Partida Rol por web

Eulendileas vio cómo su escarabajo se encargaba de todo el trabajo y cómo desaparecía. Recogió la antorcha que había creado y siguió caminando.

La decoración no le impresionó. Le parecía fea y deforme, como los orcos. Tanta pintura y escultura sólo servía para molestar y que se cayera sobre alguien en caso de combate. Pero no era el momento.

Las opciones estaban clara. No podía volver a subir, era una pérdida de tiempo. Esa habitación contígua quizá ocultaba algo, pero seguramente los aventureros (o los tesoros) estaban más abajo. Y ese era su destino.

Tras descender a otra habitación octogonal de 50' de diámetro, os percatáis que el techo abovedado se alza hasta los 20' y que los muros están cubiertos con murales que muestras ejércitos orcos marchando a la batalla. Unos nichos poco profundos contienen cuatro estatuas de orgullosos guerreros orcos soplando cuernos.

Tres cámaras de 20' de profundidad se separan de la habitación central hacia el oeste; el norte y el este, y parecen contener sarcófagos puestos de pie en nichos.

El agua mana a raudales de fisuras naturales en el anexo occidental, y en el nicho de la estatua del noroeste, fluyendo hacia la chimenea central de 20' de diámetro, donde forma dos potentes cascadas que se hunden en el abismo oscuro.  El sonido del agua estrellándose contra algo asciende desde las profundidades.

Las mismas escaleras por donde habíais descendido continuaban haciéndolo para adentrarse en las profundidades de aquel siniestro lugar.

Cuidado! Ese es alguna especie de clerigo -susurro Jed. Se ha lanzado un conjuro potenciador. Nos conviene retrasar el combate hasta que se le pase el efecto.

Jed miro a aquellos dos con animadversion pero con su habitual parsimonia mientras dejaba que sus compañeros lo sobrepasaran para quedar en la retaguardia.

-Venimos por un trabajo. Y vosotros? Que haceis aqui? Trabajais para los orcos?

- Espero que no sea así - completó el mediano mientras se acercaba a la puerta, balanceando la pequeña guja sobre su cabeza - Porque los orcos no nos caen simpáticos -

Casi inconscientemente, Zurkor ingreso a la habitación y apoyó su espalda en una de las paredes, midiendo la altura de la misma por si debia "trepar" por la misma

No le gustaba nada lo que veía, pero una misión era una misión. Además, el extra de robarles tesoros a esos orcos le gustaba, así que decidió avanzar.

Su instinto saqueador le decía que continuara por cada una de las criptas, pero antes, desde luego, investigaría esa sala.

Otra cámara octogonal de 50' de diámetro os recibe, con su techo abovedado alzándose a 20' por encima de vuestras cabezas. 

Dos cataratas caen a través de la chimenea de 20' de ancho que se inicia en el techo y cruzan a través de un orificio similar excavado en el suelo, para ir a estrellarse a gran distancia en las profundidades.

Los muros de este lugar están adornados con frescos que muestran legiones de orcos masacrando a humanos, elfos y enanos en el campo de batalla, e incendiando varios castillos y asentamientos. 

Unos nichos poco profundos contienen cuatro estatuas de guerreros orcos en actitud de rugir mientras sostienen hachas dobles.

En el centro de los muros oeste, norte y este hay puertas de doble hoja y en el lado sur puede verse una estrecha escalera descendente que es por donde habéis llegado. Hay runas orcas gravadas en las puertas occidentales.

Un par de orcos junto a un huargo te reciben nada más bajas por las escaleras.

Antes de alcanzar la puerta del final del pasillo, os dais cuenta de que un grupo de personas que no eran orcos se encontraban hablando tranquilamente en una de las habitaciones. 

Mi nombre es Livikus, Livikus Arzhantar, no trabajamos para ellos, simplemente hemos venido a investigar. A nosotros tampoco nos gustan los orcos, al menos no estros precisamente. ¿Y vosotros qué hacéis aquí? ¿También habéis venido a investigar? ¿Qué habéis averiguado?

Cuando os dais la vuelta, os dais cuenta de que a pesar de que Fausto, Eulendileas y Demetrio habían desaparecido, había un nuevo grupo de aventureros que también había decidido ir a investigar el lugar. Quizá entre todos podrían llegar a averiguar donde se encontraban los aventureros raptados.

Dreyden mandó una reprimenda mental a través de su vínculo a Kell, que no le había avisado de aquella intormisión. El halcón agachó la cabeza pero tardó poco en levantarla de nuevo, tan orgulloso como siempre.

El mago se relajó cuando escuchó que aquellos otros humanos eran aliados.

-Uf! Una alegría encontraros, entonces. Nosotros hemos venido para rescatar a unos jóvenes desaparecidos. Hemos seguido sus huellas desde Melvont hasta aquí. Estamos buscando las mazmorras. Por cierto, me llamo Dreyden. Jedemiah Dreyden. Pero podeis llamarme Jed.

El mediano mira al nuevo grupo sin estar seguro de si debe confiar en ellos o no, aunque no puede negar que no parecen ser orcos ni parecen estar aliados con ellos

- Y como sabemos que no nos estáis mintiendo? - pregunta sin soltar su pequeña guja - No me gustaría que nos intentarais guiar a una emboscada - comenta - En este sitio todo parece posible - completa dudando si incluir a los presentes en su aura de poder

- Además acabáis de llamar a este lugar "nuestros aposentos". Eso, reconozco que no me da mucha confianza - añade observando con atención las acciones de los desconocidos ante sus palabras

Oh... se le escapó a Eulendileas al ver el recibimiento. La decoración desagradable de la cámara ya era secundario. La presencia de los dos orcos y el huargo le hizo perder parte de su confianza, pero rápidamente volvió a él. Era un mediano, y ellos eran su enemigo natural. No había tiempo para escapar ni buscar refuerzos. Era momento de, o bien acabar con ellos, o bien morir como un héroe.

Aunque claro, la mente traviesa de los medianos siempre iba un paso más allá. Y empezó a hablar en orco

Kursk soy, y a esta escoria elegir para hablar porque orcos alejados de mi. Pequeños pero poderosos enemigos en este sitio hay. No tomar a broma, estar en peligro.

No os lo tomeis a mal, pero es extraño encontrar aquí a gente hablando tranquilamente con tanto enemigo alrededor...

El hombre rubio no quitaba su mano del latigo y miraba a los hombres con desconfianza.

Sin embargo no sois orcos, así que si queremos sacar a esos jovenes de aquí... tendremos que cooperar.

Efectivamente, estos son nuestros aposentos pues no todos los que hemos venido aquí somos orcos, pero tampoco hemos venido en calidad de intrusos, sino que somos espías. Dijo mirando al grupo que acababa de llegar. Hemos venido a infiltrarnos para ver qué es lo que está sucediendo. Ellos piensan que venimos a entregar un presente para Zhrull, pero se equivocaban, hemos venido para informarnos de lo que está sucediendo aquí y valorar la magnitud de todo lo que está sucediendo. 

¿Vosotros decís que habéis venido aquí a buscar a unos aventureros desaparecidos? Eso pinta mal. Dadlos por muertos, seguro que estos orcos se han cruzado en su camino y han acabado con ellos. Son muchos los que hay en esta ciudadela, y no sé cómo habéis logrado no llamar la atención de ellos, especialmente del draco que hay en el patio. Dijo mirando de nuevo hacia el nuevo grupo.

Desgraciadamente para Eulendileas su chanza no coló y los orcos que tenían frente a él no dudaron ni un momento en atacarle. Pero el mediano era ágil y capaz de esquivar sus clavas, pero la dentellada del huargo ya fue demasiado para él y no fue capaz de evitarla, así que sintió como sus colmillos se clavaban en su brazo y le hacían bastante daño.

Dreyden miró a un lado y a otro y se aseguró de que Kell estuviera vigilando los pasillos a través de su vínculo. Después, contestó.

-No son aventureros. Son crios. El padre de uno de ellos nos encargó encontrarlo. Seguimos sus pasos hasta que encontramos pruebas de haber sido raptados por los orcos. No hemos encontrado ni su cuerpo ni evidencias de su muerte hasta aquí y hemos venido siguiendo su rastro. Vivos o muertos están aquí y sus padres querrán recuperarlos para amarlo o para enterrarlos. 

Pareceis personas de bien, me lo dice mi instinto. Los planes son como todo en esta vida, mutables... el cambio es parte de mi vida y de las vuestras y abrazándolo es como conseguiremos sobrevivir. Uníos a nosotros en nuestra misión y escapemos juntos de este lugar impío. Después, nuestras ciudades pueden unirse para acabar con este maldito enclave del mal.

- Espías? Zhrull? - el mediano observa a quien les ha dado dicha información sin tener claro exactamente a que se refiere - Eso significa que son amigos de los orcos? - pregunta sorprendido - O que se finjen amigos para engañarlos. O que... algo así - finaliza con las ideas totalmente mezcladas

- Respecto a porque no nos vieron? Bueno, es que somos buenos en lo que hacemos - acota dándose aires - Pero seguimos sin saber donde están esos críos. Como dice mi amigo Jed, si nos ayudáis a encontrarlos, esperemos vivos, os ayudaremos a salir de aquí. O defendernos, si es que resulta necesario hacerlo. NO solo del Draco, hay infinidad de orcos en la sala principal - agrega

Tras una pausa, pregunta como al pasar - Por cierto, vosotros habéis venido todos juntos? Porque algunos hablan de espías y otros de "esos jóvenes" que pensé eran los proyectos de aventureros que buscamos nosotros -