Partida Rol por web

De diseño similar a la casa de Arlen, esta vivienda es ligeramente más pequeña, aunque bien conservada. Otra de las pocas construcciones de piedra del pueblo.

Actualmente, se dice que un grupo de aventureros se aloja aquí, con el permiso de Arlen, por supuesto.

MAPA DE LA CASA

No os cuesta nada llegar a la casa que el magistrado, en nombre del Pueblo de Fairhill, os ha cedido para que podáis albergaros allí. La casa está a los pies de la colina que en su parte más alta tiene la torre-vigía de Fairhill y cuartel de la guardia. A pocos metros comienza el camino que la sube, zigzageando con suavidad y un gran árbol da sombra a la casa por las mañanas, a la vez que la misma colina protege a la casa de los vientos del Noreste. 

Al llegar a ella podéis observar que es una bonita y recia casa de piedra, tal cual la casa de Arlen, que se encuentra unas decenas de metros más al sureste de vuestra posición*(desde donde estáis podéis ver la tapia de dos metros que rodea la casa de Arlen). La casa tiene dos pisos, cosa que deducís por las ventanas (cerradas) que se ven a unos tres metros más arriba de donde os encontráis. Las contraventanas son de madera y parecen ajustar bien a los marcos. Las ventanas de abajo tienen barras de metal protegiendo los cristales por la parte de fuera. El tejado, de doble-agua, tiene una chimenea. Al dar una vuelta a la vivienda para verla bien, observáis con curiosidad que en la parte de atrás, la que da a la colina, tiene una puerta de madera de aspecto recio que se abre desde fuera con la misma llave que lleváis. Al abrir, veis que se trata de un retrete**totalmente incomunicado con el resto de la casa, pero lo más curioso es que el retrete tiene una especie de canalización de piedra que proviene de la parte de arriba, y que comunica directamente con el agujero del retrete, de tal forma, que baja por un lateral de la pared y de ahí se introduce ligeramente en el agujero. Por la pared exterior, a la altura del suelo, podéis ver un tubo de hierro que recorre la pared y se introduce en la casa, hundiéndose en el suelo en la parte trasera de la casa, donde a no muchos metros de distancia podéis observar un pozo.  

La casa en general tiene un aspecto ciertamente rústico, con algo de musgo en ciertas zonas, hiedra en otras y algunas plantas sobresaliendo por algunas esquinas o paredes exteriores. Inclusive hay unas pocas macetas de piedra rodeando la casa, aproximadamente una en cada cara. Al abrir la puerta, el interior es cuanto menos curioso para vosotros. 

Una chimenea con un gran montón de leña a su lado y un par de atizadores, y una alfombra tejida a mano os reciben nada más abrir, con una sala de estar o comedor donde dos enormes sofás de estructura de madera y recubiertos de un cuero rojizo, rellenos con plumas o algo parecido, por su mullidez, rodean una gran mesa de madera pulida. Dos ventanas en la parte sur de la casa*** dejan entrar algo de luz, por lo que podéis ver que la casa en general necesita un repaso, pues está bastante llena de polvo, como si no hubiera sido usada desde hace un tiempo.  

La puerta que está justo enfrente de la entrada da a una cocina, donde diversos utensilios reposan colgados en las paredes (ollas, cacerolas, etc...) de clavos en un orden bastante meticuloso, y una gran cadena cuelga en una esquina, justo encima de una especie de trípode con un agujero en medio, donde, por las marcas, deducís que se pone leña para cocinar. Hay un gran banco para trabajar y un armario doble donde hay guardados más utensilios de cocina (bandejas, vasos, jarras, trapos, etc....) en una de las puertas y en la otra, ahora mismo, no hay nada, apenas unas pocas pieles de cebolla, que indican que eso hace las veces de "fresquera", donde se guarda la comida. Debajo del banco de piedra hay un pequeño montón de leña y en el mismo banco, y con un agujero debajo (una pila), hay un tubo con un curioso mecanismo. Dándole un par de veces a una palanca de hierro que hay al lado del tubo, ¡¡chorrea agua!!. El agua cae al agujero, que tiene un pequeño desagüe en la parte central.  

En el resto de la casa podéis observar que hay cuatro dormitorios con enormes camas dobles con edredones y almohadas rellenas de plumas, mesas de madera pulidas y armarios de pura madera maciza, vacíos, pero de aspecto impresionante. Aquí y allá hay algún retrato o pintura que le dan a la casa un aire aristocrático, adinerado. En la parte de arriba hay un descansillo donde hay otro sofá de las mismas características que los de abajo, y un cuarto que os llama mucho la atención. Es un cuarto de baño DENTRO de la casa. Al lado de una especie de asiento de piedra que no deja mucho para la imaginación en cuanto a su uso, podéis observar un cubo de madera lleno de agua y una pastilla de jabón algo usada. 

El joven mago se quedó embobado con una sonrisa de oreja a oreja en cuanto entró en la vivienda, y tras dejar su petate en el suelo junto a la puerta, comenzó a deambular para observar el lugar con todo lujo de detalles. La verdad era que era una de las primeras viviendas particulares que veía desde que había abandonado su hogar, y para el joven no tenía nada que envidiar a la estructura y decoración con que se había criado. Por supuesto, aquella casa señorial carecía de algunas de las técnicas avanzadas de arquitectura élfica, así como artilugios mágicos que facilitaban el día a día, como cristales imbuidos de luz. Sin embargo, suplía aquellas carencias con un ambiente muy cálido, y Rashaniel estaba convencido de que en cuanto se limpiara todo ese polvo y se encendiera la chimenea, sería un auténtico hogar.

- Es una auténtica delicia, ¿no creéis? Es el típico lugar donde uno querría acabar sus días – hablaba en alto, para quien quisiera escucharle, mientras posaba las manos en los edredones de plumas y disfrutaba con la sensación de hundirse en ellos - Si no tenéis preferencia, dormiré en la habitación con la ventana que da al pueblo...

La casa estaba realmente bien y el sistema del baño de la parte trasera era realmente impresionante para un pueblo. Yo había leído mucho en los libros sobre construcción y era un ingeniería hacer eso. De repente Rash comento que a el le gustaría el cuarto con la ventana que daba al pueblo. a lo que respondí: -Rash, por mi no hay inconveniente, yo por mi parte quisiera una de las habitaciones de arriba, aunque si hay que compartirla no me preocupa hacerlo con cualquiera de vosotros.

Groland se había formado una idea de la casa noble de Fairhill después de dormir una noche en su planta baja (aunque apenas se había fijado en nada) y de verla a lo lejos durante los últimos días. Al comprobar de cerca su espléndida fábrica, Groland se reafirmó en la idea de que la casa probablemente era usada para albergar a los personajes importantes que vinieran de visita o hicieran escala en el pueblo. “Algo que, por lo visto, no sucede desde hace bastante”, pensó mientras retiraba con la mano una capa de polvo de uno de los muebles.

El motivo por el que existía tal edificio en un pueblo como Fairhill era algo que se le escapaba, aunque ni habría pensado en ello de no ser por dos detalles extraños. El primero: una habitación cuya única función parecía ser la de servir de cagadero. “Qué excentricidad”, pensó el guerrero, recordando cómo en las casas en las que había vivido se las arreglaban con una bacinilla. “¿Por qué complicarse tanto?” Para hacerlo todo más incomprensible, en la habitación también encontraron un cubo y una pastilla de jabón. El otro detalle extraño, aunque sin duda mucho más práctico, era un sistema de tubos y palancas que permitía sacar agua de un pozo cercano y llevarla al interior de la casa sin moverse del sitio. Aquello le sonaba, sí, pero de los palacios en las grandes ciudades, no de un villorrio como aquel. “Qué cosa más fuera de lugar”, pensó desconcertado. Aquella impresión de lujo insólito se reforzó al ver los muebles de la casa. “¿De dónde diantres saca tanta riqueza este pueblo?”, volvió a pensar con incomodidad, recordando los excesos de la posada. De pronto le vino a la memoria una historia que le había contado un tipo de las compañías: era sobre un pueblo cuyo tiránico y acomodado señor había muerto repentinamente sin dejar descendencia y los aldeanos habían mantenidos la ficción de que seguía vivo para aprovecharse de sus riquezas y gobernarse a sí mismos. Groland se había tomado la historia por un chiste. Mirando los cuadros que colgaban de las paredes, el guerrero comenzaba a dudar.

Groland tiró sus cosas sobre la cama en una de las habitaciones y volvió al salón. Allí se encontró a Rash y Kerri, que también estaba alucinando con el sitio, aunque -al parecer- sin ninguna de las sospechas de su compañero.

—Una auténtica delicia, sí... —murmuró el guerrero observando con atención la estancia, buscando tal vez alguna pista que le hablara de lo que estaba pasando allí. Casi parecía que estuviera esperando que un orco saliera de algún rincón.

Después de unos instantes así, callado, los brazos en jarras, de pie para no sentarse en ninguno de aquellos asientos imposibles, Groland se dirigió a la puerta.

—Nos vemos más tarde —se despidió, acompañando las palabras con un movimiento de mano.

Y se largó.

- Uy sí, ¡yo también me voy, que tengo que ir a hacer recados! - dijo, saliendo tras el grandullón - Kerri, ¿puedes encargarte de la llave?

Sin esperar a que la clérigo respondiera, el mago salió corriendo dando pequeños saltitos como si de una doncella se tratara.

Tras pasear por la casa y admirarla, Groland y Rash salen de ella, aunque no parece que Kerri vaya a quedarse atrás, Brand parece haber llegado a la casa detrás vuestro, algo retrasado, pero seguro que sus orejas de Elfo le han permitido captar vuestra conversación. Parece haberse quedado impresionado en la entrada de la casa...quizás la última vez que estuvisteis aquí llegasteis de noche, sin casi luz y cansados y no pudisteis apreciar el esplendor de la morada. Ahora mismo, el Elfo parece ensimismado mirando a su alrededor, como si estuviera recordando tiempos mejores.....
 

-Bien, yo me encargo de la llave, pero me voy al mercado a hablar con el herrero, nos vemos luego termino diciendo mientras recojo la llave y salgo por la puerta después de haber dejado el petate en la sala.

Llegas a la casa sin ningún problema, pues está al lado del mercado. 

El aire señorial que tiene, junto a los muebles, la decreciente luz, y el silencio que invade la casa y los alrededores en éstos momentos, te hace ponerte un poco melancólica, pues no puedes evitar que te vengan a la memoria momentos de tu vida pasada en los que has andado por bibliotecas y lugares del saber que en elegancia y decoración no tenían nada que envidiar a éste lugar...incluso dirías que huele casi igual...ése polvo arraigado en el techo y muebles....ése olor a viejo. 

Tras un rato en la casa, unos golpes suaves, casi tímidos, te llaman la atención en la puerta principal. 

Al abrir, te encuentras con una niña de unos 12 años, morena y con dos coletas largas hasta sus hombros, con un vestido de buena calidad, de color azul con cenefas doradas, que te mira con los ojos muy abiertos. No dejas de apreciar el parecido que tiene con Faxlen.....

"Señora...soy Sirya, hija del magistrado, y me envía para avisaros que en breve estará la cena lista. Podéis acudir cuando queráis....." 

La niña ya ha dado el mensaje...pero parece dudar antes de irse. 

Me agacho a su altura y poniendo una mano en su hombro la digo:- Syria, gracias por el aviso, iremos en cuanto nos reunamos todos.
La sonrió calidamente como una amiga o una hermana y termino por decirla, Quieres preguntarme algo?

La muchacha sonríe tímidamente y parece algo más resuelta...."¿En verdad habéis acabado con los Orcos del Castillo del Vampiro? ¿Habéis visto al Vampiro? ¿Ha sido emocionante?"

Sus preguntas son hechas desde la juventud y el entusiasmo por saber, la curiosidad sana e inocente que, sin dudarlo, te recuerda de algún modo a tí misma cuando eras mucho más joven. 

La niña entra contigo a la casa, y se sienta en el sofá, esperando a que lleguen el resto. "Decidme, Señora....¡contadme por favor! ¿Cómo ha sido?"

Su mirada se clava en tí, bebiendo de cada gesto y cada palabra que sale de tus labios...

Tras realizar vuestras últimas pesquisas, os dirijisteis todos a la casa que os habían dejado ocupar como recompensa por el trabajo hecho hasta ahora. 

Al ir llegando, os encontrasteis unos a otros por el camino, unos saliendo de la taberna (Brand y Arue), otros retornando de la granja de Fendrin (Groland y Rash). 

Todos vosotros llegasteis a la casa contemplando como los guardias iluminaban los alrededores de la aldea con faroles encendidos, estableciendo un perímetro en la oscuridad, además de algún que otro farol en el interior del pueblo, para iluminar las calles. Pudisteis ver al menos dos patrullas de cinco hombres mientras volvíais, a la vez que en lo alto de la torre, encima de la colina, veíais algo de movimiento, como si hubieran también guardias allí arriba, vigilando. 

La puerta os la abrió una Kerri que estaba a punto de contestarle una pregunta a una niña sentada en el sofá, de unos 12 años de edad, con un parecido físico a Faxlen tremendo, morena y con dos coletas largas hasta sus hombros, con un vestido de buena calidad, de color azul con cenefas doradas, que os mira a todos con los ojos muy abiertos y una sonrisa muy sincera de felicidad "¿Sois los héroes? ¡Mi hermano me ha hablado de vosotros!....me encantaría ser como vosotros....ir de aventuras.....matar malos....aunque padre le ha dado una buena zurra a Fax....jijijiji...." 

Un Rashaniel algo apesadumbrado tras su regreso de la granja se mostró muy sorprendido al encontrarse con aquella niña en la vivienda. ¿Cómo había llegado allí? Sin embargo, su verborrea reveló con quién estaba emparentada, e imaginó que sería quien se encargaría de acompañarles hasta la casa del Magistrado para aquella cena que no habían podido rechazar. A sabiendas de que el más heróico de los presentes y el que más llamaba la atención era Groland, saludó con un suave ademán y se dejó caer en uno de aquellos cómodos sillones para reposar hasta la cena.

No me habían hecho gracia alguna los comentarios de la mediana. No sólo porque suponía cosas completamente erróneas, sino porque me había llamado puta con todas sus letras, seguramente creyendo que no la oía. ¿De qué iba? Sabía lo suficiente de la sociedad general como para ser consciente que llamar puta a alguien que no se dedicaba a la prostitución era un insulta que insinuaba que era ... ¿cómo lo llamaban? Una fresca con los hombres. ¿De dónde había sacado esa conclusión? ¿De una conversación con un compañero de batalla? ¿De mis ropas oscuras, prácticas y desgastadas? ¿De la capa que cubría mi pelo? Estúpida mediana.

Salí de mal humor junto a Brad antes de que la mediana volviese a abrir la boca y me reputación pasase de la de "héroe de Fairhill" a la de "asesina de medianas". 

- Estúpida posadera. - murmuré entre dientes mientras nos acercábamos a la casa del nomble, encontrándonos con otros por el camino. 

En la puerta, Kerri nos abrió y pude ver una niña que, sin dudas, era la hija del magistrado. "Sois los héroes", preguntaba. No le había sacado los dientes a puñetazos a la mediana, lo que suponía que quería decir que sí que seguía siendo uno de sus "héroes". Sin embargo, no contesté, y entré tras Rash, en silencio.

Estoy apunto de contestarle a Sirya la hija de l magistrado, cuando llaman a la puerta y abro a mis compañeros, la niña se pone eufórica, parece que las historias que le haya contado Faxlen, o la chica del herrero, o quien narices haya pasado por aquí han echo mella en ella y en su inocente cabecita, llenándola de grandeza, riqueza y fantasia, que poco o nada tenían que ver con la realidad. Así que me dispuse a volverla un poco mas real, sin quitar lo épico de la aventura por lo que la dije: - Sirya, pues, se podría decir que hemos expulsado a los Orcos, se nos escapo uno, pero seguramente daremos con el y libraremos a este mundo de un ser inmundo, Respecto al Vampiro, aun no lo hemos visto, y no se si nuestro encuentro seria tan afortunado que con el de los orcos, aunque ese tampoco fue muy bien para nosotros, pues cayeron varios de los que íbamos, A mi me tuvieron que arrancar de los brazos de la muerte, Por lo que en realidad no ha sido emocionante, ha sido muy peligroso, pero al final hemos beneficiado al pueblo que es lo que importa, ayudar a los demás querida niña. Y para que puedas ir de aventuras aun tendrás que aprender mucho, mejorar tus habilidades y entrenarlas una y otra vez, y cuando creas que estas preparada entrenar otra vez. Y nunca pienses que algo es fácil, siempre es mas complicado de lo que uno se puede imaginar. Y haciendo una pausa mientras miro la reacción de la niña digo:- Bueno que nos vamos a cenar?, mi barrigita me esta pidiendo comer algo.

Para cuando Rash y Groland llegaron a la casa, Kerri se hallaba embarcada en una extraña lección de heroísmo cuya única audiencia parecía ser una niña que resultó ser la hermana de Faxlen. “No tengo tiempo tiempo para esto”*, pensó, cuando en realidad lo que no tenía eran ganas de aquello.

—Oye... ehm... —comenzó, titubeante: no se le daban muy bien los críos.— Niña: ¿puedes ir a decirle a tu padre que vamos para allá...?

Lo que quería era que la chiquilla se largase y así poder contarles tranquilamente a los demás lo que había descubierto esa tarde. Después de la cena probablemente sería muy tarde para hablar de nada y no quería tampoco dejarlo para la mañana.

Quería comentarles, por ejemplo, que había estado hablando con el tabernero del Barril y la Jarra (donde se habían hospedado los aventureros con los que se había ido la hija del herrero), quien, por un módico precio, le había contado todo lo que sabía: que los aventureros eran un bardo humano rubiales, otro humano, un mestizo y un gnomo (¡pueblo exótico donde los haya!); que la hija de Voril había estado con ellos y parecía totalmente prendada del bardo; que el objetivo de esta gente era cruzar las Stoneheart para llegar a las ciudades al norte (Candelero, Puerta de Baldur, etc.); y que precisamente por el norte había estado desapareciendo gente últimamente (lejos del pueblo, probablemente nada que ver con la mantícora). También le diría a Kerri, a quien la había oído preguntar por enanos en el pueblo, que había unos pocos alojados ahora mismo en el Barril y la Jarra, aunque parecían más aventureros que artesanos.

También les explicaría lo que les había dicho Fendrin a Rash y a él acerca del ataque de la mantícora: que fue hace nada menos que seis meses (Groland se lo había imaginado más reciente) y lejos del pueblo, al norte, mientras recogían bayas. A ese respecto, tendría que contarles lo que el caballero Baran le había recomendado: NO enfrentarse a la mantícora a cielo abierto. Otra cosa que le había dicho el guerrera era que “la guardia no puede hacer caso a las historias de un borracho”. Aquello había confundido a Groland: ¿entonces era un borracho ya antes de que su mujer y su hijo desaparecieran? ¿No era que había caído presa del alcoholismo a raíz de su tragedia? ¿Qué sucedió: esperó semanas a contarlo? ¿Cómo explicaba entonces la guardia la desaparición de su familia? Fuera cual fuera la causa, ¿no era algo de lo que preocuparse? En fin: más cosas que no entendía del pueblo.

Finalmente, les enseñaría el mapa que había conseguido.

Sirya agachó ligeramente la cabeza mientras entrabais uno a uno a la casa, pues se había dado cuenta que el ambiente no estaba para "bollos". Pero sus ojos no dejaban de observar con intensidad los ropajes de cada uno de vosotros, mirandoos de arriba a abajo, suspirando profundamente de vez en cuando y sonriendo para sí. En cuanto Kerri se puso a hablar, Sirya le prestó toda su atención, bebiendo de sus palabras. Se notaba que la joven, pues aunque por su vestir parecía más pequeña de lo que en realidad era calculasteis que debía de tener entre 12 y 14 años aproximadamente, estaba extasiada con vuestra visión y sobretodo, con las palabras de Kerri. Apropiadamente dejó de sonreir, poniendose seria cuando Kerri mencionó a los caídos..."si....Hathol....me lo dijo Fax..." musitó suavemente, sin llegar a interrumpir a su interlocutora. La niña asentía una y otra vez a todos los consejos de Kerri...."...sí...sí....he practicado...cuando Fax no me veía, les espiaba a él y a Lannet, mientras practicaban, y luego practicaba yo, pero tenéis razón, aún me queda mucho por aprender...por ver." dice, cuando Kerri termina..."La cena estará lista en un rato pequeño...podéis venir cuando queráis..." 

Groland le pide que se adelante para avisar a su padre. La reacción de Sirya es inmediata...."Claro Groland. ¡¡ Ya voy !! ¡No tardéis por favor!". Sirya sale corriendo por la puerta, al llegar a la misma, para en seco su carrera, dando pequeños botes sobre sus pies, mirando de reojo al grupo, con una sonrisa, se abalanza sobre el sorprendido Groland, le planta un beso en la mejilla y sale corriendo con ambas mejillas coloradas, mientras grita en la noche..."¡¡Gracias por traer a mi hermano de vuelta, valeroso Guerrero!!"

Unos segundos después, dejáis de escuchar su precipitada carrera.....y Groland os cuenta diversas cosas...

Fortalecido por las sagradas artes de la sacerdotisa de Freya, Rashaniel regresó junto a sus compañeros a la vivienda que les habían asignado - o más bien, regalado - en la villa de Fairhill. Parecía que hubieran pasado meses desde que estuvieron allí la última vez, aunque en realidad había sido mucho menos. Con un suspiro de satisfacción, se sentó en la mesa de gruesa madera y empezó el laborioso y pesado trabajo de catalogar y envasar los ingredientes que había recopilado durante sus últimas aventuras. Dispuso una fila de pequeños viales donde fue metiendo sangre, pelo y otros elementos. No tardó el joven mago en convertirse en una versión mucho más sangrienta de sí mismo.