Partida Rol por web

Aquellas escaleras secretas os llevan hacia una gran habitación que está básicamente vacía de escombros y pedruscos como todas las anteriores con las que os habíais topado. De hecho parece como si se hubiera limpiado a conciencia. En el centro de la habitación hay una sábana sobre la que hay esparcidos una serie de objetos extraños. 

No muy lejos de allí hay una linterna en el suelo que ilumina la habitación. 

Justo en aquel momento en el que llegasteis pudisteis ver lo que parecía un pequeño desfile de seis esqueletos que se estaban moviendo de la habitación que había en el sur a la otra habitación que había en el este. Segundos después, un esqueleto que duplicaba el tamaño al de los demás ponía el broche final al grupo.

Junto a ellos había una pareja, un hombre y una mujer junto a lo que parecían ser dos gnolls. La mujer, comandaba a los muertos vivientes dirigiéndolos de una sala a la otra como preparándose para algo.

Cuando el último de los esqueletos, es decir, el más grande, se marchó a la sala pudisteis escuchar la conversación que se desarrolló:

- No te preocupes -  Le decía al hombre que estaba junto a ella. - Si me dices que ya habéis acabado con el dragón todo resultará más fácil ahora mismo. Además, estas criaturas nos ayudarán a proteger los objetos. Así que no temas, acabarán con esos intrusos. Y por el resto, no te preocupes, seguro que el resto de necrófagos que hay acabarán con ellos.

Pero la respuesta que escuchásteis os sorprendió por la parte de quien venía.

No os lo podíais creer, el hombre que estaba junto a ella era Chatrilon, el hombre que os había acompañado junto a Medialuna todo el rato y que os había ayudado, en parte, a acabar con el dragón. Aquel hombre estaba hablando con la mujer como si la conociera de toda la vida.

Ahora que os fijabais bien, los dos gnolls iban vestidos con la misma capa negra que la mujer, pero Unosh no la llevaba puesta.

- No les subestimes, Gren. Suponen un grave peligro, ellos han terminado con el dragón y son capaces de hacer cualquier cosa. No pensaba que fueran a formar un grupo tan poderoso, pero parece ser que sí. Afortunadamente en este tiempo junto a ellos me ha dado tiempo a estudiar ...

De pronto Unosh miró hacia donde estabais vosotros escuchando, como si hubiera oído algo.

- ¿Has oído eso?

El paladín miro a sus compañeros e hizo un gesto de aprobación, luego con su espada desenfundada y su escudo presto para el combate dio un paso hacia los maléficos nigromantes mirando fíjamente a Chatrilon, del que nunca se fió por su aura de mal, "¡Y luego siempre dicen que no pasa nada que debo ser más permisivo con los malvados...Ahí estaba la prueba!":

- Bueno Chatrilon Unosh, al fin una prueba de tu malvada influencia de allá por donde pasas, la prueba definitiva para juzgarte por nigromante y confabular contra los honrados aventureros. No se quien es tu amiga pero levantar esqueletos es suficiente para declararla culpable también. ¡Así que rendíos ahora o morid y acabad en el infierno, que Heironeous acabe con vosotros con rapidez!

Talindra puede ver un leve resplandor. Hace una señal al paladín y comienzan a bajar despacio tratando de que sus pisadas no reverberaran. Durante el ascenso puedo oir voces. Pudieron bajar justo a tiempo para ver toda la escena. Escuchó la conversación y clavó la mirada en los ojos del paladín. Su mano izquierda sujetaba con fuerza el arco, esperó.

Rapidamente al oir las voces, corro a esconderme tras unos escombros apretandome contra una oquedad en la pared.

pendiente de la conversacion una mueca de desprecio aparece en mi ya feo rostro ante la situacion. nos superan en numero y el paladin lejos de pensar en la estrategia y la sorpresa delata nuestra posicion exigiendo una rendicion que se que no va a llegar

Siete esqueletos, dos gnolls, dos humanos. Once en total contra cuatro y Talindra sin conjuros y con un arco que no es muy util contra los esqueletos

ese pensamiento era un poco desesperanzador.

Tal vez no sea tarde y debamos retirarnos y reunirnos con el resto del grupo aunque no creo que Xaod acceda

Ante el ruido, Galimatías iba a esconderse. Plegó sus alas y se dirigía a la pared, pero Xaod decidió dar cara al que parecía ser un traidor.

Galimatías se debatió entre mantenerse escondido y salir a respaldar a Xaod. Optó por lo último. Era un hombre que luchaba contra el mal, al igual que Galimatías, y no le iba a dejar solo.

Extendió sus alas y se situó tras Xaod.

- Decidle a vuestros compañeros que salgan. Estoy completamente seguro de que el mediano aquel horroroso y Talindra iba con vosotros. Así que decidles que se muestren.

- Mi amiga es Gren, esto son los estúpidos entrometidos de los que te hablé. Al menos ellos han ayudado a que podáis escapar de aquí, ahora ya no sirven para nada. Con suerte, ahora que están separados logremos acabar con ellos con más facilidad. Gren ten cuidado, porque aunque parezca mentira no son nada debiluchos. Sobre todo Xaod, fue un inepto contra el dragón, pero es posible que nos de más problemas de lo que esperamos.

Dijo mientras desenfundaba su varita mágica.

La mujer tan solo asintió después de las palabras de vuestro ex aliado, después hizo un gesto a los gnolls y os señaló. Los esqueletos parecían estar en la habitación contigua, por lo que la lucha parecía ser que podría estar igualada, cuatro contra cuatro.

Los gnolls desenfundaron también sus armas y Gren hizo lo mismo.

¡Adelante!

Galimatías extendió las alas dispuesto al combate. Pero, a pesar de que estaban igualados en número, pensó que si podía hacer que uno de ellos huyera, tendrían ventajas.

Como si sus ojos se iluminaran, miró a uno de los gnoll

¡Huye! gritó, lanzando un conjuro sobre la criatura

Mierda, un bocazas, un traidor, y varios locos. parece un chiste....

Dudando entre quedarme y largarme, espero pacientemente a que las criaturas pasen por mi lado tratando de golpearlas. Agudizo mi oido esperando que puedan caer rapido y enfrentarnos a los mas peligrosos en superioridad numerica aunque se que es dificil

Xaod, más que verlo, que era imposible por que tenía sus ojos fijos osbre sus enemigos, notó como algunos de sus "aliados" no aprovaba su acción de mostrarse e iniciar un combate singular para errradicar el mal y acabar con aquellos traidores, pero poco podían imaginar que un paladín no está versado en las artes del subterfugio, ya que siempre van con la verdad y el honor por delante. Hasta la muerte, que ha muchos les llegaba antes de hora, pero siempre en acto heróico.

Tras las palabras de Chatrilon el traidor y de Gren la nigromante, Xaod esperó a los gnolls y pensó que si se mantenían unidos podían superar aquel encuentro con soltura, ya que los dioses, estaban con ellos.

Talindra sintió la necesidad de lanzar una maldición. Era buena la idea de retirarnos, nos superaban en número y era sensato buscar ayuda. No obstante el paladín, siguiendo su impulso de la búsqueda de la justicia había echado a perder la oportunidad de buscar refuerzo. Ella también buscaba la justicia pero la impaciencia no era una buena virtud y de nada serviría apelar las buenas intenciones si iban a morir allí mismo. Sin salir de su escondrijo se colocó buscando buena cobertura y un lugar para disparar. Apuntó con su arco al traidor de Chatrilon. Colocó una flecha y tensó la cuerda del arco.

Ante la mirada de todos, Chatrilon pronunció unas palabras y de la misma forma que hizo contra el dragón se desvaneció de la sala siendo prácticamente imposible locarlizarle. Después Galimatías murmuró de nuevo otras palabras y gritó "¡Huye!" pero de nada sirvió, puesto que los gnolls permanecieron allí sin inmutarse.

Questin se mantuvo escondido y buscando un hueco donde clavar su daga pero no había manera, sus enemigos estaban demasiado lejos por lo que sus acciones de poco servirían.

Los gnolls no dudaron ni un solo segundo en tomar una posición de flanqueo al paladín y así beneficiarse de ella. Ambas criaturas atacaron con sus hachas de batalla pero no lograron atravesar sus férreas defensas, desgraciadamente Xaod se tuvo que preocupar más en esquivar los golpes que en asestarlos él, por lo que los hombres-hiena se libraron de un gran golpe.

Gren retrocedió algunos pasos y comenzó a murmurar algunas palabras, aunque a la vista de todos quedó que no hubo efecto alguno. La mujer se había acercado a la habitación donde antes habíais visto entrar a los esqueletos.

Talindra no se vio con fuerzas para reaccionar en aquel momento por lo que siguió escondida detrás de la puerta planteándose sus posibilidades de actuación.

Xaod viéndose rodeado por dos hombres hiena levanta su espada lanzando un golpe al gnoll 1 con la intención de desembarazarse de él, luego se mueve para evitar el flanqueo aprovechando el terreno y la situación.

Te has ganado solo ser la diana de sus ataques

Me acerco por detras de mi enemigo aprovechando que centra su atencion en el paladin para colarme a traves de sus defensas y golpear con mi pequeña arma

Galimatías no se sorprendió porque su magia fallara. A veces los dioses eran caprichosos, y preferían verlo luchar con su cuerpo.

Buscó con rapidez un flanqueo contra los rivales de Xaos. Una vez situado, golpeó con su ala derecha, pero falló

Xaod no se dio cuenta, le había perdido de vista y eso le hizo completamente vulnerable al ataque de Chatrilon que al estar invisible logró clavarle su estoque en la parte trasera de su cuello. El paladín cayó al suelo practicamente inerte y desangrándose. Ahora el vil asesino mostraba su posición pues el conjuro de invisibilidad que se había lanzado había perdido sus efectos tras el ataque.

Galimatías sorprendido ante la situación se sintió asustado y en un intento de retroceder sobre sus pasos resbaló y cayó al suelo quedando a merced de los atacantes.

Ni Galimatías ni Xaod estaban en posición para ayudar a Questin a encajar un golpe furtivo por lo que no tuvo éxito en encajar un buen apuñalamiento a su rival. Así que, ahora que el feo mediano se había mostrado ante todos, que el hombre pájaro estaba en el suelo y que el paladín parecía no suponer ningún tipo de peligro para los gnolls, decidieron atacarle a él, por lo que le rodearon y le golpearon con sus hachas hiriéndole en los costados.

Mientras tanto Xaod se desangraba tendido en el suelo, pocas eran sus esperanzas, aunque por suerte Talindra podría hacer algo por ayudarle, si es que todavía conservaba algún conjuro u objeto que pudiera devolverle energías, pero algo había hecho la mujer en su mente que la tenía manipulada. Así que sin querer, Talindra no pudo evitar soltar su arma y así evitar que disparase. La clérigo continuaba mirando a sus oponentes estando bien cerca de la puerta, sin duda desde allí contemplaba las bestias inertes que había convocado. A cualquier voz, aquellos seres podrían obedecerla y salir en su contra.