Partida Rol por web

La espada de Mochuelo golpea el suelo inofensivamente. Mientras el zombi de Marius vuelve a hundir sus dientes en la blanca carne de Kendra, esta vez la elfa no reacciona a la nueva dentellada, permanece con los ojos abiertos mirando hacia la oscuridad de la sala. ¿Habría salvado Mochuelo a Kendra si no hubiera fallado el ataque? Era una pregunta que siempre pesaría sobre la conciencia del aprendiz de alquimista.

Enrico con un último esfuerzo señala hacia el pasillo que continua recto, no el pasillo de donde provienen los gritos. Dulciame…. Huir… llevar ar…. Despertar… Anhktepot…. Contesta con voz entre cortada antes de estallar en un acceso de tos que termina con el cuerpo de Enrico convulsionando.

La sacerdotisa recibe el tremendo mamporro de Estragón en el costado, el bastón del cocinero ha debido de partir varias de las costillas de la sacerdotisa. Isu aún no se ha terminado de recuperar del bastonazo cuando la espada de energía rasga la blanca túnica de lino dejándola empapada de sangre. ¡Senmet! Grita Isu. ¡Senmet salva a tu humilde sir… pero la sacerdotisa no puede finalizar la súplica, la espada de Deornoth se hunde en la clavícula de la mujer y penetra cortando la carne hasta medio costado. Isu cae al suelo con la espada aun clavada en su cuerpo.

El zombi de Marius cae al suelo y comienza a descomponerse, justo a su lado permanece el cuerpo inmóvil de Kendra. Los ojos violetas de la maga permanecen abiertos de par en par fijos en la negrura del pasillo, pero carecen totalmente de brillo.

Los gritos de ¡Anhktepot! ¡Anhktepot! ¡ANHKTEPOT! Se hacen más audibles y comienzan a revotar por el pasillo, también los gruñidos procedentes de la cripta también se acercan.

Siempre hay que fiarse de las últimas palabras de un moribundo...

Las de Isu fueron "Senmet salva a tu humilde sir", o sea que Senmet se iba a coger un cabreo de dos pares de buñuelos con ellos. Las de Enrico fueron "Cof, cof, cof", así que seguramente había un cofre lleno de oro en el lugar al que señalaba.

Abu, espabila, hostia... Vamos a por Dulcimae.

Estragón cogió a Kendra y se la echó al hombro. No tenía mucho tiempo para ponerse a tomar el pulso. La o el elfa o elfo tenía la mirada perdida. Esa era la única promesa que Estragón necesitaba, que hubiera una posibilidad de que él o ella estuviese en shock... y si se equivocaba y estaba muerta o muerto, por lo menos el peso del o de la flaco o flaca no iba a retrasarle demasiado.

Deornoth, corta la cabeza de esa bruja. Esta vez tenemos que asegurarnos de que se queda bien muerta...

Mochuelo sigue al cocinero, procurando usar su enorme masa como parapeto.

-Muertomuertomuerto...

Un escalofrío recorrió la columna vertebral del hechicero. A pocos pasos estaba la mujer de sus pesadillas. Pero, qué era lo que sus delicados oídos de elfo habían escuchado del repugnante semiorco? Dulcimae? Estaba Dulcimae en aquella habitación también?

Por un momento se debatió entre esconderse como una rata esperando a que todo pasara y aparecer repentinamente en la sala como un héroe al rescate de su dama, pero su escaso sentido común le aconsejó echar un vistazo antes y valorar la situación.

Se fue acercando pues todo lo sigiloso que podía. Se pararía en cuanto viera algo sospechoso.

Ash continuó agazapado a que pasara Thutepot, sediendo de carne y sangre.. manteniendo las distancias, salió de su escondite y siguió al elfo pálido y a la momia a la sala desde la que se oían gritos de desesperación y signos de lucha. Intentando mantenerse en la sombras el mediano se aproximó lo más posible a la sala para ver la situación pero siempre intentando permanecer en la sombra, a cubierto o por lo menos no a plena vista.. agachado y escondido, el halflind intentó ver la escena de interior de la sala.

Los gritos procedentes del pasillo lleno de escaleras aumentaron tras la súplica de Isu, por una vez el piel verde parecía haber acertado con su deducción y Senmet estaba muy cabreado. Los pasos de la momia se escuchaban más cerca y justo cuando Estrago se hecho al hombro al cuerpo examine de Kendra apareció en el umbral del pasillo la peor pesadilla de Mochuelo.

La momia de Senmet, el antiguo sacerdote, se alzaba imponente delante de las escaleras sus ojos eran dos profundos pozos de oscuridad que recorrían sin parar la sala. La mirada de Senmet se detuvo en el cuerpo de la bella sacerdotisa y un grito desesperado salió de la boca muerta de la momia. Aunque nadie entendía el idioma de Muhar, las palabras de la momia estaban cargadas de tanto odio que eran capaces de atravesar las barreras lingüísticas.

Las manos terminadas en garras de Senmet se alzaron en busca de algún cuerpo donde descargar su frustración. Justo delante, aterrorizado como un conejo deslumbrado por los faros de un coche, se encontraba el indefenso Abu. Las afiladas garras avanzaron lentamente hacia el pecho y el corazón del joven muchacho. Abu, aterrado, no movía ningún musculo. La mano se disponía a atravesar la caja torácica del muchacho para arrancarle el corazón cuando…

Deornoth, sin perder tiempo, pero sin decapitar a la sacerdotisa, agarro al pequeño Abu y corrió por el pasillo que había indicado Enrico.

El grupo corrió por el pasillo que había indicado el vistani de pelo negro, mientras a sus espaldas se escuchaban los gritos de la pelea entre las dos momias. El pasillo termina abrumante en una gran sala que contiene una imponente embarcación de juncos de 25 metros de largo y 7 metros de ancho. El paso del tiempo a desteñido los colores con los que debía de estar pintada, y las velas de papiro se encuentran enmohecidas y deshechas.

Temblando, a los pies de la embarcación, se encuentra la vistan de pelo negro. Entre sus brazos agarra un extraño objeto, es un trozo de anj

La escena que presenciáis es extraña. Después de un rato siguiendo a la momia por el pasillo llegáis a una sala que conduce a otros dos pasillos, uno de ellos con escaleras. En la sala hay un altar con el cuerpo exánime de Enrico, justo a los pies del atar se encuentra el cuerpo de la atractiva sacerdotisa. El cuerpo de Isu se encuentra parcialmente quemado y lleno de corte que empapan su túnica blanca de sangre. También están los cuerpos del pequeño Dominic y Marius. Pero no hay rastro de Dulcimae, la vistani.

Podéis ver al resto del grupo: Estragón que carga a hombros el cuerpo de Kendra; Mochuelo que no para de temblar; Deornoth con su gran espada desenvainada y llena de sangre; y el pequeño Abu.

En ese momento la momia de Senmet, el antiguo sacerdote, se alzaba imponente delante de las escaleras, sus ojos como dos profundos pozos de oscuridad recorren la sala. La mirada de Senmet se detienen en el cuerpo de la bella sacerdotisa y un grito desesperado sale de su boca muerta. Aunque nadie entendía el idioma de Muhar, las palabras de la momia estaban cargadas de tanto odio que eran capaces de atravesar las barreras lingüísticas.

Las manos terminadas en garras de Senmet se alzaron en busca de algún cuerpo donde descargar su frustración. Justo delante, aterrorizado como un conejo deslumbrado por los faros de un coche, se encontraba el indefenso Abu. Las afiladas garras avanzan lentamente hacia el pecho del joven muchacho. Abu, aterrado, no mueve ningún musculo. La mano se disponía a atravesar la caja torácica del muchacho para arrancarle el corazón cuando…

La momia de  Thutepot  placo a Senmet arrojando su cuerpo escaleras abajo. Las dos momias caen por las escaleras hechas un burruño de manos, pies y vendas. Estragón corre portando el cuerpo de Kendra; Deornoth arrastra a Abu y Moculeo dócil sigue al grupo que se introduce por el otro pasillo, adentrándose más en la tumba maldita.

El alivio que sintió el elfo era indescriptible. Lo más ajustado a lo que le pasaba en aquel intante era que el semiorco se le hubiera sentado encima del pecho durante las últimas horas pero que, en aquel momento, hubiera decidido levantarse liberando su caja torácica del tremendo peso. Eso era lo que experimentó Kelris al ver a Isu muerta de nuevo. Aunque en aquellas tierras pudiera durar bien poco en ese estado.

Se aseguró de que entre lo cadáveres de los vistani, no estuviera el de Dulcimae, y sumando dos más dos, se echó a correr hacia donde escuchaba las voces de sus compañeros. Si no llevaban a la bella damisela en brazos, seguramente irían a por ella. Además no iba a seguir a dos momias furiosas...

Intentó dar alcance al grupo de Estragón.

La visión de Senmet, su cara de odio puro, estuvo a punto de hacer que mi corazón se paralizara por el miedo y el horror y, a seguramente, si no fuera por Abu, que al ver cómo estuvo a punto de ver su corazón arrancado del pecho, su cara de pánico hizo que mi cuerpo comenzara a responder, interponiéndome entre la momia y el muchacho. 

Sin embargo, la aparición de la momia de Thutepot, o eso suponia, evitó el ataque de Senmet, aprovechando ese momento para coger a Abu y salir corriendo de allí.  

Con Abu debajo del brazo llegue donde nos esperaba Dulcimae, que parecía la forma en la que podríamos salir de allí, o eso esperaba, recordando que la Vistani podía atravesar las brumas, y nadie mejor que ella para sacarnos de allí.

Siento mucho lo de tu familia, Dulcimae digo al llegar junto a ella, dejando a Abu en la barcaza pero me alegra de ver que tú has logrado escapar a toda esta locura. Miro a mi alrededor, buscando con la mirada a Ash y a Kelris. Seguramente habrían sido ellos los que les habían salvado despertando a la otra momia, pero cuando una de la dos quedara en pie, ¿qué pasaría? prefería no estar allí. Ya había sufrido demasiada gente, y ya había muerto demasiada gente por el momento. Al menos habíamos logrado acabar con el sirviente de Senmet, esa zorra de Isu. Eso había sido una pequeña victoria para Heironeous, por pequeña que fuera.

El mediano contempló la escena en silencio y siguió el rastro de sus compañeros sin pararse si quiera, para ver que había pasado con las momias.. confiaba que viendo el resultado de aquella catástrofe, salieran de aquel templo lo antes posible.. pero antes, habría que reagruparse y curar los heridos.

La verdad es que el estado del barco era lamentable.

Joder, cómo odio este sitio. Brrrrrr... Qué rabia me da, todo está roto. Kelris también encontró un trozo de ankh roto en otra sala-informó a Dulcimae.

Estragón pasó su bastón por debajo de la lengüeta de su mochila para tener otra mano libre. Como no estaba de humor para hablar, trató de agarrar a Dulcimae y subirla a su otro hombro como un fardo, tal y como había hecho con Kendra. Así cargaría en un lado con una chica y en el otro con una o un elfo o elfa.

¡Aupa! ¡Nos vamos! ¿Y tu padre, Dulcimae? ¿Aún queda algo de él para llevárnoslo?

Detrás de vosotros se escuchan pasos ligueros y largos junto con otros cortos y apresurados. Provienen del pasillo donde dejasteis a las momias luchando, pero no suenan como los pasos de las momias. Al giraros, veis que el origen de dichos pasos son Kelris y Ashzyx.