Partida Rol por web

[ELdG] Sunny Tear Sanitarium

Interludio: las horas con Aubrey

Cargando editor
16/05/2018, 12:19
Aubrey

¡Espera, completa desconocida! ¡Voy contigo!-una de las locas se tiró también al agujero, persiguiendo a Isabela.

Lo principal nada más caer sobre los tablones del piso intermedio era rodar, alejarse de la vertical, saliéndose de la linea de visión de cualquier conjuro que trataran de lanzar a las dos fugitivas.

Al norte se vislumbraba claridad. Bianca recordó los baños de la planta intermedia, con la puerta abierta al pasillo y la ventana que daba al patio interior, podría ser la explicación a la fuente de luz.

Al este y al oeste se extendía un corredor oscuro, dando una segunda y una tercera vía de escape.

Entonces Aubrey cayó junto a ella, lastimándose el tobillo. Como un perrillo faldero, la segunda loca cojeó siguiendo a Bianca por la dirección que había escogido para huír.

- Tiradas (2)
Cargando editor
16/05/2018, 21:30
Mademoiselle Bianca

Me arrojo por el agujero y croqueteo por el suelo tan pronto como hago contacto con él. Lo primero que uno tiene que aprender al saltar es a saber caer, pero no cuento con que todos mis perseguidores sepan hacerlo. Uno de ellos se tira por el agujero tras de mí y aterriza pesadamente a mis espaldas. Es casi un milagro que no haya sido sobre mis espaldas.

Me pongo en cuclillas rápidamente y desenvaino la daga plateada que cuelga de mi cintura, preparada para defenderme del ataque pero éste no se produce.

Mi perseguidora no es la déspota santurrona, ni su amiga la bocazas de nariz aplastada. Es una chica de ojos saltones que parece dispuesta a vender incluso a su propio bebé por unas piezas de cobre. Me gusta la clase de lealtad que se puede comprar con unas pocas monedas y yo acabo de acrecentar notablemente mi patrimonio.

—¿Estás bien? —me intereso, tendiéndole mi mano izquierda para ayudarla a levantarse y devolviendo con la diestra la daga a su vaina— Vamos, arriba, antes de que a alguno de los otros les dé por perseguirnos.

Miro a mi alrededor en busca de los no-muertos. No los veo pero eso no significa que vayan a estar ausentes mucho tiempo. ¡Pobre Vlad! Me encantaría ir a buscarle y descubrir qué ha pasado con él, pero no estoy segura de querer enfrentarme a los muertos vivientes sin más armas que mi cuchillo. Tampoco estoy segura de saber cómo llegar incluso aunque estuviese mejor pertrechada.

—Perdona, no recuerdo cómo te llamas. ¿Alguna idea de por dónde ir? Ahora mismo casi cualquier cosa es mejor que quedarse aquí.

Cargando editor
18/05/2018, 08:46
Aubrey

Claro que te acuerdas de mi nombre. ¡Soy yo! ¡Aubrey! La adorable bocazas. Hija de Jacob y Susan. Teníamos una granja al lado de la de tu familia. ¡Éramos vecinas! Tu padre siempre envidiaba al mío porque tu casa era muy pobretona. Teníamos un perro en la finca, ¿te acuerdas del perro?

Aubrey fantaseaba. O quizás no, quizás ella conocía el pasado de Bianca, y podía ayudarla para recuperar la memoria. Pero al contrario que cuando encontró sus cosas, o la capa de piel en la torre, la presencia de Aubrey no le rememoraba nada del pasado. Además, estaba el hecho de que segundos antes la había llamado completa desconocida.

Sé exactamente por dónde ir. Sígueme.

Casi podría interpretarse que Aubrey estaba cogiendo un camino al azar. Palparon en la oscuridad hasta encontrar una puerta. Al abrirla encontraron una habitación con lagartos azules enjaulados, del tamaño de una gallina, dormidos o lo suficientemente adormilados a estas horas de la mañana como para no prestar atención a las recién llegadas. Las jaulas contaban con un pequeño gancho en la parte superior, en el que podía encajarse un extremo de la pértiga que había apoyada contra la pared. Eso permitía transportar las jaulas sin tocarlas. En el suelo había varios canastos con lechuga y cubos con agua dónde nadaban sanguijuelas negras que no le despertaban a Bianca buenos recuerdos. Acababan de desayunar la comida conjurada por Leiath, así que los bichos no despertaban el apetito de ninguna de las dos féminas.

Qué raro... juraría que era por aquí. ¡Esto es cosa del Doctor Rehner, que siempre está cambiando las habitaciones de sitio!

Una ventana de diez pies de ancho y solo uno de alto, a la altura de un hombre alto, iluminaba tibiamente la habitación con la luz de la mañana: ya había amanecido. Esa misma luz cruzaba el umbral hasta el pasillo e iluminaba una segunda puerta justo en frente de la habitación de los reptiles.

El pasillo continuaba un poco más, mostrando una tercera y una cuarta puerta que explorar.

- Tiradas (1)
Cargando editor
18/05/2018, 21:13
Mademoiselle Bianca

Frunzo el ceño en un esfuerzo por recordar lo que me cuenta mi nueva-vieja amiga. Lo cierto es que lo del perro me quiere sonar así que debe ser cierto. Decido que quiero creerlo.

—Claro que me acuerdo, el perro... un mastín grandote con ojos tiernos, ¿a que sí? Me alegro de que estés aquí, Aubrey. Es decir... siento que estés aquí... este sitio es horrible pero mucho mejor contigo que sola.

La verdad es que es un alivio tenerla a mi lado, se la ve tan segura de sí misma y tan confianda de conocer dónde se encuentra la salida que escojo confiar en su criterio. Total, su sentido de la orientación no puede ser peor que el mío.

Pero me equivoco y resulta que sí que puede. Chillo como una rata en cuanto veo a las sanguijuelas.

«¡Morid putas sabandijas! —pienso, agarrando la pértiga para introducir las jaulas de los lagartos en los cubos de agua donde flotan esas malditas chupasangre—. A ver si os matáis entre vosotros.»

No me espero a ver quién gana el duelo entre criaturas repugnantes porque parece bastante claro. En lugar de eso, señalo al estrecho ventanuco situado sobre nuestras cabezas.

—¿Crees que puedes auparme hasta ahí arriba para echarle un vistazo al otro lado y ver qué hay allí? —pregunto esperanzada a mi encantadora vecina de ojos de huevo.

Cargando editor
20/05/2018, 21:07
Aubrey

¿Qué? No. No era un mastín. ¿A tí que coño te pasa? Era un perro siamés rosa. Mira, si te vas a poner a hablar en ese plan va a ser mejor que... ¿Qué vas a hacer con esa jaula? Jujujuju... eres perversa.

Al principio, el lagarto azul sacó el morro entre los barrotes y se comió una sanguijuela de un bocado. Pero a medida que el nivel del agua superaba el suelo de la jaula, las sabandijas se pegaron a su piel para succionar la sangre. El pobre reptil lanzó un quejido de sufrimiento, y luego se formó una corriente eléctrica en las escamas que se propagó por el agua y por los bichos que nadaban en ella. El lagarto azul ganó el duelo.

Ju. Tienes una personalidad electrizante. Y eres un lagarto feo y asqueroso. Te llamaré lagarto electrizante. O mejor Tom. Te llamaré Tom.

Tuvieron que alejar las jaulas de la pared con la pértiga para no pasar cerca de esos lagartos electrizantes. Aubrey entrecruzó las manos para formar un peldaño, y Bianca tomó impulso para ver a través de la ventana...

Un camino flanqueado por pinares descendía por la ladera hasta un gran pueblo a lo lejos. Bianca sabía que era por la mañana, y las sombras de los árboles se proyectaban en el sendero de izquierda a derecha, así que concluyó que estaba mirando al sur. Ninguna celda de locos daba hacia el sur, era la primera vez que veía ese paisaje. O por lo menos la primera vez que recordase.

Hacia abajo había unos veinte pies de caída. Se podía hacer bastante daño, pero aunque la ventana solo midiese un pie de alto, Bianca era delgada y la comida escasa del Sanitarium, líquida y tomada por pajita, la había dejado en los huesos. Podría intentar colarse por el hueco y salir al exterior.

Deslizó la ventana por el marco para abrirla, y saco un brazo al exterior...

¡Plof!

Bianca tocaba algo sólido. Una superficie vertical invisible. Era la segunda vez que le ocurría, ya que cuatro horas antes, cuando estaba encerrada con Vladimir mientras una horda de pacientes posesos intentaba entrar en la celda, había derramado algo de orina entre unos barrotes manchando otra pared vertical, solo que al oeste del edificio.

La distancia entre el muro invisible y el edificio no era lo suficientemente amplia como para bajar, ni para moverse por la cornisa. Aubrey y Bianca tendrían que encontrar otro modo de escapar.

Cargando editor
25/05/2018, 21:39
Mademoiselle Bianca

Por entretenidos que resulten los chisporroteos de los lagartos, me da miedo que cualquiera de los peligros de este lugar nos encuentren aquí ociosas a Aubrey y a mí. Rehner, los no muertos, los Viajeros de las Brumas o como se llamen... y temo que mi encantadora compañera pueda sufrir una suerte tan ingrata como la de mi amigo Vlad.

Me encaramo a la ventana y siento que casi pyedo tocar la libertad con la palma de la mano. Casi. ¡Qué cristal tan alucinante, que ni se ve! Tan alucinante como molesto, porque ya pensaba que las dos podríamos escapar por el ventanuco a pesar de la distancia que lo separa del suelo.

—¡Qué fastidio! Parece que nos hemos equivocado con la salida. Estoy más perdida que la mamá de Marco. Digo... de Tom. Ala, cógelo que nos vamos.

Sin esperar su respuesta, echo a andar en dirección opuesta a la ventana. Tal vez tengamos más suerte con el cristal invisible yendo hacia el norte.

Cargando editor
26/05/2018, 08:56
Aubrey

Ignorando las dos puertas de más al este, Bianca, Aubrey y Tom (este último en la jaula del extremo de la pértiga de Aubrey) cruzaron la puerta norte...

Joder... ¿Has visto el papel pintado de las paredes de este sitio? Rehner está hecho todo un pederasta. Seguramente esta fue la habitación de Sunny hasta que el Doctor la trasladó al desván para hacer sitio a más salas de tratamiento.

La habitación estaba vacía, salvo por el pequeño detalle de una silla con amarres para las muñecas y los tobillos, y por un galán de noche metálico tras la silla. Del galán de noche colgaba un diapasón.

No contaban con más luz que la que les llegaba desde la ventana de la habitación de los lagartos azules. En cuanto sus ojos se acostumbraron percibieron la existencia de otra puerta, más oscura que los tonos pastel de la decoración de las paredes. Aubrey se acercó a explorar, asomando la cabeza por la siguiente puerta.

Bianca. Esto está oscuro, Bianca. No se ve un pimiento.

Sin querer, Aubrey golpeó la pértiga contra el marco de la puerta, haciendo que Tom chisporrotease en un breve brillo que servía de fuente de iluminación. Al ver el efecto, Aubrey sacó al pasillo oscuro a su mascota, y repitió el movimiento. Durante un pequeño flash, Aubrey pudo ver lo que había más allá.

Aquí hay una puerta que dice "Despacho del Dr. Rehner". ¿Qué es De-Erre? Y un pasillo hacia la izquierda. Hacia la derecha hay otro pasillo, más allá de la zona amplia que tiene el agujero hacia el desván.

Cargando editor
27/05/2018, 00:50
Mademoiselle Bianca

El papel de las paredes me resulta repugnante pero la silla con las correas de cuero tiene algo de excitante que me hace mirar a Aubrey de una forma un tanto impúdica. Por suerte para ella, no repara en mi mirada y tampoco puede leerme la mente, porque estoy decidida a nockearla, atarla y jugar con ella de un modo nada infantil.

Sin embargo, la mención del despacho de Rehner arrastra hasta un segundo plano todos los pensamientos que se agolpaban en mi mente y dibuja en mi cara una enorme sonrisa lobuna. Ahora ya no soy una paciente anónima y desarmada, ahora tengo una preciosa daga de plata con la que apuñalar en el estómago a mi torturador hasta que muera a causa de una septicemia.

—Olvídate de los pasillos, ¿quieres? Vamos a hacerle una visita a nuestro viejo amigo Rehner. Estoy segura de que se alegrará de vernos a nosotras y a Tom.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Prueba de "escuchar" para ver si oigo algo tras la puerta antes de entrar.

Prueba de "buscar" para encontrar trampas en la puerta del despacho. (la segunda prueba también pone "escuchar" pero es "buscar", perdón, lo puedes ver por el modificador de la tirada)

Prueba de "inutilizar mecanismo" si encuentro alguna trampa.

Elijo 20 en la prueba de "abrir cerraduras" si la puerta está cerrada.

Cargando editor
28/05/2018, 09:07
Aubrey

La puerta del despacho ni siquiera estaba cerrada. Por lo demás, el despacho ya era una visión familiar: a la izquierda la librería con volúmenes médicos, de frente el escritorio al lado del ventanal y a la derecha el telón rojo que separaba el despacho del dormitorio de Rehner.

¿Qué estamos buscando? Puertas secretas... No digas más. Seguro que si tiro de este tomo...-Aubrey cogió uno de los libros, pero la pared no giró ni la estantería se desplazó-O este tomo... O este de aquí...

La loca iba soltando los libros según los desechaba, y al caer hacían un ruido sordo amortiguado por la alfombra. Mientras, al acercarse a la ventana, Bianca contempló el paisaje típico del patio interior: la torre, el huerto, las tumbas...

Aubrey detuvo su tarea, para poder escuchar mejor un sonido que llamó su atención. Voces femeninas de más allá del telón rojo, amortiguadas por la gran cortina, denotaban que el grupo de la puritana mosquita muerta estaban en la zona de las duchas. Pegando la cabeza a la pared, un ojo podía ver lo que había más allá: aunque el ángulo era demasiado forzado como para ver por la puerta de las duchas a algo más que una pared mohosa, se distinguían a contraluz los contornos del armario que había sido arrastrado hasta debajo de la trampilla del desván... Y la figura del cuerpo de Big Crazy desplomado sobre la cama de Rehner mientras su pecho se hinchaba y deshinchaba al respirar.

Notas de juego

Tirada de escuchar CD 20 para entender la conversación de las duchas.

Cargando editor
28/05/2018, 20:03
Mademoiselle Bianca

Descubrir que la puerta del despacho de Rehner está abierta resulta decepcionante, porque significa que no guarda allí nada digno de interés. Sin embargo, eso no me disuade de unirme a Aubrey a la hora de tirar los libros de las estanterías y arañar por puro placer el escritorio de madera con mi daga.

Las vistas desde esta habitación no son inspiradoras. Supongo que si eres un sádico que te recreas en el sufrimiento de tus prisioneros, entonces sí que lo son; pero si en lo que sueñas es con la libertad, entonces el patio interior no es sino la enésima decepción de este lugar.

El repentino silencio de mi amarillenta amiga me alerta sobre la proximidad de otros individuos, el desagradable aquelarre de los mojigatos. Tardo un rato en reaccionar, porque estoy muy ocupada recordando que los problemas hepáticos que acosaron a mi padrastro los últimos años de su vida también le dieron a su piel el mismo color que a Aubrey y no había reparado en ello hasta ahora.

Me llevo un dedo a los labios y le dedico a mi compañera una sonrisa cómplice antes de acercarme de puntillas a la cama en la que yace el gigantón, el lacayo medio deficiente del doctor Rehner. Puede que me hayan quitado el placer de deshacerme de la muñequita de porcelana pero eso no significa que vaya a renunciar a librarme del más temible defensor de mi torturador.

Le observo dormir plácida y beatíficamente durante un rato, antes de deslizar la hoja de mi daga en su entornado ojo izquierdo con la esperanza de alcanzar su minúsculo cerebro a través de la cavidad ocular.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Realizo un "ataque mortal" e incluso si Big Crazy superara el TS para sobrevivir a él, sufriría los efectos del "golpe de gracia" [crítico automático más el ataque furtivo (1d4+2)x2 +4d6] y tendría que superar un segundo TS de Fortaleza (CD 10+daño sufrido) para sobrevivir.

Cargando editor
30/05/2018, 08:08
1-Estado de los personajes

¡DESPIERTA GRANDULLÓN, ES HORA DEL DESAYUNO!

La voz de Thimaz resonó en un estremecimiento. La figura rechoncha del enano se bamboleaba en las duchas en dirección a la puerta del dormitorio. Bianca tuvo que arrastrarse por el suelo para no ser descubierta, pero logró volver con Aubrey tras el telón antes de que el enano descubriese el cadáver.

Aubrey le ayudó a levantarse mientras ponía su índice en los labios con una sonrisa malévola, imitando el gesto que había hecho Bianca justo antes, o quizás burlándose. La loca de los huevos señaló al escritorio. Debajo de la mesa habría sitio para que una sola persona se escondiese. Aubrey tendió la mano para que la asesina le diese la daga ensangrentada. Parecía dispuesta a cargar con las culpas.

Otra opción era escapar por la puerta del despacho, de nuevo hacia el pasillo oscuro. Tal vez el otro grupo se diese por vencido y no las persiguiese. No había modo de predecir lo que haría esa pandilla de locos.

- Tiradas (4)
Cargando editor
30/05/2018, 23:29
Mademoiselle Bianca

Más muerto que la muerte. Observo al gigantón con una mezcla de repugnancia y una reconfortante familiaridad con lo que acabo de hacer. No puedo evitar pensar en Vlad. ¿Se enorgullecería de mí? Prefiero creer que sí.

El vozarrón del enano me pone en guardia. Siento cierto cariño malsano por él y por su antigua condición de tullido. Siento predilección por las cosas rotas y él definitivamente está muy roto. Ahora que lo recuerdo, creo que el jodido enano azuzó a este amasijo de carne contra mí cuando traté de acabar por segunda vez con Reher. Por alguna razón, eso me resulta gracioso y no consigo guardarle rencor. Desgraciadamente, no tengo tiempo para charlar con él, ha escogido viajar con malas compañías.

Me arrastro por el suelo como una serpiente. Como una sanguijuela. Esa imagen casi me provoca arcadas.

Al otro lado de la cortina me espera Aubrey para ayudarme a incorporarme. Le planto un beso en cada mejilla y otro fugaz en sus encantadores labios permanentemente curvados en una sonrisa desdeñosa; es como si escuchara alguna broma que solo ella puede oír. La adoro, pero no pondría un arma en sus manos ni harta de vino. Está tan loca que seguro que sus bocadillos los hace con pan rallado.

Señalo hacia la puerta del despacho y echo a correr con la esperanza de que mi amiga me siga. El día que un enano patizambo me alcance corriendo...

Cargando editor
31/05/2018, 13:12
Aubrey

Tom... no podemos dejar a Tom...

Pero en el dormitorio el enano no tarda en dar la voz de alarma. No pueden entretenerse. La jaula de Tom es abandonada sobre la mesa, mientras las dos chicas corren a oscuras por los corredores. La situación es frenética, y en un segundo Bianca, por el hecho de encabezar la huída, debe elegir entre seguir de frente (de nuevo a la Sala de Tratamiento 4, y el pasillo en el que había varias habitaciones, incluídas aquella en la que encontraron a Tom), torcer a la derecha por un pasillo oscuro inexplorado, o volver a la zona bajo el agujero del desván girando a la izquierda (sería posible subirse en Aubrey para auparse de nuevo al desván).

Cargando editor
31/05/2018, 22:38
Mademoiselle Bianca

Escucho las voces del enano y también las comprensibles quejas de Aubrey. Yo también echaré de menos a Tom, ha sido una mascota genial estos... ¿diez minutos? Pero está claro que los Viajeros de las Brumas no son un grupo con el que quiera encontrarme una segunda vez en desventaja numérica. ¡Han tratado de someterme! Quién sabe si de algo incluso peor.

Por un momento me planteo volver por donde hemos venido pero me asalta el recuerdo de un mercader entrañable de Teufeldorf que me decía:

«Niña, si comes zanahoria, ¿qué cagarás? Pues zanahoria. Y si quieres cagar cebolla, ¿qué has de hacer?: A) rezar. No sirve. B) comer cebolla. Es casi seguro que cagarás cebolla. La mayoría de la gente hace lo de siempre y no entiende que le pase lo de siempre.»

Nunca entendí muy bien para qué iba nadie a querer cagar cebolla pero sí tengo claro que no voy a conseguir salir de aquí volviendo al punto de partida, de modo que tuerzo a la derecha por el pasillo inexplorado. De lo único de lo que estoy segura es de que no quiero cagar zanahorias.

Cargando editor
04/06/2018, 20:43
Aubrey

En medio de la oscuridad, Bianca palpó una puerta. Ni siquiera estaba segura de que fuese la única puerta en aquel pasillo, pero tampoco tenía mucha más elección mientras no encontrase una nueva fuente de luz que sustituyese a Tom. Al ralentizarse mientras buscaba el pomo, Aubrey la alcanzó y se dió de bruces con Bianca. Ambas locas se encerraron dentro, en una habitación tan oscura como el pasillo. Si había algún peligro que no podían ver, nunca sería peor que un enano cabreado.

Ups.

Una gran lengua de fuego salió de una especie de gárgola metálica junto a la pared. Un mecanismo en el que Aubrey se había apoyado al tratar de avanzar en la oscuridad.

Perdón.

El fuego obligó a Bianca a dar un salto para tratar de apartarse, pero iluminó brevemente la estancia, antes de apagarse de nuevo. Había una habitación dentro de la habitación: un cubículo metálico alrededor del cual podías pasear. Las paredes de metal tenían orificios a la altura de las gárgolas escupidoras de fuego, de modo que la llamarada se pudo colar dentro de aquella caja.

Una vez que Bianca se apartó, Aubrey volvió a repetir el movimiento: cada vez que presionaba hacia abajo la cabeza de metal, el sifón escupía el aciete que tenía almacenado en su interior y era incendiado por la chispa que producía la boquilla en el mismo movimiento. Eso permitió ver más detalles de la sala...

Uno de los lados de la mini habitación de metal tenía una puerta; otra de ellas tenía un mecanismo de rodillo, que al hacerlo girar empujaba una de las paredes reduciendo el espacio en el interior de la habitación metálica. Había media docena de cubos en el suelo. También vieron que había más gárgolas escupefuego, todas ellas atornilladas al suelo y a la pared, y todas enfocadas para escupir la llamarada por un agujero, al interior de la sala de torturas.

Bianca ató cabos. Ella había sido torturada allí, o sino en una sala muy similar. Estuvo dentro de la caja cuando sus torturadores le inducieron fobia a la sangre vertiendo por los orificios cubos con sangre y sanguijuelas. Y no era la única fobia que podían inducir con torturas: claustrofobia estrechando las paredes, pirofobia pulsando los mecanismos de fuego, y a saber qué otras monstruosidades.

Los miedos se vencen enfrentándose a ellos-dijo Aubrey, mirando con fascinación aquella sala de tratamientos del Doctor Rehner.

Aubrey tenía razón. Someterse a la tortura de la caja te inducía fobias que hacían que te olvidaras de todo lo demás. En cierto modo, te centraba, haciendo que tus problemas mentales no fuesen una prioridad*.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada obligatoria de reflejos CD 12. Tu +1 de sentido de las trampas se cancela con el -1 de nivel negativo, con lo que tiras normal esta vez. Si fallas sufres 4 puntos de daño por fuego. Si lo pasas no sufres daño (evasión).

Tirada voluntaria de inutilizar mecanismo CD 14 (=10 +4 por la dificultad por trabajar con poca y breve visibilidad entre llamarada y llamarada; si enciendes un fuego permanente en la sala, la CD se queda en 10). Un éxito implica extraer un frasco de aceite y una yesca y pedernal. Se puede repetir la tirada varias veces, para volver a obtener aceite y yesca y pedernal (hasta un máximo de 12 frascos de aciete y 12 pedernales), pero las pifias producen "accidentes".

*Puedes someterte voluntariamente a la sala de tratamiento mientras Aubrey manipula los controles:

-Si te induces claustrofobia, recuperas 1 punto de característica mental y ganas miedo a los espacios cerrados (lo que puede limitar tu movimiento por el Sanitarium a determinadas habitaciones más grandes).

-Si te induces pirofobia, recuperas 1 punto de característica mental y ganas miedo al fuego (que puede ser algo incompatible con llevar una antorcha).

Cargando editor
04/06/2018, 23:31
Mademoiselle Bianca

Tanteo en la más absoluta oscuridad tratando de encontrar el pomo de la puerta cuando Aubrey se choca contra mí. Me dan ganas de peterle una patada en las espinillas pero la pobre no tiene la culpa de estar tan ciega como yo. Una esperaría que con esos ojos de huevo pudiera ver incluso a través de las paredes pero está claro que no es así.

Logro entrar en la habitación y un repentino fogonazo a punto está en convertir mi temporal ceguera en otra más permanente. Me agacho y ruedo por el suelo antes de incorporarme parcialmente, a cuatro patas, como un felino con el lomo erizado.

—¡Mierda Aubrey! —protesto con un bufido gatuno. Pero, a pesar de sus disculpas, mi inquietante amiga sigue jugando con los interruptores para provocar una llamarada tras otra.

No niego que encuentro hipnotizante su manera de convocar lenguas de fuego pero me inquieta no saber de antemano de dónde va a salir la siguiente explosión ígnea.

Coloco uno de los cristales en el pomo de mi daga de plata y éste emite una fría luz que se desarrama a nuestro alrededor iluminando la estancia que nos rodea. La magia me inquieta incluso más que Aubrey, pero en ocasiones ambas pueden ser de lo más útiles.

Lo que me descubre el cristal luminoso no me resulta alentador en absoluto. Siento deseos de huir de la habitación a toda prisa pero me obligo a recordar que el enano y sus tiránicas amigas andan por ahí fuera buscándonos. O no, ¿quién sabe? Están todos locos.

Las palabras de mi amiga me sacan de mi ensimismamiento. ¡Ella sí que es una puta loca si cree que voy a dejarla experimentar conmigo como ha hecho Rehner una y otra vez!

—Yo estoy muy a gusto con mis miedos, pero puedo ayudarte a enfrentarte a los tuyos si quieres —respondo malhumorada, estrechando los ojos con suspicacia—. Y si no, quédate quietecita un momento, voy a ver si podemos sacor algo útil de este sitio de mierda. ¿No sería genial tener proyectiles ardientes que arrojar contra los zombis si nos los encontramos? Mira por ahí a ver si encuentras algún frasco que pueda servirnos.

Sin esperar respuesta, comienzo a desmontar con mis recientemente recuperadas herramientas las vomitonas cabezas de las gárgolas.

- Tiradas (2)
Cargando editor
07/06/2018, 00:05
Aubrey

Los frascos de aceite estaban dentro de los soportes, y la yesca, y el pedernal. Ya estaban terminando de saquear los lanzallamas cuando una chispa cayó en el aceite. Como si fuese una pequeña lámpara de aladino, un pequeño genio de fuego salió de su escondrijo.

Alargó los brazos para ofrecer su abrazo a Aubrey, y la muy loca se resistió.

Iiiiih, sácamelo de encima... sácamelo...

Aubrey cogió uno de los frascos de aceite y se lo tiró al ifrit. Alimentando las llamas, solo logras que el fuego se avive. El elemental creció, amenazante, hasta la altura de Bianca.

Notas de juego

Elemental de fuego mediano CA 16. Inmune a críticos y furtivos.

Cargando editor
07/06/2018, 23:10
Mademoiselle Bianca

Con sumo cuidado y la punta de mi lengua asomando por la comisura de mis labios, voy desmontando una cabeza de gárgola tras otra. La primera, la segunda... bufff, con la tercera hemos estado cerca del desastre pero parece que ahora todo va sobre ruedas, ya le tengo cogido el truco y no tengo que preocuparme. En un pispás habré terminado. La quinta, la sexta, la... Un chispazo desafortunado y todo se va a tomar por culo.

—¡Mierda, Aubrey! —eso ya lo he dicho antes, ¿verdad?—. ¿Qué demonios es esa co...?

No consigo terminar mi pregunta antes de que mi compañera decida arrojarle un frasco de aceite a la figurita ardiente que acaba de aparecer frente a nosotras.

—...sa —finalizao la frase, cubriéndome el rostro con el antebrazo para protegerlo del repentino fogonazo.

Para cuando consigo ver de nuevo, la encantadora criaturita ha crecido hasta ser tan grande como cualquiera de nosotras pero mucho más temible.

«Ojalá tuviera algo que arrojarle» —deseo, no queriendo acercarme ni loca a un bicho hecho de puro fuego.

En respuesta a mi muda petición, una corta y traslúcida lanza se materializa en mano izquierda. No tengo ni idea de dónde ha salido pero no es momento para andarse con remilgos, de modo que se la arrojo casi sin pensar en lo que hago.

—¡Ponte detrás de mí y no le tires más aceite! —suplico a Aubrey, sabiendo de antemano que no es muy buena recibiendo instrucciones y que lo más probable es que termine haciendo lo que le venga en gana.

- Tiradas (2)
Cargando editor
11/06/2018, 15:38
Aubrey

¡Tú no me das órdenes! En cuanto nos sale la primera contrariedad, empezamos a llevarnos otra vez como el aceite y el agua. Agua... ¡Llevémosle hacia las duchas, Be!-tenía sentido que Aubrey fuese la A, la importante, y Bianca fuese la Be, su eterna secundaria.

Aubrey se retiró con cuidado, tratando de transmitir calma al ser de fuego con un gesto con las palmas de las manos. Llegó hasta la pared y frenó cuando su espalda tocó en ella. La puerta quedó muy cerca de Aubrey, no tardaría en abrirla y salir corriendo como la vil y cobarde amiga de la que Bianca se siente tan orgullosa.

En cuanto al plan de Aubrey... era basura. Había unos noventa pies de distancia entre la puerta y las duchas, y parte de esa distancia se tenía que cubrir a tientas en la oscuridad y doblando esquinas que frenaban la carrera. Además, "ellas" podrían seguir allí. Sin embargo, las jabalinas eran efectivas, o por lo menos dolían lo suficiente como para hacer que la criatura de fuego se enfadase.

El monstruo flotó y atacó con su enorme manaza a Bianca, y el impacto hizo que un par de eslabones de su camisote se volviesen incandescentes por un segundo. La humana notó un poco de calor, pero se disipó pronto sin llegar a quemarla.

Voy a abrir la puerta-avisó.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Elemental de fuego mediano -4 pgs. CA 16. Inmune a críticos y furtivos.

Cargando editor
11/06/2018, 16:42
Mademoiselle Bianca

Aubrey es una amiga divertidísima y no puedo evitar soltar una risita y ponerme a balar como una oveja cuando me llama "Be". Finge estar enfadada pero en realidad hace lo que le pido y eso es estupendo porque me evita tener que preocuparme por si acabará convertida en carne para barbacoa. Mmmmmmm, barbacoa...

Sin embargo, dejo de pensar en comida y de reírme cuando la descontrolada hoguera se me echa encima con su aliento ardiente. Sus manos de llamas acarician mi ligera armadura sin causarme daño pero dándome un susto de muerte.

–¡Atrás, bicho asqueroso! –le ordeno, con más miedo que confianza, mientras una segunda lanza se materializa en mi mano y trato de apuñalarle con ella sin éxito.

Detrás de mí oigo a Aubrey pero no la escucho, sus palabras quedan relegadas en mi mente a un segundo plano y tardo unos valiosos segundos en dedicarle tiempo a procesarlas.

–Confía en mí, solo es una antorcha sobrealimentada –aseguro entre jadeos, con muy poca seguridad en mí misma–. Ahí fuera hay cosas peores. Están el enano, el afeminado, la muñeca de porcelana, las arpías y no sé quién más... ¿Estás segura de que quieres que nos descubran? Aquí estamos a salvo, jugando al escondite.

- Tiradas (1)