7, 2, 9, 9

Éxitos: 3

Notas de juego

Bieeeeeen todos juntitos!!  :D  

Meto tirada oculta para lo de distraer la atención*

Cargando editor
16/09/2017, 00:04
Steeve Hope

La moneda había sido lanzada, un brillo metálico destellaba en cada giro a medida que se elevaba, alejándose de la mano del joven que estaba parado en la esquina de Taylor y California. Se trataba de una persona normal, sus ropas no llamaban la atención y apenas podía distinguirse de cualquier otro transeúnte, una chaqueta de tela de jean sobre una camisa a cuadros de tonos suaves, un pantalón claro con zapatos marrones, vestían el cuerpo de estatura media de ese hombre de unos treinta años de edad. El pelo enrulado se movía con la brisa, como si acompañase los bruscos movimientos de la escena que presenciaba tras las lentes.

La moneda llegó a un punto en que pareció detenerse, mientras Steeve seguía alternadamente con la mirada los movimientos del Chrevrolet Impala, los del Turismo rojo y los del Honda Civic, los tres se dirigían directo a hacia cuatro personas que eran diferentes al resto y que al igual que él ya habían abierto los ojos. En ese instante tensó el tapiz, y los hilos del destino se movieron levemente, sutilmente, lo justo para dar lugar a un nuevo presente. 

La moneda siguió girando, pero esta vez en descenso. El grito de una joven en medio de la calle llamó su atención, apenas había notado su presencia cuando había bajado del tranvía, pero ahora era el signo de una nueva realidad. Cada vehículo siguió su camino, pero nadie resultó herido, tal vez por simple casualidad. Su mirada se cruzó con la del vagabundo y con la del conductor del auto blanco, luego viró hacia el hombre de enfrente que había salvado el pellejo del camarógrafo, y por último se detuvo en la reportera, que permanecía agachada e ilesa tras el gran impacto. Sonrió levemente, satisfecho. 

La moneda cayó en la palma de su mano, y la guardó en su bolsillo. El caos seguía pero los autos comenzaban a detenerse, mientras los gemidos de los heridos y los gritos de los mas impresionables avivaban la quietud tras el choque múltiple. Dio unos pasos hacia el centro de la calle, hacia el punto donde la chica de negro había gritado, mientras con la mirada seguía su recorrido hacia la Catedral. Un sonido de motor lo distrajo,  se escuchaba a lo lejos acercándose segundo a segundo. Una moto, dedujo, y cuando alzó la vista nuevamente hacia la Iglesia vio a uno de los despiertos sacar una tarjeta, a lo cual respondió metiendo su mano en el bolsillo y sacando disimuladamente una igual por exactamente dos segundos, tras lo cual volvió a guardarla.

No estaba solo, Cleo había llamado a uno mas.

Cargando editor
18/09/2017, 15:16
Caos sobre ruedas

Merika mira, ahora con abierta desconfianza y absoluta sorpresa, al desconocido que la agarra, y que le susurra aquellas palabras verídicas y en cierto modo acusadoras. En un primer momento, no reacciona, asombrada como se encuentra, pero un acceso de náusea se instala en la boca de su estómago y con un gesto brusco, se desprende del extraño para acabar por echar en el interior de la papelera colocada en la esquina de Taylor Str, una suerte de sustancia pegajosa y sanguinolenta en medio de espasmos contenidos que recorrían su cuerpo por completo. 

La gente, lo suficientemente asustada y temerosa de su propio bienestar, y alentada por las palabras de Ethan, por suerte había desviado su atención de la mujer del tiempo. Y pronto fue evidente que lo más llamativo que podía ocurrir aquella tarde no iba a ser la milagrosa recuperación instantánea de la conocida reportera. 

El sonido de los motores a ralentí parece cada vez más cercano, sin que se pudiera determinar su origen concreto. La sensación de pesadez se convierte en una punzante jaqueca para aquellos Despertados que por primera vez se encuentran, y se identifican los unos a los otros, sintiendo de pronto un profundo mal presentimiento, y la sensación vibrante de la realidad desdoblándose de nuevo a su alrededor. Del caos subyacente elevándose de nuevo, en forma casi pura, de estar siendo, en efecto, vigilados. 

La percepción demencial de la Paradoja a punto de estallar llena con tintes ferrosos las fosas nasales de cada uno de los presentes, mientras, como una aparición salida de entre los coches, de entre los recovecos que han quedado libres tras los choques frontales, los frenazos y los desgraciados incidentes, doce figuras sobre sus respectivas monturas de dos ruedas se desdibujan, bizarras y emergidas de los recovecos más floridos de la imaginación más incongruente. 

Doce motoristas, sobre sus respectivos vehículos, se desplazan, sobre el asfalto, o incluso surcando el aire, avanzando como lo haría una mancha espesa de petróleo, extendiéndose entre los restos de una realidad que parece a punto de desintegrarse, constituyendo una visión delirante que deja a cualquiera que pueda posar la vista sobre ellos, casi paralizado, dejando a la mayoría de los durmientes enmudecidos, como si sus limitadas psiques fuesen de hecho incapaces de procesar aquello que están vislumbrando.

Un espectro a modo de motorista infernal sobre un vehículo de dos ruedas que deja una estela de fuego tras de sí. Un conductor con verdaderos cuernos vikingos incorporados al cráneo, que conduce otro vehículo que lleva por manillar la cabeza astada de un ciervo, mientras surca el espacio vacío y aéreo del cruce de Taylor con California. Una suerte de agente futurista, provisto de un casco con visor totalmente opaco que emite pulsos de luz roja y brillante, que parece sondear su alrededor con absoluta precisión. Una motocicleta de color rosa chicle que desprende por su tubo de escape un humo de colores imposibles que parece estremecer la piel nada más tocarla, montada por una motorista cuyas manos son puro hueso anormalmente alargado...

El grupo parece buscar algo, de una manera desorganizada y aleatoria, pero algo. O alguien. Una de las figuras de hecho se detiene frente a Cathbad, con un frenazo extraña y perturbadoramente silencioso, y tras el visor de su casco lo observa, con unos ojos que parecen sumergidos en fuego radioactivo, como si pudiese vislumbrar su mismísima alma.

Y lo mismo ocurre con Ethan, que tras darse cuenta de que uno de aquellos vehículos macabros le cortaba el paso hacia la catedral, se encuentra frente a frente con el motorista del visor opaco, percibiendo como los pulsos de luz carmesí parecen ahora centrarse en el centro de su cráneo, al mismo tiempo que la pulsión en el fondo de su cabeza se vuelve aguda, y parece querer perforar su mismísimo cerebro. 

Notas de juego

Todos, al contemplar a los motoristas, tienen una palabra parpadeante y casi entre fluorescentes iluminándose en la cabeza: 

Merodeadores. 

Todos tienen un +1 a la dificultad de Areté  hasta nuevo aviso. 

Cargando editor
18/09/2017, 23:40
Ethan Miller

La presión se intensifica en la mente de Ethan, y durante un breve instante el joven acaricia la idea de rendirse a ella, de abrir las puertas de su mente al ser que parece tratar de echarlas abajo a patadas. Pero ese momento de flaqueza desaparece casi tan rápidamente como ha llegado, y una oleada de terquedad, de pura rebeldía, echa el candado de su psique. “No es justo”, piensa. No es justo que haya heridos durmientes en mitad del problema de otros. No es justo que una panda de pirados con poderes desatados aparezca para aterrorizar a la ciudad y crear el terror. Y sobre todo, no es justo que crean que pueden aparecer y violar los secretos de su mente con absoluta impunidad.

Frente a los extraños brillos del visor opaco, los ojos azules de Ethan brillan con rebeldía. Y su mente, toda su mente, se centra en una única imagen, apartando de sí cualquier otro pensamiento. Como si se tratara de una defensa, su cabeza se vacía de todo salvo de un hermoso paisaje Umbral. No desea pensar en lo que ha sucedido unos segundos antes. Se niega a pensar en la catedral, o en la joven que se ha escondido en ella. Puesto que está seguro de que es a ella a quienes las apariciones buscan. Pero no la encontrarán en su mente.

De modo que, bloqueando conscientemente esos pensamientos, Ethan sostiene la mirada del motorista unos segundos, y después comienza a rodearlo lentamente, tratando de seguir su camino mientras presta atención a cualquier posible maniobra hostil por parte del Merodeador.

Cargando editor
20/09/2017, 19:03
Cathbad

Aún no se había acabado.

Sobre el pánico que reinaba en el cruce y los gritos de los heridos y los que se habían librado por poco de aquel desastre, empezó a elevarse una sensación ominosa, densa y pegajosa como la melaza, que lo impregnaba todo de mal presagio. Cathbad sintió un insistente dolor en los arcos supraorbitales al tiempo que un olor metálico, como a sangre, invadía sin invitación sus senos nasales. Lo reconoció casi inmediatamente como el hedor de la Paradoja. Allí había alguien más, abriendo una herida supurante en el sutil tejido de la realidad. El brujo lanzó a los otros Despertados una mirada de advertencia, en la que había implícita la pregunta de si ellos también lo sentían. Claro que lo sentían. ¿Cómo no iban a percibir aquel desajuste tan flagrante, aquella evidente jugada tramposa?

Y entonces, aparecieron. Como si su mera existencia resonara en síncopa con la realidad estática, una docena de motoristas de apariencia casi espectral surgió de entre los restos deslavazados de los vehículos accidentados que abarrotaban la intersección. Se movían como fantasmas hambrientos, violando sin miramientos el orden natural de las cosas, en la búsqueda implacable de algo o alguien; no hacía falta ser muy avispado para sumar dos y dos y caer en la cuenta de que aquellos curiosos Ángeles del Infierno debían de estar persiguiendo a la misteriosa fugitiva de negro. Desde luego, la visión resultaba más que apropiada para la víspera de la noche de Samhain. Pero, a pesar de su extravagante aspecto, Cathbad sabía que no eran fantasmas.

Eran Merodeadores.

Varios, o quizá uno solo de ellos. Diana le había enseñado que, cuando se trataba de Merodeadores, cabía esperar cualquier cosa. Tal vez todos aquellos motoristas no fuesen sino la manifestación de una única entidad, un mago demente que hubiese impuesto su percepción fragmentada de sí mismo al consenso. O tal vez se tratase, efectivamente, de doce Merodeadores. Sea como fuere, Cathbad contuvo la respiración cuando uno de ellos se le acercó, deteniéndose justo delante de él. Sus ojos ígneos, visibles incluso tras el visor de su casco, eran una imagen tan fascinante como atemorizante. Pero a Cathbad, aquella criatura lastimera que había perdido el control de su Voluntad no le daba más que asco. Lo miró de abajo arriba, deteniéndose en aquellas dos incandescencias infernales, con tanta indiferencia que casi parecía mirar a través de la cosa. Se dio cuenta entonces de que había perdido su último cigarrillo en su percance con el coche rojo. Con calma, el hombre sacó uno nuevo de su arrugada cajetilla, lo puso en sus labios y lo encendió, sin apartar en ningún momento aquella mirada que parecía querer decir: «Desaparece, que molestas».

- Tiradas (1)

Motivo: Carisma + Intimidación

Dificultad: 6

Tirada (5 dados): 1, 7, 6, 6, 8

Éxitos: 3

Notas de juego

Tiro Carisma + Intimidación, aunque no es exactamente para asustar al Merodeador, sino más bien para aparentar tener arrestos y no dejarme impresionar.

Cargando editor
21/09/2017, 05:28
Steeve Hope
Sólo para el director
Cargando editor
21/09/2017, 06:20
Steeve Hope

Steeve había logrado dar unos cuantos pasos hacia el punto en que la dama de negro había gritado, los autos se habían detenido y la gente comenzaba a ayudar a los heridos, por lo que avanzó sin grandes dificultades. Sin embargo el sonido de los motores seguía creciendo hasta que se hizo ensordecedor. El dolor de cabeza se intensificaba segundo a segundo hasta que vio a los motociclistas saliendo de muchos lugares a la vez. Todo eso era una locura, un insulto al fino equilibrio del tapiz que muchos como él custodiaban. Observó a cada uno de los doce jinetes, como si al hacerlo cayese sobre ellos la sentencia que acabara con su vida. Dos de ellos se acercaron sobre dos de los despiertos que había visto, tal vez esos hombres estaban en apuros, pero el destino no había puesto a Steeve al lado de esos hombres, sino en un punto en esa calle, el mismo que la chica había ocupado un minuto atrás. 

Los motociclistas parecían buscar algo con desesperación, y parado en donde estaba no podía menos que pensar que se trataba de aquella extraña joven que había bajado del tranvía. Ninguno de los recién llegados se había acercado, tal vez ni siquiera habían notado su presencia, lo cual tomó como una invitación del tapiz a actuar de inmediato. Así que caminó con tranquilidad en medio de la gente, intentando perderse1 en la confusión que ellos mismos generaban, y avanzó hacia la Catedral, siguiendo el camino que había tomado la joven2

Cargando editor
21/09/2017, 06:21
Steeve Hope
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Motivo: 1- sigilo + des (+ arcano)

Tirada: 6d10

Dificultad: 8+

Resultado: 9(+2)=11, 6(+2)=8, 5(+2)=7, 8(+2)=10, 7(+2)=9, 10(+2)=12 (Suma: 57)

Exitos: 5

Motivo: 2- percepcion + alerta ( sentido agudizado)

Tirada: 6d10

Dificultad: 6+

Resultado: 1, 7, 10, 4, 1, 3 (Suma: 26)

Exitos: 2

Notas de juego

1- Tirada de sigilo asociada a arcano, para que Steeve vaya a la catedral siguiendo el rastro de la chica, sin llamar la atención (dif 8 propuesta)

2- Tirada de percepción, a ver si Steeve ve o escucha por dónde esta la chica (en el post anterior la seguía con la mirada, debe tener una idea de la orientación). (dif 8 propuesta - 2 x sentidos= 6)

No hice las tiradas ocultas porque tuve que cambiar a tirada genérica y no sabía como consideraba los bonos de arcano, creo que así sale bien, así que la próxima la hago oculta.

Cargando editor
21/09/2017, 23:48
Max Bennett.

Max respiró entrecortadamente mientras daba un frenazo una decena de metros más adelante. Había esquivado el encontronazo con el otro vehículo por los pelos... Pero la noticia importante era que seguía vivo. La adrenalina corría por sus venas a toda velocidad mientras inspiraba y expiraba... inhalando y exhalando aire para recuperar el control de sí mismo.

Soltó las manos del volante y miró por la ventanilla. Sus ojos se pararon una milésima de segundo en cada una de las otras figuras relevantes de aquel cruce. Max aparentaba pasar de la treintena... casi entrando en la cuarentena. Su rostro sin afeitar y su delgado cuerpo quedaron al descubierto en cuanto puso los pies fuera de su vehículo.

Aquello no era una casualidad... Algo estaba sucediendo y de pronto... de pronto notó cómo el tejido de la realidad se desgarraba. Parpadeó observando a aquellas figuras grotescas. Aquellos esqueletos andantes le dieron la impresión de estar sumergido en una mala película del Motorista Fantasma. Pero no... Aquello era real. En cierto modo.

Su maestro se lo había explicado una vez. Merodeadores. Sin saber muy bien cómo reaccionar, Max se quedó petrificado, de pie juto a la puerta abierta de su coche. Procurando respirar y, simplemente, mirando. Esperando acontecimientos.

Un par de gotas de sudor perlaban su frente, mientras su gesto cansado e incrédulo se esforzaba por no gritar y salir corriendo. Todavía le resultaba difícil comprender cómo era posible que la gente normal no pudiera ver algunas cosas.

Cargando editor
25/09/2017, 00:00
Destino

El Caos andante sobre ruedas rodea el cruce, dando un par de vueltas. Los motoristas, sin duda alguna en esta ocasión, parecen buscar algo mientras el Tapiz parece revolverse sobre si mismo a medida que avanzan, como si sus hebras estuvieran a punto de partirse, de romperse irremediablemente. 

El individuo de cuencas oculares llameantes observa fijamente a Cathbad durante unos instantes más. Unos que pudieron quizá parecer una eternidad, y que finalizaron con su gesto indolente, cuando el casco del motorista viraba hacia el frente y su psicodélico vehículo se unía a la marabunta. El haz de luz carmesí que apuntaba justamente en el centro de la mismísima frente de Ethan, parece perseguir su andar, durante un par de segundos más, antes de que el individuo que lo observaba se retirase también, con un gesto confuso, intuido, pero bastante claro. 

El grupo da un par de vueltas más alrededor del cruce, y se detiene una última vez, mirando hacia un lado, y hacia el otro. Y emprendiendo de nuevo la marcha, al unísono, se alejó, entre el bullicio de los motores en ignición. Y tal y como había aparecido, saliendo de ninguna parte, sin que nadie pudiese concretar cláramente cómo había llegado allí, desapareció. Dejando atrás tan sólo el asfalto humeante, y los rostros pálidos e incrédulos de los durmientes que poco a poco iban recobrando la capacidad de actuar, parpadeando, absolutamente confusos, y acudiendo a ayudar a los heridos como si nada de aquello hubiese pasado. Como si la propia mente colectiva hubiese decidido que era mejor pasar aquello por alto. 

Notas de juego

¿Qué hacen ahora? ¿Hacia dónde van?