Partida Rol por web

-¿Ro...robar? ¿Pro...profanar?¡mon dieu, c'est una manada de gansos sin cabeza!

La mirada del Capitán hace que Sèbastien vuelva a callarse a escuchar vuestras propuestas.

-¡Maldita sea, Bill! ¿Y cómo quieres conseguir los huesos? ¿Te crees que yo quiero profanar el descanso eterno de un alma? ¡No! Pero no depende de mí. Te recuerdo que Cascabel y Malc necesitan que lo hagamos, o si no, Figueroa no los dejará volver.

Me acerco a él, furioso.

-Tú ya sabías que tarde o temprano tendríamos que coger los huesos, que era parte del trato. Aceptaste ese trato, como todos. Por eso fuimos a por Lynn, por eso murió Daniel. Dime, ¿vas a tirar su sacrificio por la borda? ¿Vas a dejar que su muerte no sirva para nada? ¿Ahora, que el mal ya está hecho, que no puede hacerse nada? Valiente cobarde. ¡Contesta!

-Por más que te sulfures, ni el propio satanás en persona con un latigo de siete colas va a llevarme allí. No pienso hacerlo.- dijo girandose un poco para evitar dar la cara a Guillermo

- ¿Cobarde? Otros muchos me lo han llamado antes que tú y mira aqui tienes a este viejo, vivito y coleando, y espero que por muchos años.-

-Además si es para desenterrar unos huesecillos de nada ¿Para que me necesitais a mi?.-es curioso que el tono de Bill es ligeramente alto, pero cuando pronuncia "desenterrar" lo hace muy bajito, como para evitar que alguien lo escuche desde el más allá.

Muy cortésmente, Sèbastien se excusa. Oís rudio como si alguien vomitase por la cubierta, y al rato vuelve impoluto y con olor a perfume de rosas.

-Estupendo -digo, mirándole con profundo asco-. Daniel estaría orgullosa de ti. Seguro que sí. Dando su vida para que luego su compañero se cague encima cuando se trata de hacer que su muerte tenga sentido, dejando en la estacada a Cascabel y a Malc. Cada vez me doy más cuenta de que no has dado más que problemas desde el primer día. Pues te digo una cosa: puedes irte al infierno. Voy a terminar con esto, así tenga que condenar mi alma. Yo no soy un vendido, como tú.

Me alejo hacia la puerta y digo, sin mirar a los presentes:
-Voy a avisar a Sancho. Cuando vuelva, partiré, solo o acompañado. Lo dejo en vuestras manos.

Salgo de la estancia, sin dar oportunidad de réplica, hacia donde se encuentra Sancho.

Cuando llego a donde, para aliviar el dolor y la rabia, duerme Sancho, le despierto, y confiando en su ayuda, hablo con él y le relato lo ocurrido.

-Y bien, Sancho, ¿me acompañarás? ¿O tú también, que has sido mi apoyo en esta descabellada misión, vas a dejarme por miedo a la profanación? Dada tu condición católica, entendería que te negases, incluso yo no me creo que vaya a hacer algo tan bajo; pero te ruego que lo pienses un momento antes de responder.

ME despierto con los ojos muy abiertos, braceando... esta claro que las pesadillas han poblado mis sueños.

¿¿Tumbas, saquear??... me quedo atontado unos instantes... si... si vas a hacerlo mejor que te acompañe alguien que pueda devolver la paz a los muertos... iré... por Dani... iré

Miro a Guillermo fjamente mientras mis pensamientos vuelan a otro lugar, a otro momento...

Parece que la penitencia será más dura de lo que esperaba...

-Visto lo visto ,entonces todo arreglado, ¿Non? yo me quedo aquí aguardando vuestra vuelta ansiosamente...

Me dirijo hacia el bote seguido por Sancho. En mi mente sólo deseo que mi hermano me acompañe, aunque el shock de la muerte ha sido tan grande para él que no sé si se sentirá con fuerzas... Voto a brío, creo que le gustaba Dany...

Tras las palabrejas de Guillermo, Bill se deja caer sobre el repaldo de la silla y pone sus piernas sobre la mesa dejando en la habitación un sonoro POM cuando sus botas se estrellan sobre la madera.

Al unisono entona musiquilla silbada que parece alegrale pues sonríe de oreja a oreja.

-Estos mozuelos... siempre tan energicos y vivaraches. Je je.-

Pues da la impresión que Guillermo y yo vamos a ir a un cementerio a buscar antepasados de este tipo, aunque...francamente no creo que sus antepasados esten enterrados en esta isla...

Sin más dilación ni conversación desembarcáis en Tortuga de nuevo, esperando tener mejor suerte en esta ocasión.

Una vez en Tortuga, le pregunto a un lugareño:

Disculpe, buen hombre, ¿me puede decir dónde encontrar el cementerio?

El desdentado hombre al que preguntas te responde sólo con un gesto, señalando a su izquierda. Después dice algo que crees distinguir como "pantano" y después sigue con su camino.

-Bien, ahora sólo tenemos que encontrar el pantano -digo, desalentado.

Empiezo a caminar en la dirección señalada, si se puede llamar así, por el anciano, hasta salir de la ciudad. Miro a lo lejos para descubrir el pantano o el cementerio, triste y con un mal presagio.

No os cuesta encontrar el cementerio, que está precisamente junto al pantano. De hecho, no os sorprende encontrar la estructura de mausoleos en lugar de las clásicas tumbas, está claro que es la única forma de conservar (presuntamente para la eternidad) a los seres queridos. Lo cierto es que no es un lugar muy grande, precisamente porque no son demasiados los que deben tener seres queridos en un lugar como Tortuga.

Junto a la entrada hay algo que parece ser una caseta de perro, y acompañándola una destartalada casa, seguramente la del propoio enterrador.

Bueno... parece que hemos llegado...