Partida Rol por web

El viaje del Uthero

Mil naves arden (Escena III)

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28/11/2016, 04:13
Ping Chu

Los primeros hombres bajaron a tierra. En su mayor parte eran piratas, para confundir más a los ciudadanos locales, pero les acompañaban algunos occidentales capiteaneados por Valença, Dan y Helyx. A pesar de que no había escolta militar, Jinqui era un lugar seguro, pues su enorme castillo y la guarnición que habían dejado atrás mantenían la actividad cotidiana en su desarrollo habitual.

Una pequeña comitiva formada por un grupo de seis guardias y un hombre desarmado, con uno de esos altos sombreros que indicaban la condición de funcionario o secretario, se acercó a ellos. Al llegar a su altura, les saludó con una breve inclinación del torso.

-Saludos. No esperábamos ninguna nave de regreso en fecha tan temprana. No había recibido ninguna instrucción al respecto. Además, veo que os acompañan extranjeros. ¿Puedo preguntar el motivo?

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28/11/2016, 04:18
Katsumi Wôn "La Mantícora"

Compuso un rostro serio, aunque algo burlón. Muy al estilo pirata, mientras apoyaba las manos en sus caderas de una forma femenina. No por intención, si no por que no sabía hacerlo de otra manera.

-Yo también me alegro de verle, Chu.

-Se decía que estábais muerta, o prisionera en Yin.
-Eso se decía. ¿No habéis escuchado las noticias? Hubo un incendio en la capital y los extranjeros escaparon. Ellos me llevaron ante tu señor, y él me devolvió mi rango.
-Eso es curioso, por que...

Le interrumpió alzando un dedo.

-No tengo tiempo para vuestras informaciones incompletas. Han atacado a la flota del rey, en las islas. Gente de Yin, aliados con Marahai. Así que mientras nuestros almirantes les persiguen, nos han mandado aquí para que aseguremos el puerto.
-Eso que decís es grave, habríamos recibido una paloma mensajera.
-Cien naves han ardido, y las palomas con ellas. Nuestros buques tienen asuntos más urgentes entre manos que mandar un mensaje al castillo de Jinqui. Pero, tranquilo, aquí traigo las órdenes.

Sacó un rollo de bambú que ella misma había falsificado para la ocasión. Mañas de pirata y dedos ágiles, hacía tiempo que había robado una copia del sello con el que él escribía las cartas. Muchos soldados terminaron colgados a causa de sus sospechas, pero nunca había dado con el autor del robo.

- Tiradas (2)
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28/11/2016, 04:27
Ping Chu

Era un hombre prudente, quizá demasiado. Por eso haría las indagaciones oportunas, antes de tomar ningún tipo de medida en su contra. ¿Y si se equivocaba? El rey le castigaría, sin lugar a dudas. Su ira era de temer. Además, aquel parecía su sello, aunque la letra no era tan refinada como la acostumbrada.

-Está bien. Sin embargo, pediré instrucciones. Entretanto, podéis defender el puerto y la muralla exterior. Pero hay órdenes estrictas: no se puede entrar al castillo, no sin la autorización expresa del gran rey o el general Chow.

Señaló con el mentón a los extranjeros.

-Diles que no se metan en muchos líos. Nos harán falta mercenarios para la conquista de Yin, y se les pagará convenientemente. Pero en la ciudad deben comportarse.

- Tiradas (1)
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28/11/2016, 04:31
Katsumi Wôn "La Mantícora"

Sonrió de oreja a oreja.

-Tranquilo, vigilaré a los niños. Son gente de fiar, me salvaron la vida.

El funcionario se inclinó brevemente y volvió a su oficina, acompañado por los soldados. Dos de ellos quedaron en el exterior del edificio, echándoles un ojo en la lejanía. No se terminaban de fiar, y hacían bien. Mientras tanto, Connor desembarcaba con los hombres que habían de tomar la puerta, y él se acercó a ellos.

-Buscaré unos carros para que guardéis las armas. Cerca de esa puerta hay unos lupanares. Lleva a tu gente allí, no costará hacer creer que vais a gastar un poco de plata en las chicas. Cuando nosotros llevemos los carros hasta allí, os daremos una señal para que cojáis las armas. Si nos paseamos armados y con mucha gente por la ciudad, la tapadera de mierda que he elaborado se hará trizas.

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29/11/2016, 15:18
Connor

-De acuerdo, haremos eso- dijo Connor parcamente, aún sin confiar plenamente en la pirata. De todas formas, tendrían que hacerlo, y suponía que los demás tendrían que dirigirse con ellos también.

El ponienti dio las instrucciones pertinentes, y se dirigió al sector de los lupanares. Sus hombres seguramente se ilusionarían, pero ya sabían de antemano que no podía haber distracciones en ese momento. Todo tenía que salir bien o era una muerte segura para todos ellos. No podía haber fallos, y mucho menos por un par de piernas abiertas.

La tarea era simple, pero a la vez, tenían que estar prestos para actuar...

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29/11/2016, 22:41
Valença

El espadachín se despidió de la sacerdotisa con un simple encogimiento de hombros. Ya estaba aconstumbrado a sus extrañas salidas de tono.

Típico de los santones... Mejor ignorarla. Lástima. Nos habría ido bien el corazón para esta misión.

Y ese fue un pensamiento que se repitió varias veces durante el intercambio de frases entre la Mantícora y el funcionario suspicaz. El mercenario había estado practicando el idioma de los ojos rasgados con Helyx y cualquiera de a bordo que lo hablaba cuando se presentaba ocasión. Gracias a eso había podido seguir la conversación que ocurría a su alrededor moviendo los labios, pues no era muy ducho en ese idioma tan lleno de "xingxings".

Se rasco la cabeza después de que todos hablaran y que Connor se alejara con sus chicos.

¿Y ahora? ¿Sabéis donde se pueden encontrar unos carros por aquí? Nos iría bien cargar uno de esos carros con los fuegos artificiales de Dox. Eso sí sería un buen espectáculo. Una puerta reventando por los aires sería cosa digna de verse. De todas maneras, esto no va a durar mucho, esos funcionarios desconfían. No creo que tarden mucho en preguntar al jodido Cabrón Amarillo qué coño pasa aquí, y cuando eso ocurra esto va a convertirse en un hormiguero rabioso.

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02/12/2016, 03:23
Liv
Sólo para el director

Liv no iba a quedarse a bordo, en cuanto vio la oportunidad descendió del barco con su capa roja, no le importaba nada, se ocuparía de los peligros que total ya había estado en muchos y los había sabido sortear, quizás les diera una lección a los muchachos, en especial a aquel que sólo parecía ver problemas en ella, a Connor podría hasta disculparlo si la apuraban un poco. Mientras avanzaba se encomendaba a su dios, R'hllor jamás la había abandonado y era obvio que en aquel momento esperaba más que nunca que no lo hiciera, fue siguiendo los pasos de los hombres, aunque a una distancia prudente y decantándose por estar más cerca de Connor que de Valenca, si había que salvar a alguno de los dos, ya sabía a cual prefería hacerlo primero.

-Podría hacerlos volar ahora mismo y nadie sabría qué pasó... De no ser porque tengo que volver a ese barco.

Ella sabía que era así y estaba bien, se sentía segura a pesar de lo que sucedía y además, sabía que debía tener cuidado con sus pensamientos, no fuera a ser que Valenca se quedase sin alguna parte** de su ser por ella estar pensando en tonterías. La pelirroja avanzaba cuidándose por cada flanco y mirando al frente para no perder de vista el rastro de los hombres, si alguno llegaba a voltear ella rápidamente se cubría, aunque esa no fuera la cosa más sencilla del mundo. ¿Qué demonios iba a pasar? No lo sabía pero esperaba que fuera algo que nadie olvidara, mucho menos ella.

Notas de juego

xD quisiera ver la cara de Valenca al leer esa parte...**

Mi cabeza no da para más, pero creo que para salir del paso, estamos. Prometo recompensarte en el siguiente post.

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04/12/2016, 01:57
Director

Conseguir unos carros no era difícil en un puerto. Lo difícil era alquilarlos sin que fueran empujados por su propio dueño. Pero el oro obraba milagros, y ellos lo habían conseguido en abundancia. Así que las gestiones no costaron más de una hora, para conseguir tres buenos carros que podían ser tirados sin necesidad de animales. Dos irían cargados con las armas, y otro más, el más robusto, sería usado como ariete explosivo. A tal efecto, se cargaron en él los barriles de pólvora y se los preparó con el mayor secreto posible, en el patio de coches de la empresa de aquel transportista que les había cedido sus vehículos durante unas horas a cambio de unas piezas de oro.

Los hombres ya se habían ido a haraganear a uno de los lupanares más famosos de la ciudad, el Loto Blanco, que estaba junto a la puerta del oeste, que daba hacia el antiguo camino real que conectaba con Yin. Madame Yuan se vió sorprendida por la afluencia de tantos extranjeros, por allí el dinero mandaba. Si los hombres tenían dinero, podían gastarlo a placer en comida, vino y acceso a sus chicas.

Había que procurar que no se les fuera "demasiado la mano" con el alcohol. En realidad, tras las privaciones de Asshai iba a ser casi imposible evitar los excesos en aquel establecimiento... habida cuenta de que muchos marineros se habían acostumbrado al "trato" en la casa de Talila Genvaris. Y no hay hombre más caprichoso que el que prueba un suculento caramelo que luego le retiran de improviso.

Los carros se fueron moviendo, empujados por el grupo donde iba Helyx, Dan y la Mantícora. Valença se adelantó, fingiendo que iba a entrar al lupanar también, y echó un vistazo a la puerta y sus defensas. A esa hora del día todavía estaba abierta, por que las mercancías pasaban. Sería bastante sencillo dejar el carro allí en medio, mientras ellos tomaban las almenas por detrás. Una pequeña explosión por sorpresa, cuando cerraran el portón, obraría el efecto deseado. Solo esperaban que no fuera "demasiado" fuerte y destruyera también el arco, sepultando la puerta entre escombros. Sobre eso habían discutido mucho: cuantos barriles cargar. En teoría, dos o tres de ellos podrían hacer el trabajo, y eso levantaría menos sospechas. Un carro cargado con vituallas y dos humildes barriles llamaba mucho menos la atención.

La puerta estaba vigilada por una compañía de guardia, unos 50 soldados, la mayoría dentro del cuartel sobre la puerta. Afuera, habían seis ballesteros en las almenas y cuatro lanceros a pie de puerta.

El braavosi vió como los carros remontaban ya la cuesta hacia la explanada de la puerta, así que entró para avisar a Connor. Allí dentro era una bacanal de alcohol y gemidos. El asunto se les había ido de las manos, y ahora tenían que sacar a sus hombres a rastras, si era necesario, por que allí disfrutando de la compañía de aquellas mujeres no les iban a servir de mucha ayuda en el combate.

Notas de juego

Tirada de Persuasión para "convencerles" xD. Dificultad 15+

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04/12/2016, 22:12
Valença

Todo parecía ir bien, aunque el plan era arriesgado. El espadachín se avanzó para ir a poner sobre aviso a los chicos de Connor. Mientras iba andano su mente iba dando vueltas al asunto.

El plan es una puta mierda. Mil cosas pueden ir mal. Quizás nos quedamos ocrtos con los petardos y los monitos se mean de risa mientras nos dejan como alfileteros. O bien nos pasamos y se va toda la puerta a tomar pol culo, y queda más cerrada que el chocho de una beata. O bien no nos las apañamos bien con los guardias y llaman refuerzos y se lía muy fino, o bien dan la alarma y hunden el barco, o bien dan la alarma y a la sonada esa de Liv se le va la mano y nos churrasca a todos... Puta vida. ¿Qué coño me impide largarme con el corazón y que les den por el culo a todos?

Entonces entra en el burdel y se queda pasmado, viendo a la fuerza de asalto persiguiendo a mozas medio desnudos, como chiquillos.

Por el Dios de la Muerte... Estos cabrones están disimulando demasiado bien.

Eh!Eh!... Da unas palmadas, llamando la atención. ¿Pero qué coño hacéis subnormales? Les dice en ponienti. Hay trabajo que hacer, y se ha de hacer ya, jodidas pollas con patas. ¿Dónde coño está Connor, cabrón?

Pero no le hacen mucho caso. No le hacen caso en absoluto. Donde esté un coñito asiático que se quite el feo moreno. Suelta un soplido y deja unas monedas para evitar que se meta la seguridad que siempre hay en los locales de esa índole, tras susurrarles algo en su lengua.

Tener trabajo y acabar fiesta a ellos.

Tras dejar eso claro, vuelve a sentir como se le sube la sangre a la cabeza.

¡Mecagontodoloquesemenea!

Grita el braavosi antes de arrearle un puñetazo al primer marinero lo bastante imbécil como para no apartarse de su camino.

Llévame hasta Connor a la de tres o te meto la espada por el culo y no paro hasta que te salga por la boca, saco de mierda.

Le dice en un susurro amenazador, tras darle el golpe.

- Tiradas (2)

Notas de juego

6+8=14... Noooooo...

8+4= 12 para el trompazo al primero que pillo.

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05/12/2016, 20:17
Connor

Una vez entraron al lupanar, Connor supo que eso sería muy difícil de contener. Los marineros, más prestos a desvestirse que a mantenerse atentos y preparados, pronto comenzaron a descontrolarse frente a sus ojos. Por más oro que le dejó a la matrona para que no corriera mucho alcohol, éstos parecían estar más ebrios de lujuria que de bebida.

Connor no estaba hecho para dirigir, y eso hacía que su enojo fuera en crescendo, que si más de un marinero lo hubiese conocido más, hubiera desistido mucho antes. Iba de aquí para allá, intentando controlar a sus hombres.

Sus palabras parecían no ser la más apropiadas, después de todo, nunca había tenido que dirigir tantos hombres... y mucho menos contra los instintos más básicos de éstos.

Justo cuando estaba comenzando a impacientarse a tal punto de tener que usar la fuerza, escuchó unos bramidos del braavosi.

¡Mierda! Ya tenemos que estar listos y éstos vagos siguen aquí...

-¡Hombres! ¡El que no esté listo en las puertas de la calle, va a recibir el sabor de la sangre en la boca!- gritó en ponienti para que sólo sus hombres lo entendieran... seguramente eso bastaría para que Valenca supiera dónde es encontraba.

- Tiradas (1)

Notas de juego

4 + 4 = 8 ¬¬

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07/12/2016, 18:58
Liv
Sólo para el director

Liv se había quedado escondida viendo lo que hacían los Connor, Valença y sus hombres. Se podia decir que en general eran un desastre y que eran blanco fácil para cualquiera, más aún para una prostituta. Al parecer los bajos instintos de los hombres siempre eran los que salían ganando. Ella sin embargo, aguardó hasta último momento, quería estar segura cuál sería el siguiente paso de aquellos, aunque más tenía ganas de pegarles un par de gritos y de esa manera hacer que se espabilaran pero todos.

De algun modo se alegraba de no haber ido con ellos, no quería que luego dijeran que ella tenía algo de culpa o era de mala suerte porque esa suerte se la habian labrado ellos mismos. Pensó en lo inútiles que eran algunos soldados y esperó a que salieran y empezaran las hostilidades de verdad.

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22/12/2016, 00:06
Director

No hay nada como un pequeño toque mágico. Estaba claro que los hombres no estaban muy por la labor, pero los que empujaban los carros se limitaban a seguir órdenes, instrucciones. Esperaban que los de dentro salieran para tomar las armas e iniciar su andadura hacia la puerta para usar el explosivo... pero los de adentro no salían.

Liv no les había hecho caso, así que les había seguido hasta el lugar. Entró en el lupanar por una puerta trasera, y vió cual era el problema: los hombres no obedecían a sus oficiales. Estaban demasiado... "ocupados". Así que, con el cubo entre las manos, metido dentro de su zurrón, solo tuvo que emitir un hechizo "voz de persuasión" para que se levantaran como autómatas y se dirigieran a la puerta. El ahínco que pusieron fue admirable, pues algunos se les había olvidado incluso vestirse, o llevaban las partes pudendas al aire.

Eso atrajo la atención de algunos guardias. En principio, se rieron. No había mal que por bien no viniera, así que los que iban a sacar el carro explosivo se acercaron con dirección a la puerta. Valença y Connor compartieron una mirada, mientras Dan echaba la bronca a los que súbita recuperaban la consciencia. La gente se estaba riendo de ellos, y eso atraía la atención de todos. Un ataque por "sorpresa" no sería ahora sorpresivo. Para nada. Sin embargo, si el maestre no va a la montaña... un grupo de guardias se acercó a ellos, dejando la puerta casi sin protección.

Entonces, los barriles explotaron y el caos fue perfecto. Se dieron la vuelta, estaban desprevenidos mirando hacia la explosión. Sería como pescar en un barril.

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22/12/2016, 14:46
Valença

El braavosi se sintió impresionado (una vez más) por los poderes de la sacerdotisa roja. Era una mujer parca en palabras pero sobrada en "milagros".

Joder! ¿De dónde coño ha salido esta?

Menudo susto me ha dado, mi señora... Aunque no voy a quejarme... Muchas gracias por vuestra ayuda.

Le dice, dedicándole una reverencia. Luego mira a los hombres de Connor con los pantalones bajados y se le escapa una sonrisa.

Que se jodan. Les estará bien empleado combatir con el badajo colgando. Otra vez se lo pensarán dos veces antes de correr a meterla en caliente cuando hay trabajo pendiente.

Cuando logran hacer estallar los barriles no se lo pensó dos veces. había mucho enemigo y pocas espadas. Era importante aprovechar la confusión al máximo.

Se lanza contra los soldados desprevenidos como una furia, con la mente puesta en cualquier punto que los enemigos se puedan hacer fuertes, para irrumpir allí y matarlos a todos.

¡Que no escape nadie! Sin cuartel!

Grita a sus hombres, mientras lanza estocadas a diestra y siniestra.

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22/12/2016, 15:46
Connor

Connor, también sorprendido y agradecido por la intervención de la sacerdotisa, le hizo una leve inclinación de cabeza. Estaba realmente enojado con sus compañeros de armas, los malditos no habían obedecido ni una de las órdenes dadas por él o por su compatriota.

Los malditos ni los pantalones se habían puesto. Sólo esperaba que fueran a luchar, no bien, sino extraordinariamente. Necesitaban eso.

El mercenario no pudo dejar de sobresaltarse ante la fuerza de la explosión, pero rápidamente sacó el arco y comenzó a acribillar a más no poder a los soldados que quedaban. Debían avanzar hasta la puerta, por lo que él iría abriendo camino todo lo que pudiera, luego de sacarse de encima a los que pudieran aparecer desde las alturas.

-¡Liv! ¡Detrás de mí!- gritó el grandote en ponienti.

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23/12/2016, 03:30
Liv

Había sucedido y lo estaban logrando, estaba segura que lo iban a lograr a pesar de lo apremiante de la situación, además, tenían a dos buenos líderes al frente de todo aquel desmadre por decirlo de alguna manera. Hizo un breve movimiento de cabeza a Valenca.

-Es siempre un placer, mi señor.

No debían distraerse, tenían que continuar lo que habían empezado aunque fuera con hombres que peleaban desnudos, eso en realidad era lo de menos. No tardó en obedecer a Connor, una cosa era tener magia y la otra ser inmortal y ella no lo era así que se puso tras el hombre que la cubría por completo al ser tan alto y fuerte. No se quedó atrás, no cometería otra imprudencia, al menos por el momento.

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08/01/2017, 19:56
Director

Los guardias de la ciudad luchaban a la desesperada. Un pelotón, procedente de la ciudad, se apresuró a llegar hasta la puerta, mientras se escuchaban cascos de caballos al otro lado. Las fuerzas de Yin estaban a punto de llegar, pero antes de sus aliados terminaran el trabajo, derramándose por la ciudad como una maldición, ellos debían mantener en el control de la puerta.

El nuevo grupo atacó por detrás, cuando ellos casi habían despachado a todos los guardias a pie de puerta. Una masa de lanzas que trató de alcanzarles, y que hizo que tuvieran que defenderse.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Dificultad de defensa de Valença: 17+
Dificultad de defensa de Connor: 16+

Superadas las defensas, podéis atacar. Las dificultades de para dar al enemigo con un ataque son de 14+ para Connor y 26+ para Valença.

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09/01/2017, 10:17
Valença

El muro de lanzas era realmente formidable, y al espadachín le costaba horrores encontrar un hueco. Logró esquivar una asta enemiga con una curiosa contorsión que apenas logra evitar quedar ensartado como una sardina, y acto seguido aprovecha la acometida para colarse bajo la guardia del soldado y lanzarle una estocada larga. Su acero muerde la carne, pero no es momento de alegrías. Duda que lo haya matado, y quedan muchos más monos amarillos por abatir.

Eso va a ser un infierno, pero no puede durar para siempre. Pronto deberían llegar los monos del otro lado de la puerta.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Esquiva: 10+8= 18

Ataque: 10+10+8= 28

Daño: 4+2+7+3+3= 19

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10/01/2017, 14:22
Connor

Connor estaba preocupado por mantener a Liv a salvo. Sus certeras flechas detenían su curso en los torsos y gargantas de los guardias que se atrevían a acercarse lo suficiente. Hacía tiempo que no usaba su arco, más que para prácticas en el barco, pero ahora era para salvar sus vidas, por algo más grande que ellos mismos.

Cuando apareció el muro de lanzas, un lancero se acercó bastante a Connor, pero éste se subió ágilmente sobre unas cajas para tener un poco más de ángulo de tiro y la lanza se quedó muy corta en sus estocadas, mientras que empujó levemente a Liv para que se colocara del otro lado de éstas. No se había estabilizado aún sobre las cajas cuando dos flechas ya estaban firmemente agarradas por el ponienti.

Tensó su arco compuesto colocando una en la cuerda, y soltó al extender la cuerda con ambos brazos. La soltó en el momento cúlmine y la flecha salió disparada eclipsando por un momento el poder de la volátil pólvora, pero con apenas un siseo en el aire. Las plumas de ésta se alojaron en la tráquea del desafortunado lancero, quien intentaba sacarse la flecha profundamente incrustada en su garganta y sus ojos perdían rápidamente toda luminosidad de vida, todo recuerdo de su vida se diluía en un mar de sangre.

Pero Connor no vio más que la flecha llegando a su destino, y la segunda flecha ya estaba en su arco. Con un movimiento en arco, le disparó al soldado enemigo más cercano a ellos. No quería sorpresas. Soltó la flecha cuando avistó a su siguiente objetivo, y la portadora de muerte penetró en la armadura del siguiente enemigo, un total desconocido sin rasgo distintivo, pero que se había acercado demasiado a su final.

Ahora, su atención se ponía en los posibles oficiales. ¿Dónde había alguno? ¿Podía reconocerlos? Tenía que hacerlo, eso ayudaría a terminar antes el combate.

- Tiradas (8)

Notas de juego

Esquiva: 10 + 10 + 8 = 28 (¡Éxito crítico! :P)

1er Ataque con arco: 7 + 8 + 9 + 8 - 2 = 30

1er Daño con arco (reduce en 1 la armadura): 48 ( :O )

2do Ataque con arco: 8 + 9 + 10 + 8 - 2 = 33

2do Daño con arco: 36

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15/01/2017, 00:42
Director

La espada de Valença hirió al lancero, pero no lo mató. No hizo falta, por que Connor se estaba dando muy buena mano con las flechas. Con la primera, mató a en el acto a uno de los ballesteros de la muralla. Con el segundo, hirió de gravedad a uno de los lanceros.

Fue Ben quien quitó de encima al oponente del braavosi, disparando una de las nuevas armas de pólvora que lo tiró al suelo como si fuera un muñeco de trapo. Hasta él mismo se quedó bastante impresionado con los efectos de aquella... cosa.

Finalmente, los suyos se unían al combate y rechazaban a los guardias de la ciudad, provocándoles fuertes bajas. Entonces, el ruido de los cascos de la caballería atravesó la puerta y la avanzadilla del ejército del imperio dorado se derramó por la ciudad como una maldición.

Aquello olía a victoria, aunque sería una victoria cruel. Los soldados yitianos mataban a cualquiera con el que se topaban dentro de la ciudad, con la única excepción de los extranjeros del oeste. La gente corría a refugiarse en sus casas, y los últimos guardias se aprestaron a defender el escarpado castillo. O más bien, a atrincherarse en él deseando que sucediera pronto algún tipo de milagro.

Pero no parecía que allí fuera a salvarles nadie. Largo tiempo había ambicionado la ciudad el consejero imperial, y ahora pagarían cara su alianza con el rey amarillo de Carcosa.

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15/01/2017, 01:03
General Tao

Alrededor de los extranjeros se desataba el infierno. Casas ardían, mujeres lloraban de rabia, dolor o desesperación. Habían formado un círculo para protegerse de todo aquello, para que quedara claro que estaban juntos y a ninguno de sus "aliados" se les fuera la mano.

¿Merecía la pena una victoria que se cobraba con tanta sangre? La gente de Jinqui ya había sufrido un asedio hacía pocos meses, y ahora el enemigo de su antiguo enemigo se demostraba todavía más cruel. No obstante, aquel grado de salvajismo parecía común en aquella parte del mundo. ¡Cuan lejos estaban de casa!

El que parecía mandar se acercó a ellos. En la lejanía, sobre los gritos, se escuchaban las pisadas de miles de hombres. Era el ejército de Yin, la infantería, que ocuparía la plaza y aumentaría el sufrimiento de sus habitantes.

-Gracias, extranjeros. Nos habéis servido bien -dijo, llevándose una mano al pecho- El castillo caerá pronto, pues traemos armas de asedio. Podéis sumaros a la lucha o permanecer como guardias de la puerta.

Ahora mismo, daba igual. Solo querían estar a salvo, por lo que volver a sus buques quizá fuera lo más apropiado. Ellos ya habían cumplido, o eso era lo que creían.