Partida Rol por web

El paladín observo en silencio con gesto ceñudo tanto a Rizzen como a Arue.

Se dirigió primero a Arue:

- Te daré respuesta. Tus actos te definen. Si reflexionas sobre ellos sabrás quien eres. Eso nos ayuda, gracias a Tyr a buscar la justicia y a perseverar. Has actuado como un drow. Solitario, frío. Espero de todo corazón que no sea nada más que un arrebato y no la verdadera Arue.

Despues mira a Rizzen, observando sus inquietantes rasgos

- No entiendes a que me refiero, sacerdote. El honor es importante. Pero más lo es la justicia. Si no podemos llevar al orco a la justicia, un guerrero juramentado de Tyr puede impartirla o realizar ejecuciones si es preciso. El orco no tenía nada que hacer contra mí. Pero su colaboración le ganaba algo mejor que ser tratado como una animal en el matadero. Es cierto que ha sido rápido, lo cual muestra una vierta piedad.

De todas formas, tenemos cosas que hacer. no es momento para discutir, sólo señalo lo que no veo apropiado. Mi prioridad ahora mismo, es evitar que caiga cualquier mal sobre las buenas gentes de Fairhill.

Escuchando a Greinh recuerdo algo que había pasado por alto, la justicia, eso era lo mas importante para un paladín de Tyr, eso es cierto, pero al orco le habían impartido la justicia que se merecía después de todo lo que había hecho, y aunque hubiera cantado como una gallina clueca eso no le eximia de sus culpas y menos sabiendo que si no hubiera estado en esas circunstancias, de haber podido, los hubiera rebanado el pescuezo el a ellos, así que digo: - Si la justicia es lo mas importante, entonces hemos sido justos, aunque quizás demasiado piadosos por que muriera tan rápido. Y aunque en este caso no ha sido la mano de Tyr la que lo ha realizado, el resultado es el mismo. Justicia para el pueblo de Fairhill. dicho lo cual me coloco al lado de mis compañeros preparado para partir.

Groland había observado las reacciones de sus compañeros sin relajar la postura.

Así que esto es lo que hay, ¿eh? Rash se había mostrado comprensivo y reacio al conflicto, y Brand, ignorando la cuestión, mostraba su desprecio hacia el hecho de que le estuvieran dando la más mínima importancia al tema. Para variar. Ambos. La reacción del paladín también era la que había esperado: Greinh no perdonará a Arue que no haya concedido al orco una muerte honorable en combate, razonó Groland. ¡Ni que haya desconfiado del poder de Tyr! El caso más sorprendente había sido el de Rizzen: La decisión de Arue habría sido la suya propia... Pero la realidad es que el clérigo estaba muy molesto ante el hecho de que Arue hubiera tomado una decisión que, según Rizzen, pertenecía a todos. Y con todo, había intentado ser conciliador. Todo un pastor de almas, meditó con sarcasmo el guerrero. Lo cierto Groland comprendía a Arue en este aspecto: como la mestiza, él era un hombre solitario que sólo aceptaba su propio juicio. Así que no, no era eso lo que le enfurecía: lo que enfurecía a Groland era que la semidrow hubiera silenciado a su único testigo. ¿Y si el orco mentía? ¿Y si aún sabía más cosas? Un pensamiento ruin cruzó su menté: ¿Y si la que ha mentido ha sido la drow? ¿Y si es una infiltrada? Eso explicaría que silenciara al orco... En el fondo de su corazón se despertó el prejuicio y anidó la sospecha. Groland hecho un vistazo a los miembros de la guardia: Hathol observaba la discusión entre los compañeros con asombro, pero Lauren ya estaba caminando en busca de Jerinor y los caballos. Estoy sólo en esto, observó, y resolvió no hacer nada... por el momento.

Tras las últimas palabras de Rizzen y cuando este ya se estaba reuniendo con los elfos, Groland escupió en dirección a la semidrow, unos metros más allá. Todos giraron la vista ante el gesto y observaron a Groland, que devolvió una larga y dura mirada a la elfa. Finalmente, el guerrero se acercó al árbol y comenzó a recoger la cuerda.

Greinh con voz templada respondió a Rizzen.

- ¿Realmente era tan complicado llevarle de vuelta ante las autoridades? ¿Realmente no ves la diferencia entre una ejecución  y degollar a alguien? En ausencia de otra autoridad, yo soy la ley.

Tyr me ampara y da fuerzas a mi brazo para impartir justicia. Pero dejemoslo, nos estamos desviando de nuestro objetivo. Volvamos a Fairhill, ya que ahora no podemos deshacer lo hecho.

El escupitajo de Groland no me sorprendió dada la situación. Y no era el primero que me lo hacía.

"La próxima vez apunta a mi cara. Te será más satisfactorio."'

Pero no dije nada. Había decidido que era suficiente por esta noche. No iba a ganar nada con el ambiente cómo estaba.

Sin prestar atención al monólogo del brazo de la ley - Oh, sí señor, por supuesto, toda la razón. - me encaminé al linde por dónde habíamos venido para volver al camino con los caballos. Si querían seguirme, bien. Si no, pues también.

Prefiero callar, pues vemos las cosas de diferente punto de vista, yo no iba a permitir que ese orco se librase de la muerte,era un adorador de un culto demoníaco y debe ser extirpado de este mundo, eso es lo que hacen los hombres de buena fe. No darle la oportunidad de salvar la vida por contar un montón de cosas bajo amenaza de muerte, sin armas y rodeado por todos lados, eso es ser un acojonado y no valor, ¿como cojones ese acojonado se iba a merecer el honor de un combate?. - Tienes razón, volvamos a Fairhill y recuperemos fuerzas, que las vamos a necesitar.

El grupo volvió a Fairhill en silencio. Primero a pie hasta la linde del bosque donde les esperaba Jerinor con los caballos y a continuación montados en ellos. Jerinor estaba sorprendida ya que habían recuperado el crisol pero por las caras y expresiones del grupo parecía todo lo contrario. Allí nadie se hablaba, algo había ocurrido. Ya se lo preguntaría a Hathol cuando llegasen a la aldea.

Una vez en Fairhill os dirijísteis a la casa de Shandrill que se encontraba en la misma que plaza que el templo. El fuego ya había sido apagado y no quedaba casi nada en pie. Al oir los caballos Shandrill salió de la vivienda. Teníais a la sacerdotisa enfrente de vosotros, cubierta con un vestido magnífico, un peplo maravillosamente ligero y transparente como el que las muchachas de Fairhill regalaban cada año a Freya en el templo. Llevaba los cabellos recogidos detrás de la nuca, ceñidos con una cinta roja color sangre. Los labios eran rojos y húmedos, los ojos profundos como la noche.

- ¿Y bien?, ¿habéis conseguido traer de vuelta el crisol?. Preguntó ansiosa por saber la respuesta.

A Rashaniel el viaje le resultó duro, porque algo había caído sobre el grupo. Era algo espeso, pesado y nauseabundo. Era el olor de unas relaciones rotas debido a la ira, la desconfianza y la desazón. El mago cabalgaba a paso lento ya, aunque sus muslos volvieron a protestar por el castigo sufrido durante el día. Necesitaba un buen baño y unas cuantas horas de descanso. Su pelo caía alborotado sobre su rostro, pero no le importaba. Su mirada bailaba entre el frente y el petate que aferraba con fuerza en su regazo.

Pero lo peor fue la bienvenida que les dieron en Fairhill. Habían arriesgado su vida por recuperar el Crisol, y la hermosa sacerdotisa les exigió el mágico artefacto casi sin darles tiempo a bajarse de los caballos. No todo era como en los libros de aventuras, parecía ser.

- Sí-sí - alcanzó a decir, sacando el Crisol de su petate y entregándoselo con ambas manos - Está intacto, no llegaron a su destino.

Contento de que el aburrido viaje de vuelta a Fairhill ya hubiese acabado, el hechicero interrumpe el juego de adivinanzas con su familiar con el que se había pasado el camino entreteniendose y avanza hasta colocarse junto a Rashaniel mientras este le entrega el Crisol a Shandrill.

-Esos orcos nunca tuvieron una oportunidad sacerdotisa, les tendimos una emboscada y recuperemos el Crisol sin problemas. -se jacto orgulloso Brand- Aunque desgraciadamente es posible que tengamos malas noticias para Fairhill. Nuestra compañera Arue conoce mejor que yo los detalles, pero por lo que he podido entender existe un grupo de orcos numerados en un par de docenas habitando el castillo cercano.

Grenh guardo silencio, esperando que Arue explicara lo que habian descubierto.

Me mantengo en silencio mientras hablan los demás y explican la situación. Pues no hay mucho que decir, y si mucho que hacer.

El viaje había sido silencioso y tenso. Y yo tenía la culpa. Había actuado mal. No, no era el acto en sí, pues eso lo había podido vislumbrar al menos en Rizzen y Rashaniel. Era el no contar con el apoyo del resto para tomar la decisión. Si quería seguir en un grupo cómo este, debía poner al lado mi individualismo. ¿Pero cómo hacerlo tras más de 10 años siendo una cazadora solitaria? No iba a ser fácil. Además, estaba el hecho de que el tiempo siempre había sido muy importante, y parecía que ahora era más importante el bienestar interno del grupo que la practicidad* en un asunto. Debía aprender mucho si quería seguir en grupo.

"Y quieres, ¿no?"

Antes de darme cuenta, estábamos en Fairhill y parecía que la sacerdotisa esperaba una explicación de mis labios.

- Capturamos un orco al que sacamos toda la información que podía darnos. Los orcos están asentados en el viejo castillo del bosque. Hay unos 20 o 25 en estos momentos. Todos responden a un jefe orco, Nagrod, y a un sacerdote del dios Orcus, Tavik. -supuse que eso era lo que más le interesaba - El sacerdote ordenó el robo del crisol para estropear vuestra cosecha, cómo sospechabais. Estamos pensando en emboscar el castillo, pues tenemos una llave de acceso por una puerta secundaria al castillo que no está vigilada, pero para eso necesitaríamos más guerreros de vuestra parte. 

-O al menos eso es lo que la drow dice que dijo el orco... -añadió Groland en tono quisquilloso- ...justo antes de silenciarlo.

De un salto descendió del caballo y le entregó las riendas a Jerinor. Inmediatamente, se acercó al grupo formado por sus compañeros y la sacerdotisa.

-Si hubiéramos podido traer al orco e interrogarlo, quizás habríamos podido comprobar los datos -lanzó una mirada hostil a Arue,  aunque no dijo nada más-, pero no le habríamos sacado más. -Es lo que tenemos.- Con el factor sorpresa, nuestro acceso a una entrada desprotegida, deberíamos poder tomar el castillo. -Pero no te quitaré los ojos de encima ni un momento, mestiza.- Sólo hacen falta unos cuantos hombres y mujeres más, quizás media docena. ¿Dónde están el magistrado Arlen y el caballero Baran? Si queremos tomar el castillo, debemos hacerlo esta noche.

Groland no tenía nada de lo que acusar realmente a la drow, aunque sus sospechas hacia ella habían ido afianzándose en el camino desde el bosque. No la acusaría de traición, y tampoco podía asegurar que la información era falsa, pero si atacaban el castillo no perdería de vista a la drow. Fuera como fuera, el reciente combate le había dado confianza. Le daba igual trece que treinta orcos.

El paladin hablo despacio, en un tono bastante serio.

- Arue no es malvada. Sólo es que cree que los medios son más importante que los fines. Es un camino peligroso. Pero no creo que nos traicione.

Casi me río de Groland cuándo dijo que podríamos haberle sacado más información.

"Claro, es tan común hablar Orco que todo el mundo en Fairhill puede hacerlo, seguro."

Pero por otro lado tenía razón. En algo completamente diferente.

- Groland tiene razón en cuánto a lo del ataque. Lo mejor sería hacerlo antes de que el grupo general se percate de que la incursión por el Crisol ha fallado, ya que entonces se prepararían para defenderse. O peor, y pensando cómo un orco, vendrían a atacar Fairhill.

Escuché las palabras de Greinh sorprendida. No las compartía, pero no era por eso. Era simplemente teniendo en cuenta sus últimas palabras hacia mí. Y lo de la traición. ¿Tanto había afectado mi acto en su confianza?

- Los medios deben importar, si no la crueldad y la muerte reinarían en todas las calles de los reinos. Pero el fin siempre es importante para mí. - ¿No iba a acabar ese orco del mismo modo, en cualquier caso? -¿Qué importan los medios si no tienes un objetivo? Pero decidme, ¿Qué traición teméis? ¿Que os acuchille por la espalda, que os venda a los orcos, que os engañe enviandoNOS a una emboscada? Creedlo o no, tengo principios, y me gusta pensar que son bastante nobles. Además, fuisteis vosotros...bueno, más bien Brand, quién me pidió unirme y el hecho de ir a recuperar el Crisol fue casual. Es un poco rebuscada una acción como esa en este momento. - argumenté cómo pude. No era fácil después de lo ocurrido, y sabía que por mucho que lo intentase, esas palabras seguían saliendo de mí. Una semidrow, drow para muchos. Y los prejuicios siempre me habían perseguido. -Pero, si tanto os preocupa, decidid vosotros que queréis hacer, cuándo y cómo. Con o sin mí.

Ya una vez liberado de la carga del Crisol, Rashaniel se había apartado un poco mientras sus compañeros explicaban lo sucedido.

- Por favor - dijo, sin alzar la voz, no quería que la ira de sus compañeros pasara de Arue a él - No es momento de discutir esto... tenemos que ver si el Magistrado y el Capitán de la guardia quieren realizar una contraofensiva. Sacerdotisa, ¿se verán afectados los rituales por este suceso?

El paladin parecía concentrado en Arue, como si intentase leer su alma.

- No me has entendido, Arue. No apruebo tus métodos. Pero SÉ que no eres malvada. Y como dice Rashaniel, tenemos cosas más urgentes de que preocuparnos. Tu ayuda es tan importante como la de los demás. Sólo te pido que no actues ... así.

Entiendelo, la justicia es importante. Los atajos nos pueden hacer cruzar la linea que separa el bien y el mal.

viendo que al menos la cosa esta mas controlada, aunque cada uno conserva su postura, al menos están mas racionales, pero hay que dejar una cosa clara ante todos, ese culto debía desaparecer, no era un ladrón normal, o un grupo de bandidos que no tendrían nada para comer y la necesidad les había llevado a robar e incluso a matar, sino que era una banda de orcos controlada por un demonio muy poderoso, si ese culto aumentaba la región se vendría abajo y caería en el caos y la destrucción. - Compañeros, hasta ahora podríais dilucidar si dar tanta importancia a los medios como al fin, yo lo hago,y suelo ser tranquilo, pero ahora han entrado en juego fuerzas que no deben existir en Faerum, deben ser erradicadas todas y cada una de las hierbas que contaminan nuestro mundo, ese nacimiento de malas hierbas se llama culto del dios-DEMONIO! de Orus, una herejía! Y en este caso no hay redención posible para ellos, por lo que su destino es la muerte, el como mueran, me da igual, si lo mata Arue, o es Greinh, Groland, Brand, Rashaniel o yo. el fin es lo que me importa, acabar con ese culto y cualquier persona que lo procese. luego mirando a Shandrill y esperando que mis palabras calen en ella la digo: - Quizás necesitemos ayuda con esto. Alguna poción, o pergamino nos vendría de perillas, ya que anularíamos la destrucción de las cosechas definitivamente y eliminaríamos un culto dañino para esta región, eso bien merece un poco de esfuerzo por parte de todos ¿no?.

Groland comprobó con satisfacción que todos sus compañeros compartían su sensación de urgencia respecto al asalto al castillo. Este tipo fue realmente convincente, se dijo, echando un breve vistazo al Hathol.

Mientras tanto, Greinh y Arue se habían enzarzado en una estúpida discusión filosófica. Cómo son los paladines..., se dijo. ¡A ti también te importan más los medios que los fines, cabeza de lata!, interpeló mentalmente a Greinh. ¿O acaso tú no pusiste el actuar honorablemente con el orco por delante de la seguridad del pueblo? Groland era un hombre más sencillo que todo eso: unas veces le importaban los medios; otras, los fines... Realmente no pensaba mucho en ello. Confiaba en sus cálculos de las consecuencias de sus actos y en su -por así decirlo- intuición de lo correcto.

Simultáneamente, la defensa de la drow le había hecho dudar de sus sospechas. Quizás tenga razón, quizás sea un poco rebuscado pensar en una traición así por su parte... o por la de nadie..., reflexionó. ¡Bah! ¡Qué se yo! Si ya los elfos son raros, esta encima es una cruzada... ¡Y con sangre drow! Quién sabe cómo piensa. Sin embargo, no podía ignorar las palabras de Greinh: "SÉ que no eres malvada." ¿Lo sabía realmente? ¿Estaba tan seguro aquel paladín? Los paladines viven por su código... Su moral es su vida... Si Greinh dice que no es malvada...

¡NO!, se abroncó. ¡Groland hijo de Grogere, no te dejes engañar por una drow! ¡No iba a caer tan fácilmente! Lo que hizo en el bosque no tiene sentido... ¿Cómo confiar en ella? No obstante, todos sus compañeros parecían confiar más o menos en la hembra, así que no sería él quien impidiese el asalto...

En esto precisamente estaba pensando cuando escuchó la petición de Rizzen. ¡Cómo se le ha soltado la lengua al amigo!, pensó Groland frunciendo el ceño. Lo cierto es que desde la pelea en el bosque, el clérigo era un hombre nuevo, más temperamental, más religioso... ¡Y más pícaro!